que vivía una gran familia, compuesta por padre, madre, 4 hijos, sus dos mascotas y ¡claro! Eran muy felices.
En cierto momento, la bella Dulce María, asoma
por la ventana de su casa y ve un horroroso
coranivirus que melodeaba en la calle.
La noticia corrió por todas partes y
muchos lo vieron, sin embargo, algunos no le temieron, salieron y hasta lo tocaron y por supuesto poco después enfermaron. Más tarde las noticias de la televisión advirtieron a la gente que este era un malvado virus atacaba a todo el mundo, sin discriminación de ningún tipo porque a él le encantaba viajar por todas partes.
Muchos desprevenidos, otros desinformados y otros que no
hicieron caso, se llenaron de ese virus feo y enfermaron, pero lo más preocupante fue que contaminaron a otros que estaban cercanos y así se fue multiplicando por todas partes. Entonces todos los gobiernos preocupados por nosotros, nos ordenaron quedarnos en casa, cerrar negocios, terminales, aeropuertos y vías, para que el malvado no se le pegara a más gente. Por eso nos tocó encerrarnos, quedarnos en casa en cuarentena de varios meses, para no enfermarnos.
Pero un día ocurrió algo maravilloso,
Patarrollo nuestro científico colombiano, nos daría la mejor noticia, creó la vacuna que sería el antídoto para el famoso coronavirus covid 19, quien al enterarse se puso furioso y deseaba esfumarse para que no lo atacaran a él. Era un cobarde huía despavorido y así fue como se esfumo de la faz de la tierra y nosotros vivimos felices y pudimos volver a salir, a disfrutar de la naturaleza, correr por las calles, en fin todo aquello que el infame virus ese nos había quitado.
Pero lo más importante es que nos dejó una gran
moraleja: que la humanidad es muy vulnerable, donde ni el oro ni el dinero, ni las armas ni el poder pueden contra las cosas de la naturaleza. También nos enseñó que hay mucho que valorar y compartir.