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ESCUELA “SAN FRANCISCO”

E.D.I. / CATEQUESIS
Prof. Martín Arkwright
TRABAJO PRÁCTICO NRO. 3

TEMA: LAS COMIDAS CON EL RESUCITADO

Jesús ora
Habitualmente se enseña que Jesús es el modelo a
seguir en todas aquellas acciones que están referidas a
la piedad, como rezar a Dios, hacer el bien a los demás,
luchar por la verdad y la justicia ante las adversidades,
etc. ¡Buenísimo! 👌 Pero ¿saben qué? Las ocasiones en
que los evangelios nos hablan de Jesús rezando, por
ejemplo, no son abundantes…

👐 Según los evangelios Jesús ha rezado…

 al momento de recibir su bautismo (Lucas 3,21)


 de madrugada, después de un día intenso de servicio (Marcos 1,35)
 al ser visto por sus discípulos rezar y tras esto enseñarles a hacerlo (Lucas 11,1)
 antes de hacerles esa pregunta crucial: “¿Quién dicen que soy yo?” (Lucas 9,18)
 en el monte de la Transfiguración (Lucas 9,28)
 y en el monte de los Olivos, antes de su Pasión (Mateo 26,36)
 junto a estas ocasiones podríamos mencionar aquellas otras en que se dirige a su
Padre durante la Pasión, como aquella invocación en que pedía el perdón por
quienes lo estaban crucificando (Lucas 23,34) y otras pequeñas invocaciones por el
estilo durante el Evangelio.

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos
le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos» (Lc 11,1)
Jesús come
Sí son numerosas, en cambio, las ocasiones en
que aparece Jesús haciendo algo sumamente
natural, bastante ordinario, y que no parece ser
un modelo de virtud para los creyentes. Esto es,
comer.  Según los evangelios Jesús ha comido…

 con los publicanos (Lucas 5,29) y con Zaqueo, jefe de publicanos (Lucas 19,5)
 con los fariseos u otros dirigentes (Lucas 7,36; Lucas 14,1)
 mientras otros discípulos ayunaban (Lucas 5,33)
 al multiplicar el pan (Marcos 6,35 y siguientes)
 al multiplicar el vino (Juan 2,1 y ss.)
 en casa de Marta, María y Lázaro (Juan 12,1-2)
 antes de morir, en la última cena (Juan 13,1 y ss.)

Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí le
prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales (Jn 12,1-2)

Además, todo el tiempo habla de comer en sus parábolas…

 del hijo que vuelve a la casa (Lucas 15,23)


 de los invitados a la boda del hijo del Rey (Mateo 22,1-14)
 del administrador que se aseguraba dónde tener de comer (Lucas 16,1-8)
 de aquella sobre cómo invitar a comer a los últimos (Lucas 14,7-14)
 del rico y Lázaro (Lucas 16,19-31)
 de la mujer que hace la masa (Lucas 13,21)
 del amo que vuelve del campo y se sienta a comer (Lucas 17,7-10)
 y del que encuentra a su mayordomo comiendo y bebiendo (Mateo 24,45-51)
 …entre otras,
 siendo pocas las parábolas en las que habla sobre la oración (como la del fariseo y
el publicano: Lucas 18,9-14)
🍲 Tan es así que Jesús mismo trae al caso en una oportunidad un comentario que
se hace sobre su persona: “vino Juan Bautista que no comía ni bebía…y vino el hijo
del hombre que come y bebe y dicen: Es un borracho y un glotón” (Mateo 11,19).

Al resucitar ¡sigue comiendo!


 en el episodio de Emaús: Lucas 24,30-35
 en Jerusalén, después del episodio de Emaús: Lucas 24,36-43
 antes de la pesca milagrosa pide comer: Juan 21,4-6
 y después, prepara la comida: Juan 21,7-13
 y también antes de subir al cielo (Hechos 1,4)
 además, forma parte del testimonio que dan los discípulos de la verdad de la
Resurrección de Jesús (Hechos 10,40-41: nosotros comimos y bebimos con él
después que resucitó de entre los muertos)

Entonces ¿por qué no hay estampas de Jesús


comiendo una milanesa o una pizza…? ¿Acaso queda
mal…? ¿Queda más lindo representar a Jesús rezando,
o con carita de santo, que comiendo una empanada?
¿Se imaginan canciones en la Iglesia celebrando que
Jesús comía frecuentemente? A ver…

♫ Ven hermano, ven hermana / vamos para el bar… ♫


♫ Jesús te seguiré / de tu asado comeré… ♫
(yo nunca escuché algo parecido)

Quizás no hemos descubierto el sentido profundo de este sentarse a comer con


los demás. ¿Ustedes qué hacen mientras se juntan a comer o beber? La comida, la
juntada ¿no es muchas veces una excusa para compartir algo más que lo que hay
arriba de la mesa…? Emociones, ideas, anécdotas, tristezas y alegrías. Se comparte la
vida misma, y en la panchería lo del otro se vuelve mío y lo mío se lo lleva otro.
😏 Éste es el sentido profundo de la insistencia de los evangelios en las comidas
de Jesús antes y después de la Resurrección. Y sobre todo después de la
Resurrección. Si bien siempre sentarse a la mesa con el otro supone una cierta
afinidad entre los que comen, el propósito es resaltar esta dinámica después de la
Pascua ¡Él, que compartió nuestra existencia frágil hasta la muerte, ahora nos
comparte el poder de su Vida Nueva! Esto sucede actualmente en la Eucaristía.

🎂 Se me ocurre esta comparación: pensá en un cumpleaños, en tu cumpleaños. ¿Qué


se festeja ese día? Se conmemora un hecho pasado (el día del nacimiento), se celebra
el presente (celebrar la vida de hoy) y, como se canta en la famosa canción, se
expresa un deseo hacia el futuro: ♫ ¡y que cumplas muchos más! ♫

Del mismo modo, las comidas con Jesús


encuentran en la Eucaristía ese triple
sentido. Es memoria de la Última Cena –
quizás el episodio y la dimensión
temporal en que más se insiste – pero a
su vez es el presente: es comer hoy con
el Resucitado, que está con nosotros,
igual que con los discípulos después de la Pascua. Finalmente, es un anticipo del
futuro y una expresión de deseo de sentarnos a la mesa del banquete definitivo del
Reino de Dios en el Cielo.

«Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero»
(Apocalipsis 19,9)

 ¿Cómo considerarían de ahora en más las innumerables comidas de Jesús?

 ¿Cómo vivirían sus propios encuentros con amigos y familiares:

se animarían a darle un lugar allí a Jesús…?

 ¿Cómo aparece de ahora en más el sentido de la Misa

como momento para comer con Jesús Vivo…?


 ACTIVIDADES

I) Respondé verdadero o falso y argumentá tus respuestas (basta con una


justificación que encierre las tres de cada apartado). Puede ser de gran ayuda
citar algún texto de este apunte o del Nuevo Testamento sobre el tema.

1) Para Jesús era más importante…


a) … comer que rezar
b) … rezar que comer
c) …cada una de las anteriores tenía su momento y su sentido.

2) La Resurrección de Jesús transformó su cuerpo y espíritu, por eso mismo…


a) ya no pudo hacer cosas que hacía antes de la Pascua, como por ejemplo
sentarse a comer con sus discípulos
b) desde la Pascua tiene la libertad de hacer cosas que también hacen los
discípulos, como comer y beber juntos
c) sentarse a comer con sus amigos es una demostración de que se trata del
mismo Jesús que ellos habían conocido antes la Pascua.

3) En la misa (Eucaristía) Jesús está presente…


a) como un simple recuerdo, del mismo modo que podríamos representar la
Última Cena como una obra de teatro actualmente
b) de la misma manera que lo estuvo en aquellas comidas después de la
Resurrección, es decir, presentándose como alguien que está vivo
c) anunciando que la mesa que se comparte en ese momento también se
compartirá para siempre en el Cielo.

4) En la misa (Eucaristía) se consagra y se comparte la comida porque…


a) hacemos lo mismo que Jesús en la Última Cena con sus amigos
b) hacemos lo mismo que el Señor Resucitado hizo con los suyos
c) sentarse a comer es una expresión de que la vida se comparte como cada
vez que Jesús comía con las personas en sus casas.
II) Elegí uno de los siguientes textos, leélo y explicalo con tus palabras para
poder contarle a alguien sencillamente el tema de este trabajo práctico.

El primer día de la semana, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo


llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban
sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se
acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él
les dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante
triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en
Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!». «¿Qué cosa?», les preguntó.

Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta


poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros
sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo
crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto
ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están
con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no
hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les había aparecido unos ángeles,
asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y
encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron».

Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo
que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos
sufrimientos para entrar en su gloria?». Y comenzando por Moisés y continuando en
todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando llegaron cerca del pueblo adonde
iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: «Quédate con
nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba». Él entró y se quedó con ellos. Y
estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio.
Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había
desaparecido de su vista. Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos
hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?».
En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí
encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les
dijeron: «Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!». Ellos, por su parte,
contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconoci do al partir el
pan (Lucas 24,13-35).

Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades.
Sucedió así: estaban junto Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de
Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo:
«Voy a pescar». Ellos le respondieron: «Vamos también nosotros». Salieron y subieron
a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.

Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era
él. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo para comer?». Ellos respondieron: «No».
Él les dijo: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán». Ellos la tiraron y se
llenó tanto de peces que no podían arrastrarla.

El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: «¡Es el Señor!». Cuando Simón
Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se
tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces,
porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había
fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.

Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar». Simón
Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento
cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: «Vengan a
comer». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres», porque
sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con
el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos
(Juan 21,1-14).

Ante cualquier dificultad ¡no dudés en consultar!

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