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AZUL TORRES GAVILÁN

7. TURISMO Y POLÍTICA. LAS DICTADURAS DEL SIGLO XX

Las grandes dictaduras europeas del siglo XX, sus funciones políticas y sociales en cuanto al turismo y
sus formas de proveerlo.
La organización del turismo y sus instituciones turísticas en:
➽ La Unión Soviética. Inturist.
➽ La Italia Fascista. ONDP (Opera Nazionale Dopo Lavoro).
➽ La Alemania Nazi. NSG KdF (Nationalsozialistische Gemeinschaft Kraft durch Freude).
➽ La España Franquista. OSED (Obra Sindical Educación y Descanso).

Con el fin de la Primera Guerra Mundial, los desplazamientos por Europa se complicaron.
Los imperios europeos como el de Rusia, Austria-Hungría y el alemán, se disgregaron y pusieron trabas
al libre movimiento.
El fin del orden mundial luego de la Gran Guerra, produjeron convulsiones sociales y políticas:
revoluciones, fin de varias monarquías, inflación, depresión económica, huelgas y movimientos sociales.

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Entre 1920’ y 1930’ surgieron Estados autoritarios, dictaduras férreas y totalitarias en todo el
continente; significando el fin modelo de democracia parlamentaria liberal y la promoción oficial de la
xenofobia, de odio al extraño, siendo los turistas un peligro y afectando al turismo.
Los estados comunista temían una «infección» ideológica por parte de los visitantes extranjeros.

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El Estado arrogó la prerrogativa de regular las formas de hacer turismo.
➔ Gran cantidad de trabas a los viajes al extranjero.
➔ Limitaron la libertad de movimientos.
➔ Impusieron una serie de normas complicadas y caras (obligación de cambio diario de divisas,
prohibiciones de pasar la frontera con determinados artículos, etc.).
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➔ Promover el turismo entre las clases menos pudientes, por propaganda o por pura convicción
ideológica.

1. ORGANIZACIÓN DEL TURISMO EN LA UNIÓN SOVIÉTICA

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Después de la Segunda Guerra Mundial y tras la muerte de Stalin(1953), los gobernantes soviéticos se
dieron cuenta de que la URSS podría beneficiarse del crecimiento del turismo internacional, política y
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económicamente.
Planificación activa del turismo:
➽ Construcción de hoteles y complejos turísticos.
➽ Mejora de los sistemas de transporte.
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Tras el ascenso al poder de Stalin, el turismo interior se convirtió en herramienta de construcción

de la identidad nacional soviética. Fue una herramienta para instruir en un sentido político-comunista y
nacional.
Personas de todas las nacionalidades y regiones de la URSS (rusos, uzbekos, kazakos, ucranianos,
bálticos, etc.) recorrían el país y contemplaban las maravillas de su Estado; “incrementando la
conciencia de pertenecer a un solo pueblo”.
Los sanatoria y las casas de reposo generalmente solo recibían a los mejores obreros o a los cargos
significados del Partido Comunista o las organizaciones del Estado. Los viajes al extranjero y las
costosas divisas eran para personas de confianza, se premiaba su servicio.

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Muchas empresas estatales o cooperativas tenían sus propios lugares de reposo, sus campamentos
u hostales de vacaciones, solo para quien cumplía ciertas horas de trabajo, de producción, o de cercanía a
al poder
El «medicalismo» y la «utilidad» de las vacaciones, en contraste con el énfasis en el ocio y el descanso
del mundo occidental, se fue acercando al capitalismo.
El Medicalismo: persona que realizaba la estancia en el balneario o la casa de reposo lo hacía en
calidad de cuasipaciente, en solitario y de forma individual.

Las familias empezaron a querer veranear juntas. Casita de verano en el campo o los arrabales de la
ciudad. Estas dachas cumplían una función económica propia: sus dueños cultivaban huertos que
suplían las carencias del mercado oficial o les servían para intercambiar por otros bienes pero eran también
el lugar de retiro y descanso de buena parte de los ciudadanos soviéticos.
Las «dachas» eran por lo general alquiladas a bajísimo precio al Estado o se trataba de terrenos que
se ocupaban de forma irregular y consentida.

A partir de la década de 1960, cuando las condiciones se relajaron y se popularizó el autostop; se

necesitaba un carnet especial y se tener que pagar a los conductores.

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El camping se convirtió en una forma masiva de pasar las vacaciones.

El turismo soviético poseía un fuerte componente de índole cultural y lo útil: visitas a museos,
monumentos y lugares donde habían vivido grandes genios de la historia o lugares de memoria de la
Segunda Guerra Mundial que apenas dejaban tiempo libre para el descanso.

2. ITALIA: TURISMO Y FASCISMO

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La OND no consiguió llegar más que a una parte pequeña de la sociedad.

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3. ALemania: eL KdF nacionalsoclattsta

El Tercer Imperio alemán (Dritter Reich) fue uno de los más destructivos y criminales regímenes de
la historia.
La Segunda Guerra Mundial fue una consecuencia directa de las actividades de la Alemania nacional
socialista para asegurarse un camino de expansión en el continente y una revancha por la derrota en la
Primera Guerra Mundial.
Esta dictadura tenía una modernización acelerada en el interior del país, ofreciendo a los ciudadanos
alemanes leales toda una serie de ventajas sociales o económicas. Conseguidas gracias a la explotación
y el expolio de los judíos robados y expulsados, y de la ocupación y el saqueo de los países vecinos.
En el terreno turístico esta destrucción se mostró desde el principio en la segregación de los judíos
alemanes:
● Prohibida la entrada en balnearios, playas y centros de recreo de todo tipo.
● Imposición de numerosas restricciones en los viajes.
● Impuestos arbitrarios y muy elevados para poder salir del país.
Promoción de un tipo especial de turismo a la población considerada «racial» y políticamente afecta al

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régimen.

Adolf Hitler llegó al poder en 1933, se destruyeron los sindicatos y fuerzas de izquierda en mayo del
mismo año, comenzó la «tercera fase de la revolución nacional» nacional socialista. Objetivo:
● Reconstruir la sociedad alemana y a los mismos individuos: nuevo hombre alemán.
El 27 de noviembre de 1933 se llevó a cabo la fundación de la Nationalsozialistische Gemeinschaft

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«Kraft durch Freude» (NSG KdF) [Sociedad Nacional-Socialista «Fuerza por la Alegría»]. Se trataba de la
mayor organización dentro del Deutscher Arbeitsfront (Frente Alemán del Trabajo), el sustituto nazi de
los sindicatos. El KdF, que tenía una amplia serie de funciones controladas por varios «Servicios» ( Ámte ),
había surgido inspirado en el Dopo lavoro fascista. Creció con gran intensidad, superando a su modelo y
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añadiendo una penetrante y poderosa propaganda que convirtió al KdF en uno de los aspectos del
régimen más populares. Los diferentes servicios del KdF tenían misiones como popularizar el deporte
entre los obreros, hacer propaganda de métodos para trabajar mejor o encargarse del ocio de los
soldados, pero el servicio que se convirtió en el más importante y que con mayor ímpetu fue propagado,
fue el «Reisen, Wandern, Urlaub» (Viajes, excursiones, vacaciones»), Y es que el KdF servía para el
descanso de los obreros en un sentido muy concreto: desde el triunfo de los nazis las horas de trabajo se
habían incrementado hasta superar las sesenta semanales.
La «Volksgemeinschaft», la «Comunidad» de los alemanes que quería crear el nacionalsocialismo, se
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suponía que debía acabar con las diferencias de clase. La destrucción de los privilegios de la burguesía se
podía alcanzar de forma más rápida, a través de la creación de una sociedad de consumo de masas
análoga a la que se desarrolló en toda Europa a partir de 1950.
Crear un sentimiento de que las clases medias y bajas podían participar de las vacaciones y el
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turismo, pertenecientes antes a las clases altas. Convencía a las masas de que el régimen se ocupaba de
ellos. La actividad del KdF se desarrolló sin problemas entre enero de 1934 y septiembre de 1939. Durante
la guerra el KdF se ocupó sobre todo de los soldados, y sus barcos fueron utilizados para el transporte
de heridos y refugiados. El 90% de esos viajes no fueron más que excursiones por un día o dos y muchas
sin pernoctación.
Los cruceros y viajes a Italia, Portugal o Noruega que fueron la actividad más explotada
políticamente por la propaganda del nacionalsocialismo y no constituían más que el 2% de los viajes.
Solo viajaban los miembros del partido nazi, empleados del partido y gente «con contactos».
Prora, en la isla de Rugen, un gigantesco complejo turístico y una piedra miliar de la arquitectura
nazi, no llegó a completarse y sus fragmentos fueron usados durante la guerra como hospitales de
campaña.
Los viajes organizados por el KdF eran baratísimos. Nunca consiguieron más del 10% de la oferta
turística total.
En resumen: la construcción de un turismo oficial por parte de los nazis fue un rotundo éxito
propagandístico, pero no sirvió para superar al sector privado, que se mostró muy dinámico en cuanto la
situación económica traída por la crisis de 1939 mejoró.

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4. Franquismo y turismo oficialista

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La Obra Sindical mantenía albergues y casas de reposo. Las instalaciones estaban divididas en
masculinas, femeninas y familiares.
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Para conseguir estancias en estos albergues había que cumplir requisitos de acreditación laboral. Un
foco enfocado en la juventud. Desde 1943 existía la Delegación Nacional del Frente de Juventudes que
intentaba encuadrar en un sentido patriótico a la juventud. A través de marchas, campamentos,
formación paramilitar y estancias en albergues, los jóvenes participaban en gran número en las
actividades del Frente de Juventudes.
En 1957 se creó la Oficina de Viajes del Sindicato Español Universitario (SEU), que organizaba viajes
para estudiantes y ofrecía alojamiento barato. Incrementar la formación cultural de los jóvenes.
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Creación en 1960 de la oficina de Turismo, Intercambio y Viajes Educativos (TIVE), dependiente de la

Delegación Nacional de Juventudes.
En general, la acción de estas y otras organizaciones tenían una función ideológica. Por medio del viaje
por España, debían aprender a amar su país y al dictador que lo regía. Los viajeros eran además
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escogidos entre las clases que habían sido menos beneficiadas por la victoria franquista en la Guerra Civil y
se encuadraban dentro de la institución social que el régimen consideraba como pilar de su sistema: la
familia.

5. Dictaduras y turismo

El uso y abuso del turismo por las dictaduras del siglo xx fracasó como modelo.
El objetivo de control sobre el turismo no se cumplió. Con viajes realizados por sus propios medios o
usando la industria privada, los ciudadanos mostraban a menudo que «se tomaban vacaciones del
Estado». La tutela estatal a través de las organizaciones consiguió ciertos efectos propagandísticos y de
adhesión a los regímenes, pero la mayoría de sus «clientes» lo único que querían era ir de vacaciones. La
ideología les interesaba bastante poco.

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