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¿CUÁLES SON LAS MEJORES

TIENDAS ESPECIALIZADAS DE ESPAÑA?


A co ntinuación tenéis la lista. ¿Y por qué es tas, y no otras, son las mejo res?
Fáci l: en ellas encontraréis siempre a la venta Gigamesh y Stalker. En las destacadas,
además encontraréis también números atrasados de ambas publicaciones. ¡No dejes de visitarlas!

ALBACETE MADRID MURCIA Krypton Comics


Matías Perelló, 25
Librería Legend Akira Comics Historietas 4 5005 Valencia
Francisco Pizarro, 12 Finisterre, 15 Vinadel, 3 96-3956585
02004 Albacete 28029 Madrid 30004 Murcia
967-220529 91-7396271 968-222685 Robby
Mantas, 6-8
ALICANTE Arte 9 PONTEVEDRA 4600 1 Valencia
Doctor Esquerdo, 6 96-39 14695
Ateneo Comics y Rol 28028 Madrid Librería Paz
Portugal, 33 9 1-401807 1 Peregrina, 29 VALLADOLID
03003 Alicante 3600 1 Pontevedra
96-5923040 Generación X 986-860471 Castilla Comics
Galileo, 14 Arribas, 7
BARCELONA 28015 Madrid SAN SEBASTIAN 47002 Valladolid
91-4470746 983-300645
Antifaz Comics Armageddon
Major de Gracia, 205 Librería El Aventureto Pza. Marcelino Soroa, 2 VIGO
080 12 Barcelona Toledo, 15- 17 200 11 San Sebastián
93-23781 19 28005 Madrid 943-4 62782 Kiosko Sousa
9 1-3669957 Avda. Castelao, 31
Librer¡a Gigamesh SEVILLA 36209 V igo
Rda. San Pedro, 53 Libreria Miraguano 986-206850
080 1O Barcelona Hermosilla, 104 Nostromo
93-2466359 28009 Madrid Carlos Cañas. 24 acc. ZARAGOZA
91-40 16990 4 1001 Sevilla
Librer¡a U ni versal 954-21 1818 Libreria Saga
Rda. Sant Anton i, 9 Madrid Comics Sta. T eresa de Jesús, 28
080 11 Barcelona Si lva, 17 VALENCIA 50006 Zaragoza
93-4433268 28004 Madrid 976-353 104
91-5591602 Imágenes comics
BILBAO Ruzafa, 14 Taj Mabal
MÁLAGA 4 5004 Valencia Juan Pablo Bonet, 16
joker 96-3520573 50006 Zaragoza
Bertendona, 2 En Portada Comics 976-379597
Travesía hurriaga, 4 Pza. Marqués del Vado Librer¡a Futurama
94-4!28058 del Maestre, 1 Guillem de Casrro, 53
(Mitjana) 46007 Valencia
29008 Málaga 96-3941982
95-2603250
Sumario
G 1 G A M E S H o' l7
Noticias
CIENCIA FICCIÚN, TERROR Y FANTAS[A

Escaneo: Edita Alejo Cuervo Premios Gigamesh


jbabylonS
r('Yistacifi@gm~il.com
Alejo Cuervo 1998: Resultados
Di rector
Julián Díez
Ramón Muíioz "Dias de tonnenta"
Colaboran en este número
León Arsenal, Elia Barceló, Hermanos Gallego, César Mallorquí Tesoros ocultos
CésarMallorquí, Ramón Mufioz, Javier Negrete,
Félix Palma, Cds Piño! , Héctor Ramos, Sonia Roji,
Félix}. Palma "Venco a la molinera"
Juan Manuel Santiago, Albert Solé, Susana Vallejo

Portada julidn Dírz Las colecciones de cf (IV):


Tmo Bruguera
Lar('Vistanosc:haceresponsabkdelasopiniones
de sus colabor.~dortS y no st compromete a mamrner Hit·parade de la critica
corresponcknciasolmlosoriginalesrn:ibidos.

Todos los en vi os deben hacerse a: León Arsenal, Elia Barceló, Criticas


Revista Gigamesh. Librería Gigamesh. Javier Negrete, Héctor fiJimos,
Ronda de San Pedro, 53. 08010 Rarcelona.
e-mail: juliandi@mail.sendanet.es M. Santiago, Susana Vallejo
F01omecánica: Pacmer, S.A.
Cl Aleo lea 106. 08014 Barcelooa. Correo
Imprime: Aleu S.A.
d Liull 48. 08005 Barcelooa.
Disrribuye: Distribuciones Dirac S. L. Los más vendidos
el Perú 160.08025 Barcelona.
D. L.: B-24.611-91
ISSN: 1130-9326 Novedades

Editorial
Puede que GIGAMESH renga un exceso de ese tipo de perso-

U
no de los aspectos más curiosos de las conversaciones
que mantuve un poco con todo el mundo durante la nas y en cierra forma me preocupa. Me molesta pensar que esta
Hispacón es que escuché varias veces la idea de que en tendencia pudiera llevar a que quienes tienen otras opiniones se
GIGAMESH •sólo escribe la gente con un determinado tipo de sintieran marginados. Y en especial me preocupa porque creo
opiniones». Algo especialmente llamativo por cuanto procedía que GIGAMESH como revista debe ser plural, servir como agluti-
de gente que sostuvo largo tiempo que •ese tipo de opiniones» nante y debe recoger también aquellas muestras de calidad sig-
a) ya no existían; b) en caso de que existieran, estaban pasadas nificativas que se produzcan desde enfoq ues con los que yo per-
de moda; e) y, en cualquier caso, suponían una forma de pen- sonalmente no rengo por qué estar de acuerdo.
sar que no tenía nada que ver con la cf. Un enfoque, por orra Por su presentación, por su situación legal y por arras
parte, bastante generalizado en esta década. muchas cosas, esta revista es la única publicación profesional de
Me parece innegable que se ha producido un cambio gene- la cf y la fantasía española, la más difundida y la que tiene más
racional, o al menos ha surgido un nuevo grupo que tiene un posibilidades de ganar nuevos adeptos y lograr nuevas conquis-
enfoque más cercano al de los años sesenta que al imperante en tas para el género. Que sirva como escaparate para todos no
los últimos años. Y tal vez no sea un fenómeno local: en la sólo depende de nosotros, sino también de quienes pueden, si
Worldcon pude detectar un movimiento parecido. Gente que lo desean, defender, aquí mismo,sus ideas, siempre que lo
se sentaba a hablar de literatura, de estilo, de las formas mejo- hagan con una calidad mínima. No estamos aquí para negarles
res de plasmar la maravilla y la confusión del futuro no a través la existencia ni cerrarles la puerta.
de la descripción científica, sino con la magia de las palabras
bien empleadas. Julián Díez
Noticias

Balance de la Hispacón 98: Premios


mucho ruido y pocas nueces anunciados en
La Hispacón 98, el Congreso Español de Ciencia Ficción y Fantasía, celebrada Buriassot'98
por tercera vez en Burjassor del 9 al 12 de octubre, no fue sin duda la peor de
lgnotus de la AEFCF
estas citas celebradas hasta ahora, pero seguramente sí la más decepcionante. Las
o Novela española: La mirada de las
expectativas eran airas, ya que la ciudad había organizado dos citas previamente y
se le suponía experiencia, y además contaba con un presupuestO de diez millones furias, de Javier Negrete (Nova) .
o Novela extranjera: Marte verde, de
(posiblemente, más que el de rodas las Hispacones previas juntas). Por ello, el
balance sólo cabe ser calificado como pobre. Kim Sranley Robinson (M inorauro).
Un hecho defin e por sí solo lo que fue esre XVI congreso: de los acros progra- o Novela corra: "Du de come r al

mados para el día 12, no se celebró ni uno solo. No se quemó la anunciada falla, sedi ento", de Edu ardo Gallego y
no hubo excursión a La Albufera, las exposiciones se cerraron y el anunciado Gran Gui llem Sánchez {en Premios UPC
AlnJUerw de despedida se convirtió en un picoteo de pararas fritas. Ya sería hora 1996, ova).
de que la Asociación vigilara que no se produzcan este tipo de desmanes, que o Cuento español: "Mi esposa, mi

dejan la sensación final de que la concesión del congreso sirvió básicamente para hija", de Domingo Santos (en Visiones
que un grupo de amigos montaran una fiesta a costa de un Ayuntamiento y deja- 1996).
ran todo paras arriba cuando se cansaron de ella. La organización no dio la sensa- o Cuento extranjero: "Timbucrú", de
ción de estar atenta en ningú n momento a las necesidades de los asistentes (se Carlos Gardini {en BEM 58).
cerraba el edificio a mediodía dejando a la gente tres horas en la calle en un pue- o Libro de ensayo: La gran saga de los

blo semidesierto, todo el personal se fue a ver una película ai iMAX y dejó la tarde Aznar, de Carlos Saiz Cidoncha y
del sábado entera sin dejaalrernarivas a los asistentes, el hotel era más barato con- Pedro García Bilbao (Quaderns
tratándolo en persona que a través de la Hispacón ... ) sino a su propia diversión. UPCF).
En compensación, hubo ocasionales momentos brillantes, como la charla tele- o Artículo: "La primera etapa de las
fón ica en directo con Anhur C. Clarke, la citada invitación al cine en 3-D o el Hispacones", de Agustín Jaureguízar
buen ambiente en las tres comidas colectivas dispuestas por la organización {por {en BEM59).
lo demás, culinariamente tan infames como es habitual en estas citas). Hubo muy o Ilu st ración : porrada de Ciruelo
pocas mesas redondas y el empeño de mezclar a gente de fuera sin conocimiento Cabra! para BEM 58.
alguno del género con los expertos en el rema dio resultados más bien agridulces. o Obra poética: desierto.
Entre los escritores asistentes, cabe destacar a Joe Haldeman, Elia Barceló, Juan o Publicación: BEM.
Miguel Aguilera, León Arsenal, Rodolfo Martínez, Rafael Marín y Javier Negrete.
Lo peor, una vez más, fue la falta de asistencia de público. Los 200 inscritos
Concurso de relatos Domingo Santos
son una buena cifra, pero como ejemplo
,-----,.,=~-----. J'! o Ganador: "Palabras de silencio", de
valga decir que en tre ellos había una x Alejandro Vida! Bermúdez.
docena escasa de susc riptores de e
·~ o Segundo: "Ragnarok en las playas de
Gigamesh ... 8 lraca", de Rafael Marín .
Julián Díez
• Terce ro: "Lo s cam in anres", de
Ignacio Uribe Jongbloed.
o Accésit: "Soldiers Dream", de James
Srevens Arce.

Menciones BEM
o Fueron galardonados por su labor en
pro del género el Canal #ciencia fic-
ción, el Co mité Organizador de la
Una mesa con Haldeman (cuano por la izda.). Dos participantes en el concurso de ninots. Hispacón Mararó 97 Y la AEFCF.
3

Breves de la 111 Trobada de CF y Fantasia en Mataró


Hispacón
El Parronar Municipal de Cultura de Matará y la Societat Catalana de
•Santiago de Compostela acogerá la Ciencia-Ficció i Fantasia (SCCFF) anunciaron los actOs de la «111 Trobada de cf i
décimo séptima Hispacón, al ser apro- Fantasia», a celebrarse en Mataró los días 11 y 12 de diciembre de 1998.
Viernes, 11 de diciembre
bada la propuesta de la Asociación
19:30. Biblioteca Pompeu Fabra (Plaza d'Occidtn ia): Bienvenida de la regi-
Galega. Aún no hay fechas, aunque los dora de Cultura, señora Carme Benito. Inauguración de las exposiciones "El cro-
organizadores barajan un cambio de la nomobil de Pere Verdaguer, el cómic original" y "Cent anys de llibres de ciencia-
época habitual (octubre) para adelan- ficció i fantasia en catala, 1877- 1977". Conferencia de A. Munné-Jorda sobre
tar la convocatoria a fines de verano. "Liibres de ciencia-ficció en carala''.
Zaragoza acogerá la cita del2.000. Sabado, 12 de diciembre
• Juan José Aroz es el encargado de la 10:00. Biblioteca Pompeu Fabra: Mesa redonda sobre el prem io Juli Verne de
antología Visiones de la AEFCF este novela en catalán, con algunos ganadores. Moderador: Ricard de la Casa.
próximo año. El ediror de Cuadernos 12:00. Biblioteca Pompeu Fabra: Mesa redonda "Pedrolo, autOr de fantasia
Espiral quiere recuperar el espíritu de i ciencia-ficció", con Joaqu im Ca rbó, josep Albanel l y Monrserrat Canela.
las primeras ediciones de estas antolo- Moderador: Jordi Solé i Camardons
gías y recoger so bre roda obras de 17:00. Can Palauet (Playa de I'Ajuntament): Conferencia de Pere Verdaguer
noveles. Los cuentos pueden enviarse sobre "El futur de la ciencia-ficció". Presentador, Anroni Segarra.
a: Juan José Aroz, Apdo. 6064, 48012 19:00. Can Palauer: Proclamación del 11 premi de ciencia-ficció i fantasia
Bilbao, o al email aroz@izar.ner. Manuel de Pedrolo, en sus categorías para adulros y estudiantes. Discurso de
• Héctor Ramos fue elegido nuevo Miquel Barceló, presidente del jurado.
presidente de la Asociación Española 22:00. Teatre Monumental (La Riera 167). Proyección de Gattaca, en v.o.s.
de Fantasía y Ciencia Ficción, al frente Todos los actos tienen enrrada libre a excepción de la proyección.
de una nueva Junta con aficionados Premios, premios, premios •••
como Antonio García Soro, Eduardo World Fantasy Award
Vaque-rizo, Luis Prado o Ramón Novela: The fisonomist, Jeffrey Ford.
Muñoz. Novela corra: "Srreetcar Dreams", Richard Bowes (F&SF 4/97).
Convocatorias Relaro: "Dust Motes", P.D. Cacek (Gothic Ghosts).
Anrología: Bending the úzndscape: Fantasy, Nicola Griffirh y Srephen Pagel.
• VIII Concurso de relatos PABLO Colección cuentos: The Throne ofBones, Brian McNaughron.
Rmo. 101.000 pesetas al ganador. 15- Premi Juli Verne
20 folios. Firmados con seudónimo y Miquel Barceló y Pedro Jorge Romero ganaron con Testimoni de Nanan este
plica aparre, rres copias y diskette concurso de novelas en catalán, dotado con 650.000 pesetas.
Premio Alberto Magno
antes del 31 de agosto de 1998 a:
El primer premio, dotado con 400.000 pesetas, se declaró desierto. El segun-
Premio Pablo Rido. Apdo. 116.031.
do, de 100.000, fue para José Anton io Corrina por "Lilirh, el juicio de la
28080 Madrid.
Gorgona y la Sonrisa de Salgari". El premio especial para miembros de la UPV, de
• lll Concurso de ensayo GJGAMESH.
igual dotación, fue para Santiago García Albás por "El robot brindó con ellos".
50.000 pesetas. Hasta 25 folios. Premio Philip K. Dick
Firmados con seudónimo y plica apar- La Asociación Galega hizo público el resultado de su 11 concurso, bautizado
re, dos copias antes del 1 de abril de este año como Premio Philip K. Dick. El ganador, agraciado con 40.000 pesetas
1999 a: Librería Gigamesh,.Ronda de en libros de cf, fue el mexicano Gerardo Sifuentes, por "Perro de Luz". Los accé-
San Pedro 53. 0801 OBarcelona. sits, dotados con 20.000 prs. en libros, fueron para Javier Lachica y Celedonio
Fernández Rodríguez.
P r emios
GIGAMESH 1 998: RESULTADOS

CIENCIA FICCIÓN mucho menos, la cantidad más aira


Novela: que hemos registrado, pero sí algo
Amitav Gosh, El cromosoma Calcuta (Anagrama) más aira que la de los úlrimos años.
Kim Stanley Robinson, Marte verde (Minotauro) Imaginamos que esro se debe sobre
Antología: Desierto todo a la portentosa recuperación de
Relato: algo que puede empezar a llamarse
Greg Egan, "Polvo" (GIGAMESH JI) periodicidad por nuestra parre. Que
no decaiga.
FANTASIA Pasa ndo ahora a comentar las
Novela: Desierto
vo taciones recibidas en la presente
Antología: Desierto
edición, indicar que el promedio a
Relato:
Ted Chiang, "La torre de Babilonia" (GIGAMESH 8) partir del cuál se han concedido los
premios ha sido, en esra ocasión, de
TERROR 3,40. Por encima de esre valor, no
Novela: Desierto hubiera habido ganador alguno en la
Antología: Desierto caregoría de novela; por debajo sólo
Relato: Desierto habría servido para engordar la canti-
dad de ganadores en categorías en las
Menciones especiales: que ya había premio. Con rodo, me
Desierto da un poco la impresión de que este
año se acentúa el efecto de •vacas fla-
Meior colección: cas» que se viene experimentando de
Nova CF un riempo a esra parte. Llevamos ya
varios años con casi rodas las categorí-
Meior fanzine: as de fantasía y terror desiertas, y esra
AdAstra vez la cosa pintaba aún peor. 3.40 ha
Artifex sido, creo recordar, el corre más bajo
BEM que hemos tenido que usar nunca.
Vamos a por los resultados. La
omo cada año desde 1984, ya Cuervo, Julián Díez, Juan Ca rlos primera cifra indicada junto a cada

C tenemos aquí una nueva reme-


sa de los Premios Gigamesh de
Narrativa Fantástica, para so laz y
Pl anell s, Hécror Ramos, Eugenio
Sánchez y Albert Solé, vora en primer
lugar (de Oa 5, como en el hit-para-
rírulo indica el promedio con el que
las obra s res ult aron nomin ada s,
aco mpañad o enrre paréntesis del
regocijo de todos aquellos que colec- de) lo que consideran el material más número de votos recibidos. La segun-
cio nan lisras y similares. Por cierro, des tacado publi cado en España da cifra es el resultado final, sumando
que llevamos un riempo queriendo durante el año anterior. Las obras los votos del jurado y los de todas las
hacer un fo llerito ilustrado con la lisra que obtuvieron una calificación pro- papeleras recibidas.
completa de ganadores en todas sus medio superior a 3,00 pasan a se r Entre las votaciones de obras de
ediciones y puede que en una de esras incluidas en la papelera de voración cf, no hay mucho que comentar, salvo
le demos un a sorp resa a nu es rros de los premios que se remitió en su felicitar a Javier Negrete por la posi-
sufridos suscriptores ... momento con esra revista. Esre año ción ran destacada en la que ha que-
Como resulta inevitable, va prime- hemos recibido un rora! de 47 pape- dado su novela, y consrarar la caída
ro un repaso rápido a la mecánica de leras (todas ellas válidas), que suma- de "Territorio inexplorado", que par-
los premios. Un jurado, compuesto das a las 7 iniciales del jurado han ría como favorita del jurado y que no
esre año por Paco Ca nales, Alejo dado en rora] 54 voros. No es, ni ha recibido una acogida comparable
5

por parre del público. Quizá también llamar la atención CIENCIA FICCIO
sobre el elevado número de votos recogidos por El cromo- Novekz:
Amirav Gosh, FE/ coromowma Cttkut4 (Anagr2ma) 3,67 (3) 3,48 (21)
soma Calcula, que indica claramente que los lectores no le Kim Sranley Robinson, Maru vrrd~ (Minot.auro) 3,33 (3) 3,47(34)
hacen feos a las novelas de género que aparezcan fuera de Javier Ntgrm, úz mirada dr ku furias {N ov:~) 3.21(4) 3.34(35)
colección. Connie Willis. ~Terrirorio inexplorado• {NoVll.) 4,20 (5) 3.29(24)
George Gaylord Simpson, Entrt dinosaurios (Mondadori) 4.00(1 ) 3.21 (14)
Resultados discretos para las nominaciones de fantasía ),17(6) 3. 17(29)
Poul Anderson, Tau ctro (Nova)
y terror que, de entrada, no refl ejaban mucho entusiasmo, Connie Willis "Remake• (Nova) 3.20 (5) 3. 15(27)
exceptuando, claro está, el suscitado por el cuento de Ted Rekzto:
Chiang, que ha sido un ganador contundente. Tampoco Creg Egan, "Poh·o" (GIGAMESH ll) 4,00 (6) 3,57 (47)
Roben J. Sawyer~ H élice:~ (Prrmios UPC 1996¡ 3.00 (4) 3.38(21)
mereció el menor entusiasmo la propuesta de mención
honorífica a la Enciclopedia de los monstruos, de Massimo FANTASIA
lzzi, con lo que quedó desestimada. Hubo un par votos Novekz:
para La gran saga de los Aznar, el ensayo de Cidoncha y Pilar Pcdm..a, Paiwjr con rrpriln (Valdemar) 3.00(2) 3.00(8)
García Bilbao. Orson Scon ú rd, Alvin, rl oficial (NO\'a Scon Card) 3.33(3) 2.94 (16)
En el aparrado de mejor colección especial izada, la vic-
toria de Nova Ciencia Ficción ha sido igualmente contun- Rekzto:
Ttd Chiang, "La 1om de Babilonia" (GIGAMESH 8) 3,67(4) 3,84 (43)
dente: un rotal de 24 votos, frente a 11 para la segunda
mejor clasificada, Minorauro. Si bien no ha habido nin- TERROR
gún título de la colección que haya ganado premio en las Rekzto:
categorías correspondientes, su popularidad resu lta evi- Douglas E. Winter, ala úhima cinca" (Plaza &Jan6) 3,33(3) 2,8) (6)
dente al comprobar que más de la mirad de los nominados
de ciencia ficción han sido publicados en esta colección. rellenó la papelera con sus daros, votó sólo en el aparrado
Como mejor fanzine hemos tenido, una vez más, mul- de mejor colección y participó en el sorteo. Bien por él.
tiplicidad de ganadores: Ad Astra (9 votos), Artifex (12 Y para acabar, una confesión. He tenido discusiones sin
votos) y BEM (12+2 votos), han destacado claramente por fin con Jul ián en to rno a la novela Oveja mansa, de
encima de cualquier otro. De hecho, aparre de estos fanzi- Connie Willis. Esta obra no apareció en la lista de nomi-
nes, sólo Bucanero recibió un único voto aislado. nados porque un servidor consideró que no era una obra
Hemos recibido un total de 17 papeleras que proponí- fantástica. Podéis imaginar el tipo de argumentos arriba y
an a GIGAMESH como mejor revista. Aparre de eso han abajo que el rema ha suscitado entre nosotros. Al final , he
habido 3 para la desaparecida SFX, otros tantos para seguido convencido de mi posición (la novela no es ciencia
desierro y un par para BEM (que se han añadido a los de ficción), pero también me he rapado con una contradic-
mejor fanzine en el recuento). Hemos repetido a menudo ción de criterios que anula por completo mi postura: años
que GIGAMESH no era un candidato válido en esta catego- atrás se nominó -y lo que es más: ganó premio- otra
ría, pero la verdad es que nos ha hecho bastante ilusión novela que, claramente, tampoco era de género: La trans-
recibir tantos votos en este sentido. Si a eso sumamos la migración de TiOmothy Archer, de Philip K. Dick. Creo
excelente acogida de los dos relatos nominados que se recordar que en su día, cuando surgió el problema, opta-
habían publicado en estas páginas, creo que debe haber mos por apli car la definición de No rm an Spin rad
algo que empezamos a hacer más o menos bien. Gracias a («Ciencia ficción es lo que se publica como ciencia fic-
todos por vuestra paciencia. ción.»). Justo lo contrario de lo decidido en este caso.
Los ganadores de los dos lores de libros de 25.000 ptas. Si bien no me molesta demasiado ser una persona con-
que se sorrean entre los remitentes de las papeleras recibi- tradictoria, sí que podemos aprovechar esta circunstancia
das han sido Enrie Sumalla (de Barcelona) y Alejandro para abrir un debate: ¿qué opináis de este tema? Se admi-
Salamanca (de Madrid). Por cierro, que quiero aprovechar ren sugerencias, canas demoledoras, misivas indignadas y
para dejar constancia de que entre rodas las personas que soluciones de última hora con las que todos nos podamos
han tenido una papeleta entre sus manos y no han votado dar por satisfechos. Ysi no, ya veremos la próxima vez.
existe al menos un tipo inteligente: visto que «no es nece-
sario haber leído un mínimo de obras para poder votan>, Alejo Cuervo
Relato

DIAS DE TORMENTA
RamónMuñoz

bro los ojos después de romar despreocupas o acabas convertido en


un nuevo sorbo de vodka con carne de frenopárico. Tal vez, en mi
prire. Su sabor es repugnante. caso, ya haya ocurrido lo segundo. Eso
El vodka es de pésim a calidad , las explicaría qué hago rumbado en este
heces de una botella de cristal turbio y sirio, de cara al cielo estrellado, bebien-
grasienta etiqueta en caracteres ciríli- do una poción infernal y escuchando a
cos. Lo mejor que puedes encon trar Bowie en un radio CD a pilas que una
aquí. docena de pillastres y aduaneros codi-
Arde en mi garganta un momento ciosos han intentado robarme desde
antes de arder en mi estómago. Arriba qu e esroy en el país. Co n un
no hay señales del espectáculo clandes- Kalashnikov apoyado contra la rumbo-
tino que he venido a contemplar y ren- na y en su culata gastada huellas de
dido en una rumbona andrajosa, que dedos ensangrentados que nadie, ni el
parece robada de un hotel costero en que me lo prestó, ha querido o sabido
tiempos de la colonia francesa, atesoro explicar.
esa ascua prendida en mis tripas tra- Comienza a sonar "Looking for
tando de olvidar en ella el miedo y el Sarellires". En la quietud circundante
aburrimiento. suena como el primer trueno de lator-
Estoy encima de una colina pelada menta. Y enseguida veo el pri mer
donde alguien ha debido quemar basu- fogonazo, a la izquierda de Venus. El
Para cualquier publicación ras recientemente. Hay una gran man- segundo brill a ce rca. Y de repente
supone siempre un orgullo cha negra en el suelo. Queda también puedo distinguirlos, patéticas chinches
el olor. A sólo medio kilómetro, aun- lum inosas que se mu eve n a mayor
especial el presentar el primer que se diría mucho más lejos, el pue- velocidad que las estrellas. Otra explo-
relato de un autorpor el que se blo está a oscuras. Ysilencioso. ¿Vacío? sión muda. Hay un punto menos.
siente una gran confianza. No. Asustado. Asustado del copón. Pienso en un comecocos cósmico y un
Felipe velará en una de esas cabañas Pac-M an in visibl e e impl aca ble.
Ramón Muñoz, madrileño, endebles buscando, matamoscas en Aterradas, las víctimas escupen débiles
demuestra en esta cruda historia mano, al mosquito que ha estado ator- llamaradas tratando de camb iar de
mentándole roda la noche. Jaime y órbita antes de que sea tarde pero nin-
una madurez insólita para Emma dormirán tranquilamente, a guna lo consigue a tiempo. Perecen
quien acaba de comenzar a salvo. Sobre sus cabezas, los mosquitos friéndose en pequeñas novas, añadien-
hacer circular sus cuentos. se desvanecen en humo azul al entrar do apéndices discordanres a las conste-
en las trampas colgadas del techo. Una laciones.
Seguramente os quedaréis preca ución elementa l que ol vid ó La operación ha co ncl ui do, tan
con tantas ganas como nosotros Felipe, el hombre que piensa en rodo. rápida que aún me quedo unos minu-
Ninguno ha querido venir conmi- tos es perando po r si úni ca mente
de leer más historias go . Demas iado riesgo. Aqu í soy el hubiera sido el prólogo de los auténti-
suyas en el foturo. blanco perfecto. Pero una de dos, re cos fuegos artifi ciales. No es así. La
quincena de achacosos B-1, cuya llega- no aparezca ninguna de las bestias que roma una frura magullada de la bande-
da a U-Tapao captó ayer Felipe en esa con ranra pasión realizan sacrificios a ja. Da un mordisco de prueba, luego
emisora que uriliza para interceptar las los olv idados dioses de la jungla. inrenra disimuladamenre deshacerse
co municaciones mi li tares en ¿Estarán ahí? Traro de escrurar la male- del resro. Me co nformaré co n los
Thailandia, estarán volviendo a su base za buscando el reflejo del mera! o la copos.
desde la fría esrrarosfera, libres de su blancura de unos ojos vigilantes. No Felipe entra con cara de cansancio.
carga de misiles antisarélire. Me pre- veo a nadie, pero igualmente me sienro Mi ra fastid iado el cuenco lleno de
gun ro quiénes habrán sido los benefi- acechado. Una cebra levanta la cabeza, avena polvorienta. Musira unos buenos
ciarios de sus esfuerzos. Los na rcos el olor de los leones esrá en el aire rraí- días. Cuando fu i a despertarle luchaba
sudamericanos han llenado el cielo de do por un cambio del viento. La sensa- a manotazos co ntra el desco nocido
sarélires de observación para controlar ción de pel igro crece en mi interior a protagonista de sus pesadillas. Parece
las plantaciones y facilitar el tráfico de ral velocidad que esroy a punro de que ha perdido. Lleva la misma camisa
entrada en los EEUU, pero los chinos echar a correr o de enfrentarme a los que estrenó en los lavabos del aero-
también han esrado muy activos últi- merodeadores que imagino oculros rras puerto de Pnom Phen y un pantalón
mamente poniendo espías en órbira. un muro de vegetación. No hago nin- color gris elefanre decorado con trazos
No hay cojones de meterse con los chi- guna de las dos cosas. Llego al bunga- de barro seco. Aquí acabas perdiéndole
nos. Habrán sido los maniros, enton- low empapado de sudor, ago rado , el gusro a cambiarte de ropa a menudo.
ces, quienes acaban de perder un buen podrían confundirme con un hombre Incluso Emma, a la que por algún ata-
montón de millones. Mala suene para que ha es tado entren ando para un vismo machista considero más censura-
ellos. mararón. En su lugar he estado una ble que a los demás, descuida visible-
Me levanro, agarro el fusil. Los hora al descubierto, al alcance de cual- mente su higi ene perso nal. ¿Qué
campos de arroz están tranquilos. Y la quier bala fugitiva. Tampoco esrá mal. importancia riene? En esre lugar rodo
selva. Desconecro el apararo de música En la puerta arriesgo una mirada hacia apesta. Sin embargo la observo crítica-
y el rumor de la vida que espera en su atrás. El camino refulge a la luz de la mente, pensando que ella debería dar
interior me golpea co mo un soplo Luna, un rasrro fangoso de piara sucia, ejemplo, aparecer radiante al amanecer
inesperado de viento. Aguardando el tranquilo. Uno de los vigilanres pasa envuelta en gasa y perfume francés.
día en que pueda recuperar el dom inio sigilosa menre a mi lado e incl ina la Jaime pregunra, no porque le inte-
sobre la tierra temporalmente domada frenre a modo de sal udo. Respondo rese sino porque es su rumo. La prime-
por el hombre. No falra mucho, por lo temblón, evitando demostrar que me ra parada del día de Felipe, anres inclu-
visro. Cada mañana los campesinos ha dado un susro de muerre. Abro la so de salir a mear, es encender su muy
encuenrran a un pobre desgraciado puerra y entro. Esroy a cubierto, por ilegal apararo de radio y oír los panes
muerro más o menos cerca del pobla- fin. La cama caliente no es lo bastante marurinos del ejérciro rhai y los cascos
do, a veces al lado. Los niños ni les grande para contener mi alivio. azules. Lo menos que le debemos es
presta n atención. juega n en rorno a fingir que nos inreresa lo que escucha.
ellos mientras esperan sepulmra en la Hora de desayunar. El comedor es Conrenro de ser el cenrro de atención
fosa común, saltando por encima cual una casera de chapa y lona centrada en del grupo, aún por un corro raro, afir-
si fueran obstáculos puesros ahí para una gran mesa comunal rodeada de ma que no se espera ningún desastre
hacer más interesante el juego. negras sillas de tijera que dan a las esra semana. Por lo ranro podemos
Camino hacia la relativa seguridad comidas el aspecro de una reunión seguir serrando piernas sin preocupa-
de las casas con el seguro quitado y el informal de direcrores de cine. El suelo ciones. Cuando concluye, las enferme-
dedo en el garillo. El peso del arma es la misma tierra oscura y grumosa de ras locales inquieren amablemenre por
resulta tranquilizador, traduzco men- fuera. Agiro una caja de cereales. Los cuestiones de po lítica nacional y él
ralmenre ese peso a balas y destruc- copos de avena suenan con fuerza, tie- conresra en su trabajoso inglés, ensa-
ción, convirtiéndome a mí de paso en nen mucho sirio para agitarse y entre- yando miradas de seducror que debe
un herald o de la muerre , igual de chocar. Tomaré seca la magra ración haber aprendido de un maestro bizco,
temible que cualquier orro. ¿Engaño a que hecho en el plaro, no hay leche co nve ncido de que las cin co esrá n
alguien? Quizás ... Mejor es esperar que desde ayer. Jaime arriesga un poco y locas por meterse en su carre.
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-¿Y rú ~ -exclama Emma apun- fam a de irresponsab le que rengo. Es temprano, pero ya hace calor.
tándome con el fndice-. ¿Cómo se re Detrás de la sonrisa mis tripas son un Vamos en grupo a la rienda hospital,
ocu rre pasar media noche fu era del bloque de hielo. El vaso que rengo en la pasando junto al antiguo ca mpo de
perímetro~ Yencima poniendo música, mano tiembla como si quisiera conver- juegos, dominado por los crucificados
por si pasabas desapercibido. ¿Qué re tir el zumo de naranja en un cóctel exá- espa ntapájaros, impecables. Ni una
ocurre~ ¿Ttenes ganas de que tu familia rico. Tengo que soltarlo o delararme. brizna de paja del relleno escapa por
cobre el seguro anres de tiempo' Ejecucio nes de esta ralea se han un desgarrón de la tela de saco, no hay
- Igual les gustaba la idea -con- convenido en un asumo habitual, rmi- un vulgar orificio en los círculos de
resto-. Pero no es eso, sólo quería ver nario. Nuestros enigmáticos vecinos carmín dibujados en el pecho y la cara.
la función. Sería basranre desconside- han comenzado una purga con rodas Dentro huele a des infectante.
rado para con los yanquis que nadie se las de la ley. Quiénes son es una cues- Quedan rescoldos del mareante olor a
quedara a verl a después de tomarse tión que no me quita el sueño, pero sangre de los primeros días. Apagados
tanto trabajo preparándola, ¿no creéis' tampoco me deja nunca desca nsar y fríos, agonizan en los rincones, en los
-Oí un par de comenrarios en la completamente a gusto. Emma habla barreños de gasas enrojecidas que espe-
radio -interviene Felipe-. Han de ellos con la sonrisa de anticipación ran a ser lavadas. Hay dos salas. La
hecho una buena escabechina con los de un niño que hace cábalas acerca del mayor contiene veinte camas, la mirad
pájaros de los cárreles sudacas, y deja- circo que está a punto de llegar a la ciu- de ellas desocupadas. La otra es un
do sin televisión por satélite a media dad. Parecen sentir un placer morboso espacioso quirófano co nectado por
Europa, además . Por supuesto han al hablar de ejércitos de la jungla, igno- una puertecilla a un cobertizo anexo
echado la culpa de todo a los rhais. En rados, sin origen ni destino conocidos, en el que guardamos el equipo especia-
fin. ¿Estuvo bie n ~ de tribus cavernícolas en pie de guerra, lizado . Mal vendido, bastaría para
- Bah. Cualquier pueblucho per- de guerrilleros y rraficanres de esclavos, comprar un nuevo gobierno. Afortu-
dido en el monre tira mejores tracas en como si la selva no fuera de por sí sufi- nadamente no hay demanda de ese
las fiestas. cientemente peligrosa y fascinante y tipo de material en varios miles de
El comenrario permite retomar el hubiera que rellenarla con horrores y kilómetros a la redonda.
rema favo rito del grupo. El Sudeste maravillas ocultas a los ojos de la civili- La enfermera de guardia se ha que-
asiático es un tablero de ajedrez donde zación: ciudades perdidas, tesoros ente- dado adormilada junto a la cortina que
americanos, chinos, vietnamitas ercére· rrados, hordas de salvajes pintarrajea- divide el inrerior de la rienda. Al oír-
ra planrean secretas estrategias sin que dos que esperan al final del río nos enrrar espabila de repenre e intenta
la gente corriente sepa de la misa la Al principio planeaban con idénti- disimular su descuido. Sonrío tranqui-
med ia. Suena bien. Lo malo es que co entusiasmo excursiones a Angkor lizador. Apenas habla inglés, fuera del
sospecho que los conrendienres ram- Var o al Gran Lago. Ahora que los proverbial e inútil «yes>>, y enseguida
poco tienen mucha idea de lo que está templos están cercados por la milicia y que termina de dedicarnos las inclina-
pasando. las orillas del Tonlé Sap abarrotadas de ciones rituales, comienza a parlotear
Hun Nao, el jefe del poblado, enrra refugiados railandeses, prefieren en con sus compañeras. Felipe cree que de
para comunicarnos, previa traducción cambio proyectar interminables sesio- él.
de las enfermeras, que han encontrado nes de tiro en el patio de la abandona- Una vez vestido con el blanco cere-
junto al sendero un nuevo inquilino da escuela. Sesiones que no llegan a monial, me acerco a una cama. Mis
para la fosa descubierta que hay exca- comenzar por temor a que el sonido de colegas se distribuyen según les corres-
vada a doscienros metros de las lindes las balas arraiga orras. Esros arrojados ponde o según les apetece. Nhiek está
del poblado. No sé por qué nos lo muchachos, que de tanto en tanto despierto. Cuando suda, el rostro
cuen ta . Vuelve sobre sus pasos y yo simulan estar prestos para la acción, líquido entre mulato y amarillo y los
recibo unas cuanras miradas penetran- están sin embargo mejor entrenados en ojos negros enrojecidos por la fiebre le
res de mis compañeros. Sí, claro, yo el desasos iego. Y los reme ndad os dan la aparie ncia de un condenado
podría ser ese infeliz con un tiro en la monigotes que hacen de dianas aguar- que ha co nseguido regresa r del
nuca, pero no lo soy. Sonrío despreo- dan apolillándose, sin estrenar, dis- Infierno a costa de enormes esfuerzos.
cupadamenre, añadiendo un mojón a la puestos a ser agujereados. Murmura ininreligiblemenre enrre los
dientes apre tados. Pongo la mano -Ajá -Intento añadir un cierto pañuelo negro anudado al cuello con
sob re su frente . Menos ard iente que tono de seguridad a mi voz- . Yo diría el que se secaba cada pocos minutos.
ayer, qu izás más que mañana. Busco que sí. Yo estaba bo rracho. De no es tarl o
una gasa en el montón viscoso sumer- jamás habría ido tan directo al grano.
gido en el agua tibia de la tina y la -Voy a estar tres días en la ciudad. Y era mi pr im era noche en Pnom
extiendo bajo su Aequillo. No parece (Quieres algo? Pehn. Me sentía libre y despreocupa-
notar ningún alivio. Compruebo que Quería. Se ll amaba Susa na. do, como si creyera en la publicidad de
ha pasado bastan te tiempo desde la Vei ntirantos años, muy delgada y con los folletos de night-cluhs y prostíbulos
última dosis de calmante e inyecto una un corte de pelo masculino que com- que una legión de adolescentes repartía
nueva en el gotero. Poco a poco va binaba bien co n su forma de vestir. a la salida del aeropuerto.
relajándose. La mandíbula desciende Cam iseta blanca con el emblema de Ella no bebía alcohol. Tomaba coca
unos centímetros. Puedo ver la lengua una organización de ayuda internacio- cola y rechazó todos mis intentos de
ennegrecida co ntorsionándose como nal a la que no pertenecía, vaqueros que co mparti éramos la bote ll a de
un gusano, rastreando las palabras. gastados, zapatillas de deporte y un vodka que yo había comprado en un
-Duele -dice. En castellano.
Estoy seguro de ello, pero no me
atrevo a aumentar la dosis de analgési-
co o a utilizar uno de mayor potencia,
si lo tuviéramos. El programa insistía
mucho al respecto. No seríamos los
primeros que acaban en una cunera a
causa de unas miserables dosis de mor-
fina o diazepan, de modo que só lo
hemos traído fármacos de la fam ilia de
las aspirinas y Noloril. Lo que me con-
vierte en uno de esos causantes de
dolor innecesario que ex pacientes
indignados atacan en la sección de car-
tas al director de las revistas médicas.
Le acaricio el pelo y aseguro que
pronto dolerá meno s. Charl ar, la
enfermera baj ita, repite mi afirmación
en el dialecto de la rona. hiek acepta.
Es un crédulo.
Reti ro la sába na con cuidado.
Extraigo la prótesis preparato ria y
comp ru ebo que los múscu los del
muñón ya se han atrofi ado del todo.
El plástico del cono de contacto está
limpio, la carne lo sufici entemente
endurecida. Sí. Enseguida pod remos
iniciar las pruebas.
Jaime se acerca por detrás. Incluso
en el hospital lleva bajo la bata la car-
tuchera cruzada a lo Pancho Villa.
-(Qué tal? -pregunta-. ,vamos
desempacando'
10

alarde de desenfreno y ahora no era an ser invitadas a los pisos superiores Emma diera al micrófono. Me recuer-
ca paz de rematar. Probablemente por algún cliente. Al fin conseguí la dan a esos autómatas de los siglos
hubiese combinado mal con las pasti- llave y un puesto en el ascensor. Arriba XVIII y XlX: el ajedrecista mecánico,
llas verdes que engullía de tanto en nos des nud amos rápid amente. Yo la bailarina, juguetes destinados a pro-
ramo. El lugar era un bar cercano al tenía unas ganas espantosas de dormir vocar el asombro pasajero de los críos,
hotel que intentaba dar una imagen y me temblaban las piernas, pero con la sonrisa de superioridad de los adul-
occidenralizada desmenrida a cada ins- rodo conseguí apresurarme lo suficien- tos.
tante por los camareros camboyanos y te como para ocultar la fotografía de Yo anoto las medidas de las que
un grupo de hombres de negocios chi- Marra en un cajón de la cómoda. La funcionan correctamente y las compa-
nos que hacían continuos brindis en había puesto ahí por puro afán maso- ro con las tomadas a Nhiek. Dema-
canronés al fondo del local. A cambio quista y no era cuestión de que me siado larga, demasiado corra, demasia-
no había prosriruras ni niños coquetos estropeara la fiesta. Observé mi Aácci- do ancha. El tamaño y la forma del
merodea ndo por las mesas. Era un do miembro con ojos que parecían alvéolo que acogerá el mu ñón so n
sirio para gente concienciada, en el que bañados en vinagre. Le di un par de regulables, pero hay un límite. En-
los chinos debían haber entrado por palmeradas amistosas tratando de rea- cuentro una que podría servir. Doy el
error. Sa nos represe ntantes de las nimarlo. Sin éxito. El vodka había cor- número de serie y, al igual que un
ONG de medio mundo poniéndose tado las conexio nes necesarias. Me zapatero experto, Felipe localiza en un
como cubas y ca ntando himnos de volví lentamente, pensando cómo sal- periquete la pareja. Son de color café,
revoluciones por siempre pendientes. dría de ésta con un mínimo de digni- suaves al tacto, tibias.
El tiempo transcurre de forma dis- dad. Por suerte, ella ya se había queda- Felipe saca las herramientas. Co-
tinta cuando estás borracho. Juraría do dormida. mienza a ajustar los conos de conracro
haber ll egado allí poco des pués de con admirab le economía de movi-
cenar. Felipe había salido con Emma a El calor del mediodía presiona con- mientos. Salgo un raro. En la puerta,
ver una película, ya sabíamos que esta- tra las paredes del cobertizo, colándose Jaime hace guardia, rechazando a los
ba casada pero todavía no que era una por las rendijas que dejan los rabiones niños que pretenden curiosear. Están
mujer fiel , y Jaime vomi taba en la mal encajados. Sin embargo dentro capitaneados por Khieu, el hijo del
habitación, víctima de un refresco estamos bien. Hay un climarizador lugarteniente de Hun ao, un crío
comprado imprudentemente en un conectado las 24 horas del día por musculoso y serio que aparenta una
tenderete. Podría haber sido al amane- necesidades de conservación del equi- hombría prematura. A sus espaldas, los
cer cuando salimos. Yo hacía eses por po. Pido un trago de agua a Felipe, demás esperan una señal suya para
roda la acera y ella tenía las pupilas rengo el arroz reseco del almuerzo abalanzarse a contemplar nuestros apa-
dilatadas y llenas de asombro, como si pegado a la garganta. Vuelca la botella ratos. La cerradura no les detendría, es
contemplara un escenario distinto a la para indicar que no quedan sino unas un desecho recogido de los escombros
calle repleta de noctámbulos derrota- pocas gotas que enseguida se escurren de una demolición. Cada vez que abri-
dos volviendo a sus res idencias cir- del gollete. Vale. Acumulo saliva e mos o cerramos parece que vaya a des-
cunstanciales. intento tragar el pegote por mis pro- integrarse en una lluvia de escamas de
En la rece pción me equivoqu é pios medios. Repito la operación. El óxido. Jaime quería cambiarla pero nos
varias veces al pedir la llave. Aquello malestar continúa, anclado a un punto convencieron de lo contrario. Aqu í
era un caos. Rubios escandinavos echa- inconcreto de mi estómago. Lo dejo poner un simple candado es interpre-
dos en los sillones, durmiendo a saltos. estar. Tenemos trabajo. tado como un signo inequívoco de que
Vocingleros juerguistas golpeando las En un costado del chamizo hay detrás hay algo digno de ser sustraído.
puertas del comedor exigiendo el desa- una montaña de estuches de plástico y - ¿Ya?- Tiene la frente reluciente,
yuno. Fulanas cansadas que entraban en cada uno de ellos una prótesis nue- la camisera de rugby llena de manchas
por la puerta de servicio y eran visibles vecita que hemos de probar. Conec- de humedad que oscurecen los emble-
durante unos segundos mientras enfi- tadas al simulador de estímulos giran mas de su antiguo equipo. Conserva la
laban los cuartuchos del sótano en que sobre la crujiente rodilla y dan paradas corpulencia.
dormían amontonadas si no conseguí- al aire sigui end o las órd enes qu e Asiento. Felipe sale también, lleva
en las manos las prótesis y las eleva en cubierto con el sudor de otra persona, hago al menos una prueba de compati-
el aire. de un animal en celo. Ese es el alivio bilidad antes de que caiga el sol, pero
-Los zapatos de Ceni cienta- que consigo con el improvisado baño. esroy cansado. Este clima desgasta. O
dice. Uno de los pacientes nos preocupa. tal vez es que prefiero dejarle con la
-Estupendo. Habrá que llamar Cu idamos de los nueve restantes por ilusión por el regalo inesperado en
para decir que comenzamos con el imperativo hipocrático, aunque alguno lugar de estropearla con los primeros
programa. ¿No, Fernando¡ podría servirnos si Nhiek falla. Miro pasos del duro proceso que comenzare-
- Por mí ... su rosrro. Duerme. Una esquirla de mos mañana. Ce rtifico una nueva
- Pide además un envío de provi- hueso procedente del pie le ha provisro bajada de la fiebre y me voy, no sin
siones, y pastillas depuradoras, y ropa. con una permanente mueca burlona. antes hacerle cosquillas, riéndome de
-Vale, vale, hacedme una lista. Un incongruente Joker. Tendrá nueve sus respetuosos intentos de evitarlo. Al
¿Fernando¡ o diez años, aquí la partida de naci- marcharme, el arroz de la comida vuel-
-Ya voy, déjame respirar. miento es el borroso recordarorio de ve a mi boca, ardiente, espeso de bilis.
Jaime es nuestro chico de empresa. una estación especialmente lluviosa o Corro a expulsarlo al vertedero de la
Ascenderá rápidamente. Gafas a lo soleada y la mala alimentación retrasa aldea, donde des pués los cerdos se
Lennon para aparentar espíritu incon- el crecimiento complicando mis inten- regalarán co n ese desecho amargo y
formista y el pelo apestando a reme- tOs de asignarle una edad a ojo. Hace espeso. Buen provecho.
dios contra la calvicie prematura. Me seis semanas pisó una mina tipo PMN
palmea la espalda cuando paso. A esca- que le deshizo ambos miembros infe- Pnom Pehn era un decorado de
sa distancia una pandilla levanta polvo riores hasta la mirad de la pierna. Lo cine, una falsa ci udad de cartón piedra
alrededor del idiota de la villa, que con demás es cosa mía. No necesi rábamos que servía de escenario a una película
una so mbrilla de papel aguj ereada sus rodillas, así que las co rté co n la enloquecida y obscena en cuya reali-
intenta dar sombra a los chiquillos. Se excusa de que había que eliminar rodo dad no podías permitirte creer so pena
gana las miradas desdeñosas de los tipo de tejido muerro o debilitado de de acabar huyendo a la desesperada.
mismos muchachos que anteayer dis- las heridas, dos grotescas coliflores de Algunos lo hacían. Vencidos por las
frutaban con esas sencillas diversiones. músculo destrozado que la madre drogas o víctimas de un ataque de luci-
El resro del pueblo está dentro de sus señalaba pudorosamente. Supongo que dez, acababan aporreando los moma-
casas, hasta los vigilantes sestean bajo debería sentirme culpable, pero no es dores de la terminal de KLM o Brirish,
los tejadillos de caña que cubren los así. Vamos a darle mucho más de lo se encerraban en las habitaciones y
puestos de guardia. Exce pción a la que le hemos quitado. Espero. arrojaban objeros por la ventana hasta
regla, una solitaria mujer transporta Echo una pequeña siesta. Al des- que la policía venía a por ellos. Al fi-
agua en dos cubos más grandes que penar varios ojos me observan, antes nal, rodo era también parte de la fiesta.
ella. Tocada con un turbante de bri- con paciencia que con curiosidad. Los Si tenías cuidado, casi podías per-
llante magenta, parece un adorno de orientales, al menos ésros, tan distintos manecer al margen. Comer en peque-
Navidad ambulante. El zumbido de a los chinos, prepotentes y cargados de ños resrauranres fa miliares, ir al cine,
los insectos crece progresivamente, o dólares, actúan de esa mane ra. No comprar revistas en la recepción y ver
yo me voy dando cuenta de su existen- hab lan , no se qu ejan. Te miran. la CNN en tu cuarto. Como un perío-
cia. Pienso en el rumor constante de la ¿Intentan transmitir de esa forma sus do de descanso forwso entre destino y
autopista que pasa junto a mi piso de pensamientos? Encuadro a Dentona destino, en un lugar remotO si n más
Madrid. Cerca, junto al pozo, han para que averigüe lo que quieren y que diversiones inofensivas destinadas
dejado apoyado un cubo herrumbroso. centro mi atención en Nhiek. Dejé sus a un incipiente turismo para matar el
Contiene unos dedos de líqu ido flo- nuevas piernas a los pies de la cama y tiempo. Pero si levantabas la cabeza un
rand o encima de meses, años, de ahora está semiincorporado estudián- momento u olisqueabas el aire, algo
posos. Despreocupadamente, me lo dolas, preguntándose. entraba en tu sistema que re hacía sen-
echo encima. Los posos resbalan, una - Son tuyas --<ligo, y las deposito tir un escalofrío y sugerir una vuelta
cascada de lodo negro cae a mis pies. en sus manos para que entienda. inmediata al tranquilizadoramenre
Ahora me siento como si me hubiera Sé que Jaime va a enfadarse si no aséptico hall del hotel. Era un lugar
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para la ge nte que deseaba. Pero no helicóptero que nos trajo aquí sin des- los que se desarrollaban espectáculos
cualquiera. En aquel almacén se vendfa cubrirlo. Pero ella me lo enseñó. Esa que aún entrevistos por un roro de la
únicamente lo exclusivo, lo excepcio- tarde, la cabeza me dolía como si fue ra pared resultaban estremecedores. Cada
nal, lo prohib ido. ¿Querías bai lar el a explorar, se vistió deprisa y salimos paso que dábamos parecía interrumpir
rango con un oso narcotizado, com- juntos a las calles que se preparaban un negocio ilegal y crearnos enemigos.
prar la cabeza sonriente de un animal para el gran ca rnava l de la noche. Acercarnos a un aj uste de cuentas en
en grave peligro de extinción, ver a Saludamos a las patrullas de soldados pleno desarrollo, al ruido sofocante de
tipos demacrados jugar a la ruleta rusa, aburridos que parecían preguntarse un helicóptero de vigilancia volando
matar a una mujer o un niño mientras cuando dejarían de custod iar Babi- bajo. Cada esquina por franquear
re lo follabas, o simplemente encerrar- lonia y empezarían a disfrutar de ella, escondía una banda de delincuentes,
re en una mazmorra y recibir dosis tras entramos en garitos repletos de humo un matón abstraído encaramado a un
dosis de heroína hasta que no fueras y exiliados deseosos de negociar, donde montón de basura, guardando una
capaz de pedir o pagar la siguien te? compré para impresionarla kilos de puerta de la que escapaban reflejos
Habías venido al sirio indicado. Mejor. drogas que luego eché al retrete y con- rojizos y chillidos inhumanos. Cami-
Aqu í descubrirías posibilidades que versé con un interminable desfile de namos durante una hora tropezando
nunca.habías imaginado antes. borrachos a los que me unían breves sin cesar en un territorio que no era el
Y otras cosas. Pnom Pehn no era chupadas de una pipa de alcohol. nu estro hasta que una canción de
sólo la ciudad a la que las mafias ex- Al principio fue como una excur- moda oída a lo lejos me puso en la
pulsadas de Thailandia por el golpe de sión de adolescentes por un parque de pista de la zona reservada a las juergas
estado intentaban convertir acelerada- atracciones. Después, la madrugada se sin riesgos que preferían los extranjeros
mente en la heredera de Bangkok, vistió con tonos más sombríos. Em- melindrosos como yo. Terminé en los
antaño gran supermercado del vicio y briagado por la nocturnidad y el brazos de un sueco que dormía en el
hoy un montón de ruinas. Tenía su vodka, la seguí hasta un barrio semia- cuarto de enfrente, enseñándole yo
propia personalidad. Como capital que bandonado junto al Mekong en el que coplas típicas andaluzas, él sirviéndo-
era de Camboya, un país que había los servicios de limpieza no se molesta- me cerveza de la enorme jarra que
hecho del genocidio jmer su principal ban en retirar los cadáveres. Sorteando com partía con un par de bultos
atractivo turístico, sus calles estaban escombros, acabé enfrentado, cara a derrumbados en el suelo, Susana con-
llenas de un sutil aroma a muerte que cara, con un muchacho harapiento templando el cieloraso azulado del bar.
el perfume barato de las meretrices no con insignias de alférez que allí, en el Comentaba desapasionadamente los
conseguía erradicar. Tampoco los neo- silencio y la oscuridad, ruvo mi vida en detalles de un delirio alucinógeno y yo
nes estridentes de saunas, bares y casi- sus manos y se limitó a escupir desde- pensaba que si bebía mucho, lo sufi-
nos lograban ocultar los estandartes de ñosamenre en dirección a la sombra ciente, acabaría pensando que todo
los adversarios que esperaban en los angulosa de un tanque resguardado había sido una burda pesadilla.
suburbios la reanudación de la enésima tras una barricada. Retrocedí lenta-
de las guerras civiles, tan consustancia- mente, cogí a Susana, vociferante, gri- Nhiek da varias zancadas torpes,
les al país como lo fuera n a la Roma tando al campamento escondido, y como una grulla joven probando la
del siglo tercero, conflictos hibernados huí. solidez de sus paras. Pendiente de cada
que la dramática insurrección rhai No sabía cómo volver. Susana suge- uno de sus movimientos está Jaime,
había dejado en segundo plano pero ría caminos que acababan siempre en que además de planificador es fisiote-
no detenido, y que probablemente callejones sin salida y en el fondo creo rapeuta. An ima a Nhiek co n corras
acabaría difuminándose a medida que que quería volver para continuar insul- exclamaciones en camboyano co n
los pretendientes al trono fueran con- tando a los milicianos, co n quienes acento aragonés. Tratando de compla-
vencidos de la rentabilidad de conti- debía tene r cuentas pendientes de cerle, el ni ño contin úa andando a
nuar en calma. alguna noche pasada. Sus sugerencias pesar de que es evidente cuánto le
De no haber conocido a Susana, tal terminaban llevándonos frente a gru- cuesta. Grandes gotas de sudor se des-
vez habría tardado más en da rme pos de gente hosca a punto de desen- cuelgan continuamente de su barbilla.
cuenta. Incluso podría haber subido al fundar. Junto a locales anónimos en Es la primera sesión de estas carac-
13

la puerta y fisgonean a través de la tela.


Nhiek era uno de ellos, pero ahora está
en una dimensión distinta que no
logran entender. Ya no es el simple
enfermo al que puede que compade-
cieran y visitaran por educación. Las
nuevas piernas le han convertido en
algu ien diferente. Unicamenre Khieu,
el líder, se queda atrás, falto de curiosi-
dad o descontento de que por una ve:z
hayan actuado sin consultarle. Se acer-
ca y pregunta algo a lo que no puedo
contestar porque no le entiendo. Agita
la cabeza enfadado y aparra a los
demás para mirar lo que pasa. Dentro,
y gracias a las enfermeras, Jaime puede
someter al crío a un completo interro-
gatorio que luego convierte en anota-
ciones sobre el comportamiento de los
transductores elecrrón/ión de los que
depende el éxito de la interfase nervio-
sa. Por mi parte reviso los muñones
después de quitar el almohadillado de
algodón que los protege y atiendo el
leve mareo que Nhiek siente.
-¿Alguna queja? -pregunto des-
pués. Estamos bebiendo combinados
frente a la puesta de sol. Sin cine, sin
terísticas. Antes han estado varios días múscu los concretos y válvulas, pero teatro, con la única televisión del po-
haciendo ejercicios en la cama, pro- nunca se había intentado hacer grupos blado retransmitiendo 24 horas al día
bando la eficacia de la interfase. No musculares enteros con ellos. noticias y reportajes que te harían pen-
hubo ningún problema entonces. Pero Felipe, que es lo más cercano a uno sar que esta devastada nación es Dis-
caminar es un asunto más complicado de los creadores del proyecto que tene- neylandia y los ordenadores reservados
que el simple «levanta la pierna-baja la mos a mano, mira el paseo con apren- en exclusiva para las necesidades del
pierna», cómodamente sentado. Nhiek sión. Está deseando que termine, pare- trabajo, es la mayor distracción a la
debe acomodarse a los breves retrasos ce un vendedor de coches usados sabe- que podemos aspirar.
existentes entre el momento en que su dor de que otra vuelta a la manzana de -La respuesta es un poco lema,
cerebro da la orden de avanzar y aquel prueba reventará el cuidadosamente pero dudo que renga arreglo. Algo
en que la prótesis efectivamente avan- recompuesto motor del automóvil que peor es que el sistema no está actuando
za. Ahora ese lapso puede suponer una intenta vender. Cuando Jaime se da todo lo bien como sensor que espera-
ca ída. Así que su paso es inseguro. por satisfecho y él y Emma sujetan ba. El potencial de trabajo se aj usta
Teme perder el equilibrio, reme que las cada uno por un brazo a Nhiek para bien a las condiciones ambien tales,
prótesis no puedan sostenerle. Y noso- llevarle de vuelta al hospital, suspira de pero no al peso que soporta. Ahí tene-
tros también. Contamos con varios alivio. Yo le aprieto el hombro. Todo mos un problema.
años de experiencia en la aplicación de va bien, tranquilo. Seguimos al trío -¿Puedes arreglarlo?
polímeros conductores electrónicos hacia la rienda precediendo a un grupo -Puedo. Lo malo es que Jaime
para la reparación o sustitución de de chavales curiosos que se quedan en quiere ir a roda leche con el programa.
-Ya le conoces. -Alguien riene que hacer ese tra- bebido, ella drogada o los dos a un
El pueblo se prepara para la cena. bajo -digo, aparrando la mirada de riempo extraviados en nuestros vicios
Hun Nao pasa seguido de una pareja unos ojos amarillos, inquisidores-. personales. Después charlábamos sobre
de vigilanres y el nómada cazador de En lraq se encargan los pringados que España, comenrando cuestiones que
serpientes, con el saco medio lleno col- inrenran desactivar las minas por su en la distancia ya no resultaban ran
gado de la cin rura, levanta la mano cuenra para vender el mera!. La mirad bana les. Envueltos en las sábanas,
como si quisiera chocar esos cinco. Es acaban sin brazos o sin cara a la prime- empapadas, veíamos los cambios de
sólo un amago al que respondemos de ra, pero por lo menos ya se sabe donde luz que traía el atardecer a través de las
igual fo rma. Oímos una risa exagerada había una mina. lisras de la persiana. Luego encargaba
que hace vo lver la cabeza a media -Esos al menos son conscienres de la cena por teléfono, rapando púdica-
población. Jaime acaba de contar un lo que esrán haciendo. menre la minicámara del apararo para
chisre a Emma. Ella pretende ser fiel a - o esroy ran seguro. que el solícito camarero no pudiera ver
su marido, pero ya ha quedado claro Ladran cuando el chicuelo encarga- mi sexo, la figura anoréxica de Susana,
que, en caso de cambiar de idea, Jaime do deja a su alcance tres cazuelas de en cuyos senos había que rener fe, ya
es el primero de la fila. barro ll enas de sobras. El festín que no constancia de su existencia.
-Po bres perros -dice Fe li pe, co mi enza, una orgía de gruñi dos , Ella pertenecía a una organización
cambiando de rema por antici pado. empuj ones, ruidos de masticación, de ayuda humanitaria. Había docenas
Empezamos a conocernos lo suficien- sujera a un a esrricra jerarquía. Los operando en Camboya aquellos días y
remenre bien como para adivinar lo débiles esperan en un rincón del cerca- conti nuamente venían otras nuevas.
que el orro dirá a continuación. Es evi- do a que los machos alfa esrén ahíros. Habiendo prohibido los rhais roda
dente que no le aperece orra reflexión Después llegará su oportunidad, cuan- intrusión foránea en su terriwri o,
sobre las mujeres, apoyada en Emma. do los dominanres sean un recuerdo parecían grupos de huérfanos buscan-
Reflexión que acabará desembocando sangriento esparcido sobre la rierra. do causas perdidas a las que dedicarse.
en Marra, inevitablemente. El anochecer liquida el movimien- Los refugiados rodavía se hacinaban en
Los chuchos esrán encerrados en to. Los niños vuelven a casa, los hom- la fronrera railandesa aguardando la
un corral anexo al de los cerdos y las bres regresan con el azadón apoyado oportunidad de escapar a Laos o a
gallinas. Olisquean el aire en busca de en el hombro y una cosrra de barro Birmania, invirtiendo el sentido de las
rastros de la comida que ya no puede seco desde el pie hasra la rodilla. Los corrientes que hasra enronces habían
tardar. Son animales vulgares y peque- vigilanres ocupan silenciosamente sus sido habiruales. Los acomodados y sus
ños, vaga bundos por natural eza. puestos de guardia o co mienzan la corres ya habían dejado el triángulo de
Ex tremadamenre úr iles, aunque de ronda. Felipe acompaña a las enferme- oro, pero esos no necesitaban ayuda.
una manera un ranro inusual. Los alre- ras narivas el insigni ficanre trayecro Ella hablaba de experiencias pasadas en
dedores del pueblo esrán repletos de enrre el hospital y las chozas en que Centroáfr ica y Sudamérica co n un
minas, ranto la selva como unos cuan- duermen . Una muesrra de galanrería ro no ambiguo al que yo daba la callada
ros campos de labranza abandonados. que se repite diariamenre y ellas no por respuesta. Parecía senrirse atraída
Una línea discontinua de esracas clava- enti enden o no quieren entender. por los sirios peligrosos de una forma
das en el suelo separa el rerreno consi- Felipe sigue durmiendo solo. extraña, obsesiva. Me pregunraba por
derado seguro de la rierra de nadie, y -¿Qué? mi propia presencia aquí, se enfadaba
cuando se desea llevar esa línea más -Nada. o se animan, las hijas de con mis inrenros de esqu ivar el cues-
allá o abrir nuevos caminos, los aldea- pura. tionario . Ya había co nrado lo que
nos separan a uno de los perros, le car- Muy a lo lejos suena una detona- podía sin avergonzarme y el resro lo
gan con una bolsa llena de piedras para ción. A diferencia de las carcajadas de guardaba celosamenre para evirar su
aumentar su peso y le siguen a distan- Emma, ésra no llama la atención de censura. Se sorprendía de que tuviéra-
cia mientras va por una u otra zona nadie. Es la hora escogida por el vecin- mos que perdernos en el campo
pendiente de clasifi cación, señalando dario para administrar justicia. habiendo en Pnom Pehn un hospital
el rrecho que logra recorrer hasra que especializado en los casos que íbamos a
el cielo se llena de sangre y trozos de Jodimos un par de veces, aquellas tratar y yo aducía razones técnicas. En
perro. raras ocasiones en que yo no esraba realidad, puro markering. Los respon-
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sables de la empresa consideraban que ciales les hacía renunciar a sus másca- rada para salir en cualquier momento.
un reportaje de nuesrros logros realiza- ras de probidad. Excepto en el caso de Sospecho que en realidad esraba celosa
do en un pueblo dejado de la mano de Susana, a la que las pastillas convertían del tiempo que pudiera restarle a la
Dios impresionaría al comité encarga- en una Juana de Arco novara y ansiosa, búsqueda inclemente del martirio.
do de la ONU en mucha mayor medi- que en cuan ro me descuidaba volvía a Como otros miles a los que las circuns-
da. Ya había demasiados vídeos roda- llevarme fuera del confortable guerro, tancias de la tregua retenían allí, aleja-
dos en laboratorios estériles y super- a los luga res donde había hambre, dos de la posible satisfacción de incon-
protegidos por nuestros competidores. padecimientos, el rictus paciente de un fesados afanes masoquistas.
Los occidentales formábamos gru- asesino en potencia dudando si empe- Subimos, despegamos. Enseguida
pos cerrados que se hacían y deshacían zar ya su carrera de verdugo, a los cam- se ocultaron rras el horizonte lo s
a medida que llegaban aviones o salían pamentos incontrolados que abarrota- suburbios y las interm inables filas de
convoyes hacia la frontera. Nuestros ban la inmensa explanada de la Plaza camiones ca rgados de alim entos y
foros de debate eran las mesas acrista- de la Democracia. Allí donde amane- medicinas retenidos por los militares.
ladas de la cafetería del hotel. Largas cía con el olor de los campos en llamas Me sentí liberado de la tensión que me
tertulias políticas ames de zambullirse en el aire y el descubrimiento de des- acompañara esos cinco días, remiendo
en el caos de rodas las noches. Hacien- perdicios humanos llevados por la llu- siempre que las mareas del desastre
do un intermedio entre los sudores de via de medianoche a atascar la boca de rebasaran los frágiles diques estableci-
la habitación y el hambriento bullicio las alcantarillas. Entonces era un con- dos por el airo al fuego sancionado por
de fuera, bajábamos a mezclarnos en suelo regresar a las mesas dispuestas la ONU y se estrellaran conmigo en
ellas sin presentarnos ni necesitarlo. para el desayuno y saludar a aquella medio. Pensaba que nos quedábamos
Susana zigzagueaba entre opiniones, misma gente, pálidos y con los ojos fuera, ajenos a la vorágine que había-
más o menos como rodos, inseguros enrojecidos, que unas horas de sueño mos co mp artid o por casuali dad.
de qué era verdad o mentira. Los gene- volverían a convertir en el Dr. Jeckyll, Entonces no sabía lo que vendría. Los
rales rhai, promotores de una revolu- y saber que uno podía contar con su horrores que no ocupaban cabecera en
ción inesperada y trágicamente exitosa burguesa desaprobación en el futuro. los informativos y que pronto iba a
que amenazaba con extenderse por Los tres días se conv irti eron en conocer. Sólo pensé que dejaba atrás a
roda lndochina, eran unos ulrradere- cinco. Finalmente conseguimos permi- los imprevisibles, amenazantes ejércitos
chisras de ral calibre que hasta el ala so oficial y transporte. Una mañana rhai, a la guerra civil en pausa, a los
progresista de las reuniones acababa Jaime, Felipe, Emma y yo fuimos al omnipresentes pistoleros de alquiler
exigiendo una intervención norteame- aeropuerto y, pasando por entre una para disfrutar, de nuevo, del placer de
ricana. Cuando me hartaba de tanta masa de turistas que habían tenido que una existencia ordenada.
seriedad, ponía la nora estrafalaria y hacer una inesperada escala en su tra-
Felipe me apoyaba por antipatía hacia yecto hacia las soleadas playas vietna- Khieu, el primogénito de Ahmad
los demás. ¿Pero por qué no' Hacían mitas, llegamos al parche de hormigón Ya, riene aproximadamente la misma
cosas curiosas, como ropa interior con resquebrajado en el que reposaba un edad que Nhiek. Es más airo y fuerte,
la piel de los proxenetas y los trafican- antediluviano Aerospariale Puma que líder por naturaleza de la muchachada
res que no habían tenido el buen juicio abriría para nosotros las rutas de la local. Has ta hace unos días era un
de huir de Bangkok a riempo. Joder, selva. Vimos a varios ex compañeros mero figurante. Indiferente a nosotros,
eso era rener estilo. Merecían que de discusión merodeando por la termi- excepto cuando interrumpíamos sus
alguien les defendiera, aunque ello me nal, aremos a los reactores como anti- incesantes correteos, quería un chicle o
supusiera acabar a la gresca con un res- guos augures estudiando el vuelo de las que sacáramos un cachivache nuevo. Y
ponsable de EMERGENCIA que en teoría aves. No quisieron despedirnos, no nos de repente, desde que hemos comenza-
debería habe r sido el que tuvie ra reconocieron quizás. Susana no había do los ensayos, se ha convenido en
mayor simpatía hacia nosotros. venido. Un beso en la recepción, un nuestra sombra.
Acabamos aislados, pero no puedo número de teléfono garabateado en Al principio pensé que se debía a
decir que nos importara. Aquella gente una servilleta y al que nunca recurriría- un simple conflicto de intereses. Al
sólo era una compañía agradable cuan- mos. Dijo que estaba pendiente a su necesitar un lugar donde Nhiek pueda
do una andanada de estímulos artifi- vez de un permiso y quería estar prepa- ejercitarse, les hemos privado incons-
cienremenre de sus campos de juegos. -Si. Qué espanto. Entro al hospital buscando distrac-
Aquí no sobra espacio. Así que comen- Choeung y su Museo de los horro- ción en el trabajo. La mayoría de las
cé creyendo que su presencia, inmóvil res era la única salida del pueblo que camas están vacías. Las enfermeras
y desafiante, era una protesta contra habíamos hecho hasta la fecha y en mi charlan ociosas y yo casi querría que
nuestra intru sión. Pero la protesta opinión nos la podríamos haber aho- alguien sufriera un accidente con tal de
duraba demasiado, estaba excesivamen- rrado. Las calaveras, apiladas por dece- tener una ocupación. Nhiek está des-
te atento a las evoluciones de Nhiek, nas de mil es, acababan provoca ndo pi erto y habla con Khieu, sentado
dispu esto incluso a di sputarnos a una sensación de irrealidad, como si junto a la cama. Antes que un niño
Felipe y a mí la primera fila. Tras él se fu eran pisapapeles expuestos en una visitando a su am igo convalec iente
reúnen los demás críos del poblado y rienda de venta de recuerdos. Uno no parece un aprendiz, inseguro.
ahora el inválido disfruta de un público podía hacerse a la idea de que rodos -Hola. --<:lice Nhiek.
fiel al que suele dedicar sonrisas y mue- aquellos cráneos rescatados de las fosas -¿ Bien ~
cas con creciente confianza. La única comunes hubieran sido personas vivas -Bien. Fuerte.
conclusión que se me ocurre es que alguna vez. Parecían , absurdo de Eso es todo lo que da de sí su caste-
están fascinados con las prótesis, pese a absurdos, productos manufactu rados. llano, que es bastante superior a mi
que todavía distan de funcionar con la Y en cierro modo lo eran, fabr icados camboyano. Últimamente hemos per-
eficiencia que esperamos. por la principal industria de Camboya, dido contacto. Son Jaime y, en menor
Felipe viene co n noticias frescas. todavía activa y boyante. med ida, Emma quienes guían ahora
Un Boeing se ha estrellado a trescien- -¿Tenéis alguno la rev ista'- sus pasos, nunca mejor dicho. Le tomo
tos kilómetros, en medio de la jungla. inquiere Jaime de sopetón aprovechan- una muestra de sangre que sufre sin
Imagino la escena, cuerpos colgando do que Emma ha salido a hacer uso de pestañear. Mera rutina. Su aspecto ha
de los árboles, desparramados por la la letr ina co munal. Se refi ere a un mejorado mucho: superados de largo
vegetación. El accidente ha sucedido Playboy desteñido que nos vamos los efectos traumáticos de la amputa-
ce rca de Anlong Ve ng, el últim o pasando cíclicamente y que constituye ción, descartado el riesgo de infección,
reducto conocido de los jmeres rojos, el eje de nuestra vida sexual. es un chico normal, pero sin piernas. Y
de modo que a estas horas los guerri- -Luego re la paso --<:lice Felipe. se le ve satisfecho. Ahora es el centro
ll eros debe n esta r muy ocupados Me mira de reojo. Emma sigue en sus de atención y hasta Khieu, que segura-
saqueando los restos. También es pro- rrece. mente era su jefe y objeto de admira-
bable qu e las víctim as no ll eguen El paseo de sobremesa es un reco- ción, pasa las horas muertas al servicio
nunca a ser recuperadas. Au n desvalija- rrido cíclico entre cabañas, arriba y de su abundante tiempo libre. Si
das no faltará quien las atienda, empe- abajo. Los senderos que salen del villo- supiera lo que le espera su satisfacción
ro. La selva tiene hambre. rrio acaban en los campos de arroz o se sería aún mayor.
- lndoch ina se está convirtiendo detienen en seco en medio de ninguna Me voy. La mirada de Khieu se
en la estrella de la temporada, ¿eh' - parte. Al otro lado de la línea de esta- clava en mi espalda, quiere traspasarla.
comenro. cas te aventuras bajo tu propia respon- Hemos abierto las maletas, sacado
-¿ Los jmeres siguen existiendo' sabilidad y ninguno nos hemos atrevi- ropa que habíamos reservado para la
-pregunta Emma haciendo como do a hacerlo de momento. Es el precio ocasión y ahora nos repartimos por las
que no me ha oído. a pagar por ve nir a la región del posiciones prefijadas, la piel irritada
-Muy debilitados. Han sufrido mundo con mayor densidad de minas por el roce de prendas que no llevan
varios fraccionamientos. De rodas for- y guerrilleros por kilómetro cuadrado. semanas adheridas a ella, que le son
mas, llevan mucho fuera de la circula- Me siento enjaulado. Querría repetir extrañas. El pueblo también está movi-
ción, perdidos en las mon tañas. una experiencia como la noche sobre lizado, nos siguen bovinos y el director
Cualquier afirmación sobre ellos so n la colina pero ya no rengo excusa ni de orquesta, Jaime, distribuye a los
ganas de especular. Tal vez hayan pasa- puede que valor. Me estoy asfixiando, campesinos, que al instante abando-
do a la historia. y no hay nada que hacer al respecto, nan el puesto que se les ha dado y
-Oja lá. -manifiesta Jaime-. salvo alguna estup idez que me haga migran curiosos hacia los puntos
¿Os acordais de Choeung~ volar por los aires o recibir un balazo. donde prosigue, haciendo gestos y
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ma labarismos, el inútil intento de que todo el mundo es imbécil menos hobby al que puede renunciar sin apu-
componer una escena a su gusto. él y actúa en consecuencia. ros. A todos nos co nviene el éxito,
Por una vez tiene ayuda. De los dos -¿Tú que haces) - le di go a pero para Fel ipe es la diferencia entre
hombres que componen el equipo de Emma, agitando la cuartilla. el cero y el todo. Si fracasa engrosará
fi lmación uno está sentado en el piso -¿Yo) Oh. -Examina un párrafo las listas del paro. Triunfador, tendrá
del helicóptero, las piernas colgando y en el que se han evaporado la mitad de las puertas del cielo abiertas para que
la colilla de un porro haciéndose humo las letras-. Casi nada. Estoy de deco- las franquee.
bajo la chata nariz; el otro va junto a rado. En realidad, no tendría que sali r - ... lo que hace que el funciona-
Jaime, da consejos, repite las adverten- ninguno, no hace falta. miento de los músculos artificiales sea
cias e indicaciones. Hacen un buen -Que más da. ¿No quieres tus idéntico al de los naturales -asevera.
equipo. Felipe conversa con el piloto, quince segundos de fama) Cada pocos minutos, Jaime pide una
un cincuentón decolorado por el sol, -Me es indiferente. pausa y pasa una gasa por su frente. La
tan viejo y cascado co mo el aparato Jaime viene hacia mí con el tío de ret ira húm eda, arru gada-. Los
que lleva. Emma contempla el boscaje la cámara detrás y vamos al hospital. impulsos eléctricos, generados por los
y pregunta si los guerrilleros tendrán Mi turno. El número de enfermos o pulsos iónicos y químicos que trans-
misiles tierra-aire. heridos ha desce ndid o tanto que mite el sistema nervioso, desencade-
-Si los tienen no los han emplea- hemos ten ido que recurrir a volunta- nan un conjunto de reacciones quími-
do. Gracias a Dios. -Po rque, si lo rios pa ra llenar las camas. El tipo al cas en la estructura del polímero y, en
hacen, nuestra única posibilidad de que debo fingir que visito es un vejete consecuencia, variaciones en la con-
salir de aquí será un largo viaje en jeep simpático que a duras penas consigue formación de las cadenas. Cuando las
por una carretera que a duras penas mantener la expresión dolorida que se reacciones son de oxidación, el princi-
merece ese calificativo. Eso si no esta- espera de él. Me acerco disfrazado con pio de electroneutralidad hace que la
mos dentro, en cuyo caso el problema una ba ta impecable, murmuro una estructura polimérica se abra y pene-
dejará de ser relevante. chor rada y alzo la sába na ve rd e. tren moléculas de agua y contra-iones:
-No tendrían motivos. Somos Debajo, dos sarmientos arrugados que el volumen crece. Cuando la reacción
civiles - señala los em blemas de la se retuercen nerviosamente, una mano, es de reducción, sucede lo contrario.
ONU pegados al fuselaje del helicóp- con las uñas largas y cerúleas, busca De esta forma, combinando procesos
tero. Una serie de círculos despintados afanosa la fuente del picor. Espero oír paralelos de oxidación-expansión y
indica que distan de ser las únicas esca- un «¡corren!» que remare la pantom i- reducción-contracción en un sistema
rapelas que ha vestido. ma ... y me quedo esperando. multicapa que co mbin a po límeros
-Tu !late de la Virgen y no corras, En el exterior, el foco ha pasado a conductores y polímeros nex ibles,
anda. iluminar a Felipe. Sostiene una próte- logramos una réplica extremadamente
-¿Sabé is todos lo que debéis sis cuyas características enumera una a funcional de las fib ras musculares que
hacer) - chilla Jaime, y los campesi- una. Su voz es un tanto débil, el cáma- ya conocemos. El suministro de ener-
nos asienten en masa. Ellos también ra retoca el fi ltro del micrófono y le gía está integrado en la propia próte-
han desempolvado sus mejores galas. indica que vuelva a comenzar. Lo hace. sis, el iminando la necesidad de fuentes
Parecen asistentes a un baile de fin de Antes ha bromeado como el que más ex ternas, y co nsiste en una batería
curso de mediados de los ochenta. acerca de la llegada del equipo de fil- totalmente orgá nica co mpuesta de
Ha escrito una hoja para cada uno mación y el reportaje, pero ahora está membranas formadas por polímeros
con el guión de referencia. En el mío serio. Excesivamente serio. Puede que de alta conductividad iónica en los
dice: <Estás reconociendo a un enfer- se haya dado cuenta de la importancia que se almacenan las cargas.
mo en segundo pl ano mientras la que esto puede tener para su carrera. A Traga saliva antes de lanzarse a des-
cámara registra una vista general del mí me espera un puesto en un hospital cribir lo que realmente hace tan espe-
hospital. Llevas bata y has levantado la público de Madrid, a Jaime un sitio en cial a las ortopedias que estamos expe-
sábana para examinar las heridas de las la junta directiva de la compañía. rimentando.
piernas•. Podría habérmelo dicho de Emma cuenta con un esposo rico que - Con todo, el elemenro realmen-
palabra, pero Jaime está convencido de le permite tomarse el trabajo como un te revolucionario es la interfase con-
ductor eléctrico-neuronal que permite cualqu ier tipo de proceso locomotriz contrato que había emitido la ONU
que el sistema esté com pleta mente como paso previo indispensable para solicitando propuestas en las que basar
bajo el control del ind ividuo, basada poder realizarlo con natu ral idad. En un programa monstruo de rehabilita-
en una nueva caregorla de transducto- caso contrario, el cerebro va más depri- ción de víctimas de minas antipersona-
res elecrrón-ión rápidos, fiables y bio- sa que las piernas y ya habíamos tenido les y desaparecer con un porcentaje de
comparibles obtenidos a partir de la que recoger a hiek del polvo sufi- los beneficios. Sin embargo, las aplica-
síntesis de un a nueva categoría de cientes veces como para saber lo que ciones del proyecto eran tan numero-
composires, desarrollada en nuestros ocurría en esos casos. Por otra parte el sas que inevitablemente aquello iba a
laboratorios, que posibilitan la trans- sistema de suspensión de la prótesis suponer un cambio crucial. No sólo
fo rmac ión de pulsos ani ónicos en necesitaba ser perfeccionado; las posi- para un grupo de desgraciados en paí-
cariónicos con una eficacia sin prece- bilidades de que a Nhiek se le cayera ses muertos de asco, haciendo de este
dentes, permitiendo así una completa una pierna tras realizar un movimiento pequeño episodio un hecho más tras-
retroalimentación sensorial. brusco eran bastante elevadas. cendente que el rosario de guerras civi-
Supongo que aquí introducirán un Co ntando con las lógicas precau- les que se desgranaban alrededor. Un
montaje de las distintas grabaciones de ciones había estado bien. Una correcta hecho que alguien verá, renejado en el
Nhiek que tomaron ayer. Salió con la exhibición de pasos hacia atrás y hacia reportaje que se estaba rodando , a
co mpostura de una estrella de cine adelante sin demasiadas vacilaciones. Nhiek ex hibiéndose desvergo nzada-
veterana frente a un auditorio hechiza- Con tiempo suficiente para practicar mente delante de sus paisanos, a mí
do por las cámaras de vídeo. La piel de andaría igual de bien que los otros chi- perdido al fondo realizando rareas ima-
metal de las piernas brillando al sol, cos, y les superaría corriendo. Las pró- ginarias, y le hará decir refiriéndose a
bruñ ida ya después de semanas de tra- tesis no se cansan, no generan toxinas algun a co nsecuencia inimaginable:
bajo al aire libre y con señales que en ni exigen un continuo aporre de sangre «Ahí empezó todo».
la distancia parecían imposibles cicatri- rica en oxígeno. Su corazón y pulmo- -¿No quieres decir unas palabras
ces donde tuviera pegadas las calcoma- nes estarán relajados, trabajando al para la posteridad? A título personal
nías que habíamos retirado precipita- ritmo habitual de un hombre despierto - le digo a Felipe, emp uñ ando un
damente antes de rodar. Cuidadoso en reposo, mien tras co rre los cien rrow de palo que acabo de recoger.
con sus ejercicios, caminando arriba y metros lisos o salta vallas. ¿La sentencia -¿Por qué iba a querer' -refun-
abajo, estática esa inocente sonrisa de de muerte para el atletismo clásico, fuña. Quería repetir la explicación,
anuncio de coca cola que en el tercer quizá' ¿Por qué no? Desde la restaura- pe ro Jaime, que no tiene alma de
mundo recibe a los equipos de televi- ción de los juegos Olímpicos los de- director perfeccionista, dijo que ya
sión, aumen tada por la deformación portistas han recurrido a todos los tru- estaba bien. Ahora repasa sus comenta-
accidental del rostro. Querían que cos disponibles para mejorar sus mar- rios , midiendo cada palabra en la
corriera un raro o diera unos salros, cas, tal vez cortarse las piernas y/o los balanza del efecto que producirán en el
pero Felipe lo prohibió expresamente. brazos sea la práctica habitual de los público al que van destinadas.
Jaime, que no es capaz de decir que no fu ruros aspirantes a recordman mun- -Piensa, tío. De momento es la
a quienes considera una innuencia dial. recuperac ión de heridos de guerra,
potencial para su futuro , dudó hasta Y de repente, oyendo a Jaime repi- pero luego vendrá el mercado civi l.
que le indiqué que una eventual caída tiendo esa misma observación, que yo Considerando únicamente a los viejos
podía destrozar el plan de rodaje pre- había hecho durante la comida, tengo que no pueden dar tres pasos seguidos
visto. Y él, que había tenido que ense- un esca lofrío. La im age n de una sin bastón, ¿tienes idea de la demanda
ñar a Nhiek a andar de nuevo, debería Olimpiada llena de mutilados me hace que va a haber? ¿Tienes idea de la can-
haberlo sabido mucho mejor que yo. darme cuenta de que esto que protago- tidad de gente que vas a ver por la calle
El tiempo de reacción de los músculos nizamos con desgana, locos por acabar con un par de esas dentro de cinco
artificiales está estabilizado en un cuar- y quitarnos de enmedio, será recorda- años?
to de segundo, lo que en los músculos do como un punto de innexión. No- -Un montón, supongo. Por algo
naturales sería una respuesta relativa- sotros no mirábamos más allá del pre- la compañía se ha gastado una fortuna
mente lenta, y eso obliga a reaprender sente inmediato. Conseguir el jugoso en asegurar la patente.
-(De veras? gido bien el objetivo. Anda que Jaime do, con una vieja revista de morociclis-
-Tomos no son. iba a tardar más de tres segundos en mo en las manos que aún sujetaba con
Decepcionado al comprobar que enviarles a tomar por culo. fuerza, el rostro transformado por la
mi menre es menos ágil que la de los -(Entonces? fatal sorpresa en una máscara kabuki.
leguleyos de la emp resa, observo a -Deben querer salir también en La sangre, abundantemente regada,
Jaime tratando de convencer a Emma televisión, me imagino. Vamos a pedir había cambiado su camisa de amarillo
para que les acompañe a él y al equipo una cámara y hacemos como que les chillón a un marrón impuro, sembran-
en una celebración que imagino con- filmamos un raro, a ver si así nos dejan do la tierra de costras irregulares en las
virtiéndose con rapidez en reunión pri- en paz. que han florecido docenas de moscas
vada. El piloto feli cita a Felipe y se Hacemos lo que Felipe sugiere. El durante la noche. Nosotros tan solo
pierde enrre chozas con una botella de idiota aplaude y los niños corretean y pudimos certificar la muerte, liberar a
Pernod tie rnamente acunada en los saludan, hacen monerías, agitan los los labriegos que esperaban nuestro
brazos, una ruina de los trópicos. La brazos como acróbatas borrachos. El juicio para reemprender sus faenas y
fiesta ha termi nado. Los invitados se único que permanece firme a un lado acompañar el cuerpo hasta su lugar de
reti ran y el anfitrión afronra una noche es Khieu. Frío, tenso, parece que su sepultura. Mientras lo cubrían, pensa-
de limpieza. insatisfacción se estuviera convirtiendo ba en si le conocía o no, y no podía
-Es su última opo rtunidad - en odio, o desprecio. Cuando termina decidirme.
digo--. Hoy o nunca. la pantomima, patea una piedra suelta El acomecimiemo apenas ha causa-
-Apuesto por nunca. Conozco al y se eclipsa tras la escuela. Yo sonrío do conmoción en el pueblo. Esta geme
mar id o de Emma, y nad ie cambia incómodo a los muchachos, que obser- esrá acostumbrada a que lo peor sea un
Jabugo por chope. van con estupor su marcha. Salvo él, co nsti tuye nte fund amental de sus
-En ocasiones apetece chope. ninguno se ha dado cuema de que la vidas. En cambio, ha provocado un
Khieu se acerca, capitán de una bri- cámara estuvo desconectada todo el sutil ca mbio en nuestro comporta-
gada de mu chac hos si lenciosos e tiempo. miento. Si nos creíamos seguros, esa
inquietos. Fel ipe me da un codazo. La certeza acaba de evaporarse. Si nos
metamorfosis de los chicos, y en espe- El día de la partida amanece oscu- co mportamos como unos ingenuos
cial de Khieu, no le ha pasado desaper- ro, una armada de nubes negras escon- pensando que los incógniros asesinos
cibida. Detrás alborota el imbécil, des- de al sol y hace furtivos nuestros movi- que pueblan la selva, acampados - ha-
consolado al haber sido apartado sin mientos, llevando el equipo y nuestras ciendo (qué?-, permanecerían indefi-
ambages de los intereses del grupo. Se cosas a la parte de atrás de la amplia nidamente al otro lado de la línea de
detienen frenre a nosotros y nos miran cabina. Las enfermeras están juma al estacas, ya hemos dejado de hacerlo.
co n sere nidad , pero tambié n co n helicóptero, esperando educadameme !mentamos disimularlo. Sin embargo,
urge ncia. Qui ere n algo: el qué, la a que nos marchemos. Ellas permane- lo cieno es que estamos ansiosos por
barrera del idioma me impide saberlo. cerán aquí. Promo otros médicos ven- partir y multitud de pequeños detalles
Podríamos llamar a las enfermeras para drán a hacerse cargo de la tienda-hos- delatan ese afán. Estallidos repentinos
inrenrar un diálogo a tres bandas pero pital. Si los planes de las Naciones de ira o impaciencia que quedan sin
ellas prefi eren ignorar a los niños, no Unidas para la zo na salen bien, este ex pli cació n, pri sas exces ivas , los
nos han explicado el motivo. Quisiera poblado acabará proporcionando asis- Ka lashnikov de nuevo co lgados al
librarme de ellos y pasar el resto del día tencia médica a una región de conside- hombro, no importa lo mucho que
dedicado a las efusiones alcohólicas. rable tamaño. Yo no apostaría por que estorben al cargar y descargar bultos.
En lugar de ello, consulto dubitativo a vaya a ser así. Co mo el aumento en la presión del
Felipe. Además de los nubarrones, otro aire que anuncia la inminencia de la
-(Qué pasa? (Qué hacemos? acontecimiento decide el signo de la ro rmema, el asesinara ha hecho que
-Yo que sé. Darles un par de gri- jornada: el hallazgo de uno de los vigi- percibamos próximo el peligro. El san-
tos para que se vayan. lantes asesinado en su puesto de guar- tuario ya no es tal, el paisaje se ha
- iTú eres capaz? dia, con el cuello pulcrameme cortado modificado. Las fieras han dejado el
- Joder, no. Los cabrones han ele- de oreja a oreja. Le encontraron senra- bosque y rondan las lindes del jardín
quitado los cónicos sombreros en señal
de respeto y desconcierto. Cuando me
acerco, veo que se trata de un hombre
desencajado que lleva en brazos a un
niño. Es Ahmad Ya. Sus vacilaciones al
caminar deben ser fruto de la impresión
antes que del esfuerzo que requiere car-
gar al muchacho. Intento hacer un pri-
mer examen pero Hun Nao enseguida
tira de mí violentamente en dirección al
hospital. Un minuro después entran
presurosas la mirad de las enfermeras.
Parecen más acostumbradas que yo a las
emergencias. Tratando de conseguir el
respiro que necesito para centrarme,
doy una docena de órdenes que preten-
den mantenerlas ocupadas mientras
corro a buscar la bata y los guantes.
aguardando la llegada del crepúscu lo decir adiós al villorrio y a la tensión, Generales, pues rodavía desconozco a
para ave nturarse entre los se tos. que empieza a volverse insoportable. qué me enfrentO, aunque lo sospecho.
Incluso el piloto está nervioso y discu- Entro por última vez al bungalow a En efecto, el hombre trae a un chico
te a voces el plan de vuelo con Jaime. comprobar si he olvidado algo bajo la con las piernas destrozadas, una de ellas
Su nariz es sensible a los vientos de la cama o en la penumbra del armario y prácticamente amputada de cuajo. No
guerra. Bien distinta es la actitud de el ambiente grasientO, una mixtura de fue un trueno, entonces, lo que oímos.
los miembros del equipo de vídeo: des- sudor, insecticida y restos podridos de Fue éste chico al que la sangre y la ago-
cansan tranquilamente sumidos en un comida, me produce una antici pada nía rapan la cara, incorporándose a un
ensueño de marihuana, envidiados por nostalgia. ¿Echamos de menos lo que club ya demasiado numeroso. En el
rodos. dejamos atrás o el tiempo pasado que orro extremo de la sala, Nhiek contem-
Escuchamos un trueno. Felipe bufa no hemos de recuperar1 Interesante pla con ojos aterrados la esce na.
y se apresura con un racimo de próte- pregunta. Una respuesta explicaría qué Aunque ahora está perfectamente, dis-
sis embaladas en un brazo y la radio en hago despidiéndome con la mirada de puestO para llevar una vida normal y
el otro. Lo último que ha dicho antes esas cabañas miserables que han cons- con una pequeña cantidad de repuestos
de ser apagada es que los rhai avanzan tituido mi horizonte exclusivo durante cruciales al alcance de las enfermeras
hacia la zona desmilitarizada al sur de varios meses, de la línea amenazante de por si pasa algo en el lapso inevitable
Thailandia. Por su parte, Chi na está la selva, inexplorada, fértil, odiosa. hasta que venga un segundo equipo,
destacando tropas en la línea fronteri- Emma me echa encima una caja sufre la imposibilidad de una ortopedia
za. Co mo si adivinara las probables con la que no puede y que casi me des- para su memoria. Recuerda su dolor en
consecuencias de esos acontecimientos, fonda a mí también. Sin embargo, el dolor ajeno, lo recupera acaso, y se
el cielo va adquiriendo progresivamen- apenas rengo tiempo de aprec iar el une desconsoladamente al coro de alari-
te el color del agua sucia de la colada y peso. Una estampida de voces y confu- dos. Mareado por el escándalo, exijo
caen de él leves cortinas de humedad sión nos golpea de improviso y de su que salgan rodos de aquí y Hun Nao
precediendo a la lluvia. Dejamos la interior surge una horda de puebleri- logra a trompicones que se cumpla el
carga en el piso de la cabina y Jaime la nos que me obligan a dejar los fardos mandaro. Un momento de paz, al fin, y
empuja al fo ndo mientras racha una en tierra. Histéricos, tratan de arras- varias horas de trabajo por delante.
línea de la larga lista que sostiene en las trarme hacia una figura tambaleante, Observo a través del plástico transpa-
manos. Quedan pocas por su primir. cruciforme, que viene por el camino rente a mis colegas, extrañados y quie-
Un viaje adicional y estaremos lisros pri ncipal seguida por una tropa de pla- tOS al pie de la escalerilla, ayunos de
para aco modarnos en los asienros y ñid eras y ca mp es inos que se han
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noticias, e indico a Gordi que vaya a -¿Todos' neo. La fama. Recuperar una posición
informarles. Pienso abstraídamente en -Hombre, no me voy a quedar yo jerárquica que yo no considero más
sus reacciones antes de que el olor solo. valiosa que una lata vacía. O tal vez el
picante del quirófano colme mis senti- -Tú eres el médico -exclama deseo de esas brillantes extremidades
dos y comience a recomponer la ruina Jaime, rabioso. Alarga la mano hacia la que hacían tan especial a Nhiek. Un
temblorosa que gime sobre la mesa de maleta. La retiro de su alcance. deseo que habíamos puesto en su cora-
operaciones. -Y tú el fis ioterapeuta. - le seña- zó n. In vo luntari amente, sí, ~ p e ro
Cuando salgo, la lluvia ha tenido lo- Y tú la psicóloga, y tú el experto importaba eso? Alguien había pagado
tiempo de conve rtir el suelo en un en prótesis. Yo estoy dispuesto a que- lo que creía el precio. ¿Con qué dere-
cenagal. La noche se ha anticipado darme, pero si lo hago es para que se le cho podía mos decir qu e la riend a
bajo el techo de nubes. Hay luces ponga una pierna nueva, puede que había cerrado y el sacrificio era inútil'
ence ndidas cerca del heli cóp tero. dos, y para que luego vosotros tres -Tú decides -repetÍ, tragándo-
Fuera , Jaime, Emma, Felipe pelean hagá is con él lo mismo que habeis me aquellos razonamientos, tan justos
contra el aburrimiento y la preocupa- hecho con Nhiek, aunque nadi e os y tan inconvenientes. Si Khieu tenía
ción sorteando charcos dorados por el pague un plus por hacerlo. Porque si éxito, si nos atrapaba en el momento
reflejo de las bombillas. Saben qué es no, para dejarle colgado de unas muie- justo o por el contrario le abandonába-
lo que ha ocurrido. Por su forma de ras, tanto da que se recupere en manos mos a su suerte, no importaba con qué
recibirme sé igualm ente que han de las enfermeras, que están perfecta- inteligentes argumentos quisiéramos
romado una decisión, y que no va a mente entrenadas para cuidarle, que disfrazarlo.
gustarme. en las mías. ¿O no? Tú decides. Todos Volvió la cabeza en derredor, pensa-
-Khieu ha pisado una mina - les o ninguno. tivo. Oliendo el cercano flujo de muer-
informo. Siento un cierro placer fin- Callo. No añado los pensamientos te que podía seguir su curso o detener-
giendo inocencia-. Ya está fuera de que volaban por mi cabeza mientras se entre noso tros. Poniendo en la
peligro. reconstruía arterias, alineaba colgajos, balanza la ética y el miedo. La tregua
-Gordi nos lo dijo - reco noce limpiaba heridas y retiraba esquirlas de no podía durar, no iba a durar, y nues-
Jaime--. ¿Una pierna? hueso y tejidos muertos. La seguridad tro contrato había expirado. ada nos
-Sí. La otra se ha podido salvar, de que un chico inteligente como araba allí, al alcance de fuerzas que no
pero dudo que vaya a serv irl e de Khieu no se deja arrapar tan fáci lmen- comprendíamos pero que igualmente
mucho. te. Nhiek mismo fue víctima de un nos aniquilarían si acababan mezclan-
Emma y Jaime cruzan miradas de lamentable error, una zona considera- do su camino con el nuestro. En el
interrogación. Discuten quién va a da prematuramente como segura. En otro platillo estaba un niño recién des-
decírmelo. cambio, Khieu, deduje de los comen- baratado cuya única esperanza éramos
-¿Qué vas a hacer' -pregunta tarios contradictorios de las enferme- nosotros. En una situación semejante
Emma finalmente. ras, había salido del sendero y camina- Susana no habría tenido ninguna
-¿ Hacer de que do directam ente hac ia un a mina duda. Ella se habrla quedado, anhelan-
-joder-exclama Felipe--. ¿Vas a semienterrada. Una mina que quizás él do que vinieran a satisfacer su ambi-
quedarte a atenderle o no? mismo había descubierto días atrás. ción secreta. Probablemente por eso
Mediro la respuesta. Ellos esperan ¿Por que ¿Cuáles son los motivos que ella y yo nunca llegamos a congeniar
que sea afirmativa. pueden inducir a un chico sano y listo del todo. Yo queda vivir.
-Claro -<ligo, y subo al aparara a buscar una mutilación voluntaria? Jaime se agachó para coger la male-
a coger una prótesis y la maleta de No lo sé. Hace mucho que he dejado ta. Ya había decidido.
Jaime. Bajo con ellas, saboreando las de ser un niño. Cosas que para mí son -Vámonos -<lijo.
expresiones de asombro que provo- banales a él tal vez le parecieron que Ynos fuimos.
co-. Como rodas, ¿no? valían la pena. El estrellara momentá-

© 1998 Ramón Muiioz.


© 1998 Sonia Roji, por las ilustraciones.
Ensavo
"

TESOROS OCULTOS
César Mallorquí

Edward Bellamy, y un a edi ción de

H
ay libros que casi nadie cono-
ce, libros que se distribuyeron 1931 de La última y la primera huma-
mal, que fu eron publicados nidad, de Stapleton. Estas muestras de
por una editorial desconocida, o que, proto-cf pueden ser raras, pero cual-
por una razón u otra, pasaron inad- quier aficionado medianamente ente-
vertid os, y qu e, sin embargo, so n rado las conoce, aunque sólo sea de
libros valiosos, quizá no obras maes- oídas. Puede que sean tesoros, pero en
tras, pero sí buenas novelas dignas de ningún caso ocultos.
mejor suerte. Esos libros son los teso- En segundo lu gar, he omitido
ros ocultos que yacen enterrados en cualquier novela aparecida en un a
los polvorientos anaqueles de las libre- colección del género, por rara que sea
rías de viejo o, incluso, en nuesrras de encontrar. Por ejemplo, considero
propias bibliotecas, olvidados y nunca que El abogado gladiador, La lucha
leídos. contra las pirdmides o La marcha del
Hace poco padecí los rigores de borracho son tres interesantes novelas
una mudanza. Un traslado siempre es de Frederik Pohl y C. M. Kornbluth
una experiencia terrible, pero si quien que muy pocos conocen. Pero las tres
César Maflorquí no sólo es lo sufre, como yo, posee literalmente aparecieron en la colección de Obras
uno de los escritores punteros varios miles de libros, entonces, ay, el Escogidas de la Ciencia Ficción
de la cfen España {aunque asunto se adentra en los rerrenos de la Norteamericana (Aguilar, 1967), y eso
to rtura más abyecta. Pero, co mo no ya se adentra en un terreno más fami-
nos tenga un tanto hay mal que por bien no venga, el liar. Si un libro ha aparecido en una
abandonados en los últimos hecho de tener qu e empaquetar y colección, puede que sea un tesoro
desempaquetar mi biblioteca me pro- oculto, pero hay planos para encon-
tiempos), sino que es también porcionó la oportunidad de reencon- trarlo.
uno de los lectores más trarme, como si fueran viejos amigos, Tampoco he in cl uid o aqu ell as
con algunos de esos libros, tesoros de obras de cf o fantasía que, habiendo
cultivados del género, con un
papel ocultos. sido escritas por autores mainstreamer,
amplio rango degustosy una Pensé entonces en escribir sobre son sobradamente conocidas en los
notabilísima capacidad crítica. ellos, no desde un punto de vista críti- circuitos de la literatura general. Mr.
co, sino como meras recomendacio- Vértigoy El país de las tí/timas cosas, de
Aquí comparte con nosotros nes, consejos de amigo. El problema Paul Auster, Fin de las noticias del
algunas de f¡zs sorpresas que le era decidir qué libros debían entrar en mundo de Anthony Burgess, En direc-
han proporcionado sus treinta la categoría de tesoros ocultos. to desde el Gólgota, de Go re Vid a!,
De entrada rechacé aquellos que, Dios salve a Inglaterra, de Daphne Du
largos años de afición a la aú n siendo difíciles de encontrar, son Maurier, El cuento de la criada, de
ciencia ficción, librospoco abi ertamente co noc idos . En mi Margaret Atwood, o Ada o el Ardor,
biblioteca hay, por ejemplo, un ejem- de Nabokov, son excelentes novelas de
conocidospero decididamente plar de principios de siglo de la edi- temática fantástica, pero están ahí, a la
atrayentes. ción en castellano de El Año 2000, de vista, disponibles para quienes deseen
23

visitarlas. No hay nada oculto en ellas. guerra está perdida para Alemania. En Agartha describe un viaje a los inicios
Por último, he omitido roda la un intento desesperado por invertir ral del nazismo, a sus fuentes primitivas,
literatura juvenil. Y sólo lo he hecho situación, el propio Adolf Hitl er al mundo de las arcaicas mirologías
por un motivo: de incluirla, el tamaño encarga a uno de sus mejores agentes, paga nas de las que surgió el cr uel
de este comentario se tornaría excesi- el teniente coronel de las SS Walrer mes1amsmo ano .
vo. Hay un gran número de excelentes Werner, una misión ex rraordinaria: El epílogo del libro propone, en la
novelas juveniles de tema fantástico, localiza r la pu erta que co ndu ce a mejor tradición del género, un fin al
demasiadas. Merecen su propio artí- Agartha, la mítica Ciudad de los abierto, en virtud del cual existen dos
culo. Además, no esrán ocultas, sino Poderes, y encontrar el Vril, la fuerza opciones: Werner murió, loco de fi e-
bien visibles en cualquiera de las múl- metafísica con la que Hitler logrará bre y sed, en un remoro desierto, o
tiples coleccio nes juveniles qu e se derrotar a sus enemigos. bien Werner cons igu ió finalmente
publican en España. La novela, escrita en primera per- encontrar, y traspasar, el umbral de la
En fin , después de esta poda reduje so na, ado pta en su mayor parte la mítica Ciudad de los Poderes.
mi lista de recomendaciones a nueve form a de un diario , el diario que A veces pienso que debo de haber
títulos. Una cantidad exigua, ya lo sé, Wern er redacta durante su largo y sido el único lecror de El viajero de
y no están, ni remotamente, rodos los accidentado peregrinaje. Todo gira en Agartha. Jamás vi crít ica alguna de
que son. ;Por qué nueve? Porque es romo a ese periplo, que comienza en esta novela, ni siquiera una miserable
un número que, careciendo de la fatua Singapur a mediados del 43 y prosi- mención. El texro pasó si n pena ni
rotundidad del diez, no deja de poseer gue por Calcuta, Sikkim y el Tibet, gloria de la edición al olvido, y creo
cierro fuste. hasta concluir, un año más tarde, en que esta actitud cicatera resulta injus-
Nueve títulos (aunque uno de ellos un innominado desierto chino. Sin ta. Porque la novela de Abel Posse es,
sean tres), nueve rarezas, nueve tesoros embargo, más que una trama aventu- sin duda, una de las mejores aporta-
ocultos. rera (que la hay), lo que Posse nos ciones de la literatura en castellano al
propon e es un a per ip ec ia moral. género fantástico.
l. El viajero de Agartha. Abel Posse. Werner, el protagonista y narrador del
(Plaza & Janés, 1989) relaro, es un nazi convencido. Su pen- 2. Maxwell al cuadrado. Cliffo rd D.
samiento es nazi, su ética es nazi, su Simak. (Pomaire 1969)
Hay una clase de relaros que, si n discurso es nazi. Y no hay en el rexro
serlo, poseen cierro «sabor• a literatura un contrapunto explícitO a tal ideolo- Siempre he pensado que Simak ha
fantástica . Quizá el eje mplo más gía. Debe ser, por ta nto, el lector sido un auror injustamente tratado.
conocido sea El palacio de la luna, de quien encuentre los argumentos nece- Ah, sí, se le reconocen sus méritos por
Paul Auster, un a narración rea lista sarios para rebatir a Werner. Ciudad, o por Estación de trdmito,
que, en virtud de su arquitectura Pero el escriror no le pone las cosas pero cuando se habla de él suele des-
interna, adquiere la textura de lo fa n- fáciles al lector, porque éste no puede pachársele con frases del estilo de «el
tástico. Supongo que el hecho de que evitar verse arrastrado por la narración mayor escriror pastoral del género». Es
Auster esté fascinado por el azar tiene hasta caer embriagado por el morboso decir: se le cuelga una etiqueta. En
algo que ver con el asunto, ya que el romanticismo que se desprende de la este caso no se trata de una etiqueta
azar es lo más parecido a la magia con aventura iniciárica del protagonista. falsa, pero lo malo de las etiquetas es
que comamos en este umverso. Resulta fácil identificarse con Walter su carácter reduccionisra. Simak es, en
Pues bien, El viajero de Agartha Werrer -arqueólogo y espía, el para- efecto, un escri ror pasroral (un •cam-
pertenece a ese grupo de obras: una digma del aventurero clásico-- y esro pesino romántico»), pero no es sólo
novela mágica, con aroma a prodigio es algo que, tratándose de un oficial eso.
y maravilla, que, sin embargo, no con- de las SS, resulta cuando menos per- o voy, sin embargo, a hacer aquí
tiene ni un solo elementO objetiva- turbador. una reivi ndi cac ión de Simak.
mente fantástico en su argumento. Sin embargo, también nos engaña- Quienes, como yo mismo, le conside-
Su trama es sencilla: en 1943, las ríamos si limi tá ramos el relaro a sus ran un escriror sólido e inteligente,
auroridades nazis comprenden que la aspectos morales. Porque El viajero de dorado de un mesurado háliro poético
y poseedor de un au téntico mundo humor y la cf no son buenos compa- morados gnomos.
propio, recordarán, aparte de los títu- ñeros de viaje. No hacen falta argu- Y, por supuesto, no debemos olvi-
los ya citados, novelas tan estimulan- mentos para rebarir esre punto de dar el nfrido influjo shakespeariano
res como Anillo en torno al sol, vista; basta con citar un par de nom- que respira la novela. De hecho, el
Caminaban como hombres o Flores fatí- bres: Fredric Brown y Rob err bardo inglés forma parte del plantel
dicas, asf como un buen puñado de Sheckley. A los que yo añadirla el del de personajes, protagonizando uno de
excelentes relatos co rtos. Pero casi Si mak de Maxwell al cuadrado, por- los momentos más divertidos de la
nad ie se acuerda de una pequeña joya que esre título es el paradigma de lo narración.
llamada Maxwe/1 al ct1adrado. qu e en cine se ha dado en llamar Me atrevería a deci r que Maxwe/1
A finales de los sesema, la editorial screwball comedy, es decir, la comedia al cuadrado es un a pequeña obra
Pomaire puso en marcha una extrava- acelerada, frenética, pero elegante (al maestra. Pequ eña en cuanto a su
gante co lecció n ll amada «Rea li smo est ilo de las mfri cas pelfc ul as de alcance, si, ya que no prerende ser otra
famásrico». Eran unos libros de fo r- Hawks con Cary Grant) . De hecho, cosa más que un humilde divertimen-
mato cuadrado (al estilo de Horiwnte uno de los personajes de la novela, to. Pero, salvando las distancias, ¡no es
o ND) en los que se mezclaban auto- una muj er, tiene como mascota un eso mismo El sueño de una noche de
res tan diversos como Tabori, Vian o tigre dientes de sable reconstruido por veranO!
Aneche. Pues bien, en es ta ex traña bioingeniería, un animal que no cesa
colección (a la que no debla de ser 3. Y, T, K(killer): la trilogía de
ajeno Domingo Sa ntos) apareció la Martín Lord. Tomás Salvador. (Plaza
nove la de Sim ak The Goblin & Janés 1972, 1973 y 1974)
Reservation (1968), traducida como
Maxwe/1 al ct1adrado. Hasra que cayó en mis manos el
Pese a no se r una nove la mu y excelente artículo de Alfredo Benfrez
larga, se ria dificil resumir aquf su sobre Tomás Salvador (GIGAMESH 8),
argumento. Ambiemada en un futuro pensaba que, al igual que ocu rría con
en el que la Tierra se ha convenido en el tiru lo de Posse, yo habla sido el
una especie de universidad galáctica, único lector de esta rrilogfa. Gracias a
los humanos conviven con seres surgi- Benírez ahora sé que fuim os , al
dos de las mitologías celta y escandi- menos, dos. Por otro lado, el citado
nava (banshees, hadas, rrolls, goblins, artic ulo me lib era de exrende rm e
ecc). La trama comienza siendo poli- sobre los co ntenidos de estas tres
ciaca, pero no tarda en asum ir aspec- de causar problemas. Y esre aspecto novelas, y a él remiw al lector que
tos propios del famasy, de la cf pura, argumental parece un claro homenaje desee más datos.
del espionaje o de la novela de humor. a La fiera de mi niña, la cinta de Vayamos por partes. Nunca semi
Hay romance, aventuras, semido de la Hawks cuya proragon isra (Karherine un especial aprecio por la cf de Tomás
maravilla y un amable toque de ironía Hepburn ) posee un leo pardo qu e Sa lvador. Tanro La nave como los
que logra amalgamar con inusitada todo lo complica. relatos de Marsuf me parecen obras
eficacia los diversos (y a veces anriréri- Pues bien, es esra cualidad de «alta demasiado deudoras de sus referentes
cos) elementos que co mponen esta comedia» lo que convierte a Maxwell anglosajones. La prosa de Heinlein se
novela ejemplar. al cuadrado en una novela tan inusual encuentra excesivamente presente en
Y ahf radica, precisamente, la pri- como refrescante. El lector no puede ellas (no hablo de plagio, pero ... ).
mera virtud de Maxwell al cuadrado: susrraerse al oprimismo bullicioso que En cuanto a la trilogía de Martín
probablemente sea el mejor pastiche impregna el texto y tampoco puede Lord, hay algunos aspectos irritantes
de cf y fanrasfa clásica jamás escrito. evitar sentir simpatía por sus prorago- en ella. El primero está relacionado
Pero, aun siendo grande, ésre no es el nisras: un hombre, una muj er, un con lo anterior. Por ejemplo: existen
principal mérito de la novela. neandenhal, un fantasma, un dientes en el argumento de T evidentes deu-
Hay qui enes sos ti enen qu e el de sable y un buen montón de malhu- das co n el Más que humano de
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Srurgeon (ahí es nada: el bueno de acabado jamás». En efecto, los iconos 4. El viajero perdido. Sreve Wilson.
Marrin Lord entra a formar parte de culturales de la «década prod igiosa• (Star Books 1979)
una gesralr clavad ira a la que imaginó están presentes en la trilogía de Lord.
don Teodoro). Por otra parte, algunas Y me apresuro a señalar que la men- He leído muy pocas novelas cuyo
<<moderneces» de la técnica literaria de ción al agente 007 no es gratuita; fíje- argu mento co mi ence de fo rma tan
Salvado r (en panicular la forma de se el lector, sino, en la simi li tud eufó- delirante: tras una repentina guerra
signar los diálogos) resu ltan hoy tan ni ca que hay entre los nombres de nu clear, el pres id ente de Es tados
artificiales como molestas. Por último, Marrin Lord y James Bond. Unidos vaga (drogado, por cierro) sin
el tono de la narración, desvergonzado Pero quizá lo más cu rioso de la tri- rumbo fijo por los alrededores de
y atrevido para la época, se encuentra logía de Salvador sea que, pese a las Washington, cuando, de repente, se
ahora muy cercano a la ñoñería (para evidentes influencias de autores ame- encuentra con una banda de Ángeles
ser justos, conviene recordar que estas ricanos, se trata de una novela nítida- del Infierno. Los motoristas, al reco-
novelas se publicaron inmediatamente mente europea (qu e no española, nocer al presidente, lo convierten en
antes de la muerte del infame dicta- desde luego). A comienzos de los su líder. Pasa el tiempo y ese grupo de
dor). setenta, el centro de la modernidad se Ángeles del Infierno acaba por trans-
Y, pese a todo, coincido plenamen- encontraba en Londres. Aquello era formarse en el germen de una nueva
te con Benírez cuando afirma que la un crisol lleno de colorido, creatividad civilización: el Feudo Peregrino.
trilogía de Lord, co nsiderada como América, al igual que ocurría antes
una unidad, es la mejor novela espa- La trilogía de Martin de la co loni zació n, se encuent ra
ñola de ciencia ficción escrita hasta el poblada por tribus nómadas, muy
momento. Lord, considerada como similares a los primitivos indios de las
(Por qu é? De entrad a, Tomás praderas, salvo que han cambiado los
Salvador era un excelente narrador, una unidad, es la mejor caballos por potentes motocicletas.
dorado de un brillante sentido del Entre tanto, en la orilla del Atlántico,
ritmo y de la progresión dramática. novela española de crece un a ríg id a civili zac ión: la
También era un sólido creador de per-
so najes, y me remiro al Hugo de
ciencia ficción escrita Federació n de la Costa Esre . Al
mismo tiempo, un grupo indepen-
Payos de T, cuya poderosa personali- hasta el momento. No diente controla los campos petrolífe-
dad sirve para hacer creíble y sólida ros de Tejas y el Golfo de México,
una lín ea argum enta l (esa utopía ha sido reeditada ocupándose de transportar la gasolina
medievalista inspirada en los templa- en grandes cam iones cisterna a lo
rios) que racionalmente apenas puede y subversión. Si existía un futuro, ese largo de la Ruta del Combustible.
sostenerse. A decir verdad, técnica- fut uro tenía que pasar forzosamen te Pero la gasolina es un bien codicia-
men te, Sa lvador era mu cho mej or por Coven t Carden . Luego llegó el do por todos y pronto comienzan las
esc ri tor que la mayo r parte de los racherismo para poner las cosas en su luchas. Es en este co ntex to cuando,
autores anglosajones de ciencia ficción sirio (es decir, al león inglés a los pies dos siglos después del Gran BLAM, se
de aquel momento. del águ ila americana). Pero, en aquel inician las aventuras del joven John
Pero la razó n fund amental que momento, el futuro intelectual era Largo Alcance y su amigo Milr, expul-
convierte la trilogía de Lord en una Inglaterra, y Salvador lo describió sados de su tribu de motoristas por
obra extraordinaria es su capacidad de magistralmente en forma de sueños una falta que no cometieron.
captu rar el espíritu de un a época. pop y pesadillas tecnológicas. En fin , al contemplar el escenario
Citando el artículo de Benírez: «( ... ) Hoy se cumplen veinticinco años y la historia de El viajero perdido nos
Las andanzas del perso naje de de la publicación del primer título de viene inmediata mente a la cabeza la
Salvado r no se desenvuelven por el la tr ilogía de Marrin Lord . Desde serie cinematográfica Mad Max, del
siglo XXI ral como será, sino como entonces, esta obra no ha sido reedita- australiano George Miller. Pero hay
habría sido si la década de Kennedy, da. que tener muy presente algo: Mad
los Beades y James Bond no hubiera Es una injusticia. Max. Salvajes de autopista, la primera
película de la ser ie, se es trenó en los ca minos de la literatura general, amante, algo que, cuando finalmente
1980, mientras que El viajero perdido quizá en su verriente más intelectual, lleve a cabo, tendrá efectos muy dife-
fue publ icada en 1976, cuatro años ya que sus protagonistas y sus remas rentes a los por él deseados. Para
antes. Si alguien copió, fue Miller. suelen proceder del mundo universita- colmo de males, Maurice debe rendir-
El viajero perdido no es una obra rio (no en vano el escritor había dado se ante la evidencia de que su hotel
maestra, desde luego, pero se trata, sin clases de literatura in glesa en el está habitado por un fantasma. Desde
duda, de una diverrídisima novela de Uni vers iry Co ll ege de Swansea). ese momento una sucesión de extra-
aventuras, escrita con convicción (pese Paradójica mente, Amis era también ños - y cada vez más inquietantes-
a la extravagancia de su punto de par- un entusiasta de la literatura popular, hechos irá com pli ca ndo su, hasta
tida) y narrada con un ritmo trepidan- lo cual le llevó, por ejemplo, a escribir entonces, más o menos tranquila exis-
te que invita a leerla de un tirón. El coronel Sun, bajo el seudónimo de tencia. Docum entos ant iguos que
De su autor, Sreve Wilson , poco Roberr Markham, una novela prota- narran arroces sucesos, el espectro de
he podido averiguar. En la enciclope- gonizada, nada más y nada menos, un asesino de niños del siglo XVII ,
dia de Clure y Nicholls se dice de él que por James Bond. Además de esto, una animada charla con Dios y, fi nal-
que nació en 1943, en Inglaterra, y Amis escribió dos interesantes ensayos mente, la aparición de un monstruo
que se dedicó al thriller antes de escri- sobre la literatura de cf, el famoso El terrible hecho de vegetación putrefac-
bir El viajero perdido. Su obra poste- universo de la ciencia ficción (1 960) y ta y fungosidades.
rior a 1976, si es que Wilson siguió El hombre verde es una eficaz nove-
escribiendo, parece constituir un mis- la de terror sobrenatu ral, pero tam-
terio insondable.
La mezcla degéneros, bién una comedia costumbrista. Yesta
como suele ocurrir mezcla de géneros, como suele ocurrir
5. El hombre verde. Kingsley Amis. cuando se hace con sabiduría, se con-
(Aymá, 1971) cuando se hace con vierte en el principal motor del relato,
un relato que nos hace sonreír con las
Probablemente no cabe considerar
sabiduría, se convierte torpes anda nzas del dipsómano y
a este título un «tesoro oculto». A fin en el principal liberrino Maurice -un protagon ista
de cuentas, aparece en el libro de nada edificante-, y que nos pone los
David Pringle sobre las cien mejores motor del relato en pelos de punta cua nd o el mal más
novelas de li teratura fantástica. Sin abyecto que pueda imaginarse adquie-
embargo, por alguna razón que desco-
El hombre verde re cuerpo y presencia.
nozco, Kingsley Amis nunca ha goza-
do de excesiva fa ma en los círcu los La edad de oro de la ciencia ficción 6. El juego de la mente. Norman
literar ios españoles (cosa que no (1 98 1). También publicó una novela Spinrad. (Ediciones B, 1989)
puede decirse de su hijo Marrin). Por de cf, The Alteration (1 976), vagamen-
otro lado, la única edición en español te inspirada en el Pavana de Keith Hay autores cuyas primeras obras
que conozco de El hombre verde, la de Roberrs, y una novela de terror sobre- poseen un fu lgor deslumbran te que,
Editorial Aymá, data de 1971. Ya en natural, este Hombre verde que ahora luego, posteriores títulos van apagan-
su momento pasó inadvertida, así que nos ocupa. do, hasta convenir en cenizas lo que
imagino que hoy en día so n mu y El protagonista del relato, Maurice prometía ser una descomunal hoguera
pocos los lectores que la conocen. Allingron , es el propietario de El de ta lento. Supongo que el mejor
Kingsley Amis, un o de los más hombre verde, un hotel rural cuya ejemplo de esto es el caso de Roger
céleb res escritores ingleses de este ex istenc ia se remon ta a la Edad Zelazny, un excelente escritor que
siglo, fue el líder del grupo de arrisras Media. Maurice es alcohólico, tiene poco a poco fue perdiendo brío, hasta
conocido como los «jóvenes airados>> problemas con su mujer y su hija ado- decantarse por la co mercialidad más
que irrum pió en la escena literaria lescente, ha de cargar con un padre fl agrante, con obras de tan escaso
inglesa durante los años cincuenta. La senil y su mayor ambición es montar- interés como las innumerables secue-
mayor parre de su obra discurre por se un ménage atrois con su esposa y su las de Nueve príncipes de Ambar.
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Orro caso similar es el de Norman en sus fuente s. Porqu e la ficti cia demandas, convirtiendo su vida en El
Spinrad. Su novela In cordie a jack Iglesia Transformacionalisra es, en rea- proceso de Kafka.
Barran, publicada en 1969, percutió en lidad, la muy auténtica Iglesia de la Ese es el mori vo por el que
el mundo de la ciencia ficción como Cienciología. Imagino que no es nece- Spinrad ruvo que disfrazar en su libro
un marrillo pilón. Era un rexro violen- sario que me extienda aquí sobre los el nombre de la secta. Pero no nos
ro, brillante y ácidamente crítico que orígenes de la Cienciología, esa pseu- engañemos: rodo lo que el escriror
mostraba sin tapujos la cara más salvaje dociencia pseudomísrica que tanto ha cuenta acerca del Transformacionalis-
del capitalismo neoliberal y el enorme, encandilado a intelectuales de la ralla mo se co rresponde punto por punro
y no siempre honesro, poder de los de Tom Cruise o john Travo lra. co n el co rpus de cree ncias, riros y
medios de comunicación. Su siguiente Cualquier afi cio nado sabe qu e la estrategias de la Cienciología. Y cuan-
novela, El sueño de hierro, pareció con- Cienciología se la sacó de la manga do, hacia el final de la novela, el pro-
firmar las promesas levantadas por Jack ese mal escritor de cf, pero gran tagon ista se enfrenta cara a cara con
Barron. Se rraraba de una perturbadora embaucador, que fue L. Ron john B. Sreinhardr, el líder de la secta,
ucronía, abiertamente excénrrica, que Hubbard, y que su corpus teórico, la un gurú cínico y borrachín enloqueci-
analizaba el pensamiento roralirario - Dianérica , apareció con rodas los do por el poder, a qui en realmente
en concreto el nazismo- llevándolo, honores (y con rodo el entusiasmo de es rá describiendo el autor es a
med iante una ingeniosa pirueta, al Lafayerre Ronald Hubbard, ese moles-
absurdo, y componiendo así un rexro ro grano en el trasero de la e(
de gran originalidad. El juego de la meme no es una gran
Desgraciadamente, los siguientes novela (en la med ida en que arras
relatos de Spinrad fueron perdiendo obras de su auror sí lo fueron) , pero
progres ivamente aliento y frescura, resulta enrrerenida y está muy bien
co mo si el impulso dec ididamente docum entada. Más allá de eso, su
transgresor que animara al auror en argumento es, en realidad, una recrea-
sus comienzos se hubiese marchitado ción del miro de Orfeo, escrita con
con el fin de la década de los setenta. garra y co nvenci mi ento , pero de
No obsra nre, en 198 0 Spinrad forma, quizá, un tanto mecánica.
publicó una novela de cierro interés El hecho de que El juego de la
que, no siendo cf, manrenía algún que mente apareciera en un a co lecció n
otro nexo con el género: El juego de la ajena al género (con una excelente tra-
mente. Su argumento narra la historia ducción, por cierro, de Rafael Marín),
de Jack Weller, cuya esposa, Annie, es ha contribuido a que muchos aficio-
Norman Spinrad.
captada por una secta llamada Iglesia nados se la hayan perdido. Y es una
Transformacionalisra. Weller intentará Campbell) en la revista Astounding. pena porque, aunque sólo sea como
recuperar a su mujer y, para ello, se El caso es que, desde aquellos leja- curiosidad, vale la pena leerla.
verá obligado a introducirse él mismo nos días de 1950 hasta ahora, el esta-
en el seno de la secra. Como vemos, rus de la Cienciología ha cambiado 7. Sueños de Einstein. Alan
no se rrara de una trama demasiado mucho. Actualmente, la secta se ha Lighrman. (Tusquers 1993)
origi nal : muchas novelas y películas co nvertido en un pequeño imperio
cuentan co n argumentos similares, que mueve millones de dólares, y que Alan Lighrman no es un escriror
aunque es jusro reconocer que hace utiliza su enorme poder para acabar profesional. En realidad, trabaja como
dieciocho años, cuando apareció El con sus enemigos mediante un meca- profesor de cosmología en el MIT, y
juego de la mente, el asunro era más nismo muy curioso: el judicial. En esre libro es su primera obra. Y, tam-
singular de lo que ahora parece. efecto, quienes, en Estados Unidos, bién, una pequeña maravilla.
El auténtico interés de la novela de criti can públicam ente a la Sueños de Einstein no es una nove-
Spinrad no radica, de rodas formas , en Cienciología se encuen tran con que la, ni una obra narrativa, pero tampo-
la relativa originalidad del rema, sino los abogados de la secta les cubren de co es un ensayo, ni un rrarado de
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divulgación científica. Entonces, ¡qué texto incide en lo que el tiempo le literatura fantástica. Sin embargo, no
demonios es? Yo diría que se trata de hace a las perso nas. Poes ía, en la he encontrado su nombre en ninguno
una ficción especulativa, aunque me medida en que cada uno de los sueños de los libros de consulta de que dis-
remo que eso tampoco aclare muchos puede ser una metáfora de nuestra pongo. Para la literatura ge neral ,
las cosas. realidad. Poesía, en defi nitiva, pues Swann parece no existir.
Sueños de Einstein trata sobre la ¡cómo, si no, puede definirse la her- Por otro lado , la editorial Edaf
naturaleza del tiempo; o, mejor dicho, mosa idea de que el tiempo sea una publicó en su co lección Íca ro dos
sobre cómo podría ser el tiempo si no bandada de ruiseñores' («El tiempo obras de este auror, El mundo inexis-
fuera lo que es. Todo comienza en revolotea, aletea y salta con esas aves. tente y El fénix verde, y ambas estuvie-
Berna, en 1905. Albert Einstein traba- Si se arrapa una de ellas, el tiempo se ron en las riendas de saldo hasta hace
ja en una oficina de patentes y, de vez detiene. El momento se congela para relativamente poco. De modo que los
en cuando , se queda dormido. rodas las personas y los árboles y el aficionados han tenido la oportunidad
Entonces sueña, sueña con el tiempo. suelo donde se encuentran>>.) de romar contacto con Swann, pero ...
El libro describe, en breves capítulos, De entre rodas los tesoros ocultos No sé, rengo la sensación de que no
treinta visiones oníricas en las que el que aquí apa recen , és te es el más muchos lo han hecho. Las obras de
tiempo adquiere propiedades distintas reciente. Se publicó hace cuatro años Swann son fantasía clásica, muy aleja-
a las usuales. y todavía puede enco ntrarse en las da de los machotes hiper-hormona-
En uno de esos sueños el tiempo es dos, tipo Conan, o de las fotocopias
circular, roda vuelve a repetirse. El Sueños de Einstein trata de Tolkien que tanto proliferan. Es
futuro se conv ierte en pasado y el decir: se trata de una fantasía a contra-
pasado en futuro. En orro sueño, el de la naturaleza del corriente. Por arra parte, la lírica prosa
tiempo flucrüa, a veces va hacia delan- de Swann posee acentos propios de los
te, a veces hacia atrás. Yen ese tiempo tiempo, sobre cómo cuentos de hadas tradicio nales, algo
caprichoso hay personas de arras épo- que horripilará a los inefables degusta-
cas arrapadas en inusitados ramales de
podría ser si no foera w dores de supuestas moderneces.
la historia. Orro sueño más describe
un tiempo dorado de rres dimensiones
que es. Son sueños en ws Para colmo, La mansión de las rosas
fue publicada en 1981, por Bruguera,
en el que cada suceso adquiere tres que el tiempo adquiere con prólogo de Cario Fraberri, bajo el
real idades distintas y si multáneas. Un membrete de Ciencia Ficción (algo
nuevo sueño co ntempla un mundo propiedades distintas que, a rodas luces, no es), lo cual está
donde el tiempo transcurre más lenta- muy cerca de situarla en una colección
mente cuanto más alejado se esté del librerías. Fue editado en la Colección de género .
centro de la Tierra. En ese mundo los Andanzas como literatura general, sin ¡Es, co n roda, La mansión de las
ricos viven en las alturas. el epígrafe de fantasía o e[ Quizá por rosas un tesoro oculro? Sinceramente,
Los treinta sueños de Ein stein eso muchos aficionados se lo hayan no sé si es oculto, pero no me cabe la
escritos por Lighrman se co mponen perdido. Por fortuna , ése es un error menor duda de que se trata de un
de viñetas minimalisras que cuentan que puede ser fácilmente subsanado. tesoro.
cómo sería la vida de las personas en Ambientada en la Inglaterra del
esos universos de tiempo alterado. Son 8. La mansión de Úls rosas. Thomas siglo XIII , La mansión de las rosas
breves apu ntes, pequeñas histo rias Burnett Swann. (Bruguera 1981 ) narra los conflictos entre humanos y
apenas esbozadas, co mo los trazos mandrágo ras, así como las aventuras
fugaces de un pintor impresionista. Thomas Burn err Swa nn es un de tres muchachos que intentan mar-
No se trata, pues, de un compendio auror poco conocido. char a las Cruzadas. Pero, más allá de
de especulaciones científicas, sino de Supongo que a algunos aficiona- su trama, lo que Swann describe en
una especi e de miniatura llena de dos, como Alfredo Lara, les parecerá esta novela (como en casi rodas sus
humanidad y poesía. una tontería esta afirmación. Ellos obras) es la decadencia del mundo
Poesía, sí, puesto que el núcleo del saben que Swann es un maestro de la antiguo y su desigual, y desesperanza-
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da, lucha contra el cristianismo. Lo sionó vivamente. Su autor se llamaba enco ntrado otros dos rel atos suyos
curioso es qu e el autor adopta el M. John Harrison y yo no tenía ni publi cados en Es paña: "Lo ndres
punto de vista pagano, mostrándonos idea de quién era, porque ya me había Melancolía" (Selección Bruguera 19,
la inmensa pérdida que para nuestra olvidado del libro qu e compré de 1975) y "Lamia y lord Crommi" (Los
civilización supuso el volverle la espal- saldo. mejores relatos de fantasía 11, Maninez
da al lado oscuro y dion isiaco de la Finalmente, hace un par de meses, Roca, 1985). Eso es todo; puede que
existencia. Al adoptar la cruz, y todo mientras trasteaba en mi colección de haya otros, pero yo no he dado con
el cuerpo de creencias y valores de la literatura fantástica en busca de mate- ellos. En cualquier caso, Harrison es
moral judeo-cristiana, no sólo perdi- rial para este artículo, encontré El un perfecto desconocido en España.
mos la inocencia, sino que también mono del hielo y lo leí de una sentada. Pero volvamos a El mono del hiela.
dejamos escapar la pura y nítida ale- De nuevo, quedé tan desconcertado ,se trata de un libro de terror, como
gría de vivir. como impresionado. aparece indi cado en la cubi erta?
Thomas Burnen Swann nació en Habl emo s un po co del autor. Bu eno , qui zá en el se ntido más
Estados Unidos en 1928 y murió en Mi cha el J. Harri so n nació en amplio del género lo sea, pero yo más
1976. Fue profesor de literamra ingle- Inglaterra en 1945. Su carrera como bien lo definiría como , fantasía mor-
sa en la Universidad de Florida, acadé- escritor comenzó en New Worlds, la bosa», con abundantes toques surrea-
mico y poera. Desde principios de los revista de Moorcock, de modo que su listas y kafkianos. La amología contie-
sesenta se dedicó a la prosa, escribien- ne relatos comprendidos entre 1975 y
do un bu en núm ero de ficc iones 1988. Los más tempranos es tán
enclavadas en el género fantástico . En impregnados por el aroma, ya un
1976, el año de su muerte, unió varios tanto anticuado, de la más radical new
de sus relatos corros para componer wave in gles a (reco rd emos qu e
La mansión de las rosas, un novela Harri so n pertenecía a la cuadra
mágica, melancólica y triste, como los Moorcock), un tono que se va dilu-
cuentos de hadas en que está inspira- yendo hasta desaparecer por completo
da. en los últimos cuentos.
Sin embargo, hay un tema que
9. El mo110 del hielo. M. John permanece constante en los escritos de
Harrison. (Ultramar 1992) Harrison: la degradació n física del
cuerpo como consecuencia de una
He aquí un ejemplo perfecto de previa degradación moral (o vicever-
cómo se descubre un tesoro oculto. ficción se instaló de lleno en la llama- sa). Son la enfermedad, la locura y la
Hace tres años, rebuscando por entre da Nueva Ola. David Pringle incluyó muerte los argumentos centrales del
los anaqueles de una librería de saldo, una de sus obras, The Centauri Device escritor (cinco de los siete relatos que
encontré una antología de relatos de (1974), entre la lista de las cien mejo- contiene el volumen se centran, preci-
terror cuyo autor, un tal M. John res novelas de cf, y otra de ellas, A samente, en eso). Incluso la magia,
Harri so n, no me so naba de nada . Storm of \Vings (1 980), en su lista de cuando hace acto de presencia, adopta
Co mo el libro emba de oferta, lo las cien mejores novelas de fantasía. la forma de una profunda perversión,
compré, pero no le hice el menor caso No es que esto signifique nada en par- tanto psicológica como biológica. Los
(( qui én demonios era ese tal ticular (son notorios los patinazos de cuentos de Harrison nos inquietan,
Harrison '), as í que lo guardé en mi Pringle, tanto por omisión como por no por sus aspectos sobrenamrales (en
biblioteca y ahí quedó olvidado. aberrante inclusión), pero no cabe ocasiones, imperceptibles), sino por-
Ti emp o despu és, Minotauro duda de que Harriso n es un auto r que se adentran en zonas de nuestra
publicó El curso del corazón (1996), cono cido - y pres tigioso- en el mente que preferimos ignorar.
un texto complejo, sin apenas argu- mundo literario anglosajón. Sin Como sucede con todas las antolo-
mento , pero poseedor de un aura embargo, tras una nada concienzuda gías, la calidad de los relatos es irregu-
enfermiza y morbosa que me impre- rev isión de mi bibli oteca, só lo he lar, pero el conjunto resulta más que
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notable. Yo destaca ría "La invoca· Siete días en Nueva Creta, de Roben Adiós, Sherlock Holmes es un pasti·
ción", cuya lectura provoca un efecto Graves , es tuvieron a punto de ser che de Co nan Doyle esc rito por
similar al de las uñas arañando una incluidas . Constituyen dos curiosas Roben Lee Hall (Planeta, 1980). El
pizarra, "Egnaro", que trata sobre la excepciones al pesimismo de un géne- argumentO de este libro acaba conclu-
paranoia del herm etismo, y, so bre ro, la cf, en el que tanto abundan las yendo que Sherlock Holmes era un
rodo, "En descenso", un extraordina- visiones negativas del futuro: ambas viajero del tiempo prove niente del
rio relaro que cuenta la terrible histO- novelas son uropías en roda la regla. siglo XXII , y Moriarty su duplicado
ria de un hombre que atrae la mala Pero lo malo de las uropías es que sue- clónico. Bueno, cabe contemplar con
suerte y la desgracia hasta extremos len destilar un didacrismo moralista simpatía cosas así, pero la novela es
dantescos. bastante cargante. Por eso las excluí. bastante mala.
De rodos los tesoros ocultos que Son interesantes, son curiosas, pero lo Mucho más recomendable, y den-
he desenterrado para este artículo, El cierto es que no se las recomendaría a tro del mismo tema, resulta Sherlock
mono del hielo es el que mayor dificul- nadie (salvo desde un punro de vista Holmes a través del tiempo y el espacio
tad ofrece. Los cuentos de Harriso n académico) . Qúcar, 1986), una antología de diver-
carecen prácticamente de argumento, También pe nsé en incl uir Una sos aurores cuyos cuenros enlazan al
sus protagonistas no son héroes (más vida muy privada, del inglés Michael detective vicroriano con el mundo de
bien, todo lo contrario) y el ritmo de la cf. Algunos de los relaros en ella
la narración resulta un tanto premio- Gran número de incluidos (com o "El Di os del
so. No obstante, Harrison es un escri- Unicorn io Des nudo", de Ri chard
ror capaz de provocar intensas sensa· posibles tesoros ocultos Lupoff, o "Esclavos de piara", de Gene
ciones en el lector, un excelente crea- Wolfe) son más que notables.
dor de ambientes enfe rmizos, y aun· eran diamantes en mi En la misma edirorial , Júcar, apa-
que sólo sea por eso vale la pena leerle. reció La doncella de hielo (1988), de
memoria, pero se Marc Behm, el autor de la magistral
Otros títulos. La mirada del observador. Se trata de
convirtieron en una historia de vampiros, los vampiros
Hay muchos otros tesoros oculros. bisutería después de más curres que puedan imagin arse,
Gran parte de ellos rodavía los desco- narrada en clave de humor. Bueno, el
nozco, otros habrá n ca ído en mis una relectura caso es que esroy casi seguro de que es
manos pero no he sabido apreciarlos, una novela diverridísima, de lo más
gran número de ellos eran diamantes Frayn (Seix Barral, 1972). Se trata de recomendable... salvo porque su tra·
en mi memoria, pero se convirtieron una distopía satírica que algunos tie- ductor, Jorge de Lorbar (¡ Dios le fusti·
en bisutería al ser releídos. Eso me nen por obra de culro, pero que a mí gue!), perpetró la peor traducción de
ocurrió con Una noche interminable e no deja de parecerme muy poquita la hisroria de la literatura universal. El
Historias caritativas e historias abmrdas cosa. Se puede leer, incluso con agra· resultado: un texto apenas inteligible
(Colección Reno, 1965 y 1971), dos do, pero no aporta nada al manido que no se merecía lo qu e le hi zo
an rologías de cuenros fa ntásticos de mundo de las antiuropías. Lorbar.
Pierre Boulle, el auror de El planeta de En la misma colección Realismo Algunos libros son interesantes casi
los simios. Guardaba un buen recuerdo fantástico en que apareció Maxwe/1 al exclusivamente por su rareza. En la
de ellas, pero han envejecido mu y cuadrado, se publicó El Cristo hueco, fen ecida colección Novelas y Cuentos
mal. Probablemente eran relatos que del chileno Miguel Arteche (Pomaire, aparecieron en los setenta dos antolo-
ya estaban anticuados cuando se escri- 1969). Se trata de una hisroria fururis- gías de relatos de cf y fantasía escritas
bieron, pero no dejan de constituir un ta, co n ribetes policiacos, que narra por sendos aurores españoles: Cuentos
ejemplo de cf no anglosajona (aunque los conAicros socio-religiosos allá por del último día (1973), de Joaqu ín
no el mejor ejemplo posible, desde el año 3000. La novela está bien escri- Esteban Perruca, y La puerta de los
luego). ta, es inteligente, pero con demasiada sueños (1979), de Blanca Valdecasas.
\'(la/den dos, de B. F. Skinner, y moralina para mi gusro. La antología de Perruca, un auror que
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en el 69 ya había publicado una nove- cf como herramienta moral, algo que, Pero ya dije al principio que este artí-
la de cf, El silencioso clamor de las estre- perso nalmente (supongo que ya ha cul o no pretend e se r ex haustivo
llas (que no conozco), apenas tiene quedado claro), tiende a rocarme las (nunca podría serlo), si no amisroso.
interés. Su autor estaba tan preocupa- narices. En cualquier caso, ah í queda Viene a querer decir algo así como:
do en hacer «cf de cal idad• que lo esa aportación hispana, aunque sólo «Mira, yo leí unos libros en los que
único que consiguió es acartonar el sea como curiosidad. cas i nadie se fijó, y me gustaron.
texto. La antología de Valdecasas, por Lo cierto es que el capítulo de las Prueba tÚ».
el contrario, resulta mucho más grari- curiosidades sería demasiado amplio Co n todo, la se nsación que me
ficante. Su estilo respira mayor frescu- para abarcarlo entero. Encon tré una queda después de escribir estas pági-
ra e incluye algunos relatos (sólo algu- novela de espionaje escrita por Robert nas es de fracaso. Como si hubiera
nos) de excelente factura. Sheckley, El agente X en acción entornado la puerta de un gran alma-
Siguiendo con los autores españo- (Molino, 1967), que es infumable. Y cén y sólo hubiera podido echar una
les, en 1980 Juan-Ramón Zaragoza relaros policiacos de Alfred Bester y rápida ojeada a su interior. Hay más,
ga nó el premio Nada! co n su obra Ray Bradbury: Carrera de ratas Uúcar, mucho más, pero yo no lo he visto.
Concerto Grosso (Destino). La novela, 1986) y Memoria de crímenes (Edhasa, Por eso me gustaría animar a otros afi-
que juega con el concepro fa ntástico 1986). Incluso libros de divulgación cionados para que hicieran lo mismo
de la reencarnación, narra tres de las arqueológica, como El hombre ames de que aqu í he hecho yo . Conrad nos
vidas de una misma alma. La primera Adán (Di ana, 1965), de Ro berr vuestros hallazgos, habladnos de esos
parte se desa rrolla en la Ro ma de Silverberg. Pero, supongo, esta clase libros en los que nadie se fijó, pero
Ves pas iano, la tercera parte en la de cosas no tienen mucho interés. que vosotros supisteis capturar en un
Francia de Luis XVl, pero la segunda momento de lucidez, compartid con
parte tiene lugar en los Estados Unidos Conclusión noso tros los dorados doblones de
del siglo XXI. El caso es que Zaragoza, vuestro secreto cofre.
como muchos de los escrirores españo- So n muchos los tesoros ocultos, La lirer.uura de lo F.mtástico es una in-
les que han tocado el género, utiliza la muchos más de los que yo conozco. mensa playa repleta de tesoros enterrados.
© César Mallorquí, 1998.

111 CONCURSO GIGAMESH DE ENSAYO SOBRE El FANT STICO


BASES
l . El concurso GIGAMESH de ensayo está abierto a articulistas de cualquier nacionalidad que presenten ensayos
escritos en castellano dedicados a la opinión o al análisis de un tema, obra o conjunto de obras de su elección dentro
de los campos culturales o lúdicos del fantástico en cualquiera de sus vertientes: ciencia ficción, tenror, fantasía ...
2. Los ensayos, inéditos incluso en publicaciones no profesionales del género, deberán tener una extensión
mínima de cinco folios y máxima de 25, presentados en formato que no exceda las treinta líneas impresas
en cuerpo no inferior a doce puntos.
3. Las obras deberán remitirse por duplicado y bajo seudónimo, incluyendo en un sobre cerrado dentro del
mismo envío los datos completos correspondientes al autor.
4. El primer premio es de 50.000 pesetas y puede ser declarado desierto por el jurado, que en ese caso deberá
anunciar un segundo premio de 25.000 pesetas. Los autores ceden automáticamente los derechos de las
obras premiadas a la revista GIGAM ESH.
5. El jurado estará compuesto por Alejo Cuervo, Albert Solé y julián Diez, que actuará como secretario sin voto.
6. El plazo de recepción de originales se cierra el 1 de abril de 1999. Las obras deberán remitirse a: Librería
Gigamesh. Concurso de Ensayo. Ronda de San Pedro 53. 08010 Barcelona.
Rel at o

VINCO A LA MOLINERA
Félix J Palma

L
o primero que hice al llegar a mi tratarse de la receta que Bena había
apanamento fue desplo marme prometido pasarme para sorprender a
heroicamente sobre el sofá, con Mónica en la cena íntima de la noche
ese dramatismo un tanto vanidoso de próxima, último capítulo de un meti-
quienes necesitan creer que aun estan- culoso plan de copas y conversaciones
do so los siempre hay alguien que que me permitiría adquirir ante sus
mira, que vigila, que evita que nues- ojos una dimensión nueva al mostrar-
tros pequeños infonunios pasen desa- me co mo uno de esos hombres de
percibidos en el contexto del universo. hoy, ami gos de su propia coc ina
El trayecto en taxi con la ventanilla (había co mprado expresamente un
bien abiena, a pesar de que el tráfico delantal lleno de motivos idiotas para
había resultado más fluido de lo habi- lucirlo a la hora de servir la cena con
tu al, no hab ía logrado miti gar el la ceneza de que ella lo encontraría
mareo que me había producido el más entrañable que ridículo; cuando
vuelo, aq uella turbulencia a escasos cumpliese su objetivo, ya lo quema-
minutos del aeropuerto que me había ría). Cerré los ojos, convencido de que
desordenado las tripas, conminándo- con aquel vénigo atroz poco panido
Félix f. Palma se ha convertido nos a la mayoría a guardar el alma más podía sacarle al día, que empeza-
en los últimos años en el dentro de la bolsita marrón de los ba a declinar tras la ventana, y me
asientos en una repugnante sinfonía dormí sin desvestirme, todavía con la
estilista por antonomasia de la de arcadas. El apanamento no olía a corbata apretándome sin ganas el cue-
literatura fontdstica española, cerrado, y supe que Ben a se había llo como un estrangulador jubilado y
tomado también la molestia de airear- la monaja de la chaqueta; como si aún
si bien su trabajo apenas lo al regar mis plantas. Dado lo poco no hubiese llegado a casa, dispensado
ha salido (hasta ahora, cuando que hoy en día cotizan en bolsa las de la aburrida tarea de volver a ser yo
debe aparecer su antología relaciones vecinales, una vecina como por unas horas más.
Bena era todo un lujo, quizá un guiño Cuando volví a abrirlos, ya inmer-
El vigilante de la salamandra de Dios para que no perdiese la fe en so en un sábado luminoso, comprobé
en Pretextos} del dmbito el género humano todavía. Me deshi- aliviado que no me quedaban secuelas
ce con placer de los zapatos, arrojé a del mareo. Durante la ducha fui recu-
de los fonzines. un lado el malerín empachado de con- perando mi existencia, reconociendo
Aquí traemos por primera greso y desde mi horizontal idad pasé como mío todo lo que me rodeaba,
vez un relato suyo a revista a lo poco de apanamento que tomando mis quince días de congreso
registraban mis ojos. Atisbé por entre en Boston como una excepción y no
nuestras pdginas, curiosamente la puena entornada de la cocina un una realidad. Me puse unos vaqueros
con un registro de comedia papelito adhesivo pegado al frigorífico y una camisa limpia y me enfrenté al
y sonreí, conmovido por esos peque- fin a la nota de Berta, el desafío culi-
muy alejado de su ños detalles que tan sigilosa mente nario en el que consumiría la mayor
producción habitual enuncian amis tades enormes: debía pane de la tarde. «Venco a la moline-
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ra», anunciaba en lerra de palo Berta, de rugby, recolectando mis ingredien- en ningú n momento ocurra ese esrro~
antes de desgranar una retahíla de tes de las estanterías con precisión de picio baladí (léase derrames involunta-
ingredi entes, co nsejos, truqui tos e carrerista. Los champiñones, las tru- rios, salpicaduras irri ranres, extravío
incluso un par de chistes pés imos fas, el vino blanco, la manteca ... Fui momentáneo de cuchillos ... ) que aca-
vaga mente relacionados co n algú n haciéndome con roda hasta descubrir rrea inevitablemente un largo rosario
paso de la operación. ¿Venco' ¿Qué ante mí uno de esos co ngeladores de info rtunios, acabando por alterar el
diablos sería aquello? ¿Algún tipo de enormes sobre el que colgaban como modesto nirvana que debe sum ir al
pescado' Recordaba haber convenido murciélagos cartel es tachonados de cocin ero. Co n ese credo ataqu é la
con ella en que era mejor un plato cifras y aferras arropando cierra pala- guarnición: puse a calentar la manteca
sencillo y efectivo que sorprender a mi bra qu e aca baba de apre nd er esa en una sartén, y cuando adquirió cier-
invitada con una ex travagancia que misma mañana. Las llamativas flechas ta co nsistencia de ga rgara volcá nica
me inclinara peligrosamente hacia la no dejaban lugar a dudas: aquel con- eché los champiñ ones y la ceboll a
pedantería. Y ahora me sa lía con gelador estaba lleno de vences. Y a trinchada. Lo sazoné a continuación
aquello. ¿De qué había servido discu- muy buen precio. Me acerqué a él co n sa l, pim ie nta y un a elega nte
tir sobre ello dos largas horas' No me despac io, ll eno de curiosidad. No rúbrica de jerez. Después de remover-
es peraba aquell a puñalad a por la esperaba ese refin amiento de un sirio lo durante va ri os minutos empedré
espalda. Creía que Berta y yo estába- como este. Y aquello justificaba en con el resultado la fuente sobre la que,
mos juntos en esto ... buena medida la temeraria propuesta si rodo seguía igual de bien, debía alu-
Despegué la nora de un manotazo de Berta: probablemente mi vecina nizar el venco tras su inminente orbi-
y me encaminé hacia su apartamento. debía es tar al co rriente de qu e el taje de hornillos y transmutaciones.
Sobre su puerta encontré otro de esos venco no era un producto inalcanza- Mientras la primera parte de la opera-
papelitos amarillos a los que era tan ble para el supermercado de la esqui- ción se enfriaba, embadurné las trufas
aficionada, en el que me informaba de na, tan modern o y emprend edor. de manteq uill a y, levan tándo le el
que Eusebio, un diseñador por el que Tomé una de las bandejitas de su inte- pellejo de la pechuga, empecé a relle-
se desvivía, la había invitado a pasar rior y la examiné. No era muy diferen- narlo. Traté de dejar la piel un poco
unos días fuera. «Mucha suerte con el te del pollo, después de todo, quizá Aoja según reco mendaba Berta, por
venco, Ernesro),, terminaba con sorna. más oblon go, los muñones de las temor a que reventase en la cocción.
Regresé a mi apartamento echando patas más recios: un primo aristócrata Después lo rehogué con la manteca y
chispas, imaginándome colocando de carne probablemente más sabrosa. una vez dorado por igual lo puse a
ante la atónita mirada de Mónica Estuve un raro decidiendo si arriesgar- hervir con vino blanco. Luego cuaren-
aquel plato remilgado, lleno de conno- me con aquello o ir de clásico con el ta minutos de horn o. Lo que más
taciones que se nos escapaban, quizá pollo, sosteniendo el venco a la altura tarde extraje de allí no era para ilustrar
un engendro complicado de tentáculos de la nariz, como Hamlet su calavera. las revistas gastronómicas. Traté de
si n blanco aparente para el cuchillo. Resolví fin almente que era preferible dignifi ca rlo co n lonchas de rocino,
Repasé de nuevo la receta. ¿Valdría pecar de osado que de aburrido y eché lechuga y puerros, otorgá ndole un
aquel preparado para el vulgar pollo? valientemente la pieza a la cesta. cierro aire de vedette termin al que
Comprobé que de rodas formas me De vuelta al apartamento, desple- quizá co nvenciese bajo la íntima luz
faltaban algunos ingredientes, así que gué todos los ingredientes sobre la con que pensaba ambientar el salón.
cogí dinero y bajé al supermercado de mesa de la cocina, me até los ánimos Las dos horas que mi vecina había
la esquina sintiéndome una vez más idiotas y las gallinas azules del delantal fij ado para la operación mi pericia las
nadando a contracorriente. y me puse manos a la obra bajo los había convertido en cuatro, de manera
Los sábados por la mañana, los auspicios de Berta. Siempre he creído que apenas tuve tiempo de adecentar
enamorados dispuestos a asombrar a que el secreto de la cocina consiste en la mesa con la obligada pátina román-
sus parejas con su destreza culinaria no ponerse nervioso, en conducirse tica antes de que el timbre de la puer-
parecen surgir de debajo de las pie- por cada paso del preparado con la ta sonara co mo únicamente sonaba
dras. Tuve que abrirme paso entre sus frialdad y la calma de un cirujano cur- cuando lo pul saban los dedos de
dubitativos carritos como un jugador tido en mil urgencias, sin permitir que Mónica, emitiendo un tarareo alegre
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que evocaba el estribillo de una de co n la ca ma de mi dorm itorio. escrutinio. Parecíamos dos acrores que
esas melodías que suelen anidar en la Charloteamos animadamente un raro se hubiesen quedado en blanco en el
memoria colectiva y en la punta de la más; luego, cuando acabé de descri- momento cumbre de la representación.
lengua. Acudí a abrir con el delantal birle cómo el vómiro había transfor- Bajé mis ojos con lentitud, posándolos
de los pollos azules y bien perfumado mado hasta extremos monstruosos a significativamente sobre el humeante
de cebolla y mantequ illa, como estaba mi vecina de asienro allí en el avión, venco. Ella echó también un vistazo a
previsro. Mónica abrió mucho los ojos una dulce abueli ta de cuento en apa- la pieza, luego volvió a mirarme, en los
y apenas armó a componer una sonn- riencia, me perdí hacia la cocina en labios una sonrisa saltarina.
sa con la que disimular la agradable busca de mi obra magna, del ocurren- - Venco- repetí esrúpidamenre.
sorpresa que le supuso mi atuendo. re plaro que me permitiría hacerme -Sí, venco- confirmó ella.
Conecté el píloro auromárico para el con su alma. Ladeé la cabeza. ¡Es que no iba a
beso de rigor, la copa y la puesta al día -Venco a la molinera- an uncié dejarse impresionar... ' Iba de dura, al
de nuestras vidas, estudiándola, calcu- entre solemne y misterioso al colocar- parecer. De paladar viajero. O quizá me
lando el impacro que aquella inédita lo sobre la mesa. había equivocado. Tal vez el ve nco
faceta mía esta ría ca usa nd o en su -Qué original, Ernesto- comen- resultaba un plaro inapropiado, ral vez
mente, los reroques o notas a pie de tó ella. Mónica esperaba algo más informal en
página que estaría sufriendo mi expe- Dudé mientras desplegaba la servi- la primera cena y aquella extravagancia
dieme. Brindamos por el futuro, ella lleta sobre mis piernas. La respuesta había punzado un nervio de esa sensibi-
probablemente por uno bien lejano había sido la esperada, pero al rono le lidad ran singular que gastan las muje-
que me renía a mí como padre mode- sobraba el matiz de la iron ía. Guardé res. ¡Qué podía esperarse en el fondo de
lo de un par de hermosos niños sin silencio, observándola. Món ica me un ripo que se enrreriene cocinando
traumas, yo por uno muchísimo más devolvió la mirada sin deci r nada, aves desconocidas, a lo peor en extin-
cercano estrechamente relacionado entre intrigada y divertida por mi ción, en esros tiempos de psicópatas y
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perturbados? i Te acostarías con un tipo cusión o lo que fuese, por situar bajo la fatiga minera co n que mis dedos
así? Era el momento de cambiar de tác- el mi croscop io el momento exacto ahondaban en su escore, y enseguida
tica, de reconocer mi error. donde la noche había empezado a tor- me encontré enfrentando sus ojos
-Yo hubiese preferido pollo- me cerse, esperando todavía una carcajada inquisidores.
excusé, rey de la sencillez. salvavidas desde el otro lado de la -(Qué te ocurre, Ernesto' (NO te
-(Pollo' (Qué es eso, algún tipo mesa, aquella tundra de ofuscación. apetece?- preguntó con ese tono de
de pescado' - preguntó. Recogí los platos hundido en la voz arzobispal que todos manifesta-
Aquel comenta rio me cogió por más pura desazón, pero regresé de la mos en estos casos, ése que se esfuena
so rpresa. Vo lví a mirarla sin decir cocina dispuesto a pelear armado con en insi nuar lo importante que es no
nada, perplejo. Debía estar bromean- una botella de champán y dos copas darle importancia al sexo a pesar de su
do, culminando aquel juego que se largas. Ella fumaba en el sofá. Me importancia.
traía entre manos y cuyo sentido a mí se nté a su lado y apenas llené las - Dime la verdad, Mónica: (nO
se me escapaba. Pero su expresión, la copas, sentí en mi rodilla la bandera sabes lo que es el pollo?
barbilla alzada, la mueca escolar de sus bl anca de una caricia. Mónica, Para qu é dij e nada. Mónica se
labios, como esperando una respuesta, Mónica. Puse a Lesrer Young baj ito y aparró de mí como si acabase de pro-
resultaba tan sincera que no parecía volví al sofá un segundo antes de que ponerle la más roca mbolesca de las
fingida. Mónica, actriz del método. ella estrechase su cuerpo cálido contra perversiones. Enfrentó la ve ntana,
-(No sabes lo que es el pollo?- el mío. Aqu ell a ib a a se r nuestra encendió un cigarrillo, lo fumó entre
pregunté, entregándome de blanco noche, después de todo. Y sin embar- blasfemias nunca ames oídas. Estaba
para su risa de maraca. go, a pesar de que la luz era la adecua- claro que por las buenas no iba a con-
-No- aseguró, encogiéndose de da, a pesar de que era el saxo del viejo seguir nada. Qué más le daría recono-
hombros. Lester el que culebreaba por la habita- cer que no servía para las bromas, que
Le dediqué una mirada de impa- ción, a pesar de que durante mi estan- no todo el mundo ha sido agraciado
ciencia. No podía creer que no pusiese cia en América, sobrecogido por el con eso que llaman vis cómica. En fin ,
fin a aquello de una vez, que conti- perfil neum ático de las puras del el orgullo, y de eso Mónica tenía para
nuase estropeando •nuestra noche, hotel, había practicado el más estricto dar y rega lar. Lancé un suspiro de
con <(SU» broma idiota. cel ibato, a pesar de que Mónica, como resignación. Pero yo era un hombre de
- ( o sabes lo que es el pollo?- pronto descubrí, había escogido para recursos. Decid í seguirl e el juego.
reperí con la mayor frialdad posible, la ocasión la lencería más salvaje que Les rer, qu e debía se r un amante
tratando que sonase como la última le permitÍa su osadía, cuando mi s incondicional del pollo, se solidarizó
advertencia para su rendición. dedos se desliza ron por su espalda conmigo y me regaló unos compases
-He dicho que no -co ntestó necesité de roda mi fuerza de voluntad enérgicos para que yo pudiese esgrimir
malhumorada. para que la caricia no se dispersara o varios pasos de baile por la moqueta
(Qué mierda... ? Nos quedamos los estancara. Mi mente seguía reflexio- sin sentirme excesivamente idiota. De
dos callados, sin molestarnos en ocul- nando, buscándole un sentido al diá- rodas formas, si yo contaba en el edifi-
tar nuestra irritación ante los ridículos logo que habíamos mantenido en la cio de enfrente con uno de esos veci-
derroteros que había tomado la con- mesa. Si no se trataba de una broma, nos adictos al catalejo, ésta iba a ser
versación. Mónica optó al fin por ata- era cierro que ella nunca había oído sin duda su noche: di un golpecito en
car el venco sin mirarme, enfurruña- hablar del maldito pollo , y có mo el hombro de Mónica, moví el esque-
da. La imité con fastidio. No sabía podía uno aceptar eso sin demostrar leto, sacudí unas maracas invisibles,
especialmente raro ni sabroso. Comi- su asombro, restarle importancia con realicé un par de vueltas, alcancé la
mo s en un desag radable sil encio un gesto de la mano y a continuación librería y sin dejar de bailar, extraje el
donde sobraban las velas y las flores, ponerse a hacer el amor como si tal romo ORNI -PROS de mi magnífica
lanzándonos por encima del venco cosa con la responsable de tan inadmi- enciclopedia ilustrada para apurar la
miradas de ajedrecistas. Entre bocado sible afirmación. A Mónica no le pasó broma hasta el final , la tomé luego del
y bocado, yo me afanaba en vano por por airo el desabrido movimiento de braw, la senté junto a mí en el sofá,
comprender el origen de aquella dis- parabrisas de mi mano en su espalda, pasé páginas y coloqué ame sus ojos el
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abismo, el terrible vacío, la imposible de ave y en pan icular, de la galli na, o como diablos se llamara aquella cosa
ause ncia entre Pollin o y Poll oc k, plato de mesa habitual, fuese frito o viscosa que lo cubría. ¿Y a partir de
Jackson, el creador del expresionismo asado, y el dibujo me lo mostraba en ahí. .. ? Recordé entonces la turbulencia
abstracto. Món ica so nreía, esperaba, un corral atiborrándose de pienso, el del avión, la cara de desconcierto de
miraba mi índice petrificado, trataba plumaje de un inesperado azul suave, las azafatas, la cortísima vibración de
de entender el final de mi número, de las paras gruesas y corras y la cola rurmix que experimentamos antes de
encontrarle de una vez el sentido a rematada por un a llamativa pluma aquella especie de salto morral sobre
aquell a noche loca en la que tanto naranja. Aquel era el aspecto natural nosotros mismos, aquel desagradable
costaba fo llar. Cerré el libro, lo dejé de lo que, un poco más abajo, mi desprendimiento del alma, que duran-
sobre mis rodillas, estuve un rato con- es tómago se afa naba en di ger ir. te escasísimos segundos voló sola, para
templando, como si lo viese por pri- Atravesa ndo un a realidad có ncava, volver a nosotros de inmediato co n
mera vez, el pescador chino de madera como vista a través de una mirilla, fid elidad de boo merang. Recordé
que había sobre el televisor, tratando entré en la cocina y examiné el delan- cómo la había sentido agitarse en mi
de recordar como si la vida me fuera tal que colgaba tras la puerta, las galli- pecho durante un instante de vértigo,
en ello por qué cauce había llegado nas azul es, rematadas por plum as como buscando la postura, antes de
hasta mí, si me lo habían regalado o lo naranjas, de su estampado. Regresé al que empeza ran las arcadas . Aquél
había comprado por mi cuenta, y en sofá con la intención de reflexionar, si debió ser el momento de nuestro tra-
cualquier caso qué caprichoso motivo antes no me desmayaba. picheo dimensional. El resto del viaje
escondía tal acto, si tan necesario era De repe nte, por muy im pos ible transcurrió ya en la dimensión conti-
para mi supervivencia que yo tuviese que resultase, nadie parecía tener noti- gua, sin duda; la nuestra debía haberse
aquella cosa sobre el televisor, sintien- cias del pollo por los alrededores . desfondado justo por aquel sitio, arro-
do en la mejilla derecha y parte del Podía engañ arme pensando que jándonos sin remi sión a la rea lidad
cuello, con la indife rencia de un suici- Mónica bromeaba, pero suponer que vecina, aquella realidad sin pollos en
da que al introducirse en la boca el mi enciclopedia de doce romos forma- la que ahora me encontraba arrapado.
cañón del arma percibiese de prontO ba también parte del complot era ir Me acerqué a la ventana y escruté
unas misteriosas punzadas en el costa- demasiado lejos. El pollo no existía la ciudad, todo luces intensas, bocina-
do, los voluntariosos picotazos, el cada ahora, al parecer nunca había existido; zos y ajetreo, un disfraz de normalidad
vez menos entusiasta goteo de besos en su lugar, aunque menos discreto, que sabía a conspiración a gran escala,
con los que Mónica insistía en salvar había algo llamado venco, aquello que ¿pero a qué escala, Dios? No podía
la noche, hasta que, tras un porrazo, Berta, respetando mis ruegos de sim- quedarme allí, tenía que bajar a mez-
ya no hubo labios a los que preocupa- plicidad, me había recomendado coci- clarme con ellos, a confirmar mis sos-
sen mi destino. Me levanté al poco nar. Aceptar eso suponía, sin embar- pechas, a buscar detalles que le dieran
raro, usa ndo roda la pericia de mis go, ad mi tir que aquella realidad no la razón a mi enciclopedia ilustrada.
pie rn as para afi anza rme al suelo, era la mía, que me encontraba en otro Cogí la chaqueta y abordé el pasillo
como esos gimnastas que salen dispa- mundo, quizá en una de esas dimen- con urgencia, ávido de conocimiento.
rados de las anillas. Volví a colocar el siones paralelas tan de moda en la Estuve a punto de caer de bruces al
libro en su esta nte y fue ento nces televisión, una réplica exacta en todos tropezar con una de las muchas male-
cuando miré el último romo, el del sus detalles, salvo en el ya menciona- tas que obstruían el corredor. Berta me
lomo marcado con TAO-Z, y llevado do. Pero, ¿desde cuándo habitaba en sonrió desde la puerta a medio abrir de
por una intuición, por un sexto senti- un mund o qu e no era el mío' su apartamento.
do que tomaba las riendas ahora que ¿Cuándo había tenido lugar el trasva- - Hola, Ernesto- saludó con su
los cinco de siempre me volvían la se? El pollo era mi único referente con entusiasmo habitual.
espalda, lo extraje con reverencia, lo la realidad perdida. Hice memoria: - Berta- respondí, cauteloso, colo-
abrí preso de temblores, pasé sus pági- ¿cuál había sido la última vez que lo cándome bien la chaqueta y la expre-
nas y lo vi, allí, como si me esperase, había comido' En el aeropuerto ame- sión.
ilustrado a todo color, entre Vencido y ricano, recordé, en espera de la salida -Que tal el venco?
Venda. La defi nición lo tildaba de cría del vuelo, pollo en salsa de arándanos No contesté. Me limité a mirarla,
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sintiendo cómo una sonrisa de extre-


ma ternura me florecía a traición en
los labios. Berta, repetí, mientras cru-
zaba n por mi mente lo s mejo res
momentos de nuestra relación con el
trote alegre de los porri llos, aquellas
charlas sinceras hasta bien entrada la
madru gada, con una co pa en una
mano y el alma en la orra, aquellos
consejos, aquellas lágrimas de desamor
con que nos regábamos los hombros
cada cierto tiempo, rodas aquellas
veces en que mi mano había querido
expandir sus caricias por zonas que el
compañerismo no contemplaba, rodos
aquel los besos sacrificados en favor de
una amistad como las que ya no que-
dan. Berta, mi querida veci na, y sin
embargo, aquélla no era Berta, no la
Berta que yo conocía y quería, con la
que tantos secretos había compartido
repanrigados ambos en la alfombra,
dand o buena cuenta de un pollo
asado y unas cervezas. Me descubrí
sorteando desmañadamenre las últi-
mas maletas, abalanzándome sobre
ella y estrechándola en un avaricioso
abrazo, los ojos llenos de lágrimas, el
corazón deshecho. Berta, hubiese que-
rido decirle, si las cosas no se hubiesen
torcido tanto, rú estarías ahora pre-
gu ntándome por el pollo, porque exis-
te un mundo , qu erida ami ga, un
mundo distinto a éste, muy muy lejos,
dónd e rú y yo somos rodav ía más
vecinos y la gente es feliz y come pollo
co n la mayo r naturalidad, a rodas las noches en que prepararme la cena aquel venco sonriente, que me saluda-
horas, en cualquiera de sus variedades. se me antojaba una empresa demasia- ba con el ala levantada. Inicié enton-
También a aquella Berta la alarmó do cuesta arriba. Estuve un rato absor- ces un descorazonador periplo que fue
mi exhibición afectiva, y una vez des- to ante su fachada, llorando en silen- a dar con mis huesos al banco de una
hicimos el abrazo me interrogó con la cio, leyendo y releyendo las verdosas plaza, tomada por escandalosos reba-
mirada, pero yo ya me fugaba escale- letras de siempre a través de las lágri- ños de adolescentes consumidores de
ras abajo. Fuera, la dura realidad, la mas, que esta noche decían Palacio del cerveza, de esos que existen en rodas
ciudad roda co nfabulada contra mí. Venco, y contemplando el simpático las dimensiones. Cada paso hasta con-
Lo pri mero que hice fue correr hacia dibujito azul de la puerta, de las pare- cluir allí me hab ía res ultado un a
el Palacio del Pollo que se encontraba des, de las tartanas, de las bambolean- puñalada entre las costillas, una espina
a dos calles de allí, al que solía recurrir tes bolsas que salían de su interior, más que buscaba su hueco en el alfile-
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rero que ya se mejaba mi corazón. rurina, siempre dispuesto a eclosionar alguna droga visionaria. Me llené de
Había examinado con avidez de men- y mostrarme el fondo de l ab ismo. pienso el cuenco de la mano, abrí la
digo el menú de rodas los restaurantes Viviría aterrado, receloso, incompren- desve ncijada puertecira del corral y
y bares con los que me había cruzado, dido y solo, irremediablemente solo. me arrodillé ante ellos ofreciéndoles el
siem pre con la va na esperanza de Vapuleado por rales pensamientos, inespe rado refrigerio. Tardaron un
encontrar la palabra pollo impresa en saqué el coche del parking y estuve un poco en ve nce r su rece lo anre los
alguna parre, y certificando una y orra raro conduciendo sin rumbo por la extraiios. Primero se aproximó una
vez para mi mayor abatimiento que el ciudad, tratando de no fijarme más pequeiia comir iva de audaces, que
venco podía comerse con pararas fri- que en los colores cambiantes de los empezó a picotear vigorosamente mi
tas, asado, empa nado, con to mare, semáforos, con las manos como enja- mano intempestiva, hasra que pronto
con arroz, con verd uras, co n salsa bonadas sobre el volante y un gusto a me encontré cálidamente cercado por
rosa, en pincho, en cazuela o incluso cicuta caliente en la boca. Me deruve, el grueso del corral. Exrendí la mano
en rid ículas cajiras de papel con rega- súbitamente inspirado, ante la redac- libre hacia el más cercano, conmovi-
los de la película de moda. ción de un peri ódi co. Enrré. Sa lí. do, pensando que así debió sentirse
Aunque, a excepción del venco, la Reanudé la marcha más enfurecido si Adán ante las primeras bestias, y repa-
rea lidad en que había naufragado cabe. A pesar de que ran sólo fa ltaban sé el plumaje celeste del ave que hacía
parecía ran idéntica y habitable como un par de horas para que amaneciera, que mi presencia allí fuera una errara,
la realidad a la que había pertenecido no quería regresar a mi apartamento: acaricié la cresta del animal que con
hasra tomar aquel maldito avión, yo la zozobra y el sueno mejor no juntar- roda seguridad a partir de maiiana
sentía el alma untada de un emplasre los. Pronto me descubrí circulando poblaría mis pesadillas, seguí con
agrio donde se mezclaban la ép ica sigilosamente por el extrarradio, como dedos cada vez más crispados la larga
melancolía de los extranjeros y exilia- un camello en busca de clientes, hasta pluma naranja que remataba aquella
dos, la profunda co nvicción de no que salí definitivamente de la ciudad aluci nación que en lo más profundo
esrar viviendo mi vida y una suerte de con un volantazo brusco y malhumo- de mí mismo me negaba a aceptar
rabia sin destinatario concreto. Podía rado: tampoco aquellas calles desola- como real. Fue sumamente fáci l rom-
encogerme de hombros y claudicar, das me parecían un escenario adecua- perle el cuello. Mucho más difícil me
renegar del pollo y aceptar a su azula- do para mi drama. Por un riempo no resulró arrapar un nuevo ejemplar rras
do susriruro con una sonrisa divertida, hubo más que pinos en formación , la consiguiente desbandada. Cacé orro
acaso con una prácrica resignación, gasolineras sonámbulas, campos engo- al tercer o cuarto intento, rras mucho
pero nunca lograría desprenderme de minados y cas uchas di spues tas de resbalar sobre el húmedo albero, y lo
la desazón de saberme en un lugar cualqu ier man era sobre las lomas, esrrellé a modo de maza contra la reji-
equivocado y ajeno, exrraiio a pesar de hasra que las luces del coche justifica- lla, acompaiiando el gesto con un sal-
las apariencias. Me inundó entonces ron ran loca huida ilumi nando por fin vaje rugido. El venco se deshizo con
un miedo desmesurado al considerar aquello que yo había estado buscando un cruj ido seco, soltando un líri co
la posibilidad de que ral vez el venco sin saberlo, una modesra y silenciosa remolino de plumas azules que envol-
no fuese la única anomalía de aquel granja, con su establo para las bestias vió momentáneamente la matanza.
mundo, de que quizá só lo fu ese la y su corral para las aves. Desde el esrablo vecino me llegaron
punra de un iceberg aterrador que me Frené en seco, bajé del coche y me mugidos solidarios, que surcaron la
sería revelado sin prisas, al abri r una aproximé sin hacer ruido al destartala- noche como salvas. Arrapé orro venco
puerta, al descolga r un teléfono, al do ga llin ero. eces iraba ve rl os. por las paras, y pugnaba por doblegar-
bajar la cremallera de una fa lda, al Necesi taba ve rlos co n mis propi os lo como quien fo rcejea con un para-
detener la mirada en cualquier insig- ojos. Tocarlos, qué sé yo. Me miraron guas vuelto del revés por el viento,
nificancia. Nunca podría esrar seguro con indiferencia a rravés de los alam- cuando oí el disparo y contemplé asti-
de que aquel lo fuese rodo y viviría en bres. El ridículo plumaje azul lucía llarse la madera de la puerta, un par
una incertidumbre constante, esquizo- bajo el fulgor de la luna con una dig- de palmos a la derecha de mi reso-
fréni ca, acechado las vei nti cuatro nidad casi mitológica, como de ami- planre nariz. Al mirar por encima del
horas del día por algo larvado en la na] atisbado por enrre la niebla de hombro, pude distinguir a la enrrada
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de la casa una corpulenta silueta que plum as azu les qu e me cubrían los acciones inquietantes cuyo fin se me
hacía puntería con una escopeta. Salí hombros, y me dirigí con una sonrisa escapaba. Me senté junto al teléfono,
del corral en un tumulto de vencos llena de optimismo hacia el quiosco de recordando a la anciana que me había
enloquecidos y corrí hacia el coche prensa. El periód ico conservaba roda- acompañado durante el vuelo, a la que
dando bandazos, oyendo sus perdigo- vía esa calidez de pan recién hecho. no me costaba imaginar ahora abocada
nadas silbar cerca de mis orejas. Una Busqué di rectamente las páginas de a la senectud por la crueldad de un
vr:~. en su interior, giré la llave del con- contactos y allí enco ntré el anuncio mundo sin pollos, a las curvilíneas aza-
tacto y aplasté con fierr:~.a el acelerador. que había puesto apenas unas horas fatas a las que pronto me ararían lazos
El vehículo irrumpió bruscamente en antes, al filo del cierre de la edición. indestructibles. Nos imaginé reencon-
la carretera, encabritado, y mientras me Había tenido que discutir acalorada- trándonos en mi casa con lágrimas en
hacía con el volante, pude ver aliviado mente con el encargado de la sección los ojos, forja ndo de inmediato una
cómo el dueño de la granja, que sacu- por palabras, pero fi nalmente allí esta- complicidad de antiguos compañeros
día su arma como un indio iracundo, ba mi llamada, mi grito de socorro, mi de clase, una hermandad de náufragos,
menguaba en el espejo retrovisor. deseo de mantener correspondencia una solidaridad de ex alcohólicos. Nos
Enfilando resueltamente hacia la con amantes del pollo para intercam- imaginé ayud ándonos a so brev ivir,
ciudad, con el amanecer extendiéndose biar recetas, que si bien haría encoger- aceptando las circunstancias o forman-
por el cielo como confitura, ya más cal- se de hombros a todos los consumido- do un comando itinerante que preten-
mado, traté de disculpar mi arrebato, res de venco, encogería el corazón de diera camb iarlas, no importaba qué
aquel abandono casi lujurioso a la rabia los pasajeros y el equipo de aquel mi entras pe rmanec iéramos jun tos,
con que el día me había ido sedimen- avión traidor, a los que suponía tan unidos siempre, manteniendo vivo el
tando el corazón, considerándolo como pe rdidos y temerosos como yo. La recuerdo del pollo. Todo eso y más
un desahogo necesario y terapéutico, invitación al consuelo mutuo ya estaba imaginé se ntado junto al teléfo no,
un breve acto de rebeldía para la poste- hecha y ahora sólo restaba esperar. Al esperando la primera llamada, miran-
ridad, antes de aceptar dócilmente las subir a mi apartamento pasé junto a la do fij amente al pescador chin o de
nuevas condiciones de mi existencia. puerta de Berta, tras la que reverbera- madera colocado sobre el televisor y
A aquellas horas tan tempranas, no ban los habituales sonidos del desayu- rogando porque aquella figura, que no
me resultó difícil aparcar en mi propia no, que esra vez se me antojaron rerri- recordaba haber comprado, no anun-
calle. Bajé del coche sacudiéndome las blemente misteriosos, pertenecientes a ciase el principio del fin.
© Félix J. Palma, 1998.
© Hermanos Gallego, 1998, por las ilustraciones.

Sabemos lo que te gusta ...

Asociación Española de
AEFCF Fantasía yCiencia-Ficción
e/ Alonso Quijano, 61 3°D
28034 - Madri d
E- mail : jnd ro@arrakis.es
www. ualm.es/ - ega llego/ aefcf.htm

Una nueva etapa.


Ensavo
.

LAS COLECCIONES DE CF (IV):


BRUGUERA
]ulián Díez
de conservador, o defender a autores

S
i ha habido una editorial interesa-
da por la cf a lo largo de la histo- «mod ernos" co mo Philip K. Dick,
ria, esa fue Editorial Bruguera. Hadan Ellison, Stanislaw Lem, Roger
Sobre todo, porque durante largos Zelazny o Jack Vanee. Una cosa tre-
años dio la se nsación de incluir al menda, vamos.
género como una opción más dentro Sin embargo, esos criterios no se
de sus numerosas colecciones, notable- plasman del todo en las selecciones. Sí
mente la pionera en bolsillo Libro que hay buenos relatos de esos autores
Amigo. Además, Bruguera hizo de la (e incluso una tri logía entera, la de El
cf el segundo género más potente en Anomo, de Vanee), pero también hay
su línea de bolsilibros, lanzando entre indigestos cuentos de los Viudo s
otros a A. Thorkent... Pero eso sería Negros de Asimov. Además, las selec-
otra historia. ciones son terriblemente irregulares, y
Bruguera usaba una y otra vez aque- no fue hasta sus últimos quince núme-
llos tÍtulos que le producían un buen ros que publicaron de forma continua-
rendimiento, con lo que muchas de las da relatos contemporáneos e interesan-
obras de cf que publicó aparecieron en tes. Esos quince últimos, y alguno más
tres o cuatro formaros distintos (por (como el 1Oy el 20) se cuentan entre
ejemplo, Pórtico o varios de los Lem las mejores antologías de cf jamás
que tradujo). Sin embargo, a fin de no publicadas en España. Las cuatro que
complicar demasiado este breve ensayo, se publicaron de Fantasía y las varias
me limitaré a las colecciones propia- de terror no pasa n, en cambio, de
mente de cf que publicó y a algunos meras curiosidades.
dtulos destacados que aparecieron fuera Las dos co lecciones propiamente
de colección en Libro Amigo. dichas que publicó Bruguera fueron
Tal vez la aportación más decisiva Nova y la sección de cf de la Colección
de Bruguera a la historia de la cf espa- Naranja. El nombre de Nova sigue
En los primeros setenta, vivo hasta hoy con su colección conti-
ñola fue la pub licación de cuarenta
Bruguera dominó el mercado de selecciones de relatos, tomados de la nuadora en B (editorial heredera de
bolsillo en España con una revista americana The Magazine of Bruguera), pero cualquier similitud es
Fantasy and Science Fiction. La selec- puramente casual: sólo dos autores
política de precios bajos y ción corría a cargo del asesor de la edi- han publicado en ambas etapas, dos
títulos muy populares. torial en temas de cf, Cario Frabetti, clásicos indiscutibles además como
un hombre de gustos consierados Roben Silverberg y Frederick Pohl.
La ciencia ficción jite un género La Nova de Frabetti también era
como muy progres istas en su época
muy presente en sus colecciones, pero que hoy resulta bastante menos «progre" para su época, y tal vez su
como podréis juzgar por esta temible: esa «exper imentalidad, le principal mérito histórico pueda cen-
venía dada por juicios tan generaliza- trarse en la publicación exhaustiva de
entrega de nuestra serie sobre los dos hoy como el de motejar a Stanislaw Lem que llevó a cabo en sus
libros antiguos de cf Bradbury de cursi y a Poul Anderson últimos números. Todos los tÍtulos del
Amigo. Le guardo especial cariño por-
que estaba a la venta en los kioskos de
mi barrio, en Madrid, y suyos son los
primeros libros de cf que co mpré
ja más. Ta mb ié n hay mu cho títul o
omnipresente, co mo las magn íficas
Homo Plus y El hombre en el lnberinto.
En cuanto a Libro Amigo cuenta
(sin reeditar) con una de las mejores
antologías de cf jamás publicadas en
castellano, Los mejores relntos de ciencia
jicció1r. la unión de dos buenas selec-
ciones de Groff Conklin con un pecu-
li ar prólogo (mu y de época) de
Narciso lbáñez Serrador. Además,
tiene inencontrables como la antología
Lo mejor de )ack Vanee, en dos tomos:
polaco, por cierto, fueron reeditados para quienes hayan leído "La polilla Lucky Starr de Asimov o El ratón este-
después en Libro Amigo . Entre los lunar", paradigma de la obra vanceana, lar, la otra mirad de la antología Lo
títulos no presentes más que en Nova, cualquier otra recomendación sobra. mejor de Fredric Brown junto a Ven y
mis recomendaciones son para el pri- Aunqu e no sea n propi amente enloquece, aparecida en Naranja. En
mero y el último: la antología Última colecciones de cf, es inevitable mencio- Cinco Estrell as, el formato de tapa
etapa fue un peculiar experimento por nar otra obras aparecidas en este sello dura usado por la editorial a última
escribir relatos •definitivos» sobre cada editorial. En Libro Ameno, otra colec- hora, aparecieron las primeras edicio-
rema del género, con algunos resulta- ción paralela de breve vida, vieron la nes de Los límites de In Fundación, Los
dos interesantes, en tanto que la nove- luz la antología Imperios Galácticos de robots del amanecer (ambas de Asimov)
la Donde solían cantar los dulces pájaros Brian Aldiss, francamente simpática y la notable La tierra de las sombras de
es uno de los Hugos más difíciles de pero sin otro mérito, y otras coleccio- Peter Straub (premio GIGAMESH) . Y
encontrar y la obra cumbre de Kate nes como Héroes bárbaros. En las Narradores de hoy, una colección de
Wilhelm, una autora de interés. colecciones juveniles fueron publicadas prestigio, dio cabida a Vacío perfecto, la
Naranja nació como una segunda una y otra vez la magnífica La guerra divertida obra de Lem que todos nues-
colección de bolsillo, paralela a Libro de las salnmandras de Karel Capek, los tros lectores debieran conocer...

Colección Narania
1 600-200 Aldiss, Asimov... Relatos de cienciaficción Extraña antología en la que destaca "El árbol de saliva"
2 1200-400 Frederick Pohl Pórtico Clásico traicionado por sus secuelas. También en Ultramar.
3
4
5
600-200
2400-800
800-300
. Michael Crichton
Poul Anderson
Naomi itchinson
La ammaZII de Andrómeda
El avatar
Memorias dt una mrUer del...
Quizá la novela de cf más interesante de su autor.
Aventuritas bien llevadas por el veterano maestro.
El feminismo llevado al space oprra aburrido.
6 600-200 Ursula Le Guin El mundo de Roccannon Una obra menor, pero de cuando estaba en forma.
7 3000-900 ... Frederick Pohl Hamo Plus Una exploración marciana modélica, a redescubrir.
8 1500-500 .., Robert Silverberg El hombre t11 el laberinto Uno de las cumbres de Silverberg. Incluso es amena.
9 600-200 ••• Poul Anderson El último viaje Primera entrega de Lo mejor de Pou/ Anderson. Potente.
JO 600-200 Michael Crichton El hombre tenninal Mucha zarandaja científica que llega a aburrir.
11 800-300 '" Fredric Brown Vm y mloquece Junto con El ratón estelar es Lo mejor de Fredric Brown.
12 600-200 " Arthur C. Clarke Las fumtes dtl paraíso El canto del cisne de Clarke, sobre ascensores espaciales.
13 600-200 "' Varios Extraterrestres y otros seres Debía haber sido la Srkcción 4J. Excelente el Disch.
14 600-200 .,. Henry Kunner Mutante Un clásico menor sobre el tema. Entretenida, reedirada en B.
15 600-300 "* Poul Anderson El p11eblo del aire Segunda de Lo mejor de Po11i Andmon. Menos que la otra.
42

Selecciones de ciencia ficción


1 700-300 Un Disch de 334, un Asimov muy reeditado ("La clave"), pero, sobre todo, un gran John Brunner (4).
2 600-200 •• La versión corta de "La mansión de las rosas" de Burnett Swann (4) se come casi todo el número.
3 400- 100 Cuentos amenos del siempre agradable Robert F. Young (4) y de segundones aplicados como Biggle y Oliver.
4 500- 100 .. Incluye la novela Y1/dmamr Conrad de Zelazny (4) y el cuento de Dick (5) sobre el que se hizo Desafio total.
5 500- 100 • Número frío. Destaca un relato de Zenna Henderson de Pueblo y un Keith Laumer pasable.
6 800-200 ·• Un Anderson muy largo, "Patente de corso" (2), y un gran Zelazny, "En este momento de la tormenta" (5).
7 400-100 Aburridito. Kate Wilhelm, Fred Hoyle, Zenna Henderson, Gahan Wilson ... ninguno más de 2.
8 1800-600 ... Novela corta de Delany, "Alta tensión" (3), y sumario de lujo: Niven (4)., Asimov, Leiber, Dorman ..
9 500-100 Otra de arena. Flojos Bracket, Sheckley y Selling,s, pasable Leiber (" El círculo interior", 3).
10 500-100 Una novela corta de Dick no reeditada ("Cantata 140", 4) se come 100 páginas. Luego Goulart, Koontz, Bunch ...
11 400-100 Diez relatos cortos entre los que brillan un excelente Kit Reed ("Tengo un tigre en casa", 4), Reynolds y Delany.
12 500-100 .. Un Ballard de antología ("Clama esperanza; clama, furia", 5) y correctos Mclntosh y Goulart.
13 400-100
14 400-100
15 300-100
. Calidad media buena. Curiosa colabo ración Sheckley-EIIison (4), "Huevos fatídicos" de Bulgakov (4), Reed..
Entramos en bache. Muy Aojos Joanna Russ, Anne McCaffrey, Edward Wellen y Neil Shapiro.
Otro olvidable. Dos cuentos de Avram Davidson sin interés. Lo mejor, un Benford de cuando firmaba "Greg".
16 500- 100 .. Dos novelas cortas excelentes, "El arbol de saliva" de Aldiss (5) y otra de la poco reconocida Evelyn E. Smith (4).
17 500-100 Relatos de agradable lectura de Larry Ni ven (de una serie con magia ... ) y Anderson. Broma de Ellison tontorrona.
18 300-100 Ese tipo de sumario que hace que te releas el principio de los cuentos a ver si te suenan: Sellings, Schmitz, Porges ...
19 800-200 Tres historias brillantes de Kit Reed, Suzerre Haden Elgin y M. John Harrison ("Londres melancolía", 5).
20 600-200 Primero de los grandes números: Asimov, Bradbury, Dick, Ellison & Zelazny, Niven, Sturgeon y Aldiss.
21 1800-900
,. El hombre ún rostro de Jack Vanee (4), primera novela de la trilogía del Anomo, más Russ y Sargent.
22 1200-400 "El oráculou(l), una ronrorrona novela corta de \'<lellen, se come medio número. Hay un breve Manin.
23 600- 150 Interés con Barry Malzberg ("Una galaxia llamada Roma" 4), John Varley, Robert F. Young y Kit Reed.
24 500- 100 Número potente. Sensacional Pohl & Kornbluth (5), buen Asimov (4), Hugo de Leiber ("Coge ese zepelín", 4).
25 900-300 Otro imprescindible. Son de 5 el Pohl & Kornbluth y el Vanee, 4 para Ellison (Hugo), Dickson y Srurgeon.
26 800-200 .. El clásico Cordwainer Smith "Alfa Ralfa Bulevar", más Simak, Mclntosh, ... Y un Asimov de los Viudos (malo ...)
27 800-200 Cf y humor con una galería de maestros del rema: Asimov, Sheckley, Vonnegut, Young, Wyndham,Chandler.. .
28 1200-400 .. Especial Arthur C. Clarke, siete cuentos discretos y reeditados. Completan Asimov(los Viudos ...), Young y Reed.
29 1400-600 Los valerosos hombres libres (3), segunda de la trilogía de Vanee. Es una versión corta, para revista.
30 600-200 .. "Abrete a mí, hermana mía" de Farmer (3, en Relllciones extrañas}, más cuentos rariws de Aldiss y Anderson
31 800-300 Vmm m Út conclm de Farmer (3), completado con otros dos cuentos del autor, muy de moda por entonces.
32 500- 100 Digno Burnert Swann (" El amor es una libélula", 3), y calidad: Cordwainer Smith, Pohl, Simak, Silverberg ...
33 900-300 •. Los asutra (1), mal final para la trilogía del Anomo. Tal vez la peor novela de Vanee. Rellenan Leiber y Wellen.
34 600-100 ,. Tres novelas cortas: "Nave de sombras", Hugo de Leiber (4), "La granja de los animales" de Bester (3) y Pangborn.
35 400-100 Sensacionales Aickman (premio Mundial de Fantasía, 5) y Pohl & Kornbluth (Hugo, 5). Un fantástico de Graves.
36 600-200 Mucho relato experimental hoy anticuado. Se salva Eveluyn Smirh, fallan Simak, Delany, Brunner y Tiptree.
37 400-100 ... Otro de los buenos. Gran Ellison (Hugo, 5), buenos Cherryh (Hugo, 4), Reed y King. Novela corta de Varley.
38 500-150 Formidables historias de Tom Reamy (5), Thomas M. Disch (5), Gregory Benford (4) y Ed Bryant (Nébula, 4).
39 1200-400 •. Ocho clásicos reeditados. Imprescindible para quien no los tenga. Todos de cinco o casi: Heinlein, Bester, Knight ..
40 600-200 Curiosidades que valen la pena de OlafStapledon, Poul Anderson, Tanirh Lee ... Sorprendente el Gary Jennings.

Selecciones de Fantasia
400-100 Legibles Galouye y Avram Davidson, más un curioso Lord Dunsany.
600-200 Romántica novela corta de Robert F. Young, "En qué caverna de las profundidades" (3), más siete cortos.
600-200 Un rescatado Osear Wilde es el plato fuerre (3). Destacan R.A. Lafferry y Edward Bryanr.
600-200 Un Briam Lumley lovecraftiano de cuando prometía mucho (3) destaca junto al siempre aplicado Marheson.
43

Nova
800-400 · .. Varios Última etapa Antología temática •definitiva•: Asimov (5), Harrison (4) ...
900-500 ·· Ursula Le Guin El mundo de Rocmmon Distraído spnce opera, cortito y de buen leer.
400-200 .. Isaac Asimov Comprej rlpiter La típica antología de Asimov con una buena y tres romas.
4 1800-600 ·•• Roben Silverberg El hombre en el laberinto Una de mis debilidades. Aquella década de Silverberg ...
5 3200-1400 .. . Frederick Pohl Homo Plus Los fans de la serie de Robinson deberían repasarla.
6 1800-900 "' H.P. Lovecraft Los mitos de Ctlmllm l Una de las más sólidas recopilaciones de los mitos.
7 600-200 • Thomas Scorria Precaución: ¡inflamable! Desgraciadamente, hicieron caso del título y no la quemaron.
8 2400-1200 "' H.P. Lovecraft Los mitos de Ctlmllm ll Otra dosis de mitos de los realmente buenos.
9 1800-600 "' Brian W. Aldiss Bnrbngr& Clásico postarómico de Aldiss, de buen paño.
10 2400-1200 ·• · H.P. Lovedcraft Los mitos de Ctlmllm /I/ Acaba esta selección, sólo comparable a la de Alianza.
11 600-300 ' Pamela Sargenr Mr~eres y maravillas Cuentos de mujeres. Las maravillas brillan por su ausencia.
12 1500-500 " Zelazny & Dick Dem /rae Dos maestros que no acaban de ponerse de acuerdo ...
13 1600-400 "· Sranislaw Le m La investigación Rarira, sesuda: magisual, en suma, y poco recordada.
14 500-100 '" Charles G. Finney El circo del doctor Lno Es uno de esos clásicos poco conocidos del fantástico.
15 500-100 Roben F. Jones Deporte sangrimto Muchos wrrazos para no ir a ninguna parte.
16 1400-600 .. Sranislaw Lem Memorias encontradas en... Lem puro. Ironía y concisión para una mirada distinta.
17 1800-800 " Sranislaw Lem Diarios de las estrellas: Viajes Uno de los clásicos insoslayables del autor polaco.
18 800-200 " Joanna Russ El hombre hembra Tampoco es para ramo. De hecho, es más bien pesada.
19 1800-800 " Sranislaw Lem Diarios de las estrellas: Memorias Más mala leche espacial por el maestro Le m.
20 1000-300 • Herberr W. Franke Ypsilon Minus Una prueba de por qué la cf alemana no es difundida.
21 2000-600 Sran islaw Lem La fiebre del heno Uno de los tí rulos menos recordados de Lem.
22 900-300 ·• Sran islaw Lem Retomo de las estrellas El ••shock del fmuro» para un asrronaura singular.
23 900-300 Sranislaw Lem Ciberiadn Cachondeillo robórico. Personalmente, no le veo la gracia.
24 2000-800 Frederick Pohl Pórtico La inenconrrable primera edición del clásico de Pohl.
25 3400-2000 Kate Wilhelm Donde solían cantar los dulces... Tal vez uno de los Hugos menos famosos. Va de clones.

(Otras) Obras destacables en Libro Amigo


800-300 ·· Isaac Asimov Selección 1 Asimov muestra sus cuentos de adolescencia.
600-200 ·· Isaac Asimov Selección 2 Una nueva muestra de falta de pudorasimoviano.
600-200 ·· Isaac Asimov Selección 3 Aquí ya hay alguna historia que vale la pena.
600-200 ·· Isaac Asimov Los propios dioses Tal vr:z la mejor novela del •Buen Doctor•.
800-200 J. Bergier (rec.) Lo mejor de In cJ msn Lo habitual: mucha ideología, poca sustancia.
900-300 J. Weigand (rec.) Lo mejor de In cfalemnnn Sólo para curiosos sin remedio.
600-200 Daniel Phi (rec.) Lo mejor de In cJ francesa Incluso hay algün cuento decente, como el de Andrevon .
600-100 "' G. Conkli n (rec.) Los mejores relntos de cJ Un ramillete de excelentes relatos de corte clásico.
600-200 .... D. Wollheim (rec.) Los mejores relatos de anticipación Menos que la anterior, pero interesante igualmente.
2100-700 '" Jack Vanee Lo mejor dejnck Vanee El rey de la aventura espacial en forma. Imprescindible.
2000-700 "' Jack Vanee Estación de Abercrombie Completa el volumen anterior con la misma calidad.
1500-500 ·•· Roben Silverberg Lo mejor de Silverberg Una gozada tras otra. Hugos y Nébulas a porrillo.
800-200 '** Stanislaw Lem Congreso de Juturolog;in Tal vez la obra menos interesante sore llon Tychy.
1500-500 ~ .+ • Stanislaw Lem Un valor imaginario Uno de los divertidos juegos meralirerarios de Lem.
500-100 ·•· H. Beam Pipper Encuentro en Zllrntlmstrn Un spau opera rancio con su n1k leo de fans.
800-200 " Walrer Miller Cdntico a San Leibowitz La versión posteriorde Bes francamente superior.
800-300 '· Fredric Brown El ratón estelar Junto con Ven y enloquece es Lo mejor dt Fredric Brown.

Sobre las tablas


Los precios indicados comprenden los valores de mercado aproximados, que oscilan entre un ejemplar en perfecto estado (valor
airo) o uno más bien tocado, aunque siempre íntegro y con las rapas completas. (Fuente: Librería Gigamesh).
Las clasificaciones significan: (•) obra de baja calidad, sin más valor que el puro coleccionismo; (' ) de interés sólo relativo; (' ')con-
tenidos interesantes, aunque fácilmente encontrables en otras ediciones; (' •') ejemplares de interés máximo, con marerialno reedimdo.
Los tí rulos en negrita son de obras también editadas en Libro Amigo, con valor por lo general inferior.
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Rakhat, Mary Doria Russell 4 5 5 @ 4 @ 4,50


Solarú, Sranislaw Lem 5 5 5 5 4 4 5 3 4 5 3 5 4,41
Más que humano, Theodore Srurgeon 5 5 3 5 4 5 5 4 4 3 4 5 4,33
La guerra de las salamandras, Karel Capek 4 5 5 5 4 3 2 4 4 3 3,90
El color de In magia, Terry Prarcherr 4 5 5 3 4 @ 1 4 4 4 5 3,90
El ticket que explotó, William S. Burroughs 4 @ @ @ 3 @ 5 @ @ 4 3 3,80
La luz jimtástica, Terry Prarcherr 3 4 5 3 3 @ 1 2 4 4 4 3,40
Mort, Terry Prarcherr 4 3 3 2 @ 2 4 5 4 3,37
Cuentos de In Tierra Vaga, Enrique Lázaro 4 3 4 @ 2 2 5 4 3 3,37
Tropas del espacio, Roberr A. Heinlein 3 1 2 5 3 5 2 4 4 4 4 3 3,33

Sobre estas líneas, los di ez libros publicados en los últimos meses que han conseguido pumuaciones más altas
por parte de nuestros críticos. Se irán eliminando, por orden de antigüedad, a medida que emren libros nuevos
con nota alta. Abajo, los publicados en meses pasados con menor pumuación. El valor de las pumuaciones es:
5, obra maestra; 4, muy buena; 3, buena; 2, discreta; 1, mala; O, atroz;-, no la he leído;@, no me la pienso leer.

La torre de los siete jorobados, Emilio Carrere @ 3 4 3 @ 3,33


Mucho después de la medianoche, Ray Bradbury 3 4 1 5 3,25
Las llaves del aire, Ursula K. Le Guin 4 4 2 4 1 @ 3,00
Visiones 1998, Rodolfo Marrínez (rec.) 3 3 @ 3 @ 3,00
El lanzador, Eduardo Vaquerizo 3 @ 3 @ 3 2 3 @ 2,80
Premios UPC 1997, Varios 2 3 4 o 3 4 3 3 @ 2,75
Fuego sagrado, Bruce Srerling 3 4 1 4 3 1 2,66
Crónicas del imperio galáctico, Carlos Saiz Cidoncha @ 4 3 3 o 2 3 @ 2,50
Las grietas del tiempo, Angel Torres Quesada @ 4 2 o 2 @ @ 2,00
Restos de población, Elizaberh Moon 2 o o 3 4 1,80
El temor de In Fundación, Gregory Benford @ @ @ 2 @ 2 o 2 o 2 @ 1,33
El dmida de Shannara, Terry Brooks @ @ o @ @ o @ o @ 0,00
Críticas

Una ópera prima brillante


Rakhat, de Mary D. Russell
Esta primera novela de Mary O. Russell (publicada fuera de una colección
especializada pese a haber ganado diversos premios) narra una expedición de pri-
mer contacto, encabezada por los jesuitas y dirigida al planeta Rakhat, que ha
sido descubierto merced a la recepción de un hermoso canto extraterrestre. Del
viaje tan sólo sobrevive el padre Emilio Sandoz, quien además regresa a la Tierra
hundido física y moralmente. La sospecha de que ha cometido graves faltas en su
misión motivará una ardua investigación de la Compañía para descubrir la ver-
dad de lo sucedido.
Todo ello aparece ya en el primer capítulo. Rakhat penenece a esa clase de
novelas en que desde el principio sabemos qué ha ocurrido. Sólo nos falta averi-
guar cómo y por qué. Con bastante maestría, sobre todo si consideramos que se
trata de una opera prima, la aurora va desarrollando la narración en dos líneas
temporales que se alternan capítulo a capítulo. Por un lado asistimos al inrerroga-
rorio del pad re Sandoz, en el que se nos destilan pequeños atisbos de lo que ha Mary D. Russsell
ocurrido, que consiguen alimentar la curiosidad del lector. Por otro lado, el rela- Rakbat. LA última misión de la compafiín
to vuelve atrás para explicar las motivaciones de Sandoz y del resto de personajes Trad. César Aira
que lo acompañaron a Rakhat, así como el propio viaje. Ed. Emecé
La aurora, Mary Doria Russell, es profesional de la antropología y aficionada 444 págs. 3.200 pta.
a la lingüística. Ambas disciplinas cenrran su interés en Rakhat. Sin entrar en
detalles, la especulación lingüística es convincente. La antropológica tiene semi-
do desde el momento en que los habitantes del planeta Rakhat son humanoides,
acaso más parecidos a nosotros de lo que cabría esperar en orro mundo. (Pero, ¿es
tan fácil o tan útil crear extraterrestres literarios realmente extraños?) Hay tam-
bién una reflexión sobre la religión que emparenta esta novela con otras como
Cántico por Leibowitz o Un caso de conciencia. A Sandoz le mueve el mismo
impulso que llevó en el pasado a los jesuitas y a otros misioneros a arriesgar sus
vidas y su propia cordura por llevar su fe a otros pueblos. ¿Qué ha ocurrido en
Rakhat para que se tambaleen las convicciones de un hombre al que se adiestró
para soportarlo casi rodo? Ése es el enigma que se va desvelando poco a poco en
la novela.
Caben algunas objeciones. Parece que muchos narradores actuales se olvidan
de urilizar el rrazo rápido, la sugerencia, y se empeñan en describirnos todos sus
personajes con currículum completo. Eso ralentiza la acción en Rakhat, aunque,
por suene, Mary D. Russell va tomándole el pulso a la narración conforme avan-
za. Por orro lado, las relaciones entre los personajes están tratadas como si se los
sometiera a una permanente terapia de grupo: chocan en aparentes conflictos,
para luego descubrir que comprenden los traumas ajenos (y así superan los
suyos), que los demás son unas personas estupendas y que, en fin , se quieren
mucho. Todos son tolerantes, dialogames, resperuosos, se emocionan, se abrazan.
Además, esta parre de interés humano se sazona con diálogos que en la vida real
podrían resultar divertidos, pero no así en un texto li terario. El abuso de estos
diálogos llenos de buenos semim iemos llega a ser esrragame. (Se trata de un pro-
blema común en muchas novelas que recibimos últimamente del otro lado del
charco; v.g. La máquina de la verdad.)
46

Por suerte, el final del libro deja un buen sabor de boca. Es un desenlace rápi-
do, duro, sin concesiones, que alcanza un airo nivel de tensión y calidad literaria
y justifica plenamente su lectura.
Javier Negrete

El libro del quiasmo


Premios UPC 1997.
Este volumen del Premio UPC del año 1997 es el libro del quiasmo. El quias-
mo es un recurso clásico que consiste en ordenar dos grupos de elementos de
forma contraria, para romper la simetría entre ambos. O lo que es lo mismo, que
los extremos y los medios se relacionen entre sí {también vale esto desde una
perspectiva matemática.)
Siguiendo con la curiosa tradición de no hacer coincidir orden con cal idad, la
última edición de estos premios es de las mejores. Los dos relatos más valiosos,
cual tesoro de dragón que aguarda en una caverna, son los más alejados de las
tapas del libro: "Psicoespacio", de Roben J. Sawyer, y "La máquina de
Pymblikot", de Daniel Mares. Mayormente, el primero es uno de esos sucesos en
la vida de un lector que detiene el tiempo en el salón de su casa, mientras lo lee y
escucha tranquilamente su música de fondo preferida.
Robert Sawyer es un hombre inteligente. Sabe dar sazón al comienzo y al fin
James Srevens-Arce, Roberr J. Sawyer,
de su relato con una maestría propia de genios. Tras un prólogo sobre un proble-
Daniel Mares, Domingo Samas
ma fam iliar de la protagonista, una psicóloga encargada de descifrar un mensaje
Premios UPC 1997
que los desconocidos centaurianos nos han estado enviando desde años, las apti-
Trad. Rafael Marín (Srevens)
tudes del relato nos llevan por un proceso de descubrimiento científico seductor,
y Pedro Jorge Romero (Sawyer)
absorbente y razonado, a través de una posible explicación de la cuarta dimen-
Ed. B, col. Nova n• 11 3
sión totalmente plausible. Con ello se estimulan dos sentimientos característicos
412 págs. 2.500 pra.
de lo que busca el lector de cf: emoción científica y pasión por lo desconocido.
Sawyer es hábil hasta con saber elegir el final de su relato. El desenlace nos deja a
todos con una situación comprometidísima, humanidad incluida. Ha sido tan
preciso que hace sonreír la manera en que nos hurta lo que pasará a continua-
ción, sabiendo la que se avecina. Como decía, un tipo inteligente.
La narración de Daniel Mares sabe concentrar el sabor de lo añejo con el
desarrollo técnico de un mundo insólito en que es posible viajar en balas de
cañones de un planeta a otro. Un puñado de soldados avanzan en un planeta
enemigo - la Tierra- hacia un objetivo imposible. El realismo con que está
narrado el avance de los soldados hace que reparemos en aspectos narrados con
auténtica pluma firme: la dificultad de la roma de decisiones, el peso mayor de la
fidelidad y el mando sobre la razón o el cansancio, la certeza del abandono de
fuerzas, son partes crudas de una misión rudimentaria en tiempo de guerra. Aun
así, cuenta con el aditamento del extraño Pymblikot, un enamorado de la belleza
capaz de cambiar el curso de los hechos con su solitaria mansión y su desconoci-
da máquina. Lo que es más: los que conocemos a Dani sabemos que es un tío
original. Pero en sus relatos no deja de mostrarnos que, además, es imprevisible.
En "La máqu ina de Pymblikot" tenemos el modelo de estructura perfecto, pues-
ro que la misma disposición del relato pertenece a la historia, sin dejarse llevar
por ningún experimentalismo.
47

Las contingencias han querido que los dos cuenros de menor calado traten el
rema de la Iglesia como institución en una sociedad futura. En "Bienvenidos al
bicentenario del fin del mundo", de Domingo Santos, se produce una atractiva
vacilación entre los facrores causantes de una disminución bélica de la población
humana. Se revisa la actuación eclesial frente a la ciencia, pero también se discute
la culpabilidad de la ciencia en la enfermedad que provocó la hecarombe. Sin
embargo, el estilo documental y frío del auror hace su lectura igual de apasionan-
re que contemplar un encefalograma plano. En numerosas ocasiones, se huye del
requisitO de la simplificación para abundar en los mismos conceptOs. Por el con-
trario, se abusa de lo perifrásrico en un alarde iluso por demostrar calidad litera-
ria. Podría parecer justificado emplear una paciencia a lo periodístico para aden-
trarse en el mundo descriro, por la razón de ser un mundo marcado por su pasa-
do, tiempo este que pesa en rodas sus costumbres, relaciones e individuos. Pero
lo uno no quita lo otro: es ran abrumador el interés documentalista, que comba-
re, anula y disipa a cualquier otro personaje.
En "El salvador de almas", de James Srevens-Arce, una pareja de servidores de
la iglesia lucha por devolver a la vida a los suicidas de un Puerro Rico dominado
por predicadores televisivos. No se permite la elección sobre la propia muerte, ni
tampoco se ofrece una vida mejor, puesro que la población vive sometida a las
prohibiciones de una clase religiosa que demuestra, en sus hábitos, lo débil de la
carne que tratan de someter. Si bien Srevens-Arce es capaz de mantener cierro
pulso en buena parte de su novela corra, no convence desde el momento en que
el protagonista roma la batuta de la acción. Juan Bautista es un personaje -o
más bien un diálogo- insípido, que debilita la creencia en los manejos de su
autor, no ofrece más profundidad que el misterio de no decir nada y se ve aboca-
do a un final bien planeado pero mal explicado. El momento de reconocimiento
final es poco creíble, pero la trastienda es sólida.
La nora media del volumen es aira. Su lectura es recomendable por la diversi-
dad que presenta, y tal vez sea ésa su mejor baza para dar gusto a la maraña de
aficion es por que se caracteriza ellecror español.
Hécror Ramos

Un libro canónico
Más que humano, de Theodore Sturgeon.
Un sabor agridulce es el que dejan en ellecror muchas de las narraciones de
Sturgeon, ranro por los remas que roca como por la forma que tiene de abordar-
los. Srurgeon, junro con Bradbury y, sobre rodo, Simak, fue exponente de un
tipo de ciencia ficción intimista, proclive a escenarios cotidianos y personajes
vulgares, en una época dominada por los paisajes galácticos, los héroes y el
estruendo de las grandes batallas espaciales. Sin embargo, en Más que humano, el
regusro agridulce que queda es aún mayor, por lo que uno piensa que quizás el
auror se equivocó; que ral vez un escenario más apararoso, lleno de acción y peri- Theodore Srurgeon,
pecias, hubiera sido en esta ocasión más acorde. Más que lmmauo
Más que humano se adentra en uno de los «grandes remas» del género y, por Trad. José Valdivieso
eso, forma parte del canon; es decir, es una de esas novelas que, por una razón u Ed. Minotauro
otra -al margen de su calidad, acierto o éxito-, marcan un hiro dentro de la 263 págs., 1.500 pta.
48

ciencia fi cción. Porque Más que humano nos presenta el rema del hombre tras-
cendido desde denrro de su propia especie, el nuevo ser que surge de entre noso-
tros. Y no estamos hablando tan solo de hombres con poderes especiales -m u-
ran res como los que nos muestran Slan de Van Vogr, Mutante de Kurner o El
hombre demolido de Besrer-, sino de algo ro talmente aparre y ajeno a nosorros.
La novela nos presenta al Horno Gesralr, en el que la su ma de las parres forma
algo distinto y superior. En la narración, ese Horno Gesralr esta formado por un
conjunro de inadaptados, muchos de ellos con raras físicas o psíquicas y, a cam-
bio, dorado cada uno de algún poder especial, cuya unión da como resultado
algo muy superior a la simple suma aritmética.
El rema es muy difícil y Srurgeon no supo sacarle rodo el jugo. No supo o qui-
zás no quiso; porque, de hecho, en muchas ocasiones el eje central se desdibuja y
uno tiene la sensación de que, en realidad, no es más que un vehículo para desarro-
llar de nuevo las obsesiones del auror; ésas que están presentes en casi roda su obra
y de las que -como la mayoría de los escrirores- es, en buena medida, presa. Así,
nos encontraremos de nuevo con las reflexiones sobre ética y moral, con definicio-
nes sobre ambas que se repiten, casi lireralmente, en orras obras de Srurgeon.
La novela en sí se estructura en tres parres bien distintas, en uno de esos ejer-
cicios de estilo, tan interesantes como difíciles, que todo escriror debiera intentar
por lo menos una vez. Porque esas tres parres no son capítulos, sino una especie
de jalones en la hisroria; algo así como los picos narrativos, a los que se hubiera
retirado, mediante este arrificio, rodo lo de en medio para consrruir, sin embar-
go, un relaro coherente. Son, además, muy diferentes en todos los sentidos, desde
planreamienros a estilos empleados, con resultados también muy desiguales.
En suma, Más que humano es una novela descompensada, lo que también
sucede con la mayoría de las que forman el canon de la ciencia fi cción arriba
apunrado; brillante en algunos aspectos y Aoja en otros. Escrita en 1953 -va
para el medio siglo, no hay que olvidarlo- es buen botón de muesrra de la
narrativa de Theodore Srurgeon; escriror que, como tantos orros maestros de la
época clásica, está cayendo con gran rapidez en el olvido. Y el tema, como ya se
ha dicho, es uno de los grandes denrro de la cf, está lleno de posibilidades y,
cu riosamente, no ha sido ni mucho menos explorado como se debiera. Dos bue-
nas razones para que, pese a rodos los reparos, un aficionado a la ciencia ficción
deje un hueco a este libro en sus estantes.
León Arsenal

Un pequeño acontecimiento
Mucho después de la medianoche, de Ray Bradbury
Los amantes de Ray Bradbury estamos de enhorabuena. No es un aconteci-
miento frecuente en el panorama edirorial español la aparición de una nueva
antología de relaros de Ray Bradbury, aunque decir <<nueva» sea algo relativo: el
volumen original fue publicado en Estados Unidos en 1974 y el público español
ha tenido que esperar casi un cuarro de siglo para disfrutarlos. Pero ha valido la
pena esperar: los texros que componen esta antología han envejecido bien, como
suele sucederle a la buena literatura.
49

El amante de Ray Bradbury no encontrará sorpresas en este libro, que más


bien es un reencuentro lo que propone. Ni en tono ni en remas quedará decep-
cionado. Mucho después de medianoche nos presenta todo el poder de evocación
de las Crónicas marcianas, roda la dulce nostalgia de El país de octubre, la refinada
crueldad de Laferia de las tinieblas. Los remas son, también, los que desde siem-
pre roca el maestro con mano mágica: las fronteras del tiempo, la nostalgia del
tiempo perdido, la belleza desrruída y recuperada, el amor, el contacto entre
seres, la infanc ia asociada a lo monstruoso, el agradecimiento por el inmenso
regalo de la vida.
Los veintidós cuentos que componen la antología son como fuegos de artificio
en la noche, esas frescas noches de otoño en las que Bradbury encuentra su verdade-
ra dimensión: brillan un segundo esplendorosamente frente a nuestros ojos maravi- Ray Bradbu ry
llados, despiertan nuestra emoción y dejan marcas en la retina y cicatrices en el lec- Mucho después de lnmedinuoche
tor que los merece, como decía julio Cortázar, otro maestro del cuento. Porque hay Trad. Marcial Souto
que merecer estos relatos que, a pesar de ser universales, no son para todos los públi- Ed. Minotauro
cos; es necesaria una sensibilidad para la lírica, una disposición especial para dejarse 314 págs. 2.200 pta.
llevar por la parte más tierna de nosotros mismos, la que con tanto celo solemos
ocultar en un mundo en el que la dulzura se confunde tantas veces con la cursilería.
La mayor parte de relatos de esta antología no pertenecen a la línea de ciencia
ficción, ni siquiera al género fantástico, entendiendo como literatura fantástica la
que presenta el contacto de dos planos de realidad: una cotidiana, una extraordi-
naria o sobrenatural. Y sin embargo, la sensación que obtiene el lector de estos
textos es exactamente la de asombro maravillado que provocan las mejores fanta-
sías, el cosquilleo de ver el mundo con ojos nuevos, la coexistencia en el mismo
plano de la realidad más vulgar con algo imprevisto e impredecible que, si n
embargo, no tiene por qué ser extraordinario. El momento de sorpresa que pro-
voca el sentimiento de lo fantástico en el lector surge de elementos cotidianos
que, presentados desde otro punto de vista, distinto del habitual, nos hacen ver
de otro modo lo que creíamos conocer bien.
Es, hasta cierro punto, lo que ocurre al mirar una lámina estereográfica: pri-
mero creemos que hemos visto todo lo que hay que ver; luego, enseguida, hay
algo que surge con fuerza del centro de la página, se eleva, desplegándose majes-
tuosamente en tres dimensiones, y entonces vemos realmente lo que ha estado
allí todo el tiempo pero se ocultaba a nuestra mirada superficial.
Abre el volumen un cuento titulado "La botella azul", situado en ese Marte
bellísimo e imposible al que nos tiene acostumbrados Bradbury, un cuento tan
hermoso y perfecto que es imposible no seguir leyendo. Siguen otros relatos de
menor entidad, algunos de los cuales serían englobables entre los que se publica-
ban como ciencia fi cción en los años sesenta y que ahora nos resultan quizá
demasiado obvios, con un mensaje demasiado evidente, y, entremezclados con
ellos aparecen joyas -muy distintas en temas y tonos- como "El mesías", "El
crimen totalmente perfecto", "Pasando el domingo de alguna manera", "Historia
de amor" o "La mejor parte de la sabiduría".
El lector se encontrará también con relatos en la mejor tradición del escalofrío
bradburyano entre los que habría que destacar "El deseo" y "El juego de octu-
bre", donde se pone de manifiesto su capacidad de evocación de la parte oscura
del ser humano.
50

"Una tablera de chocolate" pone fin a la antología y este relato último, pode-
roso, conmovedor, triste y alegre a la vez, nos deja justamente el sabor del choco-
late en los labios: muy dulce, muy suave, con un punto amargo que nos hace
desear probarlo otra vez. Sabemos que tenemos entre las manos un magnífico
libro al que volveremos de vez en cuando, como se vuelve a los lugares que nos
hicieron fel ices o donde vivimos momentos de especial intensidad.
En resumen, no estamos ame una colección de relatos de género, sino ame un
muestrario de la maestría narrativa de un gran escritor y por ello es un libro que
no debería quedar confinado a un público de habituados sino que tendría que
dar el salto al público general de lectores que esperan de una obra la revelación
del alma humana a través de una mirada distinta. Para los que lean como lecto-
res, Mucho después de medianoche será una sesión de lectura maravillosa; para los
que lo hagan como escritores, una lección maestra.
Es muy de destacar la cuidada traducción de Marcial Souro, la prosa evocado-
ra y fluída que no sólo no traiciona el original, sino que lo acerca al lector de
lengua española manteniendo el ritmo y la belleza formal de las frases.
Elia Barceló

El auténtico sentido de la maravilla


Soúzris, de Stanislaw Lem
La editorial Minotauro nos ofrece ahora una reedición en bolsillo de Solaris.
Se trata acaso de la novela más conocida de Stanislav Lem; sin duda, la adapta-
ción cinematográfica del ruso Andrei Tarkovsky ha colaborado a su fama.
En esta novela, de ambiente claustrofóbico y obsesivo, hay tan solo tres perso-
najes humanos. Pero el principal protagonista es el propio planeta, Solaris, un
mundo cubierto por un inmenso océano de una extraña sustancia, con no menos
extrañas propiedades, que parece ser un único organismo vivo y sen tiente.
Durante muchos años, los científicos han intentado desentrañar el misterio de
Solaris, comprender las fascinantes estructuras que se originan en su superficie e
incluso trabar contacto con la ¿posible, supuesta' mente del planeta. Pero en el
momento de la novela, se ha renunciado prácticamente a este empeño. El princi-
pal protagonista humano, Kris Kelvin, llega a la estación Solaris para sustituir a
Sranislaw Lem uno de sus tres ocupantes y averiguar en qué circunstancias ha muerto. Allí, des-
Solaris cubrirá que los dos miembros del equipo que sobreviven se encuentran al borde
Trad. Marilde Horne y F.A. de la locura, y que en la estación hay otras extrañas presencias, fantasmas conver-
Ed. Minorauro tidos en carne y hueso de los que no se puede huir. Él mismo recibirá una visita
218 págs. 1.400 pta. de su pasado, Harey, una mujer a la que en un tiempo hiw daño y que ahora el
propio planeta parece haber materializado para Kelvin. ¿Cuál es el propósito de
estas creaciones? ¿Estudiar a los hombres, comunicarse con ellos, permitir que los
hombres estudien a Solaris?
No es cuestión de seguir desarrollando la trama de la novela, pero sí de adver-
tir que aquellos que sean aficionados a los finales redondos, rawnados, «científi-
cos», en los que todo queda explicado y archi-explicado tal vez se sientan defrau-
dados ... o descubran una forma distinta de escribir ciencia ficción. Solaris puede
considerarse una novela de «primer contactO>>. Aunque en este caso el contacto se
ha producido mucho tiempo ames de que se desarrolle la acción, no se ha avan-
zado apenas nada en la comprensión de ese misterioso ser que es el planeta eme-
51

ro. En la crítica de Rakhat, apuntaba: ¿Es tan fácil o tan útil crear extraterrestres
literarios realmente ex tra ños~ . Lem lo hace en Solaris, y consigue crear en los lec-
rores las mismas sensaciones de frustración y extrañeza que experimentan sus
personajes al ser incapaces de comprender a Solaris o comunicarse con él. En ese
sentido, recuerda algo a una de las mejores obras de Clarke, Cita con Rama, cuyo
espíritu traicionó mercenariamente el propio autor al destripar sus sugerentes (y
sólo sugeridos) misterios en las diversas continuaciones. Lem viene a susurramos
al oído que no nos dejemos llevar por las sirenas del progreso científico, que lo
que conocemos del funcionamiento del universo y de nosotros mismos es sólo
una delgada corteza, y que nunca, por su propia esencia, llegaremos a conocer el
meollo de la realidad. Con este mensaje pesimista ha escrito también magníficas
novelas como La investigación o La fiebre del heno.
En la novela aparecen también otras constantes de Lem. Aunque el to no
general rienda a lo sombrío, o al menos a lo inquietante, hay cierras dosis de
humor. Las discusiones y los interminables tratados sobre Solaris que llenan la
biblioteca nos recuerdan otras obras del autor, que tanto gusta de inventar grue-
sas y escolásticas bibliografías sobre los remas más absurdos. Por otra parte, el
deterioro, el absurdo, la chapuza reinan en la estación, como suele ocurrir en las
naves de Sranislav Lem. Si a veces, como en Diarios de las estrellas, esto produce
situaciones hilarantes, en Solaris la sensación es de decadencia, inutilidad, insig-
nificancia del ser humano.
También Lem hace gala de su increíble imaginación visual y de la plasticidad
de su estilo para describir sus propias visiones. (Esto se aprecia también en
Retorno de las estrellas, novela que, casualmente, escribió en el mismo año, 196 1).
Aunque no lleguemos a conocer su función ni saber realmente qué son, es impo-
sible que no nos sintamos fascinados por las simerríadas, los fungoides, los
mimoides y otros grandiosos fenómenos que se producen en el océano viviente
de Solaris. Lem hace gala del tan cacareado «Sentido de la maravilla» de la ciencia
ficción, que tan pocas veces llega a sentirse de verdad. Sólo por eso merecería la
pena la lectura de este clásico.
Javier Negrete

Pueden paladear un Pallarés


El ayer vacío, de José Miguel Pallarés.
De manera análoga a la última novela de Juan José Millás, El orden alfabético,
convengamos en suponer qué sería de la cf si dejasen de existir determinadas
letras. Acusaríamos de manera especial las ausencias de la B (Ballard, Bradbury,
Brown, Brunner), la H (Haldeman, Heinlein, Herberr, Huxley), la L (LeGuin,
Lei ber, Lem, Lovecrafr) y la S (S ilverberg, Sim ak, Stapl edon, Strugars ki ,
Srurgeon). En el ámbito español, todos lamentaríamos la desaparición de la A
(Aguilera, Arsenal) , la B (Barceló, Bermúdez, Boi x) y especialmente la M
(Mallorquí, Mares, Marín, Marrínez y, fuera del fandom , Martín Gaire, Matute, José Miguel Pallarés
Merino y Muñoz Llorente) . Sin embargo, no deberíamos olvidarnos de la letra P El ayer vado
P de Palo!, Pedraza y Pedrolo. P de Palma, Parera y Planells. P de Pallarés y... Juan José Aroz.
P de Personal. A lo largo de su obra, José Miguel Pallarés (Zaragoza,I 966) Col. Cuadernos Espiral n' 13
viene demostrando que,a partir de un acervo cultural más amplio del acostumbra- 223 págs. 1.600 pra.
52

do, se puede escribir buena (o, al menos, aceptable) ciencia ficción sin caer en la
pedantería ni en la endiosada inaccesibilidad. Algunos de los relaros de su antolo-
gía En breve conquistaré esta tierra (Colectivo D Tebeos, 1997) poseían la rara vir-
rud de estar bien escriros y, al mismo tiempo, entretener, caso de "El síndrome de
Pinocho". Otro tanto sucede con El ayer vacío. En esta novela ___¿e largo, el rírulo
más voluminoso jamás editado por Espiral CF- aúna Pallarés el space opera •de
roda la vida, con las inevitables megacorporaciones y nanotecnología (casi rodo es
nano-algo aquí), rodo ello dentro de un esrilo absolutamente personal, que no
sólo no reniega de la cf clásica sino que la intenta compatibilizar (y no hay razón
alguna para pensar que sean incompatibles) con inAuencias tan variadas y aparen-
temente alejadas del género como puedan ser Borges, Brecht, Gil de Biedma,
Hernández, Kundera, Marías, Mendoza, Pérez-Reverre, Same o Süskind.
P de Pesimismo. Si por algo se ha caracterizado siempre Pallarés es por ofrecer-
nos una visión profundamente escéptica de la condición humana. Abundan en El
ayer vacío comentarios demoledores. Ahora bien, siendo éste un elemento impor-
tante, no creo que constituya el eje central de la novela. Por encima del leitmotiv-
•¿Se considera usted un cobarde?>>- con el que Al taba sueña casi a diario, lo verda-
deramente destacable son las siguientes preguntas, en ningún momento formuladas
explícitamente pero presentes en rodo momento: ¿qué es lo que confiere la huma-
nidad al ser humano' ¿En qué consiste ser humano' A lo largo de estas páginas,
Pallarés introduce dudas rawnables en ellecror, en ocasiones de manera hartO for-
zada y con un efectismo que no siempre funciona, pero en el fondo subyace la
misma pretensión: explicarnos los motivos de Al taba, Rurhford y el Emperador.
P de Pandemónium. Con un argumentO complejo y a veces farragoso, El ayer
vacío nos presenta una intriga a escala galáctica con personajes malos y peores.
Altaba es destinado a un remoto planeta para cumplir una trascendental misión
secreta, en el transcurso de la cual hallará las claves no ya de lo que venía a bus-
car, sino de sus propios pasado, presente y futuro. Pero, por encima de rodo, del
pasado, de ese «ayer vaCÍO>>que nos muesrra desde el mismo tÍtulo, esrán los
designios del auror para con sus personajes, la explicación para las acciones de
Altaba, Ruthford y el Emperador. La intriga es un añadido necesario para confi-
gurar esa búsqueda del propio pasado, así como cienos detalles •ambientales•,
como la existencia (un tanto desaprovechada) de los mür o la expedición de los
clones al moribundo sol de Borges.
P de Prometedor. Sin duda es éste el calificativo que mejor cuadra a El ayer
vacío. Pallarés desaprovecha en cierra medida algunos aspecros de la narración al
supeditarla en exceso al resulrado, al desenlace en el que •no somos lo que hace-
mos. Hacemos lo que nos dejan. La vida del hombre es dolor>>. Sin embargo, man-
riene un acertado equilibrio entre acción y calidad literaria, rehuyendo en rodo
momento tanto el lucimiento como el recurso fácil. Estamos ante una obra en
absoluro redonda, pero muy comprometida, elaborada, meditada y arriesgada, que
añade un nuevo enfoque a una temática que tal vez no diera mucho más de sí, con-
firma que la cf española se encuentra en un buen momento (pero que, por mucho
que la promocionemos con frases grandilocuentes dignas de Joaquín Luqui y que
más que beneficiar perjudican, dista aún del nivel por rodos soñado) y, por encima
de rodo, parece inventarse un subgénero: el space opera «cuJro, (o •intelecruás»).
Juan Manuel Santiago
53

Muestras de amor
Caminos de la estrella oswra, de Denis Klein ESTRELLA
0S (;VaA.
Fuga de un planeta, de Darío Solano Ruiz.
Estamos ame dos libros que sólo pueden calificarse como muestras de amor.
No se explica si no que alguien en su sano juicio decida escribir dos novelas
ambientadas en el universo de Darkover, creado por Marion Zimmer Bradley.
Porque estimados lecrores, Marion Zimmer Bradley es muy celosa de sus creacio- Uenh Klein
C V L u N 1 A
nes y no está dispuesta a prestar a nadie más su Darkover. Es por eso que el autor r• a. o • o,.
se tiene que escudar bajo seudónimos y está obligado a publicar en una nueva tA N~UH. IUN ~:> 1>1

colección, no comercial, que se define a ella misma como un espacio para los que :: I ENC I A FI CCJON

«no puedan editarse de forma tradicional». Faneditores de ciencia ficción son, eso,
edirores no profesionales, que publican unas pocas docenas de copias sin ningún Denis Klein
afán de lucro. Esta colección es pues otra muestra de amor por el género, que Caminos de la estrella oscura
suponemos proporcionará muchos quebraderos de cabeza a unos seres anónimos a Col. Colonia Perdida n' 1
los que les mueven las ganas de sacar a la luz unos manuscriros que, si no hubie- 489 págs., 2.100 pra.
sen enmohecido en un cajón. Manuscriros que tienen una calidad propia de cual- Información: caerdon@usa.ner
quier otro título editado comercialmente, pero que por estas cuestiones de copy-
right estaban condenados a no ver jamás la luz.
Caminos de la estrella oscura es el primer título, que nos traslada al Darkover
que conocemos, en el que la colonia terrana está completamente asentada y con-
vive con los indígenas del planeta del sol rojo. Incluso aparecen personajes que
conocemos o se narran las gestas que hemos leido en las novelas de Zimmer
Bradley. Si bien es verdad que Denis Klein (ejem ... ), lleva muy lejos la interac-
ción entre los habitantes de Darkover y los tecnológicos imperiales, pues vemos
con sorpresa cómo determinados grupos utilizan con naturalidad la tecnología
que la aurora se cuidaba muy mucho de mantener aparrada de c<los indígenas>>.
En Caminos de la estrella osmra la trama es una muy correcta novela de aven-
turas con roques de suspense e, incluso, de investigación policial. La búsqueda
del origen de una catástrofe inatural? en un planeta del imperio y la misteriosa
aparición de una joven {desnuda, hermosísima y que no puede decir ni una pala- FUGA DE
bra ... Por cierro, (Cuántas mujeres de éstas encontramos en hisrorias de cf? UN PLAN.t; 'I'A
(Recordáis El planeta de los simios? ... (Responde al deseo masculino de una com-
pañera ideal: hermosa y silenciosa? ... Dejemos un breve espacio para la reflexión
femin ista o para el roque machista y chisroso) llevan al protagonista a Darkover;
un lugar que le fascinará, donde encontrará el amor y una multitud de aventuras
que, os lo puedo aseguran, harán que el lecror no pueda levantar la mirada del
libro en algunos momenros (y se pase de parada de metro, como me ocurrió a uarfo So la no tc. uo ,.,
mí). El protagonista descubrirá, poniendo su vida en peligro, que el misterio que \: 0 LV"' 1"
P 1 l D 1 DA
poco a poco va desvelándose atañe no sólo a Darkover, sino ... Sí, ¡lo adivinasteis!
¡El universo entero está en peligro y sólo él puede salvarlo! FA NED I CIONt~• ' " '

Fuga de un planeta nos sitúa en un Darkover muy alejado en el tiempo, tanro C:UNCI,ol. fiCCIÓN

que los fans de la serie, al sumegirnos en las primeras páginas, sufrimos de nostal- Darío Solano Ruiz
gia. Pues en este futuro , muy lógico por otra parte, que nos propone Daría Fuga tk un planefll
Solano {ejem ... ), Darkover es una especie de Lloret de Mar futuro: es un planeta Col. Colonia perdida n' 2
más, que vive del turismo; del viejo Darkover sólo perviven algunas leyendas y 272 págs., 1.500 pta.
tiendas de recuerdos. La tristeza que esta imagen pueda ocasionar en ellecror-fan Información: caerdon@usa.net
54

de la serie sólo es superada por, de nuevo, una trama emocionante, en la que el


protagonista descubre algo de aquel mundo primitivo que pervive oculto. Y él
mismo se convierte en la pieza clave que evite la completa destrucción del plane-
ta... El final promete el renacimiento del Darkover mítico que el fan ama, e
incluso su futuro dominio sobre el Imperio. Es ro ya me resulta difícil de asumir.
Por último, cabe señalar que no es necesario conocer la serie de Darkover para
disfrutar de la lectura de estas obras; cualquier amante del space opera o de la
novela de aventuras se emocionará y entenderá a la perfección la trama y el uni-
verso que Denis Klein y Daría Solano han retratado con maesrría.
¡Ah! Aquí van unas cuantas pistas para descubrir quién se oculta tras estos
seudónimos. Primero , tiene que ser alguien que ama la serie de Darkover.
Segundo, es un escritor con mucho oficio y que maneja el space opera. Y, tercero
le encanta comer: raras veces se encuentran en las novelas menús tan detallados
de cada comida que hacen los protagonista. ¡Quién será...'
Susana Vallejo

Totalmente fuera de lugar


Nacer otra vez, Telépatas mtre nosotros, La mzger gato, de Claudia Landete
Claudia Landere Existió una forma de hacer cf que quedó limitada a las colecciones de bolsillo
Nacer otra vez, Telépatas entre nosotros, que solían verse en los quioscos junto a novel itas del oeste. Reconozco que nunca
Úlnuder gato he leído ninguna de esas obras, pero basándome por una vez en el conocimiento
Mundo Imaginario de un arquetipo, diría que estos tres primeros episodios de la serie Futuroverso
Colección Mundo Imaginario son una recreación de aquella línea. La temática de catástrofes y de amenazas
24 págs. cada uno, contra la humanidad, y la escritura esquemática, caprichosamente organizada,
1.500 pta. la suscripción son dos rasgos reveladores. Quede claro el carácter episódico de las tres historias.
Nacer otra vez rrara de homenajear a los primeros intentos científicos por lograr
el transporte de humanos por desintegración de partículas. Se demuestra cierto
interés por la descripción científica, que arrebata demasiado espacio a la trama.
Telépatas entre nosotros es una indignante muestra de por qué algunas personas
aborrecen este género. Una fuga de teléparas criminales es vista como un peligro
devastador para la humanidad, contra el que no hay defensa eficaz. Me gustaría
que quedara claro que estoy hablando de una historia, no de una persona, cuan-
do afirmo que su planteamiento es infantil, los protagonistas parecen marionetas
sin vida, y su desmañada imitación de situaciones típicas de espionaje aburre.
La mujer gato es probablemente el que evidencia una más acusada naturaleza
de fragmento. Los tres títulos aquí comentados lo son, porque forman parte de
una historia que se supone los unifica en un ambicioso proyecto. Sin embargo, el
tercero no cuenta nada y no tiene otra función que ser puente hacia el cuarto:
define la preparación o presentación de varios personajes sobre alguna historia
particular que se desarrollará más adelante. Con ello se evitan errores mayores.
Landete acompaña sus relatos de ciertos comentarios aparte, en forma de artí-
culos, que sobrarían normalmente, puesto que el lector debería disponer de todo
lo necesario para comprender la historia en la historia misma. Pero en este caso
cada uno va por su lado. Declara unas intenciones que luego no es capaz de plas-
mar en lo que escribe. Sobre todo es curioso el afán por dar importancia a las
relaciones humanas y a la psicología, cuando de momento no hay un solo persa-
55

naje que posea un detalle interesante. Se deja llevar por lo que él cree un ambien-
te de suspense, y entrega el manejo de la trama a la supuesta seducción de una
idea central que suele ser menos cautivadora que tópica.
Como ingenuamente afirma en el primer volumen, los personajes de Claudia
Landere son más bien planos al principio. Pero no se salva del error conforme avan-
za la obra. Ya salen de la pluma agorados por el estilo opaco y carente de alma de su
creador, y no les redimen las mediocres construcciones de la trama que se articulan
en torno a ellos. La manera de dar volumen a un personaje no es dorarle de una
historia de amor traicionado, vacío por otra parte de señas originales, sino ser capaz
de infundirle una auténtica vida propia para que dé la sensación de desarrollarse, de
ser un ente libre más parecido a la vida que a la literatura, aunque muchas veces
sean términos comparables. Aunque cuente con cienos concepros atractivos, como
la importancia de la emotividad a la hora de reconstruir el cuerpo que ha de trans-
portarse, o esa prometedora Iglesia Fundamental de la Alearoriedad tan escasa de
adepros como llamativa en sus dogmas, su utilización no produce fruto.
Un argumento con cierra ambición debe ser más realista para no quedarse en
pretencioso, como sucede en las tres hisrorias. La sensación que dejan es de cierta
rimbombancia sobre las cualidades del auror, cosa que aleja el disfrute del que lee.
Héctor Ramos
La crítica anunciada de Luis Prado a La locura de Dios queda aplazada al pró-
ximo número.

BASES

1. Podrán optar al premio las narraciones inéditas que sean encuadrabtes dentro
del género de la literatura fantástica (ciencia ficción , fantasía, terror).
2. Las obras presentadas, escritas en castellano, se remitirán por quintuplicado,
mecanografiadas a doble espacio, con una extensión máxima de 30 folios de 30
lineas de 70 caracteres.
3. Los originales se enviarán bajo seudónimo, adjuntando un sobre cerrado con
el nombre completo, DNI y dirección completa. El jurado procederá a la apertura
de los sobres con posterioridad al fallo del premio.
4. El plazo de presentación de originales finaliza el1 de enero de 1999, siendo la
fecha tope de recepción de originales el15 del mismo mes. La decisión del jura-
do, que será inapelable, se hará pública a mediados de 1998.
5. Los originales se enviarán a: Francisco Canales (Premio Pablo Rido 1998)
Aptdo.116051 28080 MADRID
6. Se establece un máximo de cinco finalistas, de entre los que el jurado selec·
cionará un primer premio que recibirá la cantidad de 101 .000 pesetas junto a
una estatuilla conmemorativa, obra de Silvia Rosende. El resto de los finalistas
recibirán diploma acreditativo.
7. El premio no puede ser declarado desierto.
8. La composición del jurado se dará a conocer en su momento.
9. La presentación a concurso supone la aceptación de estas bases.

-r;;tf'la
Tertulia •e literatura
fa•ta~tica •e Ma•ri•
Correo Acerco Gorrión responde

No fui ala Hispacón. Oh... Eso sí, me dicen que muchos de vosotros os acercásteis a la mesa de la revista, que estaba
controlada por Luis Prado (alias El que suscribe en el umbral). Además, allí tuvimos la buena noticia de/nacimiento definitivo
de nuestro nuevo retoño, Stalker. Ni que ninguno de éstos supiera de cine... Menos mal que la lleva Armando.

Estimados amigos: bro" me heló la sangre en las venas. expulsa espumarajos grumosos al pemar
En el número 15 , de ntro de la Aün rengo pesadillas), nos describen que, efoctivamente, puede haber otro
entrev ista de Ca rlos Pavó n a Greg roda su obra y cuando ya estás babe- Michael Ende por ahí, justo cuando
Egan - por lo demás interesante- se ando, re sueltan: «¡Ah, lo sienrol Esro parecen haberse acallado los ecos de /m
desliza, creo, un pequeño error cuan- esrá sin publicar en España. A dar cla- publicaciones del primero... ¡O tal vez
do se dice: «En el ocaso del siglo , ses de inglés y a viajar a Australia.» lo será jostein Gardeer? Y Srardusr era
cuando el Hubble mostró que había Cada día amenazo a mi librero, pero casi un cómic, pero no del todo. Para
galaxias fuera de la Vía Láctea». esa «próxima aparición en Ediciones cómic ya hay suficientes publicaciones.
Sin duda, el Hubble, puesto en B» no llega nunca.
órbita en 1990, está mostra ndo 3. Con un director incapaz de leerse Amigos de GIGAMESH:
muchos astros y galaxias antes desco- El sudor de los enanillos (vaya broma En primer lugar, deseo felicitaros
nocidos, pero quien por primera vez chusca por su parre, señor Gorrión), y por el especial Greg Egan y por el
demostró la existencia de esas galaxias que reparte arrobas y rayas a rodo lo res ro de re latos de este auror que
fue el propio Edwin Hubble, con la que huela a fantasía, la presencia de la publicásteis anreriormenre. Realmente
co labo ración de Mi lton Humasen, misma en su revista se reduce a un artí- se trata de alguien con los bolsillos lle-
allá por 1924, y junro a ello enunció culo de hace veinre años sobre persona- nos de ideas y que sabe cómo conrar-
la idea de la co ntinua expansión del jes de hace cincuenta. Vale que el fan- las. Se hace difícil esperar a que Nova
universo. Es el origen también de lo tasy de hoy en día son sólo rimunmasa- pub lique Ciudad Permutación para
que conocemos como reoría del «Big das y «obras inéditas» del maestro de seguir disfrutando de su obra. Me ale-
Bang». Cosas estas que, co mo señala Oxfo rd , pero ¿no hay nad a más? gra que penséis publicar a autores des-
Egan , trascendieron CIHonces muy Seguro que hay un Michael Ende en conocidos en España, pero querría
poco a la opinión ptiblica -eran los algún rincón del mundo, y si no, bus- saber de genre que en su día tuvimos
, felices veinte»- y que incluso fue- cad el Jamasy en su úlrimo refugio: el la suene de ver publicados en castella-
ron ridiculizadas por algunos científi- cómic (Sandman, Bone, Los Libros de la no y ahora parecen condenados al
cos. De hecho, el propio término «Big Magia, The Dreaminf). Os atrevísteis ostracismo como Tim Powers, Lucius
Bang» fue acuñado por Fred Hoyle con Stardmt, que era casi un cómic. Shepard, Jan McDon ald o James
con una intención burlesca que des- José Luis Gómez Morrow, por nombrar unos cuantos.
pués ha perdido. Madrid Por otra parte, ya me están cansan-
Cordialmente do los lamemos sobre el futuro de la
Luis Castro Pam empeZtlr, decirte que dificil- cf (... ). Debemos aceptar que nadie va
Burgos mente puedes destroZtlrme cuando resul- ya a acercarse al género leyendo grue-
ta que yo no soy Alejo, pese a las noticias sos librotes en una sórdida bibl ioteca,
Rectificación recibida y publicada exageradas aparecidas al respecto. El sino a través de otros medios, y nues-
como necesnrtll. puede ser carne de psiquiatra, no entraré tra esperanza debe ser que algún día se
a debatir ese tema (tal vez por llevar las cansen de simplezas y busquen algo
Querido Acerco, de perder.. .), pero mi salud es hmta la nuevo, por lo menos una reducida
l. Esro re destrozará: sólo eres una focha inquebramable. En cuanto a lo de minoría.
entelequ ia, el fruro de la mente per- Egan, ya lo siento, pero en principio la Como ejem pl o, si rva mi triste
turbada de un editor que gusta hablar idea era salir simultáneamente con la caso. Tengo treinra añiros y llegué al
de sí mismo en tercera persona. Carne publicación de Ciudad Permutación .. género a través del cine y la TV (Star
de psiquiatra. y, por esta vez, no fuimos nosotros los Wars y Espacio 1999) y el cóm ic
2. GIGAM ESH es cruel. Nos lanzan que nos retrasamos. Por otro lado, el (Spiderman o Conan). Fui al cine a ver
aperitivos de Greg Egan (" Bebé cere- director siente espasmos incontrolables y unos dibujos animados llamados El
57

Señor de los Anillos sin tener ni idea de


su origen literario, y me comp ré el
libro para ver cómo terminaba la his-
toria. Incluso me acuerdo de que me
gustaban (qué coño, me encantaban)
Mazinger Z y Galáctica. Luego, un
día, me em pezó a sali r pelo en el
pecho, comencé a mirar a las chicas
con nuevos ojos y descubrí que mu-
chas de esas historias ya no me satisfa-
cían como antes, por lo que busqué
algo más profundo y adulto (o eso me
gusta creer).
Debemos ser pos iti vos y pensar
que alguno de esos chavales que hacen
cola para ver Godzilla se acercarán un es que los pelmazos de «esto es el acabó- inédito, básicamente novelas, y alguna
día al género, incluso pueden escribi r se» que forman la teórica cúpula pen- de ell as inconclusa, pero él ya no
una obra maestra. Y si no es así, al sante (¡jaO de esta publicación ya empie- escribe desde hace unos años. Su salud
infierno con ellos, con lamentaciones zan a tocarme lo que no deben con sus le impide trabajar en ello e incluso
no vamos a cambiar nada, lo que hay panegíricos plomizos de tiempos gloriosos salir de su domicilio. En consecuen-
que hacer es luchar nosotros mismos (a los que tú te sumas, ignorando el cia, yo me he hec ho cargo de sus
por aquello en lo que creemos. hecho de que Espacio 1999 era la basu- papeles, que incluyen varias novelas
Fernando Millán ra más hedionda jamás vista en una de juventud, obras de teatro radiofó-
Zaragoza televisión) que, además, nunca existie- nico y muchos relatos. Casi cincuenta
P.D. iAifonsito for President! ron ... por mucho que fueran mejores que años de escritu ra, la mayor parte de
los actuales. ella consagrada a la cf.
Di que sí, Fernando, ¡te echamos de Mi imp res ión pe rso nal so bre el
menos, A/fonsito! ¡Dejaste una huella Estimados amigos: género no puede ser más pesimista. Yo
inolvidable en nuestros corazones' ¿Sabes Al leer el número 14 de la revista soy un ((exrraño entre vosorros}), pero
que, desde que no me escribes, incluso he vi con gran alegría que en el artÍculo recuerdo có mo era el ambiente hace
dejado de tomar un cortadito a media sobre Nueva Dimensión mencionábais 25 años, aunque fuera un niño enton-
tarde, como símbolo de dolor por tu a mi padre y le adjudicábais un 4 a "El ces, y puedo observar la realidad del
ausencia? sabio loco de Majadahonda" . Cuando momento actual. Ahora no sería posi-
En cuanto a lo que dices de las leáis esta carta ya se lo habré comuni- ble el mil ag ro de ND, y de hecho
lamentaciones y tal, la verdad es que yo cado, pero os adelanto su más sincero muchos de los libros clásicos del géne-
también estoy hasta el gorro de tanto agradecimiento. Creo, como Domin- ro no se podrían publicar. Por mi
fatalismo y tanta pesadez. Pero, por otro go Santos, que la mejor historia de cf parte, estoy harto de secuelas, trilogí-
lado, algunos de mis autores favoritos de mi padre es "Gaziyel", premiada en as, tetralogías, pentalogías y similares.
(mismamente esos cuatro que tú nom- la Hispacón de 1978 y publicada en el La literatura ha cedido terreno frente
bras me encantan) no son publicados en número 112 de Nueva Dimensión e al marketing y los aficionados hemos
castellano mientras no nos faltan bears, incluida también en la antología de cf perdido la batalla. Esto no sólo sucede
brines, benfords, McMaster Pufos, españo la que editó Marrín ez Roca con la cf. Mirad el estado actual de la
Battfeleches, dragonadas, conanismos y (.. .). Sólo puedo añadir a lo escrito música (yo colaboro en un fanzine de
demás ralea. Así que el problema es que por Julián Díez que ND era fantástica rock progresivo) o del cine y podréis
la situación es tal que me impide leer lo y que cuanto más pasa el tiempo más comprobarlo.
que me gusta y por eso estoy fastidiado, me doy cuenta del valor que tuvo. (...) Reitero mis gracias en nombre mío
en resumidas cuentas. Aunque lo cierto Mi padre ti ene mucho materi al y en el de mi padre, y os animo a con-
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rinuar. La publ icación, por ejemplo, en cuenta que los títulos saldados de mente esa maravilla de Oveja mansa
de un cuento tan inhumano y cruel la colección de Ultramar, entre los que (le doy un 6, para votaciones extraofi-
como "Las frías ecuaciones" es buena se encuentra Limbo, aún se pueden ciales) y en cuanto a relatos, ya os vale.
para sembrar polémica y crear opi- encontrar, y que el precio suele oscilar ¿Es que los autores españoles no han
nión. i La mía? Si eso fuera representa- alrededor de las 400 cucas, parece una escrito ni un puñetero relato que valga
tivo de roda la cf, yo no querría saber iniciativa, cuando menos, suicida. Yes la pena en el último año? Ni "Seis" y
nada más sobre el gé nero durante que no me creo que la traducción de "Adán" de Mares, ni "La residencia" de
todo el resto de mi vida. Domingo Santos sea tan mala. Es Tusser, ni "Sombras en el malecón" y
Carlos Romeo más, he leído otros trabajos suyos "Reflejos" de Félix J. Palma, ni "Una
Madrid (Playa salvaje, Flores para Algernon, mirada en el espejo" de José Miguel
Dune... ) y me parecen más que corree- Pallarés, ni "El sueño de la razón" de
Saludos a tu padre, Carlos, al que ros. (NOsería mejor una revisión de la Arm ando Bo ix {a rf, arf, arf), ni el
alguna gente de Giga mesh queremos traducción de Neuromante? Gaiman de Artifex para cuento extran-
bien: ¡qué hay de ese relato inédito del Res pecto a la com ercialidad de jero. ¿No creéis que sois demasiado
sabio loco.... ? Nova, en fin , qué decir. Creo que la estrictos? Para próximas ediciones de
Sí, supongo que, con los datos econó- selección de títulos habla por sí sola: los premios, bajad el listón, porfa.
micos en la mano, un ND es hoy impo- que si un Card por aquí, que si todos Un saludo
sible, pese a que el sueño de nuestro los premios por allá {bueno, le faltan Nacho Sánchez
ínclito director sería hacer de GIGAMESH los de la serie de Marre), que si otro Gerafe
algo con montones de relatos y él conver- Card por aquí, que si Bujold y Brin
tido en un campbellcillo progresista ... por allá, que si Card de nuevo por El problema, amigo mío, es básica-
Una imagen ciertamente sórdida, pero aquí, que si rodas las series comerciales mente de filosojla de los premios. Los
cada cual tiene sw ambiciones secretas yanquis pululando... Resumiendo, que relatos que citas {excepto el de Boix, que
inconfesables, si bien las mías son algo exceptuando a Willis y algún otro, no es del 98 y no era elegible) aparecieron
más curvilíneas. me atraen demasiado los títulos de la en publicaciones no profesionales y los
En cuanto a las ecuaciones, han colección, aunque si me guío por las contenidos de éstas no son votados en los
resultado ser mds bien gélidas a tenor de notas de porrada y las introducciones GIGAMESH. Este punto fue decidido
las respuestas obtenidas. ¡O acaso existe de Miquel, me estoy perdiendo el años ha por nuestra cúpula directiva, y
una gran mayoría silenciosa ... 1 Quijote o los Cien años de soledad de la en el fondo no me parece mal. Por
literatura actual. En fin {suspiro). ponerte un ejemplo extremo, cualquiera
Estimados amigos, En cuanto a los títulos que echo de podría fotocopiar un cuento, enviarlo a
Os envío la papelera de voto para menos en la lista, en novelas única- un montón de gente y considerar que es
los premios, sobre los que me gustaría
comentar un par de cosas.
He elegido votar desierto a la
mejor colección ya que, según mi opi-
nión, ninguna de las dos candidatas se
hace merecedora de ta l distin ció n.
Min ora uro saca pocas novedades .
Muy pocas. Aunque, eso sí, tiene una
selección de títulos más cuidada, aleja-
da de la co merciali dad presente en
Nova. Valga como ejem plo la an un-
ciada aparición de Limbo, de Bernard
Wolfe, en la colección de Porrüa, con
una traducción distinta a la que en su
día hizo Domingo Santos. Ten iendo
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elegible. Es una exageración, pero en El rincón de Acerco


algún lugar hay que poner la barrera
para evitar cosas así. ¡Hubo milagro 1 Por razones que sólo puedo califi car (y aún soy generoso)
En cuanto a lo de Oveja mansa, como Ignotas, El temor de la Fundación ha arrastrado ventas hacia la serie del
efectivamente fue cosa del señor editor, Núcleo Galáctico de Benford. Allá que te ves a gente pillando los tomacos
Alejo según bautismo, que decidió en como si fueran a descubrir una nueva Fundación ... Lástima que una buena
reunión consigo mismo que la novela en dosis de 500 páginas de prosa benfordiana acabará sin duda con tan animoso
cuestión no era cf pese a la opinión del acercamiento a los nuevos autores por parte de los lecto res asimovianos
mundo entero, salvo Connie Willis, menos aventureros. Y es que da igual lo que sea: lo que se vende, y mirad si
según contó en persona cuando estuvo no la lista de este número, es el bolsillo. Tanto da que sean las aventuritas de
por aquí, pero qué sabrán los escritores Thorkent como los tomacos del hombre éste.
de sus obras.... De ahí que siga vendiendo que es un primor Pratchett. Una de buena tinta:
Lo que dices de Limbo es bastante Plaza ya ha contratado todos sus títulos e irán apareciendo en el inmediato
cierto. Y lo de Neuromante . Vamos, futuro. Tanto los ya editados como los inéditos. Además, algunos aparecerán en
que me parece que tienes razón, y eso es Círculo de Lectores: acaba de hacerlo Ritos iguales.
una puñeta porque no me da la posibili- Por lo que se refiere al hit-parida, ya veis que el carrocismo es una enferme-
dad de hacer esos comentarios chistosos dad sin solución. Reedita Minotauro un par de apolillados y la gente se pone a
que se esperan de mí. repartir alegría. La excepción es esa Rakhat que tiene pinta de ser el título «tapa-
do» del año, como lo fue en el 97 El cromosoma Calcuta. Por cierto, (OS habéis
Acabo de terminar el GIGA 16 y, fipdo en que cada vr:z. que hay que votar una obra nacional hay unos cuantos
chicos, muy bien. De seguir así algún que la despachan indefectiblemente con un tres? Parece ser la nota del «ni frío
podríais llegar a ser una revista de ver- ni calon>, cuando en teoría es un «buena». Qué bonita es la diplomacia ...
dad y todo (era broma). Se produjo la Hispacón, por cierto. Es como un accidente de tráfico que se
Me ha gustado mucho el artículo sufre anualmente: no se hace, sino que se produce, acontece, decidlo como que-
de Juan ma Santiago sobre Sturgeo n ráis, pero en términos de catástrofe. Ylo bien que estuve yo en casita...
(un autor que me gusta bastante, pero
del que conocía poco) y, de hecho, ya lo que uno espera en un crítico «profe- Hola,
tiene mi nominación para los lgnotus sionak Así que apuntaos un tironcito Acabo de comprar el último núme-
del año que viene. Sólo le pondría un de orejas por haber permitido eso. Y ro de GIGAMESH y tiene muy buena
pero: ese juego que hace al principio decidle a Adolfina que debería tomar pinta. Como a cas i todo el mundo,
con Spock. Si bien la idea no me desa- ejemplo del «Papa» Alejo: uno puede supongo, me encanta Sturgeon, y tam-
grada, temo que no está muy bien estar de acuerdo o no con sus críticas, bién que publiquéis estudios con cierta
consegui do ; y el hecho de que lo pero al menos hablan del tema que se profundid ad, como parece éste.
abandone a mitad del artículo hace supone que deben hablar y sus argu- Hablando de la revista, echo de menos
que parezca que no supo cómo seguir- mentos son coherentes. las críticas y artículos de Albert Solé,
lo y lo dejó. Pese a eso, repito que me Saludos, quien desde tiempos lejanos (los pri-
parece un artículo excelente, muy bien Rodolfo Martínez meros números de Tránsito) me ha ser-
documentado y muy ameno. Gijón vido de guía espiri tual, o casi.
El resto de la revista, impecable. Lo siento pero tengo que decirlo:
Una cosa que sí quería comentar, Supongo que lo que pretendía esroy aburrido de portadas con tías
respecto a ver la paja en ojos ajenos y Ado/fina era poner de manifiesto la sen- sugerentes. Soy heterosexual con gus-
no la viga en el propio. Si revisáis la sación de vacío existencial que le produ- ros más o menos normales, pero esta
crítica de Adolfina al libro de Le Guin ce Le Guin. O así. En cuanto a las obsesión por identificar la ilustración
veréis que dedica un espacio ridículo a charlas de Alejo ... En fin, cada uno fantás tica con señoras ligeras de ropa
hablar del libro y se tira el resto con- tiene aquí sus manías y tampoco me me parece cas i insu lta nte, indepen-
tándonos su vida que, francamente, parecen exactamente un modelo a dientemente de que hay ilustraciones
puede ser muy interesante, pero no es seguir. mejores y peores, sea cual sea su tema.
60

Creo que leí una vez en una entrevista que me están sorprendiendo los comen- lúgubres, de Alfonso Sastre; La guerra
con un editor de comics que el poner tarios favorables a la serie de artículos de los dos mil años, de Francisco Carda
una tía buena en la porrada hacía sobre libros apolillados. Será que, como Pavón; Botánica oculta, del siem pre
subir las ventas x ejemplares, pero o hay tan poca cosa disponible, a la gente in fravalorado Joan Perucho; A/fanuí,
mucho me engaño o no creo que sea le da por escarbar. de Rafael Sánchez Ferlosio; Las noches
el caso con GIGAMESH . lúgubres, de José de Cadalso; Los sue-
Aprovecho la ocasión para solicitar Me gustaría que tanto Acerco ños, de Quevedo; El doctor Lañuela, de
de los eruditos colaboradores y lecto- como los lectores de GIGAMESH com- Alfonso Ros de Olano. Y en teatro
res ayuda para un proyecto que no pletasen la escasa lista de obras nacio- tenemos a tres autores que han tratado
tiene muchas posibilidades de verse nales de cf que tengo. Obras que repetidamente el tema como Lope de
terminado. Estoy recop ilando un a merezca la pena leer, sean de la época Vega, Calderón de la Barca y, más
lista de relatos y novelas de los géneros que sean. Co nozco muchas fantásti - recientemente, Alfonso Sastre. Ymen-
fantástico y cf que tengan como tema cas, pero pocas de cf. Ahí van: La ción aparte debemos hacer a un genio
el cine, su hisro ria y su técn ica. Si bomba increíble, de Pedro Salin as que se dedicó exclusivamente al fan-
algu ien me echa una mano para com- (1 952), El futuro ha comenzado, de tástico: Alvaro Cunqueiro.
pletarla, le estaría muy agradecido. Carlos Rojas (1958), Corte de corteza, Si n más que añadi r, animo a que
Felicidades por la revista, cuya línea de Daniel Sueiro (1 969) y Mecanos- se complete la lista y a que se descubra
realmente me gusta, y me seguiría gus- crito del segundo origen, de Manuel de el hermoso patrimonio que tenemos,
tando aunque este país no fuera como Pedro lo (1 978). y del que la revista G!GAMESH podría
es y la vuestra no fuera la única revista Y, por supu es to, las recie ntes sacar a relucir artículos, estud ios o
más o menos profesional del mercado. publicaciones que rodas conocemos. cuentos descatalogados.
Saludos Se habla mucho de Domingo Santos, Pedro Fernández Riquelme
Fernando Jiménez pero ¿cuáles son sus obras maestras' Murcia
Madrid Me refiero a obras cuyas ideas tengan
todavía vigencia. Los autores que he Vamos a ver, vamos a ver. Una lista
Lo de las portadas es sencillo: dados citado son grandes escritores porque de recomendados, dices. Mira, de entra-
los psicotrónicos presupuestos que mane- se han dedicado a todos los géneros da una cosa para que la tengas clara:
jamos, estamos sujetos en buena medida literarios. Un autor que se dedique «dentro» del género no ha existido nadie
a lo que nuestros colaboradores de con- excl usiva mente a un género aca ba en este país de la talla de un Cunqueiro
fianza dispongan. Y esto es lo que hay. .. repitiéndose, convirtiéndose en una o un Perucho (de quien puedes añadir
En cuanto a Albert, está en baja forma industr ia que no busca horizo ntes buena parte de su producción a tu lista,
pasajera. Volverá. expresivos, demostrando su mediocri- empezando por ejemplo con Historias
dad por la escasez de ideas y de salidas naturales).
Hola, narrativas. Lo que sigue es una !sta de libros des-
Os mando la papeleta de voto, en Eso es lo qu e le ha pasado a tacadl!s, personal arbitraria y discutible:
mi opinión personal fa ltan algunas muchos grandes del género de cf en el El señor de la rueda (Aibia y Orbis) y
obras, pero sobre gustos... extranjero y lo que le pasa a la mayo- Viaje a un planeta Wu-wei (Acervo y
Mis felicitaciones personales para ría de los españoles. Orbis), de Gabriel Bermúdez Castillo;
todos los que hacéis GIGAMESH, en espe- En cuanto a la fa ntasía estricta, Lágrimas de luz (Libros ND y Orbis), de
cial para Julián Díez por un trabajo bien hemos tenido obras maestras en nove- Rafael Marín; La máquina de matar y
llevado a la práctica y con gran calidad. la, cuento e incluso teatro. Aparre de Los viaje ros de las gafas azu les
Un saludo afectuoso, las arch ico no cid as Leyendas de (Nebulae), de Juan G. Atienza; La nave
Luis Ruiz López Bécquer y las novelas mágico medie- (Reno), de Tomás Salvadl!r; Mundos en
Bilbao vales de Ana María Matute, existen el abismo e Hijos de la eternidad
maravillas totalmente originales, por (Ultramar), de Juan Miguel Aguilera y
Tú mismo lo dices antes de felicitar su uso de la sátira social y reutilización Javier Redak El círculo de Jericó (Nova),
al dire: sobre gustos... Pero lo cierto es de mitos y temas clásicos: Las noches de César Mallorquí; y La mirada de las
61

furias (Nova), de Javier Negrete. De ¡Hurra por Antonio! Se suscribe y le No, el fandom todavfa no sabe lo
gente «de fiura del género,, y entrando gustan las portadas... Yo no me acababa que es o no es ciencia ficción, y si no
en un terreno fantástico más difuso, de atrever a decirlo en voz alta, pero... dedfcate a repasar algunas de las cosas
añade por si no las conoces La fase del ¿Qué tienen de malo en realidad todas que se dicen por ahí que 110 son cf
rubí {Tusquets) de Pilar Pedraza, los esas señoras estttpendas que estamos Ballard, Shepard, Disch... o cualquiera
relatos de José María Merino y los de sacando' que haga experimentos o cosas raras. De
Cristina Fernández Cubas. Y, por qué hecho, a veces pienso que el fondom no
no, La camisa del revés {Ultramar), de Estimados amigos: sabe absolutamente nada, dado que
Andreu Martín. Los números 14 y 15 de vuestra existe una cierta opinión extendida que
Si alguien quiere, que añada ru pro- revista son excepcionales, descollando indica que todo es relativo, las opiniones
pia lista, que yo, magnánimo como sobre todo lo demás el análisis de no son justificables porque nadie es más
siempre, quizd tendré a bien publicarla Pavón de las obras de Egan. que nadie y escribir es algo que sabe
en estas páginas. Eso sí, Pedro, en agra- También son destacables las nuevas hacer todo el mundo porque, total, te
decimiento bien podrías marcarte un secciones sobre "Las colecciones de enseña11 en el colegio. Luego u11o lee (o
artículo sobre Czmqueiro para nosotros, CF", que no admire comparación con ha dejado de leer, más bien) lo que tiene
digo yo. la previa que Domingo Santos hizo en que leer, claro.
SFX (porque comparar es odioso) y Claro que de gente supuestamente
Estimados amigos que aporta un conjunro de daros y más sesuda, como de nuestro paganini,
Tras seguir la innegable progresión una perspectiva sob re lo publicado que vete tiÍ a decirle algo, procedm des-
de la revista GIGAMESH a través de uno muy interesante y útil. pués pasadillas como la de que Oveja
de vuestros suscriprores, y constatar así Lo de la discusión en rorno a que mansa no es cf Así que ya ves: nadie
que su calidad está a años luz de la si Alíen es terror o cf (que propone sabe qué es cf
competencia, me he decidido a unirme Adolfina García en su reseña del estu-
a tan honorable y selecro círculo. dio de Lorenzo Díaz) me parece fuera Amigos de GIGAMESH:
Un cordial saludo de lugar en una rev ista co mo Gracias por el número 15 de vues-
Amonio Plaza Fernáodez G!GAMESH. (Es que el fandom rodavía tra revista. Soy muy afortunado por
Madrid no sabe qué es o no es ciencia-ficción¡ haber merecido un número entero de
P.D. Encarecidamenre os ruego que Del resro de las reseñas, destacan vuestra publicación dedicado a mi tra-
ignoréis las rorriceras maniobras de los por meriros propios la de Pallarés para bajo, para atraer la atención de los afi-
que, a través de vuestra siempre abierta Stardust y las de Boix. cionados a la cf española so bre mi
y democrática sección de Correo, inci- Seguid adelante. obra. Gracias por el privilegio y espero
tan al cambio de estilo en las porradas, Manuel Barrero que GIGAMESHcontinúe creciendo.
escandalizados anre ranra belleza. Sevilla Recuerdos
Greg Egan
Perth (Australia)

El placer es nuestro, que se dice en


estos casos. {Véase con cuánta habilidad
os he librado de la horterada de publicar
simultáneamente la versión en inglés de
la carta....).
Por cierto que este número lleva
mucha carta jabonera, ¿dónde está la
caña de España que ha sido nuestra tra-
dicióll, eh' ¿O es que os habéis vuelto
blandos' ¡A qru os achucho las obras
completas de Be/ Atreides en tapas durí-
simas!
Los ma' s vendidos en l a Li b rería Gigamesh

SEPTIEMBRE OCTUBRE

Gre~ory Benford, Jean Rabe,


En el océano de noche (VJ B) El dragón azul (Dragonlance)
Terry Pratchert, 2 Margaret Weis,
El color de la magia (Jet) Raistlin, en aprendiz de mago (Dragonlance)
Carter & Spotnitz, 3 William Gibson,
Enfréntate al jitturo (Expediente X) Idoru (Minotauro)
Terry Pratchett, 4 Terry Pratchett,
La luz fantástica (Jet) La luz Jantdstica (Jet)
Arthur C. Clarke, 5 Lois McMaster Bujold,
3.001 (Jet) Recuerdos (Nova)
Roben Jordan, 6 Terry Pratchett,
Los portales de piedra (Timun Mas) El color de la magia (Jet)
Gregory Benford, 7 Terry Pratchett,
El temor de la Fundación (Nova) Ritos iguales (Jet)
Terry Pratchett, 8 Roben Jordan,
Mort(]et) El yelmo de Aiel (Timun Mas)
Frank Herbert, 9 Orson Scort Card,
Dune (Jet) Hijos de la mente (Nova)
Isaac Asimov, 1O Michael A. Stackpole,
Fundación e Imperio (Jet) Camino del exilio (Timun Mas)
Philip K. Dick, 11 Orson Scort Card,
¿Sueñan los androides con ovejas.. ./ (Edhasa) Retorno a la Tierra (VJB)
Kim Stanley Robinson, 12 Asimov & McBride Allen,
Marte rojo (M inotauro) Calibán (VlB)
Orson Scort Card, 13 Terry Pratchert,
Hijos de la mente (Ti mun Mas) Mort (Jet)
Weis & Hickman, 14 Lorenzo Díaz,
Leyendas de la Dragolance (Estuche Dragonlance) Aliens (Alberto San ros Ed.)
Michael A. Stackpole, 15 Weis & Hickman,
Asalto a la ciudad imperial (Battletech) Los caballeros de Takhisis (Dragonlance)
Lorenzo Díaz, 16 Weis & Hickman,
Aliens (Alberto Santos Ed.) La guerra de los dioses (Dragonlance)
Dan Simmons, 17 Elizabeth Moon,
La caída de Hyperion (VlB) Restos de población (Nova)
Gre~ory Benford, 18 Asimov & McBride Allen,
Abismo frenético (VJB) Utopía (VJB)
Terry Pratchett, 19 Asimov & McBride Allen,
Ritos iguales (Jet) Inferno (VJ B)
Isaac Asimov, 20 Orson Scott Card,
Segunda Fundación (Jet) La voz de los muertos (Nova)
Novedades
Publicaciones del género fantástico, de ciencia ficción o terror, aparecidas o distribuidas en
España en septiembre y octubre de 1998. Los códigos se corresponden a los formaros: (A)
bolsillo, (B) intermedio, (C) grande, (D) tapa dura y (E) tapa dura grande

Asimov, Isaac, y McBride Allen, Roger. Rodríguez. Ed. Valdemar, col. El club
Ca/iban (Caliban, 1993). ovela, reedi- Diógenes n• 98. 190 págs., 1.000 pta. (A)
ción, tri logía de Caliban/ 1. Trad. Rafael
Marín. Ed. B, co l. VlB n• 137/3 . 478 Gibson, Will iam. !doru (ldoru, 199).
págs., 995 pta. (A) Novela, inédita. Trad. Manuel Figueroa.
Ed. Minotauro. 320 págs., 2.200 pta. (D)
Asimov, Isaac, y McBride Allen, Roger.
lnftmo (lnferno, 1994). Novela, inédita, King, Srephen. La torre oscttra 111: las tie·
trilogía de Caliban/2. Trad. Rafael Marín. rras baldlas (The Dar k Tower 111: The
Ed. B, col. VlB n• 137/2. 490 págs., 995 Waste Lands, 1991). Novela, reedición.
pta. (A) Trad. Jordi Mustieles. Ed. B, col. VIB n°
13/8. 684 págs., 995 pta. (A)
Asimov, Isaac, y McBride Allen, Roger.
Utopla (Utopia, 1994). Novela, inédita, trilo- Kleier, Glenn . El tÍ/timo dia (The Last
gía de Caliban/3. Trad. Rafael Marín. Ed. B, Day, 1997). Novela, inédita. Trad. Antonia
col. VIB n° 137/5. 442 págs., 995 pta. (A) Kerrigan. Ed. Planera , col. Bestseller
Mundial. 469 págs., 2.700 pta. (E)
Bonansiga, )ay R. La mano negra (The
Black Mariah, 1994). Novela, reedición. Koonn, Dean R. Nocttmzo (Fear Nothing,
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