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JACQUES MONOD
MELVIN CALVIN
EDWARD L. TATUM
JEAN BRACHET
ILLYA PRIGOGINE
DANIEL BLANGY
ALAIN BUSSARD
JEAN-PIERRE
CHANGEUX
PIERRE THUILLIER
PIERRE VOLFIN
BIOLOGÍA MOLECULAR
(SELECCIONES DE LA RECHERCHE)
PRESENTACION
El editor francés
Las referencias entre paréntesis remiten a la
bibliografía, al final de la obra.
1.COMO NACIO LA BIOLOGIA MOLECULAR
Pierre Thuillier
4La naturaleza del código genético parece hoy “evidente”. Pero antes de que Crick
y sus colaboradores propusieran la idea actualmente aceptada (1957), Gamow había
propuesto otro código llamado “de imbricación”: las dos últimas bases de un triple-
te constituían las dos primeras del triplete siguiente, etc.
5Mullins señala que André Lwoff ha partido en una de estas salidas en 1950, por
ejemplo.
poco al interpretar vuestras experiencias” —tales eran
los consejos que daba Max Delbrück. Para hacer la in-
vestigación más eficaz, se puso un servicio de informa-
ción (Phage Information Service), que permite seleccionar
la información importante y la información trivial —
los “signos” y los “ruidos de fondo”. La posición de la
biología molecular, en suma, se hace cada vez más
sólida.
6En 1949, declara A. Lwoff, “la lisogenia se había convertido en una herejía” en la
escuela virológica americana (24, p. 47).
créditos propios, etc. Después de 1966 es difícil seguir
el destino del grupo del fago, pues desde ahora está
englobado en la biología molecular, cuyo dominio es
mucho más vasto. Por la misma razón del éxito conse-
guido, la empresa pierde sus caracteres distintivos.
Como escribía Stent hace ya algunos años, es probable
que “la biología molecular se haya convertido ahora en
un campo de trabajo prosaico”. (Nada impide creer,
desde luego, que otros “paradigmas” y otras “redes”
estén formándose en las fronteras de la disciplina aho-
ra consagrada: “Ahora que la genética molecular se ha
convertido en una disciplina académica, puede espe-
rarse encontrar en la vanguardia de la investigación
biológica a los que estudian el sistema nervioso más
que a los genetistas7”).
Jacques Monod
17Sperry.
18Una teoría según la cual la memoria estaría cifrada en la secuencia de los radia-
les de ciertas macromoléculas (ácidos ribonucleicos) es creída por algunos fisiólo-
gos. Estos creían aparentemente volver a unir así y utilizar las concepciones saca-
das del estudio del código genético. Ahora bien, esta teoría es insostenible de cara a
nuestros conocimientos actuales sobre el código y los mecanismos de la traducción.
mente en ciertas vías sensoriales, resultados profun-
damente significativos.
lunatismo y empirismo
La función de simulación
25J. Levi-Agresti y R. W. Sperry, Proc. Nat., Acad. Sci., 61, 1151 (1968).
cuada y de previsión exacta confirmada por la experiencia
concreta por la que el poder de simulación del sistema
nervioso central, en nuestros antepasados, ha sido em-
pujado hasta el estado alcanzado en el Homo sapiens. El
simulador subjetivo no podía equivocarse cuando se
trataba de organizar una cacería de pantera con las
armas de las que podía disponer el Australántropo, el
Pitecántropo o incluso el Homo sapiens de Cromagnon.
Por esto es por lo que el instrumento lógico innato,
heredado de nuestros antepasados, no nos engaña y
nos permite “comprender” los acontecimientos del
universo, es decir, describirlos en lenguaje simbólico y
preverlos, con tal que los elementos de información
necesarios sean proporcionados al simulador.
François Jacob
Edward L. Tatum
28En la estructura bicatenaria del ADN (ver fig. 2) se vuelven a encontrar siempre
cara a cara en las cadenas complementarias, adenina-citosina y timina-guanina, lo
que asegura una replicación fiel. En el ARN, el uracilo reemplaza a la timidina.
El material genético se encuentra frecuentemente —
quizás siempre— en forma de moléculas cíclicas, como
sucede en los cromosomas bacterianos, en los bacterió-
fagos, en el virus del polioma e incluso en los cromo-
somas de las especies más evolucionadas. Esta forma
circular tendrá un papel importante en el proceso de
duplicación, que comienza —al menos en las bacte-
rias— en un locus preciso y se propaga poco a poco a lo
largo del cromosoma hasta que el proceso se termina.
Puede que esta forma circular sirva, entre otras cosas,
para proteger el ADN contra un ataque enzimático por
las extremidades libres de la molécula.
29Ver “Síntesis del ARN in vitro”, Atomes núm. 227, p. 365, y núm. 238, p. 717.
30Enzima específica de la hidrólisis del ADN, en ciertos puntos muy precisos.
Figura 3. Micrografía electrónica del ADN extraída del virus del
polioma, preparada según la técnica de Kleinschmidt y Zahn. La
forma circular de las moléculas es particularmente visible. El aspec-
to bihelicoidal de algunas de estas macromoléculas se debe a azares
de la preparación. No podría confundirse en absoluto con la estruc-
tura en doble hélice que se sitúa en el seno mismo de cada filamen-
to. Aumento: 52.000. (Cliché, Instituto Suizo de Investigaciones
Experimentales sobre el Cáncer y Centro de Microscopía Electróni-
ca, Lausanne).
Herencia citoplásmica
Terapéutica y genética
Un trabajo interdisciplinario
J - P. Changeux y D. Blangy
glucosa-6-fosfato →glucosa-1-fosfato
uridindifosfoglucosa →glucógeno
Fierre Volfin
Aerobios y anaerobios
4.Antiguas bacterias
Alain Bussard
40G. Biozzi y cols.,Ann. Inst. Pasteur, 110, 1966; O. Zaalberg, Nature, 202,1231,
1964.
41N. Jerne y cols, Cell Bound Antibodies, Wistar Inst. Press, Filadelfia, 1963; J.
Ingraham y A. Bussard, J. Ex. Med., 119, 669, 1964.
de enumerar algunas células activas por millones de
células examinadas).
42H. Ludke, Klin. Wschr., 22, 1034, 1912; A. Carrel y col., J.Ex. Med., 15, 287,
1912.
43R. Auerbach y cols., Exp. Cell. Res., 42, 31,1966.
debazo de anfibio, de pollo o de mamífero que permi-
tiese una estimulación antigénica totalmente in vitro.
Hay que decir que, desde los años 50, este proceso de
síntesis adaptativa parecía cada vez menos de acuerdo
con todo lo que se descubría sobre los mecanismos
biosintéticos de las proteínas, en particular en las bac-
terias. Cuando se llegó al convencimiento de que una
proteína no dirigía la síntesis de otra proteína, hubo
que admitir que, para la síntesis de los anticuerpos en
las células de vertebrados, como para la de las enzimas
en las bacterias, no había síntesis “adaptativa” del an-
ticuerpo gobernada por el antígeno, sino una selección
de un mecanismo innato en la célula (es decir, preexis-
tente) por parte del antígeno. Entonces Bumet y Leder-
berg propusieron la teoría de la selección clonal47.
47M. Burnet, Austr. J. Sci., 20, 67, 1957; J. Lederberg, Science , 129, 1649, 1959.
anticuerpo preexiste en la célula competente, y el antí-
geno no hace más que iniciar el proceso de multiplica-
ción celular y de síntesis consecutiva de anticuerpo.
←
Figura 6. Según la hipótesis de la selección clonal, las células linfoi-
des primordiales están diferenciadas desde el punto de vista in-
munológico. En cierta época, estas células se hacen competentes:
cada célula adquiere un programa particular (un receptor comple-
mentario de un antígeno). Si un antígeno entra en contacto con la
célula que lleva el receptor adecuado, esta célula se dividirá, dando
nacimiento a una descendencia (un “clon”) de células parecidas y
dotadas todas del receptor específico. Algunas de estas células
segregan el anticuerpo específico del antígeno (anticuerpo que
quizás sea el receptor mismo) y capaz de combinarse con él. Otras
quedarán quiescentes, constituyendo una población de células
“memoria” susceptibles de reactivarse en todo nuevo contacto con
el antígeno específico (reacción secundaria).
La memoria inmunológica
52F. Crick, Nature, 234, 25, 1971; S. Ohno, Nature, 234, 134, 1971.
cepciones que, integrando lo adquirido por la biología
molecular, sobrepasen a ésta adoptando explicaciones
originales especialmente adaptadas a la inmunología.
Jean Bracket
←
Figura 3. Representación esquemática de los gradientes morfogené-
ticos y de la teoría de Morgan sobre la diferenciación embrionaria.
Sobreviene la fecundación
De la ficción a la realidad
Melvin Calvin
1 cianógeno CN 3.875 Å
940
1 CH 3.745-4.233
941 Å
1 18; 6,3 ;
963 hidroxilo OH 5,0,y 2,2 cm
1
968 amoniaco NH3 1,3 cm
1
968 agua H2O 1,4 cm
1
970 monóxido de carbono CO 2,6 mm
1
970 cianógeno CN 2,6 mm
1 hidrógeno H2 l.100Å
970
1
970 cianoacetileno HC3N 3,3 cm
1 36 y 1 cm;
970 alcohol metílico CH3OH 3 mm
1
970 ácido fórmico CHOOH 18 cm
1 monosulfuro de car-
971 bono CS 2,0 mm
1
971 formamida NH2CHO 6,5 mm
1
971 óxido de silicio SiO 2,3 mm
1
971 sulfuro de carbonilo OCS 2,7 mm
1
971 acetonitrilo CH3CN 2,7 mm
1 CH3CHO
971 acetaldehído 28 cm
1 H2CS
971 tioformaldehído 9,5 cm
1
972 sulfuro de hidrógeno H2S 1,2 mm
1 monóxido de azufre SO 3 mm
973
←
A.La determinación de la secuencia de los aminoácidos que consti-
tuyen una proteína permite conocer su estructura primaria.
Illya Prigogine
El desorden molecular
2. R.H. Miller, K.H. Prendergast y W.J. Quirk, Report Coo., 614-72, The Uni-
versity of Chicago.
La inestabilidad de Bérnard
4.Termodinámica generalizada
10. J. Cairns, G.S. Stent, J.D. Watson (editors), Phage and the
Origins of Molecular Biology, Cold Spring Harbor, 1966.
46. L.E. Or gel, The Origins of Life : Molecules and Natural Se-
lection, Chapman and Hall, Londres, 1973.
47. M. Polanyi : «Life’s Irreductible Structure», Science, 160,
1308, 21 juin 1968.