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En un pequeño pueblo, vivía un chico llamado Santiago.

La muerte de su madre lo dejó


confundido y herido. No podía entender por qué la vida era tan cruel y por qué la muerte
existía.

No entendía, porque le habían quitado lo que más amaba en esta mundo.

Fue corriendo a un bosque, pues quería estar solo, los vecinos cercanos solo lo agobiaban,
cuando intentaban consolarlo.

Santiago llegó a un río cerca del bosque, alejado de todos y de todo.

Se sentó, y su llanto se hizo eco en el bosque.

Desde entonces, cada vez que se sentía herido y solo por la muerte de su madre iba a ese
bosque, a buscar consuelo de la misma soledad.

Un día, una criatura misteriosa surgió del bosque para visitarlo. Era un ser etéreo, radiante y
apacible. Se hacía llamar Vida.

Vida se presento con Santiago,

Santiago por su lado parecía confundido y asustado por la pronta aparición del extraño ser --
¿Qué carajo?- fue lo único que pudo decir ante la situación.

-Cómo ya he dicho, soy la Vida- agrego ante la confusión de Santiago.

-¿Esto es una clase de broma?, no puede ser real debe ser un sueño- dijo Santiago confundido.

-Todos dicen eso una vez que me conocen, soy la misma vida que hay en cada rincón del
mundo- dijo el ser, que brillaba como un lucero

-Ajá, y se puede saber que haces aquí?, digo, no es normal que esto pase, o si?- Dijo más
tranquilo, pero seguia confundido en cierto modo.

-Es más normal de lo que te imaginas, vengo a aclarar dudas que existen en tu mente, que
dormir con claridad no te dejan- contesto, su voz sonaba dulce, tranquila, transmitía tanta paz
en una sola palabra, que incluso los animales empezaron aparecer para saludar.

-Esto es raro- dijo Santiago, miro a su alrededor, parecía que no habia nadie más, y que esto, no
era una broma -si tú eres real, y todo lo que dices es cierto, ¿Qué es lo que vienes a decirme?-
La vida solo soltó una sonrisa.

-Vengo a explicarte la importancia de la vida- dijo sonriendo.

-Bueno, soy todo oídos- Santiago cansado de estar solo, decidió escuchar.

-La vida no solo es de crecer, es de disfrutar cada momento que pasa, de reír y llorar, pues
nunca sabes cuándo se acaba, de aprender cosas nuevas, no sé trata solo de una carrera o
dinero, se trata de llenar a tu corazón de paz, de buscarte y conocerte a ti mismo, unos quieren
hacerlo haciendo viajes y aventuras locas, otros prefieren hacerlo conociendo más gente,
saliendo de fiestas, incluso buscando el amor, también hay otros, que quieren disfrutar y hacer
de todo para hallarse así mismos- dijo la vida .

-No entiendo, porque me dices esto- agrego Santiago confundido


-Santiago, si sigues viniendo a este lugar, solo a pensar en lo que fue, no podrás vivir el por
venir, debes dejar ir, si sigues así, solo terminarás solo y sin hallar tu lugar en el mundo o sin
terminar de conocerte a ti mismo-

Santiago sintió un consuelo momentáneo, se sintió mal al pensar que estaba perdiendo tiempo
de su vida, pero su dolor por la muerte de su madre seguía presente. -De ser asi,¿Por qué la
muerte debe existir entonces?-, preguntó al ser de luz.

La vida se quedó en silencio por un momento. -No puedo responder a eso-, dijo finalmente. -
Para entender la muerte, debes hablar con ella-

Santiago se fue a su casa, dónde se la paso pensando en lo que la vida había dicho.

A la noche siguiente volvió al bosque, dónde otra figura emergió del bosque. Era una figura
oscura, pero no aterradora. Se presentó como la Muerte.

Santiago habló con la Muerte, preguntándole por qué existía. La Muerte respondió con una voz
suave: -Yo existo para dar equilibrio-

-¿Equilibrio? ¿Cómo puede haber equilibrio cuando te llevas a las personas que amamos?-,
preguntó Santiago, su voz temblaba.

La Muerte respondió: -Si no existiera, no habría espacio para nuevas vidas. La existencia se
volvería un caos sin fin, dime, sin mi, la vida que sentido tendrá?-

Santiago reflexionó sobre las palabras de la Muerte. Comenzó a entender que la vida y la
muerte eran dos lados de la misma moneda.

-Pero el dolor...-, comenzó Santiago, -¿Cómo podemos lidiar con eso?- La Muerte respondió: -El
dolor es una parte de la vida, al igual que la alegría-.

-El dolor nos enseña a apreciar los momentos felices, y nos ayuda a crecer y a aprender-,
continuó la Muerte. Santiago comenzó a comprender.

-¿Entonces la vida y la muerte son necesarias?-, preguntó Santiago. -Sí-, respondió la Muerte, -
Ambas son esenciales para el equilibrio del mundo-

Con esto, la Muerte desapareció, dejando a Santiago solo con sus pensamientos. Reflexionó
sobre lo que había aprendido y sintió una extraña calma.

Santiago comenzó a aceptar la muerte de su madre. Se dio cuenta de que aunque ella se había
ido, su amor y enseñanzas seguían vivas en él.

Aunque el dolor seguía presente, Santiago entendió que era una parte de la vida. Comenzó a
apreciar más la vida, sabiendo que cada momento era precioso.

El chico se convirtió en un joven sabio, transmitiendo las lecciones que había aprendido a los
demás. Compartía historias sobre la Vida y la Muerte, y la importancia del equilibrio.

Aunque la Muerte le había quitado a su madre, Santiago sabía que era un ciclo natural de la
vida. Y con esta comprensión, encontró la paz.

Después de un año de ese encuentro inesperado de Santiago con la vida y la muerte, el siguió
estudiando la carrera que le gustaba la cual era el arte
Encontró a una persona la cual amar, como su madre le había dicho, continuó con su trabajo en
una pequeña tienda de su pueblo

Santiago había recuperado esa alegría, esas ganas de vivir, a veces se preguntaba cómo hubiera
Sido su vida si jamás se hubiera encontrado con la vida y la muerte

Tal vez se hubiera encerrado para siempre

Pero gracias a ese encuentro su vida volvió a girar

Y el volvió a sonreír una vez más

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