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TENDENCIAS SOCIALES

Las enfermedades podrían ser el reflejo codificado de un


estrés psíquico
La biología total aporta una nueva perspectiva de la enfermedad basada en los símbolos

Las enfermedades que desarrollan los organismos podrían ser el reflejo codificado de un estrés psíquico
personal o heredado de los progenitores, propone una corriente terapéutica conocida como
decodificación terapéutica o biología total. Ahondar en el origen simbólico de las enfermedades serviría
para curarlas, plantea esta terapia, puesto que es en el cuerpo donde esos problemas salen a la luz. Por
tanto, la enfermedad sería una vía de curación más profunda, aunque aparentemente pensemos de ella lo
contrario. Por Angela Boto.

El Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci


Los trabajos de investigación de Rosalyn Franklin contribuyeron de manera decisiva al descubrimiento de la estructura del ADN,
pero sólo muchos años después de su muerte Rosalyn empieza a recuperar el reconocimiento que le arrebató su jefe. Su vida en un
mundo de hombres no fue ni mucho menos sencilla. Esta científica murió de cáncer de ovario sin saber que sus descubrimientos
formarían parte de los Nobel.

¿Mala suerte? Emmy Noether se considera uno (hombres y mujeres juntos) de los más grandes matemáticos de todos los tiempos,
pero por el simple hecho de ser mujer tuvo que superar todo tipo de zancadillas para acceder al puesto que en justicia le
correspondía. Noether también murió de un cáncer de ovario. ¿Azar o quizá hay una razón para que estas dos mujeres que sufrieron
por su condición de tales desarrollaran una enfermedad tan femenina? “Qué es el azar, sino una realidad desconocida”, escribe
Annick de Souzenelle en su libro El simbolismo del cuerpo humano.

¿Podrían las enfermedades ser el reflejo codificado de un estrés psíquico? Muchos aseguran que sí. En algunos países europeos
está bastante extendida una forma diferente de comprender la enfermedad. Unos le llaman decodificación biológica, otros biología
total.

De forma general se podría denominar simbología de las enfermedades y encierra una idea que ya lanzó Carl G. Jung: “la
enfermedad es el esfuerzo que hace la naturaleza para curar al hombre” o dicho de otro modo “no curarás tu enfermedad, será ella la
que te cure”.

Síntomas o alfabeto de símbolos

¿Una enfermedad para curar? Sí, los males físicos para curar los dolores del alma. Olivier Soulier, un médico francés especialista
en esta terapéutica asegura que “las enfermedades deben comprenderse como la interacción de dos fuerzas ancladas en lo más
hondo de la existencia”. Se trata de la biología y el espíritu o si se prefiere, el cerebro y el corazón. Quizá resulte más familiar para la
mayoría hablar de somatización, pero la simbología va un poco más lejos.

Los síntomas y los signos de la alteración son las palabras de un alfabeto de símbolos en las que se encierra su causa y también su
tratamiento. Algo así como un jeroglífico tras el que se oculta la respuesta para la curación. Cada patología lleva un mensaje muy
preciso al que la padece, un mensaje sobre su propia existencia como individuo y como parte de una familia.

Tal vez pueda resultar extraño para muchos, pero al observar con más detalle hasta nuestro propio lenguaje confirma la idea de la
simbología. Cuando algo nos disgusta exclamamos “no lo trago” o “no puedo digerirlo”. Se habla de mala bilis o se dice “me repatea
el hígado” para referirnos a estados de cólera. Pues bien, todas esas expresiones reflejan exactamente el simbolismo físico de las
emociones.

Esta forma de terapéutica es absolutamente individualizada, pero hay algunas reglas más o menos generales. Los trastornos del
tracto digestivo tienen mucho que ver con la aceptación de lo que viene del exterior. Los matices dependen absolutamente de la
vivencia de cada persona. Pongamos un ejemplo simple. Una mala jugada puede vivirse como algo imposible de tragar o como un
asunto difícil de digerir. En el primer caso, se manifestaría como una alteración de la garganta y en el segundo en forma de malestar
digestivo, vómitos…

En lo que se refiere al hígado y la bilis, la simbología asocia la cólera y la rabia a la función hepática. Incluso la ciencia experimental
está empezando a confirmar lo que predica la biología total. Recientemente se ha encontrado una relación entre la pérdida de masa
ósea y la depresión. Simbólicamente la pérdida de hueso está asociada a un sentimiento de desvalorización.

Patologías heredadas y origen cerebral

Precisamente Robert Poskin, el único terapeuta que tiene consulta en España, es un ejemplo de esa relación. “Me diagnosticaron
espondiloartritis anquilosante y según la medicina convencional, a mi edad tendría que estar en una silla de ruedas”. Lejos de eso,
Robert lleva una vida muy deportista. En este caso, las raíces de la patología se encuentran en una historia de desvalorización de la
figura paterna heredada de varias generaciones.

“Mi bisabuelo paterno perdió las piernas y no pudo mantener a su familia. Es el primer ancestro de mi árbol desvalorizado como pilar
familiar”. En un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial, murieron el bisabuelo materno y su tío. “Mi abuelo y mi padre
sobrevivieron, pero mi abuelo vivió un conflicto de desvalorización por no poder proteger a su familia, su hijo murió”. Quizá algunos se
sorprendan, pero para los especialistas en simbología es absolutamente lógico: “comencé a tener crisis insoportables a los 28 años y
me diagnosticaron la espondilitis. Acababa de ser padre”.

Muchos terapeutas de simbología llegaron a ella por propia necesidad, porque no encontraron ni solución ni respuestas para sus
trastornos en la medicina convencional. Y es que “una enfermedad es siempre una reacción a algo distante que se ha vuelto
invisible”, explica Christian Fleche en su libro El cuerpo como herramienta de curación.

Quizá se pregunten dónde está la clave. Pues, la clave está justo encima de los hombros, es el cerebro. Las mismas redes
neuronales que nos permiten escribir el más bello de los poemas tienen como propósito ancestral y primigenio la supervivencia. Y al
básico instinto de permanecer con vida hay que añadir una sutileza adicional: el cerebro de Sapiens no distingue entre lo real, lo
imaginario, lo simbólico o lo construido mentalmente…. Todo es igual de real.

Lógica biológica

Robert utiliza una imagen que ilustra muy bien lo que se oculta en nuestras redes neuronales. “El cerebro automático es el disco duro
de un ordenador en el que se han instalado los programas de la supervivencia animal, de la especie y de nuestra genealogía. En el
momento que se enciende el ordenador, el nacimiento, hay programas que se ponen en marcha de forma automática. Después están
los programas que se abren con un doble clic.”

Éstos se van insertando con las experiencias de la vida, las expectativas que se ponen sobre nosotros, las creencias que vamos
acumulando o heredando. El doble clic lo da un acontecimiento vital estresante que despierta todos los anteriores. La enfermedad
física es la mejor solución de supervivencia porque disminuye drásticamente el estrés psíquico que de otro modo sería insoportable
para nuestro cerebro. Veamos un ejemplo sencillo del funcionamiento del doble clic. La piel es el mayor órgano del organismo, más
de dos metros cuadrados de superficie para el interactuar con el exterior. Simboliza pues el contacto.

Cuando un bebé sufre estrés debido a la separación de su madre después del parto es altamente probable que desarrolle un
eccema. Ese bebé, cuando más tarde a lo largo de su vida experimente otra situación de separación, real o imaginaria, revivirá
inconscientemente el momento en que le separaron de su madre y muy probablemente tendrá un brote de eccema.

Otro ejemplo de la lógica biológica. Cuando una experiencia es difícil de digerir, el cerebro automático que, una vez más, no distingue
entre real, imaginario o simbólico manda a las células del estómago el mensaje ‘multiplicaos para que podamos digerir el trozo y
tener una posibilidad de vivir’. Y las células comienzan a dividirse. O sea que una posible solución de supervivencia inmediata sería
desarrollar un cáncer de estómago. De hecho, se ha comprobado que la mucosa digestiva tumoral es 10 veces más eficaz para
digerir que la normal.

Todo esto son conceptos más o menos generales porque la biología total o la decodificación biológica es una forma absolutamente
individualizada de concebir una enfermedad y, desde luego, un tipo de terapéutica que da al paciente la oportunidad de diseñar su
propia curación. Tomando prestadas las palabras de una escena de la película Matrix, se podría decir que los especialistas en
simbología de las enfermedades muestran la puerta, pero es cada individuo quien tiene que abrirla.

Viernes 7 Diciembre 2007


Martes 11 Diciembre 2007
Angela Boto

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Fuente:
http://www.tendencias21.net

Texto publicado por la revista Tendencias21 (www.tendencias21.net)

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