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EPET N°1

LENGUA Y LITERATURA
2I

Trabajo práctico integrador


Primer trimestre
Leé el siguiente texto y resolvé las consignas:

Niños que viven en la calle

Se estima que en el mundo hay alrededor de 120 millones de niños viviendo en la calle
(30 millones en África, 30 millones en Asia y 60 millones en América del Sur).
Además, estos niños son a menudo víctimas de todo tipo de abusos.

Los niños de la calle son menores que viven (o sobreviven) en las calles. Muchas veces
crecen en villas miserias, basureros públicos, estaciones de tren o bajo los puentes de
grandes ciudades.
Hay varias razones por las cuales un niño vive en la calle. La combinación de factores
familiares, económicos, sociales y políticos juega un papel importante en su situación y,
por lo tanto, es muy difícil señalar de manera determinante una o más causas.
Sin embargo, los niños a quienes se les ha preguntado afirman que la familia, la
pobreza, el abuso o la guerra, entre otras, son frecuentemente razones para irse a las
calles.
Al crecer en un ambiente considerado generalmente como peligroso, los niños de la
calle enfrentan un gran número de problemas. Como consecuencia, algunos de sus
derechos se ven frecuentemente comprometidos:
Derecho a la alimentación
Los niños de la calle a menudo no tienen acceso a una dieta saludable ni suficiente.
Algunas veces, ni siquiera tienen comida, porque al vivir en las calles no tienen cómo
producirla, ni tienen dinero para comprarla.
Además, estos niños no tienen los beneficios de una dieta equilibrada: comen lo que
encuentran. Algunas veces, cuando tienen la oportunidad de elegir, se inclinan por
comidas poco saludables como el helado o los pasteles, de tal manera que corren el
riesgo de sufrir malnutrición. Los problemas de crecimiento también son comunes entre
estos niños.
Derecho a la salud
La salud de los niños que crecen en las calles está fuertemente comprometida. De
hecho, no tienen acceso a instalaciones sanitarias y a menudo están sucios e infestados
de piojos.
Estos niños están expuestos a diferentes enfermedades como por ejemplo la gripe o la
neumonía, así como también enfermedades estomacales por falta de higiene y, con
frecuencia, su salud es preocupante. Estas duras condiciones de vida tienen un impacto
negativo, no sólo en su desarrollo físico y psicológico, sino también en su desarrollo
cultural y económico.
Derecho a la educación
Los niños de la calle no reciben educación. Por esta razón, no tienen las mismas
oportunidades que otros niños. En realidad, por no poder visualizar ningún futuro para
ellos mismos y por no poder contar con formación profesional, se encuentran impedidos
para encontrar empleo y cambiar su situación.
Derecho a la no discriminación
Vistos como marginales, los jóvenes de la calle son, con frecuencia, víctimas de
discriminación. Generalmente, los adultos tienen prejuicios que los estigmatizan y, en
consecuencia, muchas veces se les asocia con los peligros de las calles. A menudo para
estos niños es difícil reintegrarse a la sociedad.
Con el objetivo de entender mejor a los niños que viven y crecen en las calles, es
esencial tanto hacerlos participar como ponerlos en contacto con instituciones o
personas clave, que busquen comprender las causas estructurales de su situación.

Daniela Araya extraído de https://www.humanium.org/es/enfoques-


tematicos/pobreza/ninos-calle/ [Adaptación]

1. Señalá y nombrá los paratextos que posee el texto.

2. ¿Cuántos párrafos tiene el texto? ¿Cómo empieza y termina un párrafo?

3. ¿En qué persona gramatical se encuentra escrito el texto? Copiá en tu hoja la


frase que te ayudó a responder la pregunta.

4. Subrayá las ideas más importantes de cada párrafo.

5. ¿Cuál es el tema del texto? ¿Cómo te diste cuenta?

6. Extraé del texto y copia en tu hoja:

Una definición:
Un ejemplo:

7. Elegí la opción correcta:

a- El texto intenta convencer

El texto intenta informar.

b- El texto posee lenguaje literario

El texto posee lenguaje académico

c- El texto pertenece al mundo literario

El texto pertenece al mundo académico.

8. Según el texto, ¿cuáles son los derechos de los niños? ¿Qué sucede con esos
derechos cuando los niños viven en la calle?

9. ¿Qué se puede hacer para ayudar a los niños de la calle?

10. Extraé del texto dos sustantivos y dos adjetivos. Analizálos según
corresponda.

11. Señalá y nombrá la estructura del texto.

12. Completá el texto con las siguientes opciones: definiciones,


ejemplificaciones, tercera persona gramatical, informar, sencillo, claro,
textos expositivos,

Los……………………………. están escritos en un lenguaje ……………y


……………….. Además, utilizan la ……………Siempre tienen la intención
de……………….Para ello, utilizan ……………………y………………….
Segundo trimestre

Leé el siguiente texto y resolvé las consignas:

Caramelos de frutas y ojos grises


“Ellos vendían caramelos de fruta en los bares. Y, algunas veces, estampitas de la Virgen. Pero
la virgencita no era para vender sino para pedir colaboración. Aunque, la verdad es que
resultaba mejor con los caramelos. Y mucho mejor si los ofrecía Magui, porque era chiquita y
tenía ojos grises. A Tomás, la calle le había enseñado que los ojos grises vendían más que los
ojos marrones. Los dos hermanos tenían su clientela fija: viejos hombres de bar que
compraban caramelos y los olvidaban en sus bolsillos. Los viejos hombres de bar no podían
comer caramelos porque tenían la boca ocupada con cigarrillos negros y palabras para arreglar
el mundo. Tomás solía pensar que, cuando los bares cerraban, los viejos hombres permanecían
inmóviles, con el cigarrillo a medio terminar, la palabra a medio pronunciar y la taza de café a
mitad de camino entre la mesa y los labios. A la mañana siguiente, el sonido de la persiana
metálica los ponía en funcionamiento.
Era sábado…. Tomás y Magui terminaron de vender sus caramelos mucho antes de lo
acostumbrado. ¡Buena suerte que las personas anduvieran ese día con ganas de masticar
azúcar! Los niños empezaron a caminar hacia la estación de trenes. Cada una hora, salía el tren
que los dejaba más allá de los suburbios industriales. En un lugar donde las calles no tenían
nombre y las casas no tenían vidrio. Tomás iba pateando la cajita de cartón vacía donde habían
estado los caramelos. De pronto, Magui se detuvo.
- ¿Qué hay? – preguntó su hermano.
Magui señaló en dirección a la plaza que tenía juegos. –
Quiero ir al tobogán – dijo.
- Mejor nos vamos – contestó Tomás, pensando que llegaba a tiempo para jugar un rato a la
pelota.
Magui sacudió la cabeza para decir que no, que por favor, que fuera bueno. Magui sacudió la
cabeza, y su hermano entendió por qué la gente le compraba caramelos. - Está bien…- aceptó.
Era sábado, y mediodía de otoño. La plaza estaba casi desierta. Solamente había un niño con
una mujer que lo cuidaba.
Magui corrió hasta el tobogán. Tomás, en cambio, se sentó en un banco de cemento. Él ya
estaba grande para esas cosas. Tenía ganas, pero mejor que no. Porque si llegaba a verlo algún
otro de la calle le iba a gritar de todo; y encima iba a andar diciendo que Tomás era nena.
Tomás se acurrucó en el banco, del lado del sol. Tanteó la bolsita que su madre le ataba a la
cintura, debajo de la ropa, para que guardara la ganancia. ¡Qué suerte que ese sábado las
personas anduvieran con ganas de masticar azúcar!
Magui se deslizaba por el tobogán agarradita de los costados. Y claro, era chiquita. No iban a
compararla con él que se tiraba con un envión, daba una vuelta completa en el suelo, y se
levantaba sin apoyarse en las manos.
El sol de otoño a la hora de la siesta era como un zumbido.
Ahí estaba Magui subiendo de nuevo la escalera del tobogán. Ahí estaba el chico con su
abuela. ¿Era su abuela o su mamá? Más bien parecía su abuela…
Tomás no quería dormirse, pero el sol quería que se durmiera. Lo envolvió en una manta con
olor a aire libre, le trajo buenos sueños desde allá arriba. Y, en pocos minutos, le ganó la pelea.
Dormido, hecho un ovillo, Tomás estuvo soñando cosas lindas. Sueños muy distintos a la vida.
Tan pero tan distintos como unos ojos grises de unos ojos marrones.
Sin embargo, no debió dormir mucho tiempo. Porque cuando despertó, el sol estaba en el
mismo lugar, y los pinos de la plaza tenían la misma altura. Lo único diferente era que el niño y
su abuela se habían marchado. Tomás se restregó la cara y miró el tobogán: Magui no estaba.
Llevaba algunos años vendiendo caramelos por los bares; más precisamente la mitad de su
vida. Y había aprendido que en las calles nada desaparece porque sí.
- ¡Magui! – llamó ¡Magui!
Lo primero que hizo fue recorrer la plaza por si a Magui le había dado por esconderse atrás de
algún árbol. Pero, no. A lo mejor, detrás de los arbustos podados con forma de paraguas.
Tampoco…
El monumento era un buen lugar, con caballos y todo. Seguramente Magui estaba calladita
detrás de un soldado. Tomás miró los rostros de aquellos militares de metal a ver cuál de todos
aguantaba la risa para no descubrir el escondite. Dio una vuelta completa al monumento, con
los dedos cruzados y el corazón golpeando fuerte. Pero Magui tampoco estaba allí. Tomás miró
hacia todos lados. Nunca la ciudad le había parecido tan grande. Tal vez por eso, él eligió las
calles familiares. En su esquina de siempre, encontró al lustrabotas que los conocía.
- Don, ¿no la vio a la Magui?
- ¿A tu hermanita? –encogió los hombros- No.
Tomás siguió en dirección a los bares donde vendían. Entró en cada uno. Y en todos repitió la
misma pregunta:
- ¿No vio a la Magui?
Los viejos hombres de bar parecían preocuparse. Hasta le preguntaron qué pasaba, y quisieron
saber dónde se había perdido. Pero ninguno abandonó su silla. Al principio, Tomás sólo
preguntaba… Después, espió a ver si su hermana estaba adentro de las tazas con café con
leche. A ver si, de tan flaquita que era, se había metido entre el pan de los sándwiches que la
gente devoraba sin pena.
Un viejo hombre de bar leía el periódico. Tomás se detuvo en seco porque creyó reconocer a
Magui en una foto. Se puso a espaldas del hombre para mirar bien. Y entonces comprendió
que se había equivocado; no era Magui la que miraba desde el papel. De todos modos, se
empeñó en leer las palabras escritas sobre la foto: “Cifras negras. Aumenta el número de niños
desaparecidos”. Cuando terminó con los bares que conocía, Tomás empezó a caminar más
rápido, más rápido. Observó la expresión de las personas que pasaban a su lado. Y caminó más
rápido todavía. Miró el interior de los autos, las cosas que ofrecían las vidrieras. Dobló la
esquina, y empezó a correr. Se detuvo en el puesto de revistas. ¿No vio a la Magui? Corrió a la
parada de taxis. ¿No la vieron? Siguió corriendo… Cruzó una vez más, con el semáforo encima.
Pero siguió… Iba esquivando gente y atropellando gente. Los insultos no lograban alcanzarlo.
Tomás corrió sin sentido. No necesitaba sentido para correr.
- Doña, ¿no vio a la Magui?, ¿no vio a la Magui?
Llegó corriendo a la estación de trenes.
Tiene ojos grises, ¿nadie la vio?
Nadie la había visto.
Las personas atiborraban los vagones.
Y los trenes partían como si no les importara que Magui se hubiese perdido. Tomás se alejó
también, corriendo sin aire. No necesitaba aire para correr.
De pronto, maravillosamente azul y rojo, Tomás vio a Superman en un enorme cartel de
propaganda. Cualquiera sabe que Superman vuela sobre la ciudad y lo ve todo: nadie mejor
que él para ayudarlo.
Tomás se paró en puntas de pie para hablarle desde más cerca: −Caramelos de fruta… ojos
grises. −Eran las palabras de su tristeza−: Me quedé dormido, se me perdió… Pero Superman
no pareció escucharlo. Habló en otro idioma. Y se fue volando, cartel adentro, tras unos malos
de mentirita. Lo único posible era seguir corriendo, sin sentido, sin aire, sin rodillas.
Tomás no necesitaba rodillas para correr. La calle que eligió terminaba en el hospital. A lo
mejor, detrás de esos muros gruesos, estaba su hermana con dolor de panza. Pasó por la
puerta giratoria, pero no le dieron ganas de jugar. Un olor picante le punzó la nariz.
Preguntó y preguntó: − ¿Acá está la Magui con dolor de panza?
Los de blanco no sabían. Los de celeste, tampoco. En todos los pasillos, una mujer lo hacía
callar con un dedo sobre los labios.
−Es que estoy buscando a mi hermana – explicaba Tomás.
− Silencio, hospital − respondía ella.
Tomás salió de allí. Atardecía con frío. Su carrera lo llevó hasta una zona desvencijada de la
ciudad. Atravesó baldíos, se tropezó en las baldosas sueltas, sin sentido, sin aire, sin rodillas…
El basural lo llamaba. Tomás se metió a revolver lo que el mundo había tirado. No tuvo miedo,
ni asco. Encontró una muñeca sin brazos, pero Magui era más linda. Encontró cáscaras de
manzana, pero Magui era más dulce. Un pedazo de pan, pero Magui era más buena.
La noche se había terminado de cerrar. Y él ya estaba muy cansado.
− ¡Magui!−llamó, susurró − Magui, si te encuentro nos vamos a la casa a tomar sopa.
El basural lo escuchó en silencio.
En un bar de la ciudad, había un periódico olvidado en una de las mesas. “Cifras negras…”.
Pero los soldados del monumento no pudieron defenderla.
“Un importante número de organizaciones internacionales hicieron público un documento
estremecedor…” Pero la gente seguía tomando café con leche.
“Ha crecido de manera dramática el número de niños robados.” Y los trenes partían.
“Los niños que trabajan en la calle son las principales víctimas de estos crímenes “. Pero a
Superman no pareció importarle.
“Por cada día que estas soluciones demoren en llegar habrá niños que ya no regresen a sus
casas”. El hospital no tuvo tiempo para escucharlo.
“El documento puntualiza, también, que el precio que se paga por estos niños…”.
Al fin, Tomás se sentó, rodeado por la noche hostil del basural. Apoyó la cabeza sobre sus
rodillas y se cubrió con los brazos. Como si los brazos fueran el techo de una casa. Sin Magui
junto a él, la intemperie dolía más que nunca.

Liliana Bodoc, Amigos por el viento (2008) Buenos Aires, Alfaguara, págs.16-19.

1. Señalá y nombrá los paratextos que posee el texto.


2. Explicá con tus palabras el sentido de la frase: "A Tomás, la calle le había
enseñado que los ojos grises vendían más que los ojos marrones."
3. . ¿Cómo es el barrio donde vivían los chicos? Copiá frases del texto que te
ayudaron a responder la pregunta.
4. . ¿Qué fue lo que ocurrió un sábado al mediodía en la plaza?
5. . ¿Qué es lo que primero piensa Tomás ese sábado cuando despierta? ¿Qué hace
después?
6. Señalá el primer párrafo del texto. Extraé de él:
Dos sustantivos comunes femeninos:
Dos sustantivos comunes masculinos:
Dos sustantivos propios:
Tres adjetivos
7- Completá con dos adjetivos para cada uno de los personajes del cuento Caramelos
de frutas y ojos grises:
a- Magui:
b- Tomás:

8- Elegí uno de los personajes de la consigna anterior. Redactá tres oraciones que
describan al personaje. Subrayá con dos colores diferentes los sustantivos y
adjetivos que incluiste en tu texto.
9- ¿Cómo reacciona la gente a la que Tomás le pregunta por Magui?
10- . ¿Con qué palabras o expresiones se describe en el cuento el estado
de desesperación y la angustia de Tomás, tras la desaparición de Magui?
11- Copiá en tu carpeta dos fragmentos en los que se encuentren las voces de los
personajes. ¿Cómo te diste cuenta que eran ellos quienes hablaban?
12- ¿Qué tipo de narrador presenta el cuento Caramelos de frutas y ojos grises? ¿Qué
palabras o frases del texto te ayudaron a responder la consigna?
13- ¿Pensás que este cuento de algún modo denuncia una realidad? ¿Cuál? ¿Por qué
14- ¿En qué lugar suceden los hechos narrados? Copiá la frase que te ayudó a resolver la
pregunta anterior.

15- Buscá en el cuento y copia en tu hoja un fragmento en el que se describa (diga cómo
es) algo o alguien. Subrayá en él los sustantivos y adjetivos.

16- ¿Qué características del cuento realista incluye el cuento “Caramelos de frutas y
ojos grises”? Busquen y anoten los ejemplos en la carpeta.

17- Completá el cuadro:

Caramelos de frutas y ojos Niños que viven en la calle


grises
Autor/a

Intención del texto

Tema del texto

Tipo de lenguaje

Persona gramatical

Tipo de texto

Mundo al que pertenece

Tercer trimestre
La pieza ausente

Comencé a coleccionar rompecabezas cuando tenía quince años. Hoy no hay nadie
en esta ciudad – dicen – más hábil que yo para armar esos juegos que exigen paciencia y
obsesión.
Cuando leí en el diario que habían asesinado a Nicolás Fabbri, adiviné que pronto
sería llamado a declarar. Fabbri, era director del Museo del Rompecabezas. Tuve razón:
a las doce de la noche la llamada de un policía me citó al amanecer en las puertas del
Museo.
Me recibió un detective alto, que me tendió la mano distraídamente, mientras decía
su nombre en voz baja –Lainez- como si pronunciara una mala palabra. Le pregunté por
la causa de la muerte: - veneno- dijo entre dientes.
Me llevó hasta la sala central del Museo, donde está el rompecabezas que
representa el plano de la ciudad, con dibujos de edificios y monumentos. Mil veces
había visto ese rompecabezas: nunca dejaba de maravillarme. Era tan complicado
que parecía siempre nuevo, como si, a medida que la ciudad cambiaba, manos
secretas alteraran sus innumerables fragmentos. Noté que faltaba una pieza.
Lainez buscó en su bolsillo. Sacó un pañuelo, un cortaplumas, un dado, y al final
apareció la pieza. – Aquí la tiene. Encontramos a Fabbri muerto sobre el
rompecabezas. Antes de morir arrancó esta pieza. Pensamos que quiso dejarnos una
señal.
Miré la pieza. En ella se dibujaba el edificio de una biblioteca, sobre una calle
angosta. Se leía, en letras diminutas, pasaje La Piedad.
- Sabemos que Fabbri tenía enemigos – dijo Lainez – Coleccionistas resentidos, como
Santandrea, varios contrabandistas de rompecabezas, hasta un ingeniero loco,
constructor de juguetes, con el que se peleó una vez.
- Troyes –dije -. Lo recuerdo bien.
- También está Montaldo, el vicedirector del Museo, que quería ascender a toda costa.
- ¿Relaciona a alguno de ellos con esa pieza? – Dije que no.
- ¿Ve la B mayúscula, de Biblioteca? Detuvimos a Benveniste, el anticuario, pero
tenía una buena coartada. También combinamos las letras de la Piedad buscando
anagramas. Fue inútil. Por eso pensé en usted.
Miré el tablero: muchas veces había sentido vértigo ante lo minucioso de esa pasión,
pero por primera vez
Sentí el peso de todas las horas inútiles. El gigantesco rompecabezas era un monstruoso
espejo en el que ahora me obligaban a reflejarme. Solo los hombres incompletos
podíamos entregarnos a aquella locura. Encontré (sin buscarla, sin interesarme) la
solución.
- Llega un momento en el que los coleccionistas ya no vemos las piezas. Jugamos en
realidad con huecos, con espacios vacíos. No se preocupe `por las inscripciones en la
pieza que Fabbri arrancó: mire mejor la forma del hueco.
Lainez miró el punto vacío en la ciudad parcelada: leyó entonces la forma de una M.
Montaldo fue arrestado de inmediato. Desde entonces, cada mes me envía por correo
un pequeño rompecabezas que fabrica en la prisión con madera y cartones. Siempre
descubro, al terminar de armarlos, la forma de una pieza ausente, y leo en el hueco la
inicial de mi nombre.
Pablo De Santis.

A. ¿Por qué el relato se titula La pieza ausente?


B. Sobre la base de la lectura completá:

Crimen:
Víctima:
Criminal:
Sospechosos:
Pistas:
Hipótesis de los detectives a partir de las pistas:
Investigador:

C. ¿Por qué motivo se comete el crimen?


D. El protagonista dice que encuentra la solución sin buscarla. Explicá con tus
palabras cómo resuelve el caso.
E. Hacia el final del relato el protagonista nos cuenta sobre la actitud del asesino,
¿qué le envía todos los meses? ¿Cuál es el mensaje implícito de los envíos?

F. ¿Qué tipo de narrador presenta el texto? Copiá en tu hoja la frase que te ayudó
a resolver la pregunta.

G. Completá:
Personajes primarios:..................................................................................................
Personajes secundarios…………………………………………………………………….

Tiempo en el que se desarrollan los hechos:..............................................................


Espacio en el que se desarrollan los hechos:..............................................................

H. ¿Qué tipo de relato es “La pieza ausente”? ¿Cómo te diste cuenta?

I. Ordená cronológicamente las siguientes acciones principales del relato.

Descubre al culpable

Llaman a declarar al protagonista

El protagonista descubre la pieza ausente.


La muerte de Fabbri

J. El Relato tiene un fragmento marcado en negrita. Extraé los verbos que


contiene el fragmento y copialos en tu carpeta. Analizalos
K. Buscá en el cuento y copia en tu hoja un fragmento donde se encuentren las
voces de los personajes. ¿Cómo te diste cuenta que eran sus voces?
L. Sintetizá en cuatro oraciones la historia que narra el texto.

1. LEÉ EL SIGUIENTE TEXTO Y RESOLVÉ:

EL CUENTO POLICIAL

El cuento policial refiere la historia de un crimen cometido por un autor desconocido


en circunstancias misteriosas. El relato cuenta el procedimiento deductivo que, a partir
de la observación y la interpretación de una serie de indicios, lleva adelante un
personaje (generalmente un detective o un personaje que se desempeña como tal) para
desenmascarar al culpable y explicar sus móviles.
Este tipo de narraciones se inició a partir de la consolidación del modo de vida propio
de las ciudades multitudinarias a mediados del siglo XIX.
El escritor estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849) fue el primer exponente, con
el relato “Los crímenes de la calle Morgue”. A partir de este cuento, donde la aplicación
de las nuevas teorías científicas y el gran poder de observación del detective resuelven
un enigma de difícil explicación, surgió el género policial que se desarrolló,
principalmente, en Inglaterra y Francia.
Algunos de los autores más reconocidos dentro de la corriente inglesa son Arthur Conan
Doyle (1859-1930), creador de Sherlock Holmes; y Agatha Christie (1890-1976),
creadora del sagaz Hercules Poirot.
Características
* Estructura. Habitualmente es un relato que se hace al revés de la narrativa tradicional.
Al comienzo se presenta el enigma o misterio, que debe ser resuelto al final. El tiempo
para aclarar el enigma procede en dos sentidos: mientras avanza la investigación, futuro;
se revela el enigma, pasado.
* Ambiente. Por lo general es urbano. En los primeros relatos el crimen ocurría en
espacios interiores, en cuartos cerrados y en lugares apartados o aislados de la
civilización. Luego, la ciudad se conformó como escenario de los delitos.
* Historia : La acción brinda el mayor suspenso. Deja siempre un hilo o eslabón por
resolver. Con rigor deductivo, el investigador y el lector desentrañan el enigma, al
reunir esos hilos en el desenlace.
Al principio se proponen varias soluciones fáciles, a primera vista tentadoras, que sin
embargo resultan falsas. Hay una solución inesperada, a la que sólo se llega al final.
Para la solución del enigma se desecha todo elemento sobrenatural o inexplicable. Es un
relato hecho para que el lector participe en desentrañar el misterio; ingresa en él como
un investigador más.
Elementos del policial
* Personajes. Se clasifican en dos bandos, aquellos que pertenecen al mundo de la
justicia: el policía, el detective, el inspector; y los que representan al mundo del crimen:
el asesino y el espía, etc. Por lo general son tipos; tienen caracteres bien definidos y no
evolucionan a lo largo del relato.
*Delito: acción que va contra la ley y es castigada con pena grave (como la pérdida de
la libertad).
*Coartada: Prueba/ pretexto que presenta un acusado en defensa de su inocencia, con la
que demuestra que en el momento en que se cometió un delito se encontraba en otro
lugar.
*Movil: Motivación que desencadenó el acto criminal. Es el motivo que lleva a una
persona a cometer el crimen.

Leé el texto El cuento policial y resolvé

A. Marcá y nombrá los paratextos que posee el texto.

B. Enumerá los párrafos y ponele un título a cada uno de ellos.


C. Subrayá la idea más importante de cada párrafo

D. ¿Cuál es el tema del texto? Realiza una lista de palabras o expresiones que se vinculan
con él, por ejemplo: crimen,...

E. Completá el siguiente cuadro comparativo con los datos de los cuentos leídos y la
teoría que completaste en la red conceptual

Elementos del cuento policial La pieza del rompecabezas La pieza ausente

Detective

Delito

Móvil

Coartada

Delincuente

F. A partir del cuadro anterior ¿Qué personajes pertenecen al mundo delictivo? ¿Cuáles
buscan justicia en los dos cuentos leídos? ¿Cómo te diste cuenta?

G. Completá el siguiente cuadro:

Infinitivo Gerundio Participio

ganado

planchando

lavar

calculando

Publicado

Comer

Corriendo

Tenido

salir

hirviendo

partido
H. Leé el siguiente texto y resolvé:

a- ¿Quiénes son los personajes de este breve relato?

b- Marcá con un color los verbos sin conjugar. Copiálos en tu hoja e indicá qué
tipo de verbo es y a qué conjugación pertenece.

c- Identificá y copia en tu hoja los verbos conjugados. Analizálos.

Un día un lobo pensó en cambiar su apariencia para obtener su comida más


fácilmente. Entonces decidió en disfrazarse de oveja e ir a pastar con el rebaño,
despistando así al pastor.
Al anochecer, fue llevado junto con todo el rebaño a un corral, quedó la puerta
asegurada.
Entonces el pastor buscó su provisión de carne para el siguiente mes, tomó al
lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante.

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