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ASOLEAMIENTO

COMO ARQUITECTO

A) Estudiar muy bien el asoleamiento, teniendo en cuenta que durante el verano, el sol
pasa más alto y las sombras proyectadas son mucho menores. En invierno esto sucede
exactamente al contrario.
B) Diseñar la casa pensando en generar lugares exteriores donde pegue el sol en invierno,
y otros donde acceder a la sombra en verano.
C) En una construcción de dos plantas, es preferible tener diferentes volúmenes con
distintas alturas y ubicarlos escalonadamente de menor a mayor hacia el lado sur del lote.
D) Abrir la casa hacia el Norte.
E) No hacer galerías hacia el Sur. Si no queda otra opción, es preferible construir una
pérgola.
F) No ubicar grandes ventanas ni galerías al Oeste. Durante el verano, a la hora en que el
sol comienza a caer, estos espacios pueden ser muy calurosos.
G) Si se piensa en plantar un árbol para tener sombra en verano, es preferible elegir una
especie de hoja caduca que permita el paso del sol durante el invierno. También es
aconsejable conocer muy bien su altura futura y el diámetro de su copa.
H) Es conveniente construir la pileta lo suficientemente alejada de la casa, para evitar que
reciba sombra durante el verano.

LA ORIENTACIÓN DEL EDIFICIO


Para lograr un óptimo aprovechamiento del Sol incidente a lo largo del día las ventanas o
ventanales se abren en un muro con orientación hacia el Ecuador. Es por ello por lo que suele
verse grandes ventanales con esta orientación en los edificios cuyo diseño se rige según los
criterios de la arquitectura solar pasiva.
En el resto de fachadas del edificio se disponen pocas ventanas y pequeñas para evitar que se
pierda el calor por ellas.

21 de Diciembre
21 de Junio

La tierra es una esfera que gira alrededor del sol. La radiación solar cae con la mayor incidencia
posible (90 °) en algún momento sólo en la zona comprendida entre los trópicos. El lugar en que la
radiación cae con un ángulo máximo va variando a lo largo del año, siendo la incidencia de 90 ° en
el trópico de cáncer el 21 de Junio (Verano en el hemisferio Norte) y máximo en el trópico de
capricornio el 21 de Diciembre (Verano en el hemisferio Sur). Como se puede observarse
empíricamente en el esquema, la mayor captación de radiación solar se logra con una orientación
hacia el ecuador.

MORFOLLOGÍA DEL EDIFICIO


Como la radiación no incide con la misma inclinación a lo largo del año, mediante la colocación de
aleros y otros elementos se consigue un calentamiento selectivo del interior de la casa.
En invierno, cuando los rayos solares son más necesarios, éstos caen más inclinados sobre la
superficie terrestre. Este hecho favorece la captación de la energía solar a través de los muros y las
ventanas verticales.
Es en verano cuando las temperaturas son altas que se hace necesario evitar que la radiación solar
llegue al interior de la casa. Para impedir que estos rayos solares lleguen y calienten el interior de
la casa se colocan unos aleros o cornisas que aprovechando la mayor perpendicularidad de los
rayos solares en verano los retienen pero que permiten que pasen en invierno cuando son más
inclinados.
Ángulo de incidencia de la radiación solar en diferentes estaciones en diferentes ciudades

Cuidad Latitud Ángulo de incidencia Solar Ángulo de incidencia Solar


21 Diciembre 21 Junio

Madrid 40°,26 27° 73°


Monterrey 25°,44 42° 88°
Guadalajara, México 20°42 47° 87°
México DF 19°24 48° 86°
Mérida, México 20°57 47° 87°
Antofagasta -23°38 90° 44°
Santiago, Chile -33°26 80° 34°
Puerto Montt -41°28 72° 26°
Punta Arenas -53°10 60° 14°
Buenos Aires -34°36 79° 33°

* Incidencia Solar a las 12 del mediodía hora solar

Estas tres ciudades alcanzan un ángulo de incidencia solar de 90° en las siguientes fechas:
• Guadalajara: del 18-05 al 22-05 y del 22-07 al 26-07
• México: del 14-05 al 17-05 y del 27-07 al 30-07
• Mérida: del 18-05 al 22-05 y del 22-07 al 26-07

MATERIALES EMPLEADOS
Para que el calor ganado no se pierda o para evitar que el calor excesivo del exterior entre en la
casa los muros del edificio han de estar convenientemente aislados. Estos muros actuarán además
como acumuladores térmicos liberando el calor que guardaron durante el día cuando la
temperatura del aire del interior del edificio baje. También actuarán en los días calurosos ya que
absorberán el exceso de calor que el aire del interior de la casa pueda tener. Cuantos más gruesos
sean, mayor será su masa térmica y más ayudarán a temperar las temperaturas en climas de
extremos.

LA UBICACIÓN SOBRE EL TERRENO


La ubicación sobre el terreno es también importante. Habrá de evitar que las sombras de otros
inmuebles o de árboles puedan proyectarse sobre el edificio en alguna época del año para que no
le reste potencial de captación de energía solar. Por el contrario en áreas muy calurosas puede ser
interesante estar a la sombra de otro cuerpo para evitar un excesivo calentamiento
En ocasiones es aceptable la colocación de árboles de hoja caduca que impida la entrada de los
rayos solares durante los meses de calor cuando tiene hojas y la permita en invierno cuando éstas
se han caído.
Por otro lado una adecuada ubicación del edificio tras otro edificio o tras un accidente geográfico
(excepto por aquella fachada que mire al ecuador) evita que el viento le pueda "robarle" el calor.

AHORRO DE ENEGÍA
Cuando hablamos de ahorro de energía, nos referimos al ahorro de los combustibles que
generan esa energía. En un edificio, la energía se consume de varias formas, pero
fundamentalmente en calefacción, refrigeración e iluminación. De los consumos
mencionados, el primer puesto lo ocupa la climatización de ambientes, la iluminación
reviste importancia pero únicamente en los edificios para oficinas. Los artefactos
domésticos tales como lavarropas, heladeras, etcétera, tienen también bajos consumos. Un
lugar aparte merece la televisión. ¿Por qué? Por el gran número de horas de
funcionamiento, suele ser común tener encendido el televisor durante 8 horas, con un
consumo equivalente a 4 horas de planchado de ropa.
Un fenómeno generalizado en la naturaleza es el de hacer circular la energía desde los
lugares más calientes a los más fríos, en tal caso decimos que hay un flujo de calor. Jamás
ocurre lo contrario. Una habitación se enfría si el ambiente externo está más frío y se
calienta sí la temperatura externa es superior, el calor circula desde los lugares de mayor
temperatura a los de menor temperatura.
La energía contenida en un lugar caliente que se está enfriando, se pierde de tres formas
posibles. En primer lugar, los materiales calientes en contacto con materiales más fríos les
pasan el calor de tal modo que los materiales calientes se enfrían. Este es un fenómeno de
contacto, donde los materiales necesitan tocarse para que ello ocurra.
La velocidad con que un material pierde calor, depende de su conductividad, una
propiedad que tiene cada material en particular. Hay materiales que conducen más que
otros, los metales son mucho más conductores del calor que los materiales de
construcción.
Cuando una superficie está caliente, el aire en contacto con ella se calienta por conducción,
como explicamos antes. Pero como el aire tiene la posibilidad de moverse y elevarse, esta
capa caliente en contacto con la pared se desprende y se lleva el calor con ella hacia
lugares más fríos, donde en contacto con aire de menor temperatura le pasará el calor, se
enfriará y se iniciará un proceso de convección del aire. De esta forma, se produce el
enfriamiento convectivo natural de una pared, techo u otro elemento: caliente y en
contacto con el aire. Existe otro tipo de enfriamiento convectivo aquel en el cual el aire
circula forzado sobre el material caliente. Es la convección forzada, que por hacer circular
el aire más rápidamente traslada más energía que el proceso natural. Cuando el viento
sopla sobre una superficie, la masa de aire que pasa sobre ella se está llevando el calor de
la superficie, siempre y cuando ésta esté más caliente que el aire. Si es a la inversa, el aire
se enfría y la superficie se calienta. Un techo al sol se calienta al recibir radiación solar y se
enfría al circular aire sobre él. Una cuchara con sopa caliente es enfriada soplando sobre
ella; haciendo circular viento sobre la sopa.
El tercer proceso de transporte de energía a distancia es por radiación. La luz del sol nos
llega desde muy lejos; entre el sol y la tierra no hay materia alguna que sirva de medio de
transporte, tal como en los dos procesos antes descriptos. Es que la luz del sol es una onda
electromagnética que puede viajar en el vacío y lo hace a gran velocidad, la de la luz, se
puede comprobar que todo cuerpo emite ondas y que estas ondas llevan consigo cierta
cantidad de energía. Es lo que se conoce como irradiación. Cuanto más caliente está un
cuerpo, más energía es capaz de irradiar. Si la temperatura es suficientemente alta,
alrededor de 6.000ºC -como el sol- entonces las ondas irradiadas se pueden ver y las
llamamos luz. Todos los cuerpos sobre la superficie terrestre emiten o irradian ondas
llamadas infrarrojas. Hay varios tipos de ondas infrarrojas, dependiendo la potencia y
cantidad de energía que transportan y de la temperatura del cuerpo que las emite la
calefacción por infrarrojo, esas placas tan comunes que se ven en las paredes, emiten un
infrarrojo muy poderoso, pues proviene de una fuente de alta temperatura. La energía
solar, en consecuencia, es una clase de energía que se transporta por radiación desde el
sol. Las ondas de radiación pueden ser absorbidas, tanto más fuertemente cuanto más
oscura o cercana al negro es la superficie. A nadie se le ocurriría ponerse ropa negra para
pasear bajo el sol de verano. En cambio el blanco es todo lo contrario, produce un rechazo,
un reflejo de la luz del sol. Para un día de verano, lo mejor para pasear al sol es vestir con
ropa blanca. Hay otros colores muy reflectantes del sol, como el plateado y el oro.
Los colores claros son buenos para climas cálidos, los oscuros para los fríos. Cuanto más
oscuro es un color más absorbe la energía del sol. Esto vale también para la energía
proveniente de radiación infrarroja. Además de los colores, hay elementos que absorben
luz o cierto tipo de radiación. El vidrio es sumamente curioso en su comportamiento pues
deja pasar la luz del sol pero no el infrarrojo. En consecuencia, en toda ventana se produce
un efecto caracterizado por el pasaje de luz y el no pasaje de infrarrojo. El vidrio impide,
así, que la emisión de calor de paredes y pisos se vaya por la ventana a través del vidrio. Si
la habitación se ha calentado porque entró sol, no se podrá enfriar por irradiación desde
adentro hacia afuera mientras la ventana permanezca cerrada.
Otro efecto muy conocido, es el de los autos colocados al sol y totalmente cerrados. Esta
situación causa más de un disgusto, pues al volver al auto, el desprevenido conductor
generalmente no puede tocar, sin quemarse, el volante y menos aún, sentarse. Se ha
producido un efecto invernadero, la radiación del sol ha sido absorbida en los asientos y
carrocería y no pudo ser remitida enfriando el auto, pues las ventanas estaban cerradas
impidiendo el paso del infrarrojo. Además, los vidrios también impiden el paso del viento,
con lo cual el enfriamiento por convección forzada no se produce.
Además de absorber la luz del sol y la radiación infrarroja, los materiales tienen otra
propiedad, la de almacenar calor. Sabemos perfectamente que en toda vivienda o edificio
se produce una carga de energía durante las horas en que el sol penetra a través de las
ventanas o se proyecta sobre las paredes. Esa energía, acumulada durante las horas de sol,
es irradiada hacia el interior de la vivienda y hacia el exterior cuando el sol se pone. La
radiación producirá un efecto calefaccionador. Ese mismo efecto, en verano, es indeseable
y producirá un recalentamiento del ambiente.

GANANCIAS Y PERDIDAS DE CALOR


Si las leyes físicas dicen que los flujos de calor van de lo más caliente a lo más frío, es inevitable
concluir que en el invierno las habitaciones tienden a perder calor desde adentro de la casa hacia
afuera y en verano a ganar calor de afuera hacia adentro. La calefacción se inventó para calentar
ambientes cuya temperatura era demasiado baja para vivir con confort; en consecuencia se logró
inyectar calor con una estufa para que la temperatura subiera a niveles agradables. De igual
manera, el aire acondicionado fue creado para extraer calor de un ambiente demasiado caluroso.

Vamos a introducir el concepto de velocidad de la pérdida de calor. Una habitación puede perder
energía desde adentro hacia afuera y hacerlo lenta o rápidamente. Esto dependerá de los
materiales con que esté construida, de la temperatura interna y de la externa. No es lo mismo
hablar de la Patagonia que de Buenos Aires o Formosa. Los inviernos en el sur, son muchos más
crudos y las casas pierden energía más rápidamente. A menor temperatura exterior mayor pérdida
de energía.
Desde el punto de vista del ahorro, la temperatura interna de una casa deberá ser de alrededor de
18ºC. Parecerá baja, no obstante es suficiente para mantener el confort del ambiente. De ahora en
más consideramos que todas las casas ahorrativas tienen una temperatura de 18ºC. Mayor
temperatura significa automáticamente más gasto. De igual forma, fijaremos para verano, una
temperatura de ahorro de 27ºC en el interior de las viviendas y edificios. Si dos viviendas están
colocadas en el mismo lugar y una de ellas necesita más calefacción que la otra, es que tiene
mayores pérdidas de calor.
En toda habitación, las pérdidas se producen a través de las paredes, techos y ventanas por
conducción del calor hacia el aire frío exterior. Además, todas las puertas y ventanas tienen
rendijas por donde se infiltra aire frío, que hace bajar la temperatura del ambiente.
LAS PAREDES Y LOS AISLANTES

Las pérdidas de calor a través de la mampostería,


son significativas cuando los materiales con que
está construida la vivienda son muy livianos. El
caso extremo es el de las casas de chapa, donde
las pérdidas de calor son muy superiores. En
cuanto al consumo, estas viviendas serán las más
costosas.

Los materiales de construcción como el ladrillo y


el hormigón, son buenos elementos para
retención de la energía dentro de la habitación,
siempre que tengan un espesor adecuado. Las
paredes exteriores construidas con muy poco
espesor, 10 ó 15 centímetros, causarán
inevitablemente un gran consumo de
combustible. El espesor más común con que se
construye una pared, es de 30 cm. Esta pared
tiene buenos valores de conductividad, aunque a
medida que los combustibles se encarecen
comienza a ser necesario disminuir aún más las
pérdidas, para lo cual habrá que recurrir a ciertos
artificios.

Las casas de antes, se hacían con paredes de 45 cm o más. Actualmente, construir semejante pared
tiene un costo muy alto. Pero se pueden usar aislantes, elementos de baja conductividad y por lo
tanto bajas pérdidas, además de razonable costo.
Los aislantes utilizan el aire encerrado en pequeñas celdas para evitar el paso del calor. El aire es
un mal conductor del calor. Las aislaciones, al contar con cientos de pequeñas burbujas de aire
encerrado en ellas, aumentan y magnifican el efecto no conductor del aire. Así, una pared con
cámara de aire, baja los consumos de energía. En una pared aislada no es necesario llevar el
espesor del aislante a valores muy altos para bajar mucho las pérdidas de calor. Una pared de 30
cm dividida al medio con una cámara de 5 cm de aislante, por ejemplo, tiene una pérdida que es la
tercera parte de la de una pared maciza de 30 cm de ladrillo. Si llevamos aislación a 10 cm
disminuimos las pérdidas en un 25 % adicional. La aislación es particularmente importante en los
techos, puesto que esta zona de los edificios está fuertemente sometida a la acción del sol y el
viento.
Lo que decimos para las pérdidas es también válido para las ganancias, de calor en verano. En la
República Argentina, a medida que se progresa hacia el sur, mayor tendrá que ser el espesor de
aislante a colocar en paredes y techos. En las regiones calurosas, el aislante será también
importante para evitar el recalentamiento de las habitaciones con muros y techos expuestos al sol.

Existen vanos tipos de aislante: Lana de vidrio, espuma rígida, lana mineral y otros en forma de
espumas que se colocan en el lugar. No haremos hincapié en ninguno de ellos. Cabe decir, tan sólo,
que el uso de aislantes es uno de los mejores caminos para bajar los consumos de combustibles.
En todos los casos de colocación de aislaciones, se deberá tener especial cuidado con el fenómeno
de la condensación, que ocurre siempre que hay aire húmedo, como el existente dentro de las
viviendas, en contacto con una superficie fría. En ese lugar se forma una película de agua tanto
mayor cuanto más húmedo es el aire y más grande la diferencia de temperatura con el exterior.

Las aislaciones pueden ser colocadas en el exterior de las paredes o en el interior. En caso de una
vivienda o edificio ya construido, en general es más fácil ubicar los aislantes en el interior.
Sin embargo, desde el punto de vista térmico es óptimo colocarlos en el exterior. Así los efectos
aislantes son más pronunciados. Claro que esto es sólo posible cuando la construcción se está
levantando.
LOS VIDRIOS
El material siguiente en importancia dentro de un edificio es el vidrio. Las ventanas se recubren de
vidrio para que no penetre en las habitaciones el viento y con él polvo y suciedad. Al mismo tiempo,
los vidrios permiten la visión y el pasaje de luz imprescindible para la iluminación natural de los
ambientes.

De todos los elementos de una vivienda,


el vidrio es el que mayor pérdida térmica
tiene ya que equivale a tres veces la de
una pared de 30 cm de espesor. Es
necesario entonces, estudiar muy
cuidadosamente la cantidad de vidrio a
colocar en una vivienda, pues está
directamente relacionada con las
pérdidas de energía y de dinero. La
superficie de vidrio deberá ser, desde el
punto de vista del ahorro de energía, la
necesaria para una buena iluminación y
ventilación naturales al abrirse las
ventanas, no más que esto.

Los edificios con enormes muros de vidrio reemplazando a las paredes, son verdaderos monstruos
consumidores de energía. Exactamente van a gastar tres veces más que uno normal y seis veces
más que uno convenientemente aislado. Esto puede ser mucho dinero. Así como el vidrio pierde
energía, también la gana. Cuando el sol pasa a través de vidrio y entra en un ambiente en verano el
efecto puede ser desagradable pues introduce calor extra en el ambiente. Deberemos en
consecuencia evitar la penetración del sol en verano mediante un adecuado diseño de los aleros de
protección de las ventanas y la orientación de ellas. En invierno, las ventanas causan pérdidas de
energía durante las horas en las cuales no entra sol, pero ganan energía cuando penetra en la
habitación. El sol es energía pura que evita el gasto en calefacción.
Una vivienda con locales bien orientados y con ventanas recibiendo sol durante varias horas al día,
puede disminuir enormemente, su consumo de combustible. Por cada 2 metros cuadrados de
ventana, el sol aporta en Buenos Aires el equivalente al calor generado por un metro cúbico de gas.
Una habitación de 3 x 3 metros construida con paredes aisladas, y con una buena ventana al norte
no necesita calefacción alguna en las horas de sol, aunque la temperatura externa sea 0ºC. Ese
mismo sol acumulará en paredes y techo suficiente energía para que las necesidades de calor en
horas nocturnas sean menores, pues la energía acumulada en la mampostería se re-irradia al
interior de las habitaciones contribuyendo a la calefacción. En verano ese calor almacenado puede
ser perjudicial y hay que evitarlo; los aleros que permiten sol en invierno y no en verano, son
fáciles de construir.
En edificios de oficinas generalmente el sol es un inconveniente pues a mucha gente le molesta
trabajar con sus rayos sobre el escritorio. En este caso es recomendable cubrir las ventanas con
una película protectora altamente reflectante de la luz solar o con vidrios que posean, esta
propiedad. Si la edificación es nueva, se pondrán vidrios tratados especialmente, que incorporan el
elemento reflector al material.

En regiones muy frías donde las temperaturas de invierno se encuentran con frecuencia por debajo
de los 0ºC es aconsejable recurrir al vidrio doble en las ventanas. Este vidrio adicional reduce las
pérdidas a la mitad. Se puede incluso dar el caso de regiones tan frías en las que sea necesario
llegar al vidrio triple. En aquellos lugares donde en invierno es común tener -10ºC o menos, no
conviene pensar dos veces; sale más barato poner doble vidrio que pagar el combustible gastado de
más.

LAS INFILTRACIONES DE AIRE


Hemos hablado de los materiales aislantes constituyentes, este es en realidad sólo un aspecto del
tema. De todas las posibilidades que tiene una construcción para ganar o perder energía, la más
importante es la infiltración de aire en rendijas de puertas y ventanas. El aire frío invernal penetra
en las habitaciones y enfría el aire por mezcla. En verano, el aire caliente eleva la temperatura
interior. Para vivir en un ambiente es necesario que este sea ventilado adecuadamente. Pero, la
cantidad de aire infiltrada es casi siempre muy superior a la requerida para ventilación. Además de
las ventanas y puertas, toda abertura es responsable de las infiltraciones de aire en una casa, como
sucede con las aberturas de calefones y termotanques, chimeneas, ventilaciones de baños, etcétera.
El espectro es amplísimo. Pero todas ellas tienen en común la existencia de una comunicación entre
el interior y el exterior.
El viento aumenta este efecto, al ejercer presión o succión sobre las aberturas. Por lo tanto, se debe
evitar toda abertura sobre una fachada en la cual prevalezca el viento, como por ejemplo las
fachadas sur y sudeste en Buenos Aires. Si es necesario tener aberturas en estas fachadas, hay que
tratar de colocar una buena carpintería de doble contacto y burletes. Los burletes colocados en
aberturas presuntamente responsables de las infiltraciones de aire, son tan útiles como los vidrios
dobles o los aleros para evitar pérdidas y ganancias de calor.
Existen en plaza excelentes materiales, por ejemplo, adhesivos flexibles que sin mucho gasto ponen
en condición de estanqueidad las rendijas existentes. Cuando más alta se encuentra una ventana,
más presión ejercerá el viento sobre ella y mayor será la infiltración; por lo tanto, deberán ser
colocados mejores burletes. La calidad de la carpintería de cerramiento en ventanas y puertas es
decisiva; más de una casa o edificio se hace inhabitable por la simple razón de haberse construido
con carpinterías donde se puede pasar hasta un dedo entre el marco y el bastidor. El costo inicial es
mucho menor, pero los costos acumulados de funcionamiento tal vez cubran, en veinte años, el
dinero exigido para construir tres edificios similares.
Un párrafo especial merecen los hogares o chimeneas, elementos visualmente muy atractivos
aunque productores de verdaderos desastres desde el punto de vista del ahorro de energía. Una
chimenea a leña, cuando está prendida, generalmente calefacciona un ambiente y congela los
restantes. El efecto se produce porque la combustión genera un tiraje de aire desde el interior al
exterior, aire que viene desde las habitaciones aledañas. Este aire es introducido por las rendijas de
las ventanas y puertas del exterior, con lo cual esas habitaciones sufren una gran pérdida de
energía. Se produce un efecto contrario al deseado. Para evitarlo, habrá que cubrir la boca de la
chimenea con un vidrio o tomar el aire de combustión del exterior. Debe guardarse la precaución
de cerrar de noche el tiraje de la chimenea después de apagar el fuego.

CONSTRUCCIONES QUE CONSERVAN Y AHORRAN ENERGÍA

Para el ahorro y conservación de la energía, el camino correcto es dividir el problema en dos


partes: construcciones existentes y por hacerse. Ahorrar energía en una vivienda ya construida es
muchísimo más difícil que hacerlo en una a construir. En esta última podemos planificar su
ubicación, diseño y construcción, de acuerdo a cánones y reglas actuales, buscando no malgastar
energía. Trataremos en consecuencia las reglas enunciadas aplicándolas únicamente a las viviendas
y edificios a construir.

No son muchas:
LOCALIZACIÓN EN EL TERRENO
FORMA Y ORIENTACIÓN DEL EDIFICIO
DISTRIBUCIÓN DE ESPACIOS INTERIORES
UBICACIÓN DE LAS VENTANAS
Si se respetan estas reglas
pueden ser ahorradas
significativas cantidades de
energía. No hay demasiados
secretos, se trata de adaptar
la casa al clima que la rodea y
a la geografía del lugar.
Podemos, usar los elementos
naturales a favor o en contra.
Si los usamos a favor,
probablemente contribuyan
al ahorro de energía. En
general, los edificios se
parecen mucho en todas
partes, independientemente
del clima en el cual se
encuentran. Esto no es lógico,
pues el clima de San Juan, por
ejemplo, no es igual al de
Bahía Blanca. Sin embargo un
edificio alto es casi idéntico
en ambas ciudades.
Si ignoramos el clima,
deberemos gastar muchísimo
dinero en sistemas de
calefacción o aire
acondicionado que
mantengan un adecuado
nivel de confort.

FORMA Y ORIENTACIÓN

La forma del edificio tiene gran incidencia en los consumos de combustible para calefacción y
refrigeración, que dependerán de la rigurosidad del clima en el cual está localizada la vivienda,
pero en general las formas posibles pueden relacionarse con las ganancias y pérdidas de calor.
Los edificios de una planta cuentan con más superficie de paredes y techos que uno de dos plantas
con el mismo volumen. De los diseños posibles, la forma cuadrada es la menos eficiente. Se ha
comprobado que el mejor edificio para evitar el consumo de energía es él de forma rectangular, con
el eje mayor en dirección este - oeste. La forma rectangular alargada expone en invierno su cara
norte. Al recibir los rayos solares en su parte más alargada, obtendrá también mayor cantidad de
energía. En verano, esta fachada recibirá menor cantidad de energía solar que el techo y las caras
este y oeste, puesto que el sol estará más alto.
Esta superficie de alargamiento, estará
relacionada con el clima. Cuanto más frío,
menos alargamiento. Habrá que conservarlo
compacto y con bajas pérdidas. En climas
cálidos, el concepto es el inverso; alargar las
viviendas y permitir a través de las ventanas
un amplio barrido de la ventilación en las
habitaciones. La forma alargada este - oeste
permitirá una buena iluminación, para lo cual
las ventanas deberán estar relacionadas con
el tamaño de la habitación. Como el sol
penetrará por éstas en invierno, para que
llegue al fondo del local su profundidad no
deberá ser mayor de 2 a 2 ½ veces la altura de la ventana medida desde el piso.
Así como el lado norte es el lado más privilegiado, el sur es más castigado. Todas las pérdidas de
energía se producirán por allí, pues el sur casi siempre permanece en sombras. Por tal razón es
conveniente disminuir la superficie expuesta en esa dirección. La situación ideal es aquella en la
cual las paredes que dan al sur no tienen ventanas o tienen pocas; en todo caso deberán tener
una fuerte aislación. Además de no recibir sol, éstas sufren las contingencias de los vientos fríos
del invierno. Una densa cortina de árboles siempre verdes, una pared alta o fuertes aislaciones
son buenas alternativas de solución.

LOS ESPACIOS INTERIORES

Una excelente forma de reducir los consumos de energía en un edificio es pensar en la


distribución de espacios interiores con criterio conservacionista.
En grandes edificios, por ejemplo oficinas, la distribución de ambientes en grandes espacios sin
tabiques o paredes que separan pequeños espacios, crea una atmósfera de trabajo agradable, en
tanto la distribución de escritorios, bibliotecas, plantas decorativas, etc., haya sido lograda con
inteligencia y buen gusto. Los espacios amplios no oponen obstáculos a los flujos y corrientes de
aire desde los núcleos centrales a la periferia, facilitando así la ventilación, la iluminación
natural y la circulación de calor o frío de un lado a otro.
La distribución de los espacios interiores debe hacerse procurando colocar en la zona sur, más
consumidora de energía, los espacios que no requieren calefacción o refrigeración, tal el caso de
baños, núcleos de limpieza, ascensores, etc. El último piso es el que más alteraciones sufre, pues
al estar expuesto su techo al sol y al viento, las variaciones de temperatura son significativas.
Resulta conveniente entonces ubicar en ese sitio las salas de ascensores y demás espacios que
no necesiten climatización. En una vivienda, las habitaciones que requieren una buena cantidad
de sol son el comedor y los dormitorios. Los baños pueden ser colocados hacia el sur, creando
una cámara de contención que impida la fuga de calor por esa cara del edificio. los pequeños
galpones, habitaciones de depósito y garajes, son también espacios susceptibles de situarse al
sur y actuar como protectores de las pérdidas.
La orientación oeste es peligrosa en verano, pues a la tarde crea una zona donde se recibe una
alta cantidad de energía solar. Es importante crear allí también un espacio que actúe como
pulmón amortiguador.

LAS VENTANAS

Las ventanas no solo son medios de comunicación visual con el exterior y de iluminación
natural para el interior, sino que adquieren importancia en el sistema de calefacción de una
casa. El sol penetrando dentro de un ambiente, contribuye a la calefacción con una buena
cantidad de energía y sin producir gastos. Pero al mismo tiempo, las ventanas son aberturas por
donde se pierde energía principalmente de noche. De todas las orientaciones posibles, en
general la mejor es la norte. Su ángulo debe ser bajo para facilitar la entrada del sol hasta el
fondo de la habitación. Se obtiene tres veces más radiación solar en la fachada norte que en
cualquier otra.
Durante el verano, las ventanas así orientadas dejan entrar poco sol, y aún éste puede evitarse
mediante un alero o un árbol de hojas caducas. No es fundamental que las ventanas estén
orientadas exactamente al norte, y son aceptables variaciones de hasta 30º.

Una ventana adecuadamente colocada y dimensionada, es un factor nato de ahorro de energía.


Pocos elementos pueden competir en eficiencia. Por supuesto, en días nublados y lluviosos, poca
energía solar llegará a las habitaciones a través de las ventanas. En esos casos será necesario
utilizar un sistema tradicional de calefacción. Tomando una estadística de los días nublados, aun
en esa circunstancia, la ventaja económica será cuantiosa.
A medida que el clima se hace benigno la superficie de ventanas necesarias puede disminuir. En
climas templados, hay un cierto peligro de sobrecalentamiento en las habitaciones, que puede
ser obviado con una ventilación adecuadamente dimensionada.

El sobrecalentamiento se evita si la radiación solar incide sobre superficies de mampostería


macizas, puesto que éstas absorben el exceso de energía. En la Argentina, los climas templados
abarcan desde los 20º hasta los 40º de latitud sur, de tal forma que la mayor concentración de
población se encuentra en dicha área. Es de interés, por consiguiente, tener en cuenta que el
invierno tiene menor o igual importancia que el verano. En general son más los días de calor
que los de frío. Hay que cuidar mucho las ganancias de calor en las casas y edificios. Una ventana
mal orientada y de gran superficie, puede ser la diferencia entre un local inaguantablemente
caluroso y otro que no lo es. El sol se evita sólo con elementos sombreadores. El oeste es la peor
orientación, por lo que los rayos solares deberán ser detenidos mediante persianas o
postigones.

AHORRO EN ILUMINACIÓN
Que la iluminación es necesaria suena a redundancia, pues nadie dudaría de esta afirmación.
Sin embargo, es más común encontrar viviendas mal iluminadas que bien iluminadas. Desde
nuestro punto de vista ahorrativo, iluminar implica consumir electricidad, lo que nos conduce
a considerarla según se trate de iluminación diurna o nocturna. La iluminación ahorrativa
diurna es por supuesto iluminación natural. Toda luz encendida en horas del día es un ataque
frontal y directo contra los presupuestos, sean familiares o empresarios.
Si la luz solar ha sido inventada hace tantos años y funciona muy bien, ¿por qué hacer todo lo
posible para usar luz artificial en los ambientes?

La iluminación natural debe


provenir del sol, o del cielo,
que es un elemento natural
difusor de la luz. Teniendo en
cuenta esta regla hay que
prever ventanas o aberturas
suficientes en lugares
estratégicos. Una abertura al
norte, ofrece excelentes
oportunidades de controlar la
iluminación para hacerla útil,
por lo que se deberán utilizar
elementos sombreadores
horizontales y aberturas
rectangulares para la
regulación.

Las ventanas verticales son más adecuadas para el este y el oeste. Se debe tratar de evitar las
cortinas, puesto que no impiden que el sol entre por el vidrio y una vez adentro, se convierta en
infrarrojo y quede atrapado por éste.
Las ventanas o aberturas altas, tienen mejor distribución de la luz cuando los locales son
profundos. El techo de tipo diente de sierra brinda excelente iluminación de locales industriales.

Las paredes y techos pueden ser


utilizados como difusores de la luz. La
luz de las ventanas reflejándose sobre
elementos constructivos y el color
claro de esto, reparte la iluminación
en el ambiente, haciéndola pareja y
sin deslumbres. La forma del edificio
tiene un importante significado en la
distribución de la luz natural y las
necesidades de iluminación. Para una
misma superficie cubierta, asumiendo
correctos niveles de iluminación en el
centro del edificio y en el perímetro,
se llega a concluir que la forma
cuadrada de varios pisos es la más
conservativa.

Los colores de los revestimientos interiores tienen gran influencia en la difusión de la natural,
pues si son claros, reflejarán la luz y provocarán su homogénea distribución.
Considerada parcialmente, la iluminación natural es mejor que la artificial ya que con ella se
logra un menor consumo de energía eléctrica, pero analizado el edificio en su totalidad, esto es
sólo cierto en un aspecto. La iluminación natural no evita la instalación de la misma potencia en
iluminación artificial, puesto que no siempre contamos con aquélla. Sólo cuando el sol está
presente, se reduce el número de horas de iluminación artificial.
Al aumentar la proporción de luz natural, es inevitable aumentar el número de ventanas y
aberturas por donde penetra la luz solar. En este caso, se incrementa la oportunidad de
infiltraciones a través de la carpintería y de pérdidas de calor a través de vidrios. Este efecto es
tanto más acentuado cuanto más frío es el clima.
Ponemos énfasis en los climas fríos, porque los cálidos no causan tantos inconvenientes dado
que es fácil colocar artefactos sombreadores a los cuales se les provea de niveles adecuados de
luz. Habrá así en un ambiente, zonas de alta y baja iluminación. Esto es común en las casas de
familia, donde a nadie se le ocurriría prender a pleno todas las luces disponibles para leer el
diario. Por lo general se enciende una sola lámpara que crea una zona de luz intensa,
permaneciendo el resto del ambiente con menor iluminación. En oficinas donde se ilumina
totalmente el local, sin considerar las actividades a desarrollar en las distintas áreas, se hace un
gran gasto sin un beneficio real. La iluminación crea calor residual, que aumenta las cargas de
calor internas en los ambientes, y el gasto en refrigeración. Este calor puede ser aprovechado en
invierno para disminuir los consumos de calefacción. Generalmente se crea una estratificación
del aire tal que cerca del techo hace más calor que cerca del suelo. Esta diferencia de
temperatura puede ser aprovechada si se crea una corriente de aire vertical que provoque la
circulación de este aire hacia el piso.
Uno de los factores que más afectan al consumo de energía en iluminación es el encendido y
apagado de la misma. Las luces suelen permanecer encendidas a menos que expresa o
automáticamente se las apague. Es absolutamente conocido que dejar en nuestras manos esta
tarea, significa que jamás se apagarán. Es conveniente, por lo tanto, recurrir a llaves de corte con
temporizadores, de tal forma que los interruptores se activen a horarios prefijados y se
desactiven de la misma forma. Es posible además agregar controles que detecten niveles de
iluminación sobre ventanas, que impidan la introducción de rayos solares y la consiguiente
disminución de la refrigeración necesaria.
La iluminación no tiene mucha relación con los watts que consume la lámpara. En general esto
depende de la calidad del elemento y del principio de funcionamiento. Las lámparas de
filamento o incandescentes, tienen la más baja de las eficiencias, alrededor del 3% y con
lámparas de gran potencia la eficiencia aumenta poco. Esto significa que sólo 3 partes en cien
son convertidas en luz útil, un 97% se pierde en forma de calor. Realmente son mejores
calefactores que iluminadores. Los tubos fluorescentes tienen una eficiencia mayor -alrededor
del 9%- que en términos de iluminación significa que a igual gasto se obtiene un nivel de
iluminación tres veces superior. Por otra parte, gozan de la propiedad de ser más eficientes
cuanto más largos son. Las lámparas de descarga, del tipo mercurio o sodio, son también
eficientes lográndose llegar al 11%. El problema de estas lámparas es la coloración de su luz, tan
apartada de la luz solar que las torna inútiles en el interior de las viviendas. En cambio, para
iluminación de exteriores, su empleo se ha visto ampliamente difundido por su alto poder
lumínico, menor consumo y mayor vida útil.
La planificación de la iluminación es importante en el ahorro de energía. El mejor diseño de
sistemas de iluminación es colocar artefactos que provean la máxima iluminación necesaria
para cada tarea, y no la máxima a todo un local por amplio que éste sea, porque ello significa
derrochar energía.
La distribución de las llaves de luz en casas o edificios, es también de gran significación. Una
buena ubicación de las llaves de encendido facilita el control de las luces por áreas. De nada
valdrá una buena distribución de llaves si se las instala todas frente a la puerta de entrada y sin
señales que las distingan. Esto inevitablemente termina con el encendido de todas las lámparas
al no poderse distinguir a qué zona pertenece cada una de ellas.
Finalmente, la limpieza periódica de las lámparas puede aumentar hasta un 25% los niveles de
iluminación.

AHORRO EN AIRE ACONDICIONADO


Cuando de refrigerar un edificio se trata, el nudo de la cuestión es bajar la temperatura en el
interior cuándo en el exterior hace calor. Hagamos énfasis en esto, pues no hay que bajar la
temperatura cuando afuera hay baja temperatura. En todo sistema en el que se aproveche el
aire exterior siempre que sea posible, se hará un buen aprovechamiento de energía. Si el aire
exterior tiene 25ºC y en el interior hay 28ºC, una inyección de aire exterior servirá de
acondicionamiento pues se está inyectando aire frío respecto al interior. En este momento, las
máquinas de refrigeración deberán parar su funcionamiento. Para realizar esto, sólo es
necesario un control.
El tamaño de un sistema de refrigeración de edificios, tendrá que ver con la ganancia de calor
del mismo. A mayor ganancia mayor equipamiento y mayor gasto de funcionamiento. De todos
los elementos posibles de usar en la construcción el peor, considerando el gasto, es el vidrio en
grandes proporciones respecto a la mampostería. Las superficies vidriadas ganan enormes
cantidades de energía desde el sol que incide sobre ellas o el reflejado en alguna superficie que
hace llegar este reflejo. La ganancia depende en general del metraje de vidrios y de la
orientación de la ventana. La peor orientación es al oeste, donde a la tarde el sol llega
perpendicularmente a los vidrios así orientados. En consecuencia, se deberá evitar la
penetración del sol a los ambientes mediante el uso de elementos sombreadores. Los mejores
son los exteriores, pues evitan que el sol atraviese los vidrios.

Existen varios sistemas de refrigeración.


El más común es el acondicionador de
ventana, que tiene como única ventaja el
bajo costo inicial, y que después presenta
todos los problemas. Por empezar, el alto
consumo de energía eléctrica. Recién en
los últimos años, se han comenzado
fabricar aparatos con alta eficiencia.
Comúnmente ésta se encuentra entre el
20% y 30%. En un edificio de gran tamaño
un sistema de acondicionadores de
ventana tiene un 30% o más de consumo
que un sistema central. El gasto inicial
será mayor, pero el gasto de
funcionamiento en pocos años permite
recuperar la diferencia de costo inicial.
Existen sistemas de refrigeración que no
trabajan eléctricamente sino con fuente de
calor, entre las cuales se cuenta el vapor y
el gas natural, así como combustibles
líquidos y hasta existe la posibilidad de
usar gases de escape de motores y
chimenea. Estos sistemas de absorción
presentan una excelente posibilidad para
el uso de menor cantidad de energía que
en un sistema eléctrico. Los nuevos
modelos de máquinas han aumentado la
capacidad de producción de frío por
unidad de energía consumida. Además, es
posible diseñar sistemas que trabajan en
cascada partiendo desde las altas
temperaturas aprovechando los escapes
de las máquinas de la etapa superior para
recuperar energía. Con este método, la
eficiencia se puede aumentar en forma
considerable llegando a valores hasta
ahora desconocidos. En general, las pautas
de ahorro en aire acondicionado, pasan
por un diseño del sistema que no
considera los consumos pico.

Un sistema diseñado para cargas térmicas que ocurran solo el 1% del tiempo estará
sobredimensionado y trabajará con poca eficiencia pues toda máquina que no trabaje al 100%
presenta gran consumo. Es mejor hacer funcionar a pleno un equipo de menor tamaño, por
ejemplo, diseñado para cubrir solo el 5% de los casos de altas temperaturas. Otra pauta
significativa de ahorro es el uso intensivo de aire exterior en condiciones de temperaturas bajas
que hagan posible la inyección de aire sin tratar.
Finalmente, el diseño y construcción del edificio son los principales responsables de los altos
consumos de aire acondicionado. Quienes acudan al empleo masivo de vidrios, prohíban
restrinjan la utilización de aislantes y dispongan con libre albedrío sobre temas referidos a
orientación, calefacción, etcétera están adquiriendo, tal vez sin saberlo una hipoteca de por vida
sobre el edificio.
En fábricas y edificios donde las cargas térmicas por aporte de motores y procesos industriales
sean muy altas, el mejor remedio es la aislación y apantallamiento del elemento, con extracción
independiente del calor, enviándolo hacia el exterior en lugar de aumentar el tamaño de los
equipos de aire acondicionado. Una buena ventilación consume muchísima menos energía.

ZONAS BIOAMBIENTALES

Una descripción
general de los
climas lo dan las
clasificaciones
bioclimáticas o
bioambientales. En
la Argentina
contamos con la
Norma IRAM 11 603
que divide al país
“bioclimáticamente”
en regiones.
Esta división es
acompañada por
datos climáticos y
días de diseño para
invierno y verano
que se utilizan en la
verificación de la
calidad térmica de
los edificios, y
recomendaciones
de diseño para
condiciones
microclimáticas
específicas.
Las zonas
bioambientales se
definen de acuerdo
con el mapa de la
Figura 6. En caso de
que una localidad se
encuentre en una
situación de borde
deberán
satisfacerse las
condiciones más
desfavorables. Las
consideraciones
microclimáticas
prevalecerán sobre
las generales de las
zonas
bioambientales.
A continuación, se sintetizan las principales características de cada zona bioambiental y
recomendaciones de diseño para las mismas:

Zona I: MUY CÁLIDA


Se ubica en el centro Este del extremo Norte del país con una entrada al Sud—oeste en las zonas
bajas de Catamarca y La Rioja.
Los valores de TEC media son superiores a 26.3°C, en el día típicamente cálido. Asimismo, se
subdivide en dos subzonas, según las amplitudes térmicas: Subzona Ia, con amplitudes
térmicas mayores de 14°C y la Subzona Ib, con amplitudes térmicas menores de 14°C.
En la época caliente toda la zona presenta valores de temperaturas máxima superiores a 34°C y
valores medios superiores a 26°C, con amplitudes térmicas siempre inferiores a los 15°C.
La tensión de vapor mínima es de 1870 Pa (14 mm Hg) y aumenta según el eje Sur Oeste-
noroeste. En el período invernal las temperaturas medias durante el mes más frío son algo
superiores a los 12°C.

RECOMENDACIONES DE DISEÑO

Color: Claros en paredes exteriores y techos.


Aislación térmica: Grande en techos y paredes orientadas al este y al oeste.
Radiación solar: Todas las superficies deberán estar protegidas
Orientación: La orientación óptima resulta la NO-N-NE y la SO-S-SE; con una situación crítica en
relación al asoleamiento en el verano. Eje mayor de los edificios será, preferentemente, Este-
oeste. Minimizar las superficies que miren al Oeste y al Este.
Ventanas: Dentro de lo posible, no orientadas al Este o al Oeste, y minimizar su superficie.
Ventilación: Subzona húmeda: cruzada, fundamental, por el beneficio de la velocidad del aire,
para disminuir el “disconfort”. Subzona seca: selectiva. Mayor cuidado con la sensible reducción
de ventilación generada por las protecciones contra insectos en espacios semi-cubiertos
(galerías, balcones, terrazas, patios).
Vientos: Se deberán predominantes y la creación de zonas de alta y baja presión que aumentar
la circulación de aire.

Zona II: CÁLIDA


Está comprendida por dos angostas fajas, una Este-oeste centrada alrededor del paralelo 30° y
otra Norte-sur recortada sobre la falda oriental de la Cordillera de los Andes. Tiene por límites
las isolíneas de TEC 26.3 y 24.5. Esta zona está subdivida en dos subzonas: Subzona IIa, con
amplitudes térmicas mayores de 14°C y la Subzona IIb, con amplitudes térmicas menores de
14°C.
El verano es la estación crítica, la temperatura media supera los 24°C y la máxima es superior a
los 30°C. Es esta la época de las mayores amplitudes térmicas del año, con valores que no
superan los 16°C. Asimismo es el período en que la presión de vapor es más alta, con valores
medios inferiores a los 2135 Pa (16 mm Hg). Por esto habrá que tenerse en cuenta la aislación
para la prevención de riesgo de condensación, la aislación planteada para el verano podrá llegar
a ser la solución para esta situación que se plantea en la época invernal.
El invierno en cambio es más seco, con bajas amplitudes térmicas y temperaturas medias que se
encuentran entre 8°C y 12°C.

RECOMENDACIONES DE DISEÑO

Se tendrán en cuenta las consideradas en la zona muy cálida, salvo para la orientación.
Orientación: Dada la característica cálida de la zona son favorables las orientaciones de bajo
asoleamiento como la Norte y Sur. Deberán evitarse por todos los medios las orientaciones Este
y Oeste, debido a que la baja altura del sol provoca recalentamientos en los ambientes
agravando la situación de “disconfort”.
Zona III: TEMPLADA CÁLIDA

Está comprendida por una faja de extensión Este-Oeste, centrada alrededor de los 35° y otra
Norte-sur, situada en las estribaciones montañosas del Noroeste, sobre la Cordillera de los
Andes y limitada por las isolíneas de TEC 24.6 y 22.9. Esta se subdivide en dos: Subzona IIIa,
con amplitudes térmicas mayores de 14°C y la Subzona IIIb, con amplitudes térmicas menores
de 14°C.
El período estival es relativamente caluroso, presentando temperaturas medias entre 20°C y
26°C, con máximas que superan los 30°C, en la porción Este-Oeste.El período invernal no es muy
frío, presentando temperaturas medias entre 8°C y 12°C, y con mínimos que rara vez alcanzan
los 0°C. Las tensiones de vapor son bajas durante todo el año, con valores máximos en verano
que no superen, en promedio, los 1870 Pa (14 mm Hg).

RECOMENDACIONES DE DISEÑO

Color: Valdrán las mismas recomendaciones de la Zona Muy Cálida.


Aislación térmica: Buena aislación en toda la envolvente, recomendándose el doble de aislación
en techos respecto de muros. En la subzona húmeda se verificará el riesgo de condensación. La
relación superficie vidriada superficie opaca no deberá superar el 20%. Se recomienda el uso de
edificios agrupados y la utilización de la inercia térmica, en la subzona seca.
Radiación solar: Todas las aberturas deberán tener sistemas de protección solar evitando, en lo
posible, la orientación oeste.
Orientación: Para latitudes superiores a los 30°, la orientación óptima es la NO-N-NE-E. Para
latitudes inferiores a los 30° la orientación óptima es la NO-N-NE-E-SE.
Ventilación: Se evitará la ventilación cruzada en la subzona seca, favoreciendo la ventilación
selectiva y lo inverso en la subzona húmeda.
Vientos: Esta zona no presenta condiciones rigurosas de vientos. En el período estival se
recomienda aprovechar los vientos del N-NE durante el día y del S-SE durante la noche. En la
subzona IIIb (costera) deberá evitarse la orientación SE por las frecuentes tormentas
invernales, de no ser posible las aberturas tendrán reducidas dimensiones y una excelente
estanqueidad.

Zona IV: TEMPLADA FRÍA


Se ubica en una faja meridional paralela a la Zona III, ubicada en mayor altura de la Cordillera de
los Andes y la región llana del centro y Sur del territorio, que alcanza la costa atlántica de la
Provincia de Buenos Aires y Río Negro. Tiene como límite superior la isolínea de 1170 grados
día (coincidente con la isolínea de 22.9°C de TEC), y como línea inferior la isolínea de 1950
grados día. Esta zona se subdivide en cuatro subzonas mediante las líneas de amplitud térmica
14°C y 18°C: Subzona IVa, de montaña, Subzona IVb, de máxima irradiancia, Subzona IVc, de
transición y Subzona IVd, marítima.
El período estival no es riguroso, con temperaturas máximas promedio que no superan los 30°C.
Los inviernos son fríos, con valores medios entre 4°C y 8°C, y las mínimas medias alcanzan
muchas veces valores inferiores a 0°C. Las tensiones de vapor, alcanzan en verano sus máximos
valores, no superando los valores medios los 1333 Pa (10 mm Hg).

RECOMENDACIONES DE DISEÑO

Aislación térmica: Se recomienda una muy buena aislación en toda la envolvente, sugiriendo el
doble de aislación en techos respecto de muros. En las subzonas a y b que poseen las mayores
amplitudes térmicas del país se agruparán los edificios favoreciendo el mejoramiento de la
inercia térmica. Esta recomendación disminuirá progresivamente hacia la subzona d. La
relación superficie vidriada superficie opaca no deberá superar el 15%. En las subzonas c y d se
verificará el riesgo de condensación, controlando los puentes térmicos.
Radiación solar: Las subzonas a y b poseen una excelente radiación solar potencial en el
invierno, que deberá ser aprovechada; recomendándose no solo la ganancia directa, sino la
utilización de toda captación y acumulación solar pasiva. Mientras que la subzona d debido a
una alta nubosidad no posee recurso solar significativo, recomendándose en ésta fuerte
aislación y control de infiltraciones.
Orientaciones: Para latitudes superiores a 30° la orientación favorable es la N0-N-NE-E. Para
latitudes inferiores a 30° la orientación favorable es la NO-N-NE-E-SE.
Ventilación: En las subzonas secas se recomienda ventilación selectiva con inercia térmica y en
las subzonas húmedas deberá controlarse la infiltración en el período invernal y favorecer la
ventilación cruzada en el verano.

Zona V: FRÍA
Se encuentra ubicada sobre una larga faja Norte-Sur a lo largo de la Cordillera y la región central
de la Patagonia. Está limitada entre las isolíneas de 1950 y 2730 grados día.
En el invierno las temperaturas medias son del orden de 4°C y mínimas inferiores a 0°C, lo
caracterizan como riguroso. En verano los días son frescos, con temperaturas medias inferiores
a los 16°C. Las tensiones de vapor son muy bajas, con valores medios inferiores a los 1300 Pa
(10 mm Hg).

RECOMENDACIONES DE DISEÑO

Aislación térmica: La aislación en paredes, pisos y techos será un factor primordial y las
ventanas, salvo la orientación norte, serán lo más reducidas posible. Deberán evaluarse los
riesgos de condensación superficial e intersticial y evitarse los puentes térmicos.
Radiación solar: La radiación solar es esta zona no permite la realización de edificios
totalmente solares debido a la alta nubosidad y escasas horas de sol invernales. Se recomienda
evitar o minimizar las aberturas en el cuadrante SE-S-SO, generando galerías vidriadas en las
fachadas NE-N-NO que capten radiación durante el día y amortigüen las pérdidas durante la
noche.
Orientaciones: El asoleamiento es necesario en todas las épocas del año, por las bajas
temperaturas. Por lo tanto, las orientaciones favorables son las de máxima ganancia de calor
radiante, siendo las mismas NE-N-NO.
Ventilación: Los fuertes vientos presentes a lo largo del año hacen que sea necesario favorecer
la estanqueidad del edificio con un eficiente control de infiltraciones.

Zona VI: MUY FRÍA


Comprende toda la extensión de las altas cumbres de la Cordillera de los Andes y el extremo Sur
de la Patagonia, Tierra del Fuego, Islas Malvinas y Antártida. Donde los valores en grados día
son superiores a 2730. La faja comprendida al norte del paralelo 37, presenta la rigurosidad
propia de la altura.
En verano, las temperaturas medias son inferiores a los 12°C, y en invierno no superan los 4°C.
Las tensiones de vapor son, durante todo el año, inferiores a los 1700 Pa (8 mm Hg). Las
velocidades del viento oscilan entre los 15 y 30 Km/h, con velocidades máximas que alcanzan
los 100 Km/h.

RECOMENDACIONES DE DISEÑO

Valen las recomendaciones para la Zona V, pero en forma más acentuada. Al sur del paralelo 38°
se presentan altas amplitudes térmicas durante buena parte del año recomendándose una
mayor inercia térmica en las estructuras.
Radiación solar: Deberán considerarse las mismas recomendaciones de la Zona V pero con la
salvedad que mientras las característica climáticas son relativamente homogéneas el
asoleamiento ya no que depende de la latitud.
Orientaciones: La orientación óptima en latitudes superiores a los 30°, es la NO-N-NE-E, y para
latitudes inferiores la óptima es NO-N-NE-E-SE.
RECOMENDACIONES GENERALES SOBRE DISEÑO

La Norma sugiere que deben respetarse algunos principios básicos de manera prioritaria, tales
como:

A. La zona del litoral marítimo y fluvial tiene un alto tenor de humedad relativa, por lo que
deberán tomarse los recursos necesarios para evitar condensación.
B. Se recomienda respetar las orientaciones dadas en la Figura 11(Construcciones que ahorran
y conservan energía).
C. En las zonas IV, V y VI, la protección contra el viento será de suma importancia.

CONDICIONES DE ASOLEAMIENTO MÍNIMO

Normativamente se recomienda un mínimo de 2 horas de sol diarias a lo largo del año, en todo
el territorio nacional, en las habitaciones de máxima ocupación. Considerándose asoleada una
ventana cuando la radiación que penetra a través de ella en la habitación (directa más difusa)
sea mayor de 209.200 J/m²h (50 Kcal/m²h).
En las zonas cálidas no existen problemas para satisfacer esta recomendación ya que las horas
de sol permiten cumplimentarla. El problema se presenta en las zonas frías donde el día tiene
corta duración, como por ejemplo Ushuaia que posee solo 4,5 horas de sol en invierno.
La Figura 12(Forma y orientación para ahorro de energía) muestra las orientaciones
térmicamente óptimas, regulares y desfavorables para cada zona bioclimática donde puede
cumplirse el asoleamiento mínimo.

ZONAS EN LAS QUE NECESITAN PROTECCIONES SOLARES

En las zonas I y IV para las orientaciones SO-O-NO-N-NE-E-SE se sugiere el uso de sistemas de


protección solar: parasoles horizontales y verticales, cortinas de enrollar de color claro;
diseñados y calculados con cartas solares.

MICROCLIMAS

Diversas condiciones provocan la aparición de microclimas. Estos son debidos a condiciones de


urbanización, ubicaciones costeras o en proximidades de grandes espejos de agua y en zonas
montañosas. En todos estos casos no existen reglas específicas que permitan caracterizar los
recursos climáticos debiendo realizarse una evaluación específica para cada situación
planteada. Solo pueden esbozarse recomendaciones de tipo general que a continuación se
detallan:

MICROCLIMAS URBANOS

Las aglomeraciones urbanas generan la aparición de las denominadas “islas calientes”,


especialmente en el invierno. Este fenómeno es favorecido por la energía emitida por los
edificios generando un aumento en la temperatura ambiental local respecto de las zonas de
menor densidad urbana.
En el verano la rugosidad determinada por las diferentes alturas de los edificios permite que
aumente la captación solar calentando diferencialmente unos sectores respecto de otros. Este
fenómeno provoca la aparición de corrientes de aire que se canalizan entre los edificios desde
las zonas más calientes a las más frescas; esto puede suceder aún en situaciones de calma. A este
efecto se le suma que cuando se presentan corrientes de aire sobre las zonas urbanas la
rugosidad de esta disminuye la velocidad del viento por un aumento de la fricción.
Estos fenómenos generados en los microclimas urbanos son estudiados desde hace pocos años
por algunos grupos de investigación del país y el extranjero (ver M. Hoffman en bibliografía).

MICROCLIMAS COSTEROS

La presencia de grandes masas de agua genera un efecto amortiguador de las temperaturas


debido a la alta inercia térmica de estas masas y al aumento de la presión de vapor atmosférica.
Las diferencias de presión que se dan entre el continente y el agua se invierten del día a la
noche. Durante el día la tierra aumenta su temperatura más rápidamente que el agua por su
menor capacidad térmica generando una menor presión sobre la tierra que favorece la
aparición de una corriente de aire desde el agua hacia la costa, denominado brisa marina o
costera. Durante la noche se invierte la situación ya que la tierra se enfría más rápidamente
provocando un aumento en la presión del aire que favorece la aparición de una corriente de aire
desde el continente hacia el agua. En las zonas templadas húmedas puede aprovecharse este
tipo de corrientes de aire de baja velocidad para refrescar el interior de los edificios.

MICROCLIMAS DE MONTAÑA

En las zonas montañosas se presentan dos situaciones características en función de la dirección


del viento, clima de sotavento y clima de barlovento.
En el clima de barlovento el viento golpea los macizos montañosos ascendiendo, en este
recorrido deja la mayor parte de humedad siendo frecuente las lluvias en esta zona,
continuando con aire seco en el clima de sotavento. Al superar la cima montañosa, región de
sotavento, continua con aire seco que se calienta adiabáticamente a razón de 1°C por cada 100
m de descenso.
En el clima de sotavento el aire será seco y cálido con días despejados, poca precipitación
pluvial, intensa irradiación solar con grandes amplitudes térmicas. Esto es característico en la
ladera oriental de los Andes al norte de los 38° de latitud, debido a la gran altura de los mismos.
En el clima de barlovento el aire será húmedo con días cubiertos y abundantes precipitaciones,
que en consecuencia generará poca radiación solar y pequeñas amplitudes térmicas.
Además de estas dos macrozonas se presentan microclimas de valle y de montaña. En esta
situación se presenta brisas particulares que dependen de calmas generales del aire. Los
primeros rayos de sol calientan las laderas en mayor medida respecto del valle generando un
descenso en presión que favorece la aparición de una brisa que sopla del valle hacia la ladera.
En la noche se invierte la situación haciendo que el aire que está sobre la ladera, se enfríe
deslizándose hacia el valle denominado “brisa de pendiente”.
En las zonas boscosas cuando se presentan condiciones de viento regulares, el sector de
barlovento es el más afectado. Si se presentan calmas en el momento de calentamiento se
favorece la transpiración de las plantas, produciéndose un ascenso del aire sobre el bosque,
resultando en un movimiento del aire desde las afueras hacia el bosque; favoreciendo las
precipitaciones.

RECOMENDACIONES GENERALES DE DISEÑO EN LOS MICROCLIMAS

La Norma IRAM 11 603/92, recomienda para cada clima lo siguiente:


En microclimas comprendidos en zonas frías recomienda: “...en la zona fría y extremadamente
ventosa de nuestro país, las distribuciones edilicias apretadas pueden resultar las más aptas,
siempre que se eviten los callejones de altas velocidades. De existir obstáculos bajos (zonas
boscosas) la ubicación a sotavento del obstáculo puede brindar buena protección. La ubicación
cercana a masas de agua, también se ve favorecida por la acción atemperadora de éstas
(siempre que existan masas de agua se desarrollarán, si es posible, las brisas de agua y tierra
detalladas en el punto anterior). La ubicación al pie de la pendiente en valles, siempre que no
resulten callejones de altas velocidades, también puede brindar buena protección.”
En microclimas comprendidos en zonas templadas recomienda: “...en las zonas III y IV
(templadas), es importante la ubicación que aprovecha favorablemente las manifestaciones
microclimáticas durante todo el año.”
En microclimas comprendidos en zonas cálidas recomienda: “...las distribuciones edilicias
abiertas atenúan el efecto de “isla caliente” y favorecen la ventilación. Por este motivo, resultan
favorecidas las ubicaciones a barlovento de cualquier obstáculo (sierra, zona boscosa).”
En microclimas montañosos recomienda: “...La distribución edilicia al pie de la pendiente en lo
valles evita el marcado calentamiento diario y aprovecha la brisa de pendiente durante las
noches. Por su efecto atemperador, la cercanía a masas de agua resulta beneficiosa como en la
zona fría.”

INDICE

ASOLEAMIENTO .................................................................................................... 1
COMO ARQUITECTO .............................................................................................................................. 1
LA ORIENTACIÓN DEL EDIFICIO ..................................................................................................... 1
MORFOLLOGÍA DEL EDIFICIO ..................................................................................................... 2
MATERIALES EMPLEADOS ................................................................................................................ 3
AHORRO DE ENEGÍA ........................................................................................................................ 3
GANANCIAS Y PERDIDAS DE CALOR ............................................................................................. 5
LAS PAREDES Y LOS AISLANTES ................................................................................................ 6
LOS VIDRIOS ........................................................................................................................................ 7
LAS INFILTRACIONES DE AIRE ................................................................................................... 8
CONSTRUCCIONES QUE CONSERVAN Y AHORRAN ENERGÍA ............................................ 9
FORMA Y ORIENTACIÓN ..............................................................................................................10
LOS ESPACIOS INTERIORES .......................................................................................................11
LAS VENTANAS ................................................................................................................................11
AHORRO EN ILUMINACIÓN .............................................................................................................12
AHORRO EN AIRE ACONDICIONADO ...........................................................................................14
ZONAS BIOAMBIENTALES................................................................................................................16
Zona I: MUY CÁLIDA.......................................................................................................................17
Zona II: CÁLIDA ................................................................................................................................17
Zona III: TEMPLADA CÁLIDA .....................................................................................................18
Zona IV: TEMPLADA FRÍA ...........................................................................................................18
Zona V: FRÍA ......................................................................................................................................19
Zona VI: MUY FRÍA..........................................................................................................................19
RECOMENDACIONES GENERALES SOBRE DISEÑO .........................................................20
CONDICIONES DE ASOLEAMIENTO MÍNIMO......................................................................20
ZONAS EN LAS QUE NECESITAN PROTECCIONES SOLARES .......................................20
MICROCLIMAS...................................................................................................................................20

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