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Características de un verdadero

discípulo de Jesús
“Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena
conciencia, y de fe no ngida”. 1 Timoteo 1:5

Introducción: El mandato de Pablo


Antes de enfocarnos en el pasaje que quisiera que meditemos, me gustaría que observemos
los versículos anteriores para entender el contexto de lo que el Espíritu quiere enseñar a través
de las palabras de Pablo.

“Tal como te rogué al salir para Macedonia que te quedaras en Éfeso para que instruyeras a
algunos que no enseñaran doctrinas extrañas, ni prestaran atención a mitos y genealogías
interminables, lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan de Dios
que es por fe, así te encargo ahora”. 1 Timoteo 1:3–4.

Pablo, como misionero, estaba por viajar para Macedonia, y antes de partir, le suplica y
anima a Timoteo a que se quede en Éfeso. Si leen a detalle toda esta carta, y también Hechos
de los Apóstoles, podemos ver que la ciudad de Éfeso no era un lugar fácil para estar.
Podemos suponer que quedarse en Éfeso no fue algo que Timoteo aceptó a la primera, y por
ello Pablo tuvo que pedírselo con vehemencia, lo que puede indicar lo difícil que era esta
misión, la más difícil de Timoteo, dado que era un hombre tímido e introvertido, y Pablo lo
enviaba para asumir un papel más protagónico en el ministerio, y enfrentarse a lo que
causaba daño en la Iglesia. También era difícil porque tendrían que separarse, y Pablo y
Timoteo se amaban como padre e hijo.

Pero Pablo estaba preocupado de que las cosas no estaban bien en la Iglesia de Éfeso,
porque habían enseñanzas (doctrina) que se enfocaban en cualquier cosa pero menos en el
Evangelio. Y como resultado, los discípulos no estaban produciendo verdadero fruto en su
carácter. Pablo quería proteger el mensaje del Evangelio, porque sabía que solamente el
mensaje del Evangelio puede producir discípulos verdaderos de Jesús, es decir, personas
que re ejan a Jesús en su manera de vivir.

(No quiero enfatizare en las falsas enseñanzas que Timoteo debía combatir, para profundizar
en ello les animo a leer toda la carta).
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Pablo había encomendado a Timoteo la misión en persona, y vuelve a hacerlo por carta. Y
aquí entramos al pasaje en el cual vamos a meditar. El propósito por el cuál Pablo comisiona a
Timoteo a enfocarse en el Evangelio, es el amor. Esa es la meta de Pablo y lo que lo impulsa, y
es el motor que debe motivar a Timoteo en toda su misión. El amor. Y el amor es el fruto del
Espíritu que se forma en la vida de cada persona que ha entregado su vida a Jesús. El amor es
la meta nal del creyente: Amar a Dios y amar al prójimo es el resumen de su vida.

Pero hay algo interesante que Pablo indica, y quiero plantearlo con la siguiente pregunta:

¿Qué características evidencian la presencia del amor


en mi vida, y me muestran que soy un verdadero
discípulo?
“Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena
conciencia, y de fe no ngida”. 1 Timoteo 1:5

Pablo dice que el amor nace (que es originado por) de tres características, es decir, este amor
solo puede brotar en las personas bajo estas tres condiciones, que son las características de
un verdadero discípulo, uno que es edi cado en Dios y en su Palabra.

1. Primera Característica: Corazón Limpio


El amor nace de un corazón limpio, un corazón puro.

Bíblicamente, el corazón implica todo nuestro ser interior: Mente, intelecto,


pensamientos, voluntad, deseos, intenciones y sentimientos. Tener un corazón puro
implica que nuestra mente, intelecto, pensamientos, voluntad, deseos, intenciones y
sentimientos están gobernados por la pureza.

Hay tres cosas que deseo señalar acerca de un corazón puro.

(1) Por naturaleza, no tenemos un corazón puro: “Pero lo que sale de la boca proviene
del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. Porque del corazón provienen
malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios
y calumnias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” Mateo 15:18-20. Lo
que Jesús está diciendo es esto: En tu interior es donde se encuentra la fuente que
causa tu impureza.

(2) Tener un corazón puro es algo que solo Dios nos puede dar. “Crea en mí, oh Dios,
un corazón limpio” Salmo 51:10. Al ser confrontado con su pecado, David va al
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Único que puede dar lo que no tiene. Si queremos tener un corazón puro la
solución no es puri carlo en nuestras fuerzas, la solución es ir a Jesús.

(3) Solo los de corazón puro pueden tener la alegría y certeza de que podrán ver a Dios
cara a cara. “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios”.
Mateo 5:8.

2. Segunda Característica: Buena conciencia


El amor nace de una buena conciencia.

De namos lo que es una buena conciencia.

Es una buena comprensión de uno mismo, un correcto discernimiento entre el bien y el


mal en la conducta de uno mismo, un buen testimonio que da la conciencia acerca de
los propios actos individuales.

Una conciencia que juzga de acuerdo a la opinión de Dios y cumple con el propósito de
ser un indicador de la moralidad, buscando que la conducta esté exenta de ofender a
Dios. Un buen conocimiento de mi mismo y mis actos, y de quien debería ser y cómo
actuar en base a la ley moral del corazón.

Quiero poner un ejemplo de lo que signi caría un atisbo de lo que es una buena
conciencia, de un correcto conocimiento de mi mismo. Antes de entregar mi vida al
Señor, jamás había experimentado ni visto que en mi corazón había envidia. En mi
infancia mis primos tenían muchas consolas de videojuegos: Nintendo, Play Station,
computadoras. Pero yo pensaba que no tenía envidia de eso. Pero cuando entregué mi
vida al Señor a mis 17 años, saben lo que pasó: Comencé a ver que de verdad era una
persona muy envidiosa. El Señor comenzó su obra haciendo que me conozca bien a mi
mismo, y cómo era verdaderamente en mi interior. Y así lo sigue haciendo ahora. ¿Te
ha pasado?

Hay dos cosas que quiero a rmar en cuento a la conciencia:

(1) Solo el Señor puede moldear una buena conciencia. “Bendeciré a Jehová que me
aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia”. Salmo 16:7

(2) Solo el Señor puede puri car una conciencia mala. “…¿cuánto más la sangre de
Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios,
limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
Hebreos 9:14.
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3. Tercera Característica: Fe no ngida
El amor nace de una fe no ngida.

En la Biblia, la palabra “fe" puede referirse a tres cosas (tres connotaciones):

(1) El acto de creer: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo


que no se ve”. Hebreos 11:1.

(2) El Mensaje que debe ser creído, es decir, todas las enseñanzas de Jesús, su
Persona y Obra: El Evangelio. “…y por quien recibimos la gracia y el apostolado,
para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre”. Romanos
1:5.

(3) Los resultados visibles del creer en la conducta: “Primeramente doy gracias a mi
Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se
divulga por todo el mundo”. (Romanos 1:8).

Creo que Pablo aquí se re ere a dos de estas connotaciones: Al acto de creer y a los
resultados visibles de ese creer.

Una fe no ngida es una fe sincera, sin hipocresías, sin máscaras. Confía en Jesús y su
mensaje de manera sincera. Y por lo tanto, los frutos que produce son reales. Su fe es
una fe viva, una fe que muestra evidencias. “Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo
obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”. Santiago
2:18.

Hay dos cosas que quiero decir con relación a la fe:

(1) Necesitas a Jesús para tener una fe real. “Esto lo hacemos al jar la mirada en
Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe”.

(2) Necesitas la Palabra de Dios para tener una fe real. “Así que la fe es por el oír, y el
oír, por la palabra de Dios”. Romanos 10:17.

Conclusión
Al indicar el propósito de su carta y mandato a Timoteo, de proteger el mensaje del Evangelio
tal como lo dio Jesús, el Espíritu Santo, por medio de Pablo nos ha mostrado lo que debe
haber en nuestras vidas para producir el fruto del amor, y ser discípulos de verdad. Debemos
tener un corazón puro, una buena conciencia y una fe sincera. Pero hay algo más profundo y
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que quiero que se quede en lo mas hondo de nuestro ser: Necesitamos a Jesús para ser y
hacer lo que Él quiere que seamos y hagamos. Lo necesitamos con desesperación. Si
queremos ser discípulos verdaderos de Jesús, y re ejar sus características en nuestras vidas,
tenemos que estar con Jesús. Tenemos que necesitar a Jesús. Tenemos que ir a Jesús.

Cada vez que veo mi vida, mis fallas, mis culpas, mis equivocaciones, mis ídolos, mi corazón
impuro, mi conciencia que falla, mi fe que a veces le falta sinceridad, digo: Necesito más de
Jesús. Mi pregunta nal para ti es: ¿Necesitas a Jesús?

La hermosa noticia es que si vamos a Él, Él no nos echará fuera.

Oremos.
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