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Puntúa y corrige el siguiente texto.

Cumpleaños feliz
GREGORIO SALVADOR de la Real Academia Española
17-1-2009

Hoy cumple noventa años Antonio Mingote. Ahí lo tienen ustedes


como todos los días al volver esta hoja. No sé cuándo esto
escribo cuál será su dibujo en qué dirección apuntará su ingenio
en qué palabras condensará hoy su gota cotidiana de humor
y sabiduría. Solo sé, que nunca defrauda.

Desde el 19 de junio de 1953 ininterrumpidamente ha publicado


su viñeta en este periódico. Más de cincuenta y cinco años
más de veinte mil dibujos la mayor parte con su pie. Pongamos
de promedio de dos a tres líneas por pie y calculemos en
extensión de libro lo que eso representa el escritor Antonio
Mingote el Mingote sabio. Se ha dicho que su colaboración cotidiana
es en síntesis una editorial. La historia de ese colmado medio
siglo la verdadera historia política y social podría hacerse desde
el lápiz y la pluma de Mingote.

Cumplir noventa años y cumplirlos con la agilidad mental


y física con que él los cumple con su temple moral ya es
una felicidad en sí misma que puede disfrutar en plenitud. Y
con él todos los que lo queremos y lo admiramos que somos
muchedumbre. Y desde luego ABC su morada del que ha
sido estandarte y blasón o como suele decirse ahora con
lenguaje censual seña de identidad.

Somos pues muchos y variados a celebrar este cumpleaños feliz


y a emplazar a Antonio Mingote para su centenario. Yo que
tengo ocho años y medio menos que él seguramente no lo
veré pero ya le tengo dicho que deseo morirme antes para
que me dedique una viñeta elegíaca ese género que ha
invetnado y del que es maestro insuperable.

Yo lo admiraba desde mis años de estudiante por los cuarenta


cuando colaboraba en La Codorniz. Ni imaginar que nuestras
vidas iban a confluir en su último tramo. A él lo eligieron
académico cuando yo ya había sido elegido y él fue el
siguiente. Leyó mi discurso de ingreso Sobre la letra q para
orientarse y me dijo lo más hermoso y halagador para mí
viniendo de quien venía que era un discurso que se podía
dibujar y que había estado imaginándole ilustraciones mientras lo
leía. Yo fui uno de los dos académicos que lo condujeron al
estrado el día de su ingreso y desde entonces fue creciendo
y afianzándose nuestra amistad. Congeniamos desde el principio.
Somos asiduos ambos faltamos muy pocos jueves y cuando falta
se echa de menos porque su presencia infunde serenidad.

De Antonio Mingote se han dicho tantas cosas y todas buenas


que todo lo que yo pueda decir y quisiera decir parecerá
plagio pero hay algo que quiero destacar es una de esas
personas entrañables que poseen en altísimo grado el don de
la amistad que sin esfuerzo aparente saben ganarse el aprecio
y la confianza el reconocimiento y la voluntad de quien a
ellas se aproxima de quien está en su cercanía.

Llevamos más de veinte años conviviendo en la Academia


viéndonos cuando menos todos los jueves y pasando casi dos
horas esa tarde en asientos contiguos en una comisión de
las que proceden a la revisión del diccionario una reunión
laboriosa de ocho o diez personas espontánea amistosa finamente
crítica en la que se analizan las propuestas de los lexicógrafos
que trabajan para la casa y su aporte documental. Alguna vez
él ha olvidado el audífono en casa y me toca a mí informarlo
de lo que están diciendo los demás pero no pierde ni el
sosiego ni el estilo. Sus intervenciones amén de irónicas suelen
ser clarificadoras y decisorias. Su juicio mesurado y su precisión
idiomática resultan habitualmente incontrovertibles. El último jueves
lo felicitamos todos anticipadamente por esta llegada triunfal a los
noventa y en el curso de la sesión analizamos y discutimos la
palabra acercanza, que aparece en el DRAE como voz antigua
con el significado de proximidad, relación y efectivamente
desapareció a finales del siglo quinze su última aparición escrita
es de 1494. Toda voz que no haya llegado al siglo dieciséis
que no esté documentada en los clásicos debe de ser tratada
por el diccionario histórico claro está pero desaparecer del actual
para aligerarlo para hacer sitio a la riada de neologismos que
van llegando y se van haciendo usuales en el intercambio
cotidiano. Lo recuerdo y propongo su eliminación pero los
escritores presentes Arturo Pérez-Reverte Javier Marías Francisco
Brines Emilio Lledó se han enamorado de ella les parece
sugestiva y susceptible de ser usada de entrar en competencia
con cercanía o proximidad e introducir algún matiz diferenciador
que ahonde en el significado y piden su indulto. Si ellos son
capaces de revitalizarla de reintroducirla en la lengua en las
próximas semanas sus textos la justificarán y por supuesto la
salvarían. Se aplaza pues la ejecución de la sentencia. Antonio
que también está con ellos y dispuesto a cooperar en la
conservación me dice: Cómo estamos tú y yo En acercanza.
En qué se ha apoyado nuestra amistad de años En la
acercanza académica . Me convence.

Suele convencer. En este ambiente de trabajo y entendimiento


donde se afinan las definiciones con la colaboración de todos
ahí es decisivo con frecuencia el magisterio de Mingote su
conocimiento de las cosas su memoria de lo que fue y su
exactitud conceptual. Sentado a mi izquierda me apunta soluciones
mientras se discute algún problema remiso siempre a alzar su
propia voz. Tengo yo que levantar la mía y comunicar Antonio
dice que y lo que dice Antonio va a misa.

A veces se le reclama su opinión de experto en algún campo


donde sabemos que lo es. Se ríe y niega ser experto en
nada. Pero lo es de verdad en muchas cosas por ejemplo en
música y en instrumentos musicales. Hasta he llegado yo a
saber algo de eso después de sus explicaciones, siempre atinadas
y aclaradoras porque conoce muy bien la lengua que habla y
su observaciones sobre ella tienen por lo menos la misma
fiabilidad que cada uno de los rasgos de su lápiz o de su
pluma cuando traza sus dibujos. No me canso nunca de insistir
en que es un escritor de cuerpo entero. Aunque su genio de
dibujante deslumbre de tal modo, que impida advertir el brillo y
la exacta concisión de sus bocadillos y desvíe la atención de
la prosa de sus libros, donde Hombre solo, pongamos por caso,
permite soslayar a Historia de la gente . Y ya con repasar
sus títulos se da uno cuenta de la condensación de su estilo
recordemos por ejemplo Los inevitables políticos.

Convivir con él es un lujo. Cuenta las anécdotas con la misma


sencillez y profundidad que muestran sus viñetas. Hablábamos el
jueves de todo esto de sus cincuenta y cinco años en ABC
de las nuevas generaciones y contó que había llamado al
periódico para hablar con alguien de las alturas de la plana
mayor y le pasaron la llamada al despacho correspondiente.
Quién lo llama por favor oyó una voz femenina desconocida la
secretaria al parecer. Antonio Mingote. De qué empresa.

Nos contaba hace algún tiempo a propósito de una discusión


de la serie más o menos sinonímica constituida por alias apodo
mote seudónimo y otros que en Daroca todas las familias del
pueblo tenían su apodo menos la suya curiosamente. «Con este
apellido ya no era necesario».

Siempre sosegado pero no impasible. No se le puede dar gato


por liebre y la estupidez ambiental es un calvario para él. La
va señalando y algo logra la pone de relieve con sus monigotes
y sus comentarios y nos hace sonreír que no es poco regalo.
En ocasiones su dibujo editorial es de tal calado, que merece
los honores de la portada como ese de hace unos días en
que alguien muestra el zapato en el que los Reyes Magos
no habían dejado nada pero le habían echado unas medias
suelas.

Felicidades Antonio. Sopla ya las noventa velas de la tarta y


disfrutemos todos contigo de esta fecha única en la vida y
no en todas las vidas a la que tú has llegado en paz y
gracia en gloria y en verdad.

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