Entre las imponentes ruinas del templo de Sacsayhuamán, se oculta un
secreto ancestral que ha perdurado a lo largo de los siglos. Construido por los antiguos incas como un tributo a sus dioses, el templo ha sido testigo de rituales oscuros y sacrificios sangrientos. Se dice que los espíritus de los sacerdotes y guerreros caídos aún rondan entre las piedras, vigilando celosamente su legado. Los visitantes de noche aseguran ver luces danzantes entre las ruinas y escuchar susurros en lenguas olvidadas por el tiempo. Aquellos que desafían la voluntad de los antiguos dioses sufren un destino oscuro y misterioso, atrapados en un laberinto de piedra y sombras. El templo, una vez lugar de adoración y reverencia, se convierte así en el escenario de una lucha eterna entre lo sagrado y lo profano, donde los intrépidos se enfrentan a la ira de los dioses antiguos.