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El Familiar
Jugando con los monstruos
Luna Carmesi
La Casa Del Diablo
Fuera de Control
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Monstruos enjaulados, un hechicero sexy, y una inconsciente víctima.
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Capítulo 1

Will todavía no podía entender como le habían invitado a la enorme fiesta


de Halloween de Blake Richmond. Él no era nadie en los círculos de brujería
–por elección, podría añadir. Aunque su abuelo trataba de transmitirle algún
tipo de herencia mágica, tenía muy poco interés en ser visto, o conocido,
como usuario de la magia. Incluso si el chico interesado era el espectacular
Blake Richmond.
Realmente nunca había visto al tipo –Bien, lo había visto una vez en una
recepción de su abuelo por la noche en el Club Warlock, en el sentido de que,
se había quedado con los ojos muy abiertos y la cara roja como un completo
idiota, mientras Blake le había felicitado tranquilamente por tener un
hechicero tan estimado en la familia. Cuando le pregunto si el seguiría los
pasos de su abuelo, totalmente nervioso le explico que rechazó aprender las
artes mágicas por motivos éticos. Blake le había mirado fijamente, en
silencio, mientras le había explicado, a trompicones, por qué la brujería
moderna estaba todavía demasiado alejada a las libertades civiles, la cabeza
del hermoso chico se inclinó a un lado como si trataba de traducir los
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incoherentes gimoteos de un perro. Rápidamente se había despedido antes
de que el joven pudiera responder. Sabía que era un completo idiota –No
necesitaba a Blake Richmond; el más rico, el más renombrado, y prometedor
hechicero en el país, se lo señalara.
Lo que solo hacia esta noche aún más confusa. Porque se había
comportado como un completo idiota, había hablado sobre los derechos de
los hombres lobos y de los seres mágicos sensibles, con un tipo que
probablemente tenía una perrera llena de las pobres criaturas, disecándolas o
usándolas para trabajar en los hechizos o los trabajos pesados. Aunque Blake
le había invitado a su gran evento. Un Baile de Halloween. ¿Eso simplemente
no gritaba hechicero pretencioso?
Maldición, ¿qué estaba haciendo? ¿Realmente iba a ir a esa cosa? La
mansión Richmond, estaría llena del tipo de personas que había pasado toda
su vida evitando. Los parientes hechiceros todo poderosos, o solo esos
parientes poderosos en general, viendo como Blake era el anfitrión. Estaría
rodeado por un manojo de insensibles usuarios de la magia, muchos de los
cuales terminarían embriagados y con la varita mágica feliz. Hechiceros y
alcohol no se mezclaban en lo absoluto. No había asistido al último baile de
Halloween en la finca de Richmond, pero todos se habían enterado de la
chica que tenía hechizada en la fuente, literalmente.
Su cuerpo se había convertido en piedra y se había unido al cantero. Y
luego estaba el hombre que había terminado con la mitad del cuerpo sobre el
tejado y la otra pegada en algún lugar en el sótano. No había sobrevivido al
volver a unirse, o eso es lo que los chismes decían. Y realmente lo creía,
porque sabía cómo de locos se podían volver los hechiceros.
Su abuelo lo mataría si no iba, ya que el hecho de guardar las apariencias,
era todavía algo muy importante incluso, si él era la oveja negra de la familia
por rechazar hacer magia para la que estaba capacitado. No es que hubiera
sido un usuario de asombrosa magia o algo así, pero aún teniendo un poquito
de talento era tratado como basura sacrílega por la generación más vieja de
hechiceros. Lo que sea. Esto le daba la oportunidad de disfrazarse, con la
esperanza de ser completamente ignorado y tal vez darle otra ojeada a Blake.
¿Había mencionado que el tipo era magnífico? Como la cosa más caliente
vista. Alto, musculoso, con unos diabólicos ojos plateados y el pelo negro.
Sentía que sus rodillas flaqueaban, con solo pensar en él –por lo que no había
ningún maldito modo de que en realidad pudiera hablarle. Actuaría como un
gilipollas total, si tan siquiera lo intentaba. Siempre lo hacía. Era terrible
coqueteando, siempre tropezaba con sus palabras y diciendo las cosas
erróneas, hasta que solo parecía ser un total idiota. 5
Demonios, tal vez era un idiota total por tan siquiera pensar en Blake, para
ser sincero, el tipo estaba fuera de su liga. Seguramente podría haber sido
lindo y todo eso, con su pelo rubio y los ojos verdes, y tal vez algunos tipos
pensaban que su torpeza era divertida, pero no había ningún modo de que
Blake Richmond estuviera impresionado por su estupidez. Un hechicero
como Blake, pensaría que él era un completo idiota por abandonar la magia,
solo porque las criaturas mágicas estaban siendo explotadas.
Otra razón que tenía para no pensar en el tipo. Blake explotaba
completamente a las criaturas mágicas. Había rumores de que poseía al
menos dos de ellas, uno de los cuales era un demonio. Los hechiceros nunca
eran amables con los demonios. Odiaba a la gente así; esto hacia que su
sangre hirviera de solo pensarlo. No, no había nada acerca de Blake, que
necesitara pretender estar interesado. Ser magnífico y poderoso eran cosas
solo superficiales, que no aportaban nada a la larga. No si realmente era un
monstruo en su interior.
Después de una larga y ardua semana de indecisión. Se había decidido por
un disfraz de perro. Esto implicaba un traje sin corbata, orejas falsas atadas
con una venda, que hacia juego con una cola falsa que sujetaba a su cinturón,
y un collar dorado brillante, con un cartel en forma de hueso.
Normalmente, habría preferido algo mucho más divertido, donde podría
llevar mucho maquillaje y hablar con una voz graciosa, pero parte de ir a una
fiesta llena de hechiceros, es asegurarse de poder ser reconocido. Uno, su
abuelo podría conseguir los puntos sociales por lograr tener un pariente
invitado a la fiesta de Blake Richmond, y dos, de que no aparecer como
alguien anónimo que solo podía desaparecer si alguien intentaba hacer
alguna magia mortal, en la furia de una borrachera.
Maldición, odiaba estas cosas.
Desde luego, en la entrada, todos estaban vestidos correctamente. Supo,
incluso antes de caminar por las puertas de la finca de Richmond, en lo que
se estaba metiendo y no se sentía menospreciado en lo más mínimo con su
simple traje, pero de buen gusto. Los usuarios de la magia siempre trataban
de superarse unos a otros y eso nunca era el camino correcto ni tan siquiera
en Halloween. No había ninguna máscara grotesca o maquillaje espantoso a
la vista, ningún traje divertido para hacer sonreír a la gente. Si alguien se
veía como un zombi, probablemente eran del personal o el animal de
compañía en descomposición de alguien. No, todo era sobre quien podría
parecer más atractivo, hasta el punto que parecía que estaba rodeado por un
manojo de pavos reales venenosos que luchaban por atención. No diría que 6
no estaban disfrazados –no, eso habría sido demasiado aceptable para el resto
del mundo.
Miró alrededor a los otros invitados, intentando mezclase, trato de no
sentirse enfermo. La mayoría estaban vestidos como demonios con bonitos
cuernos enroscados –sacados directamente del cráneo de los demonios a los
que imitaban. Lamentablemente, los demonios raras veces sobrevivían
cuando les quitaban los cuernos. Algunos invitados llevaban mágicas pieles
brillantes –Arrancadas de muchos de los raros animales mágicos, muchos de
ellos sensibles. Una bruja había venido vestida como una sirena con la cola
de una de las criaturas acuáticas, perfectamente conservada alrededor de sus
piernas, en una deslumbrante demostración. Las brillantes escamas no hacían
nada para ocultar el saber que la mujer llevaba la mitad del cadáver de una
de las especies más inteligentes halladas en el océano. Por otra parte. Esto
era lo que este tipo de personas hacían.
Se enfocó en la decoración después de esto, la inquietud y la cólera
burbujeaban en él, haciendo su ya torpe tarde, insoportable. No le había dado
un vistazo a la multitud y de repente estaba contento por eso. No quería saber
lo que Blake llevaba. Probablemente era horroroso en algún nivel, incluso si
indudablemente pareciera magnífico.
La mansión era encantadora y mucho más, gracias a la estación, cubierta
por una decoración otoñal, cuervos graznando, esqueletos, e imágenes
oscuras. Había guirnaldas centelleando con murciélagos negros de un pilar a
otro, sobre donde había visto más que unas pocas estatuas que fulminaban
con la mirada. Incluso olía como Halloween, terroso, picante, y caliente con
un toque de entusiasmo en el aire. La casa no era excesivamente grande,
como había asumido que sería. Había estado en algunas mansiones
innecesariamente grandes, que pertenecían a hechiceros. El Sanctasanctórum
de los hechiceros, había sido tres veces más grande que el sitio de Blake. No,
la Mansión Richmond era prácticamente acogedora en comparación, que era
por lo que probablemente la mayor parte de los invitados estaban en el gran
patio, el aire hechizado para tener una temperatura confortable frente al frío
del otoño.
Se quedó en los límites del patio, donde todas las entradas estaban
cubiertas elegantemente dando intimidad, buscando pequeños grupos de
invitados con los que mezclarse. Podía manejar conversar en pequeños
grupos. Al menos, con suficiente bebida. Busco a otro camarero
arrastrándose –habían sido encantados para parecer zombis, lo había
descubierto después del segundo viaje y estaba agradecido al ver que
ninguna parte del cuerpo había terminado devorada. Con una bebida fresca
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en la mano, vago hacía el lado más tranquilo del patio, sus ojos esta vez
clavados en las esculturas, de apariencia lasciva, de los pilares. Los colmillos
de una de las más cercanas, eran particularmente largos y su estómago se
retorció por algo que no podía identificar. No miedo, no completamente, sino
una sensación caliente de hormigueo, que inmediatamente intento apartar,
mientras se forzaba en seguir adelante.
Tropezando con uno de los muchos cráneos que bordeaban las puertas,
hurgo y tropezó con una de las cortinas de las entradas, siseando, mientras
agitaba sus manos para impedir caerse al suelo. —Esplendido —refunfuño,
lo que quedaba de su bebida, ahora teñía el suelo de piedra. Miró alrededor,
preguntándose si alguien iba a hacer una gran cosa de esto, sólo para
descubrir que estaba solo en un cuarto débilmente iluminado, al otro lado de
la cortina.
Este era uno de los jardines, el área amurallada del patio con cristales
oscuros. El aire estaba calmado, a diferencia del exterior, un escalofrío le
reveló donde los encantamientos de temperatura no habían sido empleados.
Considerándolo un momento, abandonó el estrecho cuarto que parecía
estirarse indefinidamente, tejido por hermosas flores en perpetua floración y
los hilos largos de hidra que se enroscaban elegantemente sobre los arcos y
alrededor de los pilares.
Descubrió otra gárgola, esta era un dragón, y mucho más cerca del suelo.
Se deslizo para inspeccionarla, su cuerpo cosquilleó nada más verla.
No le gustó admitirlo, pero estaba increíblemente caliente cuando veía a
las criaturas mágicas. Eran tan poderosos, fuertes, sabían exactamente lo que
querían y como tomarlo. Era difícil no responder a alguien así, difícil no
pensar lo fácil que sería para una criatura tan fuerte hacerle cualquier cosa.
Colocando abajo su vaso vació sobre un muro, cerró sus ojos, sin estar
seguro de si el calor que le inundaba era por el alcohol o por la criatura de
piedra que fácilmente podría aplastarle si se lo proponía. Desde luego, esta
era una falsificación. Las verdaderas gárgolas eran protectoras. No estarían
a simple vista. Se hacían invisibles a no ser que confiaran en una persona lo
bastante para dejarse ver.
Tomando aliento para estabilizarse, se deslizo hasta el borde más cercano
al pilar, sólo para detenerse en seco cuando oyó un ruido, sus ojos se
ampliaron, cuando algo se movió entre las sombras más alejadas abajo al
otro lado del cuarto.
Era Blake Richmond, el chico se apoyaba de medio lado contra un pilar
donde una gárgola estaba posada encima de él, la criatura era casi
completamente negra con escamas lisas y una larga lengua. Una piscina 8
reflectante, estaba detrás del chico, partiendo el cuarto por la mitad, la luz
plateada de la luna brillaba sobre él. Blake bebía a sorbos, mientras miraba
a través de la hiedra y del cristal oscuro a los invitados en el patio. El grupo
había comenzado a bailar, la vista era una demostración deslumbrante desde
la distancia, tenía que admitirlo. Probablemente, porque no tenía que
escuchar la ninguna conversación.
No queriendo molestar al chico –o peor, ser considerado algún extraño
acosador– se giró para marcharse. Otra vez, las decoraciones lo traicionaron,
esta vez un macetero de rosas amarillas en miniatura, con una calabaza lo
hizo tropezar.
—¡Maldición! —Un rubor mancho sus mejillas, echó un vistazo hacía
arriba, preguntándose si Blake lo había notado. Lo hizo, el chico giro su
cabeza en su dirección sólo para enderezarse bruscamente, una sonrisa cruzo
su cara.
—¿Will? ¿Will Summers?
Demonios, conocía su nombre. ¿Cómo sabía su nombre Blake Richmond?
Bien, ¿tendría que saberlo para poder invitarlo, cierto? Blake probablemente
era la clase de tipo organizado que sabía jodidamente todo siempre y cuando
eso significara mantenerse al día con la alta sociedad.
Respiro profundamente para calmarse, sabiendo que era una causa
perdida. Mierda. Iba a ponerse en ridículo. Lo que le recordó, todos los
muchos motivos por los que Blake era de la peor clase de tipos por el que
estar loco. Todas aquellas pobres criaturas mágicas, probablemente muertas
por las manos del hechicero –Desafortunadamente, ese pensamiento salió de
su mente, en el momento en que vio la sonrisa deslumbrante enviada en su
dirección.
Dios, ¿por qué le sonreía así? ¿Cómo si realmente estuviera emocionado
de verlo? ¿Por qué querría verlo? ¿Sabía su nombre y quería verlo?
Podía sentir su corazón latiendo en su pecho, mientras se giraba
completamente, para afrontar a Blake. Quiso correr. Dios, correr tenía que
ser la respuesta a esta sensación de nerviosismo. Pero Blake lo estaba
mirando fijamente con expectación, el chico incluso llego a acercársele, y
sabía que no tenía escapatoria.
—Eh, tú hiciste esto —, Blake dijo alegremente, caminando alrededor de
un centro de calabazas.
Parpadeó ante aquella sonrisa cegadora, que le daba otro aspecto, Intentó
sonar como alguien genial. —Uh, ho… hola, Blake.
9
Capitulo 2
Will francamente estaba sorprendido, cuando Blake cruzo el jardín
débilmente iluminado y pudo ver su traje correctamente. El hechicero estaba
vestido como un esqueleto, los huesos hechos de delicados pedazos de cobre
cosidos en una tela muy ajustada, el metal se movía con cada movimiento.
Estaba, por un lado impresionado por la complejidad del traje y por otro,
aliviado al saber que nada había sido asesinado para hacerlo. De todos
modos, no podía simplemente ignorar lo revelador que era el traje sobre el
cuerpo torneado del joven y los fuertes músculos y silenciosamente lamentó
no tener otra bebida para ocultarse detrás de ella.
No pudo evitar notar como el cobre brillante hacia destellar los ojos de
plata de Blake, el pelo negro del chico solo un poco descuidado en un nivel
perfecto. También podría haber tenido delineado los ojos, algo que descubrió
que le gustaba mucho. Alrededor de su cabeza, el cobre formaba un anillo de
huesos, Blake sonrió abiertamente cuando lo atrapó mirándolo.
—No podía ser solo un esqueleto —dijo, señalando la corona con una
floritura. —Tenía que ser un rey esqueleto, de otra manera tendría que
preocuparme de que alguien tratara de usurpar mi propia fiesta.
Mordió su labio, una sonrisa tirando de las esquinas de su boca que
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rápidamente se rompió en una risa. Fácilmente podía imaginarse a uno de los
pomposos hechiceros, reclamando que era el rey de la mansión de Blake y
tratar de hacerse cargo en un momento borracho de estupidez.
Blake se movió, con sus ojos vagando por su cara. —Y también te ríes.
No muchas personas saben reírse por aquí.
Su risa se convirtió en una torpe tos. —Oh, bueno, fue… divertido. —Se
calmó, sintiéndose cada vez más abrumado cuanto más tiempo Blake lo
miraba fijamente. Había algo en los ojos del chico, que solo le hacían sentir
un poco loco. Sin aliento, incluso.
Blake dio otro paso más cerca, sus pies casi silenciosos sobre el
embaldosado. —No estaba seguro de que vendrías.
Se mordió la lengua, para impedirse contestar que incluso pensaba que el
chico no lo recordara. —Sí, bien, usurpando de hechiceros y todo. Mi abuelo
se habría enfadado—masculló, todavía sorprendido por el hecho de que
Blake hablara con él, como si fuera una persona o algo así.
Inclinando su cabeza, Blake apartó los ojos.
—Ah. ¿Espero que esta no haya sido una gran prueba? —Él ofreció, su
voz parecía un poco distante.
Maldición. Ruborizándose, fue rápido explicándose.
—Lo siento, no quise decir que no quería venir… —Hizo una pausa,
atreviéndose a encontrarse con la conocedora mirada de Blake, durante un
momento. —Bien, podría no haber querido venir. Esto no es cosa de bromas
y me preocupaba ser hechizado si hubiese una pelea, tiendo a mantenerme
lejos de estas cosas. Pero ha sido, um… realmente me gusta la decoración —
, soltó, deseando simplemente poder callarse ya.
—Las gárgolas. Son, um, imponentes.
—En realidad, las gárgolas son reales. Del tipo que vienen con el lugar —
dijo Blake, pareciendo estar más cerca. —Es difícil hacer que se muestren,
como ya sabes, pero parecen a gusto ahora mismo.
Parpadeo hacia arriba, mirando a las gárgolas. Un escalofrió descendió por
su espina dorsal, mientras miraba a la más cercana con su larga lengua
saliendo de su feroz cara. —Son asombrosas —susurró.
—Debes gustarle —Blake dijo, colocándose a su lado, con las yemas de
sus dedos deslizándose sobre su mano. Impresionado, su mirada se dirigió al
hechicero, descubriendo que Blake lo miraba fijamente. —Puedo entender
por qué —Blake continuó suavemente. —Claramente tienes un corazón 11
fuerte. No cedes ante la presión social, no te preocupa lo que los otros piensas
de ti. Eso es muy respetable.
Mordió su labio inferior. ¿Coqueteaba Blake con él? Dios, él era tan
terrible en esto – incluso no podía decir si el chico estaba coqueteando con
él. ¿Por qué? ¿Por qué querría alguien coquetear con él?
—Bien, la cosa es—comenzó torpemente, incapaz de mirar por más
tiempo aquellos ojos de plata. —Cuando no piensas que vayas a encajar en
primer lugar, tiendes a dejar de intentarlo o a preocuparte por si no lo harás.
—Me alegro de que no encajes —declaró Blake suavemente, sus dedos
audazmente rodearon los suyos. —¿Quién quiere ser igual que todos los
demás, de todos modos? Tengo que pasar la mayor parte de mi tiempo
encajando y es malditamente aburrido.
—Oh. —Inhalando irregularmente, él no podía dejar de mirar fijamente
sus manos enlazadas. —Uh… ¿Entonces, por qué lo haces?
—No estoy seguro. Hábito, imagino. —Blake le lanzo una sonrisa pícara,
su estómago se retorció nerviosamente. —¿Tal vez simplemente no soy tan
valiente como Will Summers, para decirle a cualquiera que escuchara que la
brujería moderna es una farsa total, mientras seguimos esclavizando
monstruos?
Se estremeció, incluso cuando la voz de Blake no mostraba ningún matiz.
¿Había dicho él farsa? Maldición, seguro que había dicho farsa.
—Me gusta tu traje —, Blake dijo, alejando la conversación del incomodo
tema. De todos modos, su mano continuaba agarrando al chico y él estaba
teniendo un duro momento para comprender el por qué.
—Gra… gracias, también me gusta el tuyo.
—Realmente te ves lindo—Blake dijo, sintiendo ruborizarse. —Atractivo.
Mierda, definitivamente coqueteaba con él. Dios lo ayude, ¿Qué hacía?
¿Podía solo salir y decirle que no perdiera el tiempo coqueteando con un
idiota como él?
Podía sentir crecer su nerviosismo, el rubor extenderse desde sus mejillas,
al cuello y al pecho. La mano de Blake se levantó para tocar una de sus tontas
orejas de perro y tuvo que tragarse los nervios.
—Aunque pienso que, un collar de cobre, te quedaría mejor —, Blake dijo,
con sus dedos deslizándose por su garganta. Antes de que supiera lo que
estaba pasando, el chico había embrujado su collar llevándole delante del
estanque, así él podría ver el cambio. —Ahora combinamos. ¿Te gusta?
Asintió silenciosamente, sus ojos dilatados, mientras miraba el nombre
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que aparecía ahora sobre su etiqueta. Decía “De Blake” tan atrevido como
podía ser.
¡Ah! Mierda. Esto estaba más allá de su capacidad de comprensión. Los
labios de Blake le cepillaron un lado del, el chico estaba de pie detrás de
suyo, sus ojos brillaban en el reflejo. —He estado buscando una mascota
como tú, Will. Después de que nos conocimos, estaba seguro de que eras tú.
Con esos hermosos ojos verdes y esos labios rojos. Muy dulce, y tímido y
con tan buen corazón. —Él hizo una pausa, su pulgar acariciando
cuidadosamente su mejilla. —Valiente. ¿Eres valiente, Will?
Estaba seguro de que iba a desmayarse. —Um…
—¿Voy demasiado rápido, verdad? —Blake rio avergonzado y le dio algo
de espacio, todavía logrando parecer totalmente cómodo. —Realmente no
pensé que aparecerías. Pregunte por ahí y tú no eres del tipo que se preocupa
mucho por los círculos de brujería.
Echo un vistazo en su dirección, su flequillo rubio parecía un escudo tras
el que la intensa mirada de Blake disparaba hacia él. Qué Blake realmente
hubiera preguntado sobre él, era tan sorprendente como todo lo demás hasta
ahora y no estaba seguro de cómo se sentía sobre eso aún.
—¿Qué te parece… Serías mi mascota esta noche? —Blake preguntó
suavemente, sus dedos otra vez acariciando la placa con forma de corazón
que colgaba de su cuello. —Solo esta noche. Ya que estamos a juego.
—Bi… bien —, masculló, no confiaba en su voz cuando la mano de Blake
cepillaba su cabello hacía atrás, forzando su cabeza a alzarse e inclinándola.
Los ojos de Blake eran pozos de plata, atrayéndolo a las peligrosas
profundidades que estaban ocultas bajo la superficie. En el fondo de su
mente, se preguntó si esto era solo alguna broma complicada, algún truco
para hacerle lamentar que alguna vez su hubiera acercado a Blake Richmond
y su, de un extraño modo, acogedora mansión. Pero el modo en que Blake lo
miraba, era difícil dudar. No puedes mentir con esa mirada.
—¿Tú, um… te gusto o algo? —Pregunto, pateándose por dentro por
sonar tan dubitativo.
Parpadeando con sorpresa, Blake dio un paso atrás, su mano recorriendo
su propio pelo y ajustando su corona caída.
—Guau, estoy realmente oxidado, me imagino si no puedes decir que me
gustas. —Le lanzo una sonrisa, sus ojos brillando de un modo que hizo que
su aliento se cortara. —¿Tienes muchos tipos diciéndote lo atractivo que eres
a los que no les gustas? 13
Negó con su cabeza, deseando que la tierra lo tragara. Pero Blake no se
rio de él, no hizo prácticamente nada a parte de seguir mirándolo fijamente
con aquella misma intensa mirada.
—¿Quieres ver el resto de mi casa? —Blake preguntó, agarrando su mano
y sosteniéndola firmemente. Su piel estaba caliente y firme y él soltó un
quejido, el ruido se escapó a pesar de sus esfuerzos por evitarlo. Oyéndolo,
Blake dio un paso adelante, atrapando su cara con su mano libre, sus alientos
se mezclaron. En aquel momento, estaba seguro de que el chico iba a besarlo,
la anticipación y los nervios lo invadían en partes iguales.
—No soy… no soy bueno coqueteando —, soltó rápidamente.
Blake sonrió con satisfacción, acercándolo hasta que sus narices se
tocaron. —Bien—Sus labios eran ligeros como una pluma, jadeo por el
suave contacto. Echó un vistazo abajo, mirando fijamente la boca de Blake,
tratando de entender si se había imaginado el suave beso, incluso cuando sus
labios todavía sentían el cosquilleo.
—Realmente estoy, um, nervioso, también. —Susurró, mientras aquellos
labios lo tocaban otra vez.
La mano de Blake se movió hasta su nuca, sosteniéndolo, mientras se
presionaban contra él, sus labios se encontraron más firmemente esta vez.
Extendiendo su calor a través de él, sus labios se separaron ante los empujes
del chico, mientras sus nervios se calmaban lentamente. Suspiró cuando la
lengua de Blake bromeo cuidadosamente con su labio inferior, solo tomando
su boca para probarlo. El beso se sentía caliente, como miel goteando, dulce
y húmedo y muy adictivo. Los dedos de Blake se apretaron sobre cuello,
acercándolo, su cabeza se inclinó solo lo suficiente para que sus bocas se
sellaran. Gimió, endureciéndose inmediatamente por la sensación de la
lengua de Blake acariciando la suya. Se balanceó hacia delante, aferrándose
a los bíceps del hechicero, mientras era devorado lentamente.
Blake tarareó con alegría, besando la comisura de su boca con cuidado,
mientras le acariciaba la nuca con sus dedos calientes.
—Me gustas, Will—dijo contra sus labios, sus mejillas ligeramente
sonrojadas. —Mucho. Y pienso que con un tipo como tú, es importarme ser
totalmente sincero sobre esto. ¿Verdad?
Miró fijamente a sus ojos, su propio aliento saliendo apresurado, pensó
que esta era la cosa más malditamente sexy que había escuchado nunca.
—También me gustas. Uh, es decir, realmente quiero llegar a conocerte—
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añadió con una tentativa risa.
—Entonces, ven a ver el resto de mi casa. Te diré todo acerca de mí y
puedes contarme todo sobre ti —Blake se separó, con su mano deslizándose
hacia abajo de su brazo.
—Bien —miro hacia abajo, mientras su mano era arropada, el calor se
extendió produciendo una comezón hasta los dedos de sus pies. Infiernos, él
lo tenía realmente mal.
—¿O tal vez te gustaría conocer a mis amigos? —Blake preguntó, con sus
ojos recorriéndole el cuerpo, durante un momento haciendo una pausa en el
punto en que su erección empujaba contra sus pantalones. Él exhalo
irregularmente, sus ojos cayeron hasta quedar fijos en sus labios. Son
especiales. Pienso que te llevarías realmente bien con ellos.
—Oh—lamió sus labios distraídamente, pensándolo durante un momento.
Realmente no quería que su tiempo con Blake fuera interrumpido. Le gustaba
la tranquilidad, la intimidad de esconderse con el zumbido de las voces muy
lejos en la distancia. Blake podría seguir diciéndole cuanto le gustaba y él no
tenía que comportarse como un idiota total. Pero realmente quería conocer a
quienquiera que fuera el amigo de Blake.
Puedes aprender mucho sobre una persona por con quien ellos deciden
estar. Blake había estado sorprendiéndole todo el tiempo, así que quien
estuviera en la fiesta considerado como un amigo del chico podría revelar
más acerca de quien se estaba enamorando.
Maldición. Bien, simplemente podría enamorarse del chico.
Infiernos.
—De acuerdo. Vamos a conocer a tus amigos —, dijo, su estómago dando
saltos por el nerviosismo cuando Blake se transportó de vuelta. Claramente
había tomado la decisión correcta.
Blake tiro de su mano acercándola, besando las yemas de sus dedos
ligeramente. Era suave y dulce e hizo que se pusiera extremadamente
caliente. —Estoy realmente contento, de que vinieras esta noche.
Por primera vez en la noche, podía estar de acuerdo.

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Capitulo 3
En lugar de conducirlo hacia la cortina por la que había entrado al tropezar,
Blake lo condujo al otro lado del largo jardín adjunto y lo dirigió a la casa
principal. Los sonidos de la fiesta disminuyeron detrás de ellos, para ser
substituido por el sordo silencio del vestíbulo débilmente iluminado.
—¿A dónde vamos?—Preguntó, mordiendo su labio inferior. Las
decoraciones continuaban en la casa, hojas vistosas, calabazas, cráneos y
telarañas. Se mezclaban con muchas velas negras y marfil y adornos y sus
ojos lo absorbieron todo.
—A algún lugar tranquilo —revelo Blake. Su mano todavía firmemente
enlazada en la suya, el hechicero echó un vistazo en su dirección y observo
con interés, como el rubio miraba a su alrededor. —A mis amigos no les
gusta mucho el ruido.
—Eso está bien. A mí tampoco—Se perdió la risa de Blake, estaba
demasiado absorto en una pequeña gárgola que estaba colocada encima de
una entrada.
—¿Te gusta la gente? —Blake preguntó.
—Claro… solo que pueden ser abrumadores —dijo encogiéndose de
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hombros. —Una vez que todos empiezan a hablar, parece que cada uno tiene
que ser oído, mientras nadie quiere escuchar. —Se rasco la nuca, mirando
discretamente a Blake para encontrarle mirando fijamente hacia él. Tomo
aire, cuando el chico de repente se paró, llevándole más cerca hasta que sus
narices estaban tocándose.
—No te preocupes, mis amigos no hablan demasiado. Les gusta
comunicarse de otro modo. —Él acarició con sus nudillos la mejilla. —No
tienes que estar nervioso. Van a amarte.
Sintiéndose de una extraña manera tranquilizado, cerró sus ojos cuando
Blake lo empujó hacia adelante, sus labios se encontraron otra vez con un
zumbido caliente perfecto. Tenía que estar soñando. Estaba besando a Blake
Richmond en su casa. Había estado mintiéndose a sí mismo, pensando que
alguna vez podía actuar como si nada con Blake. Había estado tan perdido
cuando lo había conocido y era imposible negarlo ahora que este había
mostrado su interés. No, ahora estaba tan claro él era un caso desesperado.
—Vamos, no está muy lejos.
Forzando a sus rodillas temblorosas a funcionar, dejo a Blake que lo
llevara a través de una entrada de donde salía un juego de escaleras que
formaban en espiral, conduciéndolos hacia abajo.
Caminaron cuidadosamente, con sus ojos clavados en los retratos sobre
las paredes curvas, mientras bajaban. Algunos eran claramente antiguos, con
viejas ropas y un armamento arcaico.
—Siento que este tan oscuro. Mis amigos prefieren la oscuridad de la
noche. —Blake levanto su mano libre, convocando una llama púrpura
cuando dieron un paso en un aparentemente vació gran cuarto, en las
profundidades de la mansión. El aire era ligeramente más frio, un
encantamiento de temperatura mantenía el lugar cómodo. Si no fuera por
toda esa piedra y la falta de ventanas, esto podía haber parecido cualquier
otro salón, con sofás disperso alrededor y algunas mesas de café, en el centro.
Pero Blake no miraba eso, sus ojos estaban fijos en el otro extremo de la
habitación, la cual se encontraba entre las sombras. Parpadeo, algo metálico
dentelleaba en la oscuridad. Estaba seguro de que podía oír el movimiento y
sentir el peso de una mirada fija sobre él.
—Blake, ¿son esos amigos tuyos, um, humanos? —Preguntó en un suave
susurro, cuando la llama ilumino lo que él estaba seguro era, la espiral de un
cuerno negro.
—No, realmente no. Son monstruos… Bien, así es como la gente les
llama. —Blake añadió mandándole una sonrisa de disculpa. —¿Alguna vez 17
has tenido la oportunidad de conocer a algún ser mágico?
Negó lentamente con la cabeza, cautivado y un poco nervioso, solo por
saber que ellos estaban allí. —¿Son agradables?
—Me gusta pensar que sí. Y estoy bastante seguro, de que realmente van
a gustarte. —Los labios de Blake jugueteaban contra su oreja. —Pienso que
eres asombro y estoy seguro de que ellos también van a creerlo.
Mordí su labio, su mente se tambaleaba, mientras trataba de mirar
detenidamente los oscuros rincones del cuarto. Blake tenía monstruos reales,
a los que llamaba amigos. No era asombroso que el hechicero no hubiera
pensado que él era un completo perdedor, cuando había hablado sobre llegar
la igualdad de derechos. —¿Es eso importante? ¿Qué me gusten tus amigos?
—Sí, es muy importante. —Blake lo atrajo cerca, otra vez, se ruborizo al
comprender que el chico iba a besarlo delante de sus amigos intentando ser
valiente como él. Pero una vez que esos labios estuvieron sobre los suyos,
no podía pensar en nada más, el beso de Blake se hizo más profundo esta vez
y más caliente de lo que había sido antes. Jadeó cuando los dientes
pellizcaron su labio inferior, el dolor lo sacudió, atrayéndole contra la forma
más grande del hechicero.
Blake gimió suavemente, apartándose, sus ojos quemaban sobre los suyos,
cuando finalmente se encontraron. No podía hablar, su boca se sentía seca,
ante esa hambrienta mirada. Quería besarlo otra vez. Quería saber lo que
Blake quería hacerle, cuando lo miraba así. Realmente quería una excusa
para buscar un lugar donde estar a solas con el chico, pero eso significaba
que primero tratara con sus amigos.
El brazo de Blake se deslizo alrededor de su espalda, mientras se dirigían
hacia la parte oscura, en el fondo del cuarto. Se presionó contra su costado,
todo su cuerpo vibraba con lujuria apenas contenida. Frunció el ceño, cuando
dio un vistazo a las pesadas barras que iban del techo al suelo, partiendo el
cuarto por la mitad y atrapando a los tres monstruos al otro lado de la
habitación.
Dando un paso adelante, llego hasta la jaula, mirando detenidamente a los
tres hombres que había dentro y que lo miraban fijamente, con atención.
—¿Por qué están en una jaula? —Preguntó, observando a los tres
monstruos. Eran todos machos, y además humanoides, estaban desnudos, y
cada uno era el mejor espécimen de su propia especie, sus semejanzas
terminaban allí. Uno era un hombre lobo, el otro un minotauro, y finalmente
un demonio que tenía los cuernos retorcidos, que había visto destellar en la 18
oscuridad.
El demonio definitivamente era el más hermoso. Sus retorcidos cuernos
negros, coronaban a la hermosa criatura, los ojos rojos, poco naturales del
demonio, enmarcados por el negro. Nunca había tenido la oportunidad de ver
una tan de cerca y no pudo evitar mirar fijamente, apreciando la forma
torneada del demonio con su pálida piel tocada por la luna, los labios negros,
y unas grandes alas parecidas a las de un murciélago, dobladas en su espalda.
Su pelo blanco era sedoso, cayendo directamente en un agudo pico de viuda
sobre su frente donde sus elegantes cuernos se curvaban en las largas
espirales que acariciaban sus hombros, sus líneas eran finas y se veían
hermosos. Mordiendo su labio, se arriesgó a echar un vistazo más abajo por
su fuerte cuerpo, descubriendo que la polla del demonio, estaba surcada por
crestas y que tenía una cola negra, parecida a una fusta que caía hasta sus
pies.
—Este es Matheus. —Blake lo presentó tranquilamente, colocándose a su
lado, la luz se movía con él e ilumino mejor al monstruo. —Lo rescaté de
uno de mis socios, tan solo hace unos meses. El hombre lobo a su lado, es
Rafe. Como puedes suponer, es un original, no uno de sangre maldita. No se
transforma.
Podía decirlo, su mirada vago de Matheus al hombre lobo. Más bajo que
el demonio pero todavía mal alto que él, con músculos compactos, Rafe era
el que menos parecía un humano, de los tres incluso cuando él era el que
estaba más estrechamente relacionado. Todo su cuerpo estaba cubierto por
un suave pelaje gris, el pelo de una pulgada de largo. Eso hacía poco para
ocultar la musculatura del hombre lobo, o su cara feroz, donde el color gris
se difuminaba en una barba cerrada, gruesas cejas y su cabello gris estaba
peinando hacia atrás, revelando una piel bronceada. Los ojos de Rafe eran
de un deslumbrante amarillo, su boca estaba llena de colmillos, y cuando
este le dirigió una sonrisa de satisfacción, lo tenía preguntándose qué es lo
que el hombre pensaba.
Rafe no parecía estar demasiado alterado por estar en una jaula, tan
grande. Sus ojos se movieron sobre él como si estuviera en exposición y
cuando echó un vistazo abajo para ver las garras del hombre, encontró a Rafe
duro, su erección desnuda y enrojecida, en la punta ya brillaban gotas de pre
semen. Aclarándose torpemente la garganta, forzó a su mirada a subir,
cuando Rafe hizo un ruido gutural, el hombre lobo hablaba en la lengua de
su especie. —Le gusta tu traje—tradujo Blake para él, añadiendo
suavemente. —Piensa que eres una perra dulce y hermosa.
19
Enrojeciendo fuertemente, coloco sus dedos alrededor de la etiqueta que
Blake había colocado en su cuello. —Um… ¿gracias? —Como era un
hombre lobo, eso probablemente era un cumplido y él no quería ser grosero.
Sus ojos otra vez fueron abajo, a pesar del intento por controlarse. Rafe tenía
un nudo en la base de su polla, como todos los machos de su especie. Nunca
había visto una antes, pero estaba completamente seguro de que Rafe era más
grande de lo normal. Igual que lo era su roja polla.
—Y este es Fredrick —dijo Blake, las yemas de sus dedos tocaron su
hombro de modo que él se giró y miró al último monstruo. Comenzó a
observar al minotauro, sus ojos se ampliaron cuando el estiro el cuello para
encontrarse con la mirada divertida del hombre.
—Ho… hola, Fredrick —dijo tragando el nudo de su garganta, mirando
fijamente al enorme minotauro. Con la piel del color de la nuez oscura, la
cabeza afeitada de modo que sus cuernos blancos hacían que su cara
pareciera aún más grande, los hombros grandes y fuertes de Fredrick eran
casi tan amplios como sus cuernos. Podía haber sido capaz de pasar por
humano si no fuera por aquellos cuernos que se veían muy peligrosos y la
cola que salía de su parte posterior, o el hecho de que las piernas de Fredrick
terminaban en cascos duros y peligrosos. Silenciosamente cambio de
opinión, cuando al bajar los ojos, atrapo un vistazo de la enorme polla del
minotauro.
No, ningún humano nunca podría haber estado tan dotado.
Unos ojos azules destellaron hacia él, Fredrick toco las barras de la jaula.
Miró fijamente a su mano grande y fuerte durante un momento, entonces con
audacia, coloco la suya entre la estrecha apertura entre las barras para recibir
el más fuerte apretón de manos.
—Soy Will Summers y es un placer conocerlos a todos.
La mano de Fredrick era caliente y fuerte, el minotauro la agarró
firmemente, mientras colocaba su segunda mano encima, hasta que él estuvo
completamente atrapado en el abrazo.
—Él dice que el placer es suyo—Blake suministró, cuando no pudo
entender las palabras del minotauro. —Y le gustaría saber, si te quedaras con
ellos esta noche.
Mirando fijamente su mano atrapada, alzo los ojos, sonriendo.
—Seguro. Ya sabes, si no les importa que me quede por aquí.
—No les importa.
—¿Por qué no los sueltas? —Le preguntó a Blake, volviendo sus ojos al
chico que estaba apoyado contra los barrotes, de modo casual, claramente 20
sin sentir miedo de los tres del otro lado. —Podemos jugar a algún juego de
mesa. —Había un montón de juegos sobre una estantería justo a su lado, pero
estaban al otro lado del salón. Podía ver ahora que los monstruos en realidad
dormían en la jaula, había tres camas instaladas para encajar sus formas.
—Cuando llega la noche, prefieren estar donde están, Will—Blake
explico.
—Oh… ¿Pero por qué? Tienen este enorme cuarto para estar y el resto de
la casa. Realmente los dejas estar por el resto de la casa, ¿verdad? —
Pregunto, dando a Blake una mirada seria de repente. —Deberías permitirles
ir a cualquier parte.
Blake sonrió abiertamente. —¿Piensas que son seguros?
—¡Por supuesto! —Resopló, se giró totalmente para enfrentar a Blake,
mirando con el ceño fruncido al hechicero. —Son personas, Blake. Solo
parecen un poco diferentes, tienen diferente apariencia y circunstancias. No
deberías encerrar a las personas.
Blake dio un paso adelante y le paso los dedos por el pelo. Echó un vistazo
a través de los barrotes a los monstruos, los tres sonreían con satisfacción,
ante la determinación del rubio. No se dio cuenta, sus ojos se cerraron ante
el toque de Blake.
—Algunas personas deben estar encerradas, Will—Blake dijo
suavemente, mirando al chico presionarse contra su toque. —Sabes eso,
¿verdad?
—Eso no es justo. No puedes decir que porque solamente se ven
diferentes, automáticamente deben ser asesinos y ladrones. Puedo decir que
son buenos. —Abrió ampliamente los ojos, su mirada fija sobre Matheus.
—Ellos son… ellos se parecen mucho a ti —dijo, su mirada atrapada en
la del demonio. —No era lo que esperaba.
La sonrisa de Blake sólo creció. Levantó su mano y chasqueo sus dedos,
abriendo de golpe la puerta de la jaula. —Bien, suficiente. Si piensas que son
seguros, voy a dejarte pasar algún tiempo con ellos. Solo recuerda, cuando
llegue la noche, no serán los mismos que durante el día. Ellos eligen
encerrarse.
Dio un paso a la puerta de la jaula, abriéndola ampliamente sólo para mirar
hacia atrás, cuando Blake no lo siguió. —¿Qué?
Blake inclinó su cabeza, una sonrisa burlona en sus labios. —No estoy
cerca de ser tan valiente como tú.
Le frunció el ceño y él dio un paso en la jaula, preguntándose si solo estaría 21
un poco borracho, en este momento. —Si estas tratando de probarme, no
necesitas hacerlo. No tengo miedo de ellos, en lo absoluto.
Blake camino detrás de él, cerrando la puerta despacio, sonriéndole
abiertamente, quien ahora estaba atrapado en la jaula. —¿Ni tan siquiera
estas asustado de mí, aunque sabes que soy probablemente el hechicero más
poderoso de aquí? ¿Incluso cuando fácilmente podría encerrarte en una jaula,
con un puñado de monstruos?
—No —dijo, sus ojos estrechándose. —Mejor que no te estés burlando de
mí. Me tomo los derechos de los seres mágicos realmente en serio, Blake.
La sonrisa de este cayo, acariciándole con los dedos, la barbilla y bajando
por su garganta. —Lo sé. Eres imponente y no querría burlarme de ti. —Lo
atrajo más cerca, suspiro, mientras sus labios eran reclamados otra vez.
Se adelantó para el beso, las barras clavándose contra su pecho, la lengua
de Blake encontró la suya enredándose sensualmente. Una mano se deslizo
despacio hacia la parte baja de su espalda, agarrando su culo, rompió el beso
para gemir débilmente y empujar hacia adelante.
—¿Así? —Blake pregunto suavemente.
—Sí. —Gimoteo, mientras su culo era apretado otra vez. Se forzó a volver
a la realidad, sabiendo que estaban siendo muy groseros con los otros
inquilinos. —Lo siento, me he dejado llevar. Oh —, mordió su labio, sus ojos
agrandándose. Las dos manos de Blake estaban sobre las barras delante de
él, el moreno miraba su cara con cuidado, cuando unas manos y un cuerpo
caliente se presionó contra su espalda. —Oh, demonios.
—¿Estás bien? —Blake preguntó suavemente.
Tragando con fuerza, su aliento salió en ráfagas entrecortadas, asintió
dubitativamente.
—¿Estaría bien si Matheus continua? —Blake preguntó, su voz un
pequeño susurro.
Su cabeza daba vueltas, su boca se secó, el calor inundó cada centímetro
de su ser. ¿Estaba bien? ¿Iba a dejar que un demonio le tocara mientras Blake
le miraba con aquellos ojos brillantes? —Um…
—Realmente sabes lo que ocurre de noche, ¿verdad, Will? —Blake
presiono un beso en el punto justo debajo de su oreja. —Ellos entran en su
fase de apareamiento. Matheus, Fredrick y Rafe son todos alfas. No tienen
ningún interés los unos en los otros. Pero tú… 22
Blake exhalo irregularmente, su voz volviéndose cada vez más ronca.
—Están muy interesados en ti, Will. Creo que tú eres el tipo más perfecto
que puede haber para ellos tres, ¿no estás de acuerdo?
Dios santo, ¿estaba Blake tratando de emparejarlo con sus monstruos? Su
corazón pulsaba, gimoteó mientras las manos que habían estado sosteniendo
sus caderas suavemente subieron, resbalando por debajo de su camisa, piel
caliente presionando sobre piel caliente.
—Yo no… soy solo un humano —dijo entrecortadamente.
—Eso está bien. Ellos no discriminan—Blake dijo con una sonrisa
satisfecha, apoyándose más cerca y bromeando con su lengua, sobre sus
labios jadeantes. —Le gustas… A todos ellos. ¿Te gustan a ti?
Demonios, estaba realmente intentando emparejarlo con sus monstruos.
—Blake –Mierda —, jadeó, sus pezones retorcidos, mientras el demonio
tiraba de él hacía atrás, de modo que estuviera apretado contra su duro
cuerpo. Miro hacia atrás, encontrando a Matheus detrás de él con una sonrisa
lasciva que torcía sus llenos labios. La boca del demonio se abrió, su lengua
se deslizó más y más lejos, gimió cuando comprendió lo larga que era,
cuando empezó a atormentar a su mejilla.
—Matheus va a prepararte —explicó Blake, el chico agarro las barras para
mantener el equilibrio, Fredrick se apoyaba contra ellos justo al otro lado,
ambos miraban como reaccionaba ante los toques de la punta de la lengua
del demonio. —Él será gentil –todos lo serán. Nadie quiere hacerte daño.
Quieren que disfrutes.
Era incapaz de contestar, su camisa rápidamente le fue quitada, el sonido
de tela rasgándose llenó el aire. Trago con fuerza, Rafe de repente delante de
él, su suave pelo jugueteando con su piel. Alzó los ojos hacia el hombre lobo,
el hombre gruño algo que Blake rápidamente tradujo.
—Él va ser el último en joderte. Quiere anudarte, aparearse —Blake se
lamió sus labios, bajando su voz una octava. —Te ves tan lindo, Will, y él
quiere llenarte con tanta semilla. Pero Rafe sabe que va a hacer falta que
Fredrick y Matheus te espiren primero, para que pueda encajar
completamente. Él es realmente grande cuando se hincha.
—Oh, infiernos—suspiro, sintiéndose extremadamente mareado, mientras
miraba arriba a aquellos predadores ojos amarillos. Esto era real. Esto era
muy real.
No se alejó cuando el hombre lobo cruzo la distancia que los separara, su
cara enmarcada por la peluda palma de Rafe y sus labios aplastados en un
23
movimiento deliberado. Gimió, mientras su boca era tomada profundamente,
el hombre lobo lo sostenía fuertemente y devoraba cada jadeo y gritó que
emitía, su lengua sumergiéndose en su boca, acariciando su interior, robando
su aliento y su cordura. Todo mientras con su otra palma, se deslizaba
posesivamente sobre su polla, palmeando su creciente pene a través de los
pantalones de su disfraz y haciendo que su dura longitud doliera más.
Podía sentir los movimientos de Matheus detrás de él, el demonio besaba
su cuello, chupando y pellizcando su hombro y su espalda. Su cremallera fue
abierta, tembló mientras sus pantalones fueron empujados debajo de sus
piernas, su ropa siguiéndolos inmediatamente después, sus zapatos sacados
de sus pies y sus calcetines arrancados. Un minuto después y estaba desnudo
excepto por el collar de cobre que Blake había hechizado sobre él y las tontas
orejas de perro de su traje, que Rafe despacio saco de su cabeza con una
sonrisa satisfecha.
—Bonita pequeña perra —suministró Blake, sus párpados pesados por la
lujuria, mientras miraba al ahora desnudo Will, recorriendo sus entonadas
piernas y la delgada forma, enfocándose en el modo en que su polla estaba
roja y dura como una roca reclamando toda la atención. —Solo ruega por
una polla o tres.
Miro abajo hacia el oscuro cuerpo de Rafe, su carne dura caía demasiado
pesada para alzarse, de su punta emanaba pre semen que corría abajo por su
suave piel. Lamió sus labios nerviosamente. —La cosa es, yo no… yo
nunca…
—¿Qué? —Blake pregunto, cerró sus ojos por la vergüenza que sentía.
—Yo realmente nunca… un, he tomado una polla antes —logro soltar,
esperando fervientemente que Blake no se reiría.
—¿Eres virgen? —Blake pregunto, comprendiendo.
Asintió mirando fijamente a sus pies, sus mejillas ardiendo.
Independientemente de lo que Blake fuera a decir, Fredrick soltó un
resoplido repentino y se echó hacia adelante. Asintió mientras era alzado, el
minotauro lo fulminaba con la mirada, mientras lo sostenía por encima del
suelo. El hombre dijo algo, las palabras extrañas perdidas en un estruendo de
resoplidos y gruñidos.
Sin saber realmente lo que pasaba, gimoteó cuando fue empujado contra
el cuerpo grande, sus piernas automáticamente se enrollaron alrededor del
musculoso pecho de Fredrick, su polla quedo encerrada entre ellos.
Blake camino junto a la línea de barrotes para colocarse más cerca, su voz 24
desprovista de cualquier burla.
—Él está excitado, Will. Muy excitado, al saber que ellos serán tus
primeros. —Fredrick asintió con la cabeza, resoplando algo en dirección a
Blake, para que el chico lo tradujera. —Bebé, vas a estar dolorido un tiempo
cuando nosotros estemos contigo. Vamos a poseer este atractivo cuerpo tuyo
y vamos a hacerlo nuestro.
—Oh —se encontró con los ojos de Fredrick, el minotauro le sonreía
abiertamente revelando uno dientes rectos, planos y blancos. Ruborizándose,
inclinó su cabeza mientras unos firmes labios encontraban su garganta,
relajándose en el poderoso abrazo del minotauro. Las manos de Fredrick lo
agarraban bajo sus muslos, extendiéndolos ampliamente, mientras algo
caliente respiraba a través de la grieta de su culo. Intento girar su cabeza para
ver, atrapando un vislumbre de los cuernos de Matheus antes de que Fredrick
reclamara su boca, conduciendo su amplia lengua entre sus labios.
—Ah… Oh, Dios. —Se paralizo, mientras algo mojado y liso jugueteaba
entre sus mejillas extendidas, empujándose en su entrada. El órgano caliente
se deslizo alrededor del borde unas cuantas veces, grito cuando Matheus
empujo su larga lengua dentro de su agujero, los primeros centímetros
acariciando dentro y fuera de él, en empujes decididos y movimientos
desesperantes.
Se aferró a Fredrick, sus dedos clavándose en su carne, mientras gemía,
las caderas empujaban su pegajosa polla contra el músculo firme del
minotauro, mientras su entrada era explorada y lubricada con saliva.
Fredrick gruño, Matheus retiro su lengua en respuesta, sólo para
inmediatamente ser sustituida por dos gruesos dedos tanteando su agujero
virgen. Demasiado tímido para investigar cómo se sentiría hacerse eso a sí
mismo, raras veces se tocaba. Parecía que no podía dejar de gritar, mientras
Matheus meticulosamente trabajaba abriendo su agujero, estirándolo,
acariciando más y más profundo, mientras se encontraba abrumado por el
placer insoportable.
Estaba tan consumido por la sensación, que chilló cuando uno de sus
tobillos fue agarrado. Abrió sus ojos, para encontrar a Rafe inclinado, el
hombre lobo lamia los dedos de sus pies, humedeciendo los pequeños dedos
con su saliva antes de chupar tres en su caliente boca. Lo miro boquiabierto,
medio sonriendo tontamente, medio gimiendo. El hombre lobo dio un
gemido hambriento, lamiendo hacia arriba de su pie y pellizcando el suave
arco, haciendo que se retorciera por la mezcla de sensaciones. Fredrick le
beso la garganta, el minotauro chupaba cada pulgada de su piel, marcas rojas
y purpuras formándose lentamente bajo su boca. Podía sentir la enorme polla 25
del minotauro moliéndose contra él, pesada y pegajosa, mientras la polla
surcada de crestas de Matheus so molía contra la mejilla de su culo
demandante.
Dios, iban a comérselo vivo.
—Si sólo supieras, como te ves ahora mismo —, Blake dijo jadeando, su
frente descansando sobre los barrotes, mientras miraba como él era devorado
por los tres monstruos. Dio otro grito desesperado, el ruido liberándose
cuando Matheus se arrodillo y condujo su lengua en la estrecha apertura del
rubio. Su polla goteaba pre semen. Agarro los amplios hombros del
minotauro y un sollozo salió de su garganta.
—Maldición, Will—Presionándose contra los barrotes, Blake se enderezo,
así podría ver la expresión atormentada del rubio. —Matheus va a tomarte
pronto. ¿Estás preparado?
No tenía ni idea, su cuerpo ardía, su cabeza daba vueltas. La polla de
Fredrick empujaba contra él y goteaba pre semen caliente sobre su ombligo,
antes de que fuera apartado del minotauro y llevado a los brazos del
demonio. Con sus piernas inestables, se giró para afrontar a Matheus,
moviéndose temblorosamente, mientras aquellos ojos rojos lo quemaban
profundamente.
—Dile si estás listo, Will. Pueden entenderte.
Dios, ¿en serió iba a hacer esto? —Blake gimió suavemente, deslizándose
contra los barrotes, sus dedos tanteando detrás de él, buscando al hechicero.
Blake rápidamente estaba detrás de él y presiono un beso sobre su hombro
sudado.
—Quiere emparejarse contigo—Blake le dijo al oído. —Reclamarte como
suyo. Les gustas, Will. Ellos quieren conservarte. —Sus dedos recorrieron
su cabello rubio, sus siguientes palabras susurradas tan bajo, que no estaba
seguro de si realmente las había oído. —Queremos conservarte.
Dios, ¿en serió iba a hacer esto? ¿Solo dejar que estos extraños lo follaran?
Abrió ampliamente sus ojos, mirando fijamente al demonio que estaba
esperando su respuesta, el hombre lobo y el minotauro esperaban
pacientemente, mientras lo miraban, esperando su respuesta. Eran
poderosos, únicos, atractivo a su propio modo extraño, extranjeros.
Lo sabía, sin una sombra de dudas, que si se marchaba, lo lamentaría toda
su vida.
—Bien —dijo con voz ronca, encontrándose con los ojos de Matheus.
—Compañeros. 26
—¿Estás seguro? —Blake pregunto, pero Matheus tenía muchas menos
dudas, su cola se enrolla fuerte alrededor de su cintura. Él se empujó de
nuevo contra el chico, sus dedos rápidamente encontrando su entrada y
conduciéndose profundamente. Grito por haber sido llenado tan de repente,
su cabeza cayendo pesadamente contra las barras.
—Ugg… si —gimió, jadeando pesadamente, mientras su pierna fue alzada
encima del muslo de Matheus, el demonio fácilmente lo levanto por encima
de su cuerpo y lo apoyo contra las barras detrás de él. Coloco sus piernas
alrededor de la cintura de Matheus, girando su cabeza cuando sintió el primer
toque de su polla surcando su entrada. Mierda, bien, él podía haber estudiado
algo sobre los hábitos de acoplamiento de cada uno de estos tipos de criaturas
mágicas antes. Podría haber fantaseado, con cómo serían sus pollas y el
modo en que se sentiría siendo jodido por un raro y tremendamente poderoso
ser. En realidad podía haber sentido miedo por descubrir que él era un total
perv… Bien, vale, una zorra. Esto estaba un paso más arriba del nivel de una
zorra.
Matheus gimió en su oído, Blake traduciéndole justo detrás de él.
—Va a ir lentamente. Ya que eres inexperto y… —Agarró al demonio por
los cuernos, dando un tirón así podía acercarlo más, entonces alcanzaría su
boca.
Lo beso con todo el fuego que ardía dentro suyo y Matheus fue rápido
respondiendo, tirando de sus caderas y empujado adelante para hundir su
polla en su prieta carne.
—Sí mierda, sí… Oh, más—dijo entrecortadamente, sonriendo
abiertamente cuando Matheus empujo su espalda contra los barrotes y se
enterró en él todo el camino. Los ojos entrecerrados, el sudor goteando por
su garganta, araño el entonado trasero del demonio, tratando de comprender
la locura de estar completamente lleno. —Oh, maldición… maldición, es
grande —, dijo entrecortadamente, estremeciéndose, mientras su cuerpo se
apretaba alrededor de la gruesa carne que se alojaba profundamente dentro
de él. —Dios.
Había pensado que tal vez estaba adaptándose, los gemidos escapaban de
sus labios entre jadeos, cuando Matheus comenzó a moverse. Un sollozo
quedo atrapado en su garganta, enterró su cara contra el cuello del demonio,
perdido en su suave cabello blanco, mientras sentía que cada pulgada de
aquella larga polla se retiraba despacio, las pronunciadas crestas,
amplificaban la sensación.
—Dios, Dios, por favor—masculló acaloradamente, sacudiendo sus
caderas cuando el demonio se condujo dentro otra vez, llenándolo tan 27
profundamente, que quería gritar.
—Maldición, mírate. Es como si estuvieras hecho para esto —murmuro
Blake, detrás suyo. Gimió, mientras las manos del hechicero se deslizaban
por su empapada espalda, los dedos resbaladizos por el lubricante se
deslizaron hacia abajo, para sondear el lugar donde Matheus estiraba su
entrada tan ampliamente. —¿Cómo se siente, Will? Esas crestas de su…
Matheus crecerá antes de correrse. Se hace aún más grande para atraparse
dentro y asegurarse de que consigue poner cada gota de su semen, dentro de
ti.
Grito, gimiendo bajo durante mucho tiempo cuando los dedos de Blake
empujaron dentro de él, dedos que resbalaban con determinación en su canal
donde la polla del demonio, ya lo mantenía abierto ampliamente.
—Fredrick es aún más grande. Mierda, y cuando Rafe se anude en ti —,
Blake gimió, sus dientes raspándole la nuca. —Maldición, van a arruinarte,
bebé. Van a joderte, hasta que estés hecho sólo para encajar en la polla de un
monstruo.
Lágrimas caían por sus mejillas, los dedos de Blake se empujaban más
profundos dentro suyo, abriéndolo, mientras el pre semen del demonio
resbalaba de su agujero. Dios, necesitaba que Matheus se moviera, que lo
jodiera correctamente.
La presión era tan grande, no sabía cuánto más podría tomar.
—Por favor… por favor, necesito… —Su voz fue bajando hasta un bajo
gemido, los dedos de Blake sustituidos por la lengua de Rafe en el mismo
momento en que Matheus lo aparto de los barrotes.
—Mierda, oh Dios mío —grito, el hombre lobo abrió ampliamente sus
mejillas y empujo su lengua en su agujero ya lleno. Matheus emitió un
gruñido, mientras su polla era lamida al mismo tiempo que él se retorcía y se
mecía en una mezcla de placer y agonía.
Gruñendo cuando el hombre lobo no mostró ningún signo de parase,
Matheus agarró a Rafe fuertemente alrededor del cuello con su cola,
empujando al hombre atrás. No entendía que estaba cambiando, solo se
concentraba en que encontraba su entrada insoportablemente vacía y se
sostenía sobre sus temblorosas piernas, justo entonces su pecho fue
empujado de nuevo contra los barrotes.
—Oh —susurró cuando Matheus se apretó contra su espalda. Su crestada
polla deslizándose de nuevo entre sus mejillas, entonces entro en él, el
demonio se empujó adelante bruscamente. Agarró los barrotes fuertemente,
gimoteando mientras el demonio comenzó a joderlo, Matheus empujando
despiadadamente.
28
—Espera, oh… oh, infiernos. —Reforzándose lo mejor que podía, solo
podía sollozar con cada duro empuje que el demonio le daba, los dedos de
Matheus agarraban sus caderas con fuerza, su gruesa polla moviéndose
dentro y fuera de él con decisión, con golpes implacables, su carne surcada
conduciéndolo a la locura.
Blake miraba silenciosamente desde el otro lado, sus mejillas ruborizadas
y sus ojos centelleaban. Él extendió la mano, pasándole los dedos por el
cabello sudoroso, —Dios, eres tan hermoso —Le presionó su pulgar en los
labios hinchados y húmedos de Will, frotando la saliva sobre la carne roja.
—Este es solo el primero, bebé. Fredrick es tan grande vas a estar
completamente arruinado por su polla. —Dijo con un gemido ronco. —Tu
agujero será estirado y Rafe va a poner tanto semen dentro de ti. Vas a ser
llenado por el semen de tres monstruos. Vas a ser su maldito juguete toda la
noche, Will. Dando tu culo o tu boca o cualquier cosa que ellos quieran
cuando lo pidan.
Estremeciéndose con ese pensamiento, aturdido, se abrió para la lengua
de Blake, que se hundió en un beso apacible, mientras Matheus siguió usando
su agujero, jodiéndolo despiadadamente.
—Oh, oh, infiernos —, gimió, separándose de los labios de Blake cuando
sintió la polla del demonio hacerse más grande dentro de él. —Oh, mierda,
es grande. Tan malditamente grande —dijo entrecortadamente, agarrando los
barrotes fuertemente.
—Así es, él está cerca —Blake dijo jadeando, presionándose de modo que
estuviera alineado con su cuerpo tembloroso. —Va a aparearse contigo.
Llenándote con toda su leche.
—Sí —respiró irregularmente, los empujes de Matheus se volvieron más
lentos, el demonio pellizco su oído. Su polla ampliada encontraba resistencia
en su apretado canal, Matheus se empujaba más fuerte y lento, mientras lo
sostenía fuertemente. —Más profundo… Mierda, más profundo —, gimoteó,
retrocediendo, en un intento de conducir al demonio dentro todo el camino,
incluso cuando apenas podía tomar su tamaño.
—Eso es, ruega por ello, bebé. Pídele que te joda del modo en que
necesitas, pequeña puta de monstruos. —El aliento de Blake era caliente
sobre su cara, el hechicero miraba fijamente su expresión atormentada,
mientras Matheus se molía con fuerza en su canal.
Dios, iba a correrse. Dentro de él. Matheus iba a aparearse con él y hacerle
suyo. Empujo hacia atrás con todas sus fuerzas, las manos de Matheus
29
agarraron los barrotes delante de él, mientras pulso hacia adelante,
empujándose dentro de su apretado pasaje con cortos e incesantes empujes.
Era tan bueno, la mezcla de dolor y necesidad tan intensa, estaba un poco
asustado de que pudiera desmayarse antes de encontrar su liberación. Grito
con el primer chorro de semen, el fluido caliente lo lleno en el mismo
momento en que las caderas de Matheus dieron su golpe final, el demonio
gimiendo en su oído.
—Mierda, eso es. —Blake susurró, sus dedos empujándose en su jadeante
boca, gritaba, mientras Matheus agarraba su erección descuidada y bombeó,
haciendo haciendo que su canal agarrara su gruesa polla apretara más en
respuesta.
—Mierda… maldición—grito, todo su cuerpo poniéndose tieso momentos
antes de correrse, su semen brotando hacia fuera y cubriendo los dedos de
Matheus goteando adelante sobre el traje de Blake. Él se meció adelante, una
ola final golpeándolo, más semen salió libre.
—Santo infierno —grito débilmente, cayendo contra las barras, gimiendo
cuando Matheus salió de su pasaje. —Mierda… solo mierda —gimió
pesadamente. Su pasaje estaba dolorido y podía sentir el semen goteando
caliente y húmedo sobre sus muslos escapándose de su amplio agujero
estirado.
Miró con sus ojos muy abiertos, encontrando a Blake observándolo
fijamente, el hechicero se inclinó besando sus labios con cuidado.
—No te duermas, hermoso. Todavía tienes una larga noche por delante.
Gimió, cerrando sus ojos.

30
Capitulo 4
Will no podía estar de pie más, sus rodillas cedieron en el momento justo
en que la gran mano de Fredrick cayó sobre su hombro. Temblando por la
adrenalina que todavía corría por su cuerpo, alzó los ojos hacia el
descomunal minotauro, tomando aire silenciosamente al descubrir lo larga
que su polla parecía desde su posición de rodillas en el suelo. Él tenía que
tener fácilmente treinta pulgadas, y era más ancho que una lata de soda. ¿Y
de algún modo, se suponía, eso debía caber dentro de él? ¿De algún modo
Rafe era más grande y le haría lo mismo?
Matheus se arrodillo a su lado, empujándolo contra su cuerpo y
murmurando algo en su oído.
—Dice que eres maravilloso. Hermoso. Tan apretado y valiente y una
opción perfecta de compañero. —Se reunió con los ojos de Blake durante un
momento, viendo algo en ellos que era solo para él. Enfocándose en el
demonio, sonrió débilmente, una parte de él de un modo extraño orgulloso
de haber sido capaz de ayudar el hermoso hombre. Matheus atrapó su
expresión y se inclinó adelante, atrayendo su barbilla así podría besarlo
apasionadamente.
Cuando finalmente fue liberado, estaba mareado otra vez, perdido en la
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lengua del demonio y la caliente boca. La fuerte mano de Fredrick agarró su
nuca, conectándolo con la tierra, dirigiéndolo, hasta que su boca respiraba
sobre su gran eje.
Gimió, mientras su cabeza era empujada hacia abajo, Fredrick empujo la
punta de su gruesa polla en su boca, su gran polla se dirigió hacia sus
amígdalas y lleno su boca. La saliva goteaba de sus labios estirados
ampliamente, humedeciendo su barbilla y cosquilleando en su garganta.
Fredrick era rudo, empujando en el con fuerza, con empujes exigentes,
gruñendo, mientras tomaba su boca y la garganta. El minotauro le agarro la
nuca, manteniéndolo en el lugar, mientras bombeaba entre sus labios
magullados una y otra vez, moliendo la cabeza de su polla hinchada contra
el fondo de su garganta, el pre semen y la saliva amenazaban con ahogarlo.
Se moría por aire, cuando Fredrick finalmente lo libero, sus labios
doloridos y hormigueando, la barbilla empapada por los pegajosos fluidos
del minotauro. Su indulto fue corto, Fredrick inmediatamente lo agarró en
brazos y lo empujo sobre la cama más cercana a gatas, sus gruesos dedos
buscando su fruncido agujero. Blake jadeaba, tratando de traducir la serie de
gruñidos que emanaban de Fredrick.
—Bonito humano. Solo ruega por esto. Ruega por nosotros.
Cerró sus ojos, su cabeza cayendo adelante, gemidos derramándose
descontrolados. Dios, era él. Él había soñado con algo como esto demasiadas
veces para ser normal. Su interior apretándose con el primer toque de los
dedos de Fredrick dentro suyo, su canal pulsando como si supiera que lo que
vendría sería demasiado. Pero Fredrick persistió, trabajando sus dos dedos
grandes dentro de su paso, poniéndolos a los lados de su agujero y trabajando
más profundamente, estirando al delgado rubio desde cada ángulo.
—Oh… oh, infiernos. —Fredrick lo empujó adelante y sus temblorosos
se derrumbaron sobre el colchón, su cabeza descanso sobre las mantas.
Dieron patadas a sus rodillas abriéndolas, el minotauro impaciente
colocándose entre ellas, su larga polla empujando entre sus mejillas donde
sus dedos todavía estaban enterrados. Él soltó un resoplido excitado, sus ojos
cayeron cuando durante un momento la polla y los dedos trataron de empujar
profundamente dentro de él, su entrada estirada extremadamente amplia. —
Oh, Dios.
Para cuando Fredrick finalmente pensó que estaba bastante estirado, para
el impresionante tamaño del minotauro, él ya era un lio gimoteando, y
retorciéndose sobre la cama, su cadera empujaba, mientras aquellos dedos 32
que lo atormentaban finalmente lo dejaron. La polla de Fredrick era incluso
más grande, grito cuando la punta empujo en su apertura, la bestia firme y
lentamente fue más profundamente dentro de su dolorido pasaje. Era tan
grueso y tan largo, mucho más que cualquier cosa que pudiera encajar. Sus
gritos se convirtieron en sollozos, mientras la presión dentro de él crecía,
sometiendo su cuerpo, abriéndose tan ampliamente como Fredrick exigía,
dejando entrar al minotauro y tomando cada insoportable pulgada que fue
forzada en su agujero.
—No puedo… Maldición, es demasiado —lloriqueó, sus ojos fuertemente
cerrados, la saliva goteado de su labios jadeantes. —Oh Dios, oh Dios, esto
es… demasiado grande… Maldición… —Se calmó con un débil gemido, su
pelo fue agarrado y tiraron de él. Fredrick resbaló más profundamente dentro
suyo, empujando adelante con pequeños tirones, hasta que él estaba
totalmente asentado dentro del delgado chico rubio. Las lágrimas goteaban
por su cara, mientras dominaban su cuerpo completamente, dentro y fuera
por la gran y fuerte bestia.
—Estás haciéndolo tan bien. —Blake le dijo, su voz tocada por la lujuria.
—Maldición, Will, eres tan jodidamente caliente. Toma la polla del
monstruo. Toma cada pulgada de él. Mierda, eso es.
Podía oír los sonidos de ánimo que Blake le daba, el hechicero se
masturbaba mirando cómo era jodido por su monstruo favorito. Que Blake
lo mirara ser arruinado y tomado por ellos ya era demasiado para empujarle
por el borde. Se vino con el siguiente empuje que golpeó en él, sollozando,
lagrimas surcaban sus mejillas, mientras sus caderas tiraban y hebra tras
hebra de su caliente semilla llovía hacia el colchón y las sábanas debajo de
él.
Sintiendo que su pasaje se apretaba incluso más, Fredrick le agarró el culo,
extendiendo sus mejillas ampliamente con sus gruesos pulgares para
observar como su gran polla desaparecía y reaparecía dentro del apretado
rubio. Se retiró prácticamente todo el camino, gruñendo, sus ojos estrechados
por el placer, mientras los gemidos de Will convirtieron en un flujo de
balbuceantes gritos. De todos modos estaba claro que él no podía resistir
mucho más tiempo, su respiración se volvió más rápida y sus empujes más
erráticos.
Lloro cuando fue empujado adelante y atrás, el minotauro enterrándose de
golpe en él sosteniendo sus caderas. Fredrick lo llenaba tan profundamente,
lanzando gruesas cuerdas de semen dentro del cuerpo tembloroso del
aturdido muchacho. Cuando finalmente estuvo satisfecho, el minotauro se 33
inclinó, dejando caer a un gimiente Will sobre la cama y besando su mejilla,
mandíbula y garganta. Él dio una palmada ardiente en el culo del rubio
después de retirarse, Will jadeo por la aguda picadura, gimiendo mientras
más semen goteaba de su agujero, su pasaje quedando tan vació y dolorido.
Antes de que pudiera recuperarse, Rafe estaba sobre él, fijándolo con su
musculoso cuerpo peludo, mientras giraba su cabeza y aplastó sus labios
juntos con fervor. Gimió débilmente, tratando de responder, su lengua
inactiva, sus miembros perezosos y letárgicos. El hombre lobo pellizcó sin
cesar su labio inferior, chupándolo en su boca, lamiendo y jugando con la
carne hinchada, mientras acariciaba las pelotas de Will y frotaba su polla
dura como una piedra entre la superficie resbaladiza por el semen de las
mejillas del chico.
—Va a estropearte, Will. —Blake dijo, su voz llena de ardor. —Él va a
acoplarse contigo y joderte hasta llenarte de su semilla y de sus cachorros.
Él te cuidará, te protegerá, te hará feliz, eres tan bello. Realmente lo eres,
Will. Él piensa que tú eres una puta perfecta. Tan impaciente, tan puta y tan
necesitado.
No tuvo oportunidad de responder, Rafe empujo su polla en su entrada,
llenando su paso con un empuje. Podía sentir escapar el chorro de semen de
él, mientras su canal se estiraba otra vez para tomar la longitud del hombre
lobo.
Rafe lo domino agarrando su cuello mientras lo jodía, su nudo se hinchó
agrandándose, el hombre lobo directo ya que el rubio había tomado al
demonio y al minotauro primero. Ahogo un grito cuando Rafe
inmediatamente comenzó a trabajar el nudo en la base de su polla dentro y
fuera de su entrada, su carne sensible hinchándose rápidamente.
—Quiere que lo sientas. Quiere joderte de forma primitiva así le
recordarás por días. Eres su perra, Will. Necesita que tú sepas que eres su
perra.
—Oh, mierda —, gimió, el nudo de Rafe se estiraba dentro de él otra vez,
la carne aún más grande con cada empuje.
—Dile, Will. Dile a Rafe que eres su perra. —Blake exigió con voz ronca.
Gimiendo, las lágrimas de nuevo escapaban entre sus pestañas, luchó por
hacer que su lengua funcionar. —Soy tuyo… soy tu perra.
Rafe gruño, dando un azote sobre su culo y haciendo que el rubio aullara.
Él siseó, jadeando mientras sintió el nudo aumentar aún más estirándose en
el borde de su entrada.
—Oh, mierda… mierda… —, se hacía tan grande, aún más gruesa que la
polla de Fredrick, jadeaba mientras era estirado más amplio. Rafe se empujó 34
adelante otra vez, Will aullando cuando forzó el nudo dentro del último anillo
de su entrada y se alojó profundamente en su canal donde creció y encajo en
el lugar. Estremeciéndose, todo su cuerpo se sacudía, mordió las mantas,
aferrándose con dedos débiles, mientras trataba de comprender la sensación
de estirarse tan amplio, de ser llenado tan completamente.
El gemido de Blake fue casi tan ruidoso como el suyo.
—¿Lo sientes dentro de ti? El nudo de Rafe se hace tan grande como un
puño, Will, y él está completamente dentro de ti.
Asintió débilmente, lágrimas y sudor surcando su cara. —S… sí —, gimió,
solo grito cuando Rafe empujo su cabeza abajo, el hombre lobo inclinándose
sobre él y empujando su peso en el camino. —Oh, Dios.
—Vas a estar completamente arruinado por su nudo—tradujo Blake
acaloradamente. —Su sucia perra, ya húmeda por el semen de otros dos
monstruos. Ellos van a dejar tu agujero completamente abierto. Entonces
podrán tenerte siempre que quieran. —Blake lamió sus labios, mirando como
él estaba sujeto bajo la forma más grande del hombre lobo.
—¿Quieres eso, Will? Diles que quieres que te tomen siempre que
necesiten una puta para follar.
Dios, iba a volverse loco. Sus jadeos eran amortiguados por el colchón.
Giró su cabeza a un lado, agarrando la cama, mientras Rafe corcoveaba sobre
él más duro. —Bla… Blake… Mierda, sí. Oh, maldición. —La humedad que
estaba formándose parecía ser un río ahora, chorro caliente tras chorro
llenándolo, la semilla del hombre lobo encerrada en su lugar por su enorme
nudo y su larga polla. Temblaba mientras Rafe gruñía, el hombre lobo le
empujaba abajo y montando despiadadamente su culo.
Esto pareció continuar por siempre, Rafe gruñendo en su oído, mientras
su polla y el nudo palpitaban con cada chorro de su espesa semilla. Sus gritos
no eran flojos, el tamaño de Rafe era muy grande, abrumaba sus sentidos. Él
solo podía temblar y gemir, tomando todo lo que el hombre lobo forzaba
dentro de él, esperando que terminara.
—Tráiganmelo—Blake finalmente ordeno, desde su lado de los barrotes.
Besándole la nuca, Rafe lo levantó de la cama, el culo del rubio bien sujeto
por la polla del hombre lobo, mientras lo llevaba al hechicero. Estaba a gatas,
su cabeza descansando sobre uno de los barrotes frescos, mientras el semen
de Rafe seguía borboteando dentro de él, el hombre lobo mentándole con su
nudo con empujes mucho más lentos ahora.
Hubo un crujido de ropa y un suave gruñido. Gimió cuando los dedos de 35
Blake empujaron su boca hacia arriba, el hechicero dirigió su polla a sus
labios. Su carne estaba caliente y dulce, mientras Blake empujó su goteante
polla profundamente en su boca.
—¿Puedes correrte otra vez, bebé? Quiero verte correr, mientras chupas
mi polla y montas su nudo. —Blake dijo, con un gemido bajo, empujando
más duro contra las amígdalas del rubio tembloroso. —Mierda, Will,
maldición eres tan caliente. Solo dejándonos usarte de este modo… Mierda,
tan excitante.
Gimiendo, abrió más, humedad y gemidos desesperados se escapaban
alrededor de la polla de Blake, mientras Rafe mecía sus caderas adelante y
atrás, el hombre lobo conduciendo su enorme nudo más profundamente en
él. Una mano suave cosquilleaba en su ombligo, el hombre lobo acariciaba
firmemente la parte baja de su estómago, su pecho, pellizcando sus pezones,
luego agarrando su garganta conde la polla de Blake estaba tomándole.
Estaba amordazado, lagrimas calientes caían por sus mejillas. De todos
modos abrió más, dando a Blake tanto de su boca y garganta como el
hechicero quería.
—Haz que se corra, Rafe —Blake gruño. —Él tiene que saber lo que
implica esto. Que le gusta esto, justo así.
La mano que había estado sosteniendo su garganta, recorrió su cuerpo,
frotando su torso cubierto de sudor antes de que sus dedos se abrigaran
firmemente alrededor de su polla. Se atragantó con su saliva y el pre semen
de Blake, el líquido goteaba por su barbilla, mientras Blake se empujaba en
su garganta otra vez. Rafe le presionó la polla despiadadamente, era una
extraña mezcla de piel suave y firme agarre. Mezclándose con la extensión
insoportable por el nudo que llenaba su culo y la falta de aire debido a la
gruesa polla de Blake, rápidamente se encontró en el borde otra vez, su
orgasmo, recorriéndole como fuego y saliendo de él dejándole aturdido y
débil.
Blake salió de la boca del chico, cuando Will se corrió, agarrando al rubio
por el pelo para ver su expresión.
—Uhh—Will gimió, la polla de Blake presionando de nuevo contra la cara
y el semen caliente brotando en gruesos hilos que pintaban sus labios,
mejillas y el puente de su nariz. Todo su cuerpo temblaba, débiles gemidos
escapaban de él, cuando Blake lo cubrió.
Jadeando, Will levanto su mirada aturdida, encontrando al hechicero
mirándole fijamente, con fuego en sus ojos. Blake ahueco su barbilla,
girando la cara de Will para observar su obra, su cara salpicada con las 36
blancas rayas de su semen. —Tengo que regresar a la fiesta, Will—
finalmente susurró. —Estos tipos van a cuidar bien de ti. Van a darte todo lo
que una pequeña puta caliente de monstruos, como tú, necesitas.
Gimiendo débilmente, Will dejo que lo apartaran de los brazos calientes
de Rafe, el hombre lobo lo sostenía fuertemente, mientras todavía llenaba su
arruinado agujero.
—Volveré —Blake prometió, agarrando las barras fuertemente, mientras
apartaba la vista de Will. —Todavía eres nuestro por esta noche. Planeó
probarte.
Capitulo 5
El sonido de la jaula abriéndose de golpe, despertó a Will. Parpadeó
abriendo los ojos despacio, encontrándose atrapado por el brazo peludo de
Rafe. Blake estaba de pie en la entrada, sus ojos de plata brillaron sobre su
cuerpo de un modo que le hizo ruborizarse inmediatamente. Dejo que lo
pusiera de pie, Blake lo abrazó cerca, una vez que estuvo de pie.
—No les he visto descansar así, en mucho tiempo. —Blake sonrió
suavemente a los tres monstruos que respiraban uniformemente, tumbados
sobre el suelo. Él se giró para mirarlo fijamente, observando su carne
marcada y la postura de cansancio. —¿Vienes conmigo?
No tenía ningún interés en ir a ningún lugar sin Blake. Miro a los tres
descansando en el suelo sin él, fijándose en sus formas entonadas y
músculos, su mente recordando las sensaciones por las que había atravesado.
Dio un paso atravesando la puerta, después de un momento, Blake la cerró
detrás de ellos.
—¿Por qué la jaula? —Preguntó suavemente, agarrando la mano del
chico. —La verdad.
—Sólo los encierro, cuando hay otros hechiceros en la casa —, Blake 37
explico. —No quiero a algún hechicero tropezarse con alguno de ellos, en la
casa. La mayoría de la gente justifica la matanza de un monstruo, porque ser
poderosos. —Inclinó su cabeza hacia el demonio que estaba estirado en el
suelo. —Realmente es para su protección, durante la fiesta. Matheus casi fue
asesinado por su último amo y prefiere estar aquí, que alrededor de un grupo
de hechiceros.
Sentía que sus músculos estaban más allá de doloridos, haciendo que se
estremeciera con cada paso que daba, mientras se dirigían hacia fuera de la
habitación. Blake coloco su brazo bajo su hombro, inclinándose y susurrando
en su oído. —¿Me permites llevarte?
—¡Bien… oh! —Jadeó, cuando Blake de repente le levantó, no estaba
seguro de si era magia o si el hechicero realmente era así de fuerte. Blake lo
llevó con facilidad, dirigiéndose a un cuarto justo al final del pasillo, las
antorchas se encendían mientras se acercaban. Era un dormitorio, decorado
en negro, gris y rojo. Miro a su alrededor, encontrando otra gárgola
protegiendo la entrada, la cola moviéndose ligeramente como si saludara,
cuando pasaron.
—Tienes muchas gárgolas —, dijo, mordiendo su labio mientras miraba a
la criatura de piedra.
—Los atraigo —admitió Blake. —Saben que protejo a sus humanos.
Con cuidado lo colocó sobre la gran cama, dirigiendo al rubio hacia atrás
hasta que estaba estirado suspirando contento sobre la suave colcha. Blake
se desnudó a los pies de la cama, sus ojos fijos sobre él todo el tiempo. Will
lo miraba a él, sus parpados volviéndose pesados y su corazón acelerándose
bajo esos ojos
—¿No tienes que regresar a la fiesta? —Pregunto, sin estar seguro de lo
tarde que era en este momento.
—Has estado dormido por un rato —Blake dijo con una sonrisa satisfecha.
—Envié a todo el mundo a casa, hace veinte minutos. —Dudo, sus manos
descansando en la cintura de sus bóxer y Will comprendió que de nuevo,
había dicho algo erróneo.
Se sentó aunque su cuerpo protesto y se estiro hacia Blake, tratando de no
hacer caso de lo nervioso que en realidad se sentía por hacer un movimiento.
Pero por la sonrisa de alivio de Blake, valió la pena su propia vergüenza.
Dejó que sus manos cubrieran las del hechicero, jugando con la piel que
estaba justo encima de la tela de sus bóxers.
—Eres asombroso —Blake le dijo, mirando abajo cuando él inclinaba la 38
cabeza. —Cuando te vi en aquel evento de tu abuelo, una parte de mí,
simplemente supo que ibas a ser el único.
—¿El único? —Alzo los ojos, para descubrir a Blake mirándolo
fijamente. —¿Qué único? ¿El bicho raro al que le excitan los no humanos?—
Dijo frunciendo el ceño.
Surcando sus cejas, Blake se deslizo en la cama a su lado, colocando un
brazo alrededor de su cintura. Suspiró mientras el calor le envolvía, los labios
de Blake cepillaron su hombro. —El único que nos entiende. —Blake
finalmente contesto. Él le paso su pulgar sobre los labios, tirando al chico
más cerca por un beso.
Comenzó a jadear, los besos de Blake se volvieron más persistentes, las
manos del hechicero se movieron sobre sus brazos y costados. Blake lo tiró
a su regazo, sus rodillas extendiéndose así estaba sentado a horcajadas sobre
el chico.
—No pienso que seas raro. —Blake murmuró. —Pienso que eres perfecto.
Hermoso… Una maravillosa puta, tan magnífica.
Se ruborizó, parpadeando, mientras lo miraba a los ojos.
—No lo soy… quiero decir, se lo que hice en la jaula, pero, pero
normalmente no soy así. Yo nunca…
La mano de Blake recorrió la curva de su trasero, sus dedos empujándose
dentro de su abusado agujero. Gimió, arqueando su trasero ante la sensación,
mientras era violado y todo el semen que los tres monstruos que le habían
jodido, goteaba fuera de él lentamente.
—Lo sé, bebé, por eso es que eres tan extra especial. Eres solo una ramera
para nosotros. —Los dedos de Blake cavaron más profundo, su canal bien
lubricado acogiéndolos, mientras el chico acariciaba su ardiente pasaje.
—Mierda, ellos te arruinaron. Reclamándote como suyo. Comportándote
como una puta en celo y era tan malditamente caliente ver cuánto te gustó
Gimiendo, se empujó contra los tres dedos que le penetraba, montándolos,
mientras se ruborizaba. No podía entender como todavía podía estar
excitado, pero Dios, lo estaba. Blake solo le hizo algo. Algo loco. —Blake,
por favor, por favor, tu… —Hizo una pausa, perdido en los ojos de plata del
chico.
—¿Qué necesitas? —Blake pregunto, sus dedos le recorrieron el cabello,
agarrándolo fuertemente. 39
Gimió, empujando sus caderas contra el hechicero, sus erecciones se
apretaron juntas. Empujó la ropa interior de Blake, sacando su dura polla de
los límites de la tela. —Jodeme. Te necesito dentro de mí. Te necesito tan
mal.
Blake gimió, empujándose contra su puño cerrado.
—Lo sé. Lo supe en el momento en que te vi. —Lo levanto por la cadera,
su polla apretándose dura contra la entrada del rubio. —Sabía de qué tipo
eras, incluso entonces.
Agarrando alrededor de su cuello, contuvo el aliento, mientras Blake se
empujaba dentro de él, despacio, llenándolo con su polla, mientras el caliente
semen borboteó libre a su paso. —¿Qué tipo…? —Preguntó distraídamente.
Blake lo beso ferozmente sobre la mandíbula, gimiendo, mientras se abría
a él, el pasaje del chico le agarraba apretado. —Sí, como esto… eres perfecto
para ellos, bebé. Te vi y supe que eras como ellos.
—¿Los monstruos? —Pregunto, confundido, pero demasiado caliente
para preocuparse realmente. Blake encajaba dentro de él con un tamaño
mucho más soportable y se sentía demasiado bien como para que pudiera
pensar en cualquier otra cosa.
—Sí. —Blake gruño, moliéndose contra su canal de Will. —Tienes un
monstruo dentro, que tiene que ser jodido para hacerte sentir bien. Podía
sentirlo y sabía que serías perfecto.
Jadeando pesadamente, no podía discrepar, mientras se mecía contra el
hechicero, ayudando a conseguir que Blake estuviera más profundo y más
duro dentro suyo, con cada empuje.
—¿Te quedaras, verdad? —Blake repentinamente pregunto. Él lo empujo
contra la cama, colocándose entre sus rodillas y empujándose dentro suyo,
otra vez.
—Oh, mierda. —Grito, las mano de Blake sujetando sus muñecas, la polla
del chico profundamente dentro de él.
—¿Te quedaras aquí, conmigo? ¿Con nosotros? Yo… yo quiero que te
quedes tanto tiempo como quieras. —Blake añadió, mordiendo su labio
inferior, mientras esperaba su respuesta.
Era difícil enfocarse, y definitivamente parecía el momento incorrecto
para hacerle preguntas serias. De todos modos, hizo todo lo posible,
encontrándose con los ojos de Blake y descubriendo al hechicero mirándole
absorto y un poco vulnerable. Eso le emociono un poco, tener una mirada 40
tan necesitada dirigida hacía él, una parte de él sabía que tenía mucho menos
que ver con lo que les dejo a los monstruos de Blake hacerle y más con como
Blake se compadecía de él.
—No solo para ellos —añadió Blake, mientras el silencio se alargaba.
—Para mí. Tú… tú realmente me gustas.
Esta vez, no parecía que no había dicho algo incorrecto.
—Bien, realmente me gustaría eso—susurró rápidamente, queriendo
decirlo con todo su corazón. Quería quedarse. Quería quedarse y hacer a
Blake sonreír de la misma forma que él le sonreía.
No creía que pudiera regresar a su vieja vida, después de esto de todos
modos. Tenía tres compañeros y un novio y nunca se había sentido más
correcto en toda su vida.
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