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Doña Bárbara, novela pedagógica

Por María Antonia CASANOVA

Los antecedentes personales y sociales que presentamos como enmarcadores de este


trabajo (ver Apéndices 1 y 2). nos ociaran, sin duda, el interés que desde ambos puntos
de vista (personal y social) sentía Rómulo Gallegos por los temas relacionados con la
educación. Se dedica profesionalmente a este campo y lo refleja en sus artículos y no-
velas. !Destacamos entre sus obras netamente sociales Reinaldo Solar, La Trepadora y
Doña Bárbara, y, aunque en todas juega un papel importante la educación, es, sobre todo,
en la última en la que más destaca éste, motivo por el cual nos fijamos ahora en ella.
Consideramos fundamental el conocimiento del entorno socio-político del autor, para
una comprensión total de la obra, en cualquiera de sus aspectos. Pero, desde un enfoque
inverso, y haciendo hincapié en algo que pensamos y en lo que hemos insistido en otras
ocasiones, la obra en sí es un reflejo fiel de ese ambiente que anticipamos de modo ob-
jetivo; un reflejo vivo, subjetivo, que nos ayuda, a su vez, a esa comprensión global a que
nos referimos. Una prueba más de que la novela es documento fiable para estudios socio-
lógicos y, concretamente y como parte de la vida social que es, para el estudio de la edu-
cación. Lo comprobaremos a lo largo del estudio, viendo las coincidencias entre el am-
biente que dejamos descrito como real y el ambiente novelístico.

1. ARGUMENTO Y SIGNIFICACION DE DOÑA BARBARA

Con objeto de centrar la acción y la temática de la obra, resumimos el argumento de


la misma: Se desenvuelve en el ámbito de un simbolismo total: desde los nombres de
los protagonistas (Bárbara -barbarie-, Santos Luzardo -santidad, Iuz-J. hasta el plan-
teamiento del tema argumental, en el que se enfrentan la barbarie y el salvajismo de una
sociedad conformada por un hombre guiado exclusivamente por sus más bajos instintos,
con la civilización y la sociedad del himbre educado, en la que los valores espirituales
llevan el timón de toda actuación humana. Todo ello referido a Venezuela, al hombre ve-
nezolano y al ambiente de su llanura, donde Rómulo Gallegos quiere ejercer su acción
y hacer variar las circunstancias concretas, humanas y naturales.
El argumento se desarrolla, pues, en torno a dos personajes centrales y antagónicos:
Doña Bárbara y Santos Luzardo.
Doña Bárbara sirvió, de joven, en las barcas que viajaban por el Orinoco. A los quince
años mataron a su novio y la violaron a ella, cambiando desde entonces su forma de ser
y actuar, buscando ahora vengarse en los hombres que se cruzan en su camino, sin re-
parar en los medios para conseguirlo. Es representante, en la obra, de la injusticia y la
ley de la. fuerza: de la barbarie. De este modo se ha apoderado de tierras y ganado de
sus vecinos y, también, de buena parte de la hacienda de Santos Luzardo .
Santos Luzardo ha pasado su juventud en Caracas estudiando en la Universidad, y
vuelve a su finca, Altamira, con deseos de variar la situación de injusticia allí existente,
por la acción de Doña Bárbara y de las circunstancias ambientales. Quiere implantar la
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civilización mediante una educación adecuada de las personas y una transformación del
medio que ayude a la anterior y no interfiera en los buenos resultados que se logren. Co-
noce el llano y ha sido educado en la ciudad; quiere aprovechar todo lo bueno que posee
(identificado por el autor con civilización y progreso), y conjugar en el campo sus ideales
de vida.
El choque entre los dos protagonistas es inevitable. En el transcurso de la acción,
donde se relatan los enfrentamientos y reacciones de ambos, aparece un tercer persona-
je, muy importante para nuestro trabajo: Marisela, hija de Doña Bárbara (aunque nunca
reconocida y nunca tratada como tal por ésta) y de Lorenzo Barquero, primo de Santos,
uno de los hombres arruinados y hundidos por Doña Bárbara, y con el cual vive Marisela.
Cuando la encuentra Santos, lleva una vida salvaje y primitiva. Es la que va a recibir di-
recta y primeramente su labor educativa y la que se va a transformar con mayor rapidez.
Santos va imponiendo su justicia y sus ideales en la llanura, no sin lucha ni inconve-
nientes, Hay un momento en que se desanima y está a punto de abandonar su labor y de
dejarse llevar por las circunstancias, pero la obra educativa que ya ha realizado, de jus-
ticia y de amor (simbolizada en Marisela), viene a echarle una mano y a levantarle de
nuevo de su desánimo, haciendo triunfar, finalmente, estos ideales en la llanura. Vemos,
así, que Santos representa la Venezuela y el hombre venezolano que Rómulo Gallegos
desea lograr.
En este momento final desaparecen, por completo, los elementos negativos, represen-
tativos de la barbarie, en la obra: Doña Bárbara, vencida y convencida de su camino equi-
vocado, se marcha, después de reconocer a su hija como heredera; Danger, un extranjero
que se mantenía gracias al irregular ambiente creado por Doña Bárbara, también se va
cuando sabe inútiles sus artimañas (1); Lorenzo Barquero ha muerto, como igualmente
Balbino Palba y Melquiades, el Brujeador, dos personajes al servicio de Doña Bárbara.
Como se aprecia claramente, la tesis está planteada de manera simplista, hasta ingé-
nua, en una línea argumental recta donde triunfa lo bueno (civilización, progreso, educa-
ción, justicia, amor ... ) y es derrotado lo malo. Pero ésto no obsta para que queden bien
expuestas las ideas que Rómulo Gallegos considera básicas para lograr este triunfo, que
se consigue (o se va consiguiendo) a través de una amplia acción en todos los campos
perfectibles del hombre, aunque, claro está, en un plazo de tiempo mucha mayor al reco-
gido en la novela y no de un modo tan elemental. Esto también lo sabe el autor, que du-
rante su vida no logró imponer el ideal civilizador en su país, aunque sí, en sus últimos
años, se dio un gran impulso a la educación y se le reconocieron sus valiosas aportaciones.
La idea que preside y dirige la obra es, sin duda alguna, didáctica (2), y las que varias
facetas que se tocan en ese aspecto quedan plasmadas con claridad y naturalidad en ella,
como más adelante veremos.
Es una obra, la de Gallegos, netamente regionalista (son muchos los cuadros de cos-
tumbres que en ella se describen) y con otras finalidades, además de la pedagógica estric-
tamente considerada ahora y objeto de este trabajo. Aparece reflejada la situación social
de Venezuela, en todos sus ámbitos, en los años de publicación de la obra (1929). y su-
pone una denuncia de esta situación, con un inmenso afán de corregirla. Precisamente por
el realismo del argumento, espejo de una sociedad, hace su aparición en ella la educa-
ción, parte de la vida social de los hombres, y parte realmente importante. Ello nos sirve
de fundamentación para el estudio que sigue.

2. IDEAS EDUCATIVAS EN DOÑA BARBARA (3)

Como es lógico, todas las alusiones que vamos a encontrar en la novela acerca de las
ideas pedagógicas de su autor, aunque se refieran, en muchos casos, a conceptos gene-

(1) Doña Bárbara y Danger no mueren, intencionadamente. según declaró el autor de la obra, porque lo
que ellos representaban no estaba vencido en Venezuela. sino que era una situación persistente en amplias
zonas.
(2) Es ésta una finalidad casi constante en el conjunto de la obra de Rómulo Gallegos.
(3) Todas las citas que siguen a continuación, recogen las páginas de la obra de Rómulo Gallegos. Doña
Bárbara, en la 33.• edic. realizada en Madrid, Ed. Espasa-Calpe, 1975, de donde han sido tomadas.
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rales, estarán enmarcadas en la acción concreta que se desarrolla en la obra, y en el am-
biente específico de los llanos. Generalizamos y ampliamos los conceptos que se vierten
en ella, aunque están rodeados de unas circunstancias especiales, relativas, fundamental-
mente a la llanura venezolana.

2.1. Barbarie y civilización

Tal y como hemcs dejado planteado al exponer el argumento, la obra enfrenta la bar-
barie con la civilización. En distintos momentos se pone de manifiesto esta lucha, con la
idea y el propósito firme de combatir la primera:
·Eran dos corrientes contrarias: propósitos e impulsos, decisiones y temores.
Por una parte, lo que había sido fruto de reflexiones ante el espectáculo de la llanu·
ra: el deseo de consagrarse a la obra patriótica, a la lucha contra el mal imperante, con-
tra la naturaleza y el hombre, a la búsqueda de los remedios eficaces ( ...).
La vida del llano, esa fuerza irresistible con que atrae su imponente rudeza, ese exa-
gerado sentimiento de la hombría producido por el simple hecho de ir a caballo a través
de la sabana inmensa, pondría en peligro . la obra de sus mejores años, consagrados al
empeño de sofocar las bárbaras tendencias del hombre de armas tomar, latente en él•
(p. 49).
·El centauro es la barbarie y, por consiguiente, hay que acabar con él· (p. 83).
·El progreso penetrará en la llanura y la barbarie retrocederá vencida• (p. 98).
•Por todo eso, precisamente, es necesario civilizar la llanura: acabar con el empírico
y con el cacique, ponerle término al cruzarse de brazos ante la naturaleza del hombre•
(p. 190).
•Ya era hora de emprender la lucha para que en el ancho feudo de la violencia reinase
algún día la justicia• (p. 213).
A pesar de esta intencionalidad clara, queda patente la fuerza de la barbarie en varias
situaciones en las que Santos Luzardo está a punto de abandonar su labor y dejarse ven-
cer por la situación existente:
•Así hicieron mis antepasados, y así haré yo también, porque esta tierra es un mo-
llejón que le embota el filo a la voluntad más templada· (p. 189).
•Era la barbarie: más si para acabar con ésta no bastaba la vida de un hombre, ¿a qué
gastar la suya en combatirla? Después de todo -se decía-, la barbarie tienen sus en-
cantos, es algo hermoso que vale la pena vivirlo, es la plenitud del hombre rebelde a toda
limitación• (p. 191 ).
•Antes, usted lo sabe, se pasaba de amigo de respetar los derechos ajenos, aunque
fueran mal habidos, y quería que todo se hiciera por las vías legales, y ahora, por el con·
trario, no hay arbitrariedad que no lo provoque hacerla• (p. 239).

2.2. Ambiente y herencia

Esto nos descubre la situación de injusticia existente y de poderío total de la tierra


sobre el hombre en todas sus facetas. El poder absoluto, prácticamente, del ambiente en
la formar:ión de la persona, en el desarrollo de su personalidad:
.Quería salvarlo educándolo en otro medio, a centenares de leguas de aquellos trági-
cos sitios.
Los primeros años fueron tiempo perdido en la vida del joven. La brusca trasplanta·
ción del medio llanero, rudo, pero lleno de intensas emociones endurecedoras del carác-
ter, al blando y soporoso ambiente ciudadano, dentro de las cuatro paredes de una casa
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triste, al lado de una madre aterrorizada, prodújole un singular adormecimiento de las


facultades. El muchacho animoso, de inteligencia despierta y corazón ardiente ( ...) se vol-
vió obtuso y abúlico, se convirtió en un misántropo• (p. 66).
•Esta tierra no perdona. Tú también has oído ya la llamada de la devoradora de hom-
bres. Ya te veré caer entre sus brazos. Cuando los abra, tú no serás sino una piltrafa ... •
(p. 85).
·Realmente, más que a las seducciones de la famosa Doña Bárbara, este infeliz ha
.sucumbido a la acción embrutecedora del desierto• (p. 86).
• Ideas rudimentarias, profundamente arraigadas en el hombre de los campos venezo-
lanos, e impotencia de los escasos pobladores de la llanura ante la enormidad de las tie-
rras que reclaman sus esfuerzos• (p. 161).
• ... comprendió que aquel infeliz era también una víctima de la barbarie devoradora
de hombres• (p. 221).
Vemos que, para Rómulo Gallegos, el ambiente, el entorno natural es decisivo en el
desarrollo humano. Como consecuencia inexcusable de esta influencia, nos describe al
hombre llanero de este modo:
. • y vio que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e
infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el
amigo, receloso y abnegado; con la mujer, voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual
y sobrio. En sus conversaciones, malicioso e ingénuo, incrédulo y supersticioso; en todo
caso, alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pie, y soberbio a caba-
llo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y las virtudes en las almas
nuevas• (p. 195).
Cita, en algún momento y de forma aislada, el poder de la herencia en la realización
interna del hombre, pero concediéndole un valor infinitamente inferior al del ambiente,
y dando por supuesto (e nel desarrollo argumental de la obra) que se puede vencer, y
se vence. Las alusiones son referidas, como siempre, a situaciones concretas:
·Cosa de un instante nada más, al pronunciar el nombre del lugar aciago, causa de
la discordia que destruyó a su familia, sintió que surgían intempestivamente del fondo
de su ser torvos sentimientos que le obscurecían la recuperada serenidad de ánimo.
¿Acaso el odio de los Luzardos por los Barqueros, la pasión de la cual se creía exento?•
(p. 46).
·Es necesario matar al centauro que todos los llaneros llevamos por dentro• (p. 82) .
• ¿No eres un Luzardo? Haz lo que siempre hicieron todos los Luzardos: mata a tu
enemigo. La Ley de esta tierra es la bravura armada; hazte respetar con ella• (p. 163).
•Los Luzardos no fueron sino caciques, y tú no puedes ser otra cosa, por más que
quieras• (p. 164).
En el caso de Marisela, que veremos más adelante, tampoco concede importancia es-
pecial a la herencia, ya que es hija de Doña Bárbara y de Lorenzo Barquero, lo que no
obstaculiza la obra educativa que Santos lleva a cabo con ella, con pleno éxito, superan-
do así la influencia de herencia y ambiente que pesaban sobre ella. Marisela es alguien
que está esperando la llegada de un espíritu superior que ayude al suyo a despertar, a
salir del estado aletargado en que se encuentra.

2.3. Fe en la persona y la educación

_ Para vencer estas circunstancias externas e internas que condicionan al hombre, Ró-
mulo Gallegos pone su fe en la educación y en la persona, una fe total y una entrega
absoluta:
. ... y viendo en Marisela una personificación del alma de la raza, abierta, como el pai-
saje, a toda acción mejoradora• (p. 125).
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« ... sondear el abismo de aquella alma, recia y brava como la llanura donde se agitaba,
pero que tal vez tenía, también como la llanura, sus frescos refugios de sombra y sus
plácidos remansos, alguna escondida región incontaminada de donde salieran, de impro-
viso, aquellas palabras que eran a la vez una confesión y una protesta.
Y Santos Luzardo experimentó la emoción de haber oído a un alma en una frase•
(p. 152).
Su esperanza en el poder de la educación y en su entera posibilidad queda puesta de
manifiesto en estos párrafos:
• Las manos le lavaron el rostro y las palabras le despertaron el alma dormida. Advier-
te que· las cosas· han cambiado de repente. Que ella misma es otra persona (. .. ). Le ha
dejado también la emoción de unas palabras nunca oídas hasta entonces. Las repite y
oye que le resuenan en el fondo del corazón, y se da cuenta, a la vez, de que su corazón
era algo negro, hondo, mudo y vacío. Pero algo sonoro, también como en el pozo que está
junto a su oasa, obscuro, profundo y con un espejo de agua allá adentro• (p. 91).
" ... si yo me hubiera encontrado en mi camino con hombres como usted, otra sería
mi historia• (p. 152).
•Oue es otra persona desde que vive con usted• (p. 153).
Es decir, que la educación tiene en. sí la capacidad de modificar a la persona, con efec-
tos inmediatos, y hasta el punto de que esta persona pueda ver lo que le rodea, después
de recibir su influencia provechosa, con un enfoque distinto, de un modo diferente:
• También fuera de ella, ya en el mundo no es lo que hasta allí había sido: un monte
intrincado donde recoger chamizas, un palmar solitario donde era posible estar horas y
horas tendida en la arena, inmóvil hasta el fondo del alma, sin emociones ni pensamien-
tos. Ahora los pájaros cantan y da gusto oirlos, ahora el tremedal refleja el paisaje y es
bonito aquel palmar invertido, aquel fondo de cielo que se le ha formado al remanso,
ahora trasciende de los bejucos que se vinieron enredados en el haz de las chamizas de
silvestre aroma de las flores del monte y es agradable aspirarlo. La belleza no está en
ella solamente; está en todas partes (. .. ) sus sentidos todos repudian las habituales sen-
saciones, que de pronto se le han vuelto intolerables, como si acabase de nacerle una
sensibilidad más fina• (p. 92).

2.4. Concepto de educación

Antes de continuar en nuestro recorrido por Doña Bárbara, ¿qué se entiende por edu-
cación a lo largo de sus páginas? Se nos dan tres interpretaciones de lo que ésta supo·
ne: a) Transformación de la persona; b) Transmisión de algo de sí mismo a los demás;
e) Formación de la voluntad.
a) En el primer caso, nos dice el autor:
•Santos se complació en esta transformación, que era obra de unas cuantas palabras
~uyas• (p. 107).
·Realmente, parecía otra persona aquella Marisela que le salió al encuentro• (p. 133).
·Ya tú no eres la misma• (p. 153).
·Sintió que una nueva transformación se había operado en su alma• (p. 238).
b) La acción directa de una persona sobre otra, fundamental en toda tarea educativa,
y .la entrega que supone de algo de sí mismo a la persona educada, también queda clara
en !)ste párr1,1fo:
" ... su obra, inconclusa y abandonada en un momento de despecho, que le devolvía
el bien recibido, restituyéndolo a la estimación de sí mismo (. ..) porque, viniendo de Ma·
risela, la tranquilizadora persuasión de aquellas palabras había brotado de la confianza
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que ella tenía en él, y esta confianza er algo suyo, lo mejor de sí mismo, puesto en otro
corazón• (p. 264).
e) Por último, el poder de la voluntad es algo que debe dominar en todo hombre
educado:
• ... la actitud propia del civilizado, en quien los instintos están subordinados a la dis-
ciplina de los principios• (p. 247).
Esta es la idea básica que sobre la educación se trasluce en la obra, así como tam-
bién el deber de educar que tiene la persona formada y capacitada para ello:
•YO he contraído un deber moral al emprender la obra de su educación, he cambiado
el destino de un alma• (p. 182).
La persona, en fin, nos aparece pudiendo ser modelada:
1. 0
Por otra persona, educativamente, de manera consciente y con resultados po-
)

sitivos.
2.0 ) Por la barbarie del paisaje llanero, por la rudeza del ambiente y de la naturaleza,
•devoradora de hombres•.
En el primer caso se cultivan sus aspectos espirituales, principalmente. En el segundo,
es lo que de salvaje y de animal tiene el hombre, lo que vence y se adueña de su Interior.

2.5. Acción sobre el ambiente

Con la obra civilizadora, además de llevar a buen fin una acción educativa como se
señala en el primer caso (y cuyo desarrollo estudiaremos más detenidamente en Mari-
sela). también deben modificarse esas circunstancias y características naturales del pai·
saje, para que colaboren con la acción anterior, no contrarrestando sus efectos positivos:
•Pensó muchas cosas: ( ... ) luchas contra la naturaleza; contra la insalubridad, que
estaba aniquilando la raza llanera; ( ... ) contr el desierto, que no deja penetrar la civili-
zación .
... Lo que urge es modificar las circunstancias que producen estos males: poblar•
(p. 25).
• ... todo lo que contribuyese a suprimir ferocidad tenía una importancia grande para
su espíritu• (p. 96).
•Luzardo se quedó pensando en la necesidad de implantar la costumbre de la cerca.
Por ella empezaría la civilización de la llanura; la cerca sería el derecho contra la acción
todopoderosa de la tuerza, la necesaria limitación del hombre ante los principios.
( ... ) En verdad, era muy hermosa aquella visión del Llano futuro civilizado y próspero
que se extendía ante su imaginación• (p. 97).
El hombre, así, varía el ambiente y crea la circunstancia adecuada para su vida física
y espiritual en plenitud.

2.6. Acción sobre la persona: aspectos varios

Refiriéndonos ya a la educación de la persona específicamente, destacamos, antes de


entrar en la forma concreta en que el autor nos expone la acción directa con Marlsela:
la importancia que Rómulo Gallegos concede a la educación universitaria para la forma-
ción de la persona responsable, de carácter, capacitada para ejercer una acción prove-
chosa en la sociedad a cualquier nivel y en cualquier campo; lo demuestra citando los
estudios universitarios de sus personajes en diversas ocasiones:
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·Su juventud brillante, el porvenir, todo promesas, las esperanzas puestas en él. Ca-
racas ... la Universidad ... • (p. 83).
•Condiscípulos en la Universidad, en el primer año de Derecho. ( ... ) Tú eras el alum-
no más aprovechado del curso. ¡Cómo no! Y yo no me he olvidado de tí. ¿Te acuerdas
de cuando me ayudabas a estudiar las lecciones de Derecho romano, paseándonos por
los claustros de la Universidad?· (p. 113).
Otra faceta que se pone de manifiesto, es la pervivencia de los recuerdos de la in-
fancia a lo largo de la vida, con la influencia consiguiente que tienen, o pueden tener,
en determinados momentos:
• Todo esto lo había presenciado Santos Luzardo junto al tranquero del corral, con el
ánimo excitado por la evocación de su infancia• (p. 70). ·
·De haberlo visto una vez en su infancia, apenas Santos conservaba de él un vago
recuerdo· (p. 79).
• ... ni recuerdo haber experimentado en mi niñez una emoción tan profunda como la
que experimenté cuando un día me dijo mi madre: "Ven para que conozcas a tu primo
Lorenzo"• (p. 82).
•Pero Lorenzo no hacía sino pasarse las temblorosas manos por el cráneo, bajo el
cual se le había desencadenado, de pronto, la tormenta de los recuerdos• (p. 83) .
•Santos Luzardo contemplaba el animado espectáculo con mirada enardecida por las
tufaradas de los recuerdos de la niñez, cuando al lado del padre compartía con los peo-
nes los peligros del levante• (p. 142). ·
·Su conversación giraba exclusivamente dentro de los recuerdos de su época de es-
tudiante y en la minuciosidad que ponía en estas evocaciones ( ... ) se advertía cierto an-
gustioso empeño• (p. 163).

2.6 .1. Conocimiento del educando

Nos expone, por fin, el autor, a lo largo de la obra, la acción educativa Intencionada y
directa sobre uno de los personajes: Marisela. La describe, con detalles sobre su perso-
nalidad, de esta manera:
• Tendría unos quince años, y aunque la comida escasa, el agua mala, el desaliño y la
rustiquez le marchitaban la juventud, bajo aquella miseria de mugre y greñas hirsutas se
adivinaba un rostro de facciones perfectas• (p. 89).
• ... ella, ya no arisca, sino remilgada, humanizada por el primer destello de emoción
de sí misma• (p. 89).
-•Váyase, pues -repitió Marlsela, cubierta de rubor• (p. 90).
• También Marisela tenía su •corcoveo jacheado•. No porque le costase aprender, sino
porque de pronto se enfurruñaba con el maestro• (p. 123).
• ... siempre te he dicho que eres una muchacha inteligente• (p. 124).
•Por momentos, la discípula se le encabritaba, se le revolvían las sangres, como de-
cía ella, y se negaba a recibir las lecciones o respondía a sus advertencias con aquel
brusco: -Déjeme ir para mi monte otra vez• (p. 126).
•Entretanto, Marisela escuchaba• (p. 128).
•Volvió ( ...) Mansela, a los buenos modales y a las lecciones bajo la lámpara de la
sala• (p. 166).
• Pero el reir malicioso de Marisela era algo tan diáfano como lo había sido la frase
130 Maria Antonia Casanova

inocente, tan ajeno a la moral como el pecado de la venadita. Era la naturaleza misma,
sin bien ni mal; ( ...) Alegre, jovial y expansiva ... • (p. 187).
Resumimos los datos que el autor nos facilita sobre la persona que va a educar: es
Inteligente, atenta a todo lo que concierne a su formación, con gran facilidad para el
aprendizaje, abierta, espontánea, alegre. Y está en la adolescencia (etapa decisiva en la
personalidad humana y fundamental para orientar a la persona), con sus caracterfstlcas
típicas: una cierta coquetería, faciliadd para ruborizarse, arranques de enfado y rebeldia.
Corroboramos las citas anteriores en este sentido, con otra más explícita:
·En su lenguaje habían reaparecido todas las exclamaciones vulgares y las palabras
Incorrectamente pronunciadas, que tanto trabajo había costado hacérselas abandonar, y
era un chaparrón de gruñidos soltados de propósito en cuanto abría la boca para respon-
der a algo que él le preguntara, un plan premeditado para hacer todo lo que pudiese
desagradarte, un mal humor perenne y un chocante replicar en cuanto él Insinuaba alguna
advertencia• (p. 165).

2.6.2. Educe16n familiar


Se fija Rómulo Gallegos en un aspecto de la personalidad de Marisela que falla total-
mente, y es todo el relacionado con la educación familiar. Está muy claro que su madre
nunca quiso saber nada de ella:
•Nada que se refiriera a Marisela le habla interesado nunca a Doña Bárbara, pues
respecto a ella, ni siquiera habla. experimentado el amoroso Instinto de la bestia rnadre
por el hijo mamantón• (p. 135).
·-Derechos, ningunos, porque en la partida de registro civil no apareces como hija
suya• (p. 215).
•Pero yo me he equivocado al venir a pedirle a usted lo que usted no puede dar: sen-
timientos maternales• (p. 153).
Su padre, por otra parte, aunque vivía con ella, tampoco se preocupaba como hubiera
sido lo norrnal:
·Hace muy mal tu padre en no ocuparse de tí como mereces• (p. 90).
En lógica correspondencia a esta falta de ambiente familiar, a esta falta de cariño,
Marlsela no demuestra, no tiene en sí ningún sentimiento filial, ni de amor ni de ternura:
.... en sus relaciones con el padre nunca había visto un movimiento de amor filial.
Generalmente mostrábase indiferente a los sufrimientos paternos o, cuando más, al pa-
sar junto a Lorenzo le dirigia una frase juguetona, animando la voz, pero sin que las pa-
labras dejaran traslucir verdadera ternura• (p. 187) .

• ... cuando por rrimera vez la llamó madre, y tuvo que hacer un esfuerzo para que sus
labios ernltleran e vocablo desnudo de todo sentimiento, como si careciese de sentido•
(p. 209).

Santos Luzardo busca la forma de hacer surgir esta ternura de que adolece el alma
de Marisela, y reflexiona sobre su causa, pensando que también es la falta de educación
adecuada y la falta de su madre esa causa de la situación:
• Tal vez por falta de la educación conveniente, por falta de esos toques a la sensibili·
dad dormida que sólo manos de mujer pueden darle• (p. 187).

•¿Si ese par de tias viejas que tengo en San Francisco consintieran en recibirla? ( ...).
Acabarían de educarla, completarían la obra emprendida por mi, con esos toques que a
un alma de mujer sólo manos de mujer pueden darle: esa ternura que le falta, ese fondo
del corazón hasta donde yo no he podido llegar• (p. 182).
Doña Bárbara, novela pedagógica 131
Al fin, aparecen estos sentimientos, con ocasión de la muerte de su padre:
• ... de allí surgía ahora una nueva Marisela, deslumbrada por el hallazgo de sí misma.
con la divina luz de la bondad en el rostro y con la suavidad de la ternura en las manos
que habían acariciado, por primera vez con verdadero amor filial, la frente atormentada
del padre• (p. 238).
• ... lo que tocó el corazón de Luzardo fue lo que allí había de tierno: la mano acaricia-
dora, la expresión de amor que tenían los ojos bañados en lágrimas, la ternura para la
cual creyera incapacitada a Marisela• (p. 261).
Es decir, que ante una falta fundamental en la educación de Marlsela, como es la de
su madre, no sirve solamente la educación como remedio: es necesario algo mb (un
gran choque vital, en este caso) para hacer reaccionar a la persona y suplir, dentro de
lo que sea posible, los fallos que se hayan producido.

2.6.3. Métodos educativos

Por fin, los medios educativos que utiliza el protagonista de la obra, podemos agru-
parlos en tres apartados generales: a) acción de la palabra y de consejos adecuedos
(orientación, en lenguaje actual); b) correcciones de hábitos o aprendizajes mal adquiridos
y enseñanzas concretas sobre temas varios; e) instrucción básica a través de lecciones
o clases sistemáticas o, en otras circunstancias, de un colegio. Recogemos, a continua-
ción, citas que ilustran estos apartados:
a) •Le ha dejado también la emoción de unas palabras nunca oídas hasta entonces.
Las repite y oye que le resuenan en el fondo del corazón, y se da cuenta, a la vez, de
que su corazón era algo negro, hondo, mudo y vacio• (p. 91 ).
•Santos se complació en esta transformación, que era obra de unas cuantas palabras
suyas • (p. 107).
• ... la conducta de Santos para con ella: severidad de padre o maestro, cuando le
daba consejos o le hacia advertencias• (p. 159).
b) • ... hasta allá te perseguiré diciéndote no se dice ]alié, sino hallé o enoontr~; no
se dice agualte, sino mire, vea• (p. 123).
•Esto en cuanto a vocabulario, corrigiéndolo a cada momento• (p. 124).
•En cuanto a maneras y costumbres, los modelos eran seríorltas de Caracas, todas
bien educadas y exquisitas. amigas de Santos, siempre oportun~;~mente recordedas en las
conversaciones con que él animaba las sobremes11s.. (p. 124}.
el •Las lecciones, propiamente, eran por las noches. Ya del largo olvido estaban
sal.lendo bastante bien la lectura y ls escritura, que fue lo único que de pequerílta le habla
enseñado su padre. Lo demás, todo era nuevo para ella y lo comprendía eon una facilidad
extraordinaria• (p. 124).
·-Bueno. ¿Esta noche no voy a dar lecciones?- (p. 126).
•Hasta en la noche, tomándome las lecciones, todavía estaba pensativo• (p. 158).
·-Bien, Lorenzo. La Marisela ha adquirido los rudimentos necesarios para comenzar
a recibir una verdadera educación, y es conveniente ponerla en un colegio. En Caracas
hay buenos colegios de señoritas, y creo que debemos mandarla cuanto antes• (p. 184).

2.6.4. Efectos de la educación

De este modo se abre ante Marisela una nueva vida, con más amplios horizontes, de-
bidos al cambio que la educación ha operado en ella:
132 María Antonia Casanova

• ... se abría un mundo luminoso, poblado da formas risueñas, resplandeciente hasta


deslumbrarla. Este mundo, que era su propio corazón ilusionado, fue Santos quien se lo
mostró, y sólo él lo llenaba. El le quitó con sus manos la mugre del ristra, con sus pala-
bras le reveló la propia belleza ignorada, con sus lecciones y consejos la desbastó de
la rustiquez, y la hizo adquirir buenos modales, y hábitos y gustos de un espíritu fino•
(p. 238).

·3. CONCLUSJON

Es así como, de modo sintético, dejamos expuesto el reflejo que de la situación so-
cial venezolana nos ofrece una novela, Doña Bárbara, y los datos y soluciones pedagógi-
cas que nos aporta el autor para resolver sus más importantes fallos, absolutamente con-
vencido de que el único camino para lograr una sociedad superior es la educación.
Acabamos con dos conclusiones generales, en las que queremos insistir por conside-
rarlas básicas para avanzar en este tipo de estudios:
Al La. novela es testimonio fiel de la sociedad de la época en que se produce.
B) Por ello, resulta un documento totalmente válido para la investigación de los di-
versos aspectos que se dan en esa vida social, y, en concreto, de la educación.

APENDICE 1: ROMULO GALLEGOS Y SU TIEMPO

1884 :._ ·rermina el segundo período presidencial de A. Guzmán Blanco.


- Nace Rómuio Gallegos en un barrio humilde de Caracas. Es el mayor de cinco
hermanos. Su padre, comerciante.
1888 - Comienza el estudio de los cursos de Primaria.
1894 - ;ngresa, por poco tiempo, en el Seminario Metropolitano.
1896 - Muere su madre de parto.
1899 - Se inicia la dictadura de Cipriano Castro.
1901 - Inicia sus actividades como maestro de instrucción primaria.
1904 - Recibe el título de Bachillerato, que estudió en el Colegio Sucre.
1905 - Ingresa en la Universidad de Caracas, para estudiar Filosofía y Matemáticas. Por
fin, estudia Dere~ho. Abandona la Universidad antes de conseguir la Licenciatu-
ra, por necesidades económicas.
1906 - Comienza a trabajar como Jefe de la Estación de Ferrocarril, entre Caracas y
. Santa Lucía.
1908 - Finaliza la dictadura de Cipriano Castro y se inicia la de Juan Vicente Gómez.
1909 - Funda la revista La Alborada, junto con Julio Planchart, Julio Rosales, Enrique
Soublette y Salustio González.
1912 - Director del Colegio Federal de Barcelona (Venezuela.
- Contrae matrimonio con Teotiste Arocha .
1913 - Publica Los aventureros (Col. de cuentos.
- Subdirector del Colegio Federal de Caracas.
1918 - Subdirector de la Escuela Normal de Maestros de Caracas.
1920 - Publica El último Solar (Reinaldo Solar), su primera novela.
1922 - Publica Los inmigrantes.
- Dirige La Novela Semanal.
- Director del Liceo Federal.
1925 - Publica La Trepadora.
Doña Bárbara, novela pedagógica 133

1929 - Publica Doña Bárbara, premiada en Madrid por un jurado compuesto por R. Pérez
de Ayala, Gabriel Miró, Enrique Díaz-Canedo y Ricardo Baeza. Pasa Rómulo Ga-
llegos al primer plano de la actualidad literaria.
1930 - Se reedita en España Reinaldo Solar.
1931 - Publica Cantaclaro.
- Es nombrado senador por el Estado de Apure.
- Sale de Venezuela, hacia USA, en exilio voluntario, renunciando a su cargo de
senador.
1932 - Viaja de Nueva York a España.
1935 - Publica Canaima.
- Muere J. V Gómez. Es nombrado presidente E. López Contreras.
1936 - Regresa Rómulo Gallegos a Venezuela y acepta el cargo de Ministro de Instruc-
ción Pública. Cesa al poco tiempo.
1937 - Publica Pobre negro.
1941 - Candidato a la Presidencia de la República.
1942 - Publica El forastero.
1943 - Publica Sobre la misma tierra.
1948 - Sale electo Presidente de la República (15-2-48). Prescinde óe los militares en el
Gobierno.
- Golpe militar (24-11-48). Rómulo Gallegos cae en manos de Pérez Jiménez. Es
clausurada la Universidad de Caracas.
- Sale exiliado hacia La Habana y después a México.
1949 - Publica Cuentos venezolanos.
1950 - Muere su esposa, en México.
1952 - Publica, en Cuba, La brizna de paja en el viento.
1954 - Homenaje a Rómulo Gallegos, en el 25 Aniversario de la publicación de Doña
Bárbara, con la edición de Una posición en la vida (escritos del autor que esta-
ban dispersos).
1958 - Cae la Dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
R. G. vuelve a Venezuela y se mantiene apartado de la vida política.
1969 - Muere en Caracas.

APENDICE 2: ANTECEDENTES Y SITUACION VENEZOLANA EN LA EPOCA


DE GALLEGOS (~)

Configuración geográfica y sus consecuencias sociales: Ocupa Venezuela una gran ex-
tensión de terreno (912.000 kilómetros cuadrados, aproximadamente). en el cual se dis-
tingue un variado relieve, que da lugar a una enorme diferenciación entre unas y otras
zonas. Señalamos tres: -cordilleras (con la Cordillera andina, por una parte, y la Cordi-
llera de la costa y Cordillera interior, por otra), con alturas de hasta 5.000 metros;- va-
lles y costa, coincidentes con las depresiones tectónicas, poseen suelos cultivables y
accesos a través de las cuencas de los ríos, lo que hace que la población se agrupe en
ella; -llanos: destacan sobre el resto, ocupando el centro del país. Su población es muy
escasa.
Digamos, en cuanto a rasgos generales de su población, que el 60 por 100 se agrupa
en los estados de la costa, y el 16 por 100 en los estados andinos. El poco resto que que-
da se reparte desigualmente por el país, con diferencias asombrosas, según la habitabi-
lidad de la zona. Existen aún regiones sin explorar. En este momento, Venezuela está
constituida por veinte Estados, 1 D.F. y 2 territorios federales.

(")Para ampliar este apartado es muy útil consultar la obra de HILDA MARBAN: Rómulo Gallegos: el hom-
bre y su obra. Madrid, Ed. Playor, S. A., 1973; los datos geográficos están tomados. en su mayor parte. de la
Geografía Universal Larousse, vol. 2. Barcelona, Ed. Planeta. 1966.
134 María Antonia Casanova

Esta enorme diferenciación será la causa, en buena parte, del fenómeno regionalista.
Las distancias y las barreras naturales acusan la diversidad a que aludimos.
La situación desértica de los llanos impidió, desde los primeros momentos de coloni-
zación, que se civilizara la zona, pues fueron pocos los que llegaron a ella: falta de co-
municación y gran distancia resultaron factores decisivos. Las primeras ciudades se loca-
lizaron en lugares más o menos cercanos a la costa, donde era fácil el acceso a otros
lugares y a España: Cumaná 1520), Coro (1523), Barquisimeto (1552) y Valencia (1555)
son ejemplos de lo que decimos. Los llanos quedaron abandonados a la ley impuesta por
la persona que llegó a ellos y se hizo la fuerte (•la ley de Doña Bárbara»), se apropió
de tierras y ganados a los que tenía o no derecho, y llegó a dominar enormes latifundios
que sólo le interesaban como productores de riqueza. Explotó a personas (autoridades
cercanas incluidas, que compraba o atemorizaba y tenía a su servicio) y tierras, y repre-
sentó la única autoridad en la zona.
Las deficiencias, pues, en los llanos se dejaron sentir en todos los terrenos, por aban-
dono del gobierno central: en educación, adelantos agrícolas y ganaderos, economía de
sus habitantes ... es decir, atraso general en todos los campos.
Configuración política y su influencia en la situación venezolana: El 5-7-1811 es procla-
mada la independencia venezolana por el Congreso Constituyente, declarando la igualdad
política y racial de todos sus habitantes. No obstante esta declaración, los venezolanos
estaban separados por razas y posición social (españoles, criollos ricos y pobres, negros
indios ... ). Los caudillos fueron los dominantes de la situación política durante muchos
años. Arrojados los españoles de Venezuela, ésta se constituyó en República de acuerdo
con la Constitución de 1821. A pesar de los adelantos teóricos, sobre el papel, que se
fueron consiguiendo, los caudillos hicieron que la ley funcionara a su gusto y medida,
enriqueciéndose en el poder y llegando la inmoralidad de la Administración a niveles in-
sospechados. El abuso de los gobernantes y la falta de respeto a la ley fue la tónica ge-
neral en Venezuela hasta, prácticamente, 1958, fecha en que es derrocada la dictadura
de M. Pérez Jiménez y se inicia una nueva etapa política, diferente en procedimientos e
ideas.

Planteamientos educativos: Hasta 1805 no hubo escuelas de primeras letras en Cara-


cas. A pesar de ello, sólo las personas adineradas podían dar educación a sus hijos. Los
demás niños no solían asistir a la escuela, especialmente en las zonas rurales, donde
tenían que trabajar, o ésta se encontraba a gran distancia.

Los métodos eran rutinarios y tradicionales, sirviendo para poco los escasos conoci-
mientos que se adquirían. Más que educación, era simple instrucción lo que se impartía
en la escuela.

Ante este estado de cosas, la educación se hallaba totalmente desprestigiada, no se


tenía fe alguna en los beneficios alcanzables a través de ella y, así, era mínimo el interés
que despertaba en los distintos grupos sociales.
Ideas educativas propiciadas por Rómulo Gallegos: Las resumimos en unos puntos es-
cuetos, pues se comentan más ampliamente en el estudio específico de Doña Bárbara:

- Necesidad primera de buenos maestros y cambio de sistema educativo.


- Exigencia a los maestros de: -completa preparación profesional en Escuelas Nor-
males; -madurez; -afición al estudio; -actitud científica; -cualidades morales,
intelectuales y profesionales.
- Educación que promueva la capacidad de iniciativa e independencia, nunca inhibí-
dora de capacidades. Que enriquezca, y no reprima, la personalidad del educando.
- Escuela educadora (formadora del carácter), fundamentalmente, no sólo instructiva
(productora de cultura).
- Educación moral (que actúe sobre la voluntad, que haga al hombre dueño de sí
mismo) y religiosa en la escuela.

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