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na de las leyendas más populares de Guatemala es la leyenda de la Llorona.

Se le
describe como una mujer que perdió a sus hijos. Luego se convirtió en alma en pena que
los busca en vano para toda la eternidad, aterrorizando con su llanto a todo el que la
escucha.

Según el mito, la Llorona se aparece vestida de blanco y con el rostro cubierto por un
velo. Camina de forma lenta hasta acercarse a un lugar con agua, en el cual desaparece.

En una de las versiones de la leyenda, se afirma que el nombre de dicha mujer era María.
Ella pertenecía a la alta sociedad y estaba casada con un hombre adinerado y bastante
mayor que ella. Además, erra costumbre de esta mujer despilfarrar las riquezas de su
esposo y divertirse frecuentemente en fiestas y eventos sociales. Durante sus años de
matrimonio, la pareja tuvo dos hijos.

Sigue leyendo: Leyenda de las ánimas benditas en Guatemala


Inesperadamente, el esposo de María falleció y la riqueza se fue terminando. Luego de
vender sus pertenencias, la mujer no halló forma de seguir alimentando a sus hijos. Por lo
que un día les hizo creer que los llevaría de paseo.

Al llegar al lugar que tenía planeado, arrojó a los menores a un caudaloso río en el que
murieron. La mujer abandonó el lugar, pero el remordimiento la hizo regresar y tirarse
también al río.

Continúa la leyenda afirmando a partir de la medianoche, su alma deambula por las


calles de Guatemala llorando y gritando ¡Aaaay mis hijos! Existen quienes afirman
haberla visto cerca de cualquier lugar en donde haya agua.

Sigue leyendo: Leyenda de la cumbre María Tecún, Totonicapán

Hace mucho tiempo en un pequeño pueblo, un jinete


acostumbraba a dar paseos con su caballo. Esto ocurría todas las
noches y la gente extrañada, se preguntaba qué hacía un hombre
dando paseos tan tarde, no era usual que anduviera cabalgando por
ahí a última hora del día.

Una noche, empezó a caer una tormenta, y mientras fuertes


relámpagos se escuchaban retumbando en el cielo, el jinete de un
momento a otro desapareció sin dejar rastro.

Con el pasar de los años la gente se olvidó de aquel hombre


solitario, hasta que un día en una noche de tormenta similar, se
empezó a escuchar de nuevo la misma cabalgata de aquel caballo y
su jinete. Las personas esperando saciar su curiosidad se asomaron
para ver de quién se trataba, de pronto se dieron cuenta de que era el
mismo jinete cabalgando en su caballo, pero lo que no sabían, es que
estaban a punto de llevarse ¡toda una sorpresa!
Al caer un fuerte rayo, éste iluminó al jinete demostrando ¡que NO
tenía cabeza! La gente al asustarse con aquella terrorífica imagen,
corrió a esconderse en sus casas y desde entonces no se explican el
origen de aquel jinete sin cabeza.

Algunos dicen que era el espíritu de un soldado alemán, que había


luchado hace años en tierras norteamericanas contra tropas
estadounidenses. Después de ser vencido, cuentan que se le cortó la
cabeza y tras fallecer lejos de su país, nunca pudo descansar en
paz, al menos no hasta que encontrara de nuevo su cabeza.

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