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EL DISCRUSO NO UTOPICO DEL MEDIO AMBIENTE PARA EL

DESARROLLO SUSTENTABLE
Lo deseable se convierte en necesario cuando la crisis llama en alerta y la acción se resume
en un esfuerzo tardío por recuperar lo irreparable con recursos más limitados; Este es el
sistema de actuación de muchas de nuestras ciudades que hoy solo conceptualizan el
desarrollo sustentable como un objetivo inalcanzable que se estanca y retrocede por malas
gestiones en los territorios.
Bastante se ha hablado del desarrollo urbano y sus múltiples dimensiones sistémicas para
lograrlo pero muy poco hemos hecho por convertirnos en agentes de acción al cambio, esta
critica esta orientada a la responsabilidad ciudadana (entendiéndose como personas
naturales o no) en concordancia con el sentido de pertenencia de nuestro lugar habitable
que sostiene la racionalidad con el entorno y la asimilación de los residuos que producimos
con el fin de mejorar los niveles de eficiencia de los recursos.
El concepto de habitabilidad es bien mencionado desde nuestros orígenes más primitivos y
se trata de crear condiciones de calidad de los espacios desde la escala de vivienda hasta la
escala urbana, dichas condiciones se encuentran ligadas a la preservación ecológica,
teniendo como soporte histórico espacial el desarrollo de las ciudades con cercanía a
cuerpos de agua que servían de sustento vital para las operaciones que se realizaban en esos
espacios respondiendo a necesidades que no son someramente diferentes de las actuales en
nuestras congestionadas y masivas urbes; el único problema con el manejo de los recursos
actuales es precisamente que no existe una buena administración sobre ellos y esto
desvaloriza en cifras exponenciales nuestra calidad de vida.
Muchas ciudades en el mundo se encuentran proyectadas a enfrentar las cifras devastadoras
que van dejando las huellas grises del consumo humano; según un estudio sobre ciudades
más sustentables en el mundo se conoce la visión de Copenhague al ser la primera ciudad
capital neutra en carbono para el 2025 invirtiendo en este caso gran parte de sus recursos a
la adaptación de infraestructura para las bicicletas que se regula a través de la
responsabilidad que concede el gobierno danés al aumento de impuestos para quienes
poseen un vehículo motorizado, eso aclarando que la situación del transporte publico no es
utópico como en la gran Latinoamérica si no que es un servicio con alta eficiencia para sus
usuarios.
Teniendo un referente no latinoamericano podemos establecer una conclusión clarividente
en la que la buena gestión le otorga a sus ciudadanos las condiciones de calidad de vida que
genera en ellos el sentido de pertenencia por su lugar, se trata de entender que lo que
hacemos nuestro interactúa para dar respuesta a sus problemas de acuerdo con como se
preserven.
En el caso de los recursos ambientales mal gestionados en Colombia se deberían plantear
soluciones de autogestión participativa que construya las condiciones puesto que los
organismo dirigentes no han apuntado la mirada del desarrollo hacia la dirección correcta y
en algunos casos ni siquiera se ha direccionado, tal vez suena menos utópico creer que
como protagonistas también podemos desde pequeñas comunidades solucionar nuestros
pequeños problemas ambientales en respuesta a la educación guiada a la conciencia
ciudadana de la responsabilidad social-ambiental y más allá de creer que nunca se darán
resultados debemos comenzar a creer que siempre es un proceso que no es unitario por que
tiene un fin común, ¿qué tal si convertimos el discurso en un modelo de gestión orientado a
la concientización del respeto por el medio ambiente para lograr el desarrollo urbano?

Por Betty Amada Álvarez Vega.


Universidad de san buenaventura seccional Cartagena
2022

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