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HIJOS
Introducción
A. Como padres cristianos, amamos a nuestros hijos y nuestro deseo
es que sirvan al Señor, pero el obstáculo mas grande que encontramos
para cumplir este propósito es la mala comunicación.
B. Esta mala comunicación es el principal impedimento para que les
demos un buen testimonio de nuestro Dios y como consecuencia
terminan alejándose de Señor.
I. CORAZÓN.
Nuestra comunicación debe enfocar el corazón.
A. Cuando la biblia habla del corazón se refiere a la mente, los
pensamientos, los sentimientos y al intelecto en general.
B. La gran mayoría de padres no conocemos lo que hay en el
corazón de nuestros hijos.
C. Cuando hablamos con ellos, nos mantenemos en un nivel
superficial que enfoca solamente su conducta. Por ello, no
sabemos lo que opinan, sienten o sueñan.
Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.
Pr 23:26
CURIOSIDAD.
Debemos sentir curiosidad por saber lo que hay en ellos.
Muchos nos damos por vencidos en los primeros intentos de hablar con
alguno de nuestros hijos, recordemos que la comunicación saludable no
se desarrolla en un momento.
A. Hoy existen muchos obstáculos para una buena comunicación, por
este motivo es esencial que cultivemos un ambiente de comunicación
constante con ellos.
2. Todo tema:
a. En las conversaciones con mis hijos, no deben existir temas
tabúes. (temas sexuales o de cosas como la homosexualidad).
b. Cuando surgen estos temas, muchos respondemos: “Eso es sucio. Es
malo. De eso no se habla en esta casa”. Nuestros hijos, entonces,
entienden que no pueden preguntar sobre esos temas en casa.
c. ¿Su interés en esos temas desaparecerá con esa conversación?
¡Por supuesto que no! hablarán de esos temas con sus amigos, quienes
no les ayudarán a desarrollar una perspectiva madura y bíblica.
d. Cuando nos quejamos de sus ideas erróneas, debemos recordar que
nosotros los obligamos a hablar de esos temas con sus amigos porque
cerramos la puerta de la comunicación.
e. También, tenemos que recordar que las conversaciones
provechosas con nuestros hijos no se programan. Tenemos que pasar
tiempo con ellos.
COMPASIÓN
Debemos tener una actitud compasiva hacia nuestros hijos.
A. Muchas veces les hablamos a nuestros hijos con demasiada dureza
o con enojo.
B. Esas actitudes no invitan a nuestros hijos a abrir la puerta de su corazón
y no deberían de caracterizarnos, ya que, en la Biblia, la compasión es una
de las cualidades más notorias en el trato padre- hijo:
F. Al comparar las conversaciones que tienen con sus amigos con las que
tienen con nosotros, se darán cuenta que sus amigos “los aman”, que los
escuchan sin reproches ni ira. Por ello, irán a buscar a sus amigos, a su
novio o novia, y a ellos les contarán sus pensamientos íntimos, mientras
que a nosotros no, porque no les hemos tratado con compasión.
G. A veces, pensamos que el pecado o la desobediencia de nuestros
hijos justifican nuestro enojo o dureza. Pensamos que debemos tratarlos
ásperamente para que no vuelvan a cometer el pecado.
a. Pero la dureza solamente los aleja más de nosotros. Les llena de
rencor y amargura. Aun cuando han pecado, debemos evidenciar
compasión y ternura.
b. El afirmar que debemos sentir compasión por nuestros hijos no
significa que perdemos nuestro rol de autoridad en sus vidas. También
debemos corregir a nuestros hijos.
I I. CORRECCIÓN.
I Tenemos que aprender a corregir a nuestros hijos
bíblicamente.
A. Nuestro mundo moderno nos presiona a dejar de corregir a nuestros
hijos. Enfatiza los derechos de los niños e insiste en que dañamos su
autoestima si no les dejamos hacer lo que bien les parezca.
B. Pero la palabra de Dios nos manda a corregir e instruir a
nuestros hijos como evidencia de nuestro amor
G. Debemos recordar que, como padres cristianos, debemos ir más allá del
castigo físico. Debemos hablar, repetir, instruir, conversar, llorar, orar,
dialogar, advertir… todo esto es parte de la corrección.
H. Ahora bien, toda la comunicación del mundo no servirá para lograr un
cambio interno en nuestros hijos si nuestra comunicación no es…
I . CRISTO-CÉNTRICA.
V
A. la Biblia nos explica dónde encontramos la motivación para
perseverar en la vida cristiana
Conclusión:
1. ¿Por qué queremos tener una buena comunicación con nuestros hijos?
a. ¿Para tener influencia sobre ellos? ¿Para sentirnos buenos
padres? ¿Para lograr que se porten bien?
2. No, queremos tener buena comunicación con ellos porque
entendemos lo que nos enseña Asaf en el Salmo 78: para que la
generación siguiente no abandone a Dios, la generación
presente tiene que dar testimonio de un Dios alucinante.
3. Y eso implica contarles a nuestros hijos todas las maravillas de Dios.
Hacer que alucinen con Dios. Compartir este testimonio requiere que
tengamos comunicación con nuestros hijos.