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Actas de la Trigésima Primera Conferencia AAAI sobre Inteligencia Artificial (AAAI-17)
Por qué es importante enseñar ética a los profesionales de la IA
Judy Goldsmith, Emanuelle Burton
Abstracto
Sostenemos que es crucial para el futuro de la IA que nuestros
estudiantes reciban capacitación en múltiples modos complementarios
de razonamiento ético, para que puedan tomar decisiones éticas de
diseño e implementación, decisiones profesionales éticas y que su
software esté programado para tener en cuenta las complejidades de
actuar éticamente en el mundo.
Introducción
Consideremos la decisión que muchos de nosotros tomamos el año pasado
sobre si firmar o no la carta abierta solicitando a la ONU que prohibiera el
desarrollo de IA como arma. Los autores (uno de los cuales es un practicante
de IA que también tuvo que tomar esta decisión) utilizan este estudio de caso
para demostrar que el conocimiento de los marcos éticos es una herramienta
de crucial importancia en la caja de herramientas de un estudiante de IA, un
practicante de IA y un teórico de la IA.
Para algunos profesionales de la IA, la decisión de firmar esta
carta abierta fue una obviedad, ya sea porque esas personas ya
estaban comprometidas con la no violencia de alguna forma o
porque habían pensado detenidamente sobre los peligros de la IA
armada. Sin duda, algunos firmaron porque los líderes de la
comunidad lo hicieron y querían ser vistos como uno de los “chicos
geniales”. Muchos otros, sin embargo, optaron por no firmar la
carta, e incluso se opusieron firmemente a ella, porque creen que la
IA como arma es inevitable o deseable; porque creen que cualquier
IA puede usarse como arma;1porque eran reacios a asociar su
nombre con una petición cuando no podían predecir las
ramificaciones, o por muchas otras razones que surgían de su
comprensión de la investigación, la política o sus imperativos
morales personales.
No estaba del todo claro dónde aterrizaría un agente codicioso en
esta cuestión. La carta estaba vinculada a una organización que ofrecía
subvenciones para IA, más concretamente para proyectos de ética e IA.
Por otro lado, se podría concluir razonablemente que firmar dicha carta
podría tener un efecto negativo sobre el posible apoyo a través de
investigaciones financiadas por el ejército. En algunos países, existe una
importante financiación militar para la IA, aunque a menudo para
trabajos formulados en términos de defensa y seguridad, más que de
ataque y armas. Algunos laboratorios de investigación están
Derechos de autocr©2017, Asociación para el Avance de las Tecnologías
Artificiales
Inteligencia (www.aaai.org). Reservados todos los derechos.
1En palabras de Ani DiFranco, "Porque cada herramienta es un arma
– si lo mantienes bien”. (De la canción Mi IQ)
1
capaz de apoyar a los estudiantes porque aceptan financiación militar;
como tal, la preocupación por la financiación no puede descartarse
como puramente egoísta (aunque todavía refleja una preferencia por su
propia comunidad de investigadores de IA).
De hecho, muchas personas tomaron su decisión basándose en
preocupaciones morales y, sin embargo, llegaron a respuestas
diferentes. No era sólo que la gente llegara a conclusiones
diferentes; en muchos casos, comenzaban con ideas diferentes
sobre cómo tomar una decisión ética. En este artículo, mostramos
cómo el conocimiento de diferentes marcos éticos puede iluminar
los diferentes enfoques para la toma de decisiones que tomaron
diferentes profesionales de la IA, y reexaminamos la cuestión de si
firmar o no desde dentro de cada uno de estos marcos.
Demostramos que la mayoría de los profesionales de la IA operan
dentro del marco ético llamado utilitarismo, que ha sido el modo
dominante de pensamiento ético en Occidente durante los últimos 150
años, y que es la teoría ética que es, con diferencia, la más compatible
con el análisis de la teoría de las decisiones. (Burton y otros). Después de
describir la teoría utilitarista, presentamos brevemente la deontología y
la ética de las virtudes, los otros dos modos principales de análisis ético,
y mostramos cómo estos dos modos pueden ofrecer nuevas
perspectivas sobre la decisión de agregar el nombre de uno a dicha
carta. Reconocemos fácilmente que hay mucho más en la IA que los
robots de guerra, y más en las decisiones de los profesionales sobre las
declaraciones públicas de lo que indica este resumen inicial. Podríamos
aplicar un marco y un análisis similares al uso de la IA en la medicina, la
gestión, los juegos de ordenador o cualquier otra área. Sin embargo,
este caso ejemplifica uno de los dos tipos amplios de decisiones que
requieren un análisis ético: decisiones personales de profesionales y
programadores de IA, y decisiones tomadas por sistemas de IA.
Lo que parece ser una simple decisión binaria: ¿firmar la carta o
no? - es sólo la etapa final en la evaluación de las opiniones propias
(probablemente no binarias) sobre varias cuestiones complicadas.
¿Deberían utilizarse robots para matar personas? ¿Bajo qué
condiciones podrían desarrollarse dichos robots de manera
responsable? ¿Se dan esas condiciones? Pero también: ¿a qué otros
propósitos valiosos o positivos podría servir esta misma tecnología?
¿Podría continuar nuestro trabajo en otras áreas de la IA sin el
apoyo financiero de los militares? Para muchos profesionales de la
IA, las respuestas a estas preguntas no son blancas o negras.
 Un análisis utilitario de la decisión de firmar
Al tomar una decisión, los informáticos suelen analizar la cuestión
en términos de utilidad. La primera pregunta que podría plantearse
un profesional de la IA, al definir la utilidad de firmar y de no firmar,
es "¿Utilidad para quién?". Este agente puede considerar el costo
para ella misma en términos de posible financiamiento militar
futuro, y para su institución y sus estudiantes. Puede sopesar eso
con el efecto sobre su reputación como investigadora ética. O
puede considerar el posible impacto sobre los enemigos de su país
si decidiera desarrollar IA armada, y compararlo con el impacto de
que soldados humanos intentaran los mismos actos. Además,
podría considerar el impacto que tendría que su país –o todos los
países– tuviera la tecnología que ella podría desarrollar.
Para calcular los valores esperados de firmar o no firmar, este
profesional debe decidir los valores de vidas individuales que
podrían terminar con la tecnología, o la falta de ella. Debe decidir
de quién es la utilidad que importa y el peso relativo de las
necesidades y deseos de cada persona. Debe decidir cómo
manejará las recompensas y beneficios futuros esperados. Cada
una de estas decisiones de modelado tiene un enorme impacto en
la política óptima para ese modelo.
Este tipo de razonamiento moral tiene un fundamento sólido en
la teoría ética, específicamente en una teoría llamada utilitarismo.
En lo que respecta a las teorías éticas, el utilitarismo es muy
reciente y se remonta solo a finales del siglo XVIII (aunque algunos
elementos aparecieron mucho antes (Driver 2014).) Su principio
básico se formula comúnmente como “el mayor bien para el mayor
número posible de personas”. .” El utilitarismo sostiene que la
principal obligación moral de uno es trabajar para lograr la mayor
felicidad posible (definida por John Stuart Mill en su influyente libro
Utilitarismotanto como placer como ausencia de dolor) para la
mayor parte de las personas (Mill 2002). Esta insistencia en el bien
público (o incluso universal) es lo que distingue al utilitarismo de un
simple análisis de costo-beneficio, porque exige que el agente
descarte sus propias preferencias por sí mismo o por ciertos grupos
favorecidos.
Tenga en cuenta que el lenguaje “políticas óptimas” en el ejemplo
anterior corresponde al de planificación basada en la teoría de
decisiones; percibimos una fuerte correspondencia entre un análisis
utilitario de una decisión, por un lado, y el modelado de la decisión y las
elecciones consiguientes como un proceso de decisión de Markov, por el
otro. En cualquier caso, el agente intenta optimizar la utilidad total
esperada a lo largo del tiempo. Decidir sobre el alcance de la utilidad y
asignar valores a diferentes tipos de vidas son las decisiones “morales”
disponibles. Todo lo demás es descriptivo, aunque su validez como
descripción depende de conceder previamente los valores que el agente
le ha asignado.
A diferencia de las otras dos escuelas importantes de teoría ética,
el utilitarismo se preocupa únicamente por los resultados, más que
por los métodos o las intenciones. Esto significa que cualquier
posible ley o regla podría dejarse de lado, en una situación dada, si
un agente determina que adherirse a esa ley entra en conflicto
significativamente con el bien mayor. Según el utilitarismo, un
agente a veces esrequeridohacer daño para elegir el mejor camino
posible; como tal, el agente no es moralmente responsable por el
daño causado en tales circunstancias, porque fue la elección
“correcta”. Escenarios de “bomba de tiempo”, como los retratados
en la serie de televisión.24(en el cual
2
el agente antiterrorista Jack Bauer tortura rutinariamente a sospechosos
para obtener información), resaltan tanto la prevalencia del
pensamiento utilitario como el atractivo de esta línea de razonamiento
(Nissel 2010).
Pero el análisis de la teoría de la decisión no es elmismo
como análisis utilitario, y aplicar el principio utilitario central de
“el mayor bien para el mayor número posible” impone algunos
límites a mi análisis teórico de decisiones que son a la vez
desafiantes y útiles. Este principio requiere que el agente moral
considere el bienestar de todos los que están potencialmente
afectados y actúe de la manera que produzca el mayor
beneficio posible en ese grupo. No es aceptable, por ejemplo,
que ella decida que las necesidades de los investigadores de IA
(o de los habitantes de su país, o de los miembros de su propia
fe) superan las necesidades de otras personas; y si llega a esta
conclusión, debe someterla a un cuidadoso escrutinio. Lo que
es menos obvio es cómo los diferentes tipos de utilidad (que
van desde la seguridad física básica hasta mejores
oportunidades profesionales) deberían ponderarse entre sí y, lo
que es aún más importante, si el bienestar del “enemigo”
debería figurar en sus cálculos. y cuánto debería importar su
bienestar en comparación con el de los ciudadanos y soldados
de su propio bando.
El pensamiento utilitario, que aquí sólo hemos resumido
brevemente, no proporciona respuestas directas a estas preguntas,
pero ofrece herramientas analíticas para ayudar a abordarlas de
manera exhaustiva y responsable en una variedad de situaciones.
Puede permitir al profesional de la IA alcanzar una posición
éticamente más integral, permitiéndole desplegar modos de
razonamiento familiares al mismo tiempo que lo desafía a mirar
más allá de su propia utilidad y preocupaciones personales.
A pesar del valor de la ética utilitarista, creemos que los
profesionales de la IA también deberían estar familiarizados con las
otras dos escuelas principales de teoría ética, la deontología y la
ética de las virtudes. Estos dos enfoques son mucho menos
compatibles con el análisis teórico de decisiones y otras estrategias
analíticas familiares, lo que puede hacer que su comprensión y
aplicación sean difíciles. Sostenemos que vale la pena, e incluso es
esencial, que los profesionales de la IA enfrenten este desafío y
apliquen estas teorías para lograr la comprensión más clara posible
de una situación dada, y de su propio razonamiento y toma de
decisiones en respuesta a ella.
Deontología: ética por reglas
Aunque el utilitarismo es la teoría ética más compatible con la
cultura contemporánea y, por lo tanto, suele considerarse la más
“útil”, casi todas las personas en el mundo de hoy también tienen
alguna experiencia con la deontología o la ética basada en la ley. La
ética deontológica (del griego “deon”, que significa “deber” u
“obligación”), concibe la ética en términos de leyes o reglas: mis
acciones son éticas en la medida en que se ajustan (o no violan) la
ley ( Alejandro y Moore 2015). Vale la pena señalar que puede haber
varios niveles de derecho; por ejemplo, la ley de “no matar” es más
fundamental que la ley de conducir por el lado correcto de la
carretera en su país, pero esta última ley sigue siendo vinculante
(excepto en aquellas raras condiciones en las que es necesario
violar la ley más baja). ley para preservar la superior), porque crea
las condiciones para que sigas la ley moral. Aunque no siempre es
fácil saber qué
la ley exige, uno siempre está obligado a seguirla. Este requisito hace
que la deontología sea mucho menos flexible que el utilitarismo, pero
también puede proporcionarle a uno la convicción de adoptar posturas
difíciles o impopulares.
Existen diferentes formas de entender o definir el derecho. Las
tres religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islam) son
todas tradiciones del Mandato Divino, en las que se entiende que la
ley es dada por Dios; es deber de una persona seguir esa ley,
aunque la mayoría de las denominaciones de cada una de estas
religiones reconocen que los seres humanos tienen que trabajar
mucho para interpretar las leyes y determinar la mejor manera de
aplicarlas en situaciones complejas. Sin embargo, en la
reformulación de Immanuel Kant, la ley moral es algo que cada
individuo debe descubrir por sí mismo, no confiando en la
autoridad sino mediante la aplicación constante de la razón. Según
Kant, la verdadera ley es universal: cuanto más se puede
generalizar un principio dado, más se acerca a la verdadera ley
(Rohlf 2016). (Así, uno puede descubrir a través de la razón que “no
matar” es más fundamental que “conducir por el lado correcto de la
carretera”). En todas las formas de deontología, la capacidad de
seguir la ley depende de la capacidad del agente para evaluar
correctamente qué parte(s) de la ley son las más fundamentales.
El lenguaje de las reglas o leyes puede hacer que la deontología
parezca análoga, a primera vista, a la aplicación de sistemas
axiomáticos. En cierto modo, la comparación es útil: así como los
miembros de tradiciones religiosas tienen que analizar situaciones
que no encajan cómodamente dentro de las leyes existentes (a
veces porque las situaciones son producto de desarrollos modernos
posteriores a las leyes (ver una discusión extensa sobre esto en
Johnson (2009) )), a veces porque la situación existe en la
intersección de varias leyes, que parecen dictar diferentes
soluciones), los programadores también dedican mucho tiempo,
energía y creatividad al manejo de excepciones. Pero respetar la
deontología se parece más a vivir dentro de un sistema axiomático
que a construir uno, porque el razonamiento y el análisis
deontológicos no permiten cambiar las leyes. Ya sea que las leyes
sean dadas por la autoridad o determinadas por la razón, se
entiende que existen independientemente de las metas o deseos
del individuo.
Aunque la deontología supone que un determinado agente se rige
consistentemente por el mismo conjunto de leyes o axiomas (en lugar de
elegir según la situación), se puede comenzar con cualquier axioma algo
general y aplicar el razonamiento deontológico. Consideremos el
proyecto de Aaron Swartz para hacer que los artículos protegidos por
derechos de autor estén disponibles gratuitamente (Mechanic 2013;
Swartz 2008). Se podría argumentar que, dado que Swartz vivía en los
Estados Unidos y se beneficiaba del orden creado por sus leyes, estaba
obligado a defender esas leyes; y debido a que descargar material
protegido por derechos de autor con la intención de compartirlo
libremente es ilegal, las acciones de Swartz no fueron éticas.
Alternativamente, se podría comenzar con el axioma de que la erudición
debería estar disponible públicamente (o, de manera similar, que los
académicos deberían poder distribuir su propio trabajo libremente) y
que Swartz actuó correctamente; de hecho, si uno considera que la libre
disponibilidad de conocimientos académicos es una ley fundamental,
entonces está obligado a respetar esa ley incluso si enfrentará cargos
penales. El análisis deontológico ayuda a explicar por qué Swartz podría
haber sentido que sus acciones eran éticamente necesarias; si uno cree
o no que fueron éticos, punto, dependerá
3
sobre si uno comparte o no sus axiomas, y cree que es correcto aplicar
esos mismos axiomas en todas las situaciones relacionadas con la
propiedad intelectual o las violaciones del derecho civil.
De manera similar, existen diferentes puntos de partida posibles
para un análisis deontológico de la decisión de firmar (o no firmar)
la carta abierta. Un practicante de IA que comience con la ley “no
matar” probablemente firmará la carta, porque construir robots de
guerra requiere trabajar en contra de ese principio. Pero también
podría decidir no firmar basándose en la teoría de la guerra justa.
Esta teoría invoca la lógica de costo-beneficio para argumentar que
la guerra, aunque terrible, a veces es mejor que la alternativa. La
teoría de la guerra justa exige que se cumplan criterios específicos
para que una guerra se considere justa; por ejemplo, los actos de
guerra deben ser proporcionales y deben estar dirigidos
únicamente a combatientes enemigos activos, y no a civiles o
soldados heridos. Si este practicante llegara a la conclusión de que
la IA militar ayudaría al ejército de su país a realizar ataques más
dirigidos con menos daños colaterales (y si confiara en que los
líderes militares la usarían de esa manera), entonces podría concluir
que desarrollar esta tecnología sería la mejor manera. para honrar
este principio. Otro profesional podría creer que su deber principal
es cumplir con sus deberes profesionales porque se ha
comprometido a hacerlo, tanto al convertirse en un experto en el
campo como al aceptar un trabajo. Puede concluir que no debería
firmar la carta, porque gran parte de la investigación sobre IA
depende de financiación militar. Alternativamente, podría decidir
que la investigación en IA necesita romper sus vínculos con el
ejército, aunque esta ruptura implicará una pérdida significativa de
financiación y prestigio; Si llegara a esta conclusión, estaría
moralmente obligada a firmar la carta, aunque las consecuencias
serían graves.
Estos son sólo dos de los muchos principios o axiomas posibles que
podrían usarse para guiar el razonamiento. Como hemos demostrado, el
razonamiento deontológico no siempre lleva a diferentes agentes a las
mismas conclusiones, incluso cuando el principio fundamental es
consistente, sino que también dependerá de cómo el agente describe la
situación a la que está respondiendo (por ejemplo, ¿esta tecnología
funcionará?). ¿Se puede utilizar para llevar a cabo una guerra más justa?)
Para el practicante que lucha por determinar qué principio(s) debe(n)
tener prioridad sobre los demás, la preferencia de la deontología por
reglas generalizables puede ser una forma útil de determinar qué
principios son los más fundamentales.
Etica de la Virtud
La ética de las virtudes, el tercer enfoque importante de la ética, se
centra en el carácter individual y en cómo uno desarrolla buenas
cualidades “o virtudes” (como la honestidad o el coraje) y la capacidad de
aplicarlas. La ética de la virtud tiene raíces antiguas en el pensamiento
griego y chino, aunque la terminología contemporánea proviene
principalmente de Aristóteles, cuyoÉtica a Nicómacotodavía se considera
fundamental (Hursthouse 2013) (Aristóteles 1999). La ética de la virtud es
un sistema de “panorama general”, y las acciones y problemas
individuales se evalúan en términos de cómo encajan en el arco de la
vida de una persona. Según la ética de la virtud, el carácter de una
persona es producto de hábitos, que están fuertemente influenciados
por su contexto social: es mucho más probable que una persona haga
algo que parezca normal, ya sea porque coincide con su
autocomprensión o simplemente porque parece " algo normal” que
hacer. Esto significa que la de una persona
Las acciones pasadas son un predictor útil de cómo elegirán actuar
conexiones entre el desarrollo tecnológico y las elecciones
en el presente. También significa que las elecciones actuales de una
morales, y elegir si actuar o no de manera que proteja
persona pueden y deben entenderse, en parte, como elecciones
nuestro carácter y el de los demás.
sobre quién será en el futuro, porque afectan el alcance de las
La perspectiva de la ética de la virtud nos muestra que el desarrollo de la
acciones que le resultan familiares o “como yo”.
tecnología de robots de guerra cambia las condiciones sociales para la toma
La ética de la virtud ofrece un marco muy diferente para un de decisiones morales. Al abordar el marco de la ética de las virtudes, los
practicante que está decidiendo si firma o no la carta. Como la
profesionales de la IA pueden cuestionar cómo la IA da forma a la sociedad y,
ética de la virtud se ocupa del carácter, se centra en patrones
por lo tanto, crea las condiciones para ciertas crisis morales.
de acción a largo plazo, más que en actos individuales; El
análisis de cualquier decisión individual deberá enmarcarse en
preguntas como: “¿quién quiero ser?” y "¿qué espero lograr?" La Conclusiones
decisión del agente podría estar completamente separada de
Hemos utilizado la cuestión de elegir si firmar una carta abierta
sus creencias sobre si una carta abierta a la ONU afectará el para mostrar que la aplicación de marcos éticos al análisis de una
futuro de la guerra mecanizada, pero en cambio reflejará lo que decisión enriquece enormemente nuestros procesos de decisión y
él cree que será el impacto de su decisión en su propia esfera. nos brinda herramientas para comprender y evaluar las decisiones.
Su pregunta no es si los robots deberían matar, sino si él Como lo dejan claro las discusiones anteriores, la teoría ética
debería ser el tipo de persona que protesta públicamente introduce nuevas herramientas críticas para el análisis, pero puede
contra la IA armada, y cómo la decisión de firmar influirá en la ayudar a identificar las formas en que uno ya está pensando y
persona (y el profesional) en que se convertirá. Probablemente
razonando sobre cuestiones éticas. Esta misma forma de replantear
sopesará la cuestión de si firmar la carta le hará ganarse el
y discutir decisiones puede aplicarse a muchos tipos de decisiones
cariño de su supervisor y colegas o si los alejará; También
que tomamos como profesionales de la IA y a decisiones que
podría considerar cómo su decisión afectará la posibilidad de
nuestro software puede tomar en nuestro nombre (Burton,
futuras vías de investigación, aunque podría concluir que su
Goldsmith y Mattei 2015).
decisión sobre la carta es más importante. Podría considerar
Debido a que el trabajo con IA tiene enormes efectos en la
cómo su decisión elevará su perfil, dentro de su comunidad
sociedad (incluidas las formas en que los individuos interactúan, en
local, como defensor de ciertos tipos de causas. Podría
nuestras economías, en la práctica de la medicina y los usos del
preguntarse cómo explicaría su decisión a su cónyuge o a sus
ocio, por nombrar algunos), creemos que todos los profesionales de
amigos, y cómo cambiaría su comprensión de él. Su decisión
la IA, y aquellos que razonan sobre la IA tecnología, debería poder
también puede depender de si opta por definirse como un
enmarcar el debate en términos de ética. Además, creemos que la
profesional de la IA, como un ciudadano estadounidense, como
cultura popular promueve una comprensión muy limitada de cómo
un padre o como un ser humano (lo que sea que esos términos
encuadrar y analizar la toma de decisiones éticas. Por lo tanto,
signifiquen para él). Todas estas preguntas reflejan el interés
defendemos que se enseñe la ética en las clases de IA y que
del practicante. en quién llegará a ser, tanto como individuo
como miembro de su comunidad. Muchas personas ya se desarrollemos materiales y cursos para enseñar marcos éticos y
hacen este tipo de preguntas a la hora de afrontar una decisión razonamiento a las personas que trabajan en IA (Burton, Goldsmith
importante. La ética de las virtudes ofrece un modelo para y Mattei 2016). (Ver también (Burton, Goldsmith y Mattei 2015;
organizarlas en torno a objetivos considerados y para evaluar 2016) para una discusión sobre el uso de la ciencia ficción en cada
cómo cada elección posible encaja con esos objetivos. ética de la IA).

Al centrarse en el contexto social de la acción ética, la ética de la Expresiones de gratitud

virtud también ofrece un marco para que un agente reflexione sobre las
formas en que la IA y las acciones de sus practicantes crean un contexto
social más amplio para la acción moral. La ética de la virtud nos lleva a
considerar el carácter de quienes toman las decisiones que programan
los robots de guerra, o de los políticos o líderes militares que deciden
desplegarlos. Según la ética de la virtud, el acto de tomar estas
decisiones y de participar en su implementación tiene un impacto en
esos individuos: con el tiempo, su carácter cambia para adaptarse a las
acciones que están emprendiendo, a medida que su sentido de lo que es
normal o apropiado migra. . Al construir robots que matan (aunque sólo
sea con fines especializados concretos), adaptan su sentido de lo que es
normal para dejar espacio a lo que están haciendo y, por lo tanto, se
convierten en el tipo de personas más propensas a pensar que los
robots que matan son los mejores. solución adecuada a un problema
dado. Por lo tanto, la ética de la virtud nos empuja a considerar el tipo de
decisiones inherentes a los trabajos que desempeñan los profesionales
de la IA y nos ayuda a pensar en los contextos sociales y tecnológicos
que obligan a tomar esas decisiones. Esto puede ayudarnos a ver
Este material se basa en el trabajo respaldado por la National
Science Foundation bajo la subvención n.° 1646887. Cualquier
opinión, hallazgo y conclusión o recomendación expresada en
este material son las del autor (es) y no reflejan necesariamente
los puntos de vista de la National Science Foundation. Base.
Agradecemos a Nicholas Mattei (nuestro colaborador en el
proyecto a largo plazo que informa este artículo) y a John Fike
por sus útiles debates.
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4
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http://archive.org/stream/GuerillaOpenAccessManifesto /
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