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LÓGICA – Facultad de Psicología UNLP – 2021 Prof.

Bruno Sbrancia

LÓGICA: APUNTE DE CLASE N°2

CONTENIDOS: Identificación de argumentos y sus componentes (premisas/conclusión).

ACTIVIDAD: Punto 2 del T.P. 1.

BIBLIOGRAFÍA: Copi, I. & Cohen, C., Introducción a la lógica, México, Limusa, 2007, cap. 1.2.

La semana pasada nos concentramos principalmente en definir algunos términos básicos que
emplearemos constantemente en nuestro trabajo en lógica. Esta semana nos avocaremos a la tarea de
reconocer razonamientos y distinguir en ellos las premisas de la conclusión (punto 2 del T.P. 1). Casi la totalidad
de las actividades que tendrán que realizar en la guía de trabajos prácticos requieren que puedan reconocer
correctamente las premisas y la conclusión en un razonamiento, de manera que tenemos que procurar hacerlo
bien.
Como ayuda para que puedan resolver la actividad (por caso de que la necesiten), voy a mostrar
algunos ejemplos para complementar lo que ya leyeron en el texto de Copi y Cohen cuando completaron el
punto 1 de la guía.

RAZONAMIENTOS CON INDICADORES DE PREMISA E INDICADORES DE CONCLUSIÓN.

Ya sabemos que para que un conjunto de dos o más proposiciones constituya un razonamiento, es
necesario que algunas (una o más) de estas proposiciones estén siendo empleadas como razones en favor de
otra proposición cuya verdad se intenta establecer. Es decir, debe existir entre ellas la relación
premisas/conclusión. Afortunadamente, en la mayoría de los casos la presencia de esta relación viene sugerida
por el empleo de ciertas expresiones denominadas “indicadores de premisas” e “indicadores de conclusión”.
Veamos un ejemplo:

A) Puesto que la espinaca contiene vitaminas y minerales, se sigue que es buena para la salud.

El ejemplo A) contiene un razonamiento bien simple, compuesto de sólo una premisa y la conclusión. Las
palabras resaltadas en verde indican que la proposición que viene a continuación cumple la función de premisa
del razonamiento (de ahí su nombre: “indicador de premisa”), y las palabras resaltadas en celeste anuncian
que la proposición que la sigue es la conclusión (“indicador de conclusión”).
Como premisas y conclusión van siempre juntas (es decir, no hay premisa sin conclusión y no hay
conclusión sin premisa), no es necesaria la presencia de ambos indicadores: si puedo identificar una premisa,
tengo que poder identificar la conclusión, y viceversa. El ejemplo A) podría ser levemente modificado y
seguiríamos teniendo el mismo razonamiento:

B) La espinaca contiene vitaminas y minerales; por lo tanto, es buena para la salud.

En el ejemplo B) ya no tenemos indicador de premisa. No obstante, por la presencia del indicador de


conclusión (en celeste) podemos advertir que el razonamiento sigue allí. El ejemplo C) también es una variante
del mismo razonamiento:
C) La espinaca es buena para la salud, ya que contiene vitaminas y minerales.

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En este caso el orden en que aparecen la premisa y la conclusión fue invertido, pero eso no quiere
decir que la relación entre ellas se haya modificado. El enunciado “la espinaca contiene vitaminas y minerales”
sigue siendo la premisa, lo cual puede advertirse por el hecho de que está precedida por un indicador de
premisa. “La espinaca es buena para la salud” sigue siendo la conclusión, aunque ya no esté el indicador.

Veamos ahora algunas variantes que se pueden presentar en un razonamiento un poco más complejo:

D) Dado que Carlos nunca usa ropa deportiva cuando va a trabajar, y puesto que esta mañana Carlos
salió de su casa vistiendo ropa deportiva, se puede concluir que esta mañana Carlos no fue a trabajar.

Nuevamente, hemos comenzado con el caso más explícito posible, donde cada proposición está
precedida por un indicador. En los siguientes ejemplos, el razonamiento es exactamente el mismo, aunque
falten uno o más indicadores o el orden de las proposiciones se vea alterado:

E) Puesto que Carlos nunca usa ropa deportiva cuando va a trabajar, pero esta mañana salió de su
casa vistiendo ropa deportiva, se sigue que esta mañana Carlos no fue a trabajar.

En el ejemplo E) hay un único indicador de premisa, pero eso no quiere decir que haya una única
premisa. A veces, si las premisas vienen presentadas una a continuación de la otra, basta con un solo indicador
que las preceda a todas, que usualmente estarán conectadas con alguna conjunción (“y”, “pero”, “aunque”,
“además”, etc.).

Usualmente no se usa indicador de conclusión cuando ésta es presentada al comienzo del argumento.
En estos casos, un solo indicador basta para dejar en claro cuál es la conclusión y cuáles son las premisas. Tal
es el caso en el ejemplo F):

F) Esta mañana Carlos no fue a trabajar, ya que Carlos nunca usa ropa deportiva cuando va a trabajar,
y esta mañana salió de su casa vistiendo ropa deportiva.

Cuando comenzamos a leer el ejemplo F), como el primer enunciado no es precedido por ningún
indicador, en principio no sabemos si se trata de una premisa o de la conclusión. No obstante, cuando leemos
la expresión “ya que” advertimos que la información que se presenta a partir de aquí es empleada como
justificación del enunciado previo al indicador.

Veamos ahora un caso en el que la conclusión es presentada entre las dos premisas:

G) Carlos nunca usa ropa deportiva cuando va a trabajar; por lo tanto, esta mañana Carlos no fue a
trabajar, ya que salió de su casa usando ropa deportiva.

Nuevamente, el primer enunciado no está precedido por ningún indicador por lo que podría ser una
premisa o la conclusión, pero la aparición del indicador “por lo tanto” que precede al segundo enunciado deja
en claro que lo que comienza allí es la conclusión, con lo cual no quedan dudas de que el primer enunciado
tiene que ser su premisa. Una premisa adicional es agregada al final, lo cual no es difícil de reconocer porque
viene acompañada de su indicador correspondiente.

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Los ejemplos presentados arriba no son las únicas variantes, pero bastan para nuestro propósito de
dejar en claro los siguientes puntos:
- Los razonamientos están compuestos por al menos dos proposiciones, una premisa y una conclusión.
(Si bien hay un límite inferior de una premisa para que haya un razonamiento, no hay un límite
superior. Podría contener dos, tres, cuatro, cinco…)
- La distinción premisa/conclusión no puede establecerse atendiendo únicamente al orden de aparición
de los enunciados, puesto que la conclusión puede ser presentada antes que las premisas, después
que las premisas, o entre las premisas (de ahí la utilidad de los indicadores de premisa y conclusión).
- Como no hay premisas sin conclusión, ni conclusión sin premisas (son términos relativos), no es
necesario que todas las proposiciones en un argumento estén precedidas por algún indicador: si
logramos reconocer las premisas, podemos inferir cuál es la conclusión; si logramos identificar la
conclusión, podemos inferir cuáles son las premisas.

RAZONAMIENTOS SIN INDICADORES DE PREMISA E INDICADORES DE CONCLUSIÓN.

Como dijimos al principio, la existencia de la relación lógica entre premisas y conclusión en un conjunto
de proposiciones usualmente está sugerida por la presencia de indicadores. Pero éste no es siempre el caso,
ya que dicha relación puede existir aunque no esté explícitamente indicada. Como en general una persona
que presenta un razonamiento para justificar su punto de vista quiere dejar en claro su intención, los
razonamientos sin indicadores serán aquellos en que la relación premisas/conclusión sea especialmente
evidente. Por ejemplo, en un debate sobre la despenalización de las drogas en el que la posición de cada
participante es conocida por los demás, no es necesario que se esté aclarando constantemente cuál es la
conclusión a la que cada quien quiere llegar. Cuando no tenemos indicadores y tampoco tenemos el contexto
del que se toma el razonamiento, la información presentada en los enunciados mismos puede servir de indicio.
Por ejemplo:

H) Marcos es mayor que Ana; nacieron el mismo año, pero Marcos nació en enero y Ana nació en
octubre.

En el ejemplo H) no tenemos ni indicadores ni un contexto que nos facilite el reconocimiento de las


premisas y la conclusión. Ahora bien, ya sabemos que las premisas son razones en favor de la conclusión, y
aquí no parece que el enunciado “Marcos es mayor que Ana” sirva de fundamento para creer que nacieron el
mismo año pero en meses distintos; es decir, no sirve como premisa de los enunciados que vienen a
continuación. En cambio, saber que Marcos nació en enero y Ana nació en octubre del mismo año, sí sirve de
apoyo para concluir que Macos es mayor que Ana. Cuáles son las premisas y cuál es la conclusión resulta
entonces evidente si atendemos a la información contenida en cada enunciado.

En base a la lectura que ya hicieron de los capítulos 1.1 y 1.2 del texto de Copi & Cohen, y con las
aclaraciones adicionales contenidas en este apunte, traten de resolver la actividad consignada al comienzo de
esta presentación.

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