nosotros.

Seamos responsables en estos momentos, y no dejemos de JUEVES SANTO

guardar las distancias y las medidas higiénicas adecuadas, como bien
estamos haciendo hasta ahora.
CICLO B
Encender las luces del Monumento cuando empieza el canto del Pange
lingua.
En el monumento. Tantum ergo sacramentum
Se deposita el Santísimo en el corporal. Se inciensa y se deja el
incensario sobre el altar. Una vez concluido, se reserva el Santísimo
en el Sagrario, se hace la genuflexión y se retiran el sacerdote y sus
acompañantes a la sacristía.

Monición final
Después de celebrar la liturgia del Jueves Santo, no podemos
quedarnos tranquilos y seguir como si nada hubiera pasado. Es tan
grande y hermoso su mensaje que, por fuerza, su invitación a hacerlo
práctica ha de tener acogida. Nuestro mundo necesita nuevas
estructuras que den cabida al amor, la igualdad, la justicia y la
fraternidad. Empezar a hacerlas es ya hacer posible el Jueves Santo.

(No hay despedida, con lo que la gente se puede ir retirando cuando

lo desee. Se anuncia la celebración de la Pasión y Muerte del viernes.
El sagrario aparece abierto y vacío, dejando la reserva en el altar
preparado para ello. El altar se despoja del mantel y las cruces deben
cubrirse de color oscuro o morado. No deben encenderse velas o
lámparas ante las imágenes de los santos.)

¡Dichosos quienes optan por el SERVICIO, como Jesús! La Cena del Señor
¡Dichosos quienes “se hacen PAN” para los demás, como Jesús!

JUEVES SANTO – CICLO B JUEVES SANTO - CICLO B

 Notas previas:
- El altar aparece convenientemente adornado con flores y velas, que
serán retiradas al finalizar la eucaristía como signo de sobriedad.
- El Gloria se canta con solemnidad. Por ello mientras se canta este
himno se hacen sonar todas las campanas que ya no se vuelven a tocar
hasta el Gloria de la Vigilia Pascual.
- El lavatorio de los pies, no debe omitirse. Significa el servicio y el
amor del Señor Jesús que ha venido “no para ser servido, sino para
servir”. Hay que hacerlo con autenticidad. No sólo con unas gotas, sino
lavando, secando y si se quiere besando los pies, de modo que exprese
bien la lección que nos dio Jesús.
- En las ofrendas, se destacan hoy más que nunca, el pan y el vino que
la comunidad aporta y que constituyen el material para el sacramento
de la eucaristía.
- Es preciso que se consagren las formas necesarias para la eucaristía
de hoy y de mañana.
- La reserva del Santísimo se hace en el Monumento preparado fuera
del altar.
- Terminada la Eucaristía se despoja el altar en el cual se ha celebrado.
Conviene que las cruces que haya en la iglesia se cubran con un velo
de color oscuro o morado. No se deben encender velas o lámparas ante
las imágenes de los santos.
JUEVES SANTO – CICLO B
Santo, santo, santo…
Padrenuestro
Jesús rogó al Padre pidiendo la fuerza necesaria para hacer su voluntad.
Nos unimos a él en nuestra oración confiada: Padre nuestro…
Rito de la paz
Invitación a la comunión
Hermanos; cada vez que participamos de este Pan y de este Cáliz,
debemos recordar sus palabras: “Un mandamiento nuevo os doy: que
os améis los unos a los otros como Yo os he amado”.
Acerquémonos y comamos de su Cuerpo y de su Sangre.
Oración después de la comunión
Dios todopoderoso, alimentados en el tiempo por la Cena de tu Hijo
concédenos, de la misma manera, merecer ser saciados en el banquete
eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Monición antes de la procesión al
monumento
Siguiendo la costumbre tradicional del Jueves Santo, terminamos la
celebración de la Misa de la Cena del Señor trasladando el Santísimo
Sacramento al “Monumento”, el lugar preparado para su reserva para
la comunión de mañana. Esta reserva nos dará, en las horas que quedan
del día, la oportunidad de permanecer en oración silenciosa y
contemplativa ante Él, recordando aquella larga sobremesa del Señor
con los suyos después de la Última Cena, y de agradecerle su amor por
JUEVES SANTO - CICLO B

Escucha, Padre, la oración confiada que te dirigimos como discípulos
de Jesús, tu Hijo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
Ofertorio
Concédenos, Señor, participar dignamente en estos sacramentos, pues
cada vez que se celebra el memorial del sacrificio de Cristo, se realiza
la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual, verdadero y único sacerdote,
al instituir el sacrificio de la eterna alianza
se ofreció el primero a ti como víctima de salvación,
y nos mandó perpetuar esta ofrenda en memoria suya.
Su carne, inmolada por nosotros,
es alimento que nos fortalece;
su sangre, derramada por nosotros,
es bebida que nos purifica.
Por eso, con los ángeles y arcángeles,
con los tronos y dominaciones,
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
JUEVES SANTO – CICLO B
Monición de entrada
Entramos hoy en la celebración de los días santos de la muerte y
resurrección del Señor, de su entrega por amo hasta el fin. Por eso que
nosotros hemos de gloriarnos en la cuz de nuestro Señor Jesucristo; en
Él está nuestra salvación, nuestra vida y resurrección. Él nos ha
salvado y libertado.
Y estamos aquí, como los discípulos reunidos con Jesús en el Cenáculo
la víspera de su pasión para celebrar la Santa Cena, contemplando
conmovidos el momento supremo en que nos deja su Cuerpo y su
Sangre en el Pan y en el Vino de la Eucaristía, para que sean, para
siempre, signo y presencia real entre nosotros de su entrega; el
momento en el que instituye el sacerdocio ministerial; el momento en
el que nos deja como testamento el mandato del amor fraterno.
Acto penitencial
Hoy, de nuevo, el mismo Jesús se nos hace presente, se sienta con
nosotros a la mesa y nos dice: “ardientemente he deseado comer esta
Pascua con vosotros”. Acerquémonos con fe a Jesucristo;
reconozcámoslo como Señor y Salvador, y reconozcamos con
humildad y confianza la necesidad que tenemos de ser perdonados por
Él de todos nuestros pecados.
Ø Tú que nos has amado hasta el extremo. Señor, ten piedad.
Ø Tú que has aceptado la muerte para reunirnos en la unidad.
Cristo, ten piedad.
Ø Tú que has dado tu vida por nosotros, tus amigos. Señor, ten
piedad.
Envía, Señor, tu fuerza a nuestro corazón y que esa fuerza nos ayude
a compartir nuestra vida con los hombres y mujeres necesitados de
JUEVES SANTO - CICLO B
 amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
Monición al Gloria
Durante el tiempo de Cuaresma hemos silenciado el Gloria como señal
de sobriedad; hoy, llenos de júbilo y alegría por este Dios cercano que
se hace Alimento para nosotros, entonamos este himno de alabanza:
Gloria a Dios…
(Se tocan todas las campanas de la Iglesia durante el Gloria)
Oración colecta
Oh, Dios, al celebrar la Cena santísima en la que tu Unigénito, cuando
iba a entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el banquete de su amor,
te pedimos alcanzar, de tan gran misterio, la plenitud de caridad y de
vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura (Ex 12, 1-8. 11-14)
Este texto del Éxodo hace recuerdo de la fiesta judía más importante y
de su sentido. Israel ha sido el pueblo sacado por Dios de la esclavitud,
es un pueblo salvado para testimoniar en el mundo la mano fuerte de
su Dios. Y de ahí nace la fiesta y la alabanza. La pascua es el paso, el
tránsito de la esclavitud y de la muerte a la libertar y la vida.
Segunda lectura (1Cor 11, 23-26)
Escuchamos a pablo narrando a los Corintios la institución de la
Eucaristía del Señor. Esto es la Iglesia: una sucesión de testigos a
través del tiempo unidos por un hecho fundante y central, la entrega de
Jesús y su permanencia en la Comunidad por su Cuerpo y Sangre,
alimento permanente y fuerza de nuestro diario caminar.
JUEVES SANTO – CICLO B
Evangelio (Jn 13, 1-15)
Juan nos relata el último día de Jesús con sus amigos, sus discípulos.
Reunidos en una cena que ha preparado con mucho cuidado, Jesús les
revela algunos secretos de su corazón.
Monición al lavatorio
En el evangelio hemos escuchado cómo Jesús lavó los pies de los
discípulos, significando así su amor y su entrega. Ahora, al repetir este
gesto, recordamos que eso es lo que tenemos que hacer cada también
nosotros si de verdad queremos seguir el camino de Jesús: amarnos
unos a otros, como Él nos ha amado.
Oración de los fieles
Antes de compartir la mesa de Jesús, oremos ahora al Padre del cielo
para que su amor llegue a todos.
1.- Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que con nuestra vida
sepamos expresar y transmitir el amor y la entrega de Jesús.
Roguemos al Señor.
2.- Por los pastores de la Iglesia. Que con su ministerio de servicio
hagan expresiva la presencia del Señor en medio de la comunidad.
Roguemos al Señor.
3.- Por los pobres y necesitados. Que el ejemplo de Jesús nos estimula
a ser de verdad generosos y solidarios con ellos. Roguemos al Señor.
4.- Por todos nosotros, reunidos esta tarde alrededor de la mesa de
Jesús. Que la Eucaristía sea siempre alimento para nuestra vida
cristiana. Roguemos al Señor.
JUEVES SANTO - CICLO B