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¿De qué habla el texto de Bonano Dispositivos y Agenciamientos grupales?

El autor hace una elucidación sobre el término DISPOSITIVO.

Hace un recorrido histórico y conceptual, se propone poner en cuestión


algunos términos que tradicionalmente se utilizaron en el trabajo del
psicólogo con grupos, y en los elementos conceptuales que fueron
propuestos por diferentes autores.

El término DISPOSITIVO comenzó a utilizarse en la década del 80´ 90´ se pasó


de hablar de “los grupos” a los dispositivos grupales.

GRUPO-> ya constituido como una trascendencia o por una dimensión


teórica

GRUPAL-> como una actividad, un devenir.

En Argentina desde la década del 50´ y 60´ se vienen realizando prácticas


diversas con grupos, estas chocaron con insuficiencias tanto en las
herramientas conceptuales como en las nominaciones. Producto de las
dificultades que se presentaron en los años 80´ y 90´ en el “lazo” social, en
los canales de inserción o pertenencia social, en las formas familiares,
amistosas, en la construcción de un común y en el clima bien trastornados en
los agrupamientos.

¿Qué problema pensaban esas prácticas de intervención a través de


dispositivos grupales?
Tramitar o elaborar las alteraciones socio-históricas de un modo que fuese
inherentemente psíquico e histórico-social. AUTOCRITICA DEL AUTOR él
mismo decía en otro momento: “las prácticas grupales se despliegan en el
marco de dispositivos no terapéuticos, trabajamos sobre los modos en que el
psiquismo en el marco de dispositivos colectivos como los grupos, va
tramitando la inscripción y resignificación de traumas históricos”

Lo cuestionable de esto es que se pensaban lo psíquico y lo social como


separados.

La cuestión que aquí venimos a revisar es la potencia relativa de las diversas


líneas de conceptualización respecto a los dispositivos grupales de todo tipo.

Por otro lado, también se pensaba al grupo empírico ese que estaba formado
por lo social, lo cultural, lo político (podríamos decir el grupo en la realidad) y
el grupo como objeto teórico o dispositivo metodológico artificial que
permite construir un modelo teórico.

Pero para esto necesitamos partir de UNIVERSALES (sujeto, vinculo, etc) que
expliquen los términos empíricos. Y esto va en contra de lo planteado por
Castoriadis por ejemplo, pienso yo que habría que tener una definición del
lazo, del sujeto, del vínculo. Pero desde esta perspectiva no podemos
pensarlo así porque todos esos son procesos singulares inmanentes a un
dispositivo (se dan en un dispositivo particular). Bonano dice no es
pertienente la distinción empírico/modelo porque un dispositivo como lo
entiende Foucault no es un artificio tecnológico. (A ver en criollo, yo entiendo
lo siguiente: no podemos estudiar primero en abstracto a los grupos, como
funcionan, como se componen, los sucesos en su interior y después con esta
abstracción armar una intervención en un grupo X)

DIFERENCIA ENTRE CAMPO DE INTERVENCIÓN Y CAMPO DE ANÁLISIS


Proviene de los autores del análisis institucional y no obedece a que de un
lado se ubica un recorte metodológico y del otro uno conceptual (como se
planteó anteriormente).

Campo de intervención: lo que singulariza un campo de intervención no son


los datos que se recogen ahí sino el conjunto de hechos y en tanto tales
producidos también por actividades del pensamiento o la concepción.

Campo de análisis: circunscriben a la más amplia variedad y diversidad de


herramientas conceptuales que se utilicen.

Hoy sabemos que la singularidad no está solo del lado del campo de
operaciones, sino que es inherente al dispositivo.

SINGULARIDAD según Deleuzze por singularidad no es necesario entender


algo que se opone a lo universal. Sino un elemento que puede ser
prolongado hasta la contigüidad con otro, de manera que se obtenga una
conexión. Dispositivo indica una emisión y una distribución de
singularidades… la función de singularidad reemplaza a la de universalidad.

DISPOSITIVOS (SABER, PODER, SUBJETIVIDAD)

Ahora se mete a hablar de la cuestión especifica de los dispositivos. La


noción de dispositivo es según el podcast una “bolsa de gatos” y es verdad
a mí me paso que cuando empecé a leer no lograba entenderlo por todas
esas ideas previas que tenia de un dispositivo. Lo que primero me sirvió
pensar es que hay que hacer una distinción entre los dispositivos como los
entiende Foucault y los dispositivos tecnológicos que serían esas
herramientas con las que cuenta el psicólogo para su trabajo, por ejemplo,
hice un dispositivo para trabajar las emociones en un jardín de infantes,
hice un dispositivo para trabajar el embarazo adolescente en tal CAPS…

Entonces el texto de Deleuzze de la unidad 1 ya habla de dispositivos ¿qué es


un dispositivo? Y da toda una explicación tomando a Foucault y haciendo sus
aportes.

La noción de “dispositivos” fue provista por Michel Foucault. “… un


dispositivo es un conjunto resueltamente heterogéneo”. Esta noción post-
estructuralista permite pensar aquellos conjuntos en los que se enredan y
acoplan distintas hebras, componente o líneas -ya veremos a qué aluden
estos términos- y en tanto es así permiten salir del cepo que imponían las
remisiones teóricas a los sistemas homogéneos, ese núcleo del
estructuralismo, siempre y cuando aquella noción se la aprehenda en su
cabal dimensión.

Dispositivo: tal como lo entiende y propone Michel Foucault no es un


artificio tecnológico sino la forma misma de las efectuaciones de lo real, que
incluye en sí los posibles de lo virtual. (PARA ENTENDER ESTO VER TEORICO).

Bonano dice que tiene la impresión de que se reduce el dispositivo a sus


aspectos instrumentales, bajo una cierta asimilación a un aparejo
tecnológico. Que hay un empobrecimiento y banalización del término.

PUNTOS QUE YO VOY CONSIDERANDO IMPORTANTES DE LO QUE SIGUE


PRIMERO: es un error pensar los dispositivos como algo rígido o estático. Al
contrario, si nos remitimos a la definición de Foucault, las líneas que
componen el dispositivo siguen direcciones diferentes y forman procesos
siempre en desequilibrio.

Tal vez una exploración renovada de los dispositivos según Foucault nos
permita orientarnos con mayor claridad. Justamente, el régimen de luz
singular, que determina lo visible de cada dispositivo es una de las instancias,
líneas o dimensiones del dispositivo, en la medida que este: “es una especie
de ovillo o madeja, un conjunto multilineal. Está compuesto de líneas de
diferente naturaleza y esas líneas del dispositivo no abarcan ni rodean
sistemas, cada uno de los cuales sería homogéneo por su cuenta (el objeto, el
sujeto, el lenguaje), sino que siguen direcciones diferentes, forman procesos
siempre en desequilibrio…”1

SABER

¿Cuáles son esas líneas, esas dimensiones o componentes?

Las líneas de visibilidad, que no consiste en una luz que emerge de los
objetos, sino en un régimen que al distribuir lo invisible y lo visible, los hace
nacer o los deja ya no en la oscuridad, sino fuera de registro.

Esas líneas de visibilidad se entrelazan con las de producción de enunciados,


que lejos de lo que usualmente se cree no son ni palabras ni proposiciones ya
emitidos, sino algo a producir, sobre un corpus que se debe recopilar. Estas
dos líneas son los componentes del saber. Así entendido, en el saber hay
captura mutua entre esas dos formas (lo visible y lo enunciable), que son

1
heterogéneas y no comunicantes, pero que entre ellas pasa una falla o
abertura.

Las dimensiones que componen los dispositivos, entonces, afirman líneas


de variación continua. Y esto acopla de un modo ajustado con la concepción
de los procesos de subjetivación como alteración constante. De este modo
puede salvarse, al menos en parte, uno de las molestas y pesadas cargas
que ha dejado cierta recepción y difusión del pensamiento de C.Castoriadis,
cuando se entiende a lo ‘instituido’ como algo inerte e inmóvil y
consecuentemente se concibe a, lo ‘instituyente’ como su opuesto, móvil y
novedoso. Nos resta aún producir una diferenciación más clara entre esa
idea de lo instituido inerte y la distinción, ya dentro de los dispositivos,
entre las líneas de estratificación/sedimentación y las de creatividad y
actualización.

Poder

Otro de los componentes de este conjunto multilineal, tiene el nombre de


Michel Foucault, en tanto pareciera ser su aporte singular en el paisaje
filosófico del siglo XX: el poder.

…el poder no es un fenómeno de dominación masiva y homogénea de un


individuo sobre los otros, de un grupo sobre otros, de una clase sobre otras; el
poder contemplado desde cerca no es algo dividido entre quienes lo poseen y
los que no lo tienen y lo soportan. El poder tiene que ser analizado como algo
que no funciona sino en cadena. No está nunca localizado aquí o allá, no está
nunca en manos de algunos. El poder funciona, se ejercita a través de una
organización reticular. Y en sus redes circulan los individuos quienes están
siempre en situaciones de sufrir o ejercitar ese poder, no son nunca el blanco
inerte o consistente del poder ni son siempre los elementos de conexión. El
poder transita transversalmente, no está quieto en los individuos. 2

Hay usos en los que se empobrece y simplifica la noción, en tanto se sigue


concibiendo al poder –acaso con P mayúscula- como algo que se ejerce
despóticamente desde un lugar hacia los otros, ante el cual apenas caben la
queja o el reproche, quizá la resistencia, pero entendida de un modo que
conlleva la impotencia; en esta modalidad se confunde relaciones de poder
con dominación. La concepción de la cosa como relaciones de poder (en
tanto cualquier tipo de relación en la que uno intenta dirigir la conducta del
otro, relaciones móviles, reversibles, inestables que no pueden existir más
que en la medida en que los sujetos son libres) es la que habilita la potencia
que puede ejercerse desde aquellos puntos móviles y dispersos, que se
mueven sobre líneas de fuga inmanentes al dispositivo. En su
entrelazamiento con las otras dimensiones las líneas de fuerza, propias de las
relaciones de poder, son ‘flechas que no cesan de penetrar en las cosas y las
palabras’ y que pasan por todos los lugares de un dispositivo.

Subjetivación

Los procesos de subjetivación es el otro de los componentes o líneas


inmanentes que entrelazadas forman esos ‘procesos en desequilibrio’; están
conectados con las líneas de fuga, tal vez discurren sobre ellas o se
confunden con ellas. No son algo que sucede en un dispositivo, algo que deba
ser aportado desde una dimensión suplementaria desde el ‘exterior’. Las
líneas de subjetivación constituyen aquello que no deja que los dispositivos
2
queden cerrados en líneas de fuerza infranqueables dado que permiten
‘cruzar la línea, pasar al otro lado’.

Un rasgo relevante consiste en que la subjetivación sucede cuando la fuerza,


en lugar de entrar en relación lineal con otra, se vuelve sobre sí misma, se
afecta a sí; esta dimensión del sí mismo no es algo que ya esté hecho, sino a
producir; de allí la nominación producción de subjetividad. Los últimos años
de la reflexión de Foucault 3 estuvieron dedicados a la “inquietud de sí”, a las
reglas facultativas de la dominación de uno mismo, tales que constituyan una
subjetivación autónoma. Tal vez otros esfuerzos del pensar, como los de
C.Castoriadis respecto de la subjetividad reflexiva y deliberante en el
proyecto de autonomía, conecten con la proposición foucaultiana, solo que
en ésta la subjetivación no se plantea centrada ni reducida a la elucidación de
las significaciones imaginario-sociales, sino concierne al devenir de un
viviente. Todo dispositivo en que la subjetividad esté en juego concierne a lo
viviente, y en tanto tal se trata de cuerpos afectados y de los diagramas y
cartografías que las subjetividades actuantes van trazando en sus
experimentaciones.

En la trascripción de la noción de dispositivo realizada por Deleuze, en los


dispositivos se despliegan tanto líneas de estratificación que consolidan
sedimentos, como líneas de creatividad o actualización. En cada dispositivo
hay que discernir las líneas de fisura y de fractura que afectan a los saberes y
los poderes. Hay entonces, tanto estratos como actualidad; las líneas de
subjetivación son capaces de trazar caminos de creación hasta llegar a la
ruptura del antiguo dispositivo, pues justamente son ellas las que vehiculizan

3
las fisuras y las fracturas y aquello que sin ser una relación indica las fallas o
aberturas que conectan y atraviesan las líneas de la madeja hasta topar con
sus bordes.

Cabe tomar en cuenta que lo nuevo en este esquema es lo actual, lo que


vamos siendo; entonces cabe distinguir lo que (ya no) somos y lo que
estamos siendo. Lo actual es lo otro con lo cual ya no coincidimos. Si
tomamos el esquema de los regímenes de gubernamentalidad, y enfocamos
el paisaje contemporáneo de subjetivaciones, lo disciplinario es la historia de
lo que poco a poco dejamos de ser, mientras vamos siendo en disposiciones
de control abierto y continuo, lo que es un claro ejemplo de las variaciones
continuas de las subjetivaciones en los dispositivos que las producen.

Problemas bien actuales

¿Cuáles son las relaciones entre los procesos de subjetivación y las


operaciones de intervención?, ¿es la intervención la que produce
subjetivaciones creadoras, esas que permiten ‘pasar al otro lado’, franquear
un límite o borde?; con ajuste a los conceptos aquí revisados ¿se pueden
proponer dispositivos “de intervención”?

Ya fue dicho que lo que importa son los procesos de subjetivación, en los
que emerge una alteración fuerte, un devenir. Pero ese proceso de
subjetivación ¿es algo que la operación de intervención (si no lo produce) al
menos lo introduce, lo induce? En ciertos momentos, nuestro fluctuante
ejercicio de coordinación se inclinó hacia ese sesgo.

EXPERIMENTACIÓN: El problema es serio, porque no se trata de una


investigación desde afuera de lo que los agrupamientos de todo tipo hacen y
pueden, si no de lo que hacemos, bajo el modo de la experimentación, los
que componemos un… ¿reagrupamiento?, incluidos los que intentamos
esquivar situarnos como coordinadores desde cualquier orden trascendente,
como es el caso bien conocido del ‘profesional experto’. Si bien ejercemos un
rol designado llamado “coordinador”, ello de por sí no resuelve ni el
posicionamiento subjetivo, tan diverso de un lugar asignado en una
estructura, ni los interrogantes sobre qué función (¿mutantemente?)
ejercemos.

FUNCIÓN DEL COORDINADOR: Desde el seno mismo del Psicoanálisis de los


grupos surge la proposición de la función interpretante que circula es
propiedad de cualquiera que capte y enuncie algo de la fantasmática en
juego. Ya Enrique Pichon Rivière con sus nociones de portavoz y chivo había
arrimado a esta cuestión. Otra proposición que jugó en esto provino una vez
más de la corriente del Análisis Institucional (aunque parece que el creador
del concepto es Guattari); se trata de la noción de analizador, y que
contribuyó aún más a descentrar del analista la tarea o función de analizar, al
punto tal que se podría hablar de un ‘análisis sin sujeto’ si son los
analizadores -naturales o construidos- los que analizan. En todo caso un
analista institucional o un coordinador de grupos puede puntuar, subrayar o
enfatizar algo que asoma para que ese posible analizador no se diluya.

INTERVENCIÓN: Otro término problemático: “intervención”. Si se trata de


una intervención institucional, el que la ejerce ¿se nombra ‘interventor’…?.
No sólo que suena feo, sino que es un término que ofrece de un lado algunas
ventajas, pues permite en su plural ‘intervenciones’ albergar un conjunto
variado de operaciones (puntuar, señalar, insistir, enfatizar, etc.) que no se
centran ni reducen a la tradicional interpretación; pero por otro lado corre el
riesgo de indicar (como lo muestran sus sinónimos ‘intrusión e ´intromisión’)
que es algo que se hace desde un afuera hacia un adentro.

ESTRATEGIA: Nos proponemos elucidar el ‘lugar y función' de aquello que


Michel Foucault denominó estrategia. Recordemos que, en su definición,
Foucault afirmaba: por dispositivo, entiendo una especie -digamos- de
formación que tuvo por función mayor responder a una urgencia en un
determinado momento. El dispositivo tiene pues una función estratégica
dominante....

Nuestras formulaciones de los ’90 proponían así la cuestión:

Por eso era un dispositivo: un conjunto heterogéneo que encuentra su


consistencia en un eje estratégico: lo que al principio llamamos análisis de las
implicaciones y luego se transformó en la elucidación de las mismas. Hoy, a
ese vector lo llamamos destitución de subjetividades instituidas

Cabe entonces explorar una cuestión nada menor: ¿el eje estratégico es el
que otorga consistencia a esa multiplicidad que es todo dispositivo?, ¿es el
que abrocha -por decirlo de algún modo- a las líneas o dimensiones que lo
componen? Conviene conectar este vector de la estrategia con la perspectiva
de los dispositivos de intervención. En el dispositivo psicoanalítico, por
ejemplo, ¿el analista es quien lleva adelante una estrategia vinculada a la
dirección de la cura? En los dispositivos que por tanto tiempo llamamos
‘grupales’, la estrategia ¿es del coordinador, aunque no haya sido diseñada
en un antes previo a su composición con los integrantes del agrupamiento
en el devenir grupal? Que el dispositivo tenga ‘una función estratégica
dominante’ y que esto esté conectado indudablemente con la dimensión de
las relaciones de fuerza, debería llevarnos (a los analistas, ‘intervinientes’,
coordinadores) a la más extrema prudencia en adjudicarnos esa función.

En su momento bautizamos a nuestro dispositivo singular “grupo reflexivo”,


en tanto centrado en la elucidación o análisis de las significaciones; luego
cambiamos su eje estratégico, sin cambiarle la nominación ni en el eje
‘reflexivo’ ni el sustantivo de partida: ‘grupo’.

Entonces, ¿dispositivos analizadores?, el análisis no es vector único y menos


dominante; ¿dispositivos de intervención?: ya presentamos los
inconvenientes de ese término.

Cuando ya no se implementa ‘una totalización interpretativa trascendente,


que lleva a reconocer siempre lo que ya ocurre’, sino el estar sensible al
‘deslizamiento de una organización de signos a otra’, cuando sí se trata de
‘extraer del caos pero bajo formas de un discernimiento inmanente’ estamos
ante la clínica en tanto ‘evaluación de un devenir’. Deleuze. ¿Serán los
nuestros, entonces, dispositivos clínicos?

Dispositivos tecnológicos: armados frente a demandas específicas, pero


incluye algunas disposiciones para intervenir alguna problemática. Ejemplo
Barriletes en bandada de Ulloa ahí hay un dispositivo clínico frente a una
urgencia particular.

Cómo se leen los efectos de los dispositivos: un modo de lectura que rodea
sin decir, A M Fernandéz. Hay un modo de lectura que no dice.

EVALUACIÓN DE UN DEVENIR INMANENTE ->


Inmanencia

Trascendencia

Permiten problematizar como nos pensamos en dispositivos y en


situaciones. Pensar en trascendencia, por fuera de la situación, en tercera
persona, es lo que armo la ciencia.

En inmanencia es problematizar la exterioridad, la visión desde afuera y


pensar lo que desde ahí se produce y nos produce. Nos alejamos del
despliegue de lo evolutivo. Nos centramos en lo emergente, en la
generación del agenciamiento. AGAMBEN El dispositivo captura, ordena,
determina, organiza, modela conductas, modos de ser, modos de percibir.
¿Cómo operar con eso?

No todo está atrapado por el dispositivo, que no exista para nosotros no


quiere decir que no existan, no están producidas por el dispositivo. Líneas
de fractura.

La sensación corporal es el pliegue entre lo trascendente y lo inmanente.

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