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Cayce le dijo que esa experiencia ocurrida en una vida pasada se le habia quedado tan grabada que con mucha frecuencia le venia a la mente ‘Otros destinatarios de lecturas de Cayce también descubrie- ron que ciertas reacciones emocionales inusuales eran pistas de influencias provenientes de vidas pasadas. Asi, por ejemplo, una mujer pregunté que por qué sentia un cosquilleo bastante inten- so cada vez que ofa las palabras de Jesis. Se le dijo que habia escuchado realmente Ia voz de Jesis en una vida que vivid en Palestina, Otra mujer sentia mucho miedo siempre que ofa el sonido producido por el hielo al deslizarse 0 por caballos al co- rer sobre la nieve. Cayce explic6 esta respuesta emocional ante dichos sonidos diciéndole que en una vida pasada habia muerto en las heladas aguas del rio Ohio. A otra persona se le dijo que el carifio y la comprensién que mostraba hacia los tuberculosos se debia a que habia padecido esa misma enfermedad en una vida pasada. Aquellos que tienen la suerte de poder viajar a otros paises con frecuencia hablan de sucesos poco corrientes que pudieran tener relacién con recuerdos de un pasado distante. Algunas per- sonas tienen la sensacién de haber estado alli antes, si bien se trata de una sensacién més bien vaga. A otros les parece que pertenecen a ese lugar, sienten una gran paz, como si estuvieran volviendo a casa. Muchos viajeros descubren que su sentido de la orientacién es extremadamente preciso, Saben lo que hay a la vuelta de la esquina, conocen lo que hay en cierto lugar de la calle. Y otros experimentan cierta intranquilidad, como un cosquilleo, tristeza 0 desesperacién; algunos incluso se descu- bren a si mismos llorando a mares sin motivo aparente. Una mujer que hizo un viaje a Israel conté que habia expe- rimentado algo asi en Cesérea. Le apetecta especialmente vi tar ese lugar historico, pues siempre le habia interesado la Biblia y los primeros afios de la Iglesia. Hacia un dia maravilloso y se sentfa fenomenal, Nada mas entrar en Cesérea, el guta se paré y se puso a explicar los distintos acontecimientos que habian “tenido lugar alia lo largo de la historia. La explicacién del guia le parecié bastante interesante, si bien no era algo que le intri- gara especialmente, Sin embargo, de repente empez6 a semtirse mal del estoma- 0 se puso a temblar, Dej6 de pensar en ello, y siguié recorrien- 143 do las ruinas. Pero cada vez se semtia peor, y finalmente decidi6 abandonar el recortido y volver al autobis. Después de perma- necer durante unos minutos en el autobis, se dijo asi misma que, con independencia de cémo se sintera, seneillamente no podia, perderse la visita a Cesérea, Cuando voivié a unirse al grupo, éstos ya habian llegado al anfiteatro de Cesérea. Al ver el coliseo, empez6 allorar convul- sivamente, sin poderse controlar, y no pudo dejar de sollozar durante mas de una hora. Esto la dej6 sorprendidisima, no sabia por qué le habia sucedido. Ciertamente, nada de lo que ahi se dijo judo haber desencadenado semejante reaccidn. También se se tia violenta ante semejante especticulo, pues no era una perso- nna que se emocionara con excesiva facilidad. No puede explicar- se por qué tuvo esa reaccién, ‘Su marido le ecord6 que ella comulgaba enteramente con las enseflanzas de Pablo contenidas en la Biblia y con frecuencia, defendia a Pablo ante quienes estaban en desacuerdo con algu- nas de sus opiniones. Otra pista que podria guardar cierta rela- cid es que a esa mujer no le gustaban los deportes que hoy en dia tienen lugar en fos coliseos det mundo actual. Una explica- cién podria ser que ella hubiera sido uno de los primeros cris- tianos, que vivieron en Cesérea, que hubiera conocido a Pablo, que hubiera trabajado con él, y que por ello hubiera sido perse- guida, También podemos deducir que lo probable es que no le ustaran os deportes y las actividades que en esa época se de- sarrollaban en el coliseo, cuando Roma gozaba de un poder hhegeménico. arece como si el interés que despiertan ciertos paises en nosotros y el amor que sentimos por ellos se debieran a que he- ‘mos vivido alguna vida alli. Incluso algunas circunstancias que escapan 2 nuestro control, como un viaje de negocios, un desti- no militar 0 una esealafortuita, nos permiten abrir las puertas a los vicjos recuerdos. Tal vez, “simplemente por casualidad” via- jamos a paises donde hemos vivido anteriormente. Una joven recientemente plane6 hacer un viaje a Egipto. El asunto surgi de repente. Se present6 la oportunidad y ella la aproveché sobre la marcha, Habl6 con sus abuelos sobre el via je y ellos le recordaron que un tio abuelo habia viajado a Egip- to.en los aftos cineuenta, También le dijeron que los objetos que habia traido de ese viaje estaban desperdigados por la casa: un 144 jarrén, una banqueta, varios recipientes de cobre y laton, y una foto de é montado en un camello, La joven de repente cay6 en la cuenta de que esos objetos siempre le habian intrigado. De he- cho, se dio cuenta de que uno de sus primeros recuerdos era un pequefo recipiente de latén con jeroglificos grabados. De repen- te, empez6 a preguntarse si su viaje a Egipto era algo tan espon- téneo como ella habia creido en un principic. Pero incluso sin necesidad de realizar largos viajes, lo que ‘vemos cerca de nuestro hogar puede estimular recuerdos en no- sotros. Las lecturas de Cayce nos dicen que con frecuencia nos cencarnamos en lugares cercanos al sitio donde hemos vivido en vidas anteriores. Las lecturas de Cayce informaron a los padres de un muchacho de que en una vida anterior su hijo habfa esta- do vinculado a George Washington. Se les dijo que si o lleva ‘ban a Mount Vernon, a la cocina y al dormitorio donde Washing ton habia muerto, recordaria muchas cosas. Cuando los padres Ievaron a su hijo de cuatro afios a Mount Vernon, el dormito- rio estaba acordonado, Pero pudieron visitar la cocina, y al Ile~ ‘gar ali el nifio dijo: “Sé donde estoy. Estoy en Mount Vernon. Una mujer que vivia en Virginia supo a través de las lectu- ras de Cayce que si iba al ayuntamiento de Williamsburg y se asomaba a determinada ventana, recordaria haber estado alli de pie en una vida anterior, aguardando a su amante, esperando verlo desde alli, Otra se enteré de que si iba a una fortaleza que habia cerca de su casa en una noche de luna del mes de agosto Y se ponia a escuchar, oira la voz que ella misma habia tenido ‘en otra vida. A veces simplemente un facsimil de una experien- cia anterior basta para desencadenar un recuerdo. En una lectu- ra de Cayce, se le dijo a una persona que si se sentaba en la are- na, recordaria su encarnacién en Persia. El cine y latelevisién nos dan la oportunidad de viajar a lu ‘gares muy distantes. Ademés de los documentales sobre viajes, ‘muchas peliculas historicas con escenarios auténticos y progr ‘mas realizados in situ nos permiten sumergirmos en otras cultu- ras y entrar en contacto con otras costumbres. Todo ello sirve para avivar recuerdos en nosotros. Los libros y los cuentos también captan nuestra atencién y ‘nos transportan a otros paises y épocas. El hecho de que nos ‘guste leer y estar informados sobre determinados paises puede set una pista valiosa sobre nuestras vidas anteriores. Las lectu- 145 ras de Cayce animaban a aquellos que querian recordar vidas pasadas a estudiar aquellasregiones y paises que despertaban st interés, No sélo habian de estudiar su historia, tambin se reco rmendaba examinar su geografla, mapas y fotografias de paisa- Jes, con el fin de avivar los recuerdos. Asi, por ejemplo, a una persona se le dijo que estudiar la historia de los primeros aitos de a Iglesia, y descubrié que sus recuerdos eran mas exactos que los textos ‘A veces podemos empezar por fijamos en un indieio de una experiencia de una vida anterior, posteriormente desarrollar esa idea. Una persona que se ha dedicado a evocar anteriores encar- naciones ba trabajado en ello, descubriré en sus sueitos suge- rencias sobre ls pafses en que ha vivido. Disfrtaré aprendien- do los idiomas de esos paises y verd como aviva ain més sus recuerdos al hacerlo ‘Cuando creas haber tenido una experiencia en cierta época © lugar, usa tu imaginacin para afadir detalles a esas vidas pa- sadas. Un individuo fue informado en una lectura de Cayce de ‘que lahabilidad que tenia para imaginar ciertos lugares se debia 2 que habia pasado alli otra vida anteriormente, La lectura le animé a aiadir detalles, pues ésa era una forma de recordar més ‘cosas. A otra persona se le recomendé que imaginara lo que las personas que estaban en un entomo determinado habian toma- do para comer en el pasado, y ello contribuyé de forma sorpren- dente a avivarviejos recuerdos. Ejercicio A La mayoria de nosotros, sin siquiera darmos cuenta de ello, abrigamos unos sentimientos muy claros en relacién eon deter~ minados lugares, Por supuesto, ello puede deberse a experien- cis que hemos tenido anteriormente en esta vida. Pero a ment- do las raices van mucho més lejos. Vamos ahora a fijamos en tus sentimientos y tu imaginacién. Reflexiona durante unos segundos sobre esta pregunta: Si pudieras visitar cualquier pais del mundo, ;adénde irtas? Siya tienes en tu mente el pais que visitarias, es hora de que uses tu imaginacién para afiadir detalles sobre lo que esperas encontrar alli. Témate el tiempo necesario para que tu mente 146 ella siempre habia querido cambiarlo. Le parecia que no era una habitacién bonita, pensaba que no habia estado inspirada al i corarla. Riendo pensé que existia la posibilidad de que se hubiera reencamnado en la antigua América y que hubiera vivido una vida triste © mondtona entonces. Se trata de un andlisis subjetivo, y esta claro que no se pue- den extraer conclusiones s6lidas del tipo de sofa que uno tiene cen Ia sala de estar. Pero quiza podamos utilizar los sentimientos que despierta en nosotros nuestro medio ambiente material como uno de los hilos con los que tejemos la teoria de nuestras vidas pasadas, En la siguiente seccién, vamos a seleccionar otros hilos exa- minando la forma que tienes de reaccionar ante las diferentes zonas del mundo. 195 Sesion 5 Viaje Alrededor del Mundo En una sesién anterior ya hemos dicho que las fuertes re ciones que experimentamos ante determinados lugares, culturas ¥¥ épocas historicas nos indican algo sobre nuestro pasado. Po- siblemente, ya te habras dado cuenta de que ciertos paises, cul- turas 0 épocas historicas despiertan enti sentimientos muy fuer= tes, Tales reacciones pueden ser positivas o negativas, depen- ddiendo de situ pasada experiencia te dej6 0 no un buen sabor de boca, por asi decirlo, ‘Ahora vas a tener la oportunidad de conocer més de cerca tales sentimientos, tanto aquellos de los que eres consciente ‘como algunos en los que quizé no habias pensado tanto. Vamos a realizar un viaje imaginario alrededor de! mundo, tomaremos nota de tus reacciones y de tus impresiones y opiniones sobre los diferentes lugares y las personas que alli habitan. Tal vez estés pensando: “Pero yo no conozco lo bastante

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