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ADA 5: Enfrentamientos entre liberales y conservadores y el establecimiento de la

República Restaurada en el siglo XIX

1. República federal

1.1. Constitución de 1857

Una vez concluida la revolución de Ayutla, los liberales eligieron como presidente

interino a Juan Álvarez, quien fue sustituido por Comonfort. En octubre de 1855 se convocó

a elecciones para organizar el Congreso constituyente y un mes más tarde se expidió la Ley

Juárez que suprimía los fueros militar y eclesiástico, y abolía el privilegio de ser juzgados

por sus propios tribunales.

Comonfort continuó con las reformas liberales y promulgó otras dos leyes: Ley Lerdo

y Ley Iglesias. La primera, elaborada por Miguel Lerdo de Tejada, desamortizaba las fincas

rústicas y urbanas de las corporaciones religiosas y civiles. Mientras la Ley Iglesias,

elaborada por José María Iglesias, prohibía el cobro de obvenciones parroquiales a los pobres,

acababa con la coacción de votos y desapareció la Compañía de Jesús.

Los conservadores reaccionaron en contra de tales medidas y hubo levantamientos. El

país continuaba dividido en dos partidos irreconciliables: liberales y conservadores. Con el

fin de encontrar una solución, en febrero de 1856 se instaló el Congreso constituyente. La

mayoría de los diputados eran liberales moderados, aunque también hubo un grupo de

conservadores y otro de liberales "puros" que se apoderaron de la dirección y de las

discusiones, entre ellos: Filomeno Mata. Melchor Ocampo. Guillermo Prieto y Francisco

Zarco. Tras arduos debates, el 5 de febrero de 1857 se promulgó la Constitución Federal de

los Estados Unidos Mexicanos, con 128 artículos, entre los cuales destacan los siguientes:
1.1.1. Principales aspectos de la Constitución de 1857

⎯ Establecimiento de una República Representativa, democrática y federal con

gobierno dividido en tres Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

⎯ El Poder Ejecutivo sería limitado.

⎯ El Legislativo recaía en la Cámara de Diputados.

⎯ El Judicial estaría encabezado por la Suprema Corte de Justicia.

⎯ El presidente de la República y el de la Suprema Corte de Justicia serían

designados por elección popular.

⎯ Fueron incorporados los derechos de: libertad de educación y de trabajo,

libertad de expresión, de petición, de asociación, de tránsito, de propiedad y la igualdad

ante la ley.

⎯ La soberanía nacional emanaría del pueblo, ya que reside originalmente en él.

⎯ La Federación quedaría integrada por 24 estados y el territorio de Baja

California.

La Constitución liberal presentó puntos renovadores de tono moderado, suficientes

para generar protestas del clero y los conservadores. Los poderes civil y eclesiástico se

enfrentaron.

En concordancia con la Constitución de 1857, se convocó a elecciones presidenciales

de las cuales resultó vencedor Ignacio Comonfort, en tanto que Benito Juárez fue elegido

como presidente de la Suprema Corte de Justicia.

Félix Zuloaga, opositor de los liberales, se sumó a las críticas de la Constitución y, en

diciembre de 1857. proclamó el Plan de Tacubaya, que desconocía dicha legislación,


reconocía a Comonfort como presidente y pedía un nuevo Congreso constituyente.

Comonfort, convencido de que era imposible gobernar con la Constitución aprobada, se

adhirió al Plan de Tacubaya y encarceló a Juárez. Semanas más tarde, Zuloaga se declaró

presidente y desconoció a Comonfort, que renunció y liberó a Juárez, quien lo sustituyó

constitucionalmente estableciendo el gobierno de la República en Guanajuato, el 19 de enero

de 1858.

Mientras tanto, una junta militar nombró presidente a Félix Zuloaga, de esa manera el

país tuvo dos presidentes y dos gobiernos al mismo tiempo: uno liberal y otro conservador,

lo que dio inicio a la Guerra de Reforma o de Tres años (1858-1860).

1.2. Leyes de Reforma y Guerra de los Tres Años

Félix Zuloaga se hizo fuerte en la capital con el reconocimiento de los ministros

extranjeros, el apoyo de gran parte del ejército y los recursos de la Iglesia, así pudo dominar

el centro del país. Juárez se estableció en Guadalajara, pero al verse amenazado se embarcó

en Manzanillo rumbo a Nueva Orleans y, finalmente a Veracruz, donde instaló su gobierno.

Aunque sus tropas eran improvisadas, contaba con recursos de la aduana del puerto y la

ventaja de defender el gobierno legítimo. Fue apoyado por el comandante de Jalisco y

Michoacán, Santos Degollado, y los gobernadores de Nuevo León. Coahuila y Zacatecas.

Durante los dos primeros años los conservadores dominaron la guerra. Pero en

diciembre de 1858 hubo una división entre ellos, la cual terminó con la sucesión del general

Miguel Miramón en la presidencia conservadora. Miramón decidió sitiar a Juárez por tierra

y por mar. El gobierno juarista solicitó ayuda a Estados Unidos, y en marzo de 1859 una

corbeta estadounidense capturó las naves conservadoras que lo asediaban. Juárez decidió
consolidar la reforma liberal y promulgó las Leyes de Reforma, que se en listan a

continuación:

⎯ Nacionalización de los bienes del clero

⎯ Separación de la Iglesia y el Estado

⎯ Supresión de órdenes religiosas

⎯ Establecimiento del matrimonio y el registro civil

⎯ Secularización de los cementerios

⎯ Libertad de cultos

⎯ Decreto para suprimir relaciones diplomáticas entre México y El Vaticano

La importancia de estas leyes radica en que separaron a la Iglesia del Estado y afirma

ron la soberanía del gobierno civil sobre las instituciones.

Los bandos contendientes, acosados por problemas financieros, pidieron ayuda a

gobiernos extranjeros. El resultado fue la firma de los tratados McLane-Ocampo y Mon

Almonte. El primero no llegó a ser vigente, y el segundo, de modo parcial.

“El Tratado McLane – Ocampo fue firmado en diciembre de 1859 por el

representante frontera norte, de Estados Unidos, Robert McLane, y el liberal Melchor

Ocampo. Establecía que México concedía tránsito libre por el istmo de Tehuantepec y

diversos puntos de con privilegios comerciales y autorización de intervenir militarmente si

fuera necesario. El Tratado de Mon – Almonte fue firmado en septiembre de 1859 entre

Juan N. Almonte, representante del gobierno conservador, y Alejandro Mon, embajador de

España en Paris. México se comprometía a pagar indemnizaciones por los daños que
hubieran recibido los españoles residentes en el país durante las guerras civiles y aceptaba

que se estableciera en el territorio un protectorado español.”

Por su parte, Miramón contrató un préstamo con el banquero suizo Jecker y se apoderó

del dinero de la representación británica, hecho que desprestigió al país, además de aumentar

sus deudas.

El fracaso del sitio de Veracruz facilitó el triunfo liberal. En agosto de 1860, el general

liberal Jesús González Ortega se enfrentó en Silao a Miguel Miramón, quien perdió la batalla,

y en diciembre González Ortega venció definitivamente a las tropas conservadoras, en

Calpulalpan. Con esta batalla la Guerra de Reforma llegó a su fin. Juárez regresó a la capital

en enero de 1861. Tras la derrota, los conservadores prosiguieron sus conspiraciones en

Europa. Las elecciones efectuadas en junio 1861 dieron la presidencia a Juárez para el

periodo 1861-1865.

José M. Luis Mora


Ideas liberales

representadas por
Valentín Gómes Farías

República Federal primer intento en 1846

planeaban Reforma lograda con Constitución de 1857

Separación Iglesia -
lograda por Benito Juárez
Estado
1.3. Intervención francesa y Segundo Imperio (1862 – 1867)

Al terminar la Guerra de Reforma, el país estaba en bancarrota, el presidente Juárez

enfrentó graves problemas por la escasez de recursos para pagar a los empleados del gobierno

y del ejército, y atender los asuntos más urgentes de la administración pública.

En 1861, expidió un decreto, por medio del cual suspendía por dos años los pagos de

la deuda extranjera, decisión que causó inconformidad de los gobiernos de Inglaterra, España

y Francia.

La deuda externa de México ascendía a $69994544.40 con los ingleses, $9460986.29

con los españoles y $2 860 762 con los franceses.

La suspensión del pago de la deuda externa fue aprovechada por los monarquistas

mexicanos residentes en Europa, entre ellos José María Gutiérrez de Estrada y José Manuel

Hidalgo, para iniciar pláticas con la emperatriz Eugenia y su esposo, Napoleón III, sugiriendo

la posibilidad de buscar un candidato entre la nobleza europea que aceptara gobernar a

México como rey. El emperador francés soñaba con establecer un imperio "la tino" que

sirviera de muro de contención a la expansión anglosajona, de manera que vio en la

suspensión de pagos la coyuntura ideal para intervenir y convocó a Gran Bretaña y España.

Los tres países se reunieron en la Convención de Londres y se comprometió ron a bloquear

los puertos del golfo de México para presionar la reanudación de pagos.

La flota española llegó a Veracruz en diciembre de 1861 y un mes después arribaron

las otras dos. Recibido el ultimátum. Juárez envió a Manuel Doblado a negociar. En febrero

de 1862, se firmaron los Tratados de la Soledad. En ellos se daba reconocimiento al gobierno

de Juárez y respeto a la soberanía e integridad del territorio mexicano. Doblado aseguró que
los pagos se reanudarían tan pronto fuera posible. Los británicos y los españoles aceptaron,

pero los franceses desembarcaron más soldados, con la intención de llevar a cabo sus

verdaderos propósitos. Para ello contaban con la ayuda de conservadores y monárquicos.

El gobierno liberal organizó la defensa, y nombró al general Ignacio Zaragoza

responsable del Ejército de Oriente para combatir las tropas imperialistas de Napoleón III.

Alegando supuestos agravios del gobierno mexicano y violando los Tratados de la

Soledad, el jefe del ejército francés inició la marcha hacia el centro del país. El 4 de mayo se

hallaba en las inmediaciones de Puebla y al día siguiente lanzó sus fuerzas al asalto de la

ciudad. En la batalla del 5 de mayo, el general francés Charles Lorencez atacó los fuertes de

Loreto y Guadalupe, sin lograr quebrantar a sus defensores, dirigidos por Ignacio Zaragoza,

Porfirio Díaz, Miguel Negrete, Antonio Álvarez y Felipe Berriozábal. Participaron también

los indígenas zacapoaxtlas de la sierra de Puebla, quienes en combate cuerpo a cuerpo

hicieron retroceder a los altivos franceses.

La derrota sólo sirvió para que Napoleón enviara 30000 soldados más al mando del

general Forey. Un año más tarde, las tropas mexicanas se concentraron en Puebla, pero

después de un largo sitio la ciudad sucumbió ante los franceses.

La defensa de la capital no fue posible y el gobierno de Juárez se vio obligado a

abandonar la Ciudad de México. Forey tomó la capital y formó una Junta Provisional de

Gobierno y convocó a una Asamblea de Notables para decidir la forma de gobierno que se

establecería. El Poder Ejecutivo tendría carácter provisional y tomó el nombre de Regencia,

integrada por tres conservadores: Juan N. Almonte, Mariano Salas y el arzobispo Pelayo
Antonio Labastida y Dávalos. En julio de 1863 la Asamblea de Notables proclamó el Imperio

mexicano y estipuló lo siguiente:

⎯ Se adoptaría por forma de gobierno la monarquía hereditaria, encabezada por un

príncipe católico.

⎯ La corona imperial se ofrecería a Maximiliano de Habsburgo, archiduque de

Austria. En caso de que éste no ocupara el trono, se solicitaría a Napoleón III

designar a otro príncipe.

Forey fue reemplazado por el general Aquiles Bazaine, quien terminó la campaña de

ocupación y recuperó la mayoría de los estados de la República Mexicana.

Una comisión de conservadores, presidida por Gutiérrez de Estrada, se presentó en el

Castillo de Miramar para ofrecer a Maximiliano la corona mexicana, quien puso como

condición pruebas de que el pueblo lo solicitaba. Recibió entonces una petición firmada por

numerosos conservadores. Apoyado por Napoleón III, Maximiliano firmó el Tratado de

Miramar mediante el cual:

⎯ Renunciaba a cualquier trono europeo, así como a sus derechos, posesiones y rentas

en Europa.

⎯ Napoleón III lo apoyaría con fuerzas de ocupación durante seis años.

⎯ Maximiliano sostendría los gastos del ejército y pagaría las deudas y gastos generados

por el Imperio.

Maximiliano de Habsburgo, de ideas liberales, era hijo de los archiduques Francisco y

Sofia de Austria, y estaba casado con la princesa Carlota Amalia, hija del Rey de Bélgica.

Llegaron a Veracruz el 28 de mayo de 1864: el pueblo del puerto los recibió con frial dad,
no así la Ciudad de México, que lució sus mejores galas y el 12 de junio tributó una entusiasta

bienvenida.

Pero los problemas no tardaron en presentarse, ya que durante los primeros tres años

de su régimen, el emperador aplicó una política liberal moderada y ratificó leyes y me. didas

de la Reforma, como la separación entre el Estado y la Iglesia, la nacionalización de los

bienes de ésta y la libertad de opiniones y cultos. Tal situación provocó que los conservadores

se distanciaran del nuevo gobernante.

Durante el Imperio, se elaboró el Estatuto Provisional del Imperio Mexicano y el

Código Civil. Las contradicciones se hicieron patentes entre los conservadores; el régimen

no podía afianzarse mientras sus intereses y los de la política liberal de Maximiliano es

tuvieran opuestos. Por su parte, el clero mexicano se adhirió a la política del Vaticano,

contraria a las Leyes de Reforma. Así se marcaron posiciones irreconciliables.

En el aspecto social, Maximiliano dictó leyes para mejorar la situación indígena, como

la abolición del acasillamiento y la supresión de la tienda de raya. También legisló sobre la

dotación de tierras baldías a los indígenas; previó una jornada máxima de 10 horas y la

prohibición de castigos corporales.

El Imperio dio nueva vida y embelleció a la Ciudad de México; Maximiliano mandó

remodelar el Castillo de Chapultepec, sembrar árboles, alinear calles y construir el Paseo del

Emperador (hoy Paseo de la Reforma); promovió también la educación y la investigación

científica.

Por su parte, el gobierno republicano se mantuvo vigente durante la Intervención

Francesa. Aun cuando cambió de sede por la persecución de las tropas franco-mexicanas,
Juárez no abandonó a su suerte al país. Se estableció primero en San Luis Potosí, después en

Saltillo y, en agosto de 1865, Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez). Ahí se mantuvo en

comunicación con su representante en Washington, con la esperanza de que, luego de

resolver sus problemas internos, Estados Unidos le ayudara en la defensa de la República.

Al mismo tiempo, Juárez propició la formación de guerrillas, cuya misión era emboscar

a los franceses e interrumpir las comunicaciones. Además, organizó el ejército regular en tres

divisiones: del Norte, al mando de Ramón Corona; de Occidente, con Mariano Escobedo al

frente, y de Oriente, al mando de Porfirio Díaz.

Para los imperialistas, la llegada de Juárez a Paso del Norte significó una huida al

extranjero, y la prensa imperialista lo dio como un hecho. Cuando Maximiliano recibió la

noticia de la supuesta huida, creyó que era el momento de combatir la resistencia y, en octubre

de 1865, expidió un decreto ordenando aplicar la pena de muerte a los republicanos

levantados en armas. Este decreto produjo gran derramamiento de sangre y reavivó en el

pueblo el deseo de expulsar al intruso europeo.

Mientras el gobierno republicano se encontraba en Paso del Norte, se cumplió el

término del periodo presidencial de Juárez. Las condiciones no permitían la organización de

nuevas elecciones. La Constitución exigía que, en tal caso, el Poder Ejecutivo fuera

transferido automáticamente al presidente de la Suprema Corte de Justicia, cargo que

desempeñaba el general Jesús González Ortega. Sin embargo, Juárez no lo consideró

conveniente debido a la situación conflictiva, y el 8 de noviembre de 1865 expidió un decreto

para prorrogar sus funciones hasta el fin de la guerra.


Las circunstancias internacionales empezaban a favorecer a los liberales. Al finalizar

la guerra civil estadounidense, en abril de 1865, los juaristas obtuvieron un préstamo para

comprar armas e iniciar una ofensiva en contra del Imperio, y Estados Unidos inició protestas

diplomáticas por la intervención en México.

Los tres cuerpos que formaban el ejército juarista avanzaron hacia la capital del país.

Como consecuencia, empezaron a liberarse grandes porciones del territorio de la República.

Por su parte, Maximiliano, desde el inicio de su gobierno, tuvo que enfrentar problemas

financieros, debido a la enorme desproporción entre los gastos y la excesiva deuda contraída

con Francia. A principios de 1866, Napoleón III empezó a retirar sus ejércitos, para apoyar a

sus fuerzas en guerra contra Prusia. A medida que se retiraban las tropas, los liberales fueron

avanzando hacia el centro desde todos los puntos del país y derrotaron a los soldados

imperialistas.

Maximiliano pensó en abdicar, pero Carlota decidió buscar apoyo en Europa. Al no

lograr que sus súplicas fueran atendidas, perdió la razón. Este hecho convenció al emperador

de que sólo le quedaba abdicar, pero la oposición de sus ministros le hizo desistir. Organizó

su ejército entregando el mando a los generales Miramón y Mejía, quienes poco pudieron

hacer para contener a los liberales. El emperador y sus generales prefirieron concentrar sus

fuerzas en la ciudad de Querétaro, que fue sitiada.

Maximiliano salió de la ciudad con algunos generales hacia el cerro de las Campanas

donde, sin ofrecer resistencia, se entregó al ejército liberal. Fue enjuiciado junto con los

generales Tomás Mejía y Miguel Miramón y fusilado el 19 de junio de 1867.


Un mes después, Juárez y su gabinete entraron a la Ciudad de México. Con el triunfo

de la República, se anulaba finalmente la opción monárquica aunque no terminarían los

levantamientos, el proyecto monárquico en nuestro país.

“El Gobierno Nacional vuelve hoy a establecer su residencia en la Ciudad de México,

de la que salió hace 4 años. Llevó entonces la resolución de no abandonar jamás el

cumplimiento de sus deberes [...] En nombre de la patria agradecida, tributo el más alto

reconocimiento a los buenos mexicanos que la han defendido, y a sus dignos caudillos. El

triunfo. de la Patria, que ha sido el objeto de sus nobles aspiraciones, será siempre su mayor

título de gloria y el mejor premio de sus heroicos esfuerzos [...] Mexicanos: encaminemos

ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus

auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de

todos los habitantes de la República [...] que el pueblo y el gobierno respeten siempre los

derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho

ajeno es la paz.”
INTERVENCIÓN FRANCESA

Antecedentes

Europa México

Napoleón III tenía Intereses monárquicos apoyados en la Situación económica

mantenía durante el

Intereses imperialistas
Gobierno de Juárez
en México

estableció una se dio la


Francia
compuesta por Inglaterra
España
Suspensión del pago
Alianza tripartita
de la deuda
que exigió Pago de la deuda

decidieron la por amenazas

para evitar Tratados de la Se derogó el decreto


Ocupación militar firmó los
Soledad de suspensión de
pagos
pero

Regencia
Francia violó los Rompimiento de la
se dio el que inició Invasión francesa Segundo Imperio
tratados alianza tripartita
(Maximiliano)
2. La República restaurada

2.1. Gobierno de Benito Juárez

Con la victoria del gobierno liberal de Juárez en 1867, se reinstauró el orden

republicano y la aplicación de los postulados de la Constitución de 1857 y las Leyes de

Reforma. El reto era enorme: unificar de nuevo y consolidar al país, destrozado económica,

social y culturalmente. En el aspecto político, Juárez propuso reformas a la Constitución, que

serían sometidas a plebiscito popular:

⎯ Establecer un Senado

⎯ Otorgar al Poder Ejecutivo la facultad de vetar disposiciones del Congreso

⎯ Restringir las facultades de los diputados

⎯ Cambiar la forma de sustituir al presidente en ausencia

⎯ Devolver al clero el voto ciudadano

En el primer mes del gobierno de Juárez destacaron dos acciones: debilitar al grupo

militarista al proponer la reducción del ejército y su reorganización, y establecer una política

de centralización para reducir la gran cantidad de proyectos locales y lograr la unidad

nacional. Esta política encontró fuerte oposición entre los caciques y los caudillos, pues

buscaba disminuir su poder.

Juárez integró su gabinete con el que gobernaría provisionalmente hasta convocar a

nuevas elecciones. Entre sus miembros figuraban Sebastián Lerdo de Tejada, en Relaciones

Exteriores y Gobernación: José María Iglesias, en el Ministerio de Hacienda; el general

Ignacio Mejía en el de Guerra; Antonio Martínez de Castro, en Justicia e Instrucción Pública

y Blas Balcárcel, en Fomento. Posteriormente se convocó a elecciones generales y se


plantearon reformas a la Constitución de 1857. para fortalecer el Poder del Ejecutivo federal,

consistentes en la creación de la Cámara de Senadores-necesaria para centralizar el poder y

como arma para intervenir en la política local- y en el derecho del presi dente de vetar las

iniciativas del Legislativo. En virtud de que los grupos de oposición se sintieron amenazados

por la política centralizadora que Juárez había delineado, se dio marcha atrás a las reformas

y se propuso la conciliación de las fuerzas políticas del país: conservadores, liberales y clero.

En el ámbito económico. Juárez se preocupó por arreglar la cuestión financiera, pues

la hacienda pública se encontraba en crisis. Entre sus primeras acciones estuvo la reducción

del ejército, que debilitó su papel político al ordenar que cesaran las facultades de los jefes

militares. Siguió con una política fiscal adecuada, se recuperó el cobro de impuestos, se

analizó la deuda pública y se calcularon ingresos y egresos.

También en el aspecto económico se planteó el problema de la propiedad de la tierra.

El gobierno buscó atraer capital extranjero para fomentar la agricultura e incorporar zonas

del país aún no explotadas. Pero para ello la decisión fue desamortizarla propiedad

eclesiástica y la de los indígenas. De esa manera se buscaba garantizar mano de obra para las

grandes extensiones agrícolas, lo cual agradó a los propietarios mexicanos y extranjeros: la

concentración de la propiedad agraria recayó en manos de la clase empresarial.

Uno de los proyectos juaristas fue extender la educación pública en todo el territorio

para modernizar al país mediante ésta. La intención de crear escuelas laicas y unificar los

sistemas escolares tropezó con grandes obstáculos, como la inercia de un México católico y

la gran diversidad cultural y regional.


El liberalismo juarista esgrimió la educación como arma para contrarrestar la in

fluencia de la Iglesia en la sociedad y, para ello, el 2 de diciembre de 1867 dictó la Ley

Orgánica de Instrucción Pública, en la que se eliminaba de la educación todo contenido

religioso y se creaba la Escuela Nacional Preparatoria, puesta en manos de Gabino Barreda,

quien resumió en tres palabras el proyecto educativo: libertad, orden y progreso. La

orientación que se le dio a la enseñanza fue positivista. Se establecieron también la escuela

para invidentes y la Biblioteca Nacional. Esta política educativa benefició a las clases medias

urbanas.

A la par de impulsar el progreso y permitir la libertad de expresión, el gobierno de

Juárez tenía que lograr la pacificación del territorio. Numerosos levantamientos fueron

ocasionados por la desamortización de las propiedades comunales indígenas; entre ellos, se

dieron de nueva cuenta levantamientos en Yucatán, Nayarit, Sonora y en otras partes del

norte del país, así como en Chiapas.

Finalmente, en 1867 se organizaron las elecciones generales, a las que se presenta ron

dos candidatos liberales: Porfirio Díaz y Benito Juárez, quien, a pesar del fracaso de las

reformas propuestas, resultó reelegido para el periodo 1867-1871. Juárez sabía que parte de

la fuerza de los caciques residía en la desintegración geográfica que impedía lograr la unidad

nacional, por ello reconoció la necesidad urgente de construir vías ferroviarias y tender líneas

de telégrafo. Así pues, su objetivo consistió en hacer de México un Estado centralista,

soberano, fuerte y moderno. Para alcanzarlo, Juárez-y después Lerdo-suspendió las garantías

individuales e hizo uso de las facultades extraordinarias del Ejecutivo.

El descontento generado durante el régimen, se acentuó cuando Juárez decidió

reelegirse en 1871. La división del Partido Liberal se dio al aparecer un tercer candidato:
Sebastián Lerdo de Tejada. La Constitución de 1857 fue la justificación de la división del

partido, pues tanto juaristas como lerdistas y porfiristas afirmaban defender las ideas liberales

señaladas en ésta. Numerosos grupos rebeldes manifestaron su oposición a la reelección de

Juárez, ante lo cual el presidente solicitó al Congreso facultades extraordinarias para

"pacificar" al país.

En las urnas, ningún candidato obtuvo la mayoría necesaria para gobernar y, tras un

entendimiento entre diputados juaristas y lerdistas, el Congreso declaró presidente electo a

Juárez, hecho que ocasionó que estallara la revuelta de la Noria, dirigida por Porfirio Díaz El

Plan de la Noria se oponía a la reelección indefinida de Juárez, pues violaba la Constitución.

Entre sus consignas principales estaban "menos gobierno y más libertades". el apego a la

Constitución de 1857 y la libertad electoral.

La revuelta perdió sentido a raíz de la muerte del presidente Juárez, el 18 de julio de

1872. De acuerdo con la Constitución, fue sustituido de manera provisional por Lerdo de

Tejada, presidente de la Suprema Corte de Justicia, quien después fue elegido presidente de

manera unánime para el periodo 1872-1876.

2.2. Sebastián Lerdo de Tejada

El gobierno de Lerdo de Tejada se apegó a la Constitución; decretó una ley de amnistía

para pacificar al país. Asimismo, estableció una política anticlerical, prohibiendo toda

manifestación pública de culto; en 1873 envió al Congreso una iniciativa para expulsar del

país a los jesuitas, integró las Leyes de Reforma a la Constitución y decretó la disolución de

la orden de las Hermanas de la Caridad. Estas medidas causaron descontento general y una

revuelta cristera en Michoacán.


Su gobierno continuó las políticas de Juárez en materia económica. El resultado fue

que mexicanos y extranjeros fueron favorecidos con la creación de nuevos latifundios que

dominaron el campo. Pero, a pesar de estos intentos por impulsar la producción agrícola, ésta

continuó siendo básicamente para el autoconsumo. Otras empresas, también de capital

extranjero, fueron favorecidas, como la minería y el ferrocarril. En 1867 se reanudó la

concesión a una compañía inglesa, y la línea de ferrocarril ("el potro de hierro") México-

Veracruz fue inaugurada en 1873.

El gobierno de Lerdo de Tejada continuó la tarea de reorganizar la administración y la

hacienda pública. Entre las acciones en esta materia destacaron: la disminución de la deuda

externa, un proyecto de egresos para cubrir los sueldos de militares y diputados, la creación

de planes para reactivar la economía mediante la in versión extranjera y el impulso a la

agricultura y la industrialización. Estas acciones carecían de fuerza para encaminar al país

hacia el progreso, ya que durante tres años no se destinaron gastos a obra social.

Asimismo, Lerdo de Tejada dictó una ley (1875) para atraer colonos extranjeros con el

fin de poblar determinadas zonas del país, pero no tuvo gran efecto a pesar de las facilidades

ofrecidas. También en este periodo se agravó el problema de la tenencia de la tierra al intentar

el establecimiento del minifundio, mediante el reparto de tierras comunales indígenas.

Asimismo, las ideas liberales propagadas por el gobierno dieron paso a la creación de

una central llamada Gran Círculo de Obreros, que integraba a obreros y artesanos. Estos la

aprovecharon para promover acciones como el aumento de salarios, la formación de

cooperativas y el emplazamiento a huelga. En este grupo también permearon las ideas

socialistas.
La política seguida por el grupo liberal durante la República Restaurada, desde el punto

de vista social, fue de atracción de inmigrantes, pues se pensó que permitiría mejorar la

agricultura. Los pocos extranjeros que vinieron a México se establecieron en las ciudades,

haciendo del comercio su principal actividad. La sociedad estaba polarizada y, mientras que

en las ciudades se manifestaba el liberalismo, en la provincia existía una mayoría

conservadora.

En concordancia con este periodo histórico, las manifestaciones culturales tuvieron

carácter nacionalista. Ante la experiencia de la Intervención Francesa, surgieron grandes

figuras en la vida cultural del país que gozaron de gran libertad de expresión; en el estudio

de la historia destacaron José María Iglesias y Vicente Riva Palacio, y en la literatura, Ignacio

Manuel Altamirano, como la figura central. sólo por mencionar a algunos. En México tomó

gran fuerza la corriente costumbrista, tanto en la novela, como en la pintura y la música. En

todo tipo de creación artística se tuvo en cuenta el interés por México y la necesidad de abrirse

a la llegada de la cultura europea. Se establecieron sociedades culturales, literarias y se creó

la filarmónica.

Asimismo, se fundaron varios periódicos, que además de proporcionar noticias coti

dianas y difundir eventos culturales, sirvieron de instrumento político. En el periodismo se

destacó Francisco Zarco, por expresar con gran libertad sus ideas. Los diarios El Mo nitor

Republicano y El Siglo XIX eran de carácter liberal, mientras que los conservadores

utilizaron las páginas de El Universal y La Cruz para expresar sus ideas.

Lerdo de Tejada preparó su reelección, para ello cambió su gabinete, lo que provocó

distanciamiento con los juaristas y descontento por parte del ejército. En 1874, al establecer

el Senado, dividió el Poder Legislativo en dos cámaras. También nombró a los jueces de
distrito y de circuito, hecho que le valió el enfrentamiento con el presidente de la Suprema

Corte, José María Iglesias, el cual se agravó con la promulgación de una ley, el 19 de mayo

de 1875, que buscaba restringir las facultades de la Corte.

El siguiente año inició con la aparición del Plan de Tuxtepec, que desconocía al presi

dente, designaba a Porfirio Díaz como jefe del ejército y determinaba que el presidente

interino sería nombrado por la mayoría de los gobernadores de los estados que se adhirieran

al plan. Éste exigía la vigencia de la Constitución y de las Leyes de Reforma, y definía como

principio fundamental la no reelección. Además, se oponía al establecimiento del Senado y

de la Ley del timbre, cuyo objetivo era centralizar el poder político que tanto repudiaban

caciques y caudillos.

El general Díaz aceptó dirigir el movimiento y presentó algunas enmiendas al plan,

conocidas como Reformas de Palo Blanco. La revuelta se generalizó en el país y provocó

una situación incontrolable para el gobierno. A pesar de la crisis, Lerdo decidió postularse

nuevamente a la presidencia. Efectuadas las elecciones, el Congreso no dio a conocer los

resultados. José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte, publicó un manifiesto en el

que declaró ilegal la reelección y se autonombró presidente interino, contando con el apoyo

de los estados de Guanajuato y Querétaro. Mientras tanto, en Tecoac, Tlaxcala, Porfirio Díaz

derrotaba a las fuerzas gubernamentales, hecho que obligó a Lerdo a entregar el gobierno. Al

triunfo de la rebelión de Tuxtepec, Díaz entró triunfante a la capital del país en noviembre de

1876.
Intervención Francesa
1861 - 1867 Reorganización del gobierno
Segundo Imperio
Ideas liberales

Propuestas de reformas constitucionales

República Restaurada
1867 - 1871 Búsqueda de la conciliación de las fuerzas
Aspecto político

Reelección de Juárez

Gobierno de Lerdo Tejada


1872 - 1876 Muerte de Juárez
Levantamiento de la Noria

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