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Patrón esquelético de roedores Cávidos en la secuencia


arqueológica de Cueva Tixi, Tandilia Oriental
(Pleistoceno Tardío-Holoceno Tardío) Argentina
CARLOS A. QUINTANA
Laboratorio de Arqueología - Universidad Nacional de Mar del Plata
quintanamdp@gmail.com

(Received 28 February 2014; Revised 6 May 2014; Accepted 30 June 2014)

RESUMEN: Se analizan los roedores cávidos Cavia aperea y Galea tixiensis del sitio arqueo-
lógico Cueva Tixi. Se comparan atributos relacionados con el patrón de preservación esquele-
taria de las muestras de estos cávidos incorporados a la subsistencia indígena (niveles superio-
res) respecto de las muestras producidas por la actividad de depredadores (niveles inferiores).
Esos mismos atributos se evalúan considerando también dos grupos de control: micromamífe-
ros acumulados por aves rapaces en toda la secuencia de Cueva Tixi y cávidos explotados antró-
picamente del sitio Cueva El Abra. Se concluye que en Cueva Tixi existen diferencias en el
patrón esqueletario entre la muestra de cávidos incorporados por sociedades indígenas y las de
los cávidos y otros micromamíferos incorporados por aves rapaces. Sin embargo, se advierte
que esas diferencias no son categóricas sin la información complementaria procedente de evi-
dencias del procesamiento carnicero y de la caza (e.g. huellas de corte, selección de individuos
adultos).

PALABRAS CLAVE: ROEDORES CÁVIDOS, MICROMAMÍFEROS, TAFONOMÍA, SUB-


SISTENCIA, REGIÓN PAMPEANA, ARGENTINA

ABSTRACT: Two Cavid rodents, Cavia aperea and Galea tixiensis, from the archaeological
site Cueva Tixi are analyzed. Preservation features of skeletons butchered by people (upper lev-
els of the site) and entered by raptors (lower levels) are compared. Those same attributes are
evaluated with two control groups: micromammals naturally incorporated to the deposits of
Cueva Tixi and cavids exploited anthropically at Cueva El Abra. It is concluded that differences
can be identified between cavids butchered by people and micromammals plus cavids natural-
ly incorporated to the sequence. But without the complementary evidence from indigenous pro-
cessing and hunting practices (cut marks, adult selection) these differences are not categorical.

KEYWORDS: CAVIDS RODENTS, MICROMAMMALS, TAPHONOMY, SUBSISTENCE,


PAMPEAN REGION, ARGENTINA
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INTRODUCCIÓN sas especies de vertebrados incorporadas a la sub-


sistencia humana (Quintana & Mazzanti, 2001).
En la secuencia arqueológica de las sierras de Las mismas fueron seleccionadas por sociedades
Tandilia Oriental (provincia de Buenos Aires, cazadoras recolectoras en dos conjuntos, Caza
Argentina) correspondiente al Pleistoceno tardío- Mayor y Caza Menor (Quintana & Mazzanti,
Holoceno tardío (Figura 1) se registraron numero- 2010), según estrategias distintas de captura, difi-

FIGURA 1
Ubicación geográfica de los sitios arqueológicos Cueva Tixi (1) y Cueva El Abra (2).
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cultad de traslado y tamaño de la presa. En este avanzado acerca de la diversidad de evidencias


contexto, las prácticas involucradas en la Caza que indican su manipulación antrópica. En Tandi-
Menor son las que han generado mayor diversidad lia Oriental, los roedores cávidos Cavia aperea y
en el registro arqueológico y, en consecuencia, Galea tixiensis se presentan como un caso de inte-
buenos indicadores de cambios e innovaciones de rés para analizar comparativamente distintas varia-
la subsistencia. La variabilidad del uso de las pre- bles de su registro entre niveles con y sin eviden-
sas menores a 15 kg de masa corporal fue inter- cias de su explotación. Estas especies fueron
pretada como una solución a condicionantes de cazadas sólo durante el Holoceno tardío final
tipo socio ambiental de la subsistencia, por lo que (Quintana, 2005), si bien presentan huellas de filos
se plantearon criterios para caracterizar cuantitati- líticos como una manifestación clara de su proce-
vamente el registro de especies pequeñas (Quinta- samiento, el objetivo de esta contribución es poner
na, 2005; Quintana & Mazzanti, 2010). a prueba la presencia de rasgos distintivos en los
En estos sitios, el uso de especies pequeñas patrones de preservación esqueletaria de los cávi-
tiene dos variantes que contribuyen a esa diversi- dos explotados y no explotados.
dad de la explotación, la captura o recolección
continua pero con diversidad en la intensidad de
explotación (vizcachas, armadillos y huevos) y la
LOS MICROVERTEBRADOS DE SITIOS
captura episódica (cuises, coypos, lagartos, aves y
ARQUEOLÓGICOS DE TANDILIA ORIENTAL
peces) (Quintana & Mazzanti, 2010). En algunas
de las especies pequeñas consumidas durante todo
el intervalo temporal representado (Pleistoceno Los sitios arqueológicos de Tandilia Oriental
tardío-Holoceno tardío), como la vizcacha pampe- contienen numerosas especies de pequeños verte-
ana, se identificaron diferencias en los modos de brados (menos de 15 kg) que incluyen a roedores,
explotación (Quintana & Mazzanti, 2011). Estas marsupiales, armadillos, hurones, zorrinos, zorros,
diferencias involucraron a la biomasa incorporada félidos, murciélagos, aves, anuros, ofidios y peces
al sitio en distintos momentos del Holoceno y a la (Quintana, 2001a; Quintana et al., 2003; Mazzanti
intensidad y complejidad de su procesamiento. En & Quintana, 2010; Mazzanti et al., 2010; Quinta-
la vizcacha también se reconocieron variaciones na & Mazzanti, 2011). Cueva Tixi presenta el
de tipo estacional entre sitios de la misma crono- registro más numeroso de microvertebrados distri-
logía permitiendo caracterizar su rol como presa buidos entre el Pleistoceno tardío y el Holoceno
amortiguadora entre microambientes con distinta tardío final de la región (Quintana, 2001a). Las
disponibilidad de recursos. En consecuencia la dis- aves rapaces estrigiformes que usaron la cueva
criminación de especies pequeñas incorporadas al para regurgitar egagrópilas fueron el principal
conjunto explotado es un aspecto clave del proce- agente que contribuyó a formar las tafocenosis
so de interpretación zooarqueológica, pero tam- durante este lapso (Quintana, 2004). Mientras que
bién resulta crítica la determinación del modo en la actividad humana favoreció la incorporación de
cómo las mismas fueron procesadas. restos sólo de modo episódico y en considerable
Esa diversidad en el uso de una misma presa menor cantidad. Así, se generó una muestra de
pequeña plantea interrogantes sobre las especies microvertebrados de más de 70.000 restos, de los
que formaron parte del conjunto explotado de cuales el 99% son mamíferos y el resto se reparte
modo episódico. Si bien se registran desde el entre aves, ofidios, anuros y peces. Los sitios
Pleistoceno tardío, sólo fueron cazadas durante el Cueva El Abra y Lobería I también cuentan con un
Holoceno más tardío (Quintana & Mazzanti, buen registro de fauna muy pequeña pero, a dife-
2001). Entre estas presas se destacan, por su apa- rencia del anterior, con evidencias que muestran
rente poca eficiencia en la contribución a la dieta y preponderancia de agentes antrópicos de traslado
su dificultad de captura, las muy pequeñas corres- de carcasas (Mazzanti et al., 2010).
pondientes a microvertebrados con masa corporal En estos tres sitios los micromamíferos con
menor a 1 kg. Aunque recientemente se han des- masa corporal entre 300 y 700 g, correspondientes
cripto algunos casos con evidencias claras de con- a los roedores cávidos Cavia aperea y Galea
sumo de microvertebrados (Santiago, 2004; Quin- tixiensis, fueron incorporados a la dieta humana;
tana, 2005; Medina et al., 2011, 2012; Fernández, sin embargo, esas magnitudes de masa corporal se
2012; entre otros), su uso cultural es infrecuente superponen con las de las presas más grandes cap-
por lo que todavía se carece de un conocimiento turadas por aves rapaces. Esta situación planteó
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una equifinalidad que fue resuelta con la distribu- la identificación de estos animales a partir de sus
ción diacrónica de huellas de filos líticos genera- restos poscraneanos no es excluyente en términos
dos durante el procesamiento carnicero de esas del análisis de su aporte a la subsistencia, debido a
especies respecto de las marcas de corrosión que son especies muy parecidas en anatomía,
digestiva ocasionadas por esas aves (Quintana et tamaño y comportamiento. Aunque, Galea tixien-
al., 2002; Quintana, 2005). De este modo, se deter- sis es notoriamente más abundante en el registro
minó que los cávidos fueron consumidos por de ambos sitios por lo que habría sido cazada con
sociedades indígenas sólo en los momentos más preferencia (Quintana, 2001a; Quintana et al.,
tardíos (Holoceno tardío final) a pesar de su pre- 2002).
sencia numerosa en niveles más antiguos donde se Los demás micromamíferos registrados en
presentan evidencias de que los mismos fueron estos sitios corresponden a 9 especies de roedores
consumidos por aves rapaces. cricétidos, 4 de marsupiales didélfidos y al roedor
Cavia aperea es el cuis común que habita caviomorfo Ctenomys talarum (Tabla 1). Todas
actualmente en las planicies pampeanas. Mientras estas especies presentan evidencias de haber sido
que Galea tixiensis es una especie endémica de acumulados por actividad de aves rapaces y care-
Tandilia y extinguida durante tiempos históricos, cen de rasgos que sugieran un origen antrópico
que se diferencia de la especie viviente Galea leu- (Quintana, 2001c, 2004).
coblephara por caracteres de su anatomía cranea-
na y por casi duplicar su talla (Quintana, 2001b).
Los restos de Cavia y Galea se diferencian entre sí
MATERIALES Y MÉTODOS
por caracteres craneanos, dentarios y mandibula-
res (Quintana, 1998). Sin embargo, la diferencia-
ción del poscráneo entre estos dos taxones es difi- En Cueva Tixi (Figura 1) fueron discriminados
cultosa debido a las similitudes en la morfología y dos conjuntos de los roedores cávidos C. aperea y
tamaños. Como expresaron Quintana et al. (2002), G. tixiensis según el mecanismo de incorporación

TABLA 1
Distribución estratigráfica de los micromamíferos de Cueva Tixi.
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de los restos a la secuencia sedimentaria: el con- Abundancia relativa (Ri)


junto presente en los niveles inferiores, incorpora-
do por la actividad de depredadores (Pleistoceno Se empleó el siguiente criterio Ri: 100 x
tardío, Holoceno medio y Holoceno tardío inicial), (MNEi/MNI x Ei). Siendo Ei la cantidad de veces
y el conjunto presente en los niveles superiores, que el elemento i está presente en el esqueleto.
incorporado por actividad humana (Holoceno tar-
dío final) (Tabla 2) (Quintana & Mazzanti, 2001).
Se compararon diversas variables referidas al Fragmentación
patrón esqueletario con el fin de poner a prueba si
es posible diferenciar las acumulaciones óseas de Se analizó sobre la base del NISP% de cada
microvertebrados producidos por depredación de parte preservada (elemento entero, epífisis y diáfi-
las producidas por actividad humana. Para ello sis) de cada hueso largo (tibia, fémur, húmero y
fueron analizados los siguientes parámetros: ulna). Para el caso de los elementos craneanos se
cuantificaron los premaxilares, las ramas mandi-
bulares y los maxilares.
Abundancia taxonómica

Número de Especímenes Óseos Identificados Índice de preservación de miembros (IPM)


por Taxón (NISP): se calculó para cada elemento
entero o fragmentado. Se evaluó si la preservación del miembro ante-
Número Mínimo de Individuos (MNI): se cal- rior está sesgada o no respecto del posterior, utili-
culó sobre la base del elemento más numeroso zando para ello el índice IPM: 100 x ∑ (MNE
considerando la lateralidad. Húmero + Radio + Ulna + Omóplato) / (∑ MNE
(Fémur + Tibia + Pelvis) x 3/4
La fíbula no fue incorporada porque su preser-
Abundancia anatómica vación es muy inusual, debido a su tamaño dimi-
nuto (lo cual sesga fuertemente los resultados) y a
Número Mínimo de Elementos (MNE): para los que está fusionada a la tibia en la mayoría de las
huesos largos se calculó a partir de la fragmenta- especies analizadas. El factor de corrección de 3/4
ción (elementos enteros, epífisis y diáfisis sin epí- se aplica para compensar la diferencia en la canti-
fisis) sin considerar la lateralidad. dad de elementos considerados entre el miembro

TABLA 2
Abundancia taxonómica de las muestras analizadas.
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anterior y el posterior (al no incorporar a la fíbula), Cueva El Abra son numerosos, su acumulación
de modo que el equilibrio esté representado por un tiene un origen antrópico y presentan huellas de
valor de 100. corte que indican procesamientos carniceros simi-
lares a los de Cueva Tixi en el contexto del mismo
tipo de estrategia de subsistencia (Quintana,
Alteraciones pre y pos depositacionales 2005). Estas características del conjunto de roedo-
res cávidos consumidos de Cueva El Abra permi-
Se cuantificaron las alteraciones producidas ten poner a prueba la estabilidad de los parámetros
antes del enterramiento de las carcasas. Las antró- del patrón esqueletario de los cávidos procesados
picas (huellas de filos líticos) se analizaron sobre de Cueva Tixi.
toda la muestra (Quintana & Mazzanti, 2001; Los materiales analizados corresponden a los
Quintana, 2005), mientras que las vinculadas a la publicados oportunamente (Quintana, 2001a;
actividad de depredadores (fracturas, corrosión Quintana et al., 2002; Quintana, 2005; Quintana &
digestiva, marcas de mordeduras de roedores y Mazzanti, 2001), a los provenientes de excavacio-
carnívoros) sólo en fémures y húmeros. Se usaron nes posteriores y a los elementos poscraneanos no
las categorías de corrosión digestiva propuestas incorporados en estudios previos. Estos materiales
por Andrews (1990). están depositados en la colección científica del
Las modificaciones producidas luego del ente- Laboratorio de Arqueología de la Universidad
rramiento se cuantificaron sobre los fémures y Nacional de Mar del Plata.
comprendieron impregnaciones de óxidos de man-
ganeso, cristalizaciones de carbonatos, fracturas,
hoyos de disolución química y marcas de ácidos
radiculares. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La estructura etaria se determinó sobre dos
estadios del fémur, determinándose individuos Se analizaron los restos de cinco estratos de
adultos (superficie de inserción muscular del tro- Cueva Tixi que corresponden a 5.758 elementos de
cánter mayor fusionada) e individuos juveniles roedores cávidos (Cavia aperea y Galea tixiensis)
(esa superficie sin fusionar). y 61.361 de otros micromamíferos (roedores cricé-
A estos dos grupos experimentales se los com- tidos, marsupiales y Ctenomys talarum) (Tablas 1
paró con un grupo de control del mismo sitio y y 2).
niveles sedimentarios, conformado por los micro- Los roedores cávidos de los estratos superiores
mamíferos (roedores cricétidos, Ctenomys talarum C y B (NISP 2.444) (Nivel Arqueológico 4, Holo-
y didélfidos) incorporados a la secuencia por la ceno tardío final) muestran evidencias de haber
actividad de aves rapaces (Tabla 1). Este grupo se sido explotados antrópicamente (Tabla 3); se carac-
utilizó como modelo de acumulación natural para terizan por la presencia de huellas de corte y ausen-
evaluar los parámetros determinados en los con- cia de marcas de corrosión digestiva (Tabla 4). Por
juntos cazados y depredados de roedores cávidos. otra parte, en la muestra de cávidos de los estratos
Además, se utilizó un grupo de control externo inferiores D y E (NISP 3.314) no tienen evidencias
compuesto por la muestra de roedores cávidos de actividad antrópica y las marcas de corrosión
explotados en el Componente Superior del sitio digestiva afectan a menos del 21% de los fémures
arqueológico Cueva El Abra (Figura 1) (Quintana y menos del 38% de los húmeros en categorías
et al., 2003). Cueva El Abra se encuentra en la poco destructivas y sin alteraciones fuertes o extre-
misma sierra que Cueva Tixi y a poca distancia, mas (Tabla 4). En toda la secuencia las marcas de
aproximadamente unos 7 km (Figura 1). Su Com- roedores son inferiores al 2% y no se hallaron mar-
ponente Superior presenta un contexto arqueológi- cas asignables a mamíferos carnívoros.
co muy parecido al de Cueva Tixi y con cronolo- Las alteraciones producidas por procesos poste-
gías similares del Holoceno tardío final. En Cueva riores al enterramiento, vinculadas a la bioerosión
El Abra la presencia de otros micromamíferos es por raíces y al fracturamiento muestran un aumen-
escasa y no se distribuyen en concentraciones to hacia los niveles superiores. Por el contrario, la
como en Cueva Tixi, por lo que se desprende que presencia de concreciones de CO3Ca y hoyos de
el ingreso de carcasas por vías naturales fue poco disolución química aumenta hacia los estratos
importante y ocasional. Los roedores cávidos de inferiores (Tabla 5). La impregnación por óxidos
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TABLA 3
Procedencia y cronología de las muestras analizadas.

TABLA 4
Corrosión digestiva en huesos de roedores cávidos de Cueva Tixi y Cueva El Abra. Fp: epífisis proximal de fémur. Hd: epífisis distal
de húmero.

de manganeso es de bajo impacto y de frecuencia diferencias. La fragmentación de las dos muestras


variable en cada estrato. procedentes de los niveles superiores (estratos B y
Las acumulaciones de roedores cávidos son C) del Holoceno tardío final, vinculadas a la acti-
similares entre los niveles analizados en lo que se vidad antrópica, tiene índices de correlación más
refiere a que las carcasas ingresaron enteras al altos que los obtenidos en las muestras de los nive-
registro debido a que las sociedades no aplicaron les inferiores (estratos D y E), formadas por la
criterios de selección de partes (Quintana, 2005) y actividad de depredadores (Tabla 6). Esto se debe
a que las aves rapaces las habrían incorporado a a que en las muestras producidas por actividad
través de egagrópilas. En ambas situaciones, ade- antrópica existe una disminución proporcional de
más, los esqueletos fueron alterados poco por los húmeros, ulnas, fémures y tibias enteros (Figura 2
depredadores o por las sociedades que los consu- A). Además, en estas muestras la abundancia rela-
mieron. Antes bien, se pueden reconocer algunas tiva de elementos del autopodio es hasta cuatro
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TABLA 5
Alteraciones posdepositacionales, expresadas como porcentajes, en fémures de roedores cávidos de Cueva Tixi (NISP 441).

esqueletaria similar a la de los cávidos depredados


de los niveles inferiores y diferencias con los
explotados por sociedades indígenas. Estas dife-
rencias incluyen menor fragmentación de los hue-
sos largos (Figura 2 A), menor preservación de
elementos del autopodio (Figura 3), preponderan-
cia del miembro posterior (Figura 4) y estabilidad
TABLA 6
de las abundancias taxonómicas en los niveles
Coeficiente de correlación de la fragmentación de los roedores
cávidos de Cueva Tixi. superiores (Figura 5). Este conjunto, además, pre-
senta marcas de corrosión digestiva con categorías
de poca intensidad compatibles con las generadas
veces más alta que en las producidas por depreda- por aves estrigiformes: menos de 14 % para el
dores (Figura 3). Por otra parte, se observó un fémur (NISP= 3751) y menos del 21% para el
aumento de las fracturas realizadas sobre el hueso húmero (NISP= 3125) (Quintana, en prep.). Esto
en estado fresco en la muestras acumuladas por representa porcentajes menores de restos afectados
actividad antrópica (Tabla 5). que los obtenidos para los cávidos acumulados por
El cambio más significativo entre ambas mues- depredadores en los estratos inferiores (Tabla 4).
tras se determinó en la preservación relativa de los A esto debe agregarse que la selección antrópi-
miembros, pasando de la preponderancia del ca sobre los cávidos estuvo orientada a ejemplares
miembro posterior en las muestras originadas por adultos (más grandes) y la de aves rapaces hacia
actividad de depredadores a la del miembro ante- los cávidos juveniles (más pequeños (Figura 6).
rior en las acumuladas por actividad antrópica Por el contrario, el tamaño de los otros microma-
(Figura 4). Los cávidos del Estrato D (Holoceno míferos depredados (roedores cricétidos, didélfi-
tardío inicial) presentan valores intermedios res- dos y C. talarum) disminuye hacia tiempos tardí-
pecto de esta variable. os: la longitud promedio del fémur (NISP= 2538)
Los cávidos explotados también presentan otros varía progresivamente de 2,09 mm durante el
parámetros diferenciales de los cávidos acumula- Pleistoceno tardío a 1,66 mm durante el Holoceno
dos por aves rapaces, como el aumento proporcio- tardío final.
nal de la cantidad de ejemplares y la mayor repre- El patrón esqueletario de los roedores cávidos
sentación de ejemplares adultos (Figuras 5 y 6). explotados en Cueva El Abra (Tablas 2 y 3) tiene
Los micromamíferos recuperados en el sitio las mismas características determinadas en los
(roedores cricétidos, didélfidos y Ctenomys tala- niveles superiores (estratos B y C) de Cueva Tixi.
rum), correspondientes a las egagrópilas acumula- Además, se registraron huellas de corte (Quintana,
das por aves rapaces, presentan una preservación 2005), ausencia de marcas de corrosión digestiva
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FIGURA 2
Fragmentación. A. Cávidos y otros micromamíferos de Cueva Tixi. B. Cávidos de Cueva Tixi y de Cueva El Abra. Los cávidos del Holo-
ceno tardío son el único conjunto acumulado por actividad antrópica, el resto de las categorías proviene de depredadores. Los micro-
mamíferos están representados sólo por los del Holoceno medio, para una mejor comprensión del gráfico y porque este conjunto pre-
senta valores similares en todos los estratos.
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FIGURA 5
FIGURA 3
Abundancia taxonómica de los roedores cávidos y de otros
Abundancia relativa de falanges de las muestras de los roedores micromamíferos de Cueva Tixi. Los micromamíferos incorpo-
cávidos y de otros micromamíferos de Cueva Tixi. El punto rados por egagrópilas están representados por un décimo de su
muestra el valor de los cávidos del Holoceno tardío final de valor absoluto para no desproporcionar el gráfico.
Cueva El Abra.

FIGURA 4
FIGURA 6
Índice de preservación de los miembros en las muestras de los
roedores cávidos y de otros micromamíferos de Cueva Tixi. El Relación entre adultos y juveniles de los roedores cávidos de
punto muestra el valor de los cávidos del Holoceno tardío final Cueva Tixi, (NISP= 450) y del nivel tardío de Cueva El Abra
de Cueva El Abra. (NISP= 203).

(Tabla 4), la fragmentación es muy parecida (Figu-


ra 2B), la abundancia relativa de falanges y la En Cueva El Abra esta disminución es más acen-
abundancia taxonómica son altas (Figuras 3 y 5), tuada, por lo que se producen, proporcionalmente,
el miembro anterior es preponderante (Figura 4) y más epífisis y diáfisis. Estas características, en
la proporción de adultos es todavía más acentuada consecuencia, permiten asociar a la muestra de
que en Cueva Tixi (Figura 6). La mayor variabili- cávidos de Cueva El Abra con las acumulaciones
dad en la fragmentación del miembro posterior de las mismas especies recuperadas de los niveles
(Figura 2B), que parece una diferencia entre superiores de Cueva Tixi (vinculadas a la actividad
ambos sitios, es un proceso concurrente que carac- antrópica) y diferenciarla de los conjuntos de cávi-
teriza a los cávidos consumidos que presentan una dos y de otros micromamíferos incorporados al
menor preservación de fémures y tibias enteros. registro por actividad de depredadores.
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PATRÓN ESQUELETARIO terísticas emergentes de la explotación humana.


Y CONSUMO ANTRÓPICO Esto permite diferenciar a dichos conjuntos de
otras tafocenosis de las mismas especies o de otros
micromamíferos formadas por acción de depreda-
En un escenario como el de Cueva Tixi, con
dores poco destructivos como las aves rapaces
conjuntos de micromamíferos acumulados por dis-
estrigiformes. Antes bien, es de destacar que la
tintos mecanismos pero todos ellos con pocas dife- información procedente de los patrones esqueleta-
rencias en cuanto a su preservación, las diferencias rios considerada de modo aislado de otras eviden-
del patrón de preservación esqueletario entre las cias no es suficiente para discriminar concluyente-
dos muestras de cávidos resultaron relativamente mente el origen de las tafocenosis de cávidos de
sutiles. En consecuencia, las acumulaciones de los sitios estudiados. Las acumulaciones de cávi-
cávidos tienen características tafonómicas seme- dos explotados en Cueva Tixi y Cueva El Abra tie-
jantes, incluso en los patrones esqueletarios, lo que nen patrones esqueletarios que, debido al bajo
dificulta la diferenciación entre las acumulaciones impacto de procesamiento, no puede ser interpre-
producidas por depredadores y las producidas por tado como de origen antrópico sin el complemen-
actividad antrópica. La determinación confiable de to del dato excluyente de las huellas de corte, el
los parámetros considerados se pudo plantear procesamiento carnicero previamente establecido,
sobre la base de registros numéricamente grandes la ausencia de marcas de digestión y la selectivi-
que permiten disminuir los artefactos del registro y dad sobre individuos adultos. En este sentido, el
los sesgos aleatorios. registro de cávidos del estrato D (Holoceno tardío
Las características diferenciales reconocidas en inicial) de Cueva Tixi presenta algunos rasgos
el patrón esqueletario de la muestra de los cávidos ambiguos, como la abundancia taxonómica y la
explotados para la subsistencia pueden vincularse preservación relativa de los miembros.
con el procesamiento carnicero. La técnica de des- En Cueva Tixi la preservación esqueletaria dife-
pellejamiento aplicada a estos roedores compren- rencial de los cávidos puede ser considerada una
dió el corte transversal de la piel en el zeugopodio consecuencia del comportamiento cultural en vir-
anterior (Quintana, 2005), lo cual es consistente tud de su contrastación con los resultados obteni-
con la preponderancia del miembro anterior y la dos en las muestras de cávidos y otros micromamí-
mayor preservación de elementos proximales feros acumulados por depredadores procedentes
como las falanges. Este gesto se diferencia del des- del mismo sitio y en la muestra de cávidos explota-
pellejamiento aplicado en el mismo sitio a roedo- dos antrópicamente en el sitio Cueva El Abra. Esta
res más grandes como la vizcacha, actividad que situación no es análoga a otros ejemplos poco fre-
generó la rotura de ulnas y radios. Esto reflejó, de cuentes de procesamientos de presas pequeñas
modo opuesto al caso de los cávidos, una menor cuya preservación diferencial de partes de la carca-
preservación de los elementos distales de dichos sa podría ser suficiente para proponer el uso antró-
elementos y del autopodio, los cuales habrían sido pico, como en el caso del roedor Parotomys en
movilizados fuera del sitio junto a las pieles Sudáfrica (Dewar & Jerardino, 2007). La determi-
(Quintana & Mazzanti, 2011). En el conjunto de nación del aprovechamiento humano de especies
cávidos explotados, la mayor fragmentación en pequeñas y particularmente de microvertebrados se
estado fresco de los huesos largos, principalmente presenta compleja en la mayoría de los casos debi-
los proximales, estaría vinculada con procesos de do a las similitudes que presentan respecto a tafo-
consumo posteriores a la cocción. El aumento pro- cenosis producidas por actividad de depredadores
porcional en la cantidad de ejemplares, respecto de bajo impacto destructivo (Stahl, 1982, 1996;
del resto de los micromamíferos, indica el énfasis Andrews, 1990; Crandall & Stahl, 1995; Dewar &
de la caza sobre estas especies, mientras que la alta Jerardino, 2007). En este sentido las marcas de
proporción de individuos adultos señala la selec- corte, los patrones de exposición al fuego o de frac-
ción orientada sobre los especímenes de mayor turas intencionales y la selección de individuos de
talla. mayor talla resultan determinantes para resolver las
En este marco, para el ámbito de Tandilia equifinalidades que pueden presentar los patrones
Oriental, se propone que los patrones esqueletarios esqueletarios de microvertebrados.
obtenidos para las muestras de roedores cávidos Debido a las similitudes observadas entre los
(C. aperea y G. tixiensis) del Holoceno tardío final dos conjuntos incorporados a la subsistencia indí-
de Cueva Tixi y de Cueva El Abra presentan carac- gena en Cueva Tixi y Cueva El Abra, se estima que
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184 CARLOS A. QUINTANA

el patrón esqueletario determinado para los cávi- no pueden ser interpretados como tal sin el com-
dos del Holoceno tardío final puede ser un atribu- plemento de otras evidencias.
to a considerar conjeturalmente en otros registros
de Tandilia Oriental para ponerlo a prueba a través
de otras variables de mayor peso discriminatorio.
No se encuentran motivos para reducir causalmen- AGRADECIMIENTOS
te estos patrones esqueletarios a tafocenosis de
micromamíferos de otras áreas geográficas sin A las doctoras Romina Frontini y Paula Escos-
otro tipo de evidencias de procesamiento. teguy por su invitación a participar del Simposio
La fauna menor en los conjuntos arqueofaunísticos
Sudamericanos ¿Agentes disturbadores o Recur-
sos Económicos? del III Congreso Nacional de
CONCLUSIÓN
Zooarquelogía Argentina. A Matías Medina y un
revisor anónimo por sus valiosos aportes y el
Las tafocenosis de roedores cávidos (Cavia arduo trabajo que realizaron para hacer más com-
aperea y Galea tixiensis) de los niveles superiores prensible la sintaxis. Estas investigaciones son
de Cueva Tixi (Holoceno tardío final) acumuladas parte de proyectos financiados por la Secretaría de
por actividad antrópica tienen una patrón esquele- Investigación de la Universidad Nacional de Mar
tario diferente de las tafocenosis registradas en los del Plata y por el PICT 1390 de la Agencia Nacio-
niveles inferiores acumuladas por depredadores. nal de Promoción Científica y Tecnológica.
Los atributos referidos a la preservación esque-
letaria que caracterizan a la acumulación de cávi-
dos de los estratos superiores, incorporados a la REFERENCIAS
subsistencia humana, comprenden: mayor frag-
mentación de los huesos largos, mayor abundancia
relativa de falanges y preponderancia de los hue- ANDREWS, P. 1990: Owls, caves, and fossils. University
sos del miembro anterior. Estos materiales también of Chicago Press, Chicago.
muestran otras evidencias de actividad antrópica CRANDALL, B. & STAHL, P. 1995: Human digestive
como aumento proporcional de la cantidad de effects on a micromammalian skeleton. Journal of
ejemplares, selección de ejemplares adultos y pre- Archeological Science 22: 789-797.
sencia de huellas de procesamiento. DEWAR, G. & JERARDINO, A. 2007: Micromammals:
when humans are the hunters. Journal of Taphonomy
Las acumulaciones de cávidos de los estratos
5: 1-14.
inferiores, vinculadas con depredadores, se carac-
terizan por la ausencia de evidencias de procesa- FERNÁNDEZ, F. 2012: Microvertebrados del Holoceno de
sitios arqueológicos en el sur de Mendoza (Repúbli-
miento y por presentar preponderancia de ejem-
ca Argentina): aspectos tafonómicos y sus implican-
plares juveniles y de marcas de corrosión cias en la subsistencia humana. Tesis de doctorado.
digestiva; rasgos característicos de la actividad de Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universi-
aves rapaces estrigiformes. Este patrón de preser- dad de La Plata.
vación es similar al reconocido en las acumulacio- MAZZANTI, D. & QUINTANA, C. 2010: Estrategias de sub-
nes de micromamíferos de Cueva Tixi originadas sistencia de las jefaturas indígenas del siglo XVIII.
por actividad de aves rapaces. Zooarqueología de la Localidad Arqueológica Ama-
El patrón esqueletario de los roedores cávidos lia (Tandilia Oriental). Relaciones de la Sociedad
explotados de Cueva El Abra es similar al de los Argentina de Antropología 25: 143-170.
cávidos procedentes de los niveles superiores de MAZZANTI, D.; COLOBIG, M.; ZUCOL, A.; MARTÍNEZ, G.;
Cueva Tixi. Estas acumulaciones también coinci- PORTO LÓPEZ, J.; BREA, M.; PASSEGGI, E.; SORIA, J.;
den en la presencia de huellas de procesamiento y QUINTANA, C. & PUENTE, V. 2010: Investigaciones
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son emergentes del procesamiento antrópico, pero Aires.
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PATRÓN ESQUELÉTICO DE ROEDORES CÁVIDOS EN LA SECUENCIA ARQUEOLÓGICA... 185

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