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Flexibilidad en el diseño: La maleabilidad del acero permite a los diseñadores crear estructuras con
formas y geometrías diversas, desde curvas elegantes hasta estructuras esbeltas y de alta
eficiencia espacial. Esta flexibilidad en el diseño permite adaptarse a las necesidades estéticas y
funcionales de cada proyecto arquitectónico, ofreciendo una amplia gama de posibilidades
creativas
Peso ligero y carga reducida en cimientos: A pesar de su alta resistencia, el acero es un material
liviano en comparación con el concreto, lo que reduce la carga sobre los cimientos y estructuras de
soporte. Esta característica es especialmente ventajosa en proyectos de construcción en los que se
busca minimizar el peso total de la estructura, como en edificaciones en suelos blandos o en áreas
sujetas a restricciones de carga.
Reciclabilidad y sostenibilidad: El acero es altamente reciclable y puede ser reutilizado una y otra
vez sin perder sus propiedades mecánicas. La capacidad de reciclaje del acero reduce la
dependencia de los recursos naturales y disminuye la cantidad de desechos enviados a los
vertederos, lo que contribuye a la sostenibilidad ambiental y al manejo responsable de los
recursos.
Costo inicial elevado: Aunque el acero ofrece numerosas ventajas en términos de resistencia,
durabilidad y eficiencia constructiva, su costo inicial suele ser más elevado que el de otros
materiales de construcción, como el concreto. Este mayor costo puede ser un factor limitante en
proyectos con presupuestos ajustados o en regiones donde los recursos financieros son limitados.