Está en la página 1de 19

OBJETO: PLANTEA EXCEPCION DE INCOMPETENCIA TERRITORIAL

Y DE INHABILIDAD DE TITULO.-

SEÑOR JUEZ
CIVIL Y COMERCIAL Nº 2

MONGELOS GLADYS, DNI Nº 23.667.345, por derecho propio,


con domicilio real en calle Hilario Pérez Nº 1.940 de la ciudad de Pirané, contando
con el patrocinio letrado del Dr. Ricardo Videla Martínez, M.P. 1.444, C.U.I.T. Nº
20-22370067-6 y constituyendo domicilio legal en calle Juan José Silva Nº 355 de
esta ciudad, en los autos caratulados: “BANCO FORMOSA S.A. C/ MONGELOS
GLADYS S/ JUICIO EJECUTIVO”, Expte. N° 91 año 2.017, ante V.S.
respetuosamente me presento y le digo:

OBJETO:
Que vengo en legal tiempo y forma a oponer al progreso de la
demanda promovida en mi contra, la excepción de incompetencia y la excepción de
inhabilidad de título, autorizadas por el art. 541 inc. 1 y 4 del C.P.C.C., art 5 de la
Ley 521 y art. 36 de la Ley Nacional 24.240, solicitando desde ya, se haga lugar a las
mismas, ordenándose la remisión de las presentes actuaciones al Juzgado en lo Civil,
Comercial del Trabajo y Menores Nº 7 con asiento en la ciudad de El Colorado, que
conforme la Ley 24.240 y la Ley Orgánica del Poder Judicial, resulta competente;
quien oportunamente, deberá resolver la excepción de inhabilidad de título también
articulada, negando expresamente estar adeudando el crédito proveniente de la
cartular presentada, solicitando desde ya se haga lugar a las defensas planteadas en
todas sus partes, todo ello, en virtud de las consideraciones fácticas y jurídicas que se
exponen a continuación:

RELACION DE CONSUMO EN LOS TERMINOS DE LA LEY 24.240

En primer lugar corresponde destacar que el título ejecutivo base de la


presente ejecución, constituye la formalización y documentación de un operación de
crédito para el consumo, en los términos del art. 36 de la Ley 24.240 de Defensa del
Consumidor (LDC texto según Ley 26.361), por lo que le es aplicable la doctrina y
jurisprudencia en relación a la aplicación e interpretación del microsistema del
consumidor.

1
En ese sentido es muy importante que V.S. tenga presente lo normado
por el art. 1.384 del Código Civil y Comercial, que señala claramente que: “Las
disposiciones relativas a los contratos de consumo son aplicables a los contratos
bancarios de conformidad con lo dispuesto en el articulo 1093”.-

Al respecto y de conformidad con la legislación, doctrina y


jurisprudencia imperante en materia de defensa del consumidor, es al actor a quien le
incube acreditar en autos de que el documento base de la presente ejecución, no se ha
llevado a cabo para garantizar o formalizar una relación de consumo, ya que en ese
sentido ante la duda de si el contrato por el cual se suscribió dicho pagaré es o no
alcanzable por la leyes que defienden al usuario o consumidor, deberá estarse siempre
por la más favorable para éste.-

Resulta fundamental lo establecido por los arts. 3 y 53 de la ley


24.240, que disponen lo siguiente: “…En caso de duda sobre la interpretación de los
principios que establece esta ley prevalecerá la más favorable al consumidor (art. 3).”,
“Los proveedores deberán aportar al proceso todos los elementos de prueba que obren
en su poder, conforme a las características del bien o servicio, prestando la
colaboración necesaria para el esclarecimiento de la cuestión de batida en el juicio
(art. 53).”

Al respecto, resulta muy esclarecedora la Jurisprudencia de la Excma.


Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial Departamental, Sala II de Azul en los
autos caratulados: “CREDIL S.R.L. c/ Orsetti Claudio s/ Cobro Ejecutivo” (Causa Nº
58.639), Sentencia Registro Nº: 55 del 29 de Mayo del año Dos Mil Catorce, en
donde sostuvo lo siguiente: “Incumbe a la actora la carga de demostrar que el
dinero prestado tiene un destino ajeno al consumo personal o familiar del
cliente.” Más aún: “la carga de aportar elementos de prueba que permitan
establecer o descartar una relación de consumo (conforme las características del
bien o servicio, prestando la colaboración necesaria para el esclarecimiento de la
cuestión debatida) corresponde a la ejecutante y si luego de dicha colaboración
persisten dudas, la interpretación resulta favorable al consumidor” (cfr. arts. 3 y
53 de la LDC; esta Sala, causas n° 57.975 del 06-11-13, “Consumo S.A. c/. González,
Ana Paola s/. Cobro Ejecutivo” y nº 58.066 del 04/12/13 cit. supra).-

“En ese precedente se decidió que dada la documentación


acompañada por el actor por su insuficiencia no alcanza para despejar las dudas
acerca del destino que los ejecutados habrían de darle a los fondos recibidos,

2
impidiendo de esa manera conocer con certeza si en autos subyace o no una
relación de consumo y determinando, por ende, que se realice la interpretación
más favorable al consumidor” (esta Sala, causa n° 57.975 del 06-11-13, “Consumo
S.A. c/. González, Ana Paola s/. Cobro Ejecutivo” y nº 58.066 del 04/12/13 ya
mencionadas).

“Recapitulando:
- Resulta compatible con el régimen legal vigente la verificación, en cada caso, si el
título ejecutivo traído como sustento de la pretensión, instrumenta o no una
relación de consumo, análisis que habilita el régimen microsistémico previsto en la
ley 24.240, de raigambre constitucional y que debe prevalecer en caso de conflicto
o colisión con las disposiciones de derecho común (arts 42 y 43 Constitución
Nacional, Art 38 Constitución de la Provincia de Buenos Aires; arts 3, 36 65 y
concs Ley 24.240). La constitucionalización del derecho privado confiere sólido
andamiaje normativo a ésta interpretación, conforme incluso el criterio ya
consolidado en la Suprema Corte que habilita ese análisis para la determinación
de la competencia judicial ( art 36 LDC).
- Si el título no reúne los requisitos legales el ejecutante puede integrarlo a fines
del cobro ejecutivo sin perjuicio –claro está- de acudir en caso contrario al cobro
compulsivo en base a las otras vías que permite el ordenamiento procesal.
- La carga de la prueba de la inexistencia de la relación de consumo, esto es que el
título no contiene una operación financiera o de crédito para el consumo incumbe
al ejecutante porque median o concurren presunciones protectorias del
consumidor o usuario.” Jurisprudencia de la Excma. Cámara de Apelación en lo
Civil y Comercial Departamental, Sala II de Azul en los autos caratulados: "CREDIL
S.R.L. C/ ORSETTI CLAUDIO S/COBRO EJECUTIVO" VENIDO DEL
JUZGADO EN LO CIVIL Y COMERCIAL – OLAVARRIA” (Causa nº: 2-58639-
2013), Sentencia Registro Nº: 55 del 29 de Mayo del año Dos Mil Catorce.-

Por su parte, la Excma. Cámara de Apelaciones en lo Civil y


Comercial de Mar del Plata, Sala III en un fallo de fecha: 6 de noviembre del 2012,
dictado en los autos caratulados: “Carlos Giúdice S.A. c/ Ferreira Marcos de la Cruz
s/ Cobro Ejecutivo” (Cita: MJ-JU-M-75630-AR | MJJ75630 | MJJ75630), dejo en
claro lo siguiente:

Sumario:

3
- Cuando la pretensión ejecutiva tiene arraigo en una relación de crédito para el
consumo, es posible y necesario interpretar las normas procesales, de modo
compatible con los principios derivados de la legislación de protección de usuarios, y
ello es lo que la doctrina considera diálogo de fuentes (arts. 1 , 2 , 36 y 37 de la ley
24240, modif. por ley 26361 ).

- El primer dato a tener en cuenta a los fines de determinar la existencia de una


relación de consumo, es que dicha relación se encuentra definida por las normas de
derecho positivo predeterminadas, las cuales vienen a establecer: 1) las materias en
que se manifiesta, 2) la posición de cada uno de los sujetos de la relación, y 3) la
finalidad que la operación presenta para uno de ellos, que convierte a la persona en
consumidora o usuaria.

- Tal como lo señala la ley, la relación de consumo es el vínculo jurídico entre el


proveedor y el consumidor o usuario (art. 3 de la ley 24.240, modif. por ley 26.361).

- El art. 2 de la ley 24240 -modif. por ley 26.361- señala que proveedor es la persona
física o jurídica de naturaleza pública o privada, que desarrolla de manera
profesional, aun ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación,
construcción, transformación, importación, concesión de marca, distribución y
comercialización de bienes y servicios, destinados a consumidores o usuarios y a
renglón seguido se establece quiénes no se encuentran comprendidos por la referida
disposición (art. 2 de la ley 24240, modif. Por ley 26.361).

- La noción de proveedor se extiende a quienes brindan servicios, alcanzando a todas


las prestaciones apreciables en dinero, ya sean de naturaleza material (vgr.
reparaciones o limpieza), o de naturaleza financiera (vgr. seguro, crédito, de
naturaleza intelectual, salud o de asistencia jurídica).

- Se presume a partir de la calidad de las partes involucradas en las actuaciones, que


el vínculo subyacente efectivamente se trata de una operación de crédito para
consumo, lo cual constituye una presunción que debe aplicarse cuando la ejecución se
inicia contra una persona física, con ingresos fijos que al tiempo de contraer la deuda
se desempeñaba como Guardia del Servicio Penitenciario Bonaerense”, lo que
constituye la prueba más evidente que se trata de una relación de consumo.

- A partir de la calidad del sujeto ejecutado – persona física destinataria final del
producto o servicio – surge la existencia de una relación de consumo.

4
- Debe entenderse con sobreendeudamiento del consumidor, como la imposibilidad
del deudor de buena fe de afrontar el conjunto de deudas exigibles, y la implicancia
que conlleva al sobreendeudamiento familiar.-

- Habiéndose librado pagarés en infracción a la Ley de defensa del consumidor, cuya


observancia resulta obligatoria atento su carácter de orden público, debe mantenerse
la decisión de rechazar la ejecución deducida a tenor de lo dispuesto por los arts. 18 ,
42 y ccdtes. de la CN.; 15 , 38 y ccdtes. de la Constitución Provincial; 8 y ccdtes. del
Pacto de San José de Costa Rica; 163 inc. 5 , 521 inc. 5 , 542 inc. 4 , 529 , 549 del
CPC.; 21 , 953 , 1071 , 1198 y ccdtes. Del CCiv.; 42 y ccdtes. de la ley 25065; 18 y
ccdtes. del dec. ley 5965/63 ; 1, 2, 3, 36, 53, 65 y ccdtes. de la ley 24240 -modif. por
ley 26361-; 212 y ccdtes. y arts. 208, 450, 451, 452, 463 inc. 2 y 3 y ccdtes. y apart. 5
del Título Preliminar del CCom.).

- El Tribunal tiene la posibilidad de determinar la verdadera y real existencia de los


títulos objeto de ejecución, sin que ello signifique indagar en la causa de la
obligación, sino juzgar si realmente existe título ejecutivo legítimo y hábil a los
efectos de despachar la ejecución que se solicita y es por ello que el juzgador debe
examinar cuidadosamente la bondad ejecutiva y certidumbre del título que se trae
como base de la ejecución, pues corresponde al beneficiario acreditar que es
merecedor de ese trato privilegiado que le concede la ley.

- El control judicial de los títulos de crédito en ejecución debe efectuarse en el marco


del juicio ejecutivo al momento de iniciarse el proceso, cuando el demandado opone
excepciones y, finalmente, al momento del dictado de la sentencia de trance y

- Ante una demanda ejecutiva, el juez tiene el deber primordial de analizar la


ejecutoriedad del instrumento con el que se la promueve, en primer término al
despachar o denegar la vía ejecutiva, y en segundo lugar, al momento de dictar la
sentencia de remate.

- El juez se encuentra constreñido a analizar de oficio el título ejecutivo, ya sea al


momento de ordenar la intimación de pago o del dictado de la sentencia. De allí que
si en el examen preliminar de un título ejecutivo efectuado por el juzgador no se
hubiera advertido una cuestión que lo torna inhábil, el juez dispone al momento de
sentenciar de una nueva oportunidad para desestimar la ejecución.-

Al respecto resulta sumamente importante que V.S. tenga presente que


la suscripta cuando contrajo el crédito con el Bando de Formosa S.A., se
desempeñaba como personal jornalizado de la Municipalidad de Pirané con un

5
ingreso fijo, cuyos haberes los percibía a través de dicha entidad bancaria, la que de
esta manera se aseguraba el pago de las cuotas, hasta que la Municipalidad de manera
irregular me deja cesante, naciendo a partir de entonces los inconvenientes para hacer
frente a todos mis compromisos financieros, remarcando desde ya que el pagaré
ejecutado por la actora en modo alguno refleja las condiciones y monto del préstamo
otorgado, el cual fue destinado a la adquisición de bienes de consumo familiar.-

Que, nuestra Excma. Cámara de Apelaciones Civil y Comercial de


Formosa, en un reciente Fallo Nº 17.316/ 15 suscripto por sus integrantes, Dra.
Telma C. Bentancur- Dra. Vanessa J. A. Boonman- Dra. María Eugenia García
Nardi, han ajustado la doctrina jurisprudencial de dicho tribunal estableciendo
que ante la presentación de instrumentos de pago de la obligación, por parte del
demandado, se imponga al demandante la carga de acreditar, en el expediente,
el origen de la deuda que intenta hacer valer. En dicho fallo la Excma. Cámara
realiza interesantes apreciaciones desde el punto de vista jurídico, pues aplica el
principio de la carga dinámica de la prueba, es decir que, en el proceso, la parte
que se encuentra en mejor condición para aportar los hechos aludidos, es la que
debe hacerlo.

Que en consecuencia, y dado que del propio pagaré surge que el


mismo se suscribió en garantía por igual valor recibido en efectivo, sumado a la
calidad de proveedor de servicios financieros y crediticios que reviste el mismo actor,
corresponde presumir sin más que el titulo ejecutado fue emitido para garantizar una
relación de consumo, por lo que desde ya resultan aplicables las normas dictadas en
protección y defensa del consumidor.-

EXCEPCION DE INCOMPETENCIA TERRITORIAL CON FUNDAMENTO


EN EL ART. 36 DE LA LEY 24.240.-

Que una vez determinada la procedencia y aplicación de las leyes de


defensa del consumidor, corresponde oponer contra el progreso de la presente
ejecución la Excepción de Incompetencia Territorial, conforme lo normado por el art.
36 de la ley 24.240, que establece que: “Será competente, para entender en el
conocimiento de los litigios relativos a contratos regulados por el presente
artículo, siendo nulo cualquier pacto en contrario, el tribunal correspondiente al
domicilio real del consumidor.”

6
“El art.36 LDC morigera los efectos del problema descripto ya que
establece la competencia territorial del domicilio del consumidor y priva de efectos a
las cláusulas que prorroguen la competencia a otro lugar.”
“Esta norma es uno de los tantos límites a la autonomía de la voluntad
del consumidor, como forma de protección frente a los abusos de proveedores
tentados de aprovecharse de la situación de inferioridad del consumidor.”
“La cláusula que modifica la competencia territorial en relaciones de
consumo se debe tener por no escrita según el art.36 LDC, lo que constituye una
regla especial que encuadra perfectamente dentro del principio general del art.37
inc.b LDC. Ambas normas importan una redundancia total-parcial (de género a
especie), que despejan todo tipo de dudas acerca del carácter abusivo de este tipo de
cláusulas luego de la reforma de la ley 26361.”
“Que el crédito esté instrumentado en un título abstracto y sea
reclamado en juicio ejecutivo, no impide tener por acreditada la relación de
consumo, con la consiguiente nulidad de la cláusula de prórroga de competencia
territorial en contra del consumidor.” Trabajo: Competencia Territorial en
Relaciones de Consumo de Servicios Financieros. Sebastián Gabriel Arruiz. Jornadas
sobre el Nuevo Código Civil y Comercial (preparatorias de las XXV Jornadas
Nacionales de Derecho Civil) Monte Hermoso, 5 y 6 de diciembre de 2014.

En efecto, en el precedente “Cuevas” (Ac. Rc 109305 del 1/9/2010), la


Suprema Corte de Buenos Aires admitió la declaración de oficio de la incompetencia
territorial. Sostuvo que “mas allá de las limitaciones cognoscitivas propias de los
procesos de ejecución, que impiden debatir aspectos ajenos al título, cuando la
pretensión ejecutiva reconoce arraigo en una relación de financiación para el
consumo, es posible y necesario interpretar la aludida regla procesal, de modo
compatible con los principios derivados de la legislación de protección de usuarios
(arts. 1, 2, 36 y 37, ley 24.240).

Que, según se acredita con las propias constancias de la causa (y


especialmente del propio pagare), la ejecutada tiene su domicilio real y laboral en la
ciudad de Pirané, por lo que resulta competente para entender en esta causa de
conformidad a lo normado por el art. 36 de la ley 24.240, el Juez del domicilio del
usuario o consumidor, que para el presente caso recae en el titular del Juzgado en lo
Civil, Comercial del Trabajo y Menores Nº 7 de la ciudad de El Colorado, tal como lo
establece el art. 5 de la Ley 521, Orgánica del Poder Judicial de la Provincia de
Formosa.-

7
Dejo desde ya planteada la excepción de falta de jurisdicción de S.S.
sin que esto afecte la honorabilidad de la contra parte y del juzgado.-

FUNDAMENTOS DE LA EXCEPCION DE INHABILIDAD DE TITULO

Que siendo aplicables al caso las leyes de defensa del consumidor,


corresponde oponer contra el progreso de la presente ejecución la Excepción de
Inhabilidad de Titulo.-

Y ello a fin de poder arribar a la solución que proteja del modo más
eficiente posible la finalidad tuitiva de grupos tradicionalmente postergados y
particularmente vulnerables, como ocurre con los usuarios y consumidores.-

Es importante resaltar que del propio pagare surge que el mismo fue
suscripto en garantía de un préstamo de dinero, siendo el actor un Banco que exige
para sus operaciones de crédito la firma de pagarés, que por lo general no refleja en
manera alguna, las condiciones y el monto del contrato de mutuo, que garantiza; de
allí que su ejecución de manera independiente del contrato que le sirve de causa no
cumple con los requisitos del art. 36 de la Ley de Defensa de Consumidor y no puede
ser tomado como un pagare de consumo. Siendo de esta manera inhábil para su
ejecución.-

Sentado lo anterior, diré que hay tres cuestiones procesales que corren
por carriles distintos: a) el pagaré conforme el Dec. Ley 5965/63 que da lugar a la
ejecución -actualmente, art. 1830 y sgtes. del Código Civil y Comercial de la
Nación-; b) el pagaré de consumo, que debe reunir los requisitos del art. 36 de la ley
24.240 -ref. por ley 26.361-; y c) cuando se suscita la duplicidad formal de la
documentación y se suscribe un pagaré que enmascara un préstamo de dinero, tal
como acontece en este caso.

En el caso de autos, el pagaré que se acompaña, en lugar de utilizarse


como instrumento circulatorio, abstracto, literal, y autónomo, constituye la garantía
de una operación de crédito para consumo, iniciándose la ejecución del mismo en
violación de los derechos de los consumidores y usuarios (argto. jurisp. esta Sala,
causa N° 153468 RSD 139/13 del 22/8/2013; arts. 101, 102, 103 y ccdtes. del Dec.
Ley 5965/63; conf. Osvaldo Gómez Leo, "El pagaré", Ed. Depalma, Cdad. de Bs.
As., 1988, págs. 20/21).

8
De este modo, el documento traído en autos, aunque se trate un título
formalmente válido, al ser utilizado como garantía de una deuda contractual cuyos
recaudos no aparecen cumplidos en el texto de la propia cambial, resulta inhábil para
intentar un cobro ejecutivo (argto. jurisp. esta Sala, causa N° 153468 RSD 139/13 del
22/8/2013).

Tales requisitos -que deben cumplirse en el pagaré bajo pena de


nulidad- son: a) La descripción del bien o servicio objeto de la compra o
contratación, para los casos de adquisición de bienes o servicios; b) El precio al
contado, sólo para los casos de adquisición de bienes o servicios; c) El importe a
desembolsar inicialmente –de existir- y el monto financiado; d) La tasa de
intereses efectiva anual; e) El total de intereses a pagar o el costo financiero
total; f) El sistema de amortización del capital y cancelación de los intereses; g)
La cantidad, periodicidad y monto de los pagos a realizar; h) Los gastos extras,
seguros o adicionales, si los hubiere (conf. art. 36 de la Ley de Defensa del
Consumidor).

Es por ello que advierto una contradicción en el sistema normativo: el


pagaré cumple los requisitos del Decreto Ley 5965/63 y, por lo tanto, podría
entenderse que es “ejecutable”, mientras que si se lo observa desde el punto de vista
de la relación de consumo subyacente no podría aceptarse su ejecución por cuanto
violenta el derecho protectorio del consumidor ante la imposibilidad de analizar si los
derechos que la ley 24.240 –ref. por ley 26.361- y la Constitución Nacional
reconocen al consumidor se encuentran debidamente resguardados (argto. doct.
Marcelo Quiroga, “Los títulos de crédito frente a los derechos del consumidor y el
juicio ejecutivo” publicado en “La reforma del régimen de defensa del consumidor
por la ley 26.361”, Daniel Ariza Coordinador, Ed. Abeledo Perrot, Cdad. de Bs. As,
págs. 81 y sgts.; Gabriel Stiglitz, “Protección jurídica del consumidor”, Ed.
Depalma, Cdad. de Bs. As., pág. 35).

Téngase en cuenta que la aplicación de la Ley de Defensa del


Consumidor se impone pues, como enseña destacada doctrina, el derecho de los
consumidores es un microsistema legal de protección que gira dentro del sistema de
derecho privado, con base en el derecho constitucional y, por lo tanto, las soluciones
deben buscarse dentro del propio sistema ya que lo propio de un microsistema es su
carácter autónomo y aún derogatorio de las normas generales (arts. 42 de la
Constitución Nacional y 38 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires. doct.
Ricardo Luis Lorenzetti, “Consumidores”, 2da. edición, Ed. Rubinzal – Culzoni,

9
Santa Fe, 2009, pág. 50; jurisp. esta Sala, causa N° 150526 RSD 66/12 del
27/3/2012).

De allí que esta parte sostiene enfáticamente que el pagaré en ejecución


ha sido librado en fraude a la ley del consumidor y transgrede la buena fe que debe
primar en las relaciones negociales (art. 36 de la ley 24.240 –ref. por ley 26.361-; art.
1071 del Código Civil).

A mi modo de ver, no existe estrategia más eficaz para sortear los


recaudos que establece una ley tendiente a la protección de intereses superiores, que
utilizar otras prerrogativas legales que –por atender a fines distintos- permite dejarlos
de lado. Es allí donde debe estar atenta la mirada del juez porque debe contemplar si
en el caso que se le somete a decisión no está comprometida una ley de orden público
que, por poseer recaudos específicos, excluye la posibilidad de contemplar los más
laxos que dispone la ley invocada por el demandante.

De este modo y aunque el pagaré se encuentra expresamente incluido en


el elenco de los títulos ejecutivos (art. 521 inc. 5° del C.P.C.) cumpliendo
formalmente con los requisitos establecidos por el Decreto Ley 5965/63, entiendo que
no es posible utilizarlo para promover una ejecución si el contrato de mutuo que le
sirvió de causa requiere de ciertos requisitos que no aparecen cumplidos en el texto
mismo del título cambiario (argto. jurisp. esta Sala, causa N° 153468 RSD 139/13 del
22/8/2013).

Es así que en la demanda se pretende la ejecución de un pagaré que como


lógica consecuencia de su carácter de literal, autónomo, completo y abstracto, debe
bastarse a sí mismo, pues -en los términos del Dec. Ley 5965/63- se encuentra
desvinculado de la relación que le dio origen, y por ello, resulta improcedente su
integración con instrumentos extracambiarios que se aparten del contenido
literal del título (argto. doct. Enrique M. Falcón, "Juicio ejecutivo y ejecuciones
especiales" - T. I, Ed. Rubinzal-Culzoni, Cdad. de Sta. Fe, 2009, pág. 272; jurisp.
Cám. Apel. Civ. y Com., Lomas de Zamora, causa N° 45136 RSI 329/97 del
26/6/1997; argto. art. 519 del C.P.C.).

Atento que el título ejecutivo posee como raíz contractual una


operación de préstamo para consumo, considerando la documentación acompañada
y el carácter de entidad bancaria y/o financiera del ejecutante, es que la utilizada no
es la vía procesal adecuada para el cobro de tales acreencias.-

10
Obsérvese que el pagaré acompañado se relaciona con el contrato de
préstamo de dinero y que el destino final es el consumo. No resulta novedosa la
utilización de títulos ejecutivos en el mismo proceso compulsorio, violentando los
derechos de los consumidores y usuarios.

Es dentro de este microsistema de los derechos del consumidor, y


considerando la documentación acompañada por el ejecutante, que la pertinencia del
presente reclamo debe ser analizado a través de la vía procesal del juicio de
conocimiento, a los fines de garantizar el ejercicio pleno de los derechos de los
consumidores y usuarios y ante la posibilidad de vulnerar garantías constitucionales
como la defensa en juicio y debido proceso (argto. arts. 18 y 43 de la Constitución
Nacional, 15 de la Constitución de la Pcia. de Bs. As., 8.1 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, 8, 9, 10 y 11 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, 18 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, 9 y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 542 del
C.P.C., y 1073, 1074 y 1075 del nuevo Cód. Civil y Com. de la Nación; Osvaldo A.
Gozaini, "Proceso y Constitución", Ed. Ediar, Cdad. de Bs. As., 2009, pág. 141/152;
Graciela G. Pinese - Pablo S. Corbalán, "Derecho constitucional", Ed. Cathedra
Jurídica, Cdad. de Bs. As., 2012, pág. 588/589; Guillermo A. F. López, "La
incidencia de la jurisprudencia constitucional sobre el debido proceso", Revista
Jurídica Argentina La Ley, 1996-E, págs. 920/921).

Dicha conclusión encuentra sustento además en el principio protectorio


del consumidor que impone que en caso de duda en la interpretación de los contratos
y de la ley, debe estarse a la más favorable a los derechos del consumidor (arts. 37 de
la ley 24.240).

Por otra parte, cabe resaltar que las limitadas excepciones admisibles en
un juicio ejecutivo -ampliadas a partir de la vigencia del nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación- y, en particular, la restricción para, en principio, introducirse
en el análisis de la causa de la obligación implican un fuerte cercenamiento de la
defensa en juicio del consumidor quien no podrá ejercer los derechos que la ley
24.240 le reconoce (arts. 1815, 1816, 1819, 1820, 1821, 1830 a 1834 del Código
Civil y Comercial de la Nación, 18 de la Constitución Nacional, 15 de la Constitución
Provincial, y 8 del Pacto de San José de Costa Rica). Excma. Cámara de Apelación
en lo Civil y Comercial, Sala Tercera, en el acuerdo ordinario a los efectos de dictar
sentencia en los autos: "BANCO MACRO S.A. C/ CORREA RUBEN DARIO

11
S/COBRO EJECUTIVO" Expte. Nº 158670, 15 de Septiembre de 2015.-

A partir del precedente “Cuevas, Eduardo Alberto c/ Salcedo,


Alejandro René s/ Cobro ejecutivo”, Suma Juba B33839, cf. S.C.B.A., Rc 109.305, 1-
9-2010, se admitió la posibilidad de que el Juez proceda “a la constatación, mediante
elementos serios y adecuadamente justificados... de la existencia de una relación de
consumo a la que se refiere el art. 36 de la ley 24.240 (conf. ley 26.361)” (cf. causa
cit., con nota aprobatoria de Álvarez Larrondo, Federico M., “Nueva doctrina legal de
la SCJBA en materia de juicios ejecutivos de consumo”, en La Ley, 14/09/2010, 3;
LL 2010-E-227 ver también: Álvarez Larrondo, Federico M. – Rodríguez, Gonzalo
M., “La extremaunción al pagaré de consumo”, en La Ley 2012-F, 671; Cám. Apel.
Civ. Y Com. Mar del Plata, sala II, 04/12/2012, “Carlos Giudice S.A. c. Marezi,
Mónica Beatriz s/ cobro ejecutivo”, LLBA 2013 (marzo), 433 y 72, LLBA 2013
(agosto), 724 con nota de Jorge Luis Bilbao “Inhabilidad del pagaré de consumo y un
pronunciamiento que dará que hablar” y Moia, Ángel Luis, “¿Todos los pagarés
instrumentan una relación de consumo?”, en La Ley 26/08/2013, 9, LL 2013-E-1 en
comentario a fallo de la Cám. Nac. de Apel. en lo Comercial, Sala E, 20-03-2013
“Medinas, Francisco Enrique c. Gamarra, Fernando Adrián s/ ejecutivo”).-

Esta doctrina abastece y fundamenta la indagación, en el caso de autos,


de la existencia de una relación de consumo en el negocio jurídico que se instrumentó
en el título valor cambiario en ejecución. Esto es así toda vez que ese examen, en
jurisprudencia ya consolidada, es admitido para determinar la competencia territorial
lo que –por consiguiente y por añadidura- habilita el análisis de la idoneidad del título
para su cobro ejecutivo.

En tal sentido anteriormente se decidió –entre muchos otros


antecedentes- que concurrían “indicios claros, precisos, concordantes y suficientes de
la calidad de proveedor de la ejecutante y consumidor de la ejecutada, idóneos para
establecer una relación de consumo aprehendida por la ley 24.240 –modificada por
ley 26.361-; arts. 163 inc. 5° y 384 del C.P.C.C.” (esta Sala, causa nº 58.066,
04/12/13, “BBVA Banco Francés S.A. ...”, entre muchas otras).

Que en el fallo plenario antes mencionado se dijo: “la relación de


consumo no cambia su naturaleza por el hecho de haberse instrumentado
mediante títulos valores; predicar lo contrario implicaría vaciar de aplicación la
norma protectoria por el simple expediente de imponer al consumidor la firma
de un papel de comercio. Entonces, si mediante la instrumentación por medio de

12
un título cambiario y por medio de un juicio ejecutivo (CPCN, título 2, arts. 520
y ss.) se procura la satisfacción de una deuda contraída con el objeto de adquirir
bienes para consumo, no puede dudarse de la directa aplicabilidad de las
normas protectorias contenidas en la ley de Defensa del Consumidor” (cfr. voto
de la mayoría, Dr. Pablo Heredia, en la Autoconvocatoria a Plenario s/ competencia
del fuero comercial en los supuestos de ejecución de títulos cambiarios…” Cám. Nac.
Com. –en pleno- 29/06/11 –el Dial – AA6CB4-).

La doctrina, comentando favorablemente el plenario mencionado de la


Cámara Nacional en lo Comercial, destacó – entre otros tópicos tres aspectos
relevantes del voto del Dr. Heredia que conformó la mayoría, a saber: “a) El principio
de la “abstracción cambiaria” no es obstáculo para la indagación de la relación
fundamental o causal cuando ello sea necesario para hacer efectiva la defensa de un
derecho constitucional o de las leyes dictadas en cumplimiento o ejercicio de la
Constitución Nacional”· “b) La deuda que instrumentan los pagarés que se basan en
las operaciones financieras para el consumo, no es distinta de la deuda que emana de
tales operaciones. En efecto, la creación de un título cambiario no modifica la
relación subyacente ni causa novación de ella. De ahí, entonces, que la causa de la
obligación cartular sea la misma que la de la relación subyacente”; “c) La deuda que
surge del título cambiario es la misma obligación primitiva, fortificada por la garantía
que proporciona aquél. La obligación del deudor es única y la relación cautelar no es
más que la vestidura transitoria del título causal”; “d) Puede haber dos acciones: la
cambiaria y la causal, pero no hay dos derechos, de modo que la relación cartular
tiene un contenido idéntico al del negocio fundamental.” (conf. Barreira Delfino,
Eduardo “Créditos para consumo, pagarés y abstracción cambiaria. Comentario al
Plenario "Autoconvocatoria a Plenario s/Competencia del Fuero Comercial en los
supuestos de Ejecución de Títulos Cambiarios" Revista de Derecho Bancario y
Financiero IJ-L-208, 22/09/11; en el mismo sentido Paolantonio, Martín E,
“Abstracción cambiaria, juicio ejecutivo y derecho del consumidor”, pub. En La Ley
8 – La Ley 2011-D, 421, IJ-L-208).

En la ejecución cambiaria de un título de crédito es jurídicamente


viable verificar si el negocio jurídico que lo determinó constituye una relación de
consumo (art. 42 Const. Nac.).

Si el pagaré ejecutado instrumenta una relación de consumo; el


análisis “prima facie” del negocio jurídico no es contrario a la naturaleza del proceso
ejecutivo toda vez que debe prevalecer el régimen tuitivo del consumidor, que

13
constituye un microsistema normativo específico emplazado en la
constitucionalización del derecho privado y de consumo; de las constancias de la
causa y la prueba aportada por esta parte se verá acreditada la infracción al art. 36 de
la ley 24.240 toda vez que el ejecutante -pudiendo hacerlo- no probó que el préstamo
otorgado tenía un objetivo ajeno a la relación consumerista, ni integró el título de
ejecución con otras constancias probatorias.

Que, de acuerdo a la normativa vigente citada, el instrumento se halla


incompleto, razón por la cual, corresponde que se declare la nulidad del mismo y en
consecuencia se haga lugar al presente planteo defensivo rechazando la ejecución
intentada.

No cabe dudas que, en el estadio actual de evolución de la doctrina y


la jurisprudencia, corresponde acudir a la armonización de los dos regímenes legales
involucrados (el de derecho común -por aplicación de las normas cambiarias y las
procesales del juicio ejecutivo- y el microsistema del consumidor) confiriendo
primacía –cuando corresponda- al sistema especial (arts. 42 y 43 Const. Nacional; art.
38 Const. Pcia. Bs. As., ley 24.240, T.O. ley 23.631

Reitero, que ya nuestra Excma. Cámara de Apelaciones Civil y


Comercial de Formosa, en un reciente Fallo Nº 17.316/15 suscripto por sus
integrantes, Dra. Telma C. Bentancur- Dra. Vanessa J. A. Boonman- Dra. María
Eugenia García Nardi, han ajustado la doctrina jurisprudencial de dicho tribunal
estableciendo que ante la presentación de instrumentos de pago de la obligación, por
parte del demandado, se imponga al demandante la carga de acreditar, en el
expediente, el origen de la deuda que intenta hacer valer.

Todo lo cual habilita a esta parte para interponer la excepción de


Inhabilidad de Título (art. 541 inc. 4 del C.P.C. y C.), por cuanto el presunto título
ejecutivo que garantiza un crédito para el consumo, y reitero, regido por las
condiciones y requisitos establecidos por el art. 36 de la LDC, que se acompaña con
la demanda no resulta formalmente válido para iniciar la presente acción ejecutiva.

Ello no supone el aniquilamiento o supresión del régimen procesal y


cambiario de derecho común (arts.518, 521 inc. 5, 542, 547, 551 y concs. C.P.C.;
arts. 1, 2, 18, 101, 102, 103 y concs. dec/ley 5965/63), sino que se debe procurar la
armonización de ambos sistemas, prevaleciendo el régimen especial protectorio de los
consumidores. Ello significa que la compatibilidad entre el régimen especial –que,

14
por regla, prevalecen o excluye totalmente la aplicación (remanente o residual o en
los aspectos no previstos especialmente) del sistema general de derecho común (arts.
42 y 43 Const. Nac.; art. 38 Const. Pcia. Bs. As.; arts. 3, 65 y concs. ley 24.240).

En la Causa nº: 2-58639-2013 "CREDIL S.R.L. C/ ORSETTI


CLAUDIO S/COBRO EJECUTIVO" JUZGADO EN LO CIVIL Y COMERCIAL –
OLAVARRIA se ha sostenido que: “La relación de consumo, el derecho a la
seguridad y las restantes reglas y principios consumeristas consagradas expresamente
en la norma del art. 42 de la Constitución Nacional se emplazan, sin hesitación, en el
actualmente llamado derecho privado constitucional, o derecho privado
constitucionalizado o constitucionalización del derecho civil, con sus consiguientes
implicancias: la Constitución es fuente normativa y axiológica de interpretación de
esos derechos, especialmente en casos de colisión de reglas y principios; el art. 42 de
la Constitución Nacional que consagra los derechos de los consumidores y usuarios
en la relación de consumo y el art. 43, componen el bloque normativo adscripto al
derecho civil constitucionalizado, por lo que esos derechos ostentan jerarquía
supralegal, de inmediata operatividad, y con fuerza normativa constitutiva de un
sistema general, protectorio del usuario y del consumidor, que se complementa con
cada subsistema específico (en autos el propio régimen de la ley 24.240 –según ley
26.361). (ver Galdós, Jorge con la colaboración de Jorge Ferrari, “La relación de
consumo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación” en Picasso, Sebastián -
Vázquez Ferreira, Roberto, “Ley de Defensa del Consumidor Comentada y Anotada”,
Tomo III, pág. 1, Ed. La Ley BS. AS. 2011).-

Sólo con la finalidad de enfatizar el significado de la referida


constitucionalización aplicable al derecho de consumo, destaco una vez más que en el
Derecho Civil Constitucional o Derecho Privado Constitucional las reglas
constitucionales y las supranacionales "componen el sistema jurídico por dos
caminos; si se considera que son directamente operativas, sea por mandato normativo,
sea por una actitud proactiva de los tribunales o, en todo caso, por otra vía, si se
considera que la reglas de la Constitución Nacional, de los Tratados de Derechos
Humanos y de los Tratados de Integración tienen carácter de principios generales
vinculantes" (Alterini, Atilio Aníbal, "Respuestas ante las nuevas tecnologías:
sistema, principios y jueces", La Ley, 2007-F, 1338).

Bidart Campos postula que "a la letra de la Constitución se la


vivifique con una judiciabilidad dinámica, capaz de interpretar las normas que hay
y de integrar los vacíos producidos por lo que hay, todo a favor de un estado social

15
y democrático de derecho" (Bidart Campos, Germán J., "Lo viejo y lo nuevo en el
Derecho a la salud: entre 1853 y 2003", La Ley, 2003-C, 1235). Por todo ello, "el
juicio de ponderación constituye una guía fundamental para solucionar conflictos
de fuentes, de normas (en el caso entre el régimen del derecho cambiario y el
procesal con el derecho del consumo), o de interpretación de la ley".

De lo dicho se desprende claramente que cuando la armonización entre


el régimen cambiario (y especialmente la aplicación de la abstracción cambiaria y
procesal) con el sistema de consumo no es posible, prevalece la norma especial (la
citada Ley de Defensa del Consumidor) por ser la norma específica y de derecho civil
constitucional.

Que tal como se señaló en la jurisprudencia citada, solo puede


considerarse título ejecutivo a los efectos de esta causa, el pagaré conformado con los
requisitos establecidos legalmente (LDC art. 36), incumbiendo al ejecutante cumplir
con esos requisitos o bien probar que esta ejecución está exenta de una relación de
consumo.

En relación al pretendido cobro ejecutivo de Pagaré que como se


acredita contiene una relación de consumo, en el ámbito de una operación de crédito,
conforme el art.36 L.D.C. se ha dicho que: “Un crédito o una financiación para el
consumo es aquel en el que una persona física o jurídica en el ejercicio de su
actividad u oficio, concede o se compromete a conceder a un consumidor bajo la
forma de pago aplazado, préstamo, apertura de crédito, o cualquier otro medio
equivalente de financiación, para satisfacer necesidades personales al margen de su
actividad empresarial o profesional” (cfr. Laguinge, Esteban citado por Müller,
Enrique C. y Saux, Edgardo I. “La Ley de Defensa del Consumidor” Picasso-
Vázquez Ferreyra Dir., Tomo I Parte General, Ed. La Ley 2009, pág. 413).

En suma, usualmente la operación de crédito para el consumo


quedará configurada, sin perjuicio de la técnica de financiación, siempre que los
bienes o servicios contratados estén destinados a satisfacer necesidades
personales o familiares del consumidor (aut. y ob. cit.).-

Incluso se acude a las normas de la conexidad contractual como


sustento de la interpretación aquí propiciada al sostenerse que “la idea que se delineó
( con la reforma de la ley 26.361) básicamente consiste en permitirle al consumidor
alegar sus defensas causales e invocar normas protectoras aun en un juicio ejecutivo,

16
lo que también puede encontrar razonable apoyo en la conexión contractual ahora
receptada en nuestra LDC, intentando, en definitiva, brindar al consumidor un marco
de protección al utilizar instrumentos de crédito” (cf. Quiroga, Marcelo, “Los títulos
de crédito frente a los derechos del consumidor y el juicio ejecutivo (a propósito de la
Ley 26.361)”, en Ariza, Ariel (Coordinador), “La Reforma del Régimen de Defensa
del Consumidor por Ley 26.361” cit. anteriormente).

A poco que observamos no surge del pagaré el capital originario


prestado, el total de los intereses a pagar o costo financiero total, el sistema de
amortización de capital y de cancelación de intereses, la cantidad, procedencia y
montos de los pagos a realizar o realizados, etc. Se advierte entonces que no se
cumplimentan los presupuestos requeridos por el régimen consumerista (arts.
518 y sgtes. del CPCC; arts. 46, 101 y ss. Del decreto/ley 5965/63; arts. 36 y 37 de
la LDC;) y por lo tanto el pagaré no es idóneo para requerir su cobro
compulsivo por la vía ejecutiva, tanto por aplicación de la norma ahora vigente,
como –incluso- de la anterior al año 2008 en la que el art 36 era menos estricto.-

Esto es que si bien el pagaré cumple los requisitos del Decreto Ley
5965/63 y, por lo tanto, podría entenderse que es “ejecutable”; si se lo observa
desde el punto de vista de la relación de consumo subyacente –no desvirtuada en
autos- no podría aceptarse su ejecución por cuanto violenta el derecho protectorio
del consumidor ante la imposibilidad de analizar si los derechos que la ley 24.240 y la
Constitución Nacional reconocen al consumidor se encuentran debidamente
resguardados (Cám. Ap. Civ. y Com. de Mar del Plata, Sala III, causa nº 148.094,
caratulada “BBVA. Banco Francés SA c/ Nicoletto Marcelo Andrés s/ cobro
ejecutivo”, de fecha 17.10.11, con voto preopinante de la doctora Zampini).-

“Ello lleva a concluir que en principio el pagaré en ejecución ha sido


librado en fraude a la ley del consumidor y transgrede la buena fe que debe primar en
las relaciones negociales (arts. 21, 953, 1071, 1198 y ccdts. del Código Civil).”

“En consecuencia, entiendo que aunque el pagaré cumpla los


requisitos que establece el decreto ley 5965/63, y la ley procesal lo haya incluido
expresamente entre el elenco de los títulos ejecutivos (atr. 521 inc. 5 del CPCC), no
es posible utilizarlo para promover una ejecución si el contrato que le sirvió de causa
requiere de ciertos requisitos que no aparecen cumplidos en el texto del título
cambiario.”

17
“ Ello no implica que el acreedor carezca de alternativas para perseguir
el cobro de los aludidos documentos, pues siempre conservará las acciones ordinarias,
en las cuales el deudor podrá interponer todas las defensas nacidas de la relación
causal, lo cual es inherente a la garantía constitucional de defensa en juicio. “Al fin y
al cabo, si el proceso de ejecución debe su celeridad al mero hecho de que el deudor
no pueda invocar otras defensas que las que emanan de las formas extrínsecas del
título, sin entrar a discutir la legitimidad de la causa (art. 544 inc. 4, cód. procesal),
es preferible, desde todo punto de vista, sacrificar esa celeridad en aras de la
averiguación de la verdad jurídica objetiva y lograr, del juez interviniente, la
obtención de la certeza positiva o negativa sobre el material fáctico en que las partes
han fundado sus respectivas pretensiones, como reiteradamente lo ha resuelto
nuestro más alto tribunal desde el célebre caso “Colalillo” (fallos: 238:550),
mediante una doctrina que continúa plenamente vigente desde la fecha de su dictado,
el 18-9-1957” (NISSEN Ricardo Augusto, “Los títulos de crédito en la Argentina.
Esplendor y decadencia. A propósito de un fallo ejemplar”. Pub. en E.D. nº 13.188
del 27.02.13).”
“Asimismo, más allá de los restantes valores que dice el recurrente
afectar la resolución en crisis (vr. gr. desalienta el consumo, vulnera la equidad), debo
resaltar que el régimen protectorio consumeril es de orden público (conf art. 65 ley
24.240), y en consecuencia, resulta irrenunciable, debiendo el juez de oficio proceder
a su aplicación.”
“De manera que el pagaré acompañado carece de la información
necesaria para poder corroborar si en la relación subyacente se han resguardado
debidamente los derechos del consumidor actuando acorde a las prescripciones de su
régimen protectorio, por lo que entiendo procedente la aplicación analógica de la
sanción dispuesta por el art. 36 de la ley 24.240 con las reformas introducidas por la
ley 26.361” (conf. C. Civ. Com. de Mar del Plata, Sala III, “Comafi” (SD) del
11.03.11). Exma. Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Azul Sala I
sentencia en la causa “BAZAR AVENIDA S.A. C/LIGORE, JULIO RUBEN
S/COBRO EJECUTIVO” (Causa N° 57.142) fecha 28 días de Mayo de 2013.-

Como corolario a lo dicho, cabe enfatizar que la instrumentación


de la relación jurídica expresada en el documento, sin elemento adicional alguno
que lo integre, lo torna en inhábil para el cobro ejecutivo, en la forma
pretendida (art.36 L.D.C.).-

Que en consecuencia, resultan abrumadores los fundamentos que


hacen efectiva la defensa constitucional de los derechos del consumidor, como el

18
suscripto y que habilitan la procedencia de la excepción de Inhabilidad de Título
planteada en este escrito.

PRUEBA
Que a los efectos de acreditar los extremos que tornan viable la
presente excepción de incompetencia, ofrezco como prueba los documentos obrantes
en la presente causa y que sirven de base a la demanda incoada en mi contra.-

DERECHO
Fundo el derecho que me asiste en el artículo 541 inc. 1 y 4 del
C.P.C.C., Ley Nº 521 Orgánica del Poder Judicial y Ley Nacional 24.240.-

PETITORIO
Por todo lo expuesto, de S.S. solicito:
1)- Me tenga por presentado, parte en el carácter invocado, denunciado el domicilio
real y constituido el legal.-
2)- Se tenga por opuesta en legal tiempo y forma la excepción de incompetencia
territorial y de inhabilidad de título.
3)- Oportunamente se resuelvan las excepciones planteadas haciendo lugar a las
mismas, ordenándose en consecuencia la remisión del presente expediente al juzgado
competente, quien oportunamente deberá resolver la excepción de inhabilidad de
título planteada, con costas.-

PROVEER DE CONFORMIDAD QUE, SERA JUSTICIA.-

MONGELOS GLADYS
DNI Nº 23.667.345

19

También podría gustarte