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Tiene el sobrenombre de «El Héroe», apodo alcanzado por la valentía mostrada contra
los franceses en el segundo sitio de Zaragoza, especialmente en la toma a la
bayoneta del monte Torrero y en la defensa del Convento de Jesús el 21 de diciembre
de 1808.3 Según citó el capitán de infantería Antonio Gil Álvaro en 1893,4 «ese
mote es debido a la actuación del Regimiento durante el segundo sitio de Zaragoza».
La Junta Suprema, situada entonces en Cáliz, decretó que estas fuerzas fueran
denominadas como «Beneméritas de la Patria» por su «grado heroico y eminente».
Su escudo está formado por un castillo de oro, almenado, donjonado de tres torres y
ornado de sable en campo de gules y pendiente de la punta inferior la Cruz de San
Fernando con piezas armeras; el castillo recuerda la región de su denominación.
Antecedentes
Cuando en enero de 1793 guillotinaron al rey de Francia Luis XVI —suceso culminante
de la revolución iniciada en Francia cuatro años antes— y, dado que aquel era
pariente de Carlos IV, rey de España en esa época, un sentimiento de horror hizo
presa en todos los niveles de los estamentos sociales, políticos y religiosos
españoles. Dentro de la clase política había, sin embargo, posiciones bien
distantes: algunos, como el conde de Aranda, antiguo ministro del rey Carlos III,
no eran partidarios de la injerencia en los asuntos internos del país vecino,
mientras que otros eran totalmente partidarios de declarar la guerra a Francia. El
nombramiento en mayo de 1793 del pacense Manuel Godoy, miembro de la segunda
facción, como capitán general y, por tanto, responsable político y militar de la
guerra, fue el hecho que movió el equilibrio inestable de opiniones hacia la
intervención.8
La estructura del ejército en aquella época era totalmente atípica, ya que tenía un
gran número de mandos y unos efectivos muy escasos de oficiales de graduaciones
inferiores y soldados, situación que se define como «macrocéfala», pues a cada
teniente general le correspondían unos 150 soldados de los 50 000 militares
totales.9 Al entrar el ejército en campaña, se manifestó palpablemente la escasez
de recursos materiales y humanos, de aprovisionamiento de municiones, víveres e
impedimenta para que pudieran atender a la artillería e infantería.1011
Documentos de su creación
Se conservan completos los textos de los tres documentos que marcaron la creación
del Regimiento de Voluntarios de Castilla.
Instancia del XIII duque del Infantado al rey
Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo, XIII duque del Infantado, creador del
regimiento
Madrid, a 3 de abril de 1793. D. Pedro de Toledo y Salm Salm, Duque del Infantado,
penetrado de los justos rendimientos que han determinado el Augusto ánimo de V. M.
a declarar la guerra a los franceses, lleno del mayor interés por el honor de la
Corona y amor de V. M., deseando en tales circunstancias coadyuvar a vuestros
soberanos designios, tiene la honra de ofrecer a V. M., tanto su persona como todos
sus bienes y facultades, suplicándole se digne admitirle en particular la oferta de
un Regimiento de Infantería, que levantará prontamente con gente voluntaria de sus
propios Estados y con la denominación de "Auxiliares del Rey", juntamente con un
tren de artillería de campaña según propone en el adjunto plan que demuestra el pie
de fuerza del Regimiento con distinción de clases, el que ha dispuesto teniendo
presente lo que últimamente se ha adelantado en la táctica militar de Europa. El
principal motivo que ha tenido para elegir esta oferta a otras, el procurarse un
medio de servir gratuita y personalmente en el Ejército en la clase de Coronel, a
fin de dar el mismo ejemplo a los que se alisten, si V. M. se digna nombrarle Jefe
del expresado Cuerpo y el de facilitar a V. M. la satisfacción de poder emplear una
porción de tantos oficiales beneméritos que se hallan en el Ejército en calidad de
reformados agregados a varios Regimientos de Infantería, los que tendrá V. M. a
bien nombrar según fuese de su Real agrado, como desea el exponente por mayor
servicio de V. M.
Si esta oferta mereciese la aceptación de V. M. solamente suplica el exponente se
le conceda nombrar Teniente Coronel, Sargento Mayor y los Oficiales de la primera
Compañía de Fusileros y de la de Cazadores para colocar gratuitamente en dichas
plazas algunos Oficiales de distinguido nacimiento, celo y amor a vuestro Real
Servicio.12
Aceptación de S. M. el Rey
Contestación del ministro de la Guerra en Aranjuez a 15 de abril de 1793:
Habiendo admitido el rey la oferta que ha hecho el duque del Infantado de levantar
un Regimiento vestido y armado y reclutando la gente de los pueblos de sus Estados,
se ha servido S. M. mandar que dicho Regimiento lleve el nombre de Voluntarios de
Castilla y se forme bajo el pie y fuerza de 1903 plazas que expresa el Reglamento
de 2 de septiembre último.14
Historia
Al inicio de la campaña del Rosellón el uniforme cambió mucho, sería de paño pardo,
casaca corta y botín hasta medio muslo de paño negro. El poncho para abrigo era
también de color pardo, el cual, si no se llevaba puesto, se ponía enrollado y
terciado de izquierda a derecha. El sombrero era redondo con un ala levantada con
presilla de estambre amarillo. Continúa a lo largo del siglo xix y del xx la
evolución en la uniformidad, hasta que a partir de 1988 se adoptó para toda la
unidad el uniforme mimetizado con el terreno, siguiendo la tendencia de la mayoría
de los ejércitos europeos modernos.16
Manuel Godoy, originario de Badajoz, recién nombrado Príncipe de la Paz, firmó otro
tratado con Francia, el Tratado de San Ildefonso, por el cual España facilitaba a
aquel país un gran número de militares. Este tratado no era otra cosa que una nueva
versión de lo que durante la centuria anterior se habían llamado Pactos de Familia.
Mediante el Tratado de San Ildefonso España se vio obligada a facilitar a Francia
quince navíos, 18 000 soldados de infantería y 6000 de caballería con su
correspondiente artillería. Ese refuerzo permitió en octubre la guerra contra
Inglaterra. Como consecuencia de ello, en el año 1796, el Regimiento Voluntarios de
Castilla quedó emplazado en Extremadura, junto a la frontera portuguesa, para
oponerse a Inglaterra en caso de necesidad. Permaneció en esa situación durante
once meses y marchó posteriormente a Cataluña, donde añadió a su denominación el
número «40».27 En noviembre de 1798 los británicos ocuparon Menorca, por lo que en
mayo de 1799 ciento diez soldados de la segunda compañía del primer batallón del
«Castilla» embarcaron en Barcelona con destino a las islas Baleares. Con la firma
en 1802 del tratado de Paz de Amiens, por el que se recuperaba Menorca a cambio de
la cesión de la isla Trinidad, retornaron estos soldados destacados y se reunió
todo el Regimiento en Valencia como guarnición, con el número «35».28
En enero de 1815 tuvo lugar el único encuentro bélico con los independentistas en
las zonas de Huatnatlan y Sepetépec. El Regimiento tomó parte en varias acciones
durante 1816: el 10 de febrero en Ixtapa, el 24 en Riofrío, el 21 de marzo en San
Salvador el Verde (municipio del estado de Puebla), el 29 en Atlapexco, el 23 de
junio en San Marcos Ixquitlán y el último día del año en Tepexi de Rodríguez. Fue
un año nutrido de acciones de combate y lo sería también el año siguiente.39 En
1817 los insurgentes tomaron una buena cantidad de enclaves. El «Castilla» les puso
sitio, recuperando lugares como Cerro Colorado, Puente del río Atoyac, Paso de
Piedra, Barranca de Jamapa y un buen número más de ellos en el estado de Puebla.
Desde el 21 de febrero, en que se rindió Tehuacán, hasta el 20 de diciembre,
recuperaron unas once posiciones, algunas de ellas luchando a bayoneta calada, como
fue el caso de la Barranca de Jamapa. 1818 fue de similar actividad militar.
Durante los años 1819 y 1820 el «Castilla» recorrió diversos distritos, como
Olivara, Tierra Caliente y Córdoba, sin novedades dignas de mayor mención.4041
Escudo de distinción
Escudo de distinción.
La situación se complicó en México y los problemas se agudizaron. El coronel
Agustín de Iturbide, de origen aristocrático, se unió a la causa independentista y
promovió el Plan de Iguala que, entre otras medidas, prometía respetar el derecho a
la propiedad privada, los derechos del clero contra cualquier desamortización, la
seguridad de empleo en la burocracia civil y la independencia de Nueva España. El
representante de la Corona, Juan O'Donojú, firmó el Plan sin el consentimiento de
España. A esta caótica situación se enfrentó el Regimiento Voluntarios de Castilla
durante los meses siguientes, manteniéndose duramente el 22 de abril en Tepeaca,
donde sufrió la pérdida de dos capitanes, dos tenientes y varios soldados. Por esta
acción se concedió a todos los componentes del regimiento una distinción
consistente en un escudo colocado en el brazo izquierdo, con un lema, sobre campo
celeste, que dice: «Por la integridad de las Españas. Año 1821».42
Plan de Iguala
Con el considerable aumento del potencial militar del coronel Iturbide, debido a
que muchos españoles se adhirieron a él para defender el Plan de Iguala y sus
intereses, sus fuerzas avanzaron sobre la capital. El «Castilla» les hizo frente en
Tacuba, bajo el mando del coronel Francisco Bocelli. La batalla de Tacuba se
decantó a favor del Regimiento Voluntarios de Castilla, que consiguió frenar a las
fuerzas independentistas. Como consecuencia de ello, un coronel jefe de otras
unidades envió al mariscal de campo un mensaje que, en lo que se refiere al
«Castilla», decía así: «Me falta por significar a V. E. los cuerpos a los que
pertenecían los héroes decididos y deseosos de defender a su Rey... fueron el
Castilla...».44
Trienio liberal
Cuando en 1820 el general Rafael del Riego se pronunció con las tropas a su mando a
favor de la Constitución de 1812, el Regimiento Voluntarios de Castilla estaba
acuartelado en La Coruña, primera ciudad donde repercutió el pronunciamiento. Como
consecuencia de las conspiraciones contra el nuevo gobierno se envió el Regimiento
a Aragón, Burgos, Navarra y Palencia para controlar situaciones cada vez más tensas
entre el sector favorable y el contrario a la Constitución.45
Durante toda la contienda puede decirse que no existe una actuación conjunta del
regimiento como tal, sino que la unidad actuó de forma desmembrada, ya que cada
batallón operó en un sitio diferente. Los componentes del regimiento actuaron en
1823 en Alcañiz, en el bloqueo de Mequinenza y en el sitio de Calatayud defendiendo
la causa liberal.46
En el mes de agosto del año 1844 fue nombrado jefe del cuerpo el coronel Ramón
Nouvilas, antiguo ayudante del general Marcelino Oráa. Este coronel estuvo
condenado a muerte por haber tomado parte en los sucesos del 7 de octubre de 1841,
cuando intentó separar por la fuerza al general Espartero de Isabel II y de su
hermana menor Luisa Fernanda, y huyó a Francia. En enero de 1844 hubo varias
insurrecciones en el sudeste español y en la frontera de Galicia con Portugal. Allí
acudió el regimiento previa revista del general segundo jefe de la Capitanía
General de Galicia. En esta parada militar, dicho general señaló en su alocución lo
siguiente:
Seguro vuestro Jefe de los sentimientos de lealtad y disciplina, que abrigaron los
honrados y valientes del Castilla, no dudan en afirmar que donde quiera que se
encuentre el Regimiento o parte de él, quedarán frustrados los intentos de
rebelión, y terriblemente escarmentados sus audaces promotores.57
Por dichas razones, el regimiento estuvo desasistido y, como consecuencia de sus
continuos traslados a diferentes frentes, la documentación reglamentaria estaba muy
atrasada. El coronel del «Castilla» puso en conocimiento esta situación, y el
regimiento fue enviado a Carabanchel, donde pasó revista el ministro de la Guerra.
El año 1845 fue tranquilo para el regimiento y el 16 de julio, que era la
festividad de la Virgen del Carmen, patrona del regimiento, se bendijeron y
cambiaron las antiguas banderas blancas de la época de la casa de Borbón por las
nuevas, una para cada batallón.58
La guerra contra los emboscados fue surtiendo efecto, siendo el «Castilla» uno de
los regimientos que en más acciones tomó parte. Poco a poco se desgastaban los
guerrilleros, que perdían apoyos entre la población, sobre todo en la rural, y
aumentaban las deserciones hacia el «Castilla» y otras tropas gubernamentales en
busca del indulto, que llegó el 8 de junio de 1849. El regimiento se acantonó en
Barcelona y licenció a los soldados de los reemplazos de 1843 y 1844. Con el
ascenso del coronel de la Rocha a brigadier se dio por finalizada esta etapa.62
Guerra de África
Artículo principal: Guerra de África
Una vez terminada la contienda carlista, el regimiento estableció su guarnición en
Barcelona. En agosto de 1850 se le ordenó la persecución del bandolero «Baliarda»,
que murió en combate, y se hicieron prisioneros muchos de sus seguidores, acción
por la que fue felicitado el regimiento. Continuó con su instrucción y
reorganización durante la primera parte de la década de 1850. El coronel de la
Rocha elevó una instancia a la reina Isabel II a principios de marzo de 1851, en la
que solicitaba que le fueran concedidas al Regimiento de Infantería Castilla n.º 16
las Corbatas de San Fernando de cuarta clase por sus anteriores heroicas acciones.
El 26 de julio de 1852, el Marqués de Novaliches, siguiendo instrucciones de la
reina Isabel II, contestó desde el Real Sitio de San Ildefonso confirmando la
concesión de este reconocimiento al valor del regimiento. La entrega se llevó a
cabo el 10 de octubre de 1852, fecha del cumpleaños de la reina.63
Casus belli
En España no hubo unanimidad sobre la guerra que se veía venir. Esas diferencias de
opiniones hicieron que tanto los políticos como el mismo pueblo olvidasen los
graves problemas nacionales, que pasaron a segundo plano, aunando el pensar del
pueblo contra el enemigo común: el moro.67 El casus belli fue algo tan simple como
la construcción de un edificio ordenada por el Gobernador Militar que valiese como
«Cuerpo de Guardia» a efectos de evitar las continuas deserciones de los
presidiarios trabajadores hacia la zona marroquí. Como era de prever, los
marroquíes atravesaron la línea divisoria en la noche del 19 de agosto y causaron
destrozos en la fortificación. El Gobierno español exigió al marroquí la toma de
medidas para el apresamiento de esos individuos y posterior castigo. Ante la
tardanza en tomar medidas por parte del ejecutivo marroquí, España declaró la
guerra a Marruecos.68
La firma de la paz se celebró con alegría y alborozo por las tropas españolas, pero
pasó casi desapercibida en la Península, incluso fue recibida con cierta frialdad
por falta de información de lo que estaba pasando. Sin embargo, las fuerzas
españolas, y entre ellas el Regimiento de Infantería Castilla n.º 16, supieron
cumplir con lo ordenado por sus superiores.7374
Tercera guerra carlista
Artículo principal: Tercera guerra carlista
Para recuperarse de las heridas de África, el Regimiento de Infantería Castilla n.º
16 estuvo de guarnición en Vitoria. Al coronel Aldanese vino a relevarle el coronel
José de Andrade y Paino, oriundo de Badajoz, quien en 1848 ya estuvo de teniente
coronel en el regimiento y era su ilusión mandarlo algún día.75 Ejerció como
coronel poco más de un año, hasta que en 1846 le relevó en el mando el coronel José
Velarde, dándose en esta persona un hecho muy curioso: fue sustituido en su cargo
el mismo día que se presentó a tomar posesión de él, por el coronel Melitón
Andrés.76
Como consecuencia de las diferencias entre los generales Prim, que quería una caída
rápida de la monarquía, y O'Donnell y Narváez, sus contrarios, hubo una intentona
de sublevación en Aranjuez que fracasó, y el Regimiento Castilla n.º 16 fue enviado
a Pamplona. Al coronel Andrés, que era jefe del regimiento, le sucedió el coronel
José Oliva y, a este, Ramón de la Torre y Bordons, veterano de dos guerras
carlistas, expedicionario a Italia para defender al papa Pío XI y destacado en la
guerra de África, por lo que poseía gran cantidad de condecoraciones.77 En marzo de
1868 lo sustituyó el coronel de la Rosa a petición propia. A continuación se nombró
a un nuevo coronel, José Cherif y Monroy, formado como militar en las guerras
carlistas, y como se había adherido al Convenio de Vergara, resultó que había
combatido contra los que fueron sus antiguos compañeros en la toma de Miravete de
la Sierra bajo las órdenes del general O'Donnell.78
Badajoz
Cuando terminó la guerra dinástica, el Regimiento Castilla n.º 16 estaba acantonado
en Vitoria. El 16 de julio de 1876, festividad de la Virgen del Carmen y patrona
del regimiento, se bendijeron y entregaron a los batallones las nuevas banderas
adquiridas.85 Desde esta fecha hasta el año 1883, el Castilla n.º 16 desarrolló
todo tipo de operaciones de organización y abastecimiento tanto del propio
regimiento como de los demás regimientos, compañías, etc. Una parte de sus jefes y
oficiales participó en distintos cursos y ejercicios de perfeccionamiento de
técnica y táctica militar, como el ejercicio llamado «Agua, arena y hacha» que tuvo
lugar en los campos de Aranguir junto a otros regimientos, también de caballería y
artillería. Asimismo, efectuó otras misiones que se presentaron de forma imprevista
por desastres naturales que afectaron a personal civil, al que acudieron en su
auxilio.86
Debido a una serie de normas que disgustaron a los militares, los republicanos —al
mando de Ruiz Zorrilla— crearon una asociación secreta llamada ARM (Asociación
Militar Republicana), que captó a muchos militares descontentos. Concretamente, en
Badajoz se sumaron a este movimiento las fuerzas de caballería, artillería y el
Regimiento de Infantería Covadonga n.º 41. Para que este pronunciamiento hubiese
tenido posibilidades de éxito, deberían haberse sumado diversas guarniciones de
todo el país, pero en unas horas se produjeron movimientos de distinto signo y,
cuando el Regimiento de Infantería Covadonga n.º 41 se dio cuenta de que estaba
solo, ya era tarde. Más de 900 mandos y soldados huyeron a Portugal, mientras el
general Blanco, nombrado capitán general de Extremadura, se hizo con la plaza sin
derramamiento de sangre. Hubo un consejo de guerra donde se condenó a los
golpistas, algunos de ellos a pena de muerte, si bien más tarde les fue conmutada
esta pena por la de prisión en fuertes militares.89
Campaña del 98
Con la Constitución de 1812 la mayoría de los conventos y monasterios del país —
incluidos los de Badajoz— se convirtieron en cuarteles y sus huertas en jardines o
eriales. La Revolución de 1868, apodada «La Gloriosa», expulsó a los pocos
religiosos que quedaban en Badajoz. Por esta razón el convento de San Francisco,
que fue en primer lugar cementerio, luego pasó a ser cuartel, donde empezaron a
estar acuarteladas las tropas el 17 de diciembre de 1883.93 A principios de 1884 la
totalidad del regimiento se encontraba acuartelada en el ya citado antiguo convento
franciscano y en su huerta adjunta, al que se llamó cuartel de San Francisco el
Grande. La huerta pasó posteriormente a ser el actual paseo de San Francisco,
parque cuadrangular con un templete central para conciertos y música popular,
centro de paseo y recreo de la juventud de la posguerra durante varios decenios.93
94
Sucesos en Marruecos
Debido al ascenso del coronel Gutiérrez el 11 de marzo de 1893, fue nombrado nuevo
coronel Francisco Salinero Bellver. En ese mismo año España quiso llevar a cabo uno
de los protocolos del Tratado de Wad-Ras, o de paz con Marruecos, de 26 de abril de
1860, por el que se le cedía a España una mayor zona en las proximidades de
Melilla, e inició una fortificación en las proximidades de un cementerio bereber,
cosa que no gustó a los nativos, que hostigaron a los trabajadores y la tropa que
los defendía. Hubo conversaciones diplomáticas entre los dos países para solucionar
el conflicto, pero hasta que el ministro de la Guerra no envió a 22 000 soldados a
Melilla bajo mando del general Arsenio Martínez Campos, los bereberes no cesaron
los ataques y aceptaron los nuevos límites.103 En los sucesos de Melilla destacó un
militar que adquiriría renombre décadas después, el teniente Miguel Primo de
Rivera, que consiguió ese mismo año la Cruz Laureada de San Fernando. A finales de
1893 fueron licenciados los reservistas del Castilla n.º 16, que siguieron de
servicio en el Regimiento de Infantería Castilla n.º 16 en Badajoz.104105
Guerra de los diez años en Cuba. En segunda fila, de pie, el cuarto por la
izquierda, Bernardino Rovira, padre del primer jefe del RIMZ Castilla n.º 16
El 10 de febrero de 1896 desembarcó el general Weyler para hacerse cargo de la
Capitanía General y publicó de inmediato varios bandos y normas para la
reorganización del ejército. Junto al Batallón de la Reina, el Castilla n.º 16, con
caballería y algunas piezas de artillería, formaron una columna al mando del
coronel Cándido Hernández de Velasco, de gran experiencia en combates en Cuba, y
marcharon hacia Pinar del Río. Dispersaron a los independentistas en Arroyo de San
Felipe, Rosario y Charnuzo el 27 de julio, y dos días después derrotaron a la
partida de Perico Belén, destruyeron varios campamentos del bando contrario y se
adueñaron de gran cantidad de armas y animales, hecho que mencionó el general
Weyler en sus escritos.112 Del 6 al 11 de agosto de 1896 el regimiento sorprendió a
los insurrectos acampados en Cruces y Rivera, y mantuvo combates con las partidas
de Payaso, Perico Belén y Rodolfo en Acrimonias, Punta de Palmas y Caobilla. Pocos
días más tarde los encontraron cruzando el río Isabela. El 27 de septiembre del
mismo año tuvo lugar uno de los combates más duros de esta campaña, el de las
Tumbas de Toriño, por lo que el general Weyler envió un telegrama al ministro del
Ejército donde puso de manifiesto la «intrepidez y bizarría» de estas tropas.113
El 9 de octubre de 1896 fue una de las fechas más recordadas por el Castilla n.º
16: estando sitiada la columna del general Adolfo Jiménez Castellanos por 5000
mambises de los líderes insurrectos Máximo Gómez y Calixto García, el soldado Eloy
Gonzalo se lanzó contra ellos con una lata de gasolina atada a su cuerpo, acción
que permitió liberar a sus compañeros sitiados y por la que se le concedió la Cruz
Laureada de San Fernando.114 También es digna de reseñar la gesta que protagonizó
el capitán Neila: cuando estaba sitiado, y ante los constantes mensajes de
propuestas de rendición que les mandaban los insurrectos, este reiteró en nombre de
sus fuerzas y de él mismo que «todas mis fuerzas están dispuestas a defenderse y a
morir, antes que entregar sus armas y faltar a su honor militar».115
Nuevas banderas
Acontecimientos reales
Para solemnizar la coronación del rey Alfonso XIII, el Castilla n.º 16, junto con
los regimientos Gravelinas y Caballería Villarrobledo, participó en una gran parada
militar cerca de los glacis anejos a Puerta del Pilar. El 24 de abril de 1905 se
publicó una Real Orden que encomendaba al regimiento cubrir las calles en la visita
que el rey Alfonso XIII realizó a Badajoz al día siguiente. Sus componentes
cubrieron desde la calle Menacho hasta la catedral, y después desfilaron en honor
al monarca.121 El 9 de marzo de 1906 se publicó en el Diario Oficial n.º 54 un Real
Decreto por el que se favorecía a este regimiento con el nombramiento de coronel
honorario al rey de Portugal Carlos I de Braganza, y que dice así:
REAL DECRETO
Queriendo dar un alto testimonio de mi sincera amistad y afectuosa consideración a
S. M. Fidelísima Don Carlos I, Rey de Portugal:
Vengo a nombrarlo Coronel Honorario del Regimiento de Infantería Castilla n.º 16.
Alfonso.
A mediados de 1909 se habían agudizado los problemas existentes con las cabilas
cercanas a las posesiones españolas en el norte de África, ya que no reconocían la
autoridad española y consideraban esas tierras como suyas. En estos enfrentamientos
murió el cabo Luis Noval Ferrao, al que se le concedió la Laureada de San Fernando
a título póstumo. A finales de año se pacificó la zona pagando un alto precio: 3000
soldados muertos.126
Un batallón al mando del teniente coronel Neila se desplazó a Madrid para cubrir
una parte de la carrera que en 1912 hizo el rey de Portugal Manuel II en su visita
a la capital de España, así como acudir el 12 de noviembre a la Estación de
Delicias para tributar honores de despedida al monarca lusitano. El regimiento
finalizó el año de guarnición en Badajoz, aunque en 1912 sus regimientos San
Fernando y Saboya marcharon como voluntarios a Melilla. El 9 de marzo de ese mismo
año se hizo cargo del regimiento el coronel José Martínez Pedreira. Al objeto de
asistir al centenario de las Cortes de Cádiz, una Real Orden indicó que deberían
asistir todos los cuerpos que tuvieran en sus banderas y estandartes la Corbata de
San Fernando, por lo que el Castilla n.º 16 envió una representación con el
teniente coronel Neila al mando.127
El regimiento terminó el año acuartelado en Badajoz, y empezó el año 1914 con parte
del regimiento en Cáceres, donde el 20 de enero tomó el mando el nuevo coronel
Manuel Elías Prats.128 A principios de julio visitó Badajoz el Servicio de
Aeroestación Militar para hacer prácticas, y fue recibido por una representación
del regimiento. Este servicio aprovechó la estancia para tomar las primeras fotos
aéreas de Badajoz, de magnífica calidad, donde se veía perfectamente el cuartel del
Castilla n.º 16.129
Guerra de Marruecos
Desde 1915 a 1918 no hubo sucesos dignos de reseñar, excepto la visita que realizó
a Badajoz la infanta de España y princesa de Asturias Isabel de Borbón, hermana de
Alfonso XIII y conocida popularmente como «La chata». El Regimiento de Infantería
Castilla n.º 16 le rindió los honores de ordenanza mediante una compañía, bandera,
banda y música. El 10 de septiembre de 1918 se hizo cargo del mando de la unidad,
por ascenso de su predecesor, el coronel Francisco Sosa Arbelo. No se conservan
historiales de operaciones y vicisitudes de orden interno desde 1920 hasta 1931,
pero sí se sabe que en octubre de 1920 el coronel Sosa fue destinado a otro
regimiento y le sustituyó el coronel Luis Navarro y Alonso de Celada.130 Mientras
tanto, continuaron existiendo en el norte de África zonas verdaderamente
inexpugnables dentro del protectorado español de Marruecos, en una zona que
comprendía desde el río Muluya, al este de Melilla —la antigua Rusadir— pasando por
la costa mediterránea y las montañas del Rif, hasta la ciudad de Larache, en el
Atlántico.131
El Desastre de Annual
Se nombró al general Dámaso Berenguer como Alto Comisionado, el cual hizo un plan
para que fuese efectivo el dominio español en la zona bajo su influencia. El
general Berenguer consiguió sus objetivos, y conquistó la «ciudad santa» de Chauen
en 1920. Meses más tarde, el general Manuel Fernández Silvestre inició un avance
para encontrarse con las tropas del general Berenguer, pero no tomó las debidas
precauciones de dejar bien cubierta la retaguardia, descuido que aprovecharon para
atacar los rifeños. A esto se sumó que las cabilas de Abd el Krim y algunas otras
se levantaron en armas, que desertaron las tropas indígenas y que todos ellos
conocían mejor el terreno que las tropas españolas, a las que hostigaron y aislaron
en Annual. Allí, a partir del 22 de julio de 1921, se produjo una de las mayores
derrotas militares de la historia de España, conocida como el desastre de
Annual.132
Unos días más tarde se presentó el nuevo coronel Joaquín Guerra Zagala, que
sustituyó al anterior por su jubilación, Federico Fernández Sánchez-Caro, que había
estado en la guerra de Cuba, donde fue herido y se le concedió la Medalla de
Sufrimientos por la Patria.144 El nuevo coronel era un veterano de la campaña del
98 y de la guerra de Marruecos. Estuvo al mando del regimiento por Orden del 26 de
mayo de 1931, pero durante poco tiempo, debido a la reestructuración del Ejército
que llevó a cabo en esas fechas el Gobierno de la Segunda República Española. En
1931, el regimiento Castilla n.º 16 continuó con los servicios del destacamento en
el penal de Ocaña, en el polvorín de San Gabriel y en el Fuerte de San Cristóbal,
estos dos últimos en Badajoz.145
Por orden del Gobierno del 26 de mayo, publicada en el Diario Oficial n.º 115, se
fusionaron los regimientos Castilla n.º 16 con el Gravelinas n.º 41 en uno que se
denominó Regimiento de Infantería de Línea n.º 16. Se organizó en dos batallones y
fue designado como primer jefe el coronel Adolfo Roca Lafuente. El nuevo ministro
de la Guerra, Manuel Azaña, emprendió una serie de reformas para modernizar la
estructura del Ejército con la creación de una nueva escala de suboficiales y el
intento de mejorar las condiciones de vida en los cuarteles. Los cambios también
afectaron a la cúpula militar, ya que desapareció el Consejo Supremo de Justicia
Militar, se clausuró la Academia General Militar de Zaragoza y se suprimieron los
grados de capitanes generales y tenientes generales.146
Año 1936
En enero de 1936 se disolvió el Parlamento y el Gobierno convocó unas elecciones
que se celebraron en febrero y que fueron ganadas por el Frente Popular —coalición
de partidos republicanos y de izquierdas—, tras lo que se encargó a Manuel Azaña
formar gobierno. Mientras tanto, el regimiento Castilla n.º 3 —así se denominaba
según Decreto Oficial n.º 25 del 23 de abril— continuaba de guarnición en su
cuartel con aparente normalidad. El 10 de mayo fue elegido Manuel Azaña como
presidente de la República, pero a partir de entonces se produjeron una serie de
sucesos que alteraron el futuro de España: el asesinato del teniente José del
Castillo de los Guardias de Asalto cometido el 12 de julio y el de José Calvo
Sotelo, exministro de Hacienda del general Primo de Rivera, al día siguiente. El
general Francisco Franco, capitán general de Canarias, inició la sublevación en
Marruecos, a donde llegó por vía aérea, concretamente a Tetuán, el 19 de julio. A
la sublevación se adhirieron, entre otras regiones, Galicia, Cáceres, Sevilla y
Galicia, pero no lo hicieron en Madrid ni en Barcelona. El general José Sanjurjo,
que en aquellos momentos era el líder de los sublevados, murió al día siguiente
cuando su avión, al despegar desde Portugal, se estrelló.150151
Para tomar Badajoz, las tropas sublevadas instalaron tres baterías de artillería
sobre Cerro Gordo —un altozano que domina en la distancia a Badajoz— al mando del
capitán Luis Alarcón de la Lastra. El jueves 13 de agosto, a las tres de la tarde,
se dio la orden de ataque. La defensa, que estaba en manos de milicianos, se
centraba sobre el cuartel de Menacho y la Puerta de la Trinidad. Badajoz estaba
aislada tanto por tren como por carretera y ni siquiera podía recibir ayuda por
aire, pues los aviones del teniente coronel Yagüe despegaban de un aeródromo
cercano a la ciudad portuguesa de Elvas.155 Yagüe pretendía envolver Badajoz y, con
esa finalidad, envió al comandante Castejón hacia el Cuartel de Menacho y al
teniente coronel Carlos Asensio a la Puerta de la Trinidad. Castejón logró entrar
en el cuartel, que estaba defendido por el Castilla n.º 16, mientras que los
legionarios de Asensio tomaron la Puerta de la Trinidad a bayoneta calada. Mucho
más duro fue el combate en la Puerta del Pilar, puesto que de la compañía que la
tomó por asalto solo sobrevivieron el capitán, un cabo y catorce soldados, pero al
final las tropas de Castejón pudieron entrar por ese lugar. Empezó entonces una
cruenta represión, fusilando a todos los que empuñaron un arma contra las tropas
sublevadas. El propio comandante del regimiento, el coronel José Cantero Ortega,
fue fusilado poco después de haber sido hecho prisionero.156 A partir de la toma de
Badajoz por las fuerzas franquistas, el teniente coronel Fernando Acosta Roldán
reorganizó el regimiento —ya bajo las órdenes de Franco— y a partir del 19 de
agosto tuvo como jefe al comandante Eduardo Cañizares Navarro.157
Año 1937
El ejército republicano creó a partir de mayo el VII Cuerpo de Ejército al mando
del teniente coronel Ruiz Farrona y estableció su base de operaciones en Cabeza del
Buey. Por parte del ejército franquista, la División de Badajoz pasó a ser la
División 21, compuesta por dos brigadas. La primera tenía en sus filas, además de
otras unidades, a los batallones III, IV, V, VIII y IX del «Castilla» y estaba
mandada por el teniente coronel Luis Oliver. La segunda brigada, bajo el mando del
teniente coronel Alfonso Gómez Cobián, también tuvo en sus filas batallones del
«Castilla»: concretamente los batallones II, VI, IX y X. Desde el año 1936 no se
registraban mayores concentraciones de fuerzas de ambos bandos en Extremadura.159
El fin principal del ejército franquista era cercar la zona de Mérida, donde se
habían agrupado gran cantidad de tropas republicanas, a modo de «bolsa», para que
no tuvieran posibilidades de aprovisionamiento desde el exterior. La operación
comenzó el 20 de julio y el 24 del mismo mes se unieron las dos brigadas
franquistas, que la dieron por finalizada, aunque en días sucesivos procedieron a
conquistar los pueblos más importantes de la zona.160
El resto del año lo pasaron los diferentes batallones del «Castilla» en combate por
la práctica totalidad de la península, pero ya como batallones independientes,
unidos a diversos cuerpos de ejército y unidades. La operación más destacable fue
la llevada a cabo del 16 al 19 de marzo por el III Batallón del «Castilla» al mando
del teniente coronel Álvarez Rementería en la localidad cordobesa de Villanueva del
Duque, por lo que se le concedió al batallón la Medalla Militar Colectiva y la
Medalla Militar Individual para el jefe de esas tropas, comandante Ildefonso Medina
Mogollón.161 Esta condecoración se cedió al Regimiento de Infantería Castilla n.º
16 y se depositó en su Sala de Estandartes.162
Año 1938
Las acciones bélicas del I al XIV Batallón se desarrollaron por toda Extremadura,
tanto en la provincia de Cáceres como en la de Badajoz. Al IX Batallón se le
concedió la Medalla Militar Colectiva por sus acciones en los frentes de
Villagonzalo, Guareña, Palomas y el vértice de Cabezuela del Valle, sobre este
último lugar, donde el ejército republicano atacó repetidamente y repelieron los
avances a pesar de su inferioridad de tropas y medios. El 2 de octubre se trasladó
al frente de Córdoba, por lo que el 221 Batallón —que operaba en la zona de
Hornachos y Azuaga— posteriormente fue enviado a Córdoba, donde terminó el año. El
IV Batallón de Trabajadores operó entre la zona de Llerena y Castuera. El 301
Batallón de Guarnición pasó el año entre San Vicente de Alcántara y Algeciras, al
igual que el 302 Batallón de Guarnición. El 401 Batallón de Orden Público pasó
prácticamente todo el año en Badajoz y fue destinado a finales del mismo a Talavera
de la Reina. El 901 Batallón de Guarnición empezó el año en Mérida y lo finalizó
trasladado a Don Benito. El 222 Batallón de Guarnición empezó el año en Aguilar de
la Frontera, operó en la Sierra de Acebuche y lo terminó en Cabeza del Buey. A
primeros de marzo se organizó el 104 Batallón de Trabajadores y empezó con trabajos
de fortificaciones en Mérida, Oliva de Mérida y Valdetorres. Finalizó el año en
Castuera con su trabajo de inicio y mejora de fortificaciones. En el mes de abril
se formó el XV Batallón en Almendralejo, pasó a operar en el frente de Retamal de
Llerena y terminó el año en el frente de Córdoba. En mayo se creó el 131 Batallón
de Trabajadores en Mérida, que posteriormente se trasladaría a Fuente Obejuna y más
tarde a Monterrubio de la Serena, donde continuó con trabajos de fortificación y
arreglo de pistas y carreteras y donde finalizó el año. A principios de julio se
organizó el 133 Batallón de Trabajadores en el pueblo extremeño de Los Santos de
Maimona y desarrolló sus trabajos específicos en los pueblos de Valdetorres y Santa
Amalia, ambos en la provincia de Badajoz, donde terminó el año. En el mes de agosto
se formó en Don Benito el 112 Batallón de Trabajadores y estuvo en esta zona todo
lo que restaba del año 1938. El 1 de noviembre se formó en Badajoz el 376 Batallón
de Guarnición, que permaneció en la ciudad con sus trabajos de carga y descarga de
material de intendencia hasta finales de año. Por último, en diciembre se creó el
158 Batallón de Trabajadores en el pueblo cordobés de Montilla, donde se quedó
establemente hasta finales de año.163
Año 1939
El Regimiento de Infantería Castilla n.º 3, que es como se llamaba al Castilla n.º
16 en esa época, comenzó el año 1939 con diecisiete batallones de armas, seis
batallones de trabajadores, cuatro batallones de guarnición y uno de orden público.
Como el frente de Extremadura se reactivó por ataques de los republicanos para
distraer a las tropas enemigas del frente de Cataluña, las fuerzas franquistas
enviaron grandes refuerzos y, ante esta situación, los republicanos decidieron
replegarse.164
Aun así se siguieron creando batallones del «Castilla» y a principios del mes de
enero se creó el 203 Batallón de Trabajadores con base en Cerro Muriano, que estuvo
en la provincia de Córdoba hasta finales de la guerra. A principios de febrero se
formó el 144 Batallón en Cáceres y, después de pasar por las provincias de Huelva y
Córdoba, se trasladó a Jaén hasta que se disolvió, a finales de julio, y entró a
formar parte del XIV Batallón del «Castilla». El I Batallón empezó el año
acuartelado en Granada, y más tarde se trasladó a la localidad cordobesa de
Peñarroya, al igual que el VII Batallón. El II Batallón continuó en las zonas de
Castuera y Campanario y, meses más tarde, lo enviaron a ocupar los pueblos de la
zona de Almadén, donde estuvo acompañado algunos meses por los batallones VI, VIII,
XI, XII y XIII. El III Batallón pasó el año 1939 entre las provincias de Córdoba y
Jaén junto al IX Batallón. El IV Batallón operó en los pueblos de las provincias de
Almería y Sevilla. El V Batallón continuó todo el año en el frente de Madrid y
patrulló por Pozuelo de Alarcón y San Lorenzo de El Escorial. Los batallones X, XIV
y XV operaron todo el año por los pueblos de la provincia de Jaén. Los batallones
221 y 222 tomaron parte en las batallas que tuvieron lugar en Peñarroya y Cabeza
del Buey, de donde partió el 222 Batallón para Tarifa para prestar servicios de
guarnición y fue disuelto en septiembre al entrar a formar parte del Regimiento de
Infantería n.º 7, que estaba de guarnición en Algeciras.165
Desfile del Rgto. de Infantería Castilla n.º 16 con el comandante Rovira Recio al
frente
Pasados los años de la posguerra, el 22 de febrero de 1957, por Orden Ministerial
del día 8 del mismo mes, que se publicó en el Diario Oficial n.º 36, se presentó el
coronel Luis Valero Coll para tomar el mando del regimiento. Como comandante
ayudante de este coronel estaba Adolfo Rovira Recio, que más tarde sería el primer
jefe del Regimiento de Infantería Mecanizada Castilla n.º 16 con la llegada a
Badajoz de los primeros carros de combate del regimiento. A partir de 1957 la
agrupación de reclutas marchaban al llano existente en la cañada de Sancha Brava,
que dista de Badajoz unos cuatro kilómetros, zona en la que posteriormente se
edificó el cuartel de Sancha Brava, donde iniciaban su periodo de instrucción. El
mando lo tuvieron, alternativamente, los comandantes Carapeto Salgado y Rovira
Recio.168
Enseñas históricas
En el Museo del Ejército se guardan ocho banderas, seis con colores nacionales y
dos blancas.180
Más adelante, en el año 1892, se declaró «Patrona única del Arma de Infantería» a
la Inmaculada Concepción, mediante una Real Orden de 12 de noviembre con Decreto
Oficial 248 (D. O. 248), que sigue en la actualidad como única patrona.182
Batalla de Las Navas de Tolosa, de Van Halen, expuesta en el palacio del Senado
(Madrid)
Batalla de Las Navas de Tolosa, de Van Halen, expuesta en el palacio del Senado
(Madrid)