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Juan Carlos Ruíz Franco

Entrevista realizada por Equipo Ulises. Otoño 2023

En nuestra fantasía de Universo Ulises conocimos a Ruiz Franco por


su libro Drogas Inteligentes, y nos arrebató con la biografía de Albert
Hofmann, vida y legado de un químico humanista. Recientemente ha
publicado Desata tu mente, mejora tu enfoque, memoria y creatividad.
Juan Carlos Ruiz Franco se licenció en Filosofía y cursó los posgrados
de Sociología y Nutrición deportiva. Escritor y traductor, profesor de
Filosofía…

Iniciamos este diálogo con la idea de conocer a fondo las


motivaciones que le llevaron a estudiar los temas sobre los que viene
escribiendo, como su último libro, Alexander Shulgin, Albert
Hofmann… y trataremos de conocer aspectos más personales sobre
este autor de carácter discreto que viene abriendo puertas a la
divulgación psiconáutica.

Juan Carlos, todo el equipo Ulises agradecemos tu amabilidad


para iniciar esta conversación. Primeramente, no podemos evitar
preguntarte si, como nos han dicho, es cierto que jugabas al
ajedrez frecuentemente con Antonio Escohotado.
Sí, conocí a Escohotado gracias al sociólogo Carlos Moya, cuyo
teléfono a su vez me dio José Carlos Bouso. Cuando le expliqué mi
proyecto a Carlos, enseguida llamó a Escohotado y nos fuimos a su
casa de La Navata, donde me habló de su relación con Hofmann e
incluso me dio su correspondencia con él. Vi en su casa un tablero de
ajedrez y le dije que si quería jugar una partida. Yo me encontraba
intimidado por estar ante ese gran hombre y perdí la partida. Sin
embargo, unos días después, para preguntarle más sobre Hofmann, fui
a su casa, jugamos varias partidas y le gané todas.

Él no podía creérselo, pero un tercer día ocurrió lo mismo. En mi


juventud jugué al ajedrez a nivel de torneo y domino bastante la
teoría, así que simplemente le aplicaba las recetas que se hacen a
todos los que se limitan a atacar como sea para conseguir el jaque
mate. Escota ganaba a todos los demás que le visitaban porque no
podían resistir sus fuertes ataques. Yo me limitaba a bloquearlo, y
luego mis conocimientos de la técnica del ajedrez hacían el resto para
ganarle, ya que, después de un ataque que no consigue su objetivo, la
posición de las piezas propias queda muy comprometida. Empecé a ir
a su casa una vez al mes para jugar, y él estaba deseoso de ganarme y,
aunque a mí no me lo decía, sí lo comentaba a la gente de su entorno.
Se sentía dolido porque alguien le superara en una tarea intelectual.
Llegó a creer que en esa primera partida me había dejado ganar, lo
cual no es cierto: pudieron más mis nervios. Además, un día me invitó
a tomar oxicodona, un opioide que relaja y mejora la cognición en
personas nerviosas (como yo), y ese día le machaqué sin piedad en
todas las partidas.

A partir de entonces acostumbré a tomar algún opiáceo antes de jugar,


y la verdad es que me sentaba estupendamente. Pero Escota era una
persona muy sabia, así que entendió que para ganarme no tenía más
remedio que ponerse a estudiar libros de ajedrez para aprender a jugar
posicionalmente (mediante la estrategia, no con táctica), no
agresivamente. Aprendió bastante, y a partir de entonces mis victorias
ya fueron reduciéndose. Pero el muy «ladino» nunca contó esto a
nadie. No dijo a nadie de su círculo que yo le había ayudado y
obligado a mejorar su juego estudiando, que es lo que mejor se le dio
siempre, el estudio. Con el tiempo empecé a ir menos a verle, sobre
todo cuando me mudé a una ciudad más al sur de Madrid, y por tanto
más lejos de él, pero siempre me acordaré de esas partidas con el
maestro y de lo que le obligué a hacer para no verse humillado tan
bestialmente.

(Risas) Tremendo Escota. Hay otros Escotas pero son el mismo.


Saltemos y aterricemos en el presente más inmediato. Tu nuevo
libro, Desata tu mente… ¿Has autoensayado con todas las
sustancias que recopilas en libro?

He probado las sustancias que se pueden conseguir en farmacias y en


internet, que son casi todas las del libro. De las que no he podido
conseguir ofrezco la información de personas que las han probado y
que han transmitido su experiencia, o bien a través de artículos
científicos. Esto último es lo más frecuente con las sustancias que aún
son experimentales, y por tanto casi imposibles de encontrar. Es
evidente que el proceso ha durado varios años, ya que hay que tener
paciencia y esperar a que el fármaco actúe de verdad. Además, para
describir cualquiera de ellos no hay que combinarlo con otro, ya que
entonces sería imposible saber qué efectos corresponden a cada uno.
Esto explica por qué he tardado tanto tiempo en recopilar toda la
información ofrecida en el libro.

¿Hablamos de años, entre investigar, clasificar, redactar…?


¿Cuánto tiempo ha requerido Desata tu mente… antes de llegar al
editor?

Me ha llevado unos cinco años de autoensayos y lecturas de estudios


ponerme al día en lo que se refiere a las sustancias disponibles
actualmente, que son muchas más que cuando redacté mi anterior
libro, Drogas inteligentes, allá por el año 2003, es decir, hace veinte
años. Ha sido muy entretenido sentir distintos efectos, y me ha
sorprendido agradablemente que hayan aparecido tantos fármacos
nuevos en el mercado, y con esto me refiero sobre todo a internet.

Después he tenido que expresar por escrito esos efectos, lo cual no


siempre ha sido fácil, porque no es lo mismo sentir internamente que
expresar con palabras esas sensaciones para que los demás me
entiendan. Creo que ha merecido la pena correr algunos riesgos, y la
prueba es la aceptación del libro por parte del editor, puesto que ya
sabemos que a las editoriales se les envía constantemente originales
para su publicación, pero la gran mayoría son rechazados.
¿Puedes explicar, para quien no esté familiarizado con el tema,
qué son los “nootrópicos”? ¿Es equivalente al término “drogas
inteligentes”?

«Nootrópico» es un término formado por dos palabras griegas: «nous»


y «tropos». La primera significa «mente» y la segunda significa
«movimiento». Por tanto, un nootrópico es algo que mueve la mente;
en nuestro caso, que la impulsa a mejorar. Cada vez se utiliza más en
castellano gracias a que el tema va siendo más conocido.

Como podemos ver, no parece haber relación visible entre


«nootrópico» y «droga inteligente», pero, como toda sustancia que
modifica la mente de algún modo es una droga y los nootrópicos
hacen referencia a sustancias que mejoran la cognición mental, la
inteligencia, podemos considerar sinónimos a «nootrópico» y «droga
inteligente». Cuando empecé a escribir artículos sobre este asunto, la
expresión «droga inteligente» era prácticamente desconocida e incluso
causaba extrañeza (¿cómo puede ser inteligente una droga?), pero la
difusión a la que contribuí hizo que se fuera aceptando cada vez más,
a pesar de que incluso en este momento hay personas que aún no
identifican su sentido. No obstante, creo que he hecho una buena labor
de difusión, y actualmente la mayoría de las personas bien informadas
conocen la equivalencia entre los dos vocablos.

Entendido. Sociología y Nutrición deportiva… ¿Por qué decidiste


combinar estos dos ámbitos de estudio tras cursar la carrera de
Filosofía?

Debe de ser porque los filósofos somos generalistas, nos gusta saber
de todo (en la medida de lo posible), y qué mejor forma de aprender
que obligarse a estudiar en vistas a una titulación. Más adelante me di
cuenta de que también se puede estudiar para luego escribir, y eso es
lo que estoy haciendo en los últimos años.

De todas formas, la Sociología está muy cercana a la Filosofía y no


puede despegarse de ella por completo, aunque los sociólogos afirmen
que tienen una ciencia independiente. Y lo de nutrición deportiva es
porque a comienzo de los 90 del siglo pasado estuve muy metido en el
mundillo de los gimnasios: no solo hay que cultivar la mente.
Entre algoritmos, búsqueda a toda costa de beneficios económicos
inmediatos (nada nuevo por otra parte), vida cotidiana centrada
en nuestros ombligos… ¿Puede la filosofía favorecer el
sentimiento de unión total entre todos los seres? Como sí se hace
evidente, muy vivido, tras experiencias con psiquedélicos…

Por supuesto, la filosofía contribuye a explicar las experiencias


psiquedélicas. Cuando se toma algún psiquedélico se percibe que hay
una especie de unión entre todas las entidades que es difícil de
explicar de forma racional (es experiencial y la experiencia no se
puede describir totalmente con palabras), así que la filosofía tiene que
alejarse de su lado más cientifista e intentar dar con la clave de esa
unión entre todos los seres, que es causada por el verdadero dios, la
naturaleza en su totalidad. Por otro lado, los psiquedélicos abren las
puertas del pensamiento (las puertas de la percepción de Huxley) y
dan acceso a otra realidad distinta (o a la misma realidad, vista desde
otra perspectiva; en esto no hay nada seguro), que puede ser objeto de
la reflexión filosófica, siempre que esta se aleje de las posturas más
dogmáticas, como antes hemos dicho.

Hablando de psiquedelia, tu biografía de Albert Hofmann es un


trabajo tan grande, tan completo, que todo psiconauta de habla
hispana nunca podrá agradecer del todo. ¿Qué te llevó a iniciar
tamaño trabajo? ¿Piensas que Albert Hofmann ha sido una de las
personalidades más relevantes del siglo XX?

Gracias por tus elogios. Simplemente me pareció importante difundir


la información disponible sobre él y la LSD, una vez que había
fallecido, a modo de homenaje; y también porque quería conocer el
contexto en que se desarrolló el boom de la psiquedelia en los años
sesenta. Para redactar el libro me vi obligado a bucear entre toda la
bibliografía disponible y aprendí mucho en el proceso.

Sin duda, Hofmann ha sido una de las personas que más ha influido
tanto en su época como en la nuestra. La existencia de la LSD es un
hito importantísimo en la historia de la humanidad. Que una sustancia
que se mide en microgramos ejerza un efecto tan potente sobre la
mente es algo casi milagroso. En cuanto a su repercusión, por
ejemplo, la figura de Timothy Leary no habría sido tan famosa sin la
LSD: se habría limitado a sus experiencias con la psilocibina. No
habrían aparecido todos los movimientos relacionados con la
psiquedelia, sobre todo en la década de los sesenta, como hemos
dicho. El de Hofmann es un claro ejemplo de obra que se «come» a su
autor; casi todo el mundo sabe lo que es la LSD, pero la gente ajena al
ámbito de la psiquedelia no conoce la figura de Hofmann, no les
«suena». Ese hecho también influyó en la decisión de escribir el libro
al que te refieres, para que Hofmann fuera más conocido. No sé si lo
habré conseguido, pero el libro está ahí para todo el que quiera leerlo
y aprender sobre su vida y su obra.

Albert Hofmann, psiquedelia, drogas inteligentes… ¿Crees que el


gran tabú que vienen siendo las drogas, desde no hace tanto
tiempo y tan ferozmente, se irá reduciendo? En algunos países
sigue castigándose con pena de muerte la posesión y comercio; en
otros, como Estados Unidos, se ha pasado en pocos años de
demonizarlas a liberalizar el comercio de algunas de ellas… Por
otro lado, ¿qué opinas del fenómeno de los opiáceos con receta
médica en USA, que ha generado en los últimos años miles de
muertes y desastres sociales de dimensiones casi desconocidas
hasta hace poco?

Las drogas se han percibido, y se siguen percibiendo, como un tabú


porque se consideran peligrosas. Sin embargo, los problemas ocurren
principalmente por falta de información o por una información
sesgada. Y la prohibición es la causa de esto. Si se trataran como algo
normal no habría tantos problemas. Pero lo malo es que mucha gente
no es capaz de hacer esto, y eso es lo que lleva a los políticos a no
plantearse la normalización: la pérdida de votos de la gente ignorante
que, lamentablemente, sigue siendo la mayoría.

De todas formas, se nota que poco a poco va decreciendo este tabú,


sobre todo porque las nuevas generaciones han tenido desde su
infancia más información que las personas de mayor edad. Escohotado
decía que la prohibición ya prácticamente no existía, y en la práctica
es así, aunque por otra parte los agentes de la autoridad siguen
persiguiendo a los consumidores por las órdenes que les llegan de las
altas esferas,

El problema de los opiáceos con receta médica en USA


(principalmente la oxicodona) se debe a que los doctores han venido
prescribiéndolos para tratar el dolor y muchos pacientes no han sabido
utilizarlos bien, por lo que se engancharon, y luego, cuando esos
mismos doctores decidían quitarles el tratamiento, no les daban las
pautas para una retirada gradual. Otros han llegado a abusar porque
sus cuerpos generaban mucha tolerancia y tenían que ir aumentando la
dosis para obtener el mismo efecto, Y llegaban a cantidades tan
elevadas que ponían en peligro su vida. Si hubieran sido conscientes
desde el principio del fenómeno de la tolerancia, ellos mismos se
habrían regulado para no subir la dosis. Y si tenían que subirla, la
obligación de los médicos habría sido que les retiraran el fármaco
gradualmente.

Regresando a tu último libro, Desafía tu mente… ¿Te parece que


pueda llegar e interesar a la clase médica? Profesionales de la
medicina general, enfermería, farmacia…

Puede que algunos sí, pero la gran mayoría de los miembros de la


clase médica es muy corporativista y creen que ellos son los únicos
que pueden manipular nuestros cuerpos. A quienes no pertenecen a su
gremio, se interesan por su materia y la estudian de forma autodidacta,
los consideran intrusos a los que hay que aislar. Como no pueden
hacer nada legalmente, les «hacen el vacío», les ignoran y les niegan
cualquier relevancia. Por eso no creo que mi libro les interese. Y si
alguno llega a leerlo, se dedicará solamente a buscarle defectos para
criticarlo.

¿Qué criterio seguiste para la selección de las sustancias que


incluye el libro? ¿Sabías de todas ellas previamente?

Por una parte excluí de las que iba a tratar las que ya aparecen
en Drogas inteligentes, y por otra elaboré una lista de posibles
haciendo una búsqueda exhaustiva en internet, seguida de la
eliminación de las imposibles de conseguir. Conocía previamente la
mayoría, pero no todas, y me dispuse a hacer autoensayos con ellas
antes de buscar artículos científicos para tener material fiable que
añadir a mi propia experiencia. Fue un proceso muy instructivo y tuve
la suerte de que ninguna me produjera una mala reacción.

Alexander Shulgin es un químico que, como comentabas de


Hofmann, resulta también desconocido más allá de círculos
psiconaúticos. Escribiste sobre él y su extenso trabajo, centenares
de formulaciones, algunas muy populares como la 2-CB… Al
contrario que Hofmann, que trabajó hasta la jubilación en la
misma empresa, Shulgin optó por trabajar como autónomo:
libertad total que, entre otras cosas, aparte de a ser observado por
las autoridades constantemente, le llevó a un final de vida con
serios apuros económicos. Toda una paradoja teniendo en cuenta
los millones de personas en todo el mundo que vienen
consumiendo MDMA, 2-CB… Químicos clandestinos,
distribuidores internacionales, miles y miles de vendedores al
detalle… que han forjado considerables fortunas con la venta de
sus drogas ilegales… ¿Cómo lo ves?

Shulgin creaba sustancias movido por una causa altruista: quería legar
a la posteridad todas las drogas que pudieran ser útiles en la búsqueda
del yo interior, para tener una mejor relación con los demás, para
contemplar la maravilla que constituye el universo, y también para
potenciar el rendimiento intelectual. Aún no he emprendido la tarea de
coger los listados de sustancias de PIHKAL y TIHKAL, autoensayar
con ellas y comprobar cuáles mejoran la cognición sin ningún otro
efecto (al menos desagradable), pero estoy seguro de que algunas de
ellas podrían considerarse nootrópicos.

Esto es evidente en el 2c-d, que en dosis razonables proporciona


lucidez mental y aumenta la capacidad de trabajo intelectual. No lo he
incluido en Desata tu mente porque ya en dosis un poco más altas es
psiquedélico, y no quiero que me acusen de haber escrito sobre este
tipo de fármacos en un libro dedicado a la mejora de las facultades
intelectuales. Por eso, mis autoensayos con las drogas de Shulgin
requerirían un libro distinto, y en cualquier caso, en PIHKAL y
TIHKAL ya hay testimonios de esos ensayos, por lo que ese posible
libro ya está en su mayor parte incluido en sus magnas obras.

En cuanto a la mala situación económica de Sasha en sus últimos


años, yo pensaba que su mujer había sido más pragmática y que de
algún modo había obtenido algún beneficio con la labor de su marido,
pero parece que no. Y tuvieron que pedir dinero para pagar el coste de
las terapias necesarias a la comunidad psiconáutica, mientras algunos
vendedores de las sustancias creadas por él lograron hacer fortuna.

Desde aquí, nuestra gratitud a Shulgin por facilitarnos a las


personas vivir mejor, más amorosamente, sentir la dicha aún en
este mundo que no invita siempre a sentir al otro como a uno
mismo… Los nootrópicos, ¿consideras que son sustancias para
cualquier edad? Es decir, ¿te parece que podemos establecer una
edad genérica mínima para su consumo? Lo comentamos porque
a un estudiante de instituto podría interesarle…

No sé de ningún nootrópico que pueda afectar al crecimiento, así que


en teoría cualquier persona de más de catorce años, bien informada,
podría tomarlos. Sin embargo, dado que de algunos no sabemos cuáles
pueden ser sus efectos secundarios a largo plazo, sería más prudente
empezar a tomarlos ya con dieciocho años, cuando el universo mental
propio ya está prácticamente configurado y ninguna sustancia puede
afectarle. El problema con estas sustancias es que la mayoría no están
respaldadas por estudios científicos rigurosos, sobre todo las que no
tienen patente, ya que esa posible investigación no repercutiría en
beneficio de ningún laboratorio. Solo de vez en cuando, sin ningún
interés comercial, algún grupo de científicos decide estudiar un
nootrópico. Es una situación lamentable, pero ya sabemos que lo que
manda es el mercado…

Hablando de edades y consumo de nootrópicos, mercado, cerebros


configurados… En España la costumbre de fumar kif, hachís y
marihuana viene de lejos, como bien explica Juan Carlos Usó,
historiador especializado en la historia de las drogas en España.
Tras algunas décadas de prohibición sin debate (“las drogas, así
en general, matan y punto”) pasamos a diversas modalidades de
desprohibición… Uruguay lo tomó como una responsabilidad
social que situó al país en el centro de las miradas internacionales.
En Estados Unidos, un día te condenaban a la cárcel por la colilla
de un porro en el coche y al día siguiente (es un decir) en las calles
de muchas ciudades y pueblos se abrían sofisticados comercios de
venta al detalle. También hay países que legalizaron tranquila y
silenciosamente, sin ruido mediático. Discúlpanos el rollito… ¿Por
qué crees que en España ni se debate políticamente el tema?

Creo que se debe a que la actitud de la «persona media» es de rechazo


a todo lo que pueda catalogarse como droga, y por eso los partidos
políticos no quieren arriesgarse a perder votos. A medida que las
nuevas generaciones, mejor informadas, lleguen a la edad adulta, los
políticos se plantearán la normalización de las drogas. Pero
actualmente, ninguno de los grandes partidos incluye la
despenalización en su programa por lo que he dicho, no perder votos
en las elecciones mientras la sociedad en general piense que la droga
(así, en general y en el sentido que tiene para la mayoría) es
perjudicial.

Vale, esperaremos a alcanzar la mayoría de edad social, algo poco


razonable quizá. Juan Carlos, podemos terminar esta
conversación, si te parece bien, con tu reflexión acerca de los
beneficios para las personas que deciden completar su dieta
alimentaria con nootrópicos.

Creo que cualquier persona que utilice su cerebro para alguna tarea
relacionada con su trabajo o su tiempo libre debería informarse bien
sobre los nootrópicos o drogas inteligentes que tiene a su disposición
y que no le van a causar efectos secundarios. Implica algo de labor,
ciertamente, porque primero hay que leer y después hay que
experimentar en uno mismo, pero los resultados merecen la pena. El
hecho de que haya alguna pastillita que tomada dos veces al día
mejora nuestras facultades cognitivas (en todos los sentidos) me
parece maravilloso, y me dan pena quienes no las conocen, ya sea
porque nunca han oído hablar de los nootrópicos, o bien porque se
niegan a tomarlas por cualquier motivo. No disponemos aún de la
píldora de la completa iluminación, pero un buen régimen de drogas
inteligentes puede cambiarnos, dejar de ser solo aspirantes a
intelectuales y conseguir más fácil y plenamente nuestros objetivos.
Podemos aumentar la velocidad de lectura, mejorar nuestra
comprensión de lo que leemos, dibujar y pintar mejor, escribir con
más fluidez y mejor estilo, etc. ¿Qué más se puede pedir a unas
sustancias que lo más seguro es que no tengan efectos secundarios en
nosotros?

Me temo que nuestro mayor enemigo es la falta de difusión de estas


sustancias, la completa ignorancia de que existen y están a nuestra
disposición. Por eso escribí Drogas inteligentes hace veinte años, y
por eso mismo he hecho el esfuerzo de actualizar toda la información
sobre los nuevos fármacos, con un enfoque más riguroso, en Desata tu
mente. Si estás leyendo esto, probablemente se te despierte el interés.
Si es así, no lo dudes, lee el libro (y también su precursor, si puedes),
experimenta contigo mismo, y el resultado será que sabrás lo que es
sentirte más inteligente, más rápido para aprender, más listo para
responder a las preguntas que te hacen, más creativo, mejor enfocado
en las tareas que realizas. Te prometo que no quedarás decepcionado.
Es cierto que hay personas a las que no les hacen efecto estos
productos, pero es un porcentaje mínimo de la población. La gran
mayoría sentirá una mejora fácilmente perceptible, y con ello mejorará
su vida. Como decía Kant, sapere aude, ¡atrévete a saber!

Agradecidos por tu atención, Juan Carlos y por tu valiosa labor


divulgadora.

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