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Contenidos:

Dar el paso
Este libro
Mi visión
Los pros y los contras
Encontrando tu lugar en el mundo del tarot
Tu marca personal
El comienzo: mejorando tu destreza en la lectura
Es cuestión de práctica
Los bloqueos a la hora de leer las cartas
Buscando un lugar para trabajar
En el propio domicilio
En una oficina propia
En un local ajeno
En un establecimiento público
En el domicilio del cliente
Dando forma a tu espacio de trabajo
El lugar del tarotista
El lugar del consultante
La sala de espera
Lo que necesitas tener en tu consulta
La consulta del tarot
Una consulta típica
Barajas
Complementando la consulta
Recomendaciones para el trato personal
Tarot a distancia
Tarot telefónico
Tarot a través de Internet
Ventajas e inconvenientes
El dinero
Cuánto cobrar y cómo
Tarifas variables, descuentos y subidas de precio
Trabajo, descanso y limpieza energética
Protección psíquica
Técnicas de autoprotección y limpieza energética
Da a conocer tu negocio
El retorno de la inversión
Medios publicitarios tradicionales
Comunicación y publicidad a través de Internet
Formas imaginativas de publicitar tu trabajo
El arte de aconsejar
Buscando soluciones
Mecanismos de defensa psicológica
Recursos
Los clientes
Los clientes problemáticos
Como tratar a los clientes difíciles
Conclusión
Algunos problemas psicoemocionales comunes
La ansiedad
La depresión
El maltrato emocional
Trastorno bipolar
Trastornos obsesivo-compulsivos
Adicciones
Números y leyes
Los gastos
Los ingresos
Llevando las cuentas
Las ganancias
Situación legal
Ética profesional
Lo primero: no dañar
Respeto
No atemorizar innecesariamente
Autonomía personal
Honestidad
Confidencialidad
Límites
Aprendizaje continuo
Imagen de la profesión
Cómo desarrollar la intuición
La sincronicidad
Activando el chakra de la intuición
Soñando con las cartas
Cómo mejorar tu capacidad imaginativa
Hablando con las cartas
Las cartas y el cuerpo
Crear cuentos con las cartas
Más ideas
Conclusión
Bibliografía
Notas
Tarot profesional
Octavio Déniz

Tarot profesional © por Octavio Déniz, 2016.

Ilustraciones de portada © por Octavio Déniz y Freepik.com.

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta obra


puede ser reproducida, incluso en Internet, sin permiso escrito del
propietario del copyright, excepto en el caso de citas breves y en
la crítica de libros.

Primera Edición, mayo de 2016.

www.octaviodeniz.com
laCantonera

Con gratitud, para Cristina.


Dar el paso
Déjame adivinar algo: te gusta el tarot, seguramente has
practicado algo con las cartas y has leído bastante sobre el tema.
Quizás algunas personas de tu entorno te han pedido una lectura
y han acabado diciendo que lo haces bien, que aciertas con tus
interpretaciones. Así que te preguntas ¿por qué no me dedico
profesionalmente al mundo del tarot?
Adivinar todo esto no es tarea difícil, dado que estás leyendo
este libro. Ahora bien, entre la pregunta y la acción, entre el
querer hacer una carrera en el mundo del tarot y efectivamente
comenzarla, suele hacer un enorme abismo que pocas personas
se atreven a cruzar.
Ciertamente, ese paso desde la afición a la profesionalidad es
un movimiento que resulta difícil para casi todo el mundo. Al fin y
al cabo, ¿cómo sabemos que valemos para algo? Y aún en el
caso de que tengamos buenas críticas por parte de amigos y
familiares, ¿se trata de una opinión objetiva que pueda ser tenida
en cuenta?
Es más, en una actividad como el tarot, donde las certezas son
tan difíciles de obtener, ¿quién nos dice que no estamos llevando
al consultante por el camino equivocado con nuestras
interpretaciones? Porque una cosa es hacer una lectura entre
amigos, en un espacio distendido y relajado, pero ¿acaso
estamos preparados para aconsejar a una persona en crisis?
Déjame decirte que si lo que estás buscando es tener la
certeza de que vas a hacer las cosas siempre bien, si esto es lo
que te frena a la hora de dedicarte plenamente al mundo del
tarot, vas a tener dificultades para lanzarte a echar las cartas.
Pero no sólo vas a tener problemas con el tarot. Vas a tener
problemas con casi todo, porque no hay actividad humana que
esté libre de error.
La cuestión entonces no es pretender ser perfectos, que es un
objetivo imposible, sino intentar que los errores que se cometan
sean de la menor entidad posible.
La mejor manera de reducir los errores y de mejorar las
interpretaciones consiste en practicar y practicar, en estudiar
mucho, pero sobre todo, en lanzarse a la experiencia.
He comprobado muchas veces que los seres humanos sólo
desarrollamos plenamente nuestro potencial cuando nos
arriesgamos, cuando decidimos dar un paso hacia lo
desconocido. En realidad tienes muchos más recursos de los que
crees, pero estos recursos estarán dormidos a menos que decidas
despertarlos.
Sólo cuando te sientas frente a una persona y sientes sus
dificultades es cuando te das cuenta de que quizás tú ya pasaste
por esa experiencia. Ves que lo que aflige a los otros tiene
solución, y a veces tú conoces esa solución. O quizás puedes
orientar a la persona hacia alguien que sabes que la tiene.
Cuando te sientas frente a una persona que espera tu lectura de
las cartas, entiendes que nadie está esperando a que te
equivoques, sino que el deseo del consultante es que aciertes, y
sobre todo, que le aconsejes bien y le des aliento.
Nadie tiene todas las respuestas y todos somos aprendices en
esta experiencia que es la vida. Así que ¿por qué no soñar? ¿Por
qué no creer que quizás con algo de esfuerzo y mucha ilusión,
puedas comenzar una carrera profesional con las cartas?
Si te gusta el tarot, si has practicado un poco, si quieres hacer
una carrera ayudando a otras personas, si quieres mejorar tu
economía, y sobre todo, si quieres sentirte mejor compartiendo lo
que sabes, seguramente tengas un espacio en el mundo del tarot.
¿A qué estás esperando para iniciar el camino?
Este libro
Este es un libro dedicado a todas aquellas personas que aman
el tarot y están decididas a hacer del manejo de las cartas su
profesión. También puede ser apropiado para aquellos que,
siendo ya profesionales, desean descubrir nuevas ideas o
consejos que mejoren su práctica cotidiana.
Para los propósitos de esta obra, definiremos como
"profesional del tarot" a aquella persona que realiza lecturas de
las cartas a clientes a cambio de dinero. Esta dedicación puede
ser en jornada completa o a tiempo parcial. Se puede realizar de
manera cotidiana o estacional, y puede implicar compartir el
tiempo con otras actividades profesionales.
Por tanto, un profesional del tarot no es una persona que sólo
lee las cartas a amigos y familiares, ni tampoco aquel que realiza
sus lecturas de manera gratuita. Echar las cartas de manera
cotidiana requiere una gran inversión de tiempo y energía, y es
poco probable que alguien decida realizar esos esfuerzos durante
un período prolongado si no es a cambio de cierta recompensa
económica.
De todos modos, si la forma en que lees o entiendes el tarot no
se ajusta a lo que se ha indicado anteriormente y aun así te
sientes un profesional de las cartas, te invito a continuar con la
lectura. Quizá esta obra te ayude a revisar algunas de tus ideas,
o quizá te mantenga firme en tu posición, lo cual es respetable.
Para la mayoría de las personas, ser profesional, trabajar en
algo, tiene que ver con emplear tiempo y esfuerzo en ganar
dinero. Esta es una buena motivación, pero tiene que ir unida a
algo que es esencial, y es el deseo de ayudar a tus clientes a
través de las respuestas del tarot. Un trabajo que está orientado a
las personas requiere la motivación de ser útil y nos obliga a tener
las herramientas adecuadas para conseguir ese propósito.
Este libro no está dedicado a conocer las cartas del tarot ni su
significado. No hablaremos aquí de tiradas o de cómo interpretar
un naipe en una determinada posición. Afortunadamente existen
muchas obras en el mercado que se ocupan de esas cuestiones
básicas, obras que hacen una buena labor de aprendizaje y
difusión para todos aquellos que quieren iniciarse en el mundo de
las cartas.
Para hacer buen uso de este manual, doy por supuesto que
conoces los aspectos básicos del tarot, es decir, los significados
de las cartas y cómo realizar tiradas e interpretarlas[1].
Como se ha dicho, hay muchos títulos que enseñan a
interpretar las cartas, pero pocos libros te hablan acerca de cómo
llevar una consulta del tarot, qué opciones tienes a la hora de
buscar un lugar donde trabajar, cómo hacer publicidad de tus
servicios, como trabajar con clientes a través de internet o qué
hacer con aquellas personas que presentan problemas
psicoemocionales. Ése es el hueco que esta obra pretende llenar.
Si estás pensando seriamente en convertirte en un profesional
de las cartas, seguramente habrás hecho diversas lecturas para
tus seres queridos, y probablemente también para algunos
desconocidos. Quizás manejes más de una baraja y tengas en tu
biblioteca unos cuantos libros sobre el tarot. No dudo que habrás
probado diversas tiradas y tendrás algún dominio a la hora de
realizar alguna de ellas. Estas bases son esenciales para poder
dar el salto a la profesionalidad.
Por supuesto, esto no quiere decir que para comenzar a
trabajar con las cartas haya que tener unos conocimientos
enciclopédicos sobre el tarot, porque casi nadie los tiene. Todos
estamos aprendiendo, y tú también aprenderás un poco cada día
a medida que trabajes con tus naipes.
De hecho, será la práctica cotidiana, el encuentro con los
clientes, lo que te dará el conocimiento necesario para ser un
buen profesional del tarot. Pero para poder enfrentarte a una
consulta será necesario que tengas una cierta soltura no sólo a la
hora de trabajar con las cartas, sino en el trato con los clientes.
A través de este libro te daré muchas sugerencias para que
puedas mejorar en todos estos aspectos. Pero espero darte aún
más: claves y trucos para que tu práctica profesional, inicial o
avanzada, sea más provechosa y más sana para ti. Porque en
este mundo del tarot, como en todo, lo difícil no es llegar, sino
mantenerse durante mucho tiempo.
Pero antes de entrar en materia, quiero que conozcas un poco
más cómo pienso, puesto que este libro está matizado por mis
propias ideas; ideas que puedes aceptar o no, pero que debes
conocer, puesto que no surgen del vacío, sino de la experiencia
práctica y de mi propia indagación sobre las cartas y el ser
humano.
Mi visión
Soy de la opinión de que la objetividad no existe. Ningún
libro se escribe desde un lugar neutral, sino que está impregnado
de las creencias y las vivencias del autor. Esta obra no es una
excepción.
No pretendo por tanto que tú, lector, comulgues con todas mis
ideas, ni que las aceptes sin crítica. Antes al contrario, espero que
pongas a prueba todo lo que se expone en este y en todos mis
libros, y que rechaces aquello que no se adapte a tu forma de ser.
Pero también espero que sepas aceptar e incorporar como propio
aquello que resulte ser útil para ti.
Para que esta obra sea un ejercicio honesto, voy a intentar
sintetizar mis ideas actuales acerca del tarot, que no son otra cosa
que una extensión de cómo veo la vida.
En primer lugar, yo no creo en un destino prefijado e
inmutable. Creo más bien que el "destino" es un concepto
flexible, que depende en gran medida de lo que nosotros estemos
dispuestos a hacer para conducir nuestra vida en una dirección u
otra. Lo que seremos mañana depende de nuestras decisiones de
hoy, que son el producto de nuestra experiencia pasada y de
nuestra conciencia presente.
Esto no quiere decir que no existan ciertos acontecimientos
vitales más o menos inevitables en nuestra vida. Hay ciertas crisis
y ciertos acontecimientos gozosos de los cuales es muy difícil
escapar. El paso de la niñez a la adolescencia, o de ésta a la
madurez es un hecho que todos debemos afrontar; así como la
entrada en la edad anciana y el ineludible encuentro con la
muerte. También la pérdida de los seres queridos, el encuentro
con el amor o la vivencia de la sexualidad, son hechos que van a
marcar nuestra vida de un modo u otro.
Ahora bien, todos estos hechos más o menos inevitables, que
muchos confunden con el destino, no son otra cosa que etapas en
el camino de la evolución humana. Etapas que podemos vivir de
un modo u otro, según sea nuestro nivel de evolución mental y
espiritual.
Si vivir el amor es algo ineludible, no lo es la forma en que
vivimos ese amor. ¿Vamos a reproducir algunos esquemas
negativos que hemos incorporado en nuestra infancia, o vamos a
intentar tener relaciones maduras y positivas con los seres que
amamos? Esta es la diferencia entre llevar el timón de nuestra vida
o ser arrastrados por las corrientes del mar.
Porque quien decide gobernar su propia nave, maneja las
situaciones y tiene las riendas del destino; pero quien decide
aceptar que la vida le lleve de un lado a otro sin reaccionar ni
aprender de las experiencias, acaba siendo engullido por la
primera tormenta que se le presente.
Creo que el tarot es una herramienta simbólica que conecta
con nuestro ser más profundo en dos direcciones. Empujando
hacia abajo, nos lleva a hundir las raíces en nuestro mundo
inconsciente y desconocido. Volando hacia lo alto, nos permite
sentir la conexión con nuestro ser superior o alma. Es por tanto el
tarot, un diccionario de símbolos que puede ser leído de muchas
maneras, y por este motivo, no existe una única forma de
entenderlo y sentirlo. No hay una única forma de interpretarlo.
No creo que haya por tanto una verdad única en torno a las
cartas y dudo de todos aquellos que pretenden imponerla. Lo que
las cartas nos muestran es un caleidoscopio de posibilidades.
Tampoco creo en ciertas supersticiones en torno a las cartas.
Por ejemplo, no hay ningún peligro en leer las cartas para uno
mismo, ni en tocarlas con la mano equivocada, ni en cruzar las
piernas en una tirada, etcétera. El único peligro es creer que esas
cosas son peligrosas.
No creo en dogmas. Pero sí en aquello que he visto y he
comprobado por mí mismo. Y de eso trata este libro, de lo que
conozco a través de mi experiencia con el tarot: una historia de
amor y curiosidad que se remonta a más de treinta años en el
momento de escribir estas líneas.
Creo que las cartas son excelentes consejeras. Por eso, tengo
una visión "psicológica", más orientada hacia el desarrollo
personal, que puramente mágica de las cartas. En este libro verás
un amplio reflejo de esta orientación.
Entiendo que un profesional del tarot no es un mero lector de
cartas, desinteresado de los problemas de las personas y sólo
implicado en cobrar por hacer tirada tras tirada. Creo que cada
persona que trabaja con seres humanos tiene una responsabilidad
hacia ellos, que es la de proporcionarles herramientas para su
desarrollo: respuestas, consejos, orientación y estímulo positivo.
Si tu visión es radicalmente diferente de la mía, lo respeto.
Pero espero que a través de este libro veas que existen otras
posibilidades, otras formas de trabajar que quizás también te
sean de utilidad.
Los pros y los contras
Convertirse en profesional del tarot tiene aspectos positivos y
negativos que conviene valorar con antelación. Entre los aspectos
positivos más importantes podemos citar los siguientes:

Ser un profesional del tarot te permite trabajar en algo que te


gusta y ganar dinero con ello. Si estás leyendo este libro es
porque te gusta el tarot, porque disfrutas con las cartas y
porque estás valorando la posibilidad de obtener un
beneficio de tu afición. Si este es tu caso, créeme: no hay
nada más gratificante que levantarte por la mañana sabiendo
que durante la jornada vas a hacer algo que te proporciona
felicidad y que te permite mejorar tu economía.
Tienes la oportunidad de ayudar a otras personas a
conocerse mejor, a explorar sus potencialidades y a
solucionar sus conflictos. La satisfacción de saber que has
ayudado a alguien es algo que sólo conocen aquellos que
trabajan en sectores como el tarot u otras disciplinas
relacionadas con el desarrollo personal.
Dictas tus propias normas. En otras palabras, eres libre y no
tienes que obedecer órdenes ni seguir otros criterios que los
tuyos. Tú decides tus normas, tus estándares éticos, decides lo
que te apetece hacer y lo que no, lo que aceptas y lo que
rechazas.
Puedes gestionar tu tiempo, de manera que sea compatible
con tu situación vital presente. Si lo deseas, puedes trabajar
de lunes a viernes en horario de oficina, o puedes hacerlo a
media jornada, compatibilizando el tarot con otro trabajo
que ocupe el resto de tu día laboral. Es posible que quieras
trabajar a últimas horas del día, cuando tus clientes salen de
su trabajo, o sólo en fines de semana. Puedes conciliar tu
trabajo con la crianza de tus hijos, o con el cuidado de algún
familiar. Además, tomas tus vacaciones cuando quieras, o
eliges los días de la semana que quieres descansar. Tú
decides.

Pero no todo es de color de rosa en el mundo del tarot. Así


que también hay varios aspectos menos positivos a tener en
cuenta:

Hay algo que sólo se descubre con el tiempo, y es que una


cosa es disfrutar con el tarot realizando unas pocas tiradas
esporádicas, y otra muy distinta trabajar día a día con las
cartas ante el público. Si intentas abarcar demasiado, no te
sorprendas si en muchos momentos acabas odiando al tarot.
Por eso, los períodos de descanso son necesarios.
Ayudar a personas en crisis puede ser gratificante, pero no
es un trabajo apto para cualquiera. Tienes que aprender a
entender el sufrimiento, pero también a separar tu vida de los
problemas ajenos. Si estás demasiado cerca, acabarás
llevándote todo el dolor de los demás a tu hogar. En cambio,
si intentas situarte en una posición demasiado alejada,
acabarás convirtiéndote en una persona cínica y
deshumanizada. Estar entre ambos extremos es un arte que
sólo se domina con la experiencia.
Ser tu propio jefe es estupendo, pero también significa
presión. Cuando las cosas van mal, no hay nadie a quien
echar la culpa excepto a uno mismo. No todas las personas
están preparadas para trabajar por cuenta propia, y no son
pocos los que necesitan tener a alguien que tutele y dirija su
trabajo. Psicológicamente es muy duro ser tu propio jefe
cuando hay dificultades.
Por si fuera poco, deberás aprender a realizar muchas tareas
para sacar adelante tu actividad. Tienes que atender
llamadas de clientes potenciales, aprender algo de
publicidad y moverte en los mundos de Internet y las redes
sociales. Debes llevar tu contabilidad, mantener el contacto
con tu gestor o con tu banco y al final de la jornada, aún te
queda recoger tu consulta, pasar la fregona y limpiar el
baño. En un trabajo por cuenta ajena, tienes una tarea
concreta que se acaba al finalizar tu jornada laboral, pero
cuando trabajas para ti, tienes que saber hacer mil tareas y
las jornadas de trabajo se estiran hasta el infinito y más allá.

No hay que llevarse a engaño, trabajar con personas es duro


y hermoso a la vez. Las recompensas son grandes, pero el
desgaste puede ser también importante. Afortunadamente, hay
remedios para compensar este desgaste y existen muchas formas
de simplificar el trabajo y cometer la menor cantidad de errores
posible. Para eso está este libro.
Encontrando tu lugar en el
mundo del tarot
La mayor trampa en la que puedes caer en el comienzo de tu
actividad consiste en creer que quizás no haya un espacio para ti
en el mundo de Tarot. Nada hay más falso que eso, pues tú eres
un ser único y nadie puede ofrecer lo que tú tienes.
Por supuesto, tu forma de ser y tu estilo de trabajo atraerá a
algunos clientes y alejará a otros. Cuenta con ello, ya que es
imposible gustar a todos ni satisfacer a todo el mundo. Ahora
bien, la mejor contribución que puedes hacer a tu trabajo (y a tu
vida) es ser tal como eres: reforzando tus cualidades y puliendo
tus defectos. La honestidad te abrirá más puertas que una técnica
depurada.
Una buena manera de comenzar a explorar tu propio espacio
en el mundo del Tarot puede ser contestar a algunas preguntas.
Toma papel y bolígrafo, y responde a las siguientes cuestiones
con la mayor honestidad, puesto que nadie va a leer ese
documento. Deja espacio debajo de cada respuesta para que
puedas añadir algún detalle que se te haya olvidado en un primer
momento y que pueda venir a tu mente con posterioridad.
Contesta con tranquilidad y pensando bien cada respuesta,
puesto que el documento en el que vas a trabajar puede ser la
base de tu práctica profesional y de la publicidad que hagas de
tus servicios.
Estas son las preguntas que te sugiero. Léelas todas, antes de
comenzar a responder cada una de ellas.
¿Quién eres? Es decir, ¿eres hombre o mujer? ¿Cuál es tu
edad y tu estado civil? ¿Tienes hijos? ¿Dónde resides? Escribe un
párrafo que conteste a estas preguntas.
¿Qué trabajos has realizado a lo largo de tu vida? ¿Cuánto
tiempo has estado en cada actividad, aproximadamente?
¿Qué estudios posees? Aquí valen por igual los estudios
reglados como los no reglados (por ejemplo, una licenciatura en
psicología y una maestría de reiki).
¿Qué aprendizajes valiosos has adquirido a lo largo de tu
vida? Deja abundante espacio libre para añadir más ideas a
medida que vengan a tu mente en los próximos días.
¿Cuáles son tus principales aficiones?
¿Cómo definirías tu capacidad de trabajo? Es decir, ¿eres una
persona resistente, que puede rendir durante muchas horas o
necesitas grandes períodos de descanso?
¿Qué hechos de tu vida consideras como tus mayores éxitos?
¿Cuáles son tus mayores fracasos?
Si es posible, pregunta a alguna persona que te conozca bien.
Pídele que te diga, con la mayor honestidad, cuál considera que
es tu mayor defecto y cuál tu mayor virtud. No juzgues las
respuestas y limítate a anotarlas.
¿Cuáles son tus mejores cualidades para trabajar con el Tarot,
aparte del conocimiento de las cartas? Por ejemplo, ¿eres una
persona intuitiva? ¿Consideras que te resulta fácil conocer a los
demás? ¿Sabes escuchar? ¿Sabes dar buenos consejos?
¿Cuánto tiempo hace que estudias las cartas del tarot?
¿Consideras que has realizado una amplia cantidad de lecturas a
diversas personas? Piensa no sólo en las tiradas que has hecho a
amigos o familiares, sino a personas menos conocidas.
¿Has intentado trabajar como tarotista o estás trabajando con
las cartas? Si es así, ¿cómo definirías tu experiencia?
¿Cuál crees que es tu estilo con las cartas? En otras palabras,
¿te interesa más la parte mágica del tarot, su capacidad de dar
consejos, la vertiente espiritual? En páginas posteriores se
discutirá más extensamente sobre los diferentes estilos de la
práctica del tarot, pero te pido que contestes aquí de un modo
intuitivo.
¿Cuál crees que es la parte más positiva del trabajo
profesional con el tarot?
¿Cuál es tu mayor temor a la hora de hacer una carrera
profesional?
Como ves, todas estas cuestiones te obligan a hacer un
profundo análisis de ti como persona y de tu inclinación hacia las
cartas. No es necesario que las contestes todas de inmediato, ya
que algunas requieren bastante reflexión, pero te animo a
comenzar ahora mismo a responder a estas cuestiones. Si lo
haces de un modo sincero, descubrirás que te obligan a meditar
acerca de ti, y quizás te descubran algunos aspectos de tu
relación con el tarot que quizás te sorprendan.
Tu marca personal
Si tienes intención de dedicarte al trabajo profesional con el
tarot, deberías plantearte hasta qué punto deseas exponerte y ser
visible ante el público, ya que si no aprendes a tener esa
visibilidad, o si eso es un problema grave para ti, no atraerás a
tus clientes. Los potenciales consultantes deben conocer tu
existencia para que tu actividad pueda tener algún éxito.
Esto no quiere decir que el tarot sea un territorio exclusivo
para personas muy extrovertidas. No es necesario vivir en un
escaparate para hacerse un espacio en el mundo del tarot, ya
que puedes desarrollar tu actividad incluso por teléfono. Pero si
quieres prosperar en el mundo del tarot y tocar el límite de tus
posibilidades, tienes que atreverte a dar un paso adelante y
mostrarte ante los demás.
Porque da igual lo que pienses: desde el momento en que te
conviertes en profesional y empiezas a trabajar frente al público,
desde el momento en que comienzas a hacerte publicidad, a
compartir información en redes sociales y a expresar lo que sabes
a través de artículos, cursos o libros, te transformas en una
persona pública.
Ser una persona pública no quiere decir que te vayas a
convertir en una celebridad, sino que debes entender que hay una
parte de ti que está expuesta ante los demás. Llamaremos a esa
parte tu "yo público" para diferenciarlo de aquella parte de ti,
más privada, que es sólo tuya y que decides compartir con tu
familia y amigos.
Ese yo-público forma parte de lo que actualmente se denomina
"marca personal", un concepto similar al de "marca corporativa"
que rige en el mundo de la empresa y los negocios.
Así, del mismo modo que las empresas cuidan su imagen de
marca, y evitan cualquier connotación negativa que pueda
dañarla, tú debes aprender que tu yo-público configura la esencia
de tu marca. Ese yo-público es una marca que tú también debes
cuidar y usar en tu beneficio.
A la hora de diseñar tu publicidad, de mostrarte en las redes
sociales o de crear el ambiente que quieres transmitir en tu
consulta, es importante que seas muy consciente de cuál es esa
marca personal a la que debes ser fiel.
Hay que dejar claro que la marca personal no es un concepto
que uno deba inventar desde la nada, sino que es la plasmación
pública de lo que eres, de lo que sientes y de lo que crees. Si no,
se convierte en un ejercicio de propaganda, falso y vacío de
contenido.
No se trata por tanto de crear una imagen ideal de uno
mismo, ni de querer transmitir lo que no se es, sino de entender
quién eres y cuál es la manera más adecuada de expresar esto a
tus potenciales clientes.
En este sentido, el cuestionario que has completado en el
apartado interior es de la mayor importancia, puesto que te
ayuda a clarificar quién eres y cuál es tu posición en el mundo del
tarot.
Así por ejemplo, si eres una persona que cree en la magia y
que se interesa por la dimensión psíquica del trabajo con las
cartas, tu marca personal tiene que estar en consonancia con
estas creencias. En cambio, si te orientas hacia el mundo de la
terapia y ves las cartas como consejeras que permiten reconocer
las opciones que tiene el individuo ante sí, tu imagen de marca
personal tendrá que transitar por un camino diferente.
De este modo, nadie se viste de mago o hechicera para posar
para una foto publicitaria si no pretende transmitir un mensaje
acorde con el aspecto más mágico y esotérico del tarot. Por tanto,
el tipo de frases que usas como eslóganes publicitarios difiere si
piensas que las cartas predicen el futuro o si crees que son un
elemento de autoconocimiento.
A lo largo de este libro, espero poder ayudarte a afinar tus
ideas acerca de cuál es tu marca personal y cómo hacerla llegar
a tu clientela. Pero de momento, puedes reflexionar acerca de las
contestaciones que has dado al cuestionario presentado
anteriormente. Observa tus respuestas desde el punto de vista de
cómo definen tu marca personal, esa marca que quieres mostrar
al mundo con legítimo orgullo.
Antes de terminar este capítulo, quiero volver a incidir en un
punto muy importante: si no eres una persona muy extrovertida,
no te desanimes. Al contrario, toma tu camino en el mundo del
tarot como una oportunidad para estar en contacto con muchas
personas, para aprender a abrirte más, y para hacerte más
accesible al mundo que te rodea.
Ten en cuenta esto: cada uno de nosotros tiene un don, y la
mayoría tenemos más de uno. Si te escondes, si limitas tu
exposición a los demás, les estás negando tu don, y te estás
negando una oportunidad de crecer, de aprender, de brillar y de
paso, de mejorar tu economía.
Si tienes un don con las cartas del tarot, ¿a qué estás
esperando para compartirlo con los demás? El público está
deseoso de encontrar buenos profesionales, y probablemente tú
eres la persona que tu comunidad necesita para poner al tarot en
el lugar que le corresponde.
Como bien dice Marianne Williamson en su libro Volver al
amor: "Nuestro miedo más profundo es que somos enormemente
poderosos. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos
asusta. (...) Hacerte pequeño no le hace ningún bien al mundo".
¿Te atreves ahora a brillar o vas a seguir en la oscuridad?
El comienzo: mejorando tu
destreza en la lectura
Ahora que ya has decidido dar un paso adelante, desde el
papel del aprendiz hacia el estatus del profesional, o bien si ya
trabajas con el tarot y deseas mejorar tu práctica, es el momento
de comenzar por el principio.
El principio, como no podía ser de otra manera, tiene que ver
con tu calidad como tarotista. Difícilmente puedes prosperar en
una profesión, sea la que sea, si no te esfuerzas por dar lo
máximo de ti, y el tarot no es una excepción.
Así, aunque la competencia en este sector sea dura, no es
algo que debas temer. Ten siempre en cuenta que nadie tiene lo
que tú puedes aportar. Tú tienes cualidades únicas, experiencias
propias y una forma de ser que es inimitable. Ahora bien, por
muy buenas que sean tus capacidades, no servirán de nada si no
te esfuerzas por ofrecer la máxima calidad en tu trabajo.
Es cuestión de práctica
Un paso esencial a la hora de mejorar tu destreza con las
cartas consiste, como puedes imaginar, en practicar y practicar.
Ningún conocimiento, ni la intuición más poderosa, sustituye a la
práctica repetida, constante, con tu mazo del tarot.
Para empezar, practica la mezcla de cartas en todas sus
variantes: distributiva, en círculos, en paquetes o con cualquier
sistema que conozcas. Hazlo hasta que tengas mucha destreza y
se convierta en un acto natural, que puedas realizas incluso con
los ojos cerrados.
Piensa que cuando trabajes con personas debes dedicar toda
tu atención al cliente, por lo que el hecho de mezclar las cartas
tiene que ser para ti un acto natural que no requiera ningún
esfuerzo por tu parte.
Como es lógico, tendrás que realizar muchas lecturas antes de
ponerte a trabajar con clientes, ya que la soltura sólo se adquiere
con la experiencia. Por ese motivo, aquí te propongo algunas
ideas para que adquieras esa experiencia:

Haz muchas lecturas a tus familiares y amigos.


Trabaja con diferentes preguntas y prueba distintas tiradas.
Intenta olvidar lo que conoces acerca de estas personas y
haz tus lecturas como si fueran clientes desconocidos. Al
finalizar la sesión, pide la opinión de tus consultantes, no
sólo acerca de tu grado de acierto con las cartas, sino en tu
desempeño como profesional. Intenta no trabajar siempre con
los mismos consultantes.
Realiza lecturas imaginarias a personas que conoces,
pero que no están presentes. Por ejemplo, puedes probar con
tus contactos de Facebook, o con amigos que viven lejos de
ti. No hace falta que pidas permiso a esas personas, puesto
que no se trata de entrar en su intimidad, sino de practicar en
sesiones imaginarias. Lo que surja en las tiradas debe quedar
reservado en tu interior.
Piensa en personajes famosos, que pueden ser tanto de
la actualidad como individuos célebres de la historia. Pon su
fotografía sobre tu mesa y realiza lecturas como si se tratara
de auténticos clientes tuyos. ¿Te imaginas lo divertido que
puede ser echar las cartas a Cleopatra, a Napoleón, o a la
celebridad del momento que ocupa las portadas de las
revistas del corazón?
Realiza ejercicios como los que propongo en mi libro 111
ejercicios con el tarot o en títulos similares. Uno de los
ejercicios que más te ayudarán a mantener tu conexión con
el tarot consiste en extraer una carta al día y meditar sobre
ella a lo largo de la jornada.
Por supuesto, hazte muchas tiradas e interprétalas. Y
no, no tengas miedo. En contra de lo que creen muchas
personas, leer el tarot para uno mismo no es perjudicial en
absoluto. Yo lo hago desde hace más de treinta y cinco años
y no me ha pasado nada malo. La única dificultad de
echarse las cartas a uno mismo consiste en que es difícil ser
imparcial con aquello que nos afecta más directamente, pero
precisamente por eso debes hacerlo, hasta que aprendas a
desarrollar la objetividad con tus propios problemas.
Grábate en tus lecturas de práctica y escucha a
continuación esas grabaciones. Presta atención al ritmo con
que lees las cartas, las pausas, los momentos de duda o
incluso al tipo de expresiones que utilizas con frecuencia.
Observa tus muletillas lingüísticas y haz lo posible para
reducirlas. Si lo deseas, puedes incluso filmarte en video (lo
puedes hacer con una simple webcam) y estudia tus
movimientos, el lenguaje corporal del que normalmente no
eres consciente. Ponte en el lugar de un cliente potencial y no
te avergüences a la hora de escucharte o verte.
Acude a que algún profesional con experiencia te
lea las cartas. Observa atentamente su estilo de trabajo.
Toma nota mental de lo que te gusta y lo que no. Piensa que
colocarse en la posición del cliente es una manera muy
interesante de aprender a mejorar tu formación como
tarotista profesional. En caso de que acudas a distintos
profesionales para aprender, te recomiendo que no digas
que eres tarotista, de manera que nadie se sienta juzgado u
observado de manera crítica.

No me cansaré de repetirlo, por muy buenas que sean tus


habilidades, por afinada que esté tu percepción, necesitas
practicar, practicar y practicar. Cualquier aficionado puede hacer
una buena lectura, pero realizar varias seguidas en una jornada
de trabajo, manteniendo al máximo la concentración y sin perder
la calidad de las interpretaciones, es lo que diferencia a los
aprendices de los maestros.
Los bloqueos a la hora de leer
las cartas
Es cierto, no obstante, que por mucho que practiques, antes o
después sufrirás algún tipo de bloqueo, ya que es algo que puede
ocurrirle a cualquier lector del tarot en un momento u otro del
trabajo. Por ejemplo, cuando se cruza algún pensamiento ajeno
al tema que estamos tratando, es fácil "perder el hilo" de los
pensamientos. O bien, cuando surge una carta en una posición
especialmente difícil de interpretar.
También hay clientes que son capaces de desconcentrar al
tarotista con sus continuos comentarios o con sus reacciones ante
la lectura. El mejor profesional es, a fin de cuentas un ser humano,
y no hay forma de librarse de cometer pequeños errores.
Ahora bien, no hay que confundir el bloqueo circunstancial,
que cualquiera puede sufrir en el momento menos oportuno, con
una verdadera dificultad para leer las cartas, que se repite día
tras día. Como es lógico, el primer problema tiene una solución
relativamente fácil, pero el segundo, la dificultad real para
conectar con las cartas en presencia de un cliente, requiere un
trabajo más profundo.
En este apartado analizaremos ambos problemas, e intentaré
dar soluciones tanto para aquellos momentos en que te encuentres
en el primer caso, como si lo que estás sufriendo es una
verdadera incapacidad para interpretar los naipes.
Como ya se ha comentado, el bloqueo circunstancial es algo
que puede ocurrirle hasta al mejor profesional en cualquier
momento, por lo que es muy recomendable que, aunque no hayas

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