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CAPÍTULO II

2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS

2.1. Antecedentes

En este apartado, se presentan los antecedentes relevantes relacionados con


la revisión técnica de sistemas de generación y distribución de vapor en entornos
académicos e industriales. Se exploran investigaciones previas que abordan el
estudio técnico de los sistemas de generación de vapor, en vías a su
modernización y rehabilitación, teniendo en cuenta los desafíos y oportunidades
que se pudieren presentar.

En este sentido, Reyes et al., (2021), en su trabajo: “Evaluación del


sistema de generación y distribución de vapor de una empresa cárnica”, valoran el
sistema de generación y distribución de vapor en el Combinado Cárnico “César
Escalante Dellundé”, de la provincia de Camagüey, Cuba y propusieron
alternativas de mejoras para generar ahorro de combustible, disminución de gases
de combustión al ambiente y mejora de la eficiencia energética de la caldera.

Esta investigación proporciona un aporte relevante al trabajo de


"Evaluación Técnica del Sistema de Generación y Distribución de Vapor de la
Universidad Central de Venezuela, como una aproximación a un eventual proceso
de rehabilitación y modernización". Aunque las ubicaciones y aplicaciones
específicas son diferentes, ambos estudios comparten un enfoque similar en la
revisión técnica de sistemas de generación y distribución de vapor con el objetivo
de mejorar la eficiencia energética, para así reducir los potenciales impactos
ambientales.

El trabajo de Reyes et al. pudo ofrecernos valiosas lecciones aprendidas,


enfoques metodológicos y soluciones propuestas que podrían ser aplicables al
caso de la UCV. Las alternativas de mejoras que se identificaron en el estudio de
la empresa cárnica, como la reducción de gases de combustión y el ahorro de
combustible, podrían servir de inspiración para el futuro proyecto de
modernización y rehabilitación del sistema de generación de vapor de la UCV.
Los resultados obtenidos por Sevilla y Aguirre (2021) destacan la
importancia crítica del vapor de agua en instituciones prestadoras de servicios de
atención de salud, como por ejemplo en hospitales, especialmente en el Hospital
Escuela San Juan de Dios de Estelí, donde es un respaldo esencial para brindar
atención médica adecuada bajo condiciones óptimas. El diagnóstico se realizó a
través de observación directa y entrevistas con el personal involucrado,
proporcionando información fundamental sobre la generación, calidad y
distribución del vapor, así como el estado de la maquinaria y la red de
distribución.

Estos datos revelaron problemas como fugas en tuberías, falta de


aislamiento y equipos en mal estado, lo que llevaba a que existiera un consumo
excesivo de recursos en el sistema de generación de vapor. Además, se trazaron
planos arquitectónicos que ayudaron a mejorar y actualizar las instalaciones y las
líneas de distribución, en función de considerar futuras expansiones, si se optara
por aplicar mejoras al sistema de vapor en el Hospital en mención.

Este trabajo contribuye con valiosos insights y enfoques metodológicos


que pueden ser relevantes, ya que proporciona un ejemplo concreto de cómo el
vapor de agua es esencial en una instalación de atención médica, lo que resalta la
importancia de la evaluación técnica de sistemas de vapor en instituciones
similares, como la UCV.

Los métodos utilizados en el estudio de Sevilla y Aguirre, como la


observación directa y las entrevistas con el personal, se pueden adoptar para
obtener información detallada sobre la generación, calidad y distribución del
vapor en la UCV. Estos métodos podrían proporcionar un panorama más claro de
los problemas y desafíos que enfrenta el sistema de vapor en la institución,
permitiendo la identificación de áreas específicas que requieren mejoras y
modernización.

Además, el enfoque en problemas como fugas en tuberías, falta de


aislamiento y equipos en mal estado en el hospital podría servir de guía para
identificar problemas similares en el sistema de vapor de la UCV. Los resultados
y soluciones propuestas en el estudio del hospital podrían inspirar estrategias para
abordar eficazmente los problemas en el sistema de vapor de la UCV, como parte
de la aproximación a su eventual rehabilitación y modernización.

Entre tanto, Martínez (2015) evalúa y diseña en su trabajo especial de


grado, un sistema de generación de vapor de alta presión para accionar turbinas
acopladas a las plantas de obtención de metanol y amoníaco, estableciendo
parámetros claves para el funcionamiento de la generación de vapor.

Su trabajo podría ofrecer conocimientos y técnicas transferibles a la


modernización del sistema de generación y distribución de vapor en la UCV. Esto
incluye la posible aplicación de experiencia en selección de equipos, optimización
de procesos y parámetros clave, así como estrategias de mantenimiento,
rehabilitación, mejora de la eficiencia y reducción de pérdidas. Aunque la
adaptación dependería de la congruencia con el contexto universitario, la
investigación de Martínez potencialmente enriquecería la revisión técnica del
sistema de generación de vapor de la UCV.

Por su parte, Anaya (2017), en el trabajo titulado Evaluación y puesta en


funcionamiento de una caldera marca continental, pirotubular, horizontal, dos
pasos, para producción de vapor saturado a 30 PSI, valora la puesta en marcha de
una caldera pirotubular de 150 Bohp de capacidad, con la finalidad de
reincorporar tal práctica al cronograma académico; lo que se había dejado de
realizar por la falta de vapor saturado, para lo cual, previamente se valoró su
estado general, mediante una prueba hidrostática, cuyo resultado indicó el
requerimiento de corregir las fugas y fallas mecánicas halladas.

En particular, la investigación de Anaya ofrece una perspectiva práctica y


aplicada en la puesta en marcha de una caldera similar, lo que puede servir como
referencia para el proceso de revisión técnica del sistema de generación y
distribución de vapor de la UCV.

Los enfoques, métodos y buenas prácticas empleados por Anaya para


evaluar el estado general de la caldera, realizar pruebas hidrostáticas, corregir
fugas y abordar fallas mecánicas pueden proporcionar valiosas lecciones
aprendidas y recomendaciones para el equipo de investigación de la UCV.
Además, la experiencia compartida en la reincorporación exitosa de prácticas
previamente descuidadas debido a la falta de vapor saturado puede inspirar ideas y
estrategias para mejorar el sistema de generación y distribución de vapor en la
UCV, contribuyendo así a la eficiencia y la operación óptima del sistema.

Cabrera (2016), realizó una investigación relacionada con optimización del


proceso de utilización de la energía en la Casa de Máquinas del Hospital "Dr.
Julio Enrique Paredes" Unidad Oncológica SOLCA Tungurahua; con el
planteamiento de una hipótesis que sugiere que al reducirse las pérdidas térmicas
en el sistema de generación y distribución de vapor, se logrará un ahorro
energético y una mejora en la eficiencia energética.

El marco teórico de la investigación precedente abarca conceptos


relacionados con la evaluación de pérdidas térmicas y el balance energético. La
metodología emplea técnicas de observación y medición utilizando instrumentos
como una cámara termográfica y un psicrómetro para recopilar datos. La
propuesta sugiere aprovechar 6,9 kW de los 88,6 kW de calor residual de los
gases de escape de la chimenea, a través de intercambio de calor, para obtener 108
kg/h adicionales de agua caliente destinada a uso sanitario. Esto representa un
incremento del 1,2% en la eficiencia global del proceso de generación de vapor.

La investigación planteada por Cabrera (2016) proporciona un aporte


significativo al trabajo de "Evaluación Técnica del Sistema de Generación y
Distribución de Vapor de la Universidad Central de Venezuela, como una
aproximación a un eventual proceso de rehabilitación y modernización". Aunque
ambas investigaciones se centran en sistemas de generación y distribución de
vapor en diferentes contextos, comparten similitudes en términos de eficiencia
energética y reducción de pérdidas térmicas.

La hipótesis planteada por Cabrera sobre la reducción de pérdidas térmicas


y su impacto en la eficiencia energética es relevante para el presente trabajo
investigación, porque considera la optimización de sistemas de vapor a través de
la mejora en la eficiencia y la reducción de pérdidas. Los conceptos y enfoques
presentados por Cabrera podrían inspirar al equipo de investigación de la UCV,
para que considere la implementación de estrategias similares que contribuyan a
maximizar el aprovechamiento de la energía y así, minimizar las pérdidas
térmicas en el sistema.

2.2. Importancia del vapor en contexto académico e industrial

La importancia del vapor en el sector industrial fue un hito transformador


durante la Revolución Industrial. A medida que las fábricas de tejidos de algodón
se expandían en Europa y Estados Unidos, el vapor tomó un papel central en la
tracción y generación de energía, suplantando al textil de agua en los procesos.
Esta transición permitió una mayor eficiencia en las operaciones industriales y
una expansión significativa de las capacidades productivas. La aplicación del
vapor en la minería para achicar el agua de las minas, marcó uno de los primeros
usos industriales de la máquina de vapor.

Inventores como Thomas Savery y Thomas Newcomen desarrollaron


máquinas que empleaban el poder del vapor para operaciones prácticas. Luego,
con las innovaciones introducidas por James Watt en la década de 1760, como el
condensador, la máquina de doble efecto y el control de vapor, conllevó a que el
motor de vapor se convirtiera en una herramienta vital para la expansión
industrial. Así, la adopción generalizada del vapor, en combinación con el carbón
como fuente de energía, fue fundamental en la transformación económica y
tecnológica de la época, marcando el inicio de una nueva era industrial (San Juan,
1993).

De acuerdo con Termodinámica (2023), el vapor de agua, como fluido


energético, encuentra una amplia aplicación en diversos procesos industriales,
debido a sus propiedades termodinámicas y físicas. El vapor de agua se emplea
para transferir energía térmica en procesos de calentamiento específico, logrando
transmitir su energía al fluido mediante intercambiadores de calor. Una vez que el
vapor cede su energía, se condensa y regresa al estado líquido.

La preferencia del uso del vapor de agua radica en su disponibilidad, bajo


costo, capacidad de almacenamiento energético y transferencia de calor superior a
otros fluidos. Además, su sistema de distribución flexible y la eliminación de la
necesidad de bombeo, gracias a la diferencial de presión en la caldera, son
beneficios claves. En sectores como la industria alimentaria y farmacéutica, el
vapor se inyecta para la cocción, limpieza y esterilización. Su uso se extiende a la
climatización y la manipulación de la humedad del aire, esencial en los procesos
de manufactura. El vapor es esencial en la producción de alimentos, bebidas,
medicamentos, textiles y papel, entre otros, y su correcta gestión garantiza la
calidad final de los productos (Jiménez, 2017).

La relevancia de la calidad del vapor en sistemas industriales es


fundamental debido a su función esencial en la transferencia de calor en diversos
procesos industriales. Por ello, el garantizar una calidad adecuada del vapor es
vital para minimizar los problemas operativos asociados a una supervisión
insuficiente en sistemas industriales de vapor.

La calidad del vapor se refiere a la proporción de vapor saturado en una


mezcla líquido-vapor. Por ejemplo, una calidad de vapor de 0 indica una mezcla
completamente líquida, mientras que una calidad de 1 representa un vapor puro.
La calidad del vapor se determina considerando parámetros como la presión, la
temperatura y el contenido de líquido arrastrado. La mayoría de los sistemas
industriales (más del 88%) emplean vapor saturado para diversas aplicaciones. En
estos sistemas, la caldera utiliza energía química de la combustión para convertir
agua en vapor saturado. La relación entre la presión y la temperatura del vapor
saturado es proporcional.

El vapor es esencial en la producción de productos finales en procesos


químicos, lo que hace que la calidad del vapor sea crucial en plantas dependientes
de él. Los fabricantes de componentes de transferencia de calor basan sus cálculos
en calidad de vapor de 1, a menos que se informe lo contrario por el usuario final.
A menudo, la calidad del vapor se pasa por alto y se asume erróneamente que es
siempre de 1, lo que puede llevar a problemas operativos tipo averías frecuentes,
en los sistemas de vapor industriales.

Una baja calidad de vapor impacta negativamente en los equipos del


sistema y el proceso en general, porque reduce la eficiencia de transferencia de
calor en más del 65%, disminuyendo la energía transferida al proceso y causando
acumulación de líquido en intercambiadores de calor, afectando la transferencia
de energía latente. Además, una baja calidad de vapor erosiona las válvulas y
reduce la vida útil de las turbinas debido al arrastre de líquido. También puede
causar golpes de ariete, lo que representa riesgos para la seguridad y fallos en el
sistema de vapor.

En el sistema hospitalario, el vapor es de suma importancia ya que sirve


para la esterilización de instrumentos quirúrgicos (autoclaves), para la elaboración
de alimentos (marmitas), calentadores de agua y para el lavado y desinfección de
la ropa utilizada por los pacientes (lavadoras y secadoras), Todos estos servicios
dependen de un suministro de vapor constante y de buena calidad (González,
2019).

2.3. Componentes y operación del sistema de generación y distribución


de vapor

El sistema de generación y distribución de vapor es esencial en numerosas


industrias, transformando agua líquida en vapor a diferentes temperaturas y
presiones. De acuerdo con lo que comparte el Repositorio Digital Institucional de
la Escuela Politécnica Nacional Ecuador (2023), un generador de vapor incluye
una caldera y sus componentes auxiliares para este proceso. Las calderas de vapor
son dispositivos que generan vapor mediante calor.

Estos equipos tienen diversos propósitos, como generar agua caliente para
calefacción, vapor para procesos industriales y energía eléctrica. La generación de
vapor se logra mediante la transferencia de calor desde la combustión en la
caldera hacia el agua, aumentando su temperatura y presión.

Las calderas se clasifican de diversas maneras. Por su movilidad, pueden


ser fijas o móviles. Según la presión, se dividen en baja, media, alta y supercrítica.
También se agrupan en tipos como agua caliente o vapor saturado/recalentado. El
ingreso de agua puede ser mediante circulación natural o forzada. Otra
clasificación se basa en la disposición de tubos: pirotubulares (tubos de humo) o
acuotubulares (tubos de agua).
Las calderas pirotubulares tienen un diseño simple, pero presentan
desventajas como pérdida de carga en los humos. Las acuotubulares poseen una
estructura más compleja y pueden trabajar a altas presiones.

Para el funcionamiento eficiente de las calderas, es esencial considerar los


sistemas complementarios de agua y combustible. La alimentación de combustible
puede ser sólida, líquida o gaseosa, cada una con requerimientos específicos. Los
sistemas de combustible incluyen la alimentación, precalentamiento y combustión
adecuados. En cuanto a la alimentación de agua, se realiza mediante redes de
abastecimiento, bombas impulsoras o termosifón.

Sin embargo, el agua contiene impurezas que pueden dañar la caldera, por
lo que se requiere un tratamiento previo para eliminar estas impurezas. El
tratamiento del agua incluye procesos como filtrados, separación de lodos y
tratamientos químicos específicos.

2.4. Modernización y rehabilitación de sistemas de vapor

Una vez realizada la revisión técnica de los sistemas de generación y


distribución, se requiere explorar las estrategias y enfoques empleados para
actualizar y mejorar dichos sistemas vitales en diversas industrias. A medida que
la tecnología avanza y las necesidades cambian, se hace imperativo revisar y
adaptar los sistemas de vapor para garantizar su eficiencia, seguridad y
sostenibilidad a largo plazo. En esta sección, se exploran las distintas estrategias
utilizadas para llevar a cabo estas transformaciones, con el objetivo de optimizar
el funcionamiento de los sistemas de generación y distribución de vapor en la era
moderna.

Los sistemas de vapor en plantas industriales ofrecen una serie de ventajas


significativas. El vapor, generado en calderas modernas mediante procesos
eficientes, alberga una cantidad considerable de energía potencial en forma
gaseosa. Esto permite su uso para calefacción, procesos industriales y generación
de energía mecánica. El vapor puede ser producido a altas presiones, generando
altas temperaturas, lo que lo hace versátil y adecuado para diversas aplicaciones
industriales.
Además, la tecnología actual ha permitido la implementación de sistemas
de control sofisticados, lo que facilita la gestión, el monitoreo y la optimización
de los sistemas de vapor, mejorando su eficiencia y sostenibilidad en el entorno
competitivo y orientado a la eficiencia energética de hoy en día (Spirax Sarco,
2021).

La propuesta para la modernización de los elementos de control de los


sistemas de generación de vapor en instalaciones hospitalarias, han sido
propuestos por Meléndez (2010), el cual examina la eficiencia de la combustión y
su influencia en la transferencia de calor en sistemas de generación de vapor. Se
destaca que un exceso inadecuado de aire puede resultar en combustibles no
quemados o pérdidas de calor, afectando la eficiencia de las calderas de vapor.

Los controles de las calderas industriales, que van desde los simples hasta
los operativos y de seguridad, son esenciales para su funcionamiento y
rendimiento. Se subraya la importancia de la automatización para la eficiencia y
seguridad del sistema, y se señala la necesidad de mantenimiento y revisiones
técnicas para reducir pérdidas de calor y optimizar el rendimiento. Además, se
presentan propuestas para mejorar el rendimiento de las calderas, incluyendo la
adquisición de una caldera más eficiente, ajustes en el quemador, mejoras en el
aislamiento térmico y la implementación de controles automáticos para evitar
desperdicios y optimizar el uso del vapor en instalaciones hospitalarias.

En este contexto, Rojas (1998), destaca el carácter esencial de la energía,


en particular el vapor, en diversas aplicaciones hospitalarias, por lo que su estudio
se centró en la evaluación del sistema de vapor en un hospital de nivel IV,
identificando oportunidades para mejorar la eficiencia energética sin comprometer
la calidad de los servicios. Se busca optimizar las condiciones de operación y
considerar medidas de ahorro de energía, ya sea con o sin inversión económica,
tomando en cuenta estándares y datos operativos de hospitales similares.

Por ello, se enfoca en corregir pérdidas y maximizar el aprovechamiento


de recursos, siguiendo pautas internacionales para garantizar la claridad en los
cálculos y procedimientos.
La modernización y rehabilitación de sistemas de vapor emerge como un
desafío de vital importancia en diversas industrias. A medida que la tecnología
avanza y las necesidades evolucionan, es esencial revisar y adaptar estos sistemas
para asegurar su eficiencia, seguridad y sostenibilidad a largo plazo. El vapor, con
su potencial energético y versatilidad, desempeña un papel crucial en procesos
industriales y de generación de energía mecánica.

La implementación de controles sofisticados y tecnologías avanzadas ha


permitido una gestión más eficiente, con la supervisión del sistema, maximizando
su rendimiento en un entorno competitivo, con enfoque en la eficiencia energética.

2.5. Métodos termodinámicos y balances de masa y energía en la


evaluación de sistemas de vapor

Posterior a los procesos de revisión técnica de los componentes de un


sistema de generación y distribución de vapor de agua, se requiere conocer la
forma de evaluar los mismos, en contextos de diversas aplicaciones industriales y
comerciales. Así, se considera que el proceso de evaluación es esencial para
garantizar su eficiencia, seguridad y sostenibilidad. Los métodos termodinámicos
y los balances de masa y energía desempeñan un papel fundamental en este
proceso, ya que permiten comprender y analizar en detalle cómo opera un sistema
de generación y distribución de vapor, identificar pérdidas y áreas de mejora, y
tomar decisiones informadas para optimizar su funcionamiento.

En este sentido, Jiménez, Madrigal, Lapido y Vidal (2016), destacan que la


termografía es utilizada para estimar pérdidas de calor en paredes y radiación en
calderas, así como medir el flujo de agua y análisis de gases son cruciales para
calcular las pérdidas y rendimiento.

La termodinámica se encarga de los intercambios entre calor y trabajo, así


como de estudiar las conversiones de energía. A través de la observación y
experimentación, sin establecer suposiciones sobre la posible estructura interna o
molecular del sistema analizado, la termodinámica establece cuatro "Principios"
fundamentales.
Un principio es una amplia generalización derivada de la observación de
fenómenos naturales, y su validez no se puede demostrar mediante argumentos
matemáticos. La confiabilidad de estos "Principios" radica en su constante
cumplimiento, ya que nunca han dejado de ser aplicables.

De esta forma, las conclusiones de la Termodinámica quedan a salvo de


cualquier teoría abstracta basada en suposiciones más o menos acertadas; la
Termodinámica se considera en cierto sentido una ciencia precisa, cuyos
resultados y conclusiones son verdades absolutas (Lemos, 2001 pp. 3). Los
métodos termodinámicos se basan en los principios fundamentales de la
termodinámica, que rigen el comportamiento de la energía y el calor en los
sistemas.

Estos métodos se utilizan para cuantificar el rendimiento y la eficiencia de


los generadores de vapor y otros equipos relacionados. Uno de los indicadores
clave en la evaluación de sistemas de vapor es la eficiencia térmica, que mide el
grado de aprovechamiento de la energía suministrada al sistema. Se expresa como
la relación entre la energía útil transferida al vapor y la energía total suministrada
por el combustible.

Además de la eficiencia térmica, los métodos termodinámicos también


evalúan las pérdidas de calor en diferentes etapas del proceso, como las pérdidas
por radiación, convección y escape de gases de combustión. Las pérdidas de
energía relacionadas con el desplazamiento de vapor mediante una red de
conductos provienen principalmente de factores como la resistencia por fricción
en tuberías y componentes, la liberación de calor hacia el entorno y la conversión
del vapor en líquido debido a la condensación, así como la eliminación de líquidos
a través de las purgas (Ovando et al., 2010 pp. 2).

Un balance de masa es un conjunto de cálculos diseñado para rastrear


todas las sustancias involucradas en un proceso de transformación, respetando la
ley de conservación de la masa, la cual establece que la materia puede cambiar de
forma, pero no puede ser creada ni destruida; cuyo propósito es llevar un registro
exhaustivo de los materiales que juegan un papel en el proceso en cuestión ya que,
a lo largo del proceso, las sustancias pueden ingresar, salir, producirse,
acumularse o consumirse.

El término "proceso" se refiere a un conjunto de operaciones que


ocasionan una transformación física o química en una sustancia o un grupo de
sustancias, durante el cual, las sustancias que ingresan (alimentación o entrada),
generan un "producto" o "salida". Un proceso puede estar compuesto por diversas
unidades de proceso, que pueden ser equipos o lugares donde ocurre una
operación de transformación.

Aunque un proceso puede consistir en una sola unidad de proceso. Para


llevar a cabo los cálculos de balances de masa, se requiere recolectar información
sobre las cantidades (expresadas en masa, moles o volumen) de las sustancias
involucradas o sus flujos (ya sea en términos de velocidad másica, molar o
volumétrica), así como las composiciones de las mezclas y las condiciones
operativas, principalmente presiones y temperaturas (Londoño s/f, pp. 5).

Los balances de masa y energía son herramientas esenciales en la


evaluación de sistemas de vapor, ya que permiten realizar un seguimiento preciso
de las entradas y salidas de masa y energía en el sistema. Estos balances son
aplicables tanto a nivel global del sistema como a componentes individuales,
como calderas, intercambiadores de calor y tuberías.

Un balance de masa se enfoca en la cantidad de masa que entra y sale del


sistema, considerando aspectos como la cantidad de agua que se alimenta a la
caldera y la cantidad de vapor producido. Por otro lado, un balance de energía se
centra en la cantidad de energía que entra y sale del sistema, teniendo en cuenta
los flujos de calor, trabajo y transferencia de energía en cada etapa.

El balance de energía se basa en el principio fundamental de la primera ley


de la Termodinámica, que establece que la energía no puede ser creada ni
destruida en un proceso físico o químico. Esta ley implica que la energía puede
transformarse y presentarse en diversas formas, algunas de las cuales son
perceptibles por los sentidos, como la energía cinética, mientras que otras, como
ciertos tipos de energía radiante, no siempre son detectadas por los sentidos.
Además de la energía cinética, existen muchas otras manifestaciones de
energía, como la energía potencial, la energía interna, el trabajo de flujo, el calor,
el trabajo mecánico, la energía eléctrica, la luz, la energía magnética, el sonido, la
energía eólica y, según teorías modernas, incluso la masa es una forma
concentrada de energía (Patiño 2000 pp. 9).

La combinación de métodos termodinámicos y balances de masa y energía


proporciona una visión completa y detallada de cómo opera un sistema de vapor.
Estos enfoques permiten identificar áreas de ineficiencia, como las pérdidas de
calor en las tuberías sin aislamiento o las ineficiencias en la combustión, y
proponer soluciones para mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental.

Por ejemplo, la aplicación de aislamiento térmico en tuberías puede


reducir significativamente las pérdidas de calor por radiación y convección, lo que
a su vez aumenta la eficiencia del sistema. Además, los balances de masa y
energía pueden revelar la necesidad de ajustar parámetros operativos, mejorar la
calidad del combustible utilizado o implementar tecnologías de control más
avanzadas para maximizar la eficiencia.

Los métodos termodinámicos y los balances de masa y energía son


herramientas esenciales en la evaluación de sistemas de vapor. Estas metodologías
permiten comprender cómo se comporta la energía y la masa en el sistema,
identificar áreas de pérdida y subutilización, y proponer mejoras que optimicen el
rendimiento, la eficiencia y la sostenibilidad de los sistemas de generación y
distribución de vapor en diversas aplicaciones industriales y comerciales.

Las calderas o dispositivos generadores de vapor desempeñan un papel


esencial en la operación de tanto instalaciones industriales como de servicios.
Representan el núcleo de los sistemas termoenergéticos en los que se encuentran,
ya que generan el vapor necesario para suministrar la energía térmica requerida en
procesos como calentamiento, esterilización, pasteurización, entre otros, así como
para la generación de potencia mecánica (Reyes et al., 2021).

En esta sección se introducirán los métodos termodinámicos y los


conceptos de balances de masa y energía que serán utilizados en la evaluación
técnica del sistema de generación y distribución de vapor. Se explicará cómo estos
métodos ayudan a comprender el comportamiento del sistema y a identificar áreas
de mejora.

2.6. Integración de la eficiencia energética en el contexto académico y


de investigación

El concepto de eficiencia energética posibilita una reducción en el


consumo de energía sin comprometer los beneficios energéticos existentes; los
efectos favorables del ahorro de energía abarcan la preservación del entorno
natural, la garantía de suministro seguro y la promoción de prácticas sostenibles
en el empleo de recursos energéticos por parte de las entidades públicas (Sanz,
Molina, Izquierdo, 2020 pp. 388).

De manera general, la eficiencia energética puede ser caracterizada como


la disminución del uso de energía en los sistemas, al tiempo que se preservan los
mismos servicios energéticos, sin menoscabar los niveles de bienestar, cuidando
el entorno ambiental, garantizando el suministro, promoviendo la conciencia y la
adopción de prácticas racionales de consumo (Ametrano, 1999).

La integración de la eficiencia energética en el ámbito académico y de


investigación es un aspecto crucial para promover la sostenibilidad y el uso
responsable de los recursos en estas instituciones. En este contexto, la
modernización del sistema de generación y distribución de vapor se presenta
como una oportunidad valiosa para reducir el consumo energético y avanzar hacia
objetivos de eficiencia y sostenibilidad.

Las instituciones académicas y de investigación, al contar con una amplia


infraestructura que incluye laboratorios, instalaciones de enseñanza, centros de
investigación y hospitales universitarios, demandan una cantidad significativa de
energía, y gran parte de esta energía se utiliza para la generación de vapor. La
adopción de tecnologías modernas y eficientes en los sistemas de generación y
distribución de vapor puede tener un impacto directo en la eficiencia energética
global de estas instituciones.
Usualmente, las calderas industriales presentan una eficiencia en torno al
85%, lo que implica que alrededor del 15% de la energía suministrada se pierde a
través de diferentes vías, incluyendo radiación, purgas del quemador y gases de
escape expulsados por la chimenea. Sin embargo, es posible incrementar la
eficiencia al reducir estas pérdidas.

A menudo, se subestiman métodos bien establecidos para mejorar la


eficiencia de las calderas, los cuales se enfocan en minimizar las pérdidas de
enfriamiento y en recuperar energía térmica. Entre estos métodos destacan la
recuperación de calor residual mediante un economizador y la optimización de la
modulación del quemador, la cual puede combinarse con la recirculación de los
gases de combustión (Tecnología para la industria, 2023).

La modernización de los sistemas de vapor no solo se traduce en una


operación más eficiente y confiable, sino que también puede resultar en una
reducción significativa de las pérdidas energéticas. Los sistemas de vapor, si no
están adecuadamente diseñados y mantenidos, pueden sufrir pérdidas de calor
importantes debido a la fricción en las tuberías, la falta de aislamiento y otros
factores.

La actualización de estos sistemas puede minimizar estas pérdidas y


optimizar la transferencia de calor, lo que a su vez contribuye a la reducción del
consumo energético y ahorros financieros a largo plazo. Realizar una gestión y
control adecuados de los sistemas térmicos, como por ejemplo los sistemas de
vapor, con responsabilidad en el uso de la energía, conlleva a generar ahorros
económicos y simultáneamente a disminuir las emisiones de gases de efecto
invernadero (CACME, 2020).

Además de los beneficios económicos, la modernización de los sistemas


de vapor también está alineada con los objetivos de sostenibilidad y
responsabilidad ambiental. La reducción del consumo energético implica una
menor emisión de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, una disminución del
impacto ambiental. Esto es especialmente relevante en un momento en que las
instituciones académicas y de investigación están cada vez más comprometidas
con prácticas ecoamigables y la mitigación del cambio climático.
De acuerdo con Bristow (2023), en los próximos 20 años, las
organizaciones que adopten un rol líder en la lucha contra el cambio climático no
solo efectuarán una contribución directa a la disminución de las emisiones, sino
que también establecerán su credibilidad y posición para invitar a sus empleados,
clientes y proveedores a sumarse a sus esfuerzos, ya sea en sus acciones,
proyectos innovadores o en los productos y servicios que ofrecen.

Estas empresas, conscientes de la interacción beneficiosa entre la


reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y el incremento de la
productividad y los ingresos, son las que lograrán prosperar en el futuro.

La integración de la eficiencia energética en el contexto académico y de


investigación no solo implica la modernización de la infraestructura, sino también
la promoción de una cultura de uso responsable de la energía, tal y como lo
fundamenta Hernández et al. (2017) al “definir una solución holística integral para
abordar el uso racional de energía eléctrica promoviendo un cambio en el
comportamiento del usuario del servicio” por medio de sensibilizar a los usuarios
sobre las consecuencias climáticas del consumo excesivo de energía, impactando
negativamente diversos aspectos de la comunidad, empleando estrategias como la
difusión de prácticas eficientes mediante campañas informativas, incentivos para
promover hábitos energéticos responsables, y sanciones ante patrones de consumo
ineficiente reincidentes.

La sensibilización, la educación y la participación activa de estudiantes,


profesores y personal administrativo son fundamentales para lograr un cambio
real hacia la sostenibilidad energética. En este sentido, la modernización de los
sistemas de vapor puede servir como un ejemplo tangible y concreto de cómo las
instituciones pueden ser líderes en la implementación de prácticas eficientes y
sostenibles.

La modernización de los sistemas de generación y distribución de vapor en


instituciones académicas y de investigación no solo representa una oportunidad
para mejorar la eficiencia operativa y reducir costos, sino que también contribuye
a la sostenibilidad ambiental y promueve una cultura de uso responsable de la
energía. Al abrazar la eficiencia energética, estas instituciones pueden servir como
modelos a seguir en la búsqueda de un futuro más sostenible.

2.7. Decisiones multicriterio en la revisión de proyectos técnicos

En la vida diaria de individuos y empresas, es común enfrentarse a


situaciones donde se deben tomar decisiones entre diversas opciones que
requieren procesos de revisión basada en múltiples criterios, a menudo en
conflicto, por lo que la teoría de decisiones multicriterio (Multiple Criteria
Decision Making) aborda y analiza problemas de decisión que involucran
distintos criterios y opciones, siendo un área de rápido desarrollo en las ciencias
de la decisión (Romero, Romero y Cuadrado, 2017).

La toma de decisiones multicriterio es un enfoque esencial en la revisión y


evaluación de proyectos técnicos, como por ejemplo, en la modernización de
sistemas de generación y distribución de vapor. Este enfoque reconoce que los
proyectos a menudo involucran múltiples aspectos que deben considerarse para
tomar decisiones informadas. En este sentido, se exploran conceptos
fundamentales que giran en torno a esta metodología, que busca abordar la
complejidad de evaluar proyectos técnicos en términos de múltiples criterios.

En la revisión de proyectos técnicos, especialmente en aquellos


relacionados con la modernización de sistemas de generación y distribución de
vapor, se deben sopesar diversas variables como tipo de componentes, eficiencia
energética, costos de implementación, impacto ambiental, seguridad operativa y
posibles beneficios a largo plazo. Estos factores no siempre son comparables
directamente ni tienen el mismo peso para todas las partes interesadas.

En este contexto, se presentan herramientas y métodos que facilitan la


toma de decisiones multicriterio. Entre ellos se encuentran las matrices de
ponderación, donde se asigna un peso relativo a cada criterio según su
importancia. Además, se exploran métodos cuantitativos como el análisis
jerárquico (AHP) y el método de ponderación lineal, que permiten asignar valores
numéricos a cada alternativa y criterio, para finalmente obtener un resultado
ponderado que facilite la comparación y elección.
Los métodos de decisión multicriterio discreta se emplean para evaluar y
decidir en relación a problemas que admiten un número finito de soluciones
posibles, a través de: un conjunto limitado de alternativas viables, criterios de
evaluación ponderados que reflejan su importancia, valoraciones de las
alternativas respecto a cada criterio, un modelo para fusionar preferencias y
determinar una solución, y un proceso de toma de decisiones que involucra una
negociación entre los participantes.

Estos métodos descomponen problemas complejos en alternativas


manejables y utilizan la ponderación de criterios para facilitar una toma de
decisiones eficiente y consensuada (Fernández, 2008).

El Proceso Analítico Jerárquico (AHP) es un enfoque que incorpora juicios


y valores personales de manera lógica en la toma de decisiones. Requiere
imaginación, experiencia y conocimiento para estructurar la jerarquía de un
problema y lógica, intuición y experiencia para emitir juicios. Una vez seguido, el
AHP guía la conexión entre elementos de diferentes partes del problema para
alcanzar un resultado combinado, permitiendo identificar, comprender y evaluar
las interacciones de un sistema en su conjunto.

Para abordar problemas complejos y generar juicios válidos, el AHP debe


repetirse con el tiempo, ya que no brinda soluciones instantáneas para desafíos de
larga data. Además, es flexible y permite revisiones, así como investigar la
sensibilidad del resultado ante cambios previsibles. El AHP es un proceso de
hipótesis y refinamiento progresivo, generando una mejor comprensión del
sistema. Además, fomenta la participación grupal en la toma de decisiones,
promoviendo el cuestionamiento y fortalecimiento de ideas y juicios a través de la
interacción y negociación (Saaty, 2014).

El método de Ponderación Lineal (Scoring) es uno de los más conocidos y


ampliamente utilizados en los enfoques de decisión multicriterio. Este método
calcula una puntuación global mediante la suma de contribuciones de cada
atributo. En casos donde los criterios tienen diferentes escalas, lo cual dificulta la
suma directa, se requiere normalización previa para lograr una suma coherente.
No obstante, el orden resultante de este método no es independiente del
proceso de normalización empleado. Por otro lado, los métodos de Utilidad
Multiatributo (MAUT) se basan en la estimación de funciones parciales para cada
atributo según las preferencias del decisor, y luego se agregan en una función de
utilidad multiatributo ya sea de forma aditiva o multiplicativa. Al determinar la
utilidad de cada alternativa, se logra una clasificación de las alternativas en el
proceso.

La teoría de la utilidad multiatributo, desarrollada por Keeny y Raiffa en


1976, refleja las preferencias del decisor sobre atributos o criterios, basándose en
el principio de que el decisor busca maximizar una función que incorpora las
perspectivas relevantes del problema. Para expresar estas preferencias, el decisor
responde a preguntas formuladas de manera coherente con la función de utilidad
que se pretende desarrollar (Llamazares y Berumen, 2011 pp. 54).

En la revisión de proyectos técnicos, la toma de decisiones multicriterio


permite considerar tanto los aspectos cuantitativos como cualitativos, fomentando
una perspectiva más completa y objetiva. Esta metodología es especialmente útil
cuando se enfrentan decisiones complejas que involucran múltiples intereses y
variables interrelacionadas. Por lo tanto, resulta fundamental en la valoración de
proyectos de modernización de sistemas de vapor, ya que permite seleccionar la
opción que mejor se ajuste a los objetivos, restricciones y valores de todas las
partes involucradas.

2.8. Herramientas tecnológicas para la revisión, evaluación y


modelado de sistemas

Las herramientas tecnológicas para la revisión, evaluación y modelado de


sistemas desempeñan un papel fundamental al permitir un análisis más preciso y
eficiente de los componentes y procesos involucrados en estos sistemas. El uso de
la tecnología desempeña un papel importante en la presentación, identificación y
exploración de conjeturas y relaciones (Santos y Benítez, 2003).

Una de las herramientas clave que se emplearán es el software de


modelado termodinámico, el cual brinda la capacidad de simular y analizar de
manera virtual el comportamiento de los sistemas térmicos. Estos programas
permiten la representación de los procesos termodinámicos a través de modelos
matemáticos, lo que facilita la visualización de los flujos de energía, la
distribución de vapor y otros aspectos relevantes. Además, estos softwares ofrecen
la ventaja de realizar cálculos complejos y resolución de ecuaciones con rapidez,
lo que ayuda en la evaluación de la eficiencia y el rendimiento de los sistemas.

Entre estos programas se pueden mencionar ASCEND modelling


environment, OpenThermo, DWSIM | Open Source Process Simulator,
Chethermo, Ising model, IF97 - Biblioteca Java de propiedades de agua y vapor y
Cantera. Otra herramienta tecnológica de gran utilidad son las hojas de cálculo de
Microsoft Excel, hojas de cálculo de Google, Calc de LibreOffice, Apache Open
Office Calc y hojas de cálculo de oficina de WPS; que permiten organizar y
analizar datos de manera estructurada.

Las hojas de cálculo como Ms Excel, ha surgido como una herramienta


informática atractiva en el ámbito de los cálculos de ingeniería debido a su
capacidad para realizar cálculos complejos, dado que su lenguaje de programación
para aplicaciones (VBA) simplifica la creación y depuración de programas. Una
de sus características destacadas para implementar modelos de sistemas es su
conexión con las librerías dinámicas que permiten calcular propiedades
termodinámicas de diversos fluidos, resolver modelos con parámetros
concentrados comunes en termodinámica y refrigeración.

Estos modelos involucran propiedades termodinámicas, coeficientes


convectivos de fase simple o de cambio de fase, así como ecuaciones de
conservación de masa, energía y transferencia de calor, generando sistemas de
ecuaciones no lineales. Los coeficientes de transferencia de calor se calculan
mediante un complemento desarrollado internamente que incluye correlaciones
que definen dichos coeficientes. Los resultados del modelado en Excel son
comparables a los obtenidos en otras plataformas, pero la obtención del modelo
mediante las hojas de cálculo de Excel® resulta más simple e intuitiva (Mendoza
y Navarro, 2013).
En el contexto de la evaluación y modelado de sistemas de vapor, las hojas
de cálculo son utilizadas para registrar y procesar información, realizar cálculos
de balances de masa y energía, y presentar los resultados de manera clara y
accesible. Estas herramientas son flexibles y pueden adaptarse a las necesidades
específicas del análisis, lo que facilita la realización de diversas simulaciones y
comparaciones.

La combinación de estas herramientas tecnológicas ofrece la capacidad de


realizar análisis detallados y precisos del sistema de generación y distribución de
vapor. La simulación con software de modelado termodinámico proporciona una
visión completa y detallada de los procesos térmicos, mientras que las hojas de
cálculo permiten llevar a cabo cálculos y presentar resultados de manera efectiva.
Esta integración tecnológica agiliza el proceso de evaluación, facilita la toma de
decisiones y proporciona una base sólida para la propuesta de mejoras y
optimización en el sistema.

2.9. Conclusiones del Capítulo

En este capítulo, se han abordado conceptos y fundamentos teóricos


esenciales para la revisión técnica del sistema de generación y distribución de
vapor de la UCV. Se destacó la importancia de la eficiencia energética en los
sistemas generadores de vapor, subrayando su relevancia en instituciones como
los hospitales y laboratorios de investigación y docencia, especialmente en el
campo de la mecánica de fluidos.

Asimismo, se presentaron los balances de masa, que permiten llevar un


registro detallado de las sustancias involucradas en un proceso, respetando la ley
de conservación de la masa. Se resaltó la importancia de estos balances en la
contabilidad de los materiales a lo largo del proceso de generación y distribución
de vapor. Se consideró cómo las sustancias pueden ingresar, salir, producirse,
acumularse o consumirse en el proceso, definiendo los términos de alimentación,
producto y unidades de proceso.

En el contexto de la UCV, estos conceptos y fundamentos teóricos son


esenciales para llevar a cabo una revisión técnica exhaustiva del sistema de
generación y distribución de vapor, en función de contribuir a mejorar la
eficiencia energética y la minimización de pérdidas, como actividad crucial en
instituciones que requieren de una alta demanda de vapor en diversas
instalaciones.

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