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Mensaje: ¿A dónde iré?

Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida


eterna. (Juan 6:68)

El ministerio de Jesús había crecido, ya no solo había 12 discípulos como en


sus inicios; sino que ahora eran mucho más.
Mucha gente le seguía, y estaban todos emocionados viendo los milagros y las
señales que él señor hacía; pero más por la comida que se repartía en las
reuniones de Jesús; pero comenzó a suceder algo, y es que muchos de sus
discípulos habían comenzado a sentirse incomodos con el mensaje de Jesús.
Decían: «Esto es muy difícil de entender. ¿Cómo puede alguien aceptarlo?».
Y dice que desde este instante muchos de los que le habían “seguido” volvieron atrás y ya
no le siguieron.
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Jesús estaba consciente de que sus discípulos se quejaban, así que les dijo: «¿Acaso esto
los ofende? 62 ¿Qué pensarán, entonces, si ven al Hijo del Hombre ascender al cielo otra
vez?

Hay muchas gentes que buscan al señor por los beneficios que se consiguen
cuando están con el señor; pero pensando que todo será color de rosas, a la
primera prueba se van del redil, eso mismo estaba pasando muchos discípulos
de Jesús.
Entendieron que el mensaje era muy duro y decidieron dejar de seguir a Jesús.
Notemos algo, Jesús no intervino, ni dijo nada al respecto cuando esos
discípulos decidieron abandonar el camino.
¿Porqué?
1ro. Jesús no obliga a nadie a servirle.
2do. El señor sabía que ellos no eran verdaderos discípulos. (Que solo
buscaban beneficios).
Cuando escucharon que en el ministerio de Jesús se daba comida y además el
señor realizaba diversos milagros, entonces todos quería estar con Jesús.
Al ver Jesús que ya muchos de sus discípulos no le seguían, se dirigió a los 12
y le Preguntó, ¿Quieren ustedes irse con ellos también?
Me parece ver una reunión entre los doce, quizás pensando abandonar
también, pero se fortalecieron entre sí, entonces Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a
quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Señores: Así que, “Jesús les preguntó a los doce: ¿También ustedes quieren
marcharse?” Y a continuación Pedro, el mismo que hacía unas horas casi se había
ahogado, por su falta de fe, hace una declaración extraordinaria: “¿a quién iremos? Tú
tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el
Santo de Dios.”

No hay mejor camino que tú.

Oh hermanos no hay mejor camino que este,

No hay mejor decisión que esta que hemos tomado, la de seguir a Cristo.

Y le seguimos no por los beneficios que él nos da, sino porque le amamos.

David dijo en Salmos 139: ¿Y adónde huiré de tu presencia?

Ahora mas que nunca, viendo el tiempo tan desafiante que estamos
viviendo debemos también pronunciar las mismas palabras de Simón
Pedro (¿a quién iremos?)
La pregunta obligada, (¿Eres tú de los que se van o de los que se quedan?)

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