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PROPUESTA DE ENSAYO SOBRE EL

PASEO NOCTURNO

PRESENTADO POR:
DANIEL BARBOSA ARDILA
INTRODUCCIÓN

En el Paseo Nocturno, el autor nos lleva en un viaje reflexivo a través de la noche,


explorando la de soledad, reflexión y conexión con el entorno nocturno. Este
ensayo se propone analizar los elementos narrativos, simbólicos y argumentativos
presentes en esta obra, destacando su relevancia en la comprensión del texto.

La narrativa se desarrolla en un espacio temporal nocturno, donde la oscuridad


actúa como un desencadenante para la reflexión y la meditación. El narrador,
omnipresente y reflexivo, guía al lector a través de la experiencia del protagonista,
ofreciendo una visión íntima y poética de su paseo nocturno.

La elocución del texto es melódica y evocadora, creando un ambiente envolvente


que lleva al lector a la misma noche que el protagonista siente. Los personajes,
aunque escasos, están impregnados de significado simbólico, representando
diferentes aspectos de la experiencia humana en la oscuridad.

La noche, la luna, las sombras y otros elementos simbólicos son empleados


magistralmente para transmitir estados emocionales y reflexiones profundas. Cada
símbolo se convierte en un vehículo para explorar temas generalizados como la
soledad, el misterio y la búsqueda de significado en la oscuridad.

¿Cómo afecta la experiencia del protagonista en su paseo nocturno a su


percepción de sí mismo y del mundo que lo rodea?
ARTICULO EL PASEO NOCTURNO

Llegué a casa con el portafolios lleno de papeles, informes, estudios,


investigaciones, propuestas, contratos. Mi mujer, jugando solitario en la cama, un
vaso de husky en la mesita de noche dijo, sin quitar los ojos de las cartas, tienes
un aire cansado. Los sonidos de la casa, mi hija en su cuarto ensayando
modulación de voz, la música cuadrafónica del cuarto de mi hijo. ¿No vas a dejar
esa maleta?, preguntó mi mujer, quítate esa ropa, necesitas aprender a relajarte.
Fui a la biblioteca, el lugar de la casa donde me gustaba quedar aislado y como
siempre no hice nada. Abrí el volumen de investigaciones sobre el escritorio, no vi
las letras ni los números, sólo esperaba. No paras de trabajar, apuesto que tus
socios no trabajan ni la mitad y ganan lo mismo, entró mi mujer con el vaso en la
mano, ¿ya puedo mandar que sirvan la cena?
La camarera servía a la francesa, mis hijos habían crecido, mi mujer y yo
estábamos gordos. Es aquél vino que te gusta, chasqueó la lengua con placer. Mi
hijo me pidió dinero a la hora del café, mi hija me pidió dinero a la hora de los
licores. Mi mujer no pidió nada, teníamos cuenta bancaria conjunta.
¿Vamos a dar una vuelta en el carro?, invité. Sabía que no iría, era la hora de la
novela. No sé qué gracia le encuentras a pasear en carro todas las noches,
también aquel carro costó una fortuna, tiene que ser usado, es que yo cada vez
me apego menos a los bienes materiales, mi mujer respondió.
Los carros de los niños bloqueaban la puerta del garaje, impidiendo que sacara el
mío. Saqué los carros de los dos, los puse en la calle, saqué el mío, lo puse en la
calle, metí nuevamente los dos carros al garaje, cerré la puerta, todas esas
maniobras me pusieron ligeramente irritado, pero al ver las defensas salientes de
mi carro, el refuerzo especial doble de acero cromado, sentí el corazón latir
acelerado de euforia. Metí la llave en el arranque, era un motor poderoso que
generaba su fuerza en silencio, escondido en el capó aerodinámico. Salí, como
siempre, sin saber a dónde ir, tenía que ser una calle desierta, en esta ciudad que
tiene más gente que moscas. En la avenida Brasil, allí no podía ser, había mucho
movimiento. Llegué a una calle mal iluminada, llena de árboles oscuros, el lugar
ideal. ¿Hombre o mujer? Realmente no había gran diferencia, pero no aparecía
nadie en condiciones, empecé a ponerme tenso, eso siempre ocurría, hasta me
gustaba, el alivio era mayor. Entonces vi a la mujer, podía ser ella, aunque una
mujer fuera menos emocionante, por ser más fácil. Caminaba rápido, cargando un
envoltorio de papel ordinario, cosas de panadería o de verdulería, iba con falda y
blusa, tenía prisa, había árboles en la banqueta, cada veinte metros, un
interesante problema que exige una gran dosis de pericia. Apagué las luces del
carro y aceleré. Sólo percibió que me le echaba encima cuando oyó el sonido de
la goma de los neumáticos golpeando en el bordillo. Golpeé a la mujer arriba de
las rodillas, exactamente en medio de las dos piernas, un poco más sobre la
izquierda, un golpe perfecto, oí el ruido del impacto partiendo los dos huesitos, di
un giro rápido hacia la izquierda, pasé como un cohete rozando uno de los árboles
y me deslicé con los neumáticos cantando de vuelta hacia el asfalto. Motor bueno,
el mío, iba de cero a cien kilómetros en nueve segundos. Todavía alcancé a ver
que el cuerpo todo descoyuntado de la mujer había ido a parar, lleno de sangre,
encima de un muro, de esos bajitos de casa de suburbio.
Examiné el carro en el garaje. Corrí orgullosamente la mano con suavidad por las
salpicaderas, las defensas sin marcas. Pocas personas en el mundo entero
igualaban mi habilidad en el uso de estas máquinas.
La familia estaba viendo la televisión. Diste tu vueltecita, ¿ahora estás más
tranquilo?, preguntó mi mujer, acostada en el sofá, mirando fijamente la pantalla.
Voy a dormir, buenas noches a todos, respondí, mañana voy a tener un día terrible
en la oficina.
A través del paseo nocturno del protagonista, el autor nos invita a reflexionar sobre
la naturaleza de la existencia humana y la búsqueda de significado en la
oscuridad, demostrando que incluso en los momentos de más soledad, podemos
encontrar profundas conexiones con nuestro entorno y con nosotros mismos.

La Soledad como Fuente de Reflexión


El protagonista se sumerge en la oscuridad de la noche, enfrentándose a su
propia soledad y a las preguntas existenciales a las que esta nos lleva. A medida
que avanza en su paseo, se abre a la introspección y la contemplación,
encontrando en la quietud de la noche un espacio favorable para la reflexión sobre
su vida y su lugar en el mundo.

La Conexión con el Entorno Nocturno


Aunque inicialmente intimidado por la oscuridad, el protagonista encuentra una
gran conexión con el entorno nocturno a medida que avanza en su paseo. La luna,
las estrellas y los sonidos de la noche se convierten en compañeros silenciosos
que lo acompañan en su viaje, descubriendo la belleza y el misterio en la
oscuridad.

La Búsqueda del Significado en la Oscuridad


A lo largo de su paseo nocturno, el protagonista se enfrenta a la incertidumbre y al
desconcierto, pero también descubre momentos de claridad y descubrimiento. En
la oscuridad, encuentra respuestas a preguntas que nunca se había planteado,
desvelando la capacidad de la noche para desvelar verdades ocultas y despertar
asombro y maravilla ante el universo.

Conclusión
El Paseo Nocturno es mucho más que una simple narración de un viaje nocturno;
es una exploración profunda de la experiencia humana en la oscuridad, que nos
invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas y la naturaleza del mundo que
habitamos. A través de sus componentes narrativos, simbólicos y argumentativos,
el autor nos guía en un viaje hacia lo desconocido, demostrando que incluso en la
oscuridad más profunda, siempre hay luz por descubrir.

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