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Cuando un niño inscrito se está preparando para ser bautizado, un miembro del obispado y una miembro de la presidencia de la
Primaria deliberan en consejo con la familia para planificar y programar un servicio bautismal, que dirigirá un miembro del
obispado. Si más de un niño se bautiza en el mismo mes, podrían compartir un mismo servicio bautismal.
Los testigos
Dos testigos, con aprobación del líder que preside, observan cada bautismo para asegurarse de que se efectúe apropiadamente. Los
miembros de la Iglesia que han sido bautizados, incluso los niños y jóvenes, pueden servir como testigos.
El bautismo se ha de repetir si no se pronuncian las palabras exactamente como aparecen en Doctrina y Convenios 20:73.
También debe repetirse si parte del cuerpo o del cabello de la persona o de sus prendas no se sumergen por completo.
Las fotos del recuerdo deben ser antes de empezar la reunión, no forma parte del programa bautismal.
Las personas que se bautizan y las que bautizan deben estar vestidas de blanco antes de comenzar la reunión.
No se deben realizar decoraciones que minimicen el carácter divino de la reunión, no es apropiado realizar un
catering, festines ni celebraciones ostentosos. Si el niño cumple años ese mismo día, deberá celebrar su
cumpleaños en un lugar y horario aparte. La ordenanza bautismal debe ser el momento mas importante en la
vida de un niño.