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**El Viaje de Luna**

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, una niña
llamada Luna. Luna tenía un sueño peculiar: quería conocer la luna. Cada noche, se
asomaba por la ventana de su habitación y le susurraba a la luna sus más grandes
deseos.

Una noche, mientras Luna observaba el cielo estrellado, una estrella fugaz cruzó el
firmamento. “¡Es mi oportunidad!”, pensó. Rápidamente, cerró los ojos y pidió un
deseo: “Quiero visitar la luna”.

Para su sorpresa, una suave voz respondió desde la oscuridad: “Tu deseo será
concedido, pero primero debes demostrar tu valentía y bondad”. La voz pertenecía a
Alina, una hada que cuidaba de los sueños de los niños.

Alina le entregó a Luna una pequeña mochila con polvo de estrellas y le dijo: “Este
polvo te llevará a la luna, pero solo si ayudas a tres criaturas en tu camino”.

Luna aceptó el reto y comenzó su aventura. Primero, ayudó a un conejito que había
perdido su camino de regreso a casa. Luego, compartió su merienda con un pájaro
hambriento. Por último, rescató a un pez que había quedado atrapado en una red en el
río.

Cada vez que Luna ayudaba a alguien, la mochila brillaba más y más. Finalmente,
cuando la mochila no pudo brillar más, Luna esparció el polvo de estrellas y, de repente,
se encontró flotando suavemente hacia la luna.

La luna la recibió con una sonrisa cálida y le mostró las maravillas del espacio. Luna
bailó entre las estrellas y jugó con meteoritos. Después de una noche mágica, la luna la
llevó de vuelta a casa justo antes del amanecer.

Luna despertó en su cama, preguntándose si todo había sido un sueño. Pero al mirar su
mano, encontró un pequeño brillo de polvo de estrellas. Sonrió, sabiendo que su
aventura había sido real y que la bondad y la valentía siempre guiarían su camino.
Y así, cada noche, Luna y la luna compartían un secreto especial, iluminando juntas el
cielo nocturno.

**Fin**

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