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La Apología de Sócrates es una obra filosófica escrita por el famoso filósofo griego Platón,
en la cual se presenta el discurso de defensa pronunciado por Sócrates durante su juicio
en Atenas. Este texto es de gran relevancia en la filosofía occidental, ya que ofrece una
visión profunda de la vida y los valores de Sócrates, así como su compromiso con la
búsqueda de la verdad y la virtud.
La virtud, o areté, era otro concepto esencial en la filosofía de Sócrates. Para él, la virtud
implicaba hacer del bien una parte integral de uno mismo y ser moralmente hábil. Creía en
la tendencia innata del ser humano hacia el bien y abogaba por anteponer el bien ajeno al
interés propio. Sócrates sostenía que la virtud se educaba tanto en el entendimiento
(verdad) como en la voluntad (bien). La educación moral era crucial para él, ya que
consideraba que la virtud era la clave para una vida plena y lograda.
La justicia era otro tema importante en la filosofía de Sócrates. Él sostenía que no era
moralmente lícito cometer una injusticia, incluso si alguien había cometido una injusticia
contra él. Creía que la justicia no debía depender de la venganza, sino que era importante
actuar de acuerdo con la conciencia y la virtud. Para Sócrates, el único mal que debía
temerse no era sufrir una injusticia, sino convertirse en una persona injusta al cometer una
injusticia.
La libertad era otro concepto que Sócrates abordaba en su filosofía. Consideraba que ser
virtuoso y estar en sintonía con la verdad y el bien hacía a una persona más libre, ya que
podía separarse de las pasiones y los impulsos que llevaban a la esclavitud de uno mismo.
A través de la virtud y la sabiduría, uno podía alcanzar una forma superior de libertad.
Sócrates enfrentó su juicio con valentía y se negó a renunciar a sus principios filosóficos,
incluso cuando se le dio la oportunidad de huir o de someterse a la voluntad de la ciudad.
Optó por la muerte en lugar de traicionar sus creencias y su búsqueda de la verdad y la
virtud. Para él, vivir bajo unas leyes que consideraba justas era esencial, y morir de
manera coherente con sus valores era más importante que salvar su vida a expensas de
su integridad moral.
Corrupción de la juventud:
Sócrates fue acusado de corromper a la juventud ateniense mediante su estilo de
enseñanza y sus ideas filosóficas. Aunque Sócrates no dejó ningún escrito propio, sus
discípulos, como Platón, escribieron sobre sus diálogos y enseñanzas. Sócrates tenía la
costumbre de cuestionar y desafiar las creencias tradicionales y las opiniones populares
a través de la técnica de la mayéutica, que implicaba hacer preguntas para estimular el
pensamiento crítico. Esto a menudo llevaba a que los jóvenes cuestionaran las normas
sociales y religiosas establecidas, lo que algunos consideraban una influencia negativa
en la juventud. Las autoridades y ciudadanos influyentes de Atenas creían que Sócrates
estaba socavando la moral y la estabilidad de la sociedad al fomentar el escepticismo y
la reflexión crítica entre los jóvenes.
Impiedad hacia los dioses de la ciudad:
La segunda acusación contra Sócrates se centró en su actitud hacia los dioses de la
ciudad y la religión oficial ateniense. Sócrates era conocido por cuestionar y examinar
las creencias religiosas y tradiciones de la sociedad, y a menudo buscaba una
comprensión más profunda de la moral y la ética basadas en la razón en lugar de la fe
ciega en los dioses. Esta actitud crítica hacia la religión convencional llevó a la
acusación de impiedad (asebeia) en su contra. Se alegaba que Sócrates no creía en los
dioses de Atenas o que estaba introduciendo nuevos dioses, lo que constituía una ofensa
grave en la sociedad ateniense, donde la religión tenía un papel fundamental en la vida
pública y privada.
Era más importante seguir las órdenes de su dios interior que de los dioses. Sin
embargo, en lugar de ser una deidad que competía con los dioses atenienses, el Daimon
era una parte de la vida interior de Sócrates que lo ayudaba a vivir de acuerdo con sus
propios principios éticos y morales.
VERSIÓN CAROLINA
La "Apología de Sócrates", escrita por Platón, nos ofrece una visión profunda de la vida y
los valores del filósofo griego Sócrates, así como su defensa en su juicio en Atenas. El
juicio de Sócrates se basó en dos acusaciones fundamentales:
2. Impiedad hacia los dioses: Sócrates estableció una distinción entre la obediencia a la ley
de la ciudad y la obediencia a la voz de su Daimon interior, que podría considerarse su
conciencia. Argumentó que a veces era necesario desobedecer las leyes humanas si iban
en contra de la justicia y la virtud. Esto lo llevó a ser acusado de impiedad hacia los dioses,
ya que desafiaba la religión tradicional de Atenas. Sócrates defendió su creencia en un
Dios divino que lo guiaba y afirmó que su búsqueda de la verdad estaba alineada con los
principios divinos.
- Sabiduría: Sócrates creía que el sabio es aquel que une la búsqueda del conocimiento de
la verdad con la práctica de la virtud. Reconocía su propia ignorancia y sostenía que la
verdadera sabiduría comienza al autoexaminarnos y reconocer que somos ignorantes. Su
famosa frase "Solo sé que no sé nada" refleja su humildad intelectual y su compromiso con
la búsqueda de la verdad.
- Justicia: Sócrates argumentaba que no era moralmente lícito cometer una injusticia,
incluso si alguien había cometido una injusticia contra él. Creía que la justicia no debía
depender de la venganza, y que era importante actuar de acuerdo con la conciencia y la
virtud. El virtuoso, según Sócrates, prefería padecer una injusticia que cometerla, y el
temor a sufrir una injusticia no debía cambiar su manera de ser.
Una de las menciones que habías hecho previamente se refiere al "Pritaneo". El Pritaneo
era una especie de pensión vitalicia o prestación otorgada por el estado a ciudadanos
destacados.
2. Ética y moralidad:
- Sofistas: Los sofistas sostenían que la moralidad era relativa y que las acciones se
consideraban buenas o malas según la opinión pública o las normas culturales.
Enseñaban a sus estudiantes a adaptarse a las normas y valores de la sociedad para
alcanzar el éxito.
3. Método de enseñanza:
- Sofistas: Los sofistas cobraban por enseñar a sus estudiantes las habilidades de
persuasión, retórica y argumentación. Enseñaban técnicas para ganar debates y
argumentar de manera efectiva, independientemente de la veracidad de las afirmaciones.
VERSIÓN CLAUDIA
TEMA 3
Examen:
- 1 texto
- 2/3 preguntas
- Reflexión, no opinión.
Resumen:
Conceptos esenciales:
El sabio cómo Sócrates es el que hace el bien porque conoce el bien. Es también la
capacidad de guiar el conocimiento hacia el bien. La ignorancia de Sócrates es hipotética.
Esta sabiduría se adquiere al autoexaminarnos, reflexionar y reconocer que somos
ignorantes, lo cual se refleja en la mítica frase "Solo sé que no sé nada".
o Vida/Mundo/Presente/Realidad
o Yo
- Virtud: Areté. La virtud es hacer del bien una parte de nosotros y por ello ser hábil
moralmente. No es natural la virtud, es natural querer llegar a la virtud y mejorarla.
Tendencia innata al bien. Anteponer el bien ajeno al interés propio.
o Verdad/Virtud:
Muchas veces nos debatimos entre hacer lo que deseamos o lo que nos conviene o lo
correcto. Optamos por la segunda, pero Sócrates dice que no es modo de vivir. Tenemos
una parte animal que si la superas a través de la moral serás virtuoso y el alma vuelve al
lugar que le pertenece, con Dios. Sus acusadores también optaron por lo conveniente, útil,
rentable o cómodo. Sócrates tenía la opción de obedecer y frenar su comportamiento o de
huir, y estas opciones son igualmente atractivas para él, pero son moralmente peores.
- Justicia:
¿Es lícito moralmente cometer una injusticia? No, incluso si la han cometido conmigo. No
me juego el alma ni la vida eterna con lo que me sucede, sino con lo que hago. Algo que
es injusto y está mal, no debes de hacerlo tú también. Que nos lo hagan no nos legitima
para hacerlo, pero buscas venganza.
o Virtud/Justicia: Para el virtuoso, el único mal que hay que temer no es padecer una
injusticia, sino que lo que te vuelve malo es cometerla dejando de hacer el bien. Como él
es virtuoso, escoge recibir una injusticia y no cometerla. Sócrates tiene fortaleza para
aguantar eso.
Las leyes son virtuosas, pero estas leyes están corruptas. Las leyes van más allá de la
injusticia del acto. La ley es justa, la sentencia no. Los profesores, los padres, son injustos,
pero te siguen teniendo aprecio o queriendo. Con las leyes pasa lo mismo. Aunque él es
acusado injustamente, no quiere llevar a cabo una injusticia, y dice que prefiere morir, decir
la verdad y ser fiel a sus principios que vivir, pero mentir y renunciar a su filosofía. La
justicia no es un favor porque tiene que mirar los hechos, no a la persona. No hay que
introducir un elemento sentimental como pedir la absolución porque si no se quita el foco
de atención de lo que se está juzgando, dejan de ser importantes los sucesos y se centran
en la pena. Él no acepta ninguna pena porque sería reconocer que es culpable. Además,
decía que no pintaba nada exiliado, porque es quien es porque está allí conversando con
todos, y tiene a su familia y amigos, además de que fuera solo hay salvajismo y falta de
civilización.
Para ser político y cambiar tú las leyes tienes que convertirte en un dictador, y eso él no lo
quería. Y el proceso para subir hasta ahí arriba es cometiendo actos en contra de tus
principios. En ese momento las élites ricas dirigían el sistema, pero él democratizó el
sistema y ofrecía educación gratuita. Vamos a educar a todos independientemente de su
origen social. Lo importante no es de dónde vienes sino a dónde vas. Socialista.
Herederos de una revolución subjetivista.
Cuando te enamoras. “Libertad no conozco, sino la libertad de estar preso en alguien”. “No
te sientes libre”. No hay mayor felicidad que enamorarse, pero esta no es ausencia de
sufrimiento.
- Conciencia:
La conciencia voz o Daimon es nuestra brújula moral. Es una parte de nosotros heredada
o en conexión con los dioses o Dios. La conciencia es común. Es una voz interior,
subjetiva, no es objetiva ni autorizada. Como si fuera un espíritu que te dice cómo tienes
que vivir. Es el sujeto el que escucha en su conciencia individual qué es el bien y qué es el
mal. No sé si el mundo es correcto o no, pero sé lo que me dice mi conciencia. Lo
importante no es lo que os digan sino lo que vosotros penséis.
Las pasiones son imprescindibles, pero hay que escoger y mantener un equilibrio entre lo
que nos apetece y el bien. El cuerpo, sí que te dice lo que te hace bien. Si a ti te apetece
beber y sientes placer al hacerlo. El sexo es lo mismo. No se plantea como algo necesario.
Se plantea como algo placentero, pero sirve para la reproducción.
- Felicidad:
Los sofistas niegan que haya acciones más virtuosas que otras. No hay moral. El asunto
es la eficacia, el cómo conseguir lo que quiero. Se puede comprar casi todo. La ley del
más fuerte. Las leonas se comen a las cebras. Hacer lo que te da la gana.
- Amor: Da frutos. El fruto que da la relación que hay entre el mundo y nosotros a
través del conocimiento es el progreso. Hay amor entre amistades, parejas…
Los acusadores
En su defensa, Sócrates distingue entre dos tipos de acusadores, por un lado los antiguos
acusadores o anónimos, los cuales han esparcido calumnias sobre él durante años y, por
otro lado, los nuevos acusadores, es decir, los que le han llevado recientemente al juicio.
Los últimos son tres hombres que han presentado cargos contra Sócrates:
Meleto: poeta
Ánito: político
Licón: orador
Quienes representan a los gremios que Sócrates criticaba: poetas, políticos y oradores.