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Jardín Vitra Oudolf

La actividad de plantación para un nuevo jardín del diseñador holandés Piet Oudolf comenzó
en mayo de 2020 en el Campus de Vitra en Weil am Rhein. Se necesitará paciencia para que el
paisajismo alcance su máximo esplendor, pero en solo unos meses los visitantes podrán
disfrutar de los primeros vistazos de la naturaleza salvaje artísticamente compuesta. El
holandés de 75 años es considerado pionero de una generación de diseñadores de jardines
que a fines de la década de 1980 comenzaron a cuestionar las prácticas convencionales,
encontrando que la jardinería paisajística tradicional era demasiado decorativa, laboriosa y
consumidora de recursos. En su lugar, recurrieron a plantas perennes, a menudo autor
regeneradoras, arbustos, pastos, arbustos y flores silvestres, que habían sido ignorados
durante mucho tiempo como plantas de jardín, y favorecieron un diseño igualmente poco
convencional de las plantaciones.

Oudolf no se ve a sí mismo como el fundador de un movimiento. "Dejo que otros digan lo que
soy. Para algunas personas, solo soy un jardinero", comenta con naturalidad. Un jardinero,
sin embargo, al que se le ha confiado el diseño de jardines públicos en todo el mundo en las
últimas décadas, incluidos encargos para Hauser & Wirth Somerset, las Galerías Serpentine y
la Bienal de Venecia, y cuyo High Line en Nueva York inició un nuevo discurso sobre la
jardinería en la ciudad.

"En las primeras décadas del desarrollo


del Campus de Vitra, el diseño del paisaje
no era un tema. Solo fue en el proceso de
conectar las partes norte y sur del
Campus, cuando se encargaron los
proyectos de Álvaro Siza (Siza
Promenade) y Günther Vogt, que se
implementaron las primeras intervenciones paisajísticas. El jardín de Piet Oudolf agrega una
dimensión fresca al Campus y ofrece una experiencia nueva y siempre cambiante para los
visitantes", explica Rolf Fehlbaum, presidente Emérito de Vitra. Lo que los proyectos de Oudolf
tienen en común es la idea de un paisaje que parece salvaje e indomable, pero que no podría
existir en esta forma sin una planificación meticulosa y un cuidado igualmente cuidadoso. Sus
diseños juegan con ciertas nociones sociales de la naturaleza salvaje. "Realmente solo estoy
tratando de convertir las fantasías de las personas en realidad", dice. Sin embargo, sus
jardines no son salvajes en absoluto. Más bien, se esfuerza por lograr una composición
equilibrada, o comunidad, como él lo llama, de plantas con fortalezas y debilidades distintas
y diferentes períodos de floración y ciclos de vida, para que sus jardines brinden una
experiencia sensorial durante todo el año y acentúen la decadencia tanto como las fases de
alta temporada.
El jardín pretende llamar la atención de los visitantes desde los edificios hasta el suelo,
creando un estado de desorientación inspiradora. El espectador camina entre las plantas a lo
largo de senderos sinuosos, buscando en vano una geometría estricta con líneas rectas y un
punto focal claro. "Quiero que las personas se pierdan en el jardín en lugar de simplemente
pasar de largo", dice Oudolf, quien se esfuerza por asegurarse de que los visitantes de sus
jardines experimenten lo mismo que él: un encuentro que es tan emocional como estético.
Ecoparque Bacalar
Observatorio del mangle, la laguna y las estrellas. La Laguna de Bacalar es el
arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo. Es uno de los pocos
lugares donde existen estromatolitos vivos, tesoro evolutivo invaluable.

También es el único remanente de manglar que queda en la orilla de la laguna del


pueblo de Bacalar, y está expuesto a una enorme fragilidad debido al crecimiento de la
mancha urbana. La estrategia principal del proyecto fue reducir al mínimo el
programa solicitado y actuar con agudeza para poder deambular por la riqueza
natural de la flora y fauna del sitio, afectando lo menos posible.

Se construyó un muelle cuadrado de 200 m por lado, orientado al norte y con altura
variable para no tocar al mangle ni a los árboles, y deslizarse rozante a la laguna.
Los espacios sólidos albergan un laboratorio de investigación y servicios, que
pueden extenderse a un llano de sombras por medio de árboles altos. Se generó un
sistema estructural eficiente, construido con madera local y certificada de
chicozapote, encontrando la justa medida para ser columna, trabe y cimiento al
mismo tiempo.

Además, se fortaleció la estrategia de paisaje con la reducción de la construcción,


diseñada para mitigar la contaminación de los escurrimientos de agua del poblado,
mediante filtros naturales, hondonadas y jardines pluviales, así como la
rehabilitación del mangle degradado. Por último, se incorporó al recorrido una
museografía a escala, como una línea del tiempo de 10,000 años, grabando en la
madera la historia de biodiversidad única. Se invita al visitante a tomar conciencia y
conservar el lugar, así como a la gestión social de un espacio público y gratuito para
los pobladores de Bacalar.

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