personajes, continué, aunque él sea un nazi y ella un Poco
boba. O sea que hasta acd Ilegamos, le dije. Nos quedare.
mos con un solo lado de la historia, y eso si mi abuelo
quiere contar.
No, dijo él. Si alguna vez me dejaras hablar en vez de
seguir y seguir, se burld, podria contarte lo que sé. Elena
Demarfa no existe, dijo Julian. Era un seudénimo.
Oh. Ahf ya no supe qué decir. Sobre todo a causa de esa
pequefia bronca interna que me iba carcomiendo porque el
que hab{a investigado y averiguado, finalmente, habia sido
4. Julidn y sus idiomas, en vez del periodismo y yo.
¢Querés saber quién era Elena Demarfa?, pregunté él.
Me hice la desinteresada. éNos importa?, quise saber.
Sara Jalman, dijo.
Sara Jalman era la de las cartas, le aclaré.
Sara Jalman era Elena Demarta, dijo.
Y ahi me quedé del todo sin palabras.
La primera carta estaba fechada el 7 de noviembre de
1954 y habla sido enviada desde un colegio polaco.
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