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UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE TABASCO

DIVISIÓN ACADÉMICA DE CIENCIAS DE LA SALUD

SALUD EN LAS AMÉRICAS

Materia: Envejecimiento y salud

ALUMNO

Osvaldo Rivera León

PROFESOR

Dra. Elsy del Carmen Quevedo Tejero

Centro, Tabasco
15 de marzo de 2023
Salud en las Américas
En 2006, la población de México se estimó en 107.525.207 habitantes. La tasa
global de fecundidad fue de 2,07 y la tasa de crecimiento de 0,99%. La tasa de
mortalidad general fue de 4,5 por 1.000 habitantes.

En 1995 la esperanza de vida al nacer era en 1995 de 70 años para los hombres y
75 para las mujeres y en 2006 se estimó en 74 años para los hombres y 78 años
para las mujeres. La población adolescente se duplicó en números absolutos en los
últimos 30 años. La población de 15 a 29 años era de 30,2 millones en 2004 (28,7%
del total) y continúa creciendo.

En 2005 la población escolar (menores de 14 años) fue 30% del total y en 2010
disminuirá a 26,7%. Por el contrario, la población en edad productiva (de 15 a 59
años) aumentará de 62,3% a 64,5% para el mismo período y la población mayor de
60 años aumentará de 7,7% a 8,8%.

Se estima que entre 2005 y 2025, por el descenso sostenido de la tasa de


fecundidad, esta mantendrá una tasa de reemplazo generacional y en 2025
descenderá a 1,85 hijos por mujer. La transición demográfica cambiará la pirámide
de población, concentrándose en edades productivas y en personas de la tercera
edad (Figura 1).

Entre 2005 y 2025 se producirá el “bono demográfico”, donde existirá una relación
ventajosa en la razón entre la población en edad productiva y la población
dependiente.

El bono demográfico es un periodo en donde la población activa e inactiva en edad


de trabajar superan en cantidad a las personas económicamente dependientes
(niños y adultos mayores). Generalmente se les considera personas en edad de
trabajar a aquellas que se encuentran entre los 15 y 60 años.

El origen de este fenómeno es la caída en la tasa de fertilidad que experimentan las


naciones, habitualmente aquellas en vías de desarrollo, tal como lo es el caso de
México. El razonamiento es bastante sencillo puesto que al haber una disminución
del número de nacimientos (o de hijos por familia) la cantidad de menores de 15
años que dependen económicamente de sus padres también lo hace, por lo que
existe una considerable cantidad de adultos que no tiene a su cargo población
dependiente.

Como consecuencia de este bono demográfico comienzan a desarrollarse avances


en materias de salud, ciencia y economía, lo que vuelve cada vez más atractivo al
país como un potencial punto de inversiones que acarrea consigo la generación de
empleos y la perpetuación tanto de la población no dependiente como de su
estabilidad económica.

Otro punto importante a destacar es que la disminución de la tasa de fertilidad


también disminuye la tasa de mortalidad infantil, por lo que logra observarse un
aumento en la longevidad de la población; llegado un determinado momento la
población productiva será reemplazada por población dependiente conforme el
envejecimiento de la primera.

La pirámide poblacional de un país antes del bono demográfico es la propia de


países en vías de desarrollo, en la que existen muchos niños y adolescentes con un
menor número de adultos y aún menos personas de edad avanzada.

Aquellos países en vías de desarrollo con un crecimiento económico cada vez


mayor comienzan a transicionar su pirámide de población a una en la cual la mayor
densidad de población es aquella en edad productiva, con un rezago notable en la
población infantil y de edad avanzada, observándose aquí el bono demográfico.
Al concluir la transición poblacional gracias a la disminución de las tasas de fertilidad
y mortalidad se observa una población mayoritariamente envejecida, propia de los
países desarrollados.

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