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ANTROPOLOGÍA FÍSICA
Los hombres, en general, tienen cráneos más grandes y robustos que las mujeres, con un
mayor grosor óseo. Su frente suele ser más alta y prominente, con arcos supraorbitales más
marcados. La mandíbula masculina es más ancha y cuadrada, con un mentón más
prominente. En cuanto a la parte posterior del cráneo, la cresta occipital es más prominente
en los hombres, especialmente en la parte superior. Las órbitas masculinas son más
cuadradas, mientras que las de las mujeres son más ovaladas. Por último, debe de tenerse en
cuenta las apófisis mastoides, unas protuberancias detrás de las orejas, que suelen ser más
grandes en los hombres.
Al analizar el cráneo en cuestión, he observado que presenta todas las características
mencionadas anteriormente: a pesar de no tener un tamaño excesivamente grande, al igual
que la robustez, cuenta con frente alta y prominente, al igual que la cresta occipital, los arcos
supraorbitales marcados, mandíbula ancha y cuadrada con un mentón prominente, se observa
el grosor característico del apófisis mastoides.
Las mujeres, en general, tienen cráneos más pequeños, en este caso no es del todo pequeño
aunque sí destaca un menor grosor óseo. Continuando con la observación, se aprecia que la
frente es baja y menos prominente, con arcos supraorbitales un poco menos marcados. La
mandíbula es estrecha y ovalada, con un mentón menos prominente. Estas características
coinciden con las de un cráneo femenino. En la parte posterior del cráneo, la cresta occipital
es poco prominente. Las órbitas son ovaladas y las apófisis mastoides, las protuberancias
detrás de las orejas, son definitivamente el elemento que conduce a definir este cráneo como
femenino, puesto que carecen del grosor del masculino.