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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

INSTITUTO DE ESTUDIOS URBANOS Y TERRITORIALES

LA RECONSTRUCCIÓN DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES URBANOS

Aprendizajes a partir del caso de la Coordinadora de Pobladores José Maria Caro en Santiago de Chile

Por Leslie Parraguez Sánchez

Tesis presentada al Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile
para optar al grado académico de Magíster en Desarrollo Urbano
Profesora guía: María Elena Ducci
Junio de 2008
Santiago, Chile
© 2008, Leslie Parraguez Sánchez.
Se autoriza la reproducción total o parcial, con fines académicos, por cualquier medio o
procedimiento, incluyendo la cita bibliográfica del documento.
INDICE GENERAL

Tema Página
Dedicatoria y agradecimientos
1. Introducción 1
2. Fundamentación 3
3. Dicusión Teórica 5
3.1 Introducción 5
3.2 La sociología de la acción 7
3.2.1 Crisis de la sociología clásica 7
3.2.2 Los movimientos sociales como categoría de análisis de lo social 8
3.2.3 ¿Movimientos sociales hoy? 11
3.3 Muerte de "lo social" e individualización 12
3.4 Nuevas configuraciones de "lo colectivo" 16
3.4.1 Crisis de la comprensión de las mutaciones que atraviesa la sociedad 16
3.4.2 Individualismo como eje principal del pensamiento y de la acción 18
3.4.3 Tensión fundamental general. Movimientos sociales emergentes: entre la defensa de la
identidad y la política de vida 21
3.5 Los movimientos sociales en el actual campo de historicidad 30
3.5.1 El proceso global de urbanización capitalista 30
3.5.2 Tensión fundamental específica. Movimientos sociales urbanos emergentes: entre la
defensa de la identidad espacial y la lucha por el derecho a la ciudad 35
Apéndice. Reseña de autores claves 46
4. Pregunta de investigación 50
5. Hipótesis de trabajo 51
5.1 Hipótesis 1 51
5.2 Hipótesis 2 51
5.3 Hipótesis 3 51
5.4 Hipótesis 4 51
6. Objetivos 52
6.1 Objetivo general 52
6.2 Objetivos específicos 52
7. Contexto 51
7.1 Situación urbana 51
7.1.1 Configuración socioespacial de Santiago en los ‘60 y el nacimiento de la periferia
surponiente 51
7.1.2 La consolidación de la periferia marginal en el Santiago de los ‘80 55
7.1.3 Reconfiguración socioespacial de Santiago en el siglo XXI y la nueva periferia 57
7.2 La comuna de Lo Espejo 59
7.3 La población José María Caro 62
7.4 Escenario político 64
8. Metodología 66
9. Análisis de resultados 70
9.1 Descripción general de la agrupación 70
9.2 Cartografía del conflicto 71
9.2.1 Articulación de la defensa 71
9.2.2 Inclusión en la toma de decisiones 78
9.2.3 Desborde y fiscalización 84
9.2.4 Resolución y aprendizajes 88
9.2.5 Arena pública y proyecciones contraofensivas 94
10. Conclusiones 109
11. Referencias bibliográficas 114
11.1 Libros, artículos científicos y documentos de trabajo 114
11.2 Documentos legales 119
11.3 Sitios WEB 119
12. Anexos 121
12.1 Fuentes de información 121
12.1.1 Documentos públicos 121
12.1.2 Foros públicos 122
12.1.3 Entrevistas semiestructuradas 122
12.1.4 Actas de Concejo Municipal Lo Espejo (2005-2007) 124
12.2 Matriz de operacionalización para construcción de entrevistas 125
12.3 Pautas de entrevista 132
12.3.1 Pauta miembros 132
12.3.2 Pauta externos 134
12.4 Glosario de abreviaturas 136
Índice de Cuadros y Figuras 137
1. INTRODUCCIÓN
La siguiente investigación se plantea realizar dos ejercicios indagatorios concatenados. Por
un lado, busca aportar a la discusión teórica en torno a la reconstrucción de lo colectivo en
el actual campo de historicidad, es decir, el proceso global de urbanización capitalista. Por
otro, busca profundizar los hallazgos de la indagación teórica a través del estudio de una
acción colectiva emblemática en la historia contemporánea de la ciudad de Santiago de
Chile.
Con todo, se pretende comprobar que la actual proliferación de “conflictos urbanos” en la
ciudad corresponde a la emergencia de nuevos movimientos sociales y no solo a
explosiones aisladas y fugaces de descontento, como suele describírseles. Ello, a través del
estudio de la relación dialéctica entre la transformación de “lo colectivo” y las
transformaciones urbanas que se gestan a partir de los cambios en la arquitectura
productiva global.
En concordancia, como primer paso, se desarrolla la fundamentación que orienta este
trabajo; para luego exponer la discusión teórica a partir de la cual se pretende generar un
acercamiento entre los postulados actuales de la Sociología de la Acción -que concibe a los
movimientos sociales como principio de explicación- y algunos desarrollos teóricos de
alcance intermedio en los cuales, a partir de la década de 1980, los conceptos de espacio
desempeñan un papel central.
Desde la discusión bibliográfica se definen, a continuación, los términos para abordar –pero
no predeterminar- el caso de estudio, que corresponde a uno de los conflictos urbanos más
reconocidos que se han desencadenado en la ciudad en el último período, protagonizado por
la Coordinadora de Pobladores José María Caro, en la comuna de Lo Espejo. Como varias
otras agrupaciones de Santiago de Chile, se organiza para cuestionar el proceso de
actualización del Plan Regulador Comunal, por haber sido gestado sin la participación
amplia de los vecinos; imponiendo un modelo de desarrollo urbano que no sólo implicaría
la transformación radical del estilo de vida barrial, sino también la paulatina expulsión de
los habitantes de esta histórica población.
Luego de señalar la pregunta y los objetivos de investigación, se describe brevemente el
contexto urbano, local y político del caso de estudio. A continuación, se expone la
metodología a utilizar tanto para el levantamiento de información como para el análisis de
resultados. En este sentido, como se ha adelantado, se opta por un estudio de caso
paradigmático, desarrollado a través de técnicas cualitativas. Respecto al análisis de
resultados, su construcción utiliza aspectos de la metodología propuesta por Pattaroni
(2006) para una aproximación a los procesos de toma de decisiones; que, a su vez, recoge
las proposiciones metodológicas de la Sociología Pragmática y la Teoría del Actor-Red. La
primera, aborda la interacción entre actores y argumentos en el proceso de toma de

1
decisiones. La segunda, aborda la inter-territorialidad de dichos procesos. Ambas, en
conjunto, permiten organizar los resultados en coherencia con la doble entrada propuesta
por esta investigación para la comprensión de los movimientos sociales emergentes.
De esta manera, con los resultados se construye una cartografía del conflicto en Lo Espejo,
que incluye una descripción general de la agrupación y la identificación de los agentes e
instituciones involucradas en cada momento y escala de dicho conflicto. Finalmente, a
partir de la puesta en relación del ejercicio teórico con el empírico, se exponen las
principales conclusiones con las cuales se busca dar respuesta a la pregunta de
investigación que funda esta tesis.

2
2. FUNDAMENTACIÓN
“Estamos en un momento de hipersensibilidad, tenemos el tema en todos lados,
abriéndonos a una dimensión que antes no estaba abierta”
(Verónica Adrián, Red Ciudadana por Ñuñoa)
Esta investigación responde a un interés profundo por el debate académico y político en
torno al tema de la “muerte de lo colectivo” y “el triunfo del individualismo negativo” en el
actual contexto social. En este sentido, se está de acuerdo con quienes defienden la idea de
que existen –y se acrecientan- las señales que desafían la naturalización de estos
dictámenes. Una de esas señales, a la cual esta investigación busca otorgar visibilidad, es la
proliferación de “conflictos urbanos” en la ciudad de Santiago de Chile: reacciones
colectivas que se oponen a aquellas intervenciones urbanas -públicas y privadas- que, según
sus protagonistas, trastocan arbitrariamente sus entornos locales de vida.

Figura 1. Los conflictos urbanos del Gran Santiago (septiembre, 2007).

Fuente. Ediciones Especiales Urbanismo y Construcción, Diario “El Mercurio”.


Lo interesante es que dichos conflictos se estarían produciendo sin distinción de situación
socioeconómica y, muy relacionada, localización en la ciudad, tal como se puede apreciar
en la figura 1. En ella se muestra un artículo publicado por un importante periódico de
circulación nacional en septiembre del año 2007, en el cual se señala la ubicación y
especificidad de los principales conflictos urbanos vigentes en la ciudad de Santiago.

3
Esta publicación, además, permite deducir una importancia creciente del fenómeno para la
opinión pública, al menos aquella interesada por las tendencias contemporáneas de lo
urbano hoy. Pero, más importante, podría significar un avance para estas luchas, al dejar de
ser interpretadas como situaciones aisladas, sino como una “cuestión urbana”. El sencillo
acto de examinar los nombres de estas agrupaciones ciudadanas 1 permite obtener pistas en
este sentido, ya que todas estas acciones colectivas para sintetizar su interés de lucha hacen
uso de conceptos muy cercanos en términos de significado: “defensa”, “no”, “salvemos” o
“rechazo”.

Figura 2. Volante Agrupación de Defensa del Patrimonio Urbanístico y Habitacional de San Miguel.

Fuente. http://defendamossanmiguel.blogspot.com
Ahora, más que buscar regularidades, esta investigación se propone mirar con nuevos ojos
estas manifestaciones colectivas, en un esfuerzo por evidenciar las consecuencias que tiene
para los sujetos que no se preste atención en forma crítica a sus transformaciones. Detrás de
esta acción, de acuerdo con Matus (2006), hay todo un nuevo mapa de preguntas que hacer
emerger. La primera, seguramente, debería proponerse dilucidar si la situación descrita más
arriba responde a una simple coincidencia o, más bien, se está ante una clara señal de que,
más allá de las especificidades de cada una de estas movilizaciones ciudadanas, algo nuevo
ocurre en la ciudad. Más concretamente, ¿es posible afirmar que estamos ante la
emergencia de nuevos movimientos sociales en la ciudad de Santiago de Chile?

1 Por ejemplo, “Agrupación Defendamos Plaza Las Lilas”, “Agrupación de Vecinos Barrio Pedro de Valdivia
Norte” (No al túnel en el Cerro San Cristóbal), “Agrupación Ciudadanos en Defensa de San Ramón” (rechazo
al Plan Regulador Comunal), “Red Ciudadana por Ñuñoa” (No a la Masacre Urbana), “Agrupación de
vecinos de las comunas de La Reina, Peñalolén y Ñuñoa” (No a la construcción de la Autopista Vespucio
Oriente en Superficie), “Agrupación Salvemos Vitacura” (rechazo a las modificaciones del Plan Regulador
Comunal), “Vecinos por la defensa del Barrio Yungay” (rechazo a las modificaciones del Plan Regulador
Comunal de Santiago), “Coordinadora de Pobladores José María Caro” (rechazo al Plan Regulador Comunal
de Lo Espejo).

4
3. DISCUSIÓN TEÓRICA

3.1 Introducción
“Es difícil hablar de la civilidad en la vida moderna sin parecer un esnob o un reaccionario”
(Sennett, 2002, p. 578)
¿Cómo abordar este problema de investigación? En primer lugar, al proponer la emergencia
de movimientos sociales en el actual contexto urbano, se hace referencia directa a la
cuestión de las nuevas configuraciones de lo social y a las múltiples consecuencias que
tiene para los sujetos que no se preste atención en forma crítica a sus transformaciones. En
segundo lugar, al proponer que esta emergencia de movimientos sociales tiene como
“escenario” a la ciudad, se hace referencia directa a la cuestión de las nuevas
configuraciones de lo urbano, proceso de interés creciente para los estudiosos de la ciudad.
En tercer lugar, a partir de aquellas investigaciones que instalan crecientemente en el
lenguaje académico las nociones de “lo socioterritorial” y “lo socioespacial”, se presume
una relación dialéctica entre las nuevas configuraciones de lo social y las nuevas
configuraciones de la ciudad.
Por lo tanto, si los movimientos sociales constituyen lo social, y si la transformación de lo
social y la transformación de lo urbano están íntimamente relacionadas, ¿no es lógico
suponer que existe una correspondencia entre la transformación de “lo colectivo” y la
transformación de lo urbano? Este supuesto, para ser plausible, debía ser apoyado por una
discusión teórica que, a su vez, contribuyese a la comprensión de los movimientos sociales
emergentes desde esta “doble” entrada, además de entregar elementos innovadores para su
estudio empírico. De esta manera, se construyó una discusión bibliográfica que diferencia
pero, fundamentalmente, busca poner en relación ambos niveles teóricos:
i. En un primer nivel, esta investigación se funda en una teoría sociológica de alcance
general que concibe a los movimientos sociales como principio de explicación de todas
las relaciones sociales y de sus formas de organización social: la Sociología de la
Acción. Su fundador, el sociólogo francés Alain Touraine i , señalaba en sus inicios que
“el objeto central de estudio de la sociología de la acción histórica son los movimientos
sociales, que sería más exacto llamar movimientos históricos” (Touraine, 1969, p. 131).
Sin embargo, de acuerdo con Merton (1964), la ciencia social, como toda la
civilización, está en constante proceso de desarrollo. Por lo tanto, la historia de la teoría
comprende también una masa muy grande de concepciones que, en cualquier momento
dado, caen a pedazos cuando se confrontan con la prueba empírica. En este sentido, los
discípulos de Touraine demuestran que ni el actor racional clásico de la sociología ni las
fronteras cada vez más sectoriales de las teorías de movimientos sociales comunes
ofrecen muchas respuestas. Según ellos, es necesario buscar nuevos puntos de entrada
para la investigación innovadora en la sociología de la acción colectiva (Dubet y

5
Lustiger Thaler, 2004).
ii. En este contexto, es que se comprende la necesidad de que toda teoría sociológica deba
ponerse en relación permanente con teorías de alcance intermedio (middle range).
Como bien señaló R. Merton ii (1964), “la teoría debe avanzar sobre estos planos
interconectados: a través de teorías especiales suficientes para campos limitados de
datos sociales, y a través de la evolución de un sistema conceptual más general,
adecuado para unificar grupos de teorías especiales” (p. 20). Es así como, se pretendió
generar un acercamiento entre los postulados actuales de la sociología de la acción y
algunos desarrollos teóricos de alcance intermedio en los cuales, a partir de la década de
1980, los conceptos de espacio desempeñan un papel central. Este posicionamiento es
identificado por Unwin (1992) como resultado de un diálogo creciente entre geógrafos
u otros científicos sociales, que desemboca recientemente en la toma de conciencia de
que la mayoría de las ciencias sociales han prestado poca atención a las cuestiones de
espacio, y de que una de las aportaciones de los geógrafos al desarrollo contemporáneo
de la teoría social ha sido, sin lugar a dudas, la integración del espacio en el estudio
social.
Ahora, según Lefebvre (1991) “el fallo básico de la mayoría de las teorías del espacio
es que lo plasman como un marco o recipiente donde se coloca la sustancia” (Lefebvre
en Unwin, 1992, p. 272). En esta línea, desde la perspectiva de la geografía humana, el
espacio debe ser entendido como una producción social: el espacio es el resultado de la
iniciativa, las decisiones y las actuaciones del hombre, que se constituye en testigo de
las tensiones existentes entre los elementos de la estructura social (Gutierrez, 1999). Por
lo tanto, las prácticas sociales y sus procesos forman parte de la temporalidad histórica
y se inscriben en un espacio social histórico: “desde el análisis del desarrollo del
capitalismo a escala mundial, hasta el análisis de las luchas urbanas y de las estrategias
de los agentes urbanos, todo parece confluir en (este) nuevo componente, hasta hace
poco marginado, de la realidad social” (Ortega Valcárcel, 2000, p. 358).
En general, es posible afirmar que la presente investigación busca refutar aquellas tesis
contemporáneas que defienden tanto el triunfo del individualismo negativo (“fin de lo
colectivo”), como la articulación de un sistema económico desligado de territorios
concretos (“fin de la geografía”). Ello, a través del estudio de la relación dialéctica entre la
transformación de “lo colectivo” (teoría sociológica de alcance general) y las
transformaciones urbanas que se gestan a partir de los cambios en la arquitectura
productiva global (teoría de alcance intermedio).

6
3.2 La sociología de la acción

3.2.1 Crisis de la sociología clásica


Según Hanah Arendt iii (1993), la acción, junto a la labor 2 y el trabajo 3 , son las condiciones
básicas bajo las que se ha dado la vida al hombre en la tierra. Sin embargo, lo que
diferencia a la acción de las otras condiciones es que nunca es posible en aislamiento: estar
aislado es lo mismo que carecer de la capacidad de actuar. Si bien, todas las actividades
humanas están condicionadas por el hecho de que los hombres viven juntos, es solo la
acción lo que no cabe ni siquiera imaginarse fuera de la sociedad de los hombres. En este
sentido, la acción corresponde a la condición humana de la pluralidad, al hecho de que los
hombres, no el Hombre, vivan en la Tierra y habiten en el mundo.
Y la sociología, en tanto ciencia de la acción social (Touraine, 1969), se constituye como
modelo particular de análisis de la vida social, específicamente, como el estudio de la
sociedad. Pero no de cualquier sociedad, sino cuando esta palabra se entiende como
“sociedad moderna” en oposición a la “comunidad”, tipo de organización que define a las
sociedades antiguas. Así, en sus comienzos, la sociología concebía un sistema social
conducido por un movimiento que iba de la tradición a la modernidad, de las creencias a la
razón, de la reproducción a la producción y de la comunidad a la sociedad, lo que
identificaba claramente a la sociedad con la modernidad. Por lo tanto, la sociología se
constituyó en la ideología de la modernidad (Touraine, 1987).
Pero, desde hace más de medio siglo, esta manera de representación de la vida social, a la
vez evolucionista y funcionalista, entró en crisis tan ostensiblemente que hoy se le llama
sociología clásica. En Europa, fue destruida más que por las críticas intelectuales, por las
transformaciones históricas en el transcurso de la primera mitad del siglo pasado: se dejó de
creer en el concepto de modernización y racionalización a partir de la Gran Crisis, del
ascenso del nazismo y de la multiplicación de los campos de concentración tanto en la
Unión Soviética como en Alemania. La modernidad se transformó, entonces, en barbarie,
ante lo cual “el actor social y la sociedad se enfrentaron y, en consecuencia, la sociología
entró en crisis, acelerada con posterioridad a los movimientos que agitaron la década del
sesenta” 4 (Touraine, 1987, p. 16).

2 “Es la actividad correspondiente al proceso biológico del cuerpo humano, cuyo espontáneo crecimiento,
metabolismo y decadencia final están ligados a las necesidades vitales producidas y alimentadas por la labor
en el proceso de la vida. La condición humana de la labor es la vida misma” (Arendt, 1993, p. 21).
3 “Es la actividad que corresponde a lo no natural de la exigencia del hombre, que no está inmerso en el
constantemente repetido ciclo vital de la especie… El trabajo proporciona un ‘artificial’ mundo de cosas,
claramente distintas de todas las circunstancias naturales” (Arendt, 1993, p. 21).
4 Se refiere a los movimientos surgidos en Europa a fines de los ‘60 y los ‘70 -sobre todo los de mujeres,

7
A partir de esta situación, surgen nuevas y diferentes perspectivas sociológicas, pero en lo
que todas ellas coinciden es en el fracaso de la sociología clásica. Así, autores como Niklas
Luhmann iv , Jürgen Habermas v y Alain Touraine subrayan, en distintos grados, la
“incapacidad de la teoría social surgida durante el siglo XIX para dar cuenta, cabalmente,
de las nuevas tendencias de la sociedad moderna” (Barba, 1994, p. 14). Cada uno de ellos
plantea, en términos muy simples, los siguientes argumentos estructurales. Por un lado,
Luhmann propone que la tradición sociológica iluminista y antropocentrista, heredada del
siglo pasado, debe ser abandonada hoy en favor de una sociología que estudie la
complejidad sistémica de la sociedad, valiéndose para ello de instrumentos conceptuales
provenientes de otras disciplinas, como la teoría de la comunicación, la teoría de sistemas,
la biología, la cibernética, las ciencias cognoscitivas y el derecho, entre otras. Por otro lado,
se coloca el trabajo de Habermas, quien pretende desarrollar una teoría crítica de la
modernidad que contribuya a una rectificación, no a un abandono, del proyecto de la
ilustración (Barba, 1994).
Finalmente, llegamos a Touraine, quien sostiene que la sociedad moderna ha desgastado los
dos principios fundacionales de la sociología. Por una parte, el inminente triunfo de la
razón universal sobre las tradiciones y los intereses particulares, y, por otra parte, la
correspondencia casi natural existente entre actores y sistema. Como resultado de dicha
pérdida, se han generado versiones opuestas dentro de la sociología contemporánea que
ilustran la fragmentación de la sociedad: la tendencia a pensar los sistemas al margen de los
actores (teoría de sistemas), y la proclividad a concebir a los actores desvinculados de los
sistemas (dramaturgia social y etnometodología). Contra esta doble disociación dirige
Touraine sus energías, definiendo como tarea principal de la sociología la restitución de la
unidad perdida entre racionalización y subjetivación; y como empresa fundamentalmente
práctica la recuperación de la acción colectiva (Barba, 1994). Para este autor, “es tarea de la
sociología reencontrar las interconexiones entre acción y sistema. No obstante, los únicos
agentes capaces de realizar este vínculo en términos prácticos son los movimientos
sociales” (Barba, 1994, p. 17).

3.2.2 Los movimientos sociales como categoría de análisis de lo social


Pero, ¿qué son los movimientos sociales? Según Touraine, es imposible definir un objeto

estudiantes y el sindicalismo radical- como respuesta al carácter endeble e ineficaz de la democracia electoral.
En cuanto a su origen, los movimientos radicales del Norte surgieron a raíz de la búsqueda de formas
auténticas de control popular y de igualdad política. Aunque, en muchos sentidos, estos movimientos sociales
emancipatorios sufrieron una derrota, sus luchas introdujeron cuestiones innovadoras cuya importancia
sobrepasa las inquietudes específicas (temas de género, condiciones laborales, política estudiantil, medio
ambiente), las cuales han pervivido y hoy se enlazan de una forma muy directa con nuevos modelos
participativos del Sur, principalmente de América Latina (Wainwright, 2005).

8
denominado movimientos sociales sin elegir primero un método general de análisis de la
vida social, a partir del cual podría constituirse determinada categoría de hechos llamados
movimientos sociales. Porque, si bien “existen numerosos estudios puramente empíricos
sobre conflictos… a menudo no se sabe de qué están hablando realmente, a pesar de la gran
calidad descriptiva de muchos de ellos al referirse a acontecimientos particulares bien
delimitados” (1987, p. 93).
Paradójicamente, aquellos investigadores que desconfían o, más bien, consideran obsoletos
los planteamientos de la escuela sociológica de Alain Touraine se preguntan ¿por qué el
análisis de los movimientos sociales debe desarrollarse a partir de un método o categoría
social predeterminada? ¿Por qué tanto esfuerzo en definir, así, tan rígidamente, qué es y
qué no es un movimiento social? ¿No podría esto empobrecer las conclusiones de aquellas
investigaciones que, como ésta, se plantan entender la acción colectiva hoy? 5
Si bien ni se intenta dar por superada esta discusión y, más concreto aún, las conclusiones
de esta investigación podrían ser interpretadas como una reafirmación de estas
aseveraciones, se debe entender que, al menos en Chile, todavía están muy presentes
aquellos discursos que sospechan o simplemente invalidan las configuraciones emergentes
de la acción colectiva, ante el enorme peso simbólico que para las últimas generaciones
tienen los movimientos sociales de los años 60 y 70.
De esta manera, se considera todavía válido incluir en esta discusión el tema de sí estamos
o no ante algo nuevo, pero sobretodo si dicha novedad puede ser puesta en “el mismo
nivel” que los movimientos sociales que han marcado la historia de nuestros países. Es por
ello que esta discusión bibliográfica ha sido organizada –pero nunca limitada- desde los
planteamientos contemporáneos de la Sociología de la Acción, que, corriendo el riesgo
permanente de aplicar lecturas sobrepasadas a realidades cambiantes (Matus, 2006), se
propone revelar los mecanismos emergentes y condiciones necesarias para el despliegue de
la acción colectivamente organizada; y también las causas elementales de la movilización,
informándonos sobre cómo los actores vencen las paradojas de la acción colectiva (Dubet y
Lustiger Thaler, 2004).
Creyendo haber aclarado este punto, se expondrán algunos elementos que permitan

5
Cabe señalar que este planteamiento se construye a partir de la discusión sostenida con algunos académicos
e investigadores del Laboratorio de Sociología Urbana de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne, Suiza,
en abril de 2008. Entre ellos se destacan Luca Pattaroni (Doctor en Sociología, Ecole des Hautes Etudes en
Sciences Sociales, Paris/ Université de Genève), Yves Pedrazzini (Sociólogo, Investigador Laboratorio de
Sociología Urbana EPFL, Suiza) y Géraldine Pflieger (Doctora en Planeamiento Urbano, Ecole Nationale des
Ponts Chaussées, Paris).

9
profundizar en el origen y desarrollo de esta corriente sociológica. Como punto de entrada,
se debe entender que la sociología, en general, ha nacido de la revolución industrial, lo que
explica que la sociología accionalista en sus inicios también haya buscado formarse a partir
del examen de las sociedades industriales. Para Touraine (1969), este proceso reclamaba
una reflexión sobre los sistemas de acción histórica, es decir, sobre las relaciones de fuerza
que determinan los modos de apropiación del trabajo colectivo, de los instrumentos y
resultados del desarrollo. Así, se explicaban los rápidos progresos de una sociología del
funcionamiento del sistema social; pero también justificaba el desarrollo de una sociología
atenta a los movimientos sociales y a la creación de nuevas formas de organización social y
de vida cultural. En este contexto, se entiende cómo la noción de trabajo se constituye
como el principio fundamental de la acción para esta sociología en desarrollo: aunque se
podían concebir sociedades modernas que otorgasen poco valor al trabajo, no podía
definirse el sentido histórico de un comportamiento de otro modo que por referencia al
trabajo, principio mismo de la naturaleza histórica del hombre. En aquel contexto, el trabajo
se definía como algo más que un conjunto de determinaciones concretas, por ejemplo, un
oficio, una renta, un tipo de inseguridad: la situación de trabajo era la acción, era la que
determinaba la conciencia que el hombre tiene de sí mismo y, por ende, la que determinaba
toda la organización de la vida social.
Por ello, cuanto más se organizaba la civilización industrial, más reivindicaba el individuo
su libertad, pero también su derecho a participar en la obra colectiva. En este sentido, la
contradicción más profunda de este tipo de sociedades es la necesaria coexistencia de dos
imperativos: la creación y el control (“quiero ser libre, pero también decidir”), lo que se
transformó en el principio de los movimientos sociales que rechazaban la tradicional
dominación de clase. Así, el estudio del sujeto histórico se va definiendo, ante todo, como
una sociología de la libertad, búsqueda constante del movimiento por medio de la cual las
formas de la vida social se constituyen, se discuten, se organizan y se superan (Touraine,
1969). Por esta razón, para la Sociología de la Acción sólo existen movimientos sociales y
conductas colectivas comprometidas en el conflicto por la gestión de la historicidad 6 , si el
actor posee la capacidad de elevarse por encima de simples reivindicaciones y hasta de
negociaciones políticas, para reconocerse y afirmarse como productor 7 antes que
consumidor de la situación social, y si es capaz de cuestionar esta última en lugar de

6 “Touraine ha sido considerado como el sociólogo de la historicidad, debido a sus estudios de cómo una
colectividad actúa sobre ella misma a partir de un modelo cultural… En esta perspectiva teórica, el sistema de
historicidad se expresa en los movimientos sociales en la medida en que ellos expresan directa o
indirectamente los conflictos de clase con la finalidad de apropiarse de un modelo de desarrollo” (Jimenez,
2000, p. 264).
7 Siguiendo a Arendt (1993), “actuar, en su sentido más general, significa tomar una iniciativa, comenzar…
poner algo en movimiento” (p. 201).

10
depender simplemente de ella (Touraine, 1987).
Es así como la noción de movimiento social se vuelve decisiva, al ser considerada mucho
más que una simple respuesta a una situación, sino el cuestionamiento de la relación
dominante que permite a un actor -llamado clase dirigente- manejar los principales recursos
culturales disponibles. Luego, el conflicto central de toda sociedad es la división entre
aquellos que se hacen agentes y dueños de estos modelos culturales y quienes participan de
ellos sólo de manera dependiente y se esfuerzan por desprenderlos del poder social que los
orienta. En este contexto, Touraine (1987) reconoce la existencia de por lo menos tres tipos
de conflictos orientados hacia la modificación de uno o varios aspectos importantes de la
organización social y cultural:
i. Conductas colectivas. Aquellas acciones conflictivas que pueden ser entendidas
como un esfuerzo de defensa, de reconstrucción o adaptación de un elemento
enfermo del sistema social, trátese de un valor, una norma o de la sociedad misma.
ii. Luchas colectivas. Aquellos conflictos que se constituyen como mecanismos de
modificación de decisiones y, por lo tanto, como factores de cambio. Se habla
también de fuerzas políticas, en el sentido más amplio del término.
iii. Movimiento social. Aquellas acciones conflictivas que tratan de transformar las
relaciones de dominación social ejercidas sobre los principales recursos culturales
—la producción, el conocimiento, las reglas éticas

3.2.3 ¿Movimientos sociales hoy?


“Lo importante es que la acción haya tenido lugar cuando todo el mundo la juzgaba inimaginable.
Si tuvo lugar esta vez, puede reproducirse…”
(Jean-Paul Sartre, 1968)
Para muchos, los siglos XIX y XX se constituyen como la edad gloriosa e, incluso,
metafísica de los movimientos sociales, siendo la ideología revolucionaria del movimiento
obrero su manifestación más clara. Según Dubet y Lustiger Thaler (2004), esta situación ha
heredado a las nuevas generaciones una visión puramente instrumental de la acción
colectiva. Pero, ¿qué significa encontrarse hoy con actores que reconstruyen
completamente categorías sociales claves de la vida, tales como cultura, identidad o
estética? ¿Cómo interpretar aquellas acciones en las cuales, por ejemplo, la creatividad
humana rechaza ser reducida a la funcionalidad sistémica y a la disfuncionalidad de la vida
social? En definitiva, ¿se debería todavía hablar de movimientos sociales? Para Touraine
(2004), la respuesta sigue siendo afirmativa, ya que todavía se habla de conquistar o
reconquistar un espacio social y, más importante, porque no se debería minimizar su
capacidad de transformar la vida social.
Por lo tanto, la sociología de la acción colectiva también está obligada a explicar la
resistencia y la crisis, así como la implosión de la vida social hoy, bajo el impacto de la

11
globalización y la modernidad; demostrando cómo la vida activa vence la apatía, cómo
somos interminablemente unidos en la reconstrucción de lo social y, finalmente, cómo los
actores se constituyen como sujetos de modos que son sutiles e imprevisibles (Dubet y
Lustiger Thaler (2004). De acuerdo con Arendt (1993), “el hecho de que el hombre sea
capaz de acción significa que cabe esperarse de él lo inesperado, que es capaz de realizar lo
que es infinitamente improbable” (p. 201).
Para ello, no es posible desentenderse de las transformaciones de la cuestión social, que hoy
en día plantean el problema de enfrentar la vulnerabilidad después de las protecciones. Se
refiere, específicamente, al proceso antropológico de alcance general denominado
“individualismo de masas”, que hace vacilar el frágil equilibrio que logró la sociedad
salarial entre la promoción del individuo y la pertenencia a colectivos protectores: “este
modo de articulación del individuo y el colectivo, que no hay que mitificar, pero que no
obstante conservó el ‘compromiso social’ hasta principios de la década de 1970, ha sido
malogrado por el desarrollo del individualismo y la formación de nuevo modos de
individualización” (Castel vi , 1997, pp. 466-474). ¿Qué ocurre, entonces, si los individuos
deben diseñar y desarrollar sus planes de vida sin referencia a los marcos con que esto se
realizaba hasta hace cuarenta años?: en el marco de un pluralismo de valores y opiniones,
con el consiguiente debilitamiento de las tradiciones y convenciones heredadas, el avance
de la individualización plantea a la sociología de la acción retos inéditos (Lechner, 2000).

3.3 Muerte de “lo social” e individualización


La noción de sociedad durante mucho tiempo invocó principios universalistas como la
razón, la libertad, la justicia y la democracia. No obstante, debido a que la sociología crítica
(Escuela de Frankfurt) ha puesto al descubierto en el funcionamiento de las sociedades más
dominación que racionalidad, más deberes que derechos, se nos ha hecho cada vez más
difícil creer que es integrándose en la sociedad, en sus normas y sus leyes, como el ser
humano se convierte en un individuo libre y responsable (Touraine, 2005). Esta
metamorfosis hace temblar las certidumbres y recompone todo el paisaje social (Castel,
1997), generando dos padecimientos superpuestos: uno más visible, que procede de las
conmociones socioeconómicas derivadas de la precarización del trabajo; otro más
subterráneo, que remite a los efectos del individualismo moderno.
Para Fitoussi y Rosanvallon (1997), el individualismo es una palabra que puede parecer
vaga, ya que puede ser entendida, al mismo tiempo, de las siguientes maneras:
i. Como un principio filosófico. En términos generales, se refiere a la valoración de la
autonomía y la autenticidad (Fitoussi y Rosanvallon, 1997), base ética insuperable de
los tiempos modernos (Conill, 1998). El individualismo ético sostiene que la moral es
un asunto esencialmente individual, ya que la fuente de la moralidad, es decir, de los
valores morales, de los principios éticos y el creador de los criterios de evaluación

12
moral es el individuo. La persona es el árbitro de los valores morales porque goza de
autonomía y dignidad. Esta idea es una consecuencia de la teoría moral kantiana vii , ya
que sólo las personas individuales pueden juzgar la universabilidad de sus acciones
(Taylor, 1985).
ii. Como un proceso de evolución moral. Si bien los individuos adquieren mayor libertad
de elección no solo en el consumo de bienes y servicios, sino también en términos de
elegir con quienes quieren convivir y con qué reglas (Lechner, 2000), el proceso de
individualización generalmente es descrito en términos negativos. Así, es visto como
una evolución moral fruto del triunfo absoluto del mercado y del interés individual,
asociado con la liberación del deseo y lo imaginario siempre reprimidos por las normas
de la vida social (Touraine, 1987).
En este sentido, es conveniente recordar que en la década de 1970 la mayoría de los
países impulsó una radical liberalización económica, basada en principios de
subsidiaridad y neutralidad del Estado, que incluyó diversas medidas en materia de
desregulación, privatización, apertura externa, flexibilización salarial, etc. (De Mattos,
2002). Tal proceso generó que el Estado intervencionista fuese reemplazado por un
Estado que busca ante todo atraer las inversiones extranjeras y facilitar las
exportaciones nacionales; y, a la vez, por empresas que se integran cada vez más en
conjuntos transnacionales y redes financieras (Touraine, 2005). Esto tendría como
efecto la ruptura de la cadena de solidaridades en el interior de un país, es decir, el
divorcio entre el interés de las grandes multinacionales y el de las pequeñas y medianas
(incluso grandes) empresas nacionales; observándose un quiebre entre el interés de los
accionistas de las grandes empresas y el de la colectividad nacional, es decir, entre la
lógica financiera y la lógica democrática.
Se produce, luego, la destrucción de lo colectivo, la apropiación de las esferas pública y
social por el mercado y el interés privado (Ramonet, 2001). Por ello, a este proceso
también se le ha llamado crisis de las instituciones que hacen funcionar el vínculo social
y la solidaridad, generalmente asociado a la crisis del Estado providencia (Fitoussi y
Rosanvallon, 1997). Ahora los individuos deben diseñar y realizar sus planes de vida
sin referencia a los marcos normativos con que habitualmente esto se hacia hace
cuarenta años (nación, familia, escuela), ante lo cual se retraen a sus hogares,
produciéndose un “individualismo negativo”. Para el caso de Chile, y seguramente el de
muchos otros países latinoamericanos, al proceso descrito también contribuye el “miedo
a los conflictos”, producto de la traumática experiencia de la dictadura militar en el
país. La restricción de las libertades individuales y de asociación, y la proscripción de la
actividad política, así como las reformas legales y económicas minaron drásticamente el
espacio público y las condiciones de desarrollo de la sociedad civil. En este sentido, la
interiorización de la competitividad y la precariedad como experiencias vitales agudiza

13
la sensación de soledad e incomunicación (Lechner, 2000).

Figura 3. Detalle portada de revista de información critica y política “Focus” (Zurich, 1973).

Fuente. Museo histórico de Lausanne, 2008. Dossier exposición “Una Suiza rebelde. 1968-2008”.

Bajo este contexto, algunos autores temen una decadencia del hombre público y la
invasión del narcisismo (Touraine, 1987, pp. 27-28). Según Sennett viii (2002), cuando
tanto la secularización 8 como el capitalismo adoptaron nuevas formas en el siglo XIX,
la idea de una naturaleza trascendente perdió paulatinamente su significado hasta que
los hombres llegaron a creer que eran los autores de sus propios caracteres. Luego, esta
fuerza misteriosa que era el “yo” comenzó a definir las relaciones sociales,
transformándose en un principio social. Es así como, la intimidad derrota a la
sociabilidad, luego de un largo proceso histórico donde los propios términos de la
naturaleza humana se transforman en ese fenómeno individual, inestable y
autoabsorbido llamado “personalidad”. Esta situación desencadena el desgaste de un
delicado equilibrio que existía entre la vida publica y la vida privada, es decir, entre un
dominio impersonal al que los hombres podían otorgar un tipo determinado de pasión y
un dominio personal al que ellos podían otorgar otro diferente. Por supuesto, es el
dominio público, de significado y acción impersonal, el que comenzó a languidecer.

8
Proceso que experimentan las sociedades a partir del momento en que la religión y sus instituciones pierden
influencia sobre ellas, de modo que otras esferas del saber van ocupando su lugar (www.wikipedia.org).

14
iii. Como un hecho sociológico. Según Bauman ix (2001a), ante el desmoronamiento de los
cuerpos intermedios, la fragilización de los vínculos comunitarios y la tendencia a la
atomización social, la precariedad se transforma en la nueva justificación de la su-
misión: “las personas han sido abandonadas a sus propios recursos, lamentablemente
inadecuados cuando se trata de ‘tener el control’ de su situación actual, un control lo
bastante fuerte como para alentar pensamientos de cambiar el futuro” (p. 22). Para este
autor, el mandamiento de “ya no hay salvación por la sociedad” es un precepto de
sabiduría basado en el sentido común, que genera el rechazo de la vía colectiva y el
abandono del individuo a la lucha solitaria, tarea para la cual gran parte de los
individuos carece de recursos. En definitiva, por una parte, a las personas se les hace
responsable de sí mismas, pero, por otra, depende de unas condiciones que escapan
constantemente a su aprehensión.
Esta situación, sin duda, está muy relacionada con la crisis de la relación entre
economía y sociedad, más precisamente, con la crisis del trabajo. Se refiere a la
desconexión, aunque no divorcio, entre capital y trabajo, donde el capital se suelta de su
dependencia del trabajo, producto de una nueva libertad de movimiento inimaginable en
el pasado. Ante ello, el empleo es despojado de perspectivas sólidas o garantizadas,
convirtiéndose en algo eventual. En este contexto, donde casi todas las reglas laborales
se han abolido o son alteradas en el camino, habría pocas oportunidades para que surjan
y echen raíces la lealtad mutua y el compromiso (Bauman, 2001a). Desde los años
setenta, la erosión del hecho sindical ha generado una lenta inversión de las situaciones
y las representaciones colectivas, ya que no existe un equivalente de lo que antaño
constituía la clase obrera como fuerza de integración e identificación (Fitoussi y
Rosanvallon, 1997).
Por el contrario, las luchas políticas relacionadas con la reproducción social se
presentarían más fragmentadas que nunca, a lo que se suma que la atención intelectual
hacia estos asuntos habría descendido de igual forma (Smith, 2001). Entendiendo que
los factores supraindividuales que determinan el curso de una vida individual se
encuentran fuera de nuestro alcance, temores, ansiedades y quejas nacen de una manera
tal que se padecen en soledad. No se suman, no se acumulan en una “causa común”,
despojando a la solidaridad de su rango en el pasado como táctica racional y
conduciendo a las personas a una estrategia vital totalmente diferente de la que fundó la
lucha de la clase trabajadora y las organizaciones militantes (Bauman, 2001a). Se
produce, por lo tanto, una crisis de los modos de constitución de identidades
individuales y colectivas o, mejor dicho, una crisis del sujeto (Fitoussi y Rosanvallon,
1997).
Desde esta perspectiva, la pregunta que plantea Bauman (2001b) parece lógica: ¿qué
clase de libertad ha conquistado el ser humano si tan solo le sirve para desalentar la

15
imaginación y para tolerar la impotencia de las personas libres en cuanto a temas que
atañen a todas ellas? Porque “el incremento de la libertad individual puede coincidir
con el incremento de la impotencia colectiva, en tanto los puentes entre la vida pública
y la vida privada están desmantelados o ni siquiera fueron construidos alguna vez” (p.
10). Ante ello, “la única ventaja que puede acarrear la compañía de los demás afectados
es tranquilizar a cada uno al hacerle ver que el luchar solo con los problemas es lo que
hacen cada día todos los demás, dando así nuevo vigor a la decisión, cada vez más
débil, de seguir haciendo precisamente eso: luchar solo” (p. 61). En tal perspectiva,
concluye el autor, el deseo de asociación tendería a liberarse en explosiones aisladas,
que se agotan rápidamente: una vez que retornamos a nuestras vidas cotidianas, las
cosas vuelven, inalteradas, al mismo sitio donde estaban 9 .

3.4 Nuevas configuraciones de “lo colectivo”


“El concepto profano de época moderna expresa la convicción de que el futuro ha comenzado ya:
significa la época orientada hacia el futuro, que se ha abierto a lo nuevo”
(Habermas, 1989).

3.4.1 Crisis de la comprensión de las mutaciones que atraviesa la sociedad


La individualización, en tanto ruptura del vínculo social, es uno de los temas más
extendidos hoy en día (Touraine, 2005). Ahora, según Bauman (2001b), cuando las
personas se detienen a pensar por qué esta situación les afecta negativamente –al menos,
más de lo que habían supuesto-, se advierte que no llegan “muy lejos sin hacer que regresen
del exilio ideas como el bien público, la sociedad buena, la equidad, la justicia, esas ideas
que no tienen sentido si no se las cultiva colectivamente” (p. 16). Porque, como señala
David Harvey x (2004), en momentos de crisis siempre se corre “el peligro de invocar los
espíritus del pasado, tomando prestados ‘nombres, gritos de batalla y trajes con la finalidad
de exponer el nuevo escenario de la historia mundial’ con un ‘disfraz consagrado’ y un
‘idioma prestado’” (p. 187). Este escenario ya era advertido por Touraine (1969) a
comienzos de la década de los setenta, cuando señalaba que las sociedades contemporáneas
demasiado a menudo son explicadas con la ayuda de nociones más útiles en el pasado, y
que también muy a menudo las fuerzas sociales, organizadas o no, definen sus objetivos de
acción en términos ya superados.
Pero, ¿a qué responde esta situación? Norbert Lechner xi (2000) considera que la actual

9 Como “cuando la selección nacional gana la Copa del Mundo, o como ocurrió en el caso de la trágica
muerte de la princesa Diana” (Bauman, 2001b, p. 11). Para el caso de Chile, se puede citar la jornada solidaria
en la cual los canales de televisión abierta del país, una vez al año, se reúnen para producir un show que
motiva exitosamente a la población a donar fondos para la rehabilitación de personas discapacitadas, llamado
“Teletón”.

16
debilidad de sueños colectivos no implica la desaparición de “lo colectivo”, ya que el
vínculo social está presente, aunque sea por ausencia y como carencia. El error está en
seguir pensando “lo colectivo” en los mismos términos con que esto se hacía antes de la
crisis del trabajo: si bien, durante décadas se pensó que las organizaciones modernas (como
los sindicatos o los partidos políticos) eran el ámbito ideal para desarrollar la participación
responsable, con sentido colectivo y proyección negociadora hacia el sistema central
(Estado); hace una década o dos, la masa ciudadana no solo ha reducido su participación
activa en este tipo de organizaciones, sino que ha llegado, incluso, a desconfiar de ellas
(Salazar xii , 2002).
Por lo tanto, si el desafío es explorar las nuevas configuraciones que está adquiriendo “lo
colectivo”, lo primero es “abandonar los clichés habituales e intentar dirigir una mirada más
profunda a la sociedad. Cosa que no es tan simple (ya que) la sociedad aparece en lo
sucesivo menos legible, más difícil de descifrar... más inasible” (Fitoussi y Rosanvallon,
1997, p. 28). Dos siglos después del triunfo de la economía sobre la política, “las categorías
sociales 10 se han vuelto confusas y dejan en las sombras gran parte de nuestra experiencia
vivida” (Touraine, 2005, p. 13). Se produce, así, un estancamiento conceptual, un problema
de denominación, donde la inadaptación del lenguaje va a la par con la menor pertinencia
de las estadísticas y el desfase de las políticas (Harvey, 2004; Fitoussi y Rosanvallon,
1997). Para Bauman (2001b), el problema de nuestra civilización es que dejó de
interrogarse: “ninguna sociedad que olvida el arte de plantear preguntas o que permite que
este arte caiga en desuso puede encontrar respuestas a los problemas que la aquejan…
Afortunadamente para todos nosotros… ser concientes de que podría ocurrir es una de las
maneras de evitarlo. En este punto la sociología entra en escena” (Bauman, 2001b, p. 14).
La sociología, desde distintas perspectivas, ha permitido comprender los motivos por los
cuales muchos viven hoy en crisis y rechazan cualquier pensamiento social (Touraine,
1987). Pero, “no basta con hablar globalmente de ‘la’ fractura social para comprender los
nuevos mecanismos de las tensiones que estructuran nuestra sociedad. La cuestión social
esta ahora, por cierto, en el centro de las preocupaciones, pero se aborda con demasiada
frecuencia en unos términos que conjugan grandes perversiones de la política moderna,
entre ellas, la simplificación de los problemas” (Fitoussi y Rosanvallon, 1997, p. 24). Por lo
tanto, se debe dejar de confundir “sociología de la crisis con crisis de la sociología, y
enfrentar los problemas que plantean un nuevo tipo de vida social y un nuevo campo de
historicidad cuya emergencia es cada vez más indiscutible” (Touraine, 1987, p. 38). Sin

10 Touraine hace referencia a las siguientes categorías de análisis: “clases sociales y riqueza, burguesía y
proletariado, sindicatos y huelgas, estratificación y movilidad social, desigualdades y redistribución”
(Touraine, 2005, p. 13).

17
duda, se puede hablar de una crisis, pero no acerca de la pérdida de la vida pública sino de
los problemas de no haberle puesto atención en forma crítica a su transformación (Guzmán,
C., 1996). De acuerdo con Lechner (2000), debemos hacernos la idea de que las
transformaciones de la sociedad moderna implican necesariamente un cambio tanto de las
relaciones interpersonales como de la misma persona. Si se buscan relaciones muy
pautadas, con roles estrictamente acotados, compromisos fuertes y una duración estable en
el tiempo, seguramente sólo se constatará la erosión de “lo social”.
Touraine (2005) entiende que el contraste es sorprendente y en eso no se equivoca la
opinión pública: se desinteresa por la política, pero se apasiona por los cambios en la
ciencia o la ética. Por lo tanto, “¿cómo hablar de declinación, de fin de la historia, de crisis
permanente, cuando la ciencia de nuevo pega un gran salto y modifica la representación del
ser vivo, su herencia y su cerebro? ¿Cómo negar la existencia de mutaciones conjuntas
cuando nuestras costumbres se transforman rápidamente, nuestra representación de la vida
y la muerte, nuestra concepción de las relaciones entre hombres y mujeres, o entre adultos y
niños cambian tan drásticamente?” (Touraine, 1987, p. 18). Este replanteamiento de la
naturaleza de la modernidad, según Giddens (1994), debe ir acompañado de una
reelaboración de los principios básicos del análisis sociológico, ruptura tan importante
como aquella que, varios siglos antes, había puesto fin a la representación y la organización
religiosas de la vida social. Surge, en definitiva, la necesidad de un nuevo paradigma, que
permita nombrar los nuevos actores y los nuevos conflictos, las representaciones del yo y
de las colectividades que descubre esta nueva mirada, fundamentalmente porque los
problemas culturales han adquirido tal importancia que el pensamiento social debe
organizarse en torno a ellos (Touraine, 2005).

3.4.2 Individualismo como eje central del pensamiento y de la acción


Touraine, en uno de sus más recientes libros, titulado Un nuevo paradigma para
comprender el mundo de hoy (2005), se plantea responder la siguiente pregunta: en un
contexto donde gracias a la ciencia y la tecnología las sociedades adquieren una capacidad
tan elevada de actuar sobre sí mismas, y donde la individualización ya no es una elección
sino un hecho inminente, ¿puede existir un principio central de orientación e integración 11
de los actores y los conflictos?
Como se ha visto, para muchos autores este escenario ha transformado al individuo en el
peor enemigo del ciudadano, al ser tibio, escéptico o receloso con lo que entiende por “bien
común”, “sociedad buena” o “sociedad justa”, lo cual vuelve improbable la existencia de tal

11 Como, por ejemplo, “las luchas por la pureza, la libertad, la igualdad, la justicia en nombre de Dios, la
Razón o la Historia” (Touraine, 1987, p. 19).

18
principio. Porque cualquier acción fruto de la unión entre individuos conllevaría una
limitación de la libertad de cada uno para tratar de hacer lo que ven adecuado para sí
mismos y, por lo tanto, no estarían dispuestos a contribuir en modo alguno a ello. Luego,
serían los intereses y las preocupaciones de los individuos los que llenarían el espacio
público, afirmando ser sus únicos ocupantes legítimos y rebajando el arte de la vida pública
a una exposición pública de asuntos privados y a unas confesiones públicas de sentimientos
también privados (Bauman, 2001a).
Lo interesante es que otros autores, aun estando de acuerdo, advierten que esta situación no
se congela en este punto, ya que los individuos quedan instalados en la contradicción que se
da entre los dos rasgos principales de la modernización y la globalización: en efecto, por un
lado, son individuos “utilitarios”, “egoístas”, preocupados de satisfacer óptimamente sus
intereses, lo que los hace ser cada más distintos, entendiendo los numerosos mercados
dentro de los cuales actúan; pero, por otro lado, la mayor parte de los actores también son
individuos “morales” deseosos de construir sus propias vidas, lo que los vuelve cada vez
más iguales en términos de derechos, identidad e imaginario (Dubet, 2004). Ahora, de
acuerdo con Arendt (1993), es muy importante considerar que esta tensión no es específica
de este período de la historia, sino la manifestación actual de una tensión esencial de la
condición humana de la acción y, su acompañante ineludible, el discurso 12 . Tal como ella
plantea, “la pluralidad humana, condición básica tanto de la acción como del discurso, tiene
el doble carácter de igualdad y distinción. Si los hombres no fueran iguales, no podrían
entenderse ni planear y prever para el futuro las necesidades de los que llegarán después. Si
los hombres no fueran distintos, es decir, cada ser humano diferenciado de cualquier otro
que exista, haya existido o existirá, no necesitarían el discurso ni la acción para entenderse.
Signos y sonidos bastarían para comunicar las necesidades inmediatas e idénticas” (Arendt,
1993, p. 200).
En definitiva, es la afirmación de que todos los individuos son iguales y que tienen que
construir sus propias vidas libres de las obligaciones impuestas por la tradición, las castas y
el orden, lo que les permite a los hombres ponerse de acuerdo respecto a lo que desean para
el futuro; es decir, que la globalización sigue siendo abastecida por el proyecto de
modernidad con el cual las sociedades occidentales se han identificado. Siendo el mérito
individual la principal fuente de distinción entre los seres humanos de nuestra época y, por
lo tanto, lo que hoy en día haría necesario el discurso y la acción para entenderse entre
ellos. Luego, bajo el entendido de que las relaciones de cada cual consigo mismo son tan

12 Para Arendt (1993) “sin el acompañamiento del discurso, la acción no solo perdería su carácter revelador,
sino también su sujeto…(ya que) a través de la palabra hablada… se identifica como actor, anunciando lo que
hace, lo que ha hecho y lo que intenta hacer” (p. 202).

19
importantes como lo fuera antaño la conquista del mundo” (Touraine, 2005, p. 15), esta
especie de “lucha a muerte” entre la igualdad de todos y el mérito de cada uno provocado
por la globalización se transforma en un conflicto central, al amenazar la formación de la
experiencia individual (Dubet, 2004).
Por lo tanto, si lo que se busca dilucidar es la noción que adquiere fuerza explicativa y de
movilización hoy o, más bien, el principio susceptible de impedir que nuestras sociedades
zozobren en una agotadora competencia generalizada, la propuesta más acertada es,
paradójicamente, el individualismo (Touraine, 2005). En otras palabras, son los intereses
individuales -y sus contradicciones- los que se transforman en “algo del inter-est que se
encuentra entre las personas y que, por lo tanto, puede relacionarlas y unirlas” (Arendt,
1993, pp. 206). No se debe olvidar que, cuando hablamos de movimientos sociales, esto
significa explícitamente que estamos mirando a través de los ojos de los actores; es decir,
los actores saben tanto de lo que ellos tienen en común – las cuestiones en juego en sus
conflictos – como de los intereses particulares que definen en mutua oposición (Touraine,
2004). A esta realidad “la llamamos la ‘trama’ de las relaciones humanas” (Arendt, 1993,
pp. 207).
Ahora, para Touraine (2005), lo que cuenta es saber si el individualismo, como eje central
del pensamiento y de la acción, cederá al marketing y a los programas de televisión, o se
revelará al menos tan exigente y combativo como lo ha sido la idea de igualdad en el seno
de la sociedad occidental. En otras palabras, es preciso “percibir de qué forma el individuo
es manipulado por la propaganda y la publicidad, pero también hay que descubrir al actor
social presente en ese individuo, e incluso al sujeto que está en él y que se bate contra la
sociedad de masas, la impersonalidad de los mercados y la violencia de la guerra” (p. 94).
En este sentido, no todos pueden considerarse sujetos, si por ello se entiende la conciencia
clara y compartida de serlo. Para que se forme, es necesario que aparezcan y se combinen:
i) una relación del ser individual consigo mismo, como portador de derechos
fundamentales, donde el sujeto es su propio fin; ii) una posición de conflicto con las fuerzas
dominantes que le niegan el derecho y posibilidad de actuar como sujeto; y iii) una
propuesta de cada uno, en tanto sujeto, respecto a la concepción general del individuo.
Un aspecto importantísimo, es que este sujeto consciente de sí no se limita en absoluto a
una actitud de meditación interior, de búsqueda de sí por la eliminación de las influencias
ejercidas sobre el “yo” por el mundo exterior; sino que se afirma ante todo luchando contra
todo lo que le aliena y le impide actuar en función de la construcción de sí mismo.
(Touraine, 2005, p. 30). De ahí se desprende una nueva figura del sujeto: actor que “se sitúa
a nivel de la historicidad y la producción de las grandes orientaciones normativas de la vida
social” (Touraine, 1987, p. 19), que sigue necesitando del conflicto para que se forme la
acción colectiva, no obstante, es siempre individual (Touraine, 2005).

20
3.4.3 Tensión fundamental general. Movimientos sociales emergentes: entre la defensa de
la identidad y la política de vida
Actualmente existen múltiples y heterogéneas formas de acción colectiva. Si bien, la
participación es diferente de la del pasado, no es poca ni precaria como suele creerse. Se
trata de una participación en la cual el ámbito de la acción se ha desplazado desde intereses
colectivos generales (la población, el país, la sociedad) hacia intereses particulares e
individuales: el sujeto específico con su identidad 13 y sus necesidades (Ver cuadro 1)
(Serrano y Vicherat, 2000; Castells xiii , 1998). Por ello, la imagen del individuo se presenta
de manera creciente como la de un ser humano dotado de derechos: derecho ante todo a ser
un individuo, con derechos cívicos y derechos sociales, derechos de ciudadano y de
trabajador, y actualmente también (y sobretodo) con derechos culturales, que le permiten
escoger su lengua, sus creencias y su género de vida (Touraine, 2005).

13 Según Castells (1998), la identidad, en lo referente a los actores sociales, es el proceso de construcción del
sentido -mediante un proceso de autodefinición e individualización que realiza un sujeto- atendiendo a un
atributo cultural, o a un conjunto relacionado de atributos culturales, al que se da prioridad sobre el resto de
las fuentes de sentido. Luego, define sentido como la identificación simbólica que realiza un actor social del
objetivo de su acción. Ahora, para él, lo esencial es cómo, desde qué, por quién y para qué realiza ese
proceso. En este sentido, la construcción de identidades utiliza materiales de la historia, la geografía, la
biología, las instituciones productivas y reproductivas, la memoria colectiva y las fantasías personales, los
aparatos de poder y las revelaciones religiosas.

21
Cuadro 1. Transformación del paradigma de la acción colectiva
Elementos de la
“Viejo paradigma” “Nuevo paradigma”
acción colectiva
Grupos socioeconómicos actuando
como grupos (en interés del grupo, Grupos socioeconómicos no actuando
Actores como clases o estatus) e como tales, sino en nombre de
involucrados en conflictos de colectividades atribuidas.
distribución.

Crecimiento económico y Mantenimiento de la paz, entorno,


Contenidos distribución; seguridad militar y derechos humanos y formas no
social, control social. alienadas de trabajo.

Libertad y seguridad en el
Autonomía personal e identidad, en
Valores consumo privado y progreso
oposición al control centralizado.
material.

Interno: organización formal, Interno: informalidad, espontaneidad,


asociaciones representativas a bajo grado de diferenciación
gran escala. horizontal y vertical.
Modos de actuar Externo: intermediación pluralista Externo: política de protesta basada
o corporativista de intereses; en exigencias formuladas en términos
competencia entre partidos predominantemente negativos
políticos, regla de la mayoría. (defensa).

Fuente. Offe, 1988.

Se debe entender que “si los derechos culturales movilizan más intensamente que los otros,
es porque son más concretos y se refieren siempre a una población particular, casi siempre
minoritaria” (Touraine, 2005, p. 184), cuestión que ha generado una explosión absoluta de
conflictos culturales y políticos que producen nuevos sujetos sociales basados en
identidades: minorías, razas, grupos excluidos, grupos religiosos, juventud y habitantes;
todos asociados con las particularidades de la vida en partes específicas de un mundo cada
vez más dividido (Dubet y Lustiger Thaler, 2004).
Este vuelco en la noción de sujeto, sin embargo, entraña ciertos peligros y límites: la
distancia que toma con respecto a la sociedad no siempre significa su preparación para
volver a la acción, es decir, para involucrarse en un movimiento social o innovación
cultural, sino que también puede encerrarlo en sí mismo (Touraine, 1987). En otras
palabras, el incremento de las reivindicaciones culturales no sólo se produce bajo una forma
de apelación al sujeto personal y a la reivindicación de los derechos culturales, sino
también en su versión “neocomunitaria” (Touraine, 2005). Es el caso de movimientos que
propagan estilos específicos culturales, que si bien recurren a formas de acción
perfectamente legitimadas -como el uso de la libertad cultural-, en lo que a objetivos
respecta no pretenden conseguir que la comunidad amplia asuma como propios sus valores
y planteamientos específicos, sino que simplemente pretenden que se les permita disfrutar
de sus libertades y derechos: incluso, en el caso de darse una oposición diametral entre sus

22
valores culturales y formas de vida en relación a los de la comunidad que les rodea, no
tratan de trastocarla, sino que se retiran a sus espacios privados (Offe, 1988).
Es por ello que, generalmente, se asocia el paradigma de esta nueva política con las
tradiciones políticas liberales: el paralelismo es obvio en lo que se refiere a la limitación del
poder de Estado fortaleciendo los derechos y las libertades civiles. Sin embargo, la
diferencia principal es que, en el caso de los movimientos sociales emergentes (MSE), la
exigencia de autonomía no se centra en libertades económicas (libertad de producción,
consumo y contratación), sino en la protección y preservación de valores, identidades y
formas de vida 14 frente a la imposición política y burocrática de un cierto tipo de orden
“racional” (Offe, 1988). Esta defensa de lo existente frente a determinadas fuerzas que lo
amenazan también ha llevado a que algunos autores relacionen el carácter reactivo de las
movilizaciones con una supuesta –o metafórica- esencia conservadora en las motivaciones
de las personas para actuar 15 (Sabatini y Wormald, 2004).
De cualquier forma, el peligro permanente es que la comunidad se transforme en un arma
contra la sociedad. Cuando las personas consideran que los males de la humanidad pueden
ser todos comprendidos como males de la impersonalidad, la alienación y la frialdad, se
conforma lo que Sennett (2002) denomina ideología de la intimidad. Es decir, la creencia
de que las relaciones sociales son más reales, verosímiles y autenticas mientras más cerca
estén de los intereses psicológicos internos de cada persona; a partir de la cual las personas
se proponen huir y encontrar en los dominios privados de la vida algún principio de orden
de la personalidad, transformando las categorías políticas en categorías psicológicas. El
problema, para este autor, es que cuanto más estrecha sea la esfera de acción de una
comunidad formada por la personalidad colectiva, más destructiva se vuelve la experiencia
del sentimiento fraterno, ya que el mismo acto de compartir se centra cada vez más sobre
aquellas decisiones referidas a quién puede pertenecer y quién no. Por lo tanto, el mantener
a una comunidad se vuelve un fin en sí mismo 16 .
Así, la ideología de la intimidad y las reivindicaciones que genera, según Touraine (2005),
amenazan el principio de “vivir juntos”, ya que los derechos culturales, como los derechos
sociales anteriormente, pueden convertirse en instrumentos antidemocráticos, autoritarios e

14 Por ejemplo, “edad y género, quizá también la lengua, de origen regional o étnico o del lugar actual de
residencia y, naturalmente, la propia identidad como un ser humano viviente con sus ansiedades y
vulnerabilidades” (Offe, 1988, p. 183).
15 Se lucha por mantener lo que hay (o para restaurar del todo lo que aún no se ha perdido del todo), como los
equilibrios ecológicos, el entorno urbano, la salud, los símbolos culturales que crean identidades colectivas.
16 Para Sennett (2001), la opción de preferir la tribu y la familia a lo impersonal y burocrático se constituiría
también como una admisión tácita de impotencia para enfrentarse y cambiar las estructuras burocráticas tal
como son, aunque, como se verá, otros autores defienden la idea de que dicha opción es una etapa siempre
presente en la (re)formulación de los movimientos sociales.

23
incluso totalitarios. Esto se produce cuando la acción colectiva se define por el ser o el
tener que defiende, no por su referencia a un valor universal. Para que esta referencia se
forme, la condición primera es que el actor reconozca en el otro ese ascenso hacia lo
universal que siente en sí mismo. Pero, “cuando el movimiento de liberación nacional se
convierte en nacionalismo, cuando la lucha de clases se reduce a un corporativismo, cuando
el feminismo se limita a la supresión de las desigualdades entre hombres y mujeres, dejan
de ser movimientos sociales y ceden a la obsesión de la identidad” (p. 191). Por ello, es
falso, en nombre de la idea del sujeto, defender un derecho a la diferencia (Touraine, 2005),
ya que estas identidades rara vez se comunican entre sí al construirse en torno a principios
muy distintos que definen un “dentro” y una “afuera” (Castells, 1998; Harvey, 2004).
Ahora, el desafío más importante que plantea esta situación, es ser capaces de visualizar, de
una vez por todas, que en estas conductas:
“… están presentes todos los signos de todos los malestares que, por no encontrar su expresión
legítima en el mundo político, se reconocen a veces en los delirios de la xenofobia y el racismo.
Malestares inexpresados y con frecuencia inexpresables, que las organizaciones políticas, que
para pensarlos sólo disponen de la categoría anticuada de lo ‘social’, no pueden ni percibir ni,
con mayor razón, asumir. No podrían hacerlo sino con la condición de ampliar la visión
mezquina de lo ‘político’ que heredaron del pasado e inscribir en ella no sólo todas las
reivindicaciones insospechadas que los movimientos ecológicos, antirracistas o feministas
(entre otros) llevaron a la plaza pública, sino también todas las expectativas y esperanzas
difusas que, por afectar a menudo la idea que la gente se hace de su identidad y su dignidad,
parecen competer al orden de lo privado y, por lo tanto, estar legítimamente excluidas de los
debates políticos” (Bourdieu xiv , 1999, p. 557).

Por ello, sigue siendo importante entender que “en el núcleo de todo movimiento social
existe –y ha existido- siempre una tendencia fundamentalista y comunitaria, la cual puede
darse como reclamo democrático en contra de la ‘politización’ de la acción, o al revés, de
manera más negativa, derribando el movimiento social y transformándolo en secta”
(Touraine, 1987, pp. 114-115). En este nivel se ubican las llamadas “identidades de
resistencia 17 ” (Castells) o “conductas colectivas” (Touraine), agrupaciones que optan por
establecer su autonomía en su resistencia comunal, pero sólo mientras no tengan fuerza
suficiente para llevar a cabo un asalto a las instituciones opresivas a las que se oponen:
“protegiendo espacios antes de emprender la conquista del tiempo” (Castells, 1998, p. 394).

17 Identidad de resistencia: generada por aquellos actores que se encuentran en posiciones/condiciones


devaluadas o estigmatizadas por la lógica de la dominación, por lo que construyen trincheras de resistencia y
supervivencia basándose en principios diferentes u opuestos a los que impregnan las instituciones de la
sociedad (Castells, 1998, p. 30).

24
En este contexto, las siguientes preguntas se consideran fundamentales:
i. ¿Cómo los actores se producen como sujetos con identidades que son irreductibles a los
marcos de las instituciones y las formas legítimas de vida social? (principio de
subjetivación);
ii. ¿Cómo los individuos se definen como grupos, clases, comunidades y seres humanos?
(principio de socialización);
iii. ¿Cómo producen críticas culturales que también tienen que ver con definiciones propias
(principio de continuidad entre subjetivización y socialización)?
Se revela, así, la tensión fundamental que nos transforma pero también nos amenaza como
sujetos: el paso de la identidad defensiva a la ofensiva, o la resolución del principio más
complejo en un movimiento social: la continuidad entre la subjetivización y la
socialización: “del mismo modo que reconozcamos la parte represiva de la socialización y
asumamos los riesgos de la anomia, también podemos autoorganizar nuestras capacidades
críticas que siguen viviendo en las brechas entre normas particulares y valores universales.
Es este estrangulamiento el que caracteriza la relación cada vez más compleja de los
movimientos sociales con sus propios actores” (Dubet y Lustiger Thaler, 2004). Porque si
un movimiento socialmente defensivo no se asocia, en un segundo nivel, con un
movimiento socialmente contraofensivo 18 , estancándose en un primer nivel, sólo puede
producir el refuerzo del Estado o el encierro comunitario, por consiguiente, nada más que
una identidad basada en la exclusión. Lo cual es muy distinto al “llamado defensivo a la
identidad cuando se transforma, al hacerse reivindicación, en protesta dirigida contra un
poder que destruye no tanto la identidad sino la capacidad de intervención autónoma de
colectividades e individuos” (Touraine, 1987, p. 113).
Si bien la relación es crítica, como se puede apreciar, no hay ninguna ruptura entre
subjetivización y socialización. Al contrario, hay continuidad, ya que el individuo moderno
es un sujeto que regula comportamientos en términos de valores racionales universales y, al
mismo tiempo, utiliza estos valores como punto de referencia y reflexión crítica, justo
cuando éstos están ligados por lo mundano y la rutina, por la identificación primaria y el
particularismo. Esto es característico para las minorías, quiénes no quieren ser simplemente
integrados y tratados justamente, sino que también sus identidades sean afirmadas como
participantes de la humanidad (Dubet y Lustiger Thaler, 2004).

18 Por ejemplo, “el movimiento de la mujer, que empieza con un llamado defensivo a la identidad, la
diferencia, la especificidad y la comunidad, sólo sobrevive y acrecienta su influencia en la medida que se
transforma él también en movimiento dirigido contra un tipo de poder social, con una acción conducida por
mujeres pero no únicamente para ellas, contra el reinado del poder y el dinero identificados con la potencia
masculina” (Touraine, 1987, p. 114).

25
En suma, el problema general planteado a todos los movimientos, sean políticos o
nacionales, sociales o culturales, es llegar a asimilar el principio del universalismo de la
ciudadanía, pero de manera concreta, dando forma a ésta en las relaciones de poder y los
conflictos culturales. Esta es la condición para que los movimientos culturales se protejan
de sus contrarios: comunitarismos cerrados sobre sí mismos y que no reconocen ninguna
alteridad (Touraine, 2005). Luego, la mayoría de los movimientos sociales formados en
nuestras sociedades podrían analizarse como tentativas de pasaje de una identidad
defensiva a una ofensiva, pero siempre como fuerzas actuantes sobre la identidad defensiva
(Touraine, 1987, p. 114).
Esta continuidad sugeriría que los MSE, en lo que respecta a sus orientaciones normativas
básicas, no son ni posmodernos 19 , ni tampoco premodernos 20 o conservadores, ya que lo
menos nuevo de los MSE son sus valores: “todos estos valores y normas morales
propugnados por los mantenedores del nuevo paradigma político están firmemente
enraizados en las filosofías políticas… modernas de los dos últimos siglos, y han sido
heredados de los movimientos progresistas tanto de la burguesía, como de la clase obrera”
(Offe, 1988, p. 213). De esta manera, percibimos con más claridad que lo posmoderno no
clausuró la modernidad, y tampoco la problemática global permite desentenderse de ella
(García Canclini, 2001), “pues si la parte de sombra de los movimientos sociales es la
sociedad, su parte de luz es la de la modernidad. En efecto, se mantienen del lado de la
razón contra la arbitrariedad del poder, pero sobretodo del lado de los derechos universales
del individuo” (Touraine, 2005, p. 151), propugnando “esquemas que permitirían una
realización más plena de valores específicamente ‘modernos’” (Offe, 1988, p. 201).
Estos autores, para sostener el carácter moderno de los MSE, hacen referencia a su ligazón
con aquello que Giddens xv (1994) denomina política emancipatoria: política interesada,
sobretodo, en liberar a los individuos y los grupos de la explotación, la desigualdad o la
opresión, otorgando máxima importancia a los imperativos de justicia, igualdad y
participación. Para este autor, la política emancipatoria implica dos elementos principales:
el esfuerzo por liberarse de las ataduras del pasado, permitiendo así una actitud
transformadora frente al futuro, y el objetivo de superar el dominio ilegítimo de algunos
individuos o grupos sobre otros. Así, estos grupos actúan con una idea jerárquica del poder,

19 La posmodernidad es el “fin de los grandes relatos”, es decir, de las utopías o mitos que guiaron la
construcción del mundo moderno: la razón y la confianza en el progreso. Por consecuencia lógica, significa el
fin de las ideologías y, en la formulación más tardía de Fukuyama, “el fin de la historia” (Ruiz-Tagle, 2003).
20 Hacer propios los residuos del pasado romantizado prerracional. Si bien “es cierto que la defensa,
protección y mantenimiento de condiciones ‘válidas’ constituyen un impulso básico de los movimientos…
difieren de los conservadores al considerar los procesos de modernización (económica, política, militar y
tecnológica) no como medios de preservación, sino de destrucción de tales condiciones (Offe, 1988, pp. 186-
187).

26
en tanto capacidad de un individuo o un grupo de imponer su voluntad a los demás.

Figura 4. Afiche Primer Congreso Nacional Movimiento Pro Emancipación Mujeres (Chile, 1937).

Fuente. www.memoriachilena.cl

Sin embargo, continúa, la naturaleza real de la emancipación tiene poca consistencia en


sociedades más avanzadas, ya que deja “sin resolver el problema de cómo se comportarán
de hecho los individuos y los grupos en un orden justo” (p. 270). De esta manera, se
identifica una de las limitaciones de la Sociología de la Acción de Touraine para explicar
los movimientos sociales desde la ambivalencia del individualismo moderno: si bien éste ha
sido un vector de emancipación de los individuos, que ha incrementado su autonomía y ha
hecho de ellos sujetos portadores de derecho, sigue siendo “un factor de inseguridad, que
hace a cada uno más responsable de su porvenir y lo obliga a dar a su vida un sentido que
ya no organiza nada exterior a sí mismo” (Fitoussi y Rosanvallon, 1997, pp. 36-37).
En concordancia, Beck xvi (2002) advierte cómo los riesgos que amenazan a nuestras
sociedades han dejado de pertenecer al destino, para ser vistos como el resultado de
opciones y decisiones tomadas en la industria, en la ciencia y en la política. Ante lo cual,
los individuos no solo asumen que el curso de la historia y de la sociedad son
“contingentes”, es decir, que pueden ser creados y cambiados por las personas y por fuerzas
colectivas decididas a ello (Offe, 1988); sino también asumen que es urgente decidir sobre
quiénes serían los responsables de responder a la pregunta acerca de qué riesgos son
aceptables todavía, y cuáles no. En otras palabras, responder a la pregunta sobre ¿cómo
queremos vivir? (Beck, 2002).

27
Esta situación, según Pattaroni (2006), solo puede ser entendida en el contexto de la
globalización, que modifica las escalas de poder desencadenando un complejo proceso de
“desconvencionalización” de la gestión pública. Frente al cuestionamiento del
conocimiento científico y sus “expertos”, a la deslegitimación de la representación política
tradicional, y la autonomía creciente de las lógicas del mercado frente a la regulación
estatal; se produce no una desaparición de las convenciones sociales, sino la multiplicación
de las fuentes de convencionalización o de normatividad, aumentando la necesidad de
debate público para obtener respuestas legitimadas a los problemas políticos.
En suma, si bien todavía se vive en un mundo marcado por divisiones y formas de opresión
antiguas y nuevas -ante lo cual la política de la emancipación no tiene posibilidad de
disminuir su importancia-, aparecen en la actualidad nuevas formas de interés por lo que
Giddens (1994) denomina política de la vida, que “no concierne a las condiciones que nos
liberan para realizar opciones: es una política de opción” (p. 290). Luego, la emancipación,
imperativo general de la ilustración progresista, es la condición para que surja la política de
vida, es decir, la política por la realización del “yo” en las circunstancias de la dialéctica de
lo local y lo mundial 21 . Concretamente, son los MSE los que se han encargado de situar en
posición destacada estas cuestiones relacionadas con la política de vida, reclamando
públicamente una remoralización de la vida social, es decir, introduciendo nuevamente “en
el programa las cuestiones existenciales reprimidas, relacionadas no sólo con la naturaleza
sino con los parámetros morales de la existencia en cuanto tal 22 ” (Giddens, 1994, p. 283).

Cuadro 2. Las políticas de la acción colectiva

Política emancipatoria Política de la vida


Decisiones políticas que derivan de la libertad
Liberación de la vida social de las trabas de la
de elección y generan poder (entendido como
tradición y la costumbre.
capacidad transformadora).
Creación de formas de vida moralmente
Reducción o eliminación de la explotación, la
justificables que promoverán la realización del
desigualdad o la opresión. Se interesa por la
yo en circunstancias de interdependencia
distribución discriminadora de poder/recursos.
global.
Desarrolla propuestas morales relativas a la
Obedece a imperativos propuestos por la ética pregunta ‘¿cómo hemos de vivir?’ en un orden
de la justicia, la igualdad y la participación. postradicional y sobre el trasfondo de
cuestiones existenciales.
Fuente. Giddens, 1994.

21 La dialéctica de lo local y lo mundial se refiere a la interacción contradictoria entre los compromisos


locales y las tendencias universalizadoras, proceso a ser profundizado en el próximo capítulo.
22 Se refiere a aquellas interrogantes sobre aspectos básicos de la existencia, tanto acerca de la vida humana
como del mundo material, que todos los seres humanos se encargan de darles “respuesta” en las
circunstancias de la vida diaria (Giddens, 1994, p. 293).

28
Así, al complementar la Sociología de la Acción con otros planteamientos innovadores,
como los de Giddens, es posible avanzar en la comprensión de “lo colectivo” hoy: sujetos
que se movilizan crecientemente por una política de estilo de vida, es decir, por elegir cómo
quieren vivir en función de su manera de combinar los principios generales de la
modernización (lo que nos hace iguales) y las “identidades particulares” (lo que nos
distingue, y sustenta la acción y el discurso, hoy). En definitiva, por instalar en la arena
pública las cuestiones relativas a los derechos culturales, cada vez más críticas en un
contexto de homogeneización creciente o asimilación de las identidades al modelo global;
cuestión que en Latinoamérica, al subsistir múltiples situaciones de explotación,
desigualdad y opresión, no puede desentenderse de una política emancipatoria, que
continúa orientando fuertemente la lucha de estos MSE y fortaleciendo el acuerdo con
otros. Luego, “lo importante es que podemos imaginar situaciones en que, debido a los
cambios generados para conseguirla, la emancipación afecta directamente a las cuestiones
de la política de la vida, y, viceversa, la emancipación supone una transformación en la
política de vida” (Giddens, 1994, p. 290).

29
Figura 5. Síntesis teórica de los MSE y su tensión fundamental general

Fuente. Elaboración propia

3.5 Los movimientos sociales en el actual campo de historicidad

3.5.1 El proceso global de urbanización capitalista


“Se puede definir la globalización de muchas maneras,
pero la de la ‘venganza de los nómadas’ es tan buena como cualquier otra, si no mejor”
(Bauman, 2001a, p. 47).
Antes de 1800, el tamaño y las poblaciones de las concentraciones urbanas parecen haber
estado estrictamente limitadas en todas las formaciones sociales. El siglo XIX vio la ruptura
de esas barreras en unos pocos países capitalistas avanzados, pero la segunda mitad del
siglo XX ha visto cómo esa ruptura localizada se convertía en un flujo universal de
urbanización masiva (Harvey, 2004). Este proceso ocurre más rápido de lo que alguna vez
se predijo. En 1950, había 86 ciudades en el mundo con una población superior al millón;
hoy en día hay 400, y hacia 2015, habrá por lo menos 550. En efecto, las ciudades han
absorbido cerca de dos tercios de la explosión demográfica global desde 1950 y en la

30
actualidad están creciendo a razón de un millón de bebés y migrantes a la semana 23 (Davis,
2004). Así, iniciamos este nuevo milenio con la mitad de la población viviendo en
ciudades 24 y, según las previsiones, en el 2050 la tasa de urbanización en el mundo llegará
a 65% (FSM, 2005). Por lo tanto, el futuro de la mayoría de la humanidad está ahora, por
primera vez en la historia, en las zonas en proceso de urbanización. Más precisamente, “las
cualidades de la vida urbana en el siglo XXI van a definir las cualidades de la propia
civilización” (Harvey, 2004, p. 177).
Para De Mattos (2002), esta situación solamente puede entenderse en el marco de una
evolución de la economía mundial caracterizada por una incontrolable intensificación de la
tendencia a la centralización y conglomeración del capital, hecho que puede considerarse
como uno de los rasgos centrales de esta nueva fase de modernización capitalista. Se refiere
a la proliferación de fusiones, alianzas estratégicas y adquisiciones hostiles que afecta a la
gran mayoría de los sectores dominantes, acentuando la influencia de conglomerados cada
vez más poderosos que se despliegan en red por el mundo entero, buscando imponer su
presencia en todos aquellos mercados que consideran propicios para su mayor crecimiento
y expansión. Si bien, este proceso de “mundialización” o “globalización” no es de ningún
modo inédito, detenerse a analizar su expresión en la historia contemporánea se vuelve
importante, ya que nos permite comprender por qué afecta hasta tal punto los territorios y
los espacios (Mongin, 2006). De acuerdo con Sassen xvii (2003), dicho análisis debe
fundarse en “dos temas claves en los debates actuales y en el ámbito académico. Uno de
ellos es la compleja articulación entre inmovilidad y movilidad del capital, y el otro es la
posición de las ciudades en una economía global” (p. 10).
En esta línea, algunos autores han establecido, por un lado, que la nueva estructura mundial
de poder actúa merced a las “oposiciones” entre movilidad y sedentariedad (Bauman,
2001a). Se refiere a que, “con el auge de los nuevos mercados financieros y su
accesibilidad tecnológica prácticamente inmediata, espacio, lugar y límites se han vuelto
superfluos: es así como, el director económico del American Express Bank señala
explícitamente que, ‘el fin de la geografía nos remite a una condición de desarrollo
económico donde la situación geográfica ya no afecta a las finanzas’” (Smith, 2001, p. 23).
Con ello, se postula “una economía desligada de territorios concretos” (Veltz, 1999, p. 9),
a partir de la cual “el largo periodo de la historia que empezó con el triunfo de los asentados

23 Cabe señalar que “el 95% de esta explosión final de la humanidad se producirá en las áreas urbanas de los
países en vías de desarrollo, cuya población se duplicará, alcanzando cerca de 4.000 millones durante la
próxima generación (Davis, 2004).
24 Para el caso de Chile, el 85% de la población está concentrada en las áreas urbanas, de los cuales dos
tercios corresponden “a las aglomeraciones de Santiago, Valparaíso y Concepción. Esta concentración de
población no es reciente, sino un proceso incremental que ha tenido lugar durante este siglo” (Rodríguez y
Winchester, 2004, p. 118).

31
sobre los nómadas está ahora llegando a su fin” (Bauman, 2001a, p. 47).
Sin embargo, el capital no es todavía tan volátil como quisiera y como se esfuerza por ser,
ya que, según Bauman (2001a), “el ‘poder fastidioso’ de los gobiernos locales sigue, quizá,
imponiendo irritantes limitaciones a su libertad de movimiento. Pero el capital se ha hecho
extraterritorial, ligero, sin estorbos y desincrustado hasta un extremo sin precedentes…
suficiente para chantajear a los organismos políticos vinculados con el territorio para que se
sometan a sus exigencias” (pp. 37-38). Habiendo completado su destino, el Estado nación
y las demás trabas impuestas por el localismo político y cultural, han sucumbido ante el
mercado (Smith, 2001).
Otro grupo importante de analistas sostiene, por otro lado, que “este supuesto de un mundo
sin límites ha sido llevado bastante más allá de los límites de su propia veracidad” (Smith,
2001, p. 23), imponiendo una visión sesgada de la historia que confiere cada vez más
importancia a los factores económicos y tecnológicos del cambio social (Touraine, 2005).
En este sentido, se está de acuerdo con que también “se debe examinar la producción de las
condiciones necesarias para la globalización económica” (Sassen, 2003, p. 9). Más
precisamente, “no hay que hacer tanto hincapié en la mezcla tecnológica como en la
materialización activa de oportunidades para la acumulación directa de capital mediante ese
complejo tecnológico de posibilidades” (Harvey, 2004, p. 184).
Para ello, se debe tener “claro que el ‘siglo americano’ ha sido el de un ‘imperio
americano’, y que como todos los imperios ha esculpido su propia arquitectura global”
(Smith, 2001, p. 24), a través de “una serie de políticas de ajuste estructural, que, junto a
una serie de arreglos institucionales, hacen posible que los países configuren un ámbito
propicio para el arribo y desembarque en sus territorios de distintos tipos de cadenas
globales (De Mattos, 2002, p. 3). Pero, más importante es entender que esta arquitectura
organizacional no solo contiene las capacidades para una enorme dispersión y movilidad
geográfica, sino también pronunciadas concentraciones territoriales de recursos, necesarias
para la gestión y servicio de tal dispersión; en términos más exactos, dicha arquitectura
traspasa las fronteras y se encuentra tanto parcialmente desterritorializada como parcial-
mente concentrada espacialmente en las ciudades (Sassen, 2003).
En consecuencia, la actual ronda de reestructuración geo-económica está reconfigurando la
organización territorial de los Estados nacionales más que erosionándola, creando un
capitalismo “ciudad-céntrico” desprovisto de una territorialidad estatal (Brenner, 2003). De
esta manera, la mundialización urbana y el re-escalamiento de la espacialidad del Estado no
se presenta como el “fin de los territorios” profetizado por algunos, sino como dos
momentos profundamente entrelazados de un único proceso de reestructuración
socioespacial global, a través de la cual la organización escalar del capitalismo ha sido
radicalmente reconfigurada desde inicios de los ’70 (Brenner, 2003; Mongin, 2006).

32
Ahora, de acuerdo con Harvey (1990), se debe tener en cuenta que la tendencia a la
concentración geográfica se opone a la tendencia a la dispersión, por lo que no hay garantía
de equilibrio estable entre ellas. Luego, el desarrollo de la economía espacial del
capitalismo se ve asediada constantemente por tendencias contradictorias: por un lado, hay
que derribar barreras espaciales y distinciones regionales, y, por otro, los medios para
lograr esto provocan nuevas diferenciaciones geográficas, que forman nuevas barreras
espaciales que hay que superar 25 . Así, no resulta difícil entender el desarrollo acelerado de
las fuerzas productivas de un lugar y su retardo relativo en otro; la rápida transformación de
las relaciones sociales aquí y su rigidez relativa allá (Harvey, 1990). Por esa razón, este
autor sostiene que “estamos envueltos en un proceso global de urbanización capitalista o
desarrollo espacio-temporal desigual, incluso en países que al menos formalmente han
buscado una vía no capitalista de desarrollo y una forma urbana no capitalista” (Harvey,
2004, p. 184).
Desde está perspectiva, también se revela el meollo de las transformaciones que afectan a
las ciudades (Smith, 2001). Porque, como señala De Mattos (2002), a partir del “momento
en que los administradores del capital inmobiliario percibieron que la recuperación de la
importancia económica de las áreas metropolitanas principales las transformaba en
residencia de la parte más moderna y dinámica de los correspondientes aparatos
productivos nacionales y, consecuentemente, de los sectores sociales perceptores de más
altos ingresos, el suelo metropolitano cobró mayor importancia como medio privilegiado
para la valorización de sus capitales, por lo que las inversiones inmobiliarias cobraron un
significativo y sostenido aumento en este ámbito” (p. 8).
Esta situación fue facilitada –y promovida- por un cambio de enfoque en la gestión urbana,
en el cual se establece, por un lado, que el suelo urbano no es un recurso escaso, ante lo
cual su uso debe ser decidido por el mercado en función de sus rentabilidades alternativas;
y, por otro lado, se legitima al sector privado como encargado de materializar una adecuada
oferta de bienes y servicios. En definitiva, las nuevas reglas del juego establecen mayor
libertad y flexibilidad para la operación de las respectivas urban growth machines 26
(Sabrovsky et al, 1995; De Mattos, 2002; Harvey, 2004), consolidando la maximización de
la plusvalía urbana como principal criterio urbanístico y, con ello, mejorando las

25 Los linderos regionales invariablemente son borrosos y están sujetos a perpetuas modificaciones porque
las distancias relativas cambian con los adelantos en el transporte y las comunicaciones. Las economías
regionales nunca están cerradas… Además, los trabajadores seguramente sentirán la tentación de trasladarse a
cualquier lugar en que los niveles de vida sean más altos (Harvey, 1990, p. 420).
26 Esto es, de las coaliciones de miembros de élites directa o indirectamente relacionadas con los negocios
inmobiliarios, que buscan asegurar las precondiciones para el crecimiento de su ciudad y que conducen las
correspondientes políticas urbanas con el propósito de expandir la economía local y acumular riqueza (Jonas y
Wilson en De Mattos, 2002, p. 7).

33
condiciones para la afirmación de una lógica estrictamente capitalista en la producción y
reproducción metropolitana (De Mattos, 2002).
Con todo, la localización de las inversiones para servicios básicos e infraestructura urbana
queda en manos de un mercado desregulado, lo que ha derivado en un desarrollo muy
desigual al interior de las ciudades (Rodríguez y Winchester, 2004), especialmente aquellas
que se ubican en el tercer mundo. Aquí, los modelos de desarrollo implementados se han
caracterizado por establecer patrones de concentración de renta y poder, así como procesos
acelerados de urbanización que contribuyen a la depredación del ambiente y a la
privatización del espacio público, generando exclusión socioespacial 27 (FSM, 2005). Esto,
porque el cambio de enfoque sólo favorece a aquellos actores que, en una sociedad de esta
naturaleza, tienen capacidad y poder para efectuar las intervenciones de mayor impacto en
la evolución y transformación de la ciudad (De Mattos, 2002).
Es que, aunque no se le denomine claramente así, la elitización urbana 28 es una estrategia
de producción inmobiliaria con mucho peso en el plan del “nuevo urbanismo”: se refiere a
“lanzar la idea de los ‘espacios totalmente obsoletos y superfluos’, como escenarios
potenciales de los nuevos asaltos de la producción inmobiliaria en la ciudad global (y no
tan global)… (encajando) con cuidado en la agenda de reproducción social de las nuevas
clases profesionales, empleadas dentro y alrededor de la economía global, al tiempo que se
deshace de todos aquéllos que sobran por la misma causa” (Smith, 2001, p. 30). Así, se
pretende “hacer ciudades a partir de parques temáticos, ciudades empresariales, barrios
cerrados, infraestructuras al servicio del vehículo privado e individual, zonas de viviendas
segregadas por clase social, plazas y monumentos enrejados” (Borja y Muxí, 2003, p. 19).
La elitización urbana representa, por lo tanto, la perfecta metáfora de las dos puntas del
proceso global de urbanización capitalista “-producción y reproducción social-, así como
del desplazamiento -exclusión socioespacial- que constituye su intencionada consecuencia.
A este respecto, la remodelación de la escala geográfica resulta completa, pues, (como se
ha dicho, es) un error pensar que la globalización… se limita a allanar los paisajes locales
urbanos para convertirlos en receptores unidimensionales del impulso global” (Smith, 2001,
p. 30); sino que, por el contrario, “en ningún sitio como en el territorio quedan reflejadas
las tremendas ‘contradicciones’ y ‘contrastes’ que atraviesan el actual modelo productivo y
social” (Fernández Duran, 1993, p. 10).

27 En este contexto, no debería resultar extraño que detrás de los indicadores macroeconómicos que hacen
aparecer a Santiago como la ciudad latinoamericana más exitosa, mirada más de cerca, también aparezca una
ciudad esencialmente fragmentada (Rodríguez y Winchester, 2004).
28 “Se emplea el término ‘elitización urbana’ como traducción del inglés gentrification… para designar a este
proceso socioespacial propio de las ciudades capitalistas…otras personas han preferido utilizar vocablos tales
como ‘aburguesamiento’, ‘recualificación social’, ‘aristocratización’ y ‘gentrificación’” (Smith, 2001, p. 19).

34
3.5.2 Tensión fundamental específica. Movimientos sociales urbanos emergentes: entre la
defensa de la identidad espacial y la lucha por el derecho a la ciudad
Que las ciudades están lejos de ofrecer condiciones y oportunidades equitativas a todos sus
habitantes (FSM, 2005) a estas alturas ya es un lugar común. Tal como señala Touraine
(2005), “se viven cambios geográficos y socioculturales que destruyen más que hacer entrar
en la modernidad” (p. 26). Ahora, lo que conviene recordar, en este contexto, es que en
ningún momento de la historia los ciudadanos han sido espectadores pasivos de la crisis
urbana: “siempre ha habido reacciones colectivas al problema, aparentemente insoluble, de
tener que estar en la gran ciudad para sobrevivir 29 ” (Castells et al, 1988, p. 24).
Pero, ¿qué ocurre cuando los cambios en la ciudad dependen de unas condiciones que,
aparentemente, escapan constantemente a la aprehensión de sus habitantes? ¿Son las
fuerzas de la globalización tan fuertes como para imposibilitar cualquier iniciativa local o
particular que busque encarrilar el proceso de urbanización en una trayectoria diferente?
Por ende, ¿sólo una revolución global podría cambiar algo?
Para la discutida –pero no superada- visión “oposicionista” esto último resulta cierto, ya
que tiempo y espacio serían asignados de manera diferente a los peldaños de la escala
mundial de poder: “quienes pueden permitírselo viven únicamente en el tiempo. Los que no
pueden viven en el espacio. Por lo que atañe a los primeros, el espacio no importa. Y en
cuanto a los segundos, luchan duramente para hacer que importe” (Bauman, 2001a, p. 52).

29 Se refiere, por ejemplo, a aquellos “pobladores” que crearon situaciones de hecho e impusieron su presión
social en el tratamiento de la crisis urbana en los años 60 y 70. Sin la cual, pocas veces la Administración de
turno, cualquiera que haya sido su ideología, habría asumido a fondo el tema de la carencia de un techo bajo
el que cobijarse o de un medio habitacional en donde pueda crecer una familia (Castells et al, 1988).

35
Figura 6. Graffiti para protestar contra la especulación y la demolición de barrios (Viena, 1975).

Fuente. Deriaz, Del Curto y Maeder, 1981

Al respecto, se está de acuerdo con que “la única respuesta racional por parte de quienes
son marginados y excluidos es la rabia urbana, haciendo que el estado actual de las
relaciones sociales sea, quizás, mucho peor ahora de lo que ha sido durante varias décadas
(Harvey, 2004); sin embargo, tal como señala el geógrafo Ortega Valcárcel (2000), son este
tipo de procesos sociales en su dimensión espacial, como expresión directa del cambio, lo
que debe observarse, más que la situación temporal o estado espacial. Esto, según el autor,
entendiendo que la implantación de un capitalismo a escala planetaria ha acelerado la
dialéctica universal entre lo local y lo global, ante lo cual, la autonomía de las prácticas
sociales se transforma en una ilusión, dado el carácter determinante que adquieren los
procesos de carácter mundial. Así, la vida social moderna se caracteriza “por procesos
profundos de reorganización del tiempo y el espacio, ligados a la expansión de mecanismos
de desenclave; mecanismos que liberan las relaciones sociales de su fijación a unas
circunstancias locales específicas, recombinándolas a lo largo de grandes distancias
espaciotemporales (Giddens, 1994, p. 11).
Dichos procesos son observados atentamente por los sujetos, quienes van descubriendo que
las circunstancias locales no son realmente portadoras del sentido de los acontecimientos
que ahí se desarrollan, aunque la situación local añada un sentido “secundario” a
acontecimientos que se explican ante todo a nivel mundial. En concordancia, los grandes
conflictos sociales se comienzan a desplazar desde los problemas internos de la producción
(relaciones entre empresarios y asalariados, o, mejor dicho, conflictos de clase) hacia las

36
estrategias mundiales de las empresas transnacionales y las redes financieras. Luego, con la
llegada del nuevo siglo, surge un importante movimiento de oposición contra la
globalización 30 , cuyo objetivo no es oponerse a la apertura mundial de la producción y los
intercambios, sino construir otro tipo de organización mundial (altermundialización) que
permita una gestión democrática de las grandes transformaciones históricas 31 (Touraine,
2005).
Sin embargo, el altermundismo presenta una debilidad, que es tan manifiesta como su
éxito: si bien lucha por otra mundialización que no aplastaría a los débiles, los intereses
locales y las minorías -es decir, contra la tendencia a la homogeneización creciente o
asimilación de las identidades al modelo “global”-, no llega a definir claramente 32 en
nombre de quién, de qué intereses o de qué concepción de la sociedad lucha. Al aceptar el
lenguaje de la globalización, “oposicionista”, no reconoce la dialéctica universal entre lo
local y lo global, desde la cual toda resistencia al debilitamiento de las identidades
territoriales frente al avallasamiento de las fuerzas económicas que trastocan el espacio en
función de objetivos económicos -o defensa de la identidad social por diferenciación-, por
muy global que se manifieste, tiene una base territorial importante y clara33 (Sabatini, 1998;
Harvey, 2004; Touraine, 2005).

30 “La primera reunión de este tipo se organizó en enero de 1999 en Zurich y Davos, solamente con la
participación de cinco movimientos sociales (uno por continente) y con el título Otro Davos… En el 2003, en
Porto Alegre, fueron cien mil personas las que se dieron cita en el (FSM), que organizó cerca de 1700
reuniones, seminarios y conferencias, en las que participaron 4.000 periodistas... En 2004, en Bombay, el
FSM reunió más de 110.000 personas, con una gran mayoría de asiáticos” (Houtart, 2004).
31 Como se verá, la globalización de dichos actores se ha visto facilitada y condicionada, en parte, por la
infraestructura de la economía global, como las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones
(TIC), aún cuando ésta sea muchas veces el objeto de esa oposición política (Sassen, 2004; 2007).
32 El FSM es un espacio de debate democrático de ideas, profundización de la reflexión, formulación de
propuestas, cambio de experiencias y articulación de movimientos sociales, redes, ONG’s y otras
organizaciones de la sociedad civil que se oponen al neoliberalismo y al dominio del mundo por el capital y
por cualquier forma de imperialismo. Después del primer encuentro mundial, realizado en el 2001, se
configuró como un proceso mundial permanente de búsqueda y construcción de alternativas ante políticas
neoliberales. El FSM se caracteriza también por la pluralidad y por la diversidad, teniendo un carácter no
confesional, no gubernamental y no partidario. Él se propone a facilitar la articulación, de forma
descentralizada y en red, de entidades y movimientos engajados en acciones concretas, del nivel local al
internacional, por la construcción de un otro mundo, pero no pretende ser una instancia representativa de la
sociedad civil mundial. El FSM no es una entidad ni una organización (www.forosocialmundial.org.ve).
33
Cabe recordar que “la organización social, amenazada desde ‘arriba’ por lo que llamamos la globalización,
no puede encontrar ya en sí misma los medios de su enderezamiento. Es ‘abajo’, en un llamamiento cada vez
más radical y apasionado al individuo (y a su identidad), y no ya a la sociedad, donde buscamos la fuerza
susceptible de resistir a todas las violencias” (Touraine, 2005, p. 29).

37
Figura 7. Afiche de solidaridad con las movilizaciones del pueblo mapuche (Chile, 2008)

Fuente. www.lemondediplomatique.cl

En concordancia, Ducci (2004) observa que prácticamente todas las luchas importantes que
se han llevado o que se están llevando adelante en las principales ciudades durante la última
década, han sido contra algún proyecto que los ciudadanos visualizan como una amenaza
para su calidad de vida o el valor de sus propiedades. Según la autora, se trata de
movilizaciones urbanas socialmente heterogéneas, que se conciertan frente a cambios en su
territorio relacionados con su vida diaria, cuya proliferación “está dando origen a un actor
que adquiere cada vez más importancia en la dinámica urbana frente a la acción del Estado
y del sector privado: los ciudadanos concientes y dispuestos a reaccionar para defender el
medio ambiente donde desarrollan su vida” (De Mattos et al, 2004, p. 15).
No obstante, numerosos estudios realizados sobre las luchas urbanas contemporáneas
demuestran que estas acciones también presentarían una debilidad: “en la mayoría de los
casos, se trata de acciones limitadas (que) tienden a acercarse a lo que llamamos aquí
conductas colectivas, al defender un medio amenazado” (Touraine, 1987, p. 96). En este
sentido, mucho se ha dicho sobre el interés egoísta que motiva sus batallas, principalmente
la búsqueda del bienestar personal o familiar. Los casos más citados son los NIMBY’s (not
in my back yard) o LULU’s (locally undesirable land use), fenómenos de repudio a ciertos
elementos urbanos “indeseables” que se han generalizado en el mundo, especialmente en
Estados Unidos.
Al respecto, se sostiene que, aunque la lucha sea por el barrio propio y porque se quiere
mantener o mejorar las condiciones en que se vive; y de que muchos de estos movimientos

38
se disuelven cuando se logra el objetivo o cuando se da por perdida la batalla, definir el
interés personal como motor principal de estos grupos sería una tesis, al menos, un tanto
simplista (Ducci, 2004). De acuerdo con Sennett (2002), las motivaciones derivarían más
bien del problema fundamental del capitalismo, que es la disociación entre el hombre en
acción y el trabajo que realiza, ya que él no controla su propio trabajo sino que más bien
debe venderlo. Por lo tanto, para superar lo desconocido y eliminar las diferencias entre la
gente “uno trata de volver íntima y local la escala de la experiencia humana, o sea que uno
transforma el territorio local en algo moralmente sagrado” (Sennett, 2002, p. 641).
El problema es que “la celebración de la comunidad territorial contra los males del
urbanismo impersonal y capitalista se adapta con suma comodidad dentro del vasto sistema,
porque conduce a una lógica de defensa local contra el mundo exterior más que a un
desafío de los manejos de dicho mundo 34 ” (Sennett, 2002, p. 642). Dicha lógica
particularista, aunque militante, si es incapaz de ver más allá de su propia forma especial de
desarrollo geográfico desigual, permite que movimientos y acciones políticas en un terreno
puedan confundir y a veces anular los efectuados en otro, dejando a los procesos e intereses
capitalistas en bandeja de plata la posibilidad de aplicar el divide y vencerás (Harvey,
2004).
Por lo tanto, la pregunta que plantea Harvey (2004) se vuelve crucial: si nos encontramos
desamparados en un terreno en el que el espacio-tiempo, el lugar y el entorno no pueden
separarse unos de otros, ni ser tratados como meras abstracciones fuera de las condiciones
concretas de historia y geografía, ¿adonde podemos ir? Para el autor, esta situación “exige
el paso de un lenguaje de globalización o (de neo) comunitarismo a un lenguaje de
‘desarrollo espacio-temporal desigual’ o, más simplemente, ‘desarrollo geográfico
desigual’” (p. 194). Luego, la diversidad de luchas anticapitalistas creadas continuamente
por la globalización, en tanto proceso de desigual desarrollo geográfico, deben ser
sintetizadas “de modo que se respeten las cualidades del desarrollo espacio-temporal
desigual de diversos ‘particularismos militantes’, a la vez que se desarrollan fuertes
vínculos y políticas intemacionalistas” (Harvey, 2004, p. 196; FSM, 2005).
De acuerdo con este desafío, las entidades de la sociedad civil reunidas desde el 1er. Foro
Social Mundial (FSM) realizado el año 2001 en la ciudad de Porto Alegre (Brasil),
discutieron y asumieron la responsabilidad de construir un modelo sustentable de sociedad
y vida urbana, basado en los principios de solidaridad, libertad, equidad, dignidad y justicia
social. Para ello, vienen construyendo desde ese año una Carta Mundial por el Derecho a la

34 “Lucha para que se la deje sola, para que se la exceptúe o proteja del proceso… más que para cambiar el
proceso… mismo” (Sennett, 2002, p. 642-643).

39
Ciudad 35 que traduzca los compromisos y medidas que deben ser asumidos por la sociedad
civil, gobiernos locales, autoridades nacionales y organismos internacionales, para que
todas las personas vivan con dignidad en nuestras ciudades. Así, se busca contribuir con las
luchas urbanas particulares y, al mismo tiempo, con en el proceso de reconocimiento del
derecho a la ciudad en el sistema internacional de los derechos humanos (FSM, 2005).
Respecto a esto último, se debe entender que la mayoría de los derechos civiles, políticos,
sociales y culturales recogidos en la Carta reproducen derechos consagrados en otros
instrumentos jurídicos estatales e internacionales. Para los abogados Pisarello y Tedeschi
(2005), ello es lógico, pues lo que la Carta pretende desatacar es la necesidad de tutelar una
serie de derechos en un ámbito específico, que es el ámbito urbano 36 . En este sentido,
consideran que la transposición de derechos al ámbito de la ciudad pone de manifiesto
cómo, al generar unas necesidades propias y específicas, el espacio urbano otorga una
nueva dimensión a muchos derechos “clásicos” y obliga a formular otros derechos hoy no
contemplados. En definitiva, se reconoce que los derechos humanos tienen una dimensión
no sólo global sino también local. Luego, la ciudad se transforma en un espacio donde
desarrollar, a través de nuevos cauces de democracia deliberativa, participativa y
representativa, esta dimensión local de los derechos humanos (Forum Barcelona, 2004).
Tres principios fundamentales son los que rigen su contenido y propuesta: i) Ejercicio
pleno de la ciudadanía, entendido como la realización de todos los derechos humanos y
libertades fundamentales, asegurando la dignidad y el bienestar colectivo de los habitantes
de la ciudad en condiciones de igualdad y justicia, así como el pleno respeto a la
producción y gestión social del hábitat; ii) Gestión democrática de la ciudad, entendida
como el control y la participación de la sociedad, a través de formas directas y
representativas, en el planeamiento y gobierno de las ciudades, priorizando el
fortalecimiento y autonomía de las administraciones públicas locales y de las
organizaciones populares; iii) Función social de la propiedad y de la ciudad, entendida
como la prevalencia, en la formulación e implementación de las políticas urbanas, del

35 Para una necesaria profundización respecto al origen, principios, objetivos, contenido, avances y
limitaciones de la Carta, se recomienda visitar los siguientes sitios en Internet: www.hic-net.org; www.hic-
al.org; www.choike.org, entre muchos otros que se dedican a difundir los avances de este proceso colectivo.
36 Esta preocupación por pensar el espacio urbano como un ámbito que garantice derechos y necesidades
específicas para todos sus habitantes es relativamente reciente. A pesar de que no han faltado algunas
contribuciones jurídicas al respecto, la mayoría de las iniciativas en este sentido provienen del urbanismo
crítico y de los movimientos de lucha por el acceso a la vivienda. En este sentido, debe atribuirse un papel
destacado al clásico ensayo de H. Levebre, El derecho a la ciudad (1969). En un sentido más actual, pueden
verse también los trabajos de David Harvey, Espacios de Esperanza (2003); Jordi Borja, La ciudad
conquistada (2003); y, en el ámbito latinoamericano, Enrique Ortiz, Repensando la ciudad para la gente ¿Qué
Ciudad para una nueva era?, Texto preparatorio para la Asamblea Mundial de Pobladores, HIC América
Latina, 2002 (Pisarello y Tedeschi, 2005).

40
interés común sobre el derecho individual de propiedad; implica el uso socialmente justo y
ambientalmente sustentable del espacio urbano (HIC, 2005).
Como se observa, el Derecho a la Ciudad viene a ampliar el tradicional enfoque sobre la
mejora de la calidad de vida de las personas, centrado en la vivienda y el barrio, hasta
abarcar la calidad de vida a escala de ciudad y su entorno rural (FSM, 2005). Para el caso
de Chile y de su principal metrópolis este proceso tiene gran relevancia, ya que, según
Sabatini y Wormald (2004), en la ciudad de Santiago las personas pobres son hoy,
mayoritariamente propietarias de residencias construidas a través de los programas de
vivienda social 37 . De tal forma, los “sin casa” de los ‘60 han sido reemplazados por
familias de pobres-propietarios como sujetos principales de los movimientos populares
urbanos, cuyas demandas son ahora más territoriales y menos “clasistas”.
En un contexto de creciente elitización urbana y exclusión socioespacial, los sujetos
comienzan a oponer resistencia a que, desde el poder político burocrático y desde las
ideologías administrativas, en nombre de pensamientos racionalistas-abstractos o intereses
con voluntad de dominio, se menosprecie, entre otros aspectos, la persistencia de las
identidades territoriales y de los sentidos de pertenencia a unos lugares, a unos paisajes y a
unas relaciones sociales construidas por la historia y concretadas en geografías transmisoras
de sentido (Borja, 2003). Para ellos, en consecuencia, la lucha por el derecho a la ciudad
pasa a significar la defensa del derecho al goce de las oportunidades sociales y económicas
asociadas a la localización de la vivienda: porque perder o sufrir restricción de ese derecho
puede suponer, además del eventual desarraigo físico y social, el deterioro de las
condiciones de vida material en cada uno de los planos en que existían externalidades
vinculadas con la localización espacial (Oszlak, 1991). Como dice Borja (2003), a los
ciudadanos, en especial a los grupos vulnerables y desfavorecidos, no solo se les debe
reconocer el derecho a estar orgullosos del lugar en el que viven, sino también a
permanecer en él (Borja, 2003).

37 Según el Censo del 2002, un 72,5% de los hogares chilenos ocupaban una vivienda que era propia o que
estaban pagando. Específicamente, entre un 70 y 80% de las familias pobres de la ciudad son propietarias, con
o sin deuda, en conjuntos de vivienda social, incluidos los ‘allegados’ (sin casa), que por lo general son
parientes del jefe de hogar (Sabatini y Wormald, 2004).

41
Figura 8. Afiche campaña internacional "Cero Desalojo" iniciada en 4º Foro Social Mundial por la
Alianza Internacional de Habitantes (Venezuela, 2007).

Fuente. www.adital.org.br

Desde esta perspectiva, es posible resignificar las luchas urbanas que se conciertan frente a
cambios en la ciudad que amenazan su espacio de vida, reclamando su memoria histórica y
afirmando la solidez “de sus valores contra la disolución de la historia en el tiempo
atemporal y la celebración de lo efímero en la cultura de la virtualidad real” (Castells, 1998,
p. 397). Si bien la identidad entre territorio y sociedad en ciertos casos puede llevar a un
cierre defensivo 38 , si es capaz de ver más allá de su propia forma especial de desarrollo
geográfico desigual, puede desencadenar el surgimiento de iniciativas para generar nuevas
dinámicas locales y construir nuevas cohesiones sociales y culturales (Borja, 2003).
Se debe entender, además, que el proceso de construcción de luchas con alcance global no
tiene por qué transformar a sus integrantes en cosmopolitas, ya que estos pueden conservar
su orientación local y particular, es decir, pueden permanecer comprometidos con las
causas de sus hogares y sus comunidades al mismo tiempo que participan de una política
global emergente (Sassen, 2004; 2007). Lo interesante está en que, aún cuando carezcan de
movilidad geográfica y de recursos suficientes, el acceso simultáneo y descentralizado que
permiten las nuevas TIC, “puede ayudar a los actores locales a adquirir cierta sensación de

38 Se debe recordar que si un movimiento socialmente defensivo no se asocia, en un segundo nivel, con un
movimiento socialmente contraofensivo, estancándose en un primer nivel, sólo puede producir el refuerzo del
Estado o el encierro comunitario (Touraine, 1987).

42
participación en causas que, si bien no necesariamente son globales, tienen una distribución
global por su recurrencia en numerosas localidades” (Sassen, 2004; 2007, p. 244).
En suma, estos son los aspectos que le otorgarían a la lucha por el derecho a la ciudad la
posibilidad de sintetizar una multiplicidad de luchas anticapitalistas, ya que, como se ha
visto, establece fuertes vínculos intemacionalistas, pero desde y para la defensa de
identidades espaciales; elemento constitutivo aparentemente insuperable (Dubet y Lustiger
Thaler, 2004) que le da base territorial clara desde un reconocimiento explícito a la
dialéctica universal entre lo local y lo global 39 . Por lo tanto, el surgimiento de la lucha por
el derecho a la ciudad, en tanto nueva identidad proyecto 40 , se convierte en una cuestión
clave al permitir que diversos MSE, dentro de ciudades concretas, puedan definir nuevas
posibilidades de vida urbana e imaginar una nueva trayectoria de la
globalización/urbanización capitalista. Esto, según Castells (1998), porque surge del
desarrollo de identidades de resistencia orientadas hacia la transformación del actual campo
de historicidad -el proceso global de urbanización capitalista- en continuidad con los
valores de una resistencia comunal que a su vez defiende su espacio y sus lugares, contra la
lógica sin lugares del espacio de los flujos que caracteriza el dominio social en la era de la
información.
De esta manera, se confirma y precisa la tensión fundamental de los MSE en el actual
campo de historicidad: el paso de la defensa de la identidad espacial (lo que nos distingue)
a la lucha por el derecho a la ciudad (lo que tiene vocación de unirnos ahora como iguales).
Esta continuidad solo puede gestarse y, por ende, resolverse, en una estructura de
experiencias compleja y, frecuentemente, caótica 41 , que únicamente puede tener lugar en
un asentamiento humano denso e incontrolable: en otras palabras, una ciudad 42 (Sennett,
2001). ¿Por qué? La respuesta remite a la relación entre los conceptos de “ciudad” y
“civilidad”, los cuales tienen una raíz etimológica común: “civilidad significa tratar a los
demás como si fuesen extraños y forjar un vínculo social sobre dicha distancia social. La
ciudad es aquel establecimiento humano en el cual es más probable el encuentro con
extraños” (Sennett, 2002, p. 578).

39
En este sentido, no se considera azaroso que, a pesar de su aspiración internacionalista, el proceso de
discusión de la Carta Mundial ha conseguido incorporar inquietudes fundamentalmente de América Latina
(Pisarello y Tedeschi, 2005).
40 Cuando los actores sociales, basándose en los materiales culturales de que disponen, construyen una nueva
identidad que redefine su posición en la sociedad y, al hacerlo, buscan la transformación de toda la estructura
social (Castells, 1998, p. 30).
41 Marx, en sus manuscritos de 1844, comprendió esto: ser libre en un mundo posrevolucionario… es superar
la necesidad de orden (Sennett, 2001, p. 31).
42 En este sentido, Sennett (2002) se encarga de recordarnos que durante la mayor parte de la historia del
hombre civilizado la ciudad ha servido como foco para la vida social activa, para el conflicto y el juego de
intereses y para la experiencia de la posibilidad humana.

43
Figura 9. Volante de oposición al Proyecto Túnel San Cristóbal (Santiago, 2004-2008)

Fuente. www.pedrodevaldivianorte.cl

Esto es clave para entender los límites y posibilidades de los MSE, ya que, tal como señala
Mongin (2006), la lucha de los lugares y por los lugares no tiene por objeto defender un
determinado lugar -un lugar replegado sobre sí mismo- para responder mejor a la
hipermovilidad propia de la primacía de los flujos. Su objetivo es la articulación entre un
lugar donde se establecen “vínculos fuertes” con un “adentro cercano”, y un “afuera
extraño” con el cual se tienden “vínculos débiles”. Ni encierro ni hipermovilidad, sino
defensa de la condición urbana o proyecto espacial de la sociedad moderna, que permite un
equilibrio entre vínculos fuertes con vínculos débiles. Porque, para este autor, los
individuos no temen a los vínculos débiles que exigen los contactos con el exterior, como
las búsquedas de empleo y de educación, si tienen una “retaguardia” de vínculos fuertes.
Por el contrario, si el lugar no ofrece la ocasión de entablar vínculos con otros lugares, o
sea, si no hace posible ponerse en movimiento en la ciudad, no alcanza para que se
desarrolle la acción, para que se dé la vita activa. Así, se puede concluir que la exigencia de
movilidad en oposición a la hipermobilidad y a la inmobilidad –precisión conceptual de la
lucha por el derecho a la ciudad- es la condición de un espacio urbano concebido como un
“lugar practicado”, donde los límites “dan lugar” a prácticas comunes (Mongin, 2006).

44
Figura 10. Síntesis teórica de los MSE y su tensión fundamental específica

Fuente. Elaboración propia

45
APÉNDICE: RESEÑA DE AUTORES CLAVES

i Alain Touraine (1925) es un sociólogo francés nacido en Hermanville-sur-Mer. En 1950


se licencio en la École Normale Supérieure de París. Realizó estudios en las universidades
de Columbia, Chicago y Harvard; y fue investigador del Consejo Nacional de Investigación
Francés hasta 1958. En 1956 fundó el Centro de Estudios para la Sociología del Trabajo de
la Universidad de Chile. En 1960 se convirtió en investigador senior de la École Pratique
des Hautes Etudes (actualmente la prestigiosa École des Hautes Études en Sciences
Sociales de París), donde fundó el Centro de Análisis y de Intervención Sociológicos
(CADIS) (http://es.wikipedia.org).

ii Robert King Merton, sociólogo estadounidense nacido en Filadelfia el 4 de julio de 1910,


y muerto en Nueva York en 2003. Padre de la teoría de las funciones manifiestas y latentes,
y autor de obras como El análisis estructural en la Sociología (1975), Merton es uno de los
clásicos de la escuela estadounidense de esta disciplina. También fue importante su labor en
el campo de la sociología de la Ciencia (http://es.wikipedia.org).

iii Hannah Arendt (Linden, Hanóver, Alemania, 14 de octubre de 1906 - Nueva York,
Estados Unidos, 4 de diciembre de 1975), teórica política alemana, muchas veces llamada
filósofa, aunque ella siempre rechazó dicha etiqueta, señalando que esta disciplina se ocupa
de "el hombre", en singular. Ella se describía como una teórica de la política, porque sus
obras se centran de que "los hombres", no "el hombre", viven en la Tierra y habitan el
mundo. Dada a su condición judía fue inhabilitada para el ejercicio de la enseñanza en
universidades alemanas en 1933. Tuvo que trasladarse a París, donde conoció y entabló
amistad con el crítico literario y místico marxista Walter Benjamin, y colaboró con la ayuda
a refugiados judíos. Sin embargo, con la ocupación militar alemana de algunas partes de
Francia que siguió a la declaración de guerra francesa durante la Segunda Guerra Mundial,
y la deportación de judíos a campos de concentración, Hannah Arendt estuvo en el Campo
de Gurs y tuvo que escapar de Francia. (http://es.wikipedia.org).

iv Niklas Luhmann, sociólogo alemán nacido en la ciudad de Lüneburg, Baja Sajonia en


1927. Falleció en 1998. Viajó a Estados Unidos en 1961 y comenzó a estudiar sociología
como alumno de Talcott Parsons en Boston, en la Universidad de Harvard. Parsons, quien
ejerció una gran influencia en su forma de pensar, era en ese momento la más influyente
figura del pensamiento sociológico en Occidente. Así, la propuesta teórica de Luhmann
emerge a partir de la obra de Parsons, sin embargo, tiende más a una ruptura con él, que a
una continuación. De esta manera, Luhmann cambia por completo la forma de comprender
a la sociedad. Deja totalmente de lado la idea de una sociedad compuesta por hombres,
proponiendo a la sociedad como el nivel emergente en el cual se reproducen las
comunicaciones sociales. A fines de la década del 70, Luhmann se topa con el concepto
biológico de autopoiesis de los biólogos Humberto Maturana y Francisco Varela. En base a
él propone la idea de que los sistemas sociales, son sistemas clausurados operativamente

46
que se producen autopoiéticamente, lo cual es un resultado evolutivo de la comunicación
social. Con todos estos elementos, el año 1984 publica el libro Sistemas Sociales, en el cual
expone de forma extensa, y por primera vez, su pensamiento, el cual hasta su muerte sufre
muy pocos cambios (http://es.wikipedia.org).

v Jürgen Habermas (Düsseldorf ,1929) es un pensador y filósofo alemán. Estudió filosofía,


psicología, literatura alemana y economía en la Universidad de Gotinga, Zúrich y Bonn. De
1956 a 1959 fue ayudante y colaborador de Adorno en el Instituto de Sociología de
Fráncfort del Meno. En 1961 defendió su habilitación, centrada en el concepto de lo
público (Öffentlichkeit). Entre 1964 y 1971 ejerció como profesor en la Universidad de
Fránkfurt, y se convirtió en uno de los principales representantes de la Teoría Crítica. De
1971 a 1983 se desempeñó como director en el Instituto Max Planck para la “investigación
de las condiciones de vida del mundo técnico-científico” (http://es.wikipedia.org).
vi Robert Castel, sociólogo, es director de estudios de la École des Hautes Études en
Sciences Sociales (http://www.ehess.fr).

vii Immanuel Kant (Reino de Prusia, 22 de abril de 1724), filósofo alemán. Es considerado
como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y del último periodo de
la Ilustración. Para él, la ética debe ser universal y por tanto vacía de contenido empírico,
pues de la experiencia no se puede extraer conocimiento universal. Debe, además, ser a
priori, es decir, anterior a la experiencia y autónoma, esto es, que la ley le viene dado desde
dentro del propio individuo y no desde fuera (http://es.wikipedia.org).

viii Richard Sennett (nacido el 1 de enero de 1943), es profesor emérito de Sociología en la


“London School of Economics” y profesor de Humanidades en la Universidad de Nueva
York. Sennett es también conocido por sus estudios acerca de los nexos sociales en el
entorno urbano y los efectos de la vida urbana en los individuos en el mundo actual.
Sennett está actualmente casado con la socióloga y economista Saskia Sassen
(http://es.wikipedia.org).

ix Zygmunt Bauman (Polonia, 1925) es un sociólogo británico. Aunque él es


frecuentemente mencionado como un pensador “postmoderno”, su escepticismo del
concepto claramente lo separa de los auspiciantes más entusiastas del posmodernismo; así
como tampoco comparte la noción de “modernidad” vs. “postmodernidad”, argumentando
que los dos coexisten como dos lados de la misma moneda, usando los conceptos de
modernidad “sólida” y “líquida” (http://es.wikipedia.org).

x David Harvey (n. 1935) es un geógrafo inglés actualmente profesor en la City University
of New York (CUNY) y Miliband Fellow de la London School of Economics. Es uno de
los geógrafos académicos más citados y el autor de muchos libros y ensayos que han sido
bastante influyentes en el desarrollo de la geografía moderna (http://es.wikipedia.org).

xi Norbert Lechner (Karlsruhe, Alemania, 1939 – Santiago, Chile, 2004), jurista y cientista

47
político, investigador de FLACSO y del Equipo de Desarrollo Humano del PNUD, autor de
numerosos libros y artículos traducidos a varios idiomas, jugó un rol central en la
renovación de las ciencias sociales y en la orientación intelectual de las transiciones a la
democracia en América Latina. La obra de N. Lechner representa una referencia obligada
para el estudio de los sistemas políticos del continente (Revista Mensaje, 2005).

xii Gabriel Salazar Vergara (Santiago, 31 de enero de 1936), historiador chileno, uno de los
más destacados exponentes de la historiografía social y política contemporánea chilena. Su
gran aporte a la Historiografía del país es haber fundado y ser uno de los principales
exponentes de la Historia Socialchilena, rama historiográfica que se dedica a estudiar al
sujeto popular e investigar los sucesos sociales desde el prisma de las clases más bajas de la
sociedad. Destacan sus estudios sobre el sujeto popular en el siglo XIX y sus
investigaciones sobre los movimientos sociales a través del siglo XX. El 2006 obtuvo el
Premio Nacional de Historia (http://es.wikipedia.org).

xiii Manuel Castells (nacido en 1942) es un sociólogo y profesor universitario español,


catedrático de Sociología y de Urbanismo en la Universidad de California, Berkeley, así
como Director del Internet Interdisciplinary Institute en la Universitat Oberta de Catalunya.
En los últimos veinte años ha llevado a cabo una vasta investigación en la que relaciona la
evolución económica y las transformaciones políticas, sociales y culturales en el marco de
una teoría integral de la información. El año 2001 fue investido Doctor Honoris causa por
la Universidad de Castilla-La Mancha, en 2006 lo ha sido por la Escuela Politécnica
Federal de Lausana, y en 2007 por la Universidad de Costa Rica (http://es.wikipedia.org).

xiv Pierre-Félix Bourdieu (Denguin, 1 de agosto de 1930 - París, 23 de enero de 2002) fue
un sociólogo francés, uno de los más conocidos e influyentes del siglo XX. Fue miembro
de la Academia Europea de Ciencias y Artes. Estudió filosofía en París en la École
Normale Supérieure. Fue uno de los sociólogos más relevantes de la segunda mitad del
siglo XX. Sus ideas son de gran relevancia tanto en teoría social como en sociología
empírica, especialmente en la sociología de la cultura, de la educación y de los estilos de
vida (http://es.wikipedia.org).

xv Anthony Giddens (18 de enero de 1938) es un sociólogo británico, reconocido por su


teoría de la Tercera Vía, que plantea la renovación de la socialdemocracia, y por su teoría
de la estructuración en la que expone su visión holística sobre la creación y recreación de
las sociedades modernas. Es considerado como uno de los más prominentes contribuidores
modernos en el campo de la sociología, y también se lo ha descrito como el científico social
inglés más conocido desde John Maynard Keynes. Sus trabajos más recientes abarcan
modernidad, globalización y política, especialmente el impacto de la modernidad sobre lo
social y la vida personal. Fue director de la London School of Economics and Political
Science, profesor de Sociología en la Universidad de Cambridge y miembro del consejo del
Institute for Public Policy Research en su país (http://es.wikipedia.org).

48
xvi Ulrich Beck (nacido el 15 de mayo de 1944) es un sociólogo alemán. Actualmente es
profesor de la Universidad de Munich y la London School of Economics. Beck estudia
aspectos como la modernización, los problemas ecológicos, la individualización y la
globalización. En los últimos tiempos se ha embarcado también en la exploración de las
condiciones cambiantes del trabajo en un mundo de creciente capitalismo global, de
pérdida de poder de los sindicatos y de flexibilización de los procesos del trabajo, una
teoría enraizada en el concepto de cosmopolitanismo. Beck también ha contribuido con
nuevos conceptos a la Sociología alemana, incluyendo la llamada “sociedad del riesgo” y la
“segunda modernidad” (http://es.wikipedia.org).

xvii Saskia Sassen, nacida en La Haya, Holanda en 1949. Especialista en asuntos urbanos,
profesora de Sociología en la Universidad de Chicago y profesora invitada en la London
School of Economics, Reino Unido. Se volvió conocida internacionalmente luego de
publicar su obra seminal “La Ciudad Global” (1991), reeditada y revisada en el 2001
(http://es.wikipedia.org).

49
4. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
A partir de la discusión bibliográfica fue posible definir lo términos para abordar el
fenómeno de estudio. En paralelo, se eligió el caso de estudio que corresponde a uno de los
conflictos urbanos más relevantes que se han desencadenado en la ciudad en el último
período: la Coordinadora de Pobladores José María Caro, conformada por habitantes de la
población del mismo nombre situada en la comuna de Lo Espejo. Como varias otras
agrupaciones en la ciudad de Santiago de Chile, se organiza para cuestionar el proceso de
actualización del Plan Regulador Comunal, por haber sido gestado sin la participación
amplia de los vecinos, imponiendo un modelo de desarrollo urbano que implicaría la
paulatina expulsión de población y la transformación radical del estilo de vida de esta
histórica población.
De esta manera, se cumplían las condiciones básicas para precisar la pregunta que guía esta
investigación: ¿Es la Coordinadora de Pobladores José Maria Caro un movimiento social
emergente en la ciudad de Santiago de Chile? Esta respuesta será afirmativa si la
Coordinadora resuelve la tensión fundamental general de la acción colectiva: el paso de la
identidad defensiva a la contraofensiva. Como se ha señalado, se debe considerar que esta
tensión general tiene una manifestación específica para el actual campo de historicidad, es
decir, el proceso global de urbanización capitalista: el paso de la defensa de la identidad
espacial a la lucha por el derecho a la ciudad.

50
5. HIPÓTESIS DE TRABAJO

5.1 Hipótesis 1
El elemento constitutivo específico de la Coordinadora es la identidad espacial que
defiende. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, se identifica también con una
reivindicación contraofensiva, específicamente, la lucha por el derecho a la ciudad.

5.2 Hipótesis 2
La Coordinadora se constituye como un movimiento social urbano emergente ya que
resuelve la tensión entre sus intereses defensivo y contraofensivo, al fundar su acción en
valores modernos y, desde ello, al integrarse en redes de agrupaciones con conflictos
similares en Santiago, a través de mecanismos de información y comunicación
innovadores, sin renunciar por ello a su lucha específica.

5.3 Hipótesis 3
La Coordinadora es un movimiento social urbano emergente que funda su acción en valores
modernos, combinando una política de emancipación con una política de estilo de vida.

5.4 Hipótesis 4
La Coordinadora utiliza mecanismos de información y comunicación tradicionales con sus
redes internas, e innovadores con sus redes externas.

51
6. OBJETIVOS

6.1 Objetivo general


Analizar la expresión específica que adquiere la relación entre la defensa de la identidad
espacial y la lucha por el derecho a la ciudad en la Coordinadora de Pobladores José Maria
Caro de la comuna de Lo Espejo, para establecer si es posible que este caso sea considerado
como un movimiento social emergente en Santiago de Chile.

6.2 Objetivos específicos


ƒ Aportar a la discusión teórica de los movimientos sociales emergentes en la ciudad
de Santiago de Chile.
ƒ Describir a la Coordinadora según tamaño, composición (etárea, de género, situación
socioeconómica, nivel educacional), y antecedentes de participación, antigüedad de
membresía, antigüedad de residencia y grado de compromiso activo de sus
miembros.
ƒ Explorar en los materiales que ha utilizado la Coordinadora para construir su
discurso defensivo como agrupación, determinando la importancia que se le otorga
al espacio que se habita.
ƒ Explorar en los materiales que ha utilizado la Coordinadora para construir su
discurso contraofensivo como agrupación, determinando la importancia que se le
otorga al derecho a la ciudad.
ƒ Analizar su discurso defensivo y contraofensivo para identificar los elementos de
tensión.
ƒ Explorar en los elementos con los que enfrenta esta tensión, analizando el sistema de
valores a partir del cual la Coordinadora funda su acción y las estrategias que ha
utilizado para la gestión de sus objetivos, determinando los mecanismos de
información y comunicación con los que se desenvuelve.
ƒ Analizar si logra resolver la tensión entre su interés defensivo y contraofensivo,
determinando si se constituye como un movimiento social urbano.

52
7. CONTEXTO

7.1 Situación urbana


Antes de exponer los principales resultados de esta investigación, es necesario entender la
situación urbana de la Población José María Caro y la comuna donde se localiza, Lo
Espejo, en el actual escenario metropolitano. Para ello, se describirán brevemente las
transformaciones ocurridas en la ciudad de Santiago de Chile durante los últimos 50 años.
El objetivo es visualizar el proceso histórico a través del cual llegan a coexistir en esta zona
elementos de la antigua periferia marginal de la ciudad, con nuevos atributos urbanos que la
convierten en el pericentro del Santiago del siglo XXI, arrojando, así, una dinámica urbana
de lectura contradictoria.

Figura 11. Localización de la comuna de Lo Espejo en relación al crecimiento de Santiago de Chile.

Fuente. SEREX, 2004-2005

7.1.1 Configuración socioespacial de Santiago en los ‘60 y el nacimiento de la periferia


surponiente
“El nombre de ‘callampas’ con que el vulgo bautizó las poblaciones que se forman sorpresivamente
como los hongos y que son una dramática derivación del problema habitacional de Chile,
desaparecerá definitivamente del lenguaje popular. El Intendente-Alcalde General Don Ramón
Álvarez Goldsack, informó anoche a la prensa que el plan inicial para terminar con esos grupos de
sórdida y antihigiénica ranchería ha entrado en su segunda fase, al iniciarse las encuestas
familiares, luego de terminado el censo realizado por el Servicio de Bienestar Social y Auxilio
Social. Dijo que el jueves próximo tendrá una reunión con los delegados de los comités de
pobladores de las 61 “callampas” del Gran Santiago, a fin de darles a conocer los resultados del
censo y la iniciación del encuestaje, el que abarcará todos los aspectos del grupo familiar, desde el
punto de vista social, sanitario, económico, etc.” (“Encuesta familiar dará pauta para la supresión
total”. Diario La Nación, Martes 6 de enero de 1959).
La década de los ‘60 es el período de más fuerte crecimiento de Santiago en el siglo XX en
términos demográficos (Ortiz y Morales, 2001) y de superficie urbana (Poduje, 2006). Por
esos años, se potencia el crecimiento del sector oriente de la ciudad (que actualmente
corresponde al cono de alta renta), dando inicio a los estudios para el trazado de la línea 1
del Metro (Galilea y Hurtado, 1988; Mora y Zapata, 2004). En este contexto, “el anillo de
la miseria que envolvía la ciudad comenzaba a inquietar seriamente a las autoridades y a la

53
opinión pública, (…) mientras las tomas masivas e ilegales de terrenos se sucedían unas a
otras en medio de un clima de gran efervescencia” (Godoy y Guzmán, 1964, p.39).
Así, la labor del Estado empezó a concentrarse en dos tipos de acciones: i) construir
poblaciones con incentivos al sector privado; y ii) erradicar las poblaciones “callampas” a
terrenos periféricos de muy bajo valor e inversión mínima en urbanización (De Ramón,
1990). Este proceso se caracteriza por un deterioro progresivo de la solución habitacional
entregada por el Estado: de entregar una vivienda 60 m2; se pasa a la llamada “operación
sitio” que incluye una construcción de 30 m2; luego a una “operación sitio” que incluye
solo urbanización básica (electricidad, agua y alcantarillado); para, finalmente, reducir la
intervención a una “operación tiza”, es decir, solo una demarcación del terreno asignado,
institucionalizando la autoconstrucción (acceso a la tierra más que a la vivienda) (Hidalgo,
2005). En este contexto, se construyó la gigantesca Población José María Caro, la cual pasa
a formar parte de la nueva periferia surponiente.

54
Figura 12. Escenas del cortometraje “Las callampas” de Rafael Sánchez, 1958

Fuente. www.youtube.com

7.1.2 La consolidación de la periferia marginal en el Santiago de los ‘80


La década de los ’80 fue marcada por una nueva política de desarrollo urbano, la creación
de nuevas comunas y la consolidación de la periferia marginal. En dictadura, el suelo de la
ciudad pasa a ser considerado como un bien no escaso y regulado por la competencia
mercantil (Trivelli, 1981). Luego, la tarea del gobierno es crear las mejores condiciones
para la eficiencia del mercado de suelo. En este contexto, los subsidios que entrega el
Estado entre los años 1980 y 1985 son destinados casi exclusivamente al desarrollo de
erradicaciones desde el barrio alto de la ciudad (Sugranyes, 2004).

55
Figura 13. Erradicación de pobladores de campamentos del área metropolitana por comuna de origen y destino (1979-
1985)

Fuente. www.revistaurbanismo.uchile.cl

Así, se inicia la producción masiva de unidades habitacionales, especialmente en la


periferia surponiente del Gran Santiago, configurando grandes “manchas” urbanas, aisladas
las unas de las otras. Estas concentraciones homogéneas de viviendas de bajo costo, si bien
logran reducir el déficit habitacional de la ciudad, inauguran una nueva expresión urbana de
pobreza dura, ya que no consideran la localización en la ciudad como variable de calidad de
vida (Rodrigues y Sugranyes, 2004).

56
Figura 14. Aglomeración de vivienda social en Santiago de Chile.

Fuente. www.plataformaurbana.cl

7.1.3 Reconfiguración socioespacial de Santiago en el siglo XXI y la nueva periferia


Finalmente, se llega a la complejidad de Santiago en la globalización, caracterizada por: i)
pérdida de población de las áreas centrales, en beneficio de un mayor crecimiento
periurbano; ii) policentralización; iii) áreas intersticiales híbridas (ni urbanas ni rurales); iv)
nuevos “artefactos” urbanos (malls, hipermercados, complejos empresariales y edificios
corporativos) (De Mattos, 2006; Riffo, 2006).
Cabe destacar, en este contexto, la proliferación de barrios cerrados protegidos y
segregados como respuesta del capital inmobiliario a las nuevas demandas de las familias
de ingresos altos y medios; demandas que a su vez se han transformado ante el aumento de
la tasa de motorización y el progresivo acceso a las nuevas tecnologías de información y
comunicación (De Matos, 2002; Poduje, 2006). Complementariamente, se aprecia un
aumento de la oferta de edificios de departamentos en altura para sectores de ingresos altos
y medios, fuertemente concentrados en sus comunas de residencia habitual (especialmente
Providencia, Las Condes, Vitacura, Ñuñoa y Santiago), lo que ha redundado en una mayor
verticalización de esas áreas y, consecuentemente, en un significativo cambio del
respectivo paisaje urbano (De Matos, 2002).

57
Figura 15. Construcción masiva de edificios de departamentos, comuna de Ñuñoa.

Fuente. www.redciudadanapornunoa.cl

Ahora, la regresiva distribución del ingreso en Chile también tiene una compleja expresión
territorial en la ciudad. En este sentido, el cálculo de un Índice de Desarrollo Humano
(IDH) por comunas (PNUD/MIDEPLAN, 2000) permite una mejor aproximación a la
forma en que se distribuye territorialmente la población metropolitana, ya que es un
indicador más amplio que los tradicionalmente usados (incluye salud, educación e
ingresos). Como puede observarse en la siguiente imagen, los sectores que tienen un IDH
más elevado tienden a residir en el cono que tiene su vértice en la Comuna de Santiago y
que se va abriendo hacia el nor-oriente (en blanco). Mientras que, hacia el poniente, se
despliega un conjunto de comunas con niveles extremadamente bajos de IDH, destacando
Cerro Navia y Lo Espejo (en negro), siendo esta última la comuna donde se ubica la
Población José María Caro (de Mattos, 2002).

58
Figura 16. IDH comunal de Santiago de Chile y la situación de la comuna de Lo Espejo

Fuente. Elaboración propia en base a De Mattos, 2002.

7.2 La comuna de Lo Espejo


Esta comuna se localiza en la zona sur-poniente de Santiago, a una distancia de 10.5 Km.
del centro de la ciudad. Su territorio, entonces parte de la comuna de La Cisterna, recibe
entre los años 1959 y 1962 la mayor cantidad de poblaciones que hoy subsisten en la
comuna. El origen de estas poblaciones respondió mayoritariamente al sistema de
autoconstrucción, y, en segunda instancia, a la intervención directa del Estado a través de
“operaciones sitio” (como es el caso de la Población José María Caro). Son los tiempos en
que se funda el carácter socioeconómico de la comuna (SEREX, 2004-2005).

59
Figura 17. Las poblaciones de Lo Espejo

Fuente. SEREX, 2004-2005.

El Plan Intercomunal de Santiago de 1960 (PRIS), tendió a reconocer algunos aspectos de


este proceso expansivo. Concretamente, definió un sistema de vías estructurantes que
incluía, entre otras, el anillo de Circunvalación Américo Vespucio y la carretera Norte-Sur.
En este sentido, la inclusión de una de las principales vías de la comuna como parte de la
nueva circunvalación, determinó una nueva ruta de integración con la dimensión
metropolitana de la capital. Sin embargo, el trazado de la carretera Norte-Sur y de la Avda.
General Velásquez determinará la fragmentación interna y la segregación de la comuna
respecto de su contexto inmediato (SEREX, 2004-2005).

60
Figura 18. Contexto metropolitano comuna de Lo Espejo e integración comunal a sistema de vías estructurantes

Fuente. SEREX, 2004-2005.

Figura 19. Contexto intercomunal comuna de Lo Espejo y fragmentación interna

Fuente. SEREX, 2004-2005.

61
Actualmente, Lo Espejo tiene 106.819 habitantes 43 , de los cuales cerca de un 70%
corresponde a los estratos socioeconómicos más bajos: un 18,49% pertenece al grupo E y
un 51,28% al grupo D 44 (Proyecto Anillos, 2008). Otra característica importante es que sus
habitantes se distribuyen con una densidad promedio de 156.6 hab/Há. Aunque este valor
representa la mayor densidad entre la totalidad de comunas de la provincia de Santiago, no
constituye en sí una densidad elevada si se considera que el Plan Regulador Metropolitano
de Santiago (PRMS) estipula un rango de base para el área urbana metropolitana que varía
entre 150 y 600 hab/Há. En este sentido, presenta una dinámica inmobiliaria relativa muy
baja, al constituirse como una de las comunas con menor oferta predial, pese a tener precios
promedio de suelo muy por debajo de la media. Finalmente, se debe considerar que la baja
capacidad económica de la población y, en consecuencia, baja tasa de motorización,
excluye a la mayoría de los habitantes del sistema de autopistas tarifadas que rodean el
territorio (SEREX, 2004-2005).

7.3 La población José María Caro


A fines de 1958 llegan los primeros habitantes a la Población José María Caro. La
distribución se hizo por etapas sucesivas, de acuerdo al puntaje otorgado por la Corporación
de la Vivienda, CORVI. A algunos les asignaron casas de albañilería (sectores A y B). A
otros les entregaron dos recintos construidos en madera prensada muy delgada
(“cholguán”) con una caseta sanitaria (sectores C, D y E). Finalmente, los últimos en
instalarse fueron los del sector F, en sitios vacíos, sin casas (Binimelis y Quintana, 2006).

43 www.sinim.cl.
44 Nivel Socio Económico de un hogar medido en base a metodología de AIM Chile (Asociación de
Investigadores de Mercado).

62
Figura 20. Croquis Población José María Caro indicando sectores

Fuente. Godoy y Guzmán, 1964.

En el momento de su construcción la población se emplazaba en el límite sur de la ciudad.


A la llegada de los pobladores el panorama era desolador, con sitios y casas separados por
alambres de púas, sin servicios ni equipamiento básico (Guzmán y Godoy, 1964). Sin
embargo, en pocos meses este conjunto habitacional tenía 80.000 personas, luego 100.000 y
para fines de 1962 se hablaba de 125.000 habitantes, constituyéndose como el
emplazamiento humano más grande creado por el plan habitacional de la época (Garcés,
2002).
Pero, la realidad de la población más extensa de Chile era casi desconocida para el resto del
país. Sería la llamada “matanza del ‘62” –cuando, en medio de un paro convocado por la
Central Única de Trabajadores (CUT), mueren asesinadas 6 personas en la línea del tren- la
que haría despertar a la opinión pública y al gobierno respecto a la forma en que
sobrevivían los pobladores de la José María Caro. En este sentido, su principal recurso
siempre fue la organización comunitaria: a mediados de los ‘60, existían alrededor de 104
centros de madres y 112 clubes deportivos, además de 39 juntas de vecinos, que se
agrupaban en dos asociaciones antagónicas políticamente (una ligada a la izquierda y la
otra a la democracia cristiana) (Garcés, 2002).
El esfuerzo por mejorar la calidad de vida en esos años quedó demostrado en un informe
realizado a comienzos de los ‘80. En él se indicaba que, luego de dos décadas, un 83,3% de
las viviendas originales de 29 mts2, alcanzaban ahora entre 60 y 100 mts2 construidos. El
50% de los herederos había triplicado el tamaño original y más del 90% había utilizado
albañilería, superando ampliamente otros programas de autoconstrucción de la época
(Binimelis y Quintana, 2006).

63
Figura 21. Autoconstrucción de las poblaciones en Santiago de Chile

Fuente. www.dibam.cl

El 11 de septiembre de 1973, y los años siguientes, significaron un enorme retroceso en el


desarrollo de la población. A la destrucción de todas las organizaciones vecinales y al
reemplazo de sus dirigentes por personas de confianza del gobierno militar, se sumó la
pérdida de vecinos valiosos. Sin embargo, tras los primeros años de impacto por la
represión y ante la difícil situación económica los pobladores, éstos se fueron reagrupando,
principalmente bajo el alero de la Iglesia Católica (Binimelis y Quintana, 2006).
Los años posteriores al cambio de gobierno en 1989 mostraron una baja en el interés
organizativo de la José Maria Caro. Si bien, la vida en democracia les entrega a los vecinos
la posibilidad de reconstruir sin miedo su tejido social básico, en “la Caro” la participación
es menor que antes. Es por eso que, 15 años después, cuando se propone un Plan Regulador
Comunal sin la participación de los vecinos, que, además, amenaza con destruir la memoria
de tantos años de lucha, ellos mismos sentencian: “la Caro despertó” (Binimelis y
Quintana, 2006).

7.4 Escenario político


Como consecuencia de la creación de las actuales subdivisiones político-administrativas en
la ciudad de Santiago en el año 1981, los 32 nuevos municipios (de un total de 15 que eran
originalmente) heredaron de su comuna madre el instrumento de planificación territorial,
que a nivel local corresponde al Plan Regulador Comunal 45 (PRC). Ante esto, los nuevos

45 Instrumento de planificación territorial que contiene un conjunto de disposiciones sobre adecuadas


condiciones de edificación, y espacios urbanos y de comodidad en la relación funcional entre las zonas
habitacionales, de trabajo, equipamiento y esparcimiento (Artículo 41, LGUC).

64
municipios necesitan adecuar su instrumento de planificación a los requerimientos
específicos del nuevo territorio. Sin embargo, entendiendo que la elaboración de un PRC
cuesta en promedio 100 millones de pesos 46 , este problema sólo pudo ser enfrentado por
aquellos municipios que contaban con recursos para ello.
Es así como, durante el transcurso del año 2002 y en el marco de la Reforma Urbana, el
Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) inició un proceso de modernización en
materia de Desarrollo Urbano y Territorial. Su meta era contar al año 2006 con Planes
Regionales de Desarrollo Urbano en todas las regiones del país, con los principales Planes
Reguladores Intercomunales y con Planes Reguladores Comunales actualizados en todas las
comunas, priorizando aquellos cuya data superaba los 20 años. Así, se originó el Programa
de Actualización de Instrumentos de Planificación Territorial, mediante el cual el MINVU
comprometía una inversión del orden de M$ 7.983.000, además de importantes recursos
técnicos 47 . En Santiago, su ejecución está a cargo de la SEREMI Metropolitana de Vivienda
y Urbanismo 48 , quien, junto al municipio y un organismo privado de asesoría técnica, son
los responsables de la elaboración de un PRC.

Figura 22. Actores de la elaboración de un PRC

Fuente. www.seremi13minvu.cl

En este contexto, a fines del año 2003, la Ilustre Municipalidad de Lo Espejo inicia el
estudio de su nuevo PRC. Para ello se contrató a la Consultora SEREX (Dirección de
Servicios Externos y Extensión de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos,
de la Pontificia Universidad Católica de Chile) con fondos provenientes de la SEREMI
metropolitana (90%) y del municipio (10%).

46 Ángel Bozán, Presidente Asociación Chilena de Municipalidades. Rescatado de www.terram.cl el 10 de


mayo de 2008.
47 Rescatado de www.minvu.cl el 10 de mayo de 2008.
48 Organismo público ejecutor de la Política Nacional de Vivienda y Urbanismo en su área territorial.

65
8. METODOLOGÍA
Para cumplir con los objetivos de esta investigación, se optó por un estudio de caso
paradigmático, desarrollado a través de técnicas cualitativas. La selección de dicho caso (la
Coordinadora de Pobladores José María Caro) se realizó de modo intencionado, de acuerdo
a dos criterios: la visibilidad pública de la agrupación y su nivel de convocatoria y éxito,
que al momento de su creación (2005) era todavía inédito a nivel de ciudad, especialmente
para los sectores de bajos recursos 49 .
La unidad de análisis de este estudio es el discurso -y acciones asociadas- desarrollado por
la Coordinadora. Para reconstituirla se consultaron distintas fuentes primarias y secundarias
de información.
En primer lugar, se realizó un catastro de todos los documentos emitidos por la agrupación
o que hacían referencia directa al caso, en un periodo de tres años -es decir, desde su
creación hasta la aprobación del Plan Regulador, en el año 2007. Esta tarea fue facilitada
por la directiva de la Coordinadora, quiénes ya habían realizado una compilación en este
sentido para construir un documento con el cual participaron en el VI Concurso
Internacional “Somos Patrimonio: experiencias en apropiación social de patrimonio cultural
y natural para el desarrollo comunitario”, organizado por el Convenio Andrés Bello en la
ciudad de Bogotá, Colombia. El título del texto es “La Defensa de la Población José María
Caro ante un Proyecto de Plan Regulador Comunal” y fue desarrollado específicamente por
Cecilia Binimelis y Cecilia Quintana en julio de 2006.
En segundo lugar, se desarrolló un seguimiento de los principales foros públicos a los que
la Coordinadora fue invitada como expositora o panelista durante el año 2006, para luego
analizar cualitativamente las transcripciones completas de cada uno de ellos, incluidas las
exposiciones y la discusión posterior.
En tercer lugar, para complementar la información obtenida a través de los documentos y
foros públicos, especialmente en aquellos temas menos abordados, se realizaron entrevistas
semi estructuradas a informantes clave, considerando como tales a algunos representantes
significativos de los distintos tipos de actores involucrados directamente en el conflicto (a

49
En este sentido, es necesario mencionar que la organización comunitaria de base denominada hoy Ciudad
Viva fue la primera agrupación ciudadana en enfrentar temas urbanos como tales luego del fin del gobierno
militar, entre una serie de otros grandes conflictos “ambientales” que emergían en la post-dictadura.
Específicamente, nace en el año 2000 como “Coordinadora No a la Costanera Norte” para oponerse a la
construcción en superficie de dicha autopista, reuniendo en ello a 25 organizaciones del Barrio Pedro de
Valdivia Norte, Barrio Bellavista, Sector La Vega e Independencia. Por el año 2005, cuando surge el conflicto
en Lo Espejo, también nacía la Coordinadora Pro Derechos Urbanos que reunía entre 10 a 15 organizaciones
involucradas en conflictos similares mayoritariamente por temas de autopistas, edificación en altura, planes
reguladores, entre otros (Entrevista a Lake Sagaris, Presidenta Ciudad Viva).

66
saber, miembros, pares, contrapartes y expertos). Por lo tanto, el muestreo de informantes
clave fue intencionado, buscando obtener una visión consensuada para cada tipo de actor y,
al mismo tiempo, definiendo una cantidad de entrevistados posible de llevar a cabo por la
investigadora en el marco de este estudio.
Finalmente, para acceder a la visión del Municipio respecto de la acción-discurso de la
Coordinadora, se realizó un análisis de contenido cualitativo de las Actas del Concejo
Municipal de Lo Espejo entre los años 2005 y 2007, en donde el tema de la modificación
del Plan Regulador constituía parte de la tabla de discusión. Dichos documentos contienen
las opiniones textuales de las autoridades y funcionarios municipales vigentes en esos años.
La gran cantidad de documentos recolectados permitió saturar la información en todos los
actores definidos. Todos ellos (tanto los provenientes de fuentes secundarias como las
transcripciones de las entrevistas generadas por este estudio) fueron ordenados por tema en
matrices de vaciado con categorías amplias, de acuerdo a las principales variables con que
se diseñó preliminarmente el estudio (origen, principales hitos, descripción de la
agrupación, discurso defensivo, discurso contraofensivo, sistema de valores y estrategias de
gestión). Dentro de cada una de estas variables se realizó un ejercicio de codificación
abierta, sobre cuyos resultados se construyeron axiales, tanto dentro de cada variable como
relacionando conceptos de distintas áreas.
Respecto al análisis de resultados, su construcción recoge aspectos de la metodología
propuesta por Pattaroni (2006) para una aproximación a los procesos de toma de decisiones,
en la cual plantea que no se trata de un simple procedimiento, sino un ejercicio político a
través del cual se construye un territorio, una ciudad, un “mundo común”, desde distintas
escalas y concepciones de bien común. Esta propuesta, a su vez, recoge las proposiciones
metodológicas de la Sociología Pragmática y la Teoría del Actor-Red. La primera, aborda
la interacción entre actores y argumentos en el proceso de toma de decisiones. La segunda,
aborda la inter-territorialidad de dichos procesos. Ambas, en conjunto, permiten organizar
los resultados en coherencia con la doble entrada propuesta por esta investigación para la
comprensión de los movimientos sociales emergentes y, desde ello, responder a la pregunta
de investigación.
Según la Sociología Pragmática, los procesos de toma de decisiones articulan actores,
escalas, poder y principios o valores. En este sentido, se entiende que todo argumento
particular, para ser legitimado y, por ende, influenciar la toma de decisiones, debe ser
convertido en argumento general por los actores para, así, fortalecerse y no ser descartado;
pudiendo un mismo actor hacer uso de diferentes justificaciones 50 , pero desde un mismo

50 Acepción que permite compaginar simultáneamente las justificaciones individuales (o locales) y las

67
argumento particular, según el contexto de acción. A través de esta metodología, por lo
tanto, es posible visualizar cómo un actor demuestra el valor de lo que defiende,
reconociendo la transversalidad de una justificación en un momento dado, es decir, aquel
principio con el que todos están de acuerdo, para ir avanzando en la aceptación del
argumento particular presentado; construyendo, así, un discurso que, a pesar de tener valor
particular, puede adquirir relevancia y ser llevado al debate público.
Complementariamente, la Teoría del Actor-Red establece que estos procesos de toma de
decisiones involucran distintas escalas, que van de lo local a lo global. Lo interesante, es
que para esta metodología dichas escalas no están predeterminadas, sino que son incluso el
resultado de los mismos procesos. En este sentido, se construirá una cartografía del
desarrollo del conflicto, identificando los agentes e instituciones involucradas para cada
momento y escala, para así, finalmente, visualizar la magnitud del proceso en juego.
Cabe señalar que esta metodología funciona con la incertidumbre como principio, y con las
controversias o debilidades de los actores como señales para cartografiar:
i. Respecto a lo primero, se debe indicar que la construcción de la siguiente cartografía
será realizada en función de un mapa de actores pre-establecido, cuyos discursos fueron
abordados en función de un agente relevante (la Coordinadora). Por lo tanto, su
resultado no pretende ser exhaustivo al existir la posibilidad de no haber incluido al
total de actores con efectos en el conflicto, flexibilizando, de esta forma, el principio de
incertidumbre que orienta esta teoría.
Sin embargo, su construcción sigue siendo pertinente, al utilizar como insumo
categorías abiertas que permitieron ampliar el contorno inicial con el que se realizó el
levantamiento de información, y, desde ello, constituirse como un acercamiento hacia la
comprensión de un proceso de toma de decisiones mucho más amplio que continúa en
desarrollo, pero que supera las posibilidades de esta tesis. Se refiere a la construcción de
una nueva política urbana en Santiago de Chile, donde este análisis se propone
visualizar el rol jugado por la Coordinadora, incluso habiendo disminuido su relevancia
presente a cambio del fortalecimiento de nuevos actores urbanos y el ajuste de los
procesos de toma de decisiones en la ciudad.
ii. En cuanto a las señales para cartografiar, se observarán aquellos puntos de inflexión que
marcan el fortalecimiento del argumento de la Coordinadora y un avance hacia su
legitimización en el proceso de toma de decisiones en la construcción de la ciudad51 ;

justificaciones generales (Boltanski y Chiapello, 2002).


51 Se trata de observar no solo como sobrevive -contra todos los pronósticos- sino también como extiende su
lucha, para lo cual debió haberse apoyado en un cierto número de representaciones –susceptibles de guiar la

68
analizando las estrategias de gestión que utiliza para hacer surgir su causa y los nuevos
rumbos que asume el conflicto a partir de ello. Así, se pretende visualizar si la
Coordinadora logra traspasar la dimensión local del conflicto, para iniciar la
construcción de una contraofensiva a través de su integración en redes internacionales
articuladas en torno a la lucha por el derecho a la ciudad.
En suma, la cartografía de resultados será ordenada según momentos de inflexión no
lineales, pero a los cuales se tratará de dar el máximo de orden y coherencia de acuerdo a
los hitos principales señalados por los actores. En cada uno de ellos se identificarán los
actores, las escalas en juego, los principios o valores predominantes, las estrategias de
validación y la transformación del discurso particular en general que debe realizar la
Coordinadora para avanzar en la legitimación pública de su lucha. Así, finalmente, se
espera visualizar la magnitud del proceso en juego y, desde ésta, establecer si la
Coordinadora ha resuelto la tensión entre su argumento defensivo y contraofensivo
(principio de continuidad), para finalmente determinar si estamos ante la emergencia de un
nuevo movimiento social urbano.

acción– y de justificaciones compartidas, que han hecho de ella un caso paradigmático. Estas justificaciones,
además, debieron haberse apoyado en argumentos lo suficientemente robustos como para ser aceptados como
evidentes por un número lo suficientemente grande de gente (Boltanski y Chiapello, 2002).

69
9. ANÁLISIS DE RESULTADOS

9.1 Descripción general de la agrupación


La Coordinadora de Pobladores Jose Maria Caro es una agrupación compuesta por
residentes de la histórica población del mismo nombre. En su gran mayoría, corresponden a
habitantes fundadores que han construido una familia y un hogar en esta población. Según
la información obtenida, se trata de un núcleo de entre 5 a 10 personas dirigiendo un
proceso participativo que, en sus momentos de mayor algidez, convoca a más de 1.000
personas. Su composición es intergeneracional, pero con predominio de mujeres adultas y
adultas mayores, aunque de ningún modo corresponde a una agrupación de mujeres.
“Creo que por algo ha habido un proceso tan potente en la Coordinadora, porque la mayoría, todos,
somos nacidos y criados en nuestra población, y por eso hemos peleado por seguir manteniéndola”
(2º Director CPJMC).
“Todos los de acá, del grupo, nos conocemos desde siempre, salvo Jaime que lo conocí ahora,
porque yo llegué de tres años aquí a la población. Yo he vivido aquí toda mi vida y en esta misma
casa, y mis tres hijos nacieron aquí. Cecilia llegó después, Jaime me parece que también llegó en
esas fechas… ellos han formado su familia aquí dentro de la población y años que viven acá. Álvaro
nació acá” (Tesorera CPJMC).
En términos socioeconómicos, su situación de propietarios los acerca a lo que se conoce
como nueva pobreza urbana, entendiendo, además, que la tercera generación de residentes
accede a estudios superiores pero se desempeña en empleos de nivel medio. Así, se señala
tajantemente el hecho de que no se puede seguir considerando a Lo Espejo y, por ende, a la
Población José María Caro, como un territorio de clase obrera, redefiniendo lo que
entendemos por “poblador”: en el movimiento conviven profesionales universitarios,
empleados de banco, microempresarios, feriantes, dueñas de casa, estudiantes, cesantes y
empleados.
“Lo Espejo es mas diversa de lo que uno piensa… [Aunque] en tema de ingreso no da para clase
media. Mas que nada no es la pobreza de antes donde no había niveles de educación, acá hay
niveles de educación lo que pasa es que sus trabajos son mal remunerados pero esa es otra cosa”
(Director de Ciudad Viva).
Este aspecto podría explicar, como veremos, el desarrollo de un debate en términos
igualitarios con las contrapartes. Sin ir más lejos, uno de los aspectos más destacados de
este movimiento, además de su fuerza, es el nivel educacional de su líder (geógrafa), quien,
además, nace en una familia con tradición política. No obstante, este antecedente no puede
ser generalizado, pues existen miembros de la directiva que se motivan a participar en una
organización de esta envergadura por primera vez en su vida, solo por el interés de defender
sus casas. Así, en términos de antecedentes de participación, la composición también es
diversa, ya que reúne a novatos y experimentados. Para aquellos con historia de
participación, es una lucha más dentro de una vida marcada por la organización
comunitaria. Los que lo hacen por primera vez se refieren más bien a su inexperiencia de

70
participación formal, entendiendo que las juntas de vecinos para ellos están desacreditadas
o cooptadas por el municipio, indicando que sí se han sentido ligados a acciones colectivas
más puntuales.
“Para mí es mucho más que la Coordinadora, que es una organización que va a cumplir 3 años,
pero yo vivo acá hace 35 años. Para mí, la historia del barrio, la memoria, es mucho más
importante. Ha habido muchas peleas, y eso es una pelea más y es una organización más,
importante en este momento, pero también [antes] hubo organizaciones importantes en que yo
participé. La gente, aquí, puede haber estado un poco dormida, pero ha habido siempre una
constante de organización” (Encargada comunicaciones CPJMC).
“Cuando ‘lola’ participé en los clubes, nada más, en un club deportivo. También ahí dimos una
lucha para conseguir que nos pavimentaran la calle para puro jugar, en el municipio. Desde eso,
hasta ahora que vimos esto del Plan Regulador. Cecilia tiene historia de participación, Jaime igual,
la otra señora de edad también tiene historia de participación porque ha participado en varias
cosas. Álvaro y yo somos novatos en ese aspecto. En algo así tan grande, sí” (Tesorera CPJMC).
Ahora, lo que los une es un pacto implícito y transversal de no asociarse ni identificarse con
partidos políticos, reconociendo que se está ante un nuevo tipo de conflicto que también
requiere de nuevos lenguajes.
“… siempre exigiendo que aunque sean de los partidos políticos que fuesen, la Coordinadora no era
política. [Sólo] personas comunes y corrientes, tuviésemos las ideologías que tuviésemos, eso
quedaba aparte. El foco era totalmente ciudadano, pelear por algo que era nuestro” (Tesorera
CPJMC).
“Lo más importante es que la Coordinadora la integra gente que votó por Piñera, por Lavín, por
Bachelet y por Tomas Hirch, es decir el tema político quedó en segundo plano porque el tema era
defender la JM Caro” (Líder CPJMC, FP Nº 1).
No obstante, mantienen un organigrama tradicional (presidenta, dos directores, secretario y
tesorera), compuesto por miembros estables en el tiempo (95%) y con un alto grado de
compromiso activo. Es así como, a pesar de no contar con un espacio propio para
reuniones, el compartir el mismo lugar de vida les facilita el encuentro permanente en el
tiempo, que en los momentos de mayor actividad se realizaba todos los días y actualmente
se reduce a 1 ó 2 veces al mes, construyendo entre ellos un fuerte vínculo de amistad. Así,
ocupan sus propios hogares para la realización de reuniones de directiva, mientras que las
asambleas generales con los socios son realizadas en la Iglesia San Pedro Pescador, en
sector E de la población.

9.2 Cartografía del conflicto

9.2.1 Articulación de la defensa

Este momento se desarrolla entre el origen del conflicto y el proceso que le sigue, en
el cual se verifica un rechazo colectivo de la Población José María Caro a la
propuesta de densificación en altura del anteproyecto de PRC y se constituye
legalmente la Coordinadora de Pobladores José Maria Caro. Al involucrar la
participación de algunos concejales aliados, además de una gran cantidad de

71
pobladores, la escala del conflicto se desarrolla entre los niveles barrial y comunal.

En febrero del año 2005, cuando el Plan Regulador Comunal se encontraba en su tercera
etapa de elaboración (anteproyecto), se produce una filtración tardía y “casual” de
información por parte de una concejala hacia los vecinos, que, hasta ese momento, no
sabían lo que ocurría. Se trataba de un CD-ROM entregado por SEREX a las autoridades
comunales con los avances alcanzados por el estudio, dentro de los cuales estaban los
planos de zonificación52. Entre otros aspectos, estos planos señalaban varios sectores de la
Población José María Caro en los cuales se permitiría densificación en altura.
“En el mapa del estudio estaban muy claras y pintadas de rojo unas 60 manzanas de los sectores B,
C, D, E y F, que bordean las Avenidas Central, Buenaventura, Lo Ovalle y Los Cerrillos, donde se
pretende que en los próximos años se pueda densificar, es decir, cambiar el uso de suelo de
residencial con casas de 1 y 2 pisos, como hay actualmente, a edificios de departamentos hasta de 4
pisos, como aparecen en unas fotos que los vecinos han podido ver en los CD que contienen todo el
estudio” (CPJMC, DP Nº 9).
Dichos sectores correspondían, específicamente, a Zonas Mixtas de Densidad Media
(ZM02) (Ver Figura 23): sectores caracterizados por un tipo de agrupación continua-
pareada de máximo 2 pisos, donde se proponía mantener el uso preferentemente
residencial, pero aumentando su altura a 4 pisos o más. Esta propuesta respondía al
escenario concebido como base del Anteproyecto, que buscaba la redefinición de Lo Espejo
como una comuna abierta e integrada. Para ello, se sugería asumir como una de sus
prioridades el “resolver la conformación de condiciones normativas que favorezcan la
inversión en términos inmobiliarios y en términos de actividad económica, potenciando las
posibilidades para el comercio y la industria inofensiva” (SEREX, 2004-2005, p. 48).

52 La ciudad se estructura en diversas zonas o áreas, éstas poseen normas urbanísticas respecto a los usos de
suelo, sistema de agrupamiento de las edificaciones, coeficiente de constructibilidad, alturas máximas de la
edificación, superficie de subdivisión mínima, antejardines, fajas afectas a declaratoria de uso público por el
trazado o ensanches de vías, entre otras. Las normas urbanísticas tienen como finalidad entregar condiciones
para los acciones sobre urbanización y construcción a ejecutar en un predio (Artículo 2.1.10, OGUC).

72
Figura 23. Detalle nor-poniente de la zonificación propuesta en Anteproyecto PRC Lo Espejo

Fuente. SEREX, 2004-2005

Figura 24. Fotomontaje Anteproyecto Plan Regulador Lo Espejo

Fuente. SEREX, 2004-2005.

La angustia colectiva no se hizo esperar. Se llegó a rumorear, incluso, sobre una supuesta
compra de casas o que los edificios los construirían para ocultar la pobreza al proyecto
urbano “Ciudad Parque Bicentenario” ubicado frente a la población, en el terreno del ex
aeropuerto de Cerrillos -que, entre otros elementos, planea construir allí la “Casa de los
Presidentes”).

73
“Salieron hasta balazos, y como estaba el boom entre los vecinos del proceso del Plan Regulador y
nos vieron, y nos equivocamos en parte al exponer el tema, pensaron que éramos los funcionarios
municipales que venían a decirles que vendieran sus casas” (2º Director CPJMC).
“[. . .] estamos frente a una ciudadanía que no sabe de instrumentos de planificación, por ello el
impacto de saber que serían sacados de sus casas por las inmobiliarias es fuerte. No digo que sea
específicamente la Coordinadora la que provocó eso, esto no es producto de una persona o de un
grupo de personas, sino de un proceso y un sistema” (Jefe Unidad de Desarrollo Urbano e
Infraestructura, SEREMI Metropolitana).
Se debe recordar que, desde el fin de la dictadura en 1989, el interés por lo colectivo había
disminuido notablemente en la población, reduciéndose a proyectos específicos, en la
mayoría de los casos financiados a través de fondos concursables. Por lo que esta situación
planteaba un desafío a los pobladores, que llevaban un largo tiempo encerrados en sus
casas, enfrentando individualmente sus preocupaciones (Binimelis y Quintana, 2006).
La primera acción fue organizar reuniones de vecinos por “pasaje”53 (alrededor de 30) para
explicar el anteproyecto, especialmente lo relativo a las zonas de densificación en la José
María Caro. En esa instancia aún no existía una organización con funciones diferenciadas,
sino una fuerza única de pelea donde la principal tarea era informar a los vecinos. En dicha
tarea el CD-ROM que contenía el Anteproyecto cumple un rol tan fundamental, que más
tarde el primer boletín informativo elaborado por la Coordinadora es bautizado con su
nombre (“El CD”). Así, la organización en ciernes combina mecanismos tradicionales de
comunicación que aseguren una difusión y respaldo masivo, con un mecanismo innovador
que exige un aprendizaje colectivo de términos técnicos de la planificación urbana y
graficas asociadas.
“EN LA CARO HAY FESTIVAL Y ENTREGAMOS LA PALOMA DE PLATA. A las mujeres que
cocinan, limpian, lavan, planchan, compran, se encargan de los cabros, atienden al marido, hacen
carteles y lienzos para la marcha, y en las noches van a las asambleas para defender sus hogares; A
los carabineros que nos acompañaron y protegieron durante la marcha del 9 de Marzo, junto con
los que nos esperaron en los buses cerca de la municipalidad (puchas, se pasaron de caballeros y
gentiles y aprendieron del Plan Regulador, además!); Al vecino fotocopiador que al ver las fotos de
la consultora SEREX donde aparecen edificios del barrio alto pegoteados encima de las casas de la
Caro, con baches de la calle incluidos, se iluminó y las vende de a dos por media luca (convídese
con una parte de la ganancia de esta novedad del año, para que le mantengamos la Paloma de
Plata). Y EL GUAREN DE LATA. A los que no quisieron la participación de los vecinos en algo tan
importante como saber lo que pasará con sus casas en el futuro (esos sí que fueron clandestinos
para sus cosas!); A ciertos importantísimos personajes que se juntan en la parte sur de la comuna, y
que todavía no logran meterse en el computador para leer el ahora famoso CD de la consultora, el
que casi la mitad de los vecinos de la Caro ya tiene en su poder” (“El CD-Caro despierta”, Hoja
informativa CPJMC, DP Nº 9).
A través de estas reuniones, también se verificaba y fortalecía el rechazo de los pobladores
a la propuesta de PRC, configurando poco a poco un discurso colectivo con el cual se

53 Paso público entre dos calles principales, característico de la morfología espacial de la Población José
Maria Caro.

74
emprendería la acción defensiva. Un primer acuerdo ocurrió a nivel de lenguaje: el
conflicto es bautizado por los vecinos como “el problema de las casas”, nombre que
sintetiza el concepto de bien común predominante y, por ende, la motivación original de la
lucha colectiva: la defensa del principal patrimonio familiar de la José María Caro y pilar
fundamental del proyecto de vida de los pobladores. Este momento es el que funda la
inclusión de la perspectiva urbana en las preocupaciones de estos pobladores, ya que, hasta
ese instante, que la norma heredada de su comuna madre ya permitiese elevar la altura de
edificación a 4 pisos era desconocido o, más bien, irrelevante para ellos.
“… nosotros logramos llegar a mucha gente y cuando se les explicaba, ellos entendían claramente.
Incluso los vecinos sintetizaron el tema del plan regulador como el problema de las casas. Nosotros
describíamos didácticamente el plano (o mapa) y se generaba un debate muy interesante. Era la
primera vez que se daba una discusión como ésta en la población José María Caro, pero eso
también significó a la Coordinadora un trabajo de hormiguita. Hicimos un montón de reuniones en
pasajes, en juntas de vecinos y en casas porque teníamos la voluntad de hacerlo” (Líder CPJMC,
DP Nº 19).
Pero, ¿por qué defender sus casas si son propietarios? Si bien este cuestionamiento está
siempre presente en los discursos que analizan la situación, el argumento defensivo es
construido por lo pobladores a partir de tres tipos de materiales:
i. En primer lugar, desde su identidad de poblador, que busca liberarse nuevamente de la
opresión del sistema (Mercado y Estado), pero con la diferencia que ahora su identidad
se asocia a un espacio específico y no a una clase o a un partido político. Su discurso
refleja una percepción de amenaza por parte de intereses inmobiliarios que desearían
generar un cambio en la fisonomía del barrio (“de 1 piso a condominios cerrados de 4 a
12 pisos”).
Si bien este actor no aparece involucrado explícitamente en ninguno de los momentos
estudiados del conflicto, su amenaza existe simbólicamente: para ellos se trata de una
dinámica urbana neoliberal reconocible, donde la ecuación bajo precio de suelo y buena
localización en la ciudad explica el interés por densificar. Lo grave está en que esta
dinámica significaría la expulsión de los habitantes de la población, ya que las nuevas
edificaciones si bien podrían venir a mejorar la situación de los allegados de la comuna,
por sus altos precios de venta quedarían fuera de su alcance.
“Tengo muy clara la historia de la José Maria Caro. Lo típico, de la sensación de los pobladores de
estas poblaciones establecidas que se sienten amenazados por la dinámica inmobiliaria de la ciudad
y sienten estas amenazas de desalojo por la densificación” (Secretaria General HIC).
“Este cambio permitirá que vengan constructoras a decirles a los vecinos que vendan sus casas para
que ellas levanten sus edificios. Como afirmaban ciertos concejales en la reunión del 1 de Marzo
(2005) en el municipio, “aquí todo queda en manos del libre mercado, es el mercado el que manda”.
Ninguno dijo cuánto podrían pagar esas constructoras porque saben que los terrenos aquí están
entre los más baratos de Santiago y eso hace que esas empresas estén tan interesadas en este Plan
Regulador” (CPJMC, DP Nº 9).
Ahora, a esta amenaza latente se agrega una más cercana y profunda: la desconfianza

75
estructural hacia la política, pero, muy especialmente, hacia la gestión del gobierno
municipal vigente que es quién estaría promoviendo todo esto. En definitiva, los
pobladores no creen en el Mercado, pero menos en el Estado.
“Los que podrían hacer que se perdiera esa vida de barrio es el gobierno, porque son ellos los que
mandan aquí y los que tienen el poder en lo que [respecta] a las empresas inmobiliarias. El
gobierno en sí, porque ellos son los que dan [la pauta] para que las empresas inmobiliarias se
metan. No era la gente la que tenía intereses metidos aquí, era el municipio, porque a ellos les entra
más plata” (Tesorera CPJMC).
ii. En este contexto, su discurso se estructura para defender la calidad social y funcional
del espacio en que se vive, es decir, las economías de escala de la población José María
Caro. Así, en segundo lugar, los pobladores defienden su derecho a conservar la
organización de su vida cotidiana: vida de barrio, redes comunitarias, trabajo,
educación, transporte y todos los bienes y servicios de primera necesidad que les
permiten tener en ese espacio una mejor calidad de vida relativa en la ciudad.
“Yo no me muevo de aquí… porque si ya tienes tu [estilo] de vida, tu manera, tu trabajo. Muchas
veces he dicho que voy a vender y me voy a ir, pero ¿dónde? ¿A qué? Y si me va mal, ¿a quién le voy
a dar vuelta la cara? ¿A quién le voy a pedir ayuda? En cambio aquí puedo golpear una puerta u
otra y no me va a faltar, porque ya conozco mi entorno” (Tesorera CPJMC).
“Defiende tejido social, patrimonio intangible… una condición obtenida a lo largo de la historia.
Lo que es estar inserto en Santiago. Ellos ahora se sienten insertos en Santiago. Cercanos al metro,
a un mall, a un supermercado. Tienen los bienes y servicios a la mano” (Director Ciudad Viva).
En este sentido, existe una conciencia de que su entorno de vida es privilegiado
respecto a otros sectores pobres de la ciudad, especialmente los que acceden a casa a
partir de la política de vivienda neoliberal (“en los terrenos de la José María Caro
puedo tener piscina y disfrutar del verano en mi casa, ya que no tengo recursos para
salir”). En definitiva, se observa en los pobladores un interés por mantener los vínculos
fuertes que les permiten protegerse ante la inestabilidad de los vínculos débiles que
caracteriza la situación socioeconómica de estos sectores de la ciudad.
“Nosotros somos privilegiados, porque tenemos espacio. Puede que tengamos problemas de
convivencia y que a veces, en un terreno, vivan dos o tres familias, pero me parece que es mucho
mejor que vivir en un edificio donde no puedes abrir la puerta, donde los niños no pueden jugar
afuera porque corren peligro… nos gusta la forma de vivir acá, [a pesar] de las carencias que ya
sabemos manejarlas” (2º Director CPJMC).
“[. . .] es muy difícil que una oferta de alguna inmobiliaria le permita igualar su actual inmueble
emplazado en casi 200 metros cuadrados, superficie impensable para una vivienda social estos días.
Esta percepción es ampliamente compartida por los vecinos y explica en buena parte por qué se
resisten a imitar los pasos que en otros puntos de la capital, de mayor plusvalía, serían un buen
negocio” (Diario La Segunda, 10 de junio de 2005, DP Nº 21).
iii. Ahora, como se ha dicho, estos vínculos fuertes venían debilitándose progresivamente.
Por lo tanto, para reconstruir la identidad colectiva no sólo recuperan el valor presente
del espacio que se habita, también le otorgan un valor fundamental al proceso histórico
que le da forma. Se refiere a la autoconstrucción de esta y otras “poblaciones históricas”
de la ciudad (La Bandera, La Victoria) a partir del esfuerzo de tres generaciones que

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logran sobreponerse, primero, a las condiciones de vida iniciales en los ‘60, luego a la
represión de la dictadura militar y, ahora, al individualismo moderno y sus nuevos
problemas sociales. Se defiende, en suma, una identidad espacial que ha sido
autoconstruida gracias a la resiliencia54 y a la cultura de organización de la José María
Caro, elementos básicos del discurso que hacen de sí mismos estos pobladores.
“… al enterarse los vecinos de lo que se pretendía hacer, dijeron NO, no queremos vender lo que
costó tanto levantar en 47 años. Nuestros padres, nosotros, arreglamos estas casas, las que al llegar
eran de ‘cholguán’, sin luz, agua, ni alcantarillado. Hemos invertido una enorme cantidad de plata
en mejorarlas, queremos seguir viviendo donde siempre hemos vivido. Queremos seguir en este
barrio, pese a todos los problemas, porque nos conocemos y nos ayudamos” (CPJMC, DP Nº 9).
“La población José María Caro significa para mi todo. Porque como dije anteriormente, es historia.
Somos nacidos y criados [aquí] a duras penas a veces. Y todos los que hemos pasado por la
Coordinadora hacemos un reencuentro de nuestra niñez, juventud, y ahora que somos padres. Y [es]
volver a luchar, como dije, por nuestras casas, por nuestra población, es todo. Aquí nacieron mis
hijos, mis hijas, aquí se están perfeccionando, siendo más adelante profesionales, así como mi
sobrino y vecinos que uno tiene. Y la Coordinadora, en ese sentido, está muy orgullosa de lo que es
su población. Por eso digo, es todo. La José María Caro es todo” (2º Director CPJMC).
En suma, la defensa de “la Caro” se articula a partir de la construcción colectiva de un
discurso, que parte como argumento particular (defender la propiedad, en tanto derecho
económico) hasta transformarse en un argumento general (defender la identidad espacial,
en tanto derecho cultural). Los economistas urbanos dirían que se trata del conocido
conflicto que se produce por un desajuste entre el valor de cambio que asigna el mercado y
el valor de uso que atribuyen las personas.
“Los logros más importantes eran las asambleas mayoritarias que tenían. Y [. . .] el nivel de
conciencia que tomó la gente al meterse en el tema y entrar a participar, porque logró despertar a la
comunidad cuando había un discurso de que la gente no participaba. El que le tocaran su historia,
su barrio, su casa, generó [un discurso de que] ellos deciden vivir ahí. Esa identidad [. . .] se volvió
nuclear” (Líder Coordinadora de Pobladores de Pedro Aguirre Cerda).
Bajo este acuerdo, se decide formalizar aquella agrupación que, en primera instancia,
asume un rol informativo ante el hermetismo del municipio: aparece en escena la
Coordinadora de Pobladores José María Caro, conformada por delegados de pasajes y
vecinos de la población José María Caro y Lo Valledor Sur. Su creación legal responde,
principalmente, a la necesidad de enfrentar algunas exigencias burocráticas con mayor
legitimidad y confiabilidad.

54
En un panorama social de creciente exclusión y riesgo, hay niños, adolescentes, adultos y comunidades que
son capaces de sobrevivir, superar las adversidades y, más aún, salir fortalecidos de ellas. Esa capacidad es
conocida como “resiliencia”, concepto sumamente fértil a la hora de actuar en el plano social, porque
desplaza el enfoque tradicional sobre las carencias y los factores de riesgo para situarlo en las fortalezas y la
creatividad del individuo y de su entorno. Fortaleza que no es innata, sino que depende de los llamados
“factores protectores” de los sujetos, las familias y las comunidades (Melillo, 2001).

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“La gente no creía lo que podía pasar, entonces, para que la gente creyera, teníamos que formar
una organización. Y la Coordinadora aparece cuando se decide que [hay] que tener algo bien
establecido, bien estructurado, donde la gente confiara en los procesos que nosotros estábamos
haciendo y la información que estábamos estregando” (2º Director CPJMC).
Un aspecto muy relevante en este acto, es que al discutir el nombre con el cual se
identificaría a la agrupación, se desecha la opción de utilizar la palabra “Comando” y se
opta por “Coordinadora”, tratando de reflejar que se está en un periodo distinto al que
luchaban sus padres y abuelos en el Comando de Pobladores de los años ’60; evitando, así,
la identificación política que disminuye el interés por participar hoy. Porque la identidad
espacial se reconstruye con el pasado de lucha, no de “política”.
“Cuando se supo esto, la gente se empezó a reunir por pasaje y luego tuvimos una gran reunión. Ahí
se vio que había que formar un ente organizativo, y se discute el nombre. La primera gran
organización de la población, cerca de 1958-1959, donde comienza la Caro, se llamó Comando de
Pobladores; pero ‘comando’ no calzaba con las ideas de ahora, así que prefirieron ponerle
Coordinadora” (Encargada comunicaciones CPJMC).

9.2.2 Inclusión en la toma de decisiones

Este momento se desarrolla entre el inicio de la gestión de la recién creada


Coordinadora de Pobladores José Maria Caro y la aceptación de la demanda de
rediseño del PRC a partir de talleres participativos por Unidad Vecinal. Su gestión
involucra, por supuesto, desde la escala barrial hasta la escala metropolitana, ya que
debe intervenir el actor principal de este conflicto en términos decisionales, la
SEREMI Metropolitana. Cabe mencionar que la escala del conflicto alcanza el nivel
nacional si se considera la publicación del conflicto y su contingencia en uno de los
periódicos más importantes de Chile.

Para algunas autoridades comunales, el excesivo alarmismo demostrado por los pobladores
ante la imagen de ciudad propuesta por la consultora no se justificaba, paradójicamente, por
no existir las condiciones para un desarrollo inmobiliario en la zona defendida; en
consecuencia, la única explicación se encontraba en intereses políticos de la izquierda más
radical que busca perjudicar, a través de un conflicto masivo, al recién elegido gobierno
local de línea oficialista.
“[. . .] es un contrasentido, ¿cómo va a llegar otra gente a la comuna si esta comuna tiene una
identidad propia de muchos años, de una historia común, donde tenemos problemas de delincuencia
y droga? ¿Qué gente va a querer vivir acá? Si el día de mañana aquí hicieran edificios en altura,
seguramente los construirá una inmobiliaria privada, que por lo mínimo va a cobrar 1000UF, que
son aproximadamente 18 millones de pesos, ¿quién va a pagar en esta comuna 18 millones de
pesos? Nadie, sólo gente de afuera, y la gente de afuera no creo que quiera llegar a esta comuna”
(Alcalde, DP Nº 13).
“… ellos le dieron una interpretación mal intencionada de lo que era este estudio y comenzaron a
promover reuniones en muchos lugares donde indicaban que aquí ya había un plan regulador… que
era la propuesta del alcalde, que aquí iban a ganar las inmobiliarias, que iban a levantar edificios
de altura… Yo me enteré que esto partía ya pasando por el concejo el primer borrador en cierto día

78
en marzo y enseguida íbamos con la propuesta a la comunidad. Entonces en el ínter tanto (febrero,
2005) se generó toda esta conmoción…porque después de las reuniones había gente que decían mira
‘le van a expropiar la casa y…le van a dar una porquería, que la inmobiliaria y que esto es un
negocio… y que el alcalde va a financiar con esto la campaña de diputado’…” (Alcalde, DP Nº 13).
“…(un) concejal… en forma agresiva insulta a vecinos y dirigentes de la Coordinadora de
Pobladores José María Caro calificándolos de ‘comunistas’, ‘chanchos’ (por no querer el progreso)
y de ser los responsables de alarmar a la población por indicar que habrán expropiaciones”
(CPJMC, FP Nº 1).
Sin embargo, la gravedad de la situación obliga a las autoridades locales a firmar el día 1º
de marzo de 2005 una declaración pública que se distribuye a la mayoría de los vecinos de
la población, en la cual se explica la situación de la comuna respecto a la renovación de su
instrumento de planificación y se firma un compromiso de “no autorizar... ni proponer
expropiaciones dentro de nuestro territorio comunal… mantener de manera permanente la
participación, comunicación e información ciudadana en la definición de dicho plano… y
defender los intereses de cada uno de los vecinos de nuestra comuna… de cualquier
situación que menoscabe o afecte negativamente a sus propiedades” (DP Nº 11).
Sin embargo, para la Coordinadora esta acción solo buscaba generar un distractor para
“centrar el tema en la ‘expropiación’ y no en la ‘densificación’” (DP Nº 1). Este
argumento devela uno de los logros más importantes que se le reconoce a la Coordinadora:
autoformarse técnicamente para mantener un debate igualitario con las contrapartes;
cuestión que ya se había iniciado con la copia generalizada del CD-ROM que contenía los
planos del anteproyecto, y también con la inclusión en el argumento defensivo de la
situación de densidad de la comuna (“la más densa de Chile”).
Detrás de esta acción se visualiza, en primer lugar, un tema de valores: estos pobladores no
sólo exigen ser tratados como “iguales” (política de emancipación), sino que también
ejercen su igualdad a partir de su propio desarrollo personal y colectivo (política de vida).
Pero, consecuentemente, también es desarrollada como estrategia de gestión, ya que para
ellos el lenguaje técnico es más efectivo que el lenguaje de la identidad espacial (“la
historia a nadie le interesa”). Efectividad que se realzaba entendiendo el bajo nivel de
preparación que presentaba en este sentido el municipio.
“Un efecto importante es que primó siempre la discusión técnica y legal, o sea no por ser
pobladores no íbamos a tener la capacidad de aprender. Siempre lo he dicho y también se lo he
dicho a los dirigentes de la Coordinadora, que muchos de ellos saben más de urbanismo que un
profesor universitario, porque tuvimos que aprender en base a la posibilidad de perder nuestras
casas. En este sentido fue muy importante también el tema legal, tuvimos que aprender… las leyes
que nos amparaban. Esto hizo que la autoridad nos empezara a mirar de otra forma, así no eran tan
crueles, porque fueron muy crueles, nos dijeron que éramos chanchos y que nos encantaba vivir en
ese chiquero” (Líder CPJMC, FP Nº 3).
Para el cumplimiento de este objetivo intermedio la líder de la agrupación asume un rol
pedagógico en temas técnicos, mientras que uno de sus miembros utiliza su experiencia en
sindicatos y leyes laborales, para especializarse ahora en temas legales de interés urbano.
Si bien esta acción es utilizada como argumento deslegitimador de la gestión de la líder, al

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influenciar más que formar opinión, para los socios de la Coordinadora este proceso se
constituyó como una herramienta de empoderamiento interno y de legitimación externa, lo
que no podría haberse logrado en base a la repetición de un discurso aprendido.
“Se lee mucho, se conversa. La gente cuando sabe menos pero se interesa en participar lee todo lo
que venga por delante, por ejemplo, los contratos que tenía la municipalidad con la SEREMI se lo
sabían al revés y al derecho” (Director Ciudad Viva).
“La discusión tenía que ser netamente en el ámbito técnico y legal, y yo quedé sorprendida con la
capacidad que tuvieron muchos vecinos de aprender lo que era un plan regulador” (Líder CPJMC,
FP Nº 1).
En esta línea, va tomando fuerza un discurso crítico respecto al proceso de participación
con el cual se había desarrollado el PRC hasta ese momento:
“El desarrollo del Estudio del PRC de Lo Espejo se planificó en 4 Etapas, de acuerdo a las bases de
licitación establecida por la SEREMI Metropolitana… La labor de SEREX se inició en diciembre del
2003 con la elaboración del diagnóstico. Posteriormente, se desarrollaron diversos talleres con
determinados actores políticos, sociales y económicos, la mayoría proclives a las autoridades
locales. Estos no superaron las 50 personas; sólo 9 pertenecían a organizaciones sociales, cuando a
nivel comunal existen más de 700. Allí no sólo decidieron sobre el destino de la comuna, sino que los
profesionales de la consultora usaron un lenguaje demasiado técnico y de difícil comprensión para
los dirigentes poblacionales” (CPJMC, DP Nº 1).
Para la Coordinadora esto es crítico ante la obsolescencia representativa de las juntas de
vecinos y su cooptación por parte de las autoridades. Lo que refleja, en definitiva, la
obsolescencia de los canales de participación contemplados en el procedimiento de
elaboración de un PRC. Esto se agudiza al considerar los conductos regulares de
información y convocatoria utilizados por el municipio, también de acuerdo a lo que señala
la Ley.
“Hoy…las juntas de vecinos no sirven para mucho, están desfasadas en el tiempo” (Encargada
comunicaciones CPJMC).
“Las juntas de vecinos han dejado de asumir su rol protagónico representando a los vecinos y
ahora representan al alcalde y de esta manera pagan algunos favores” (Líder agrupación ciudadana
de Lo Espejo, DP Nº 17).
“Eso fue lo que me dijo el alcalde, que ellos los informes los ponían en el diario y por Internet, un
párrafo chiquito que eran las audiencias públicas para que la gente asistiera al municipio para ellos
mostrar el Plan Regulador. Yo le dije que en qué cabeza cabía que él hiciera una audiencia pública
con esta cantidad de [personas], él tiene que avisarle a la gente, y me contesta ‘conducto regular’”
(Tesorera CPJMC).
Como se observa, los discursos alternativos utilizan un contra argumento de gran poder: su
validez legal. Se debe recordar que este proceso está normado por la Ley General de
Urbanismo y Construcción (LGUC) y por la Ordenanza General de Urbanismo y
Construcciones (OGUC). Ambos documentos señalan que el proyecto de PRC será
preparado por la Municipalidad respectiva y que, solo una vez elaborado y antes de iniciar
su discusión, deberá informar a los vecinos, “especialmente a los afectados”, acerca de las
principales características de la propuesta y sus efectos. Tal información deberá entregarse,
al menos, mediante carta certificada a las organizaciones territoriales “legalmente

80
constituidas” que estén involucradas. También se estipula que, a través de un aviso de
prensa en un medio de amplia difusión en la comuna, se pondrá en conocimiento de los
vecinos que dicha información, acompañada de la memoria explicativa, estará a su
disposición para su retiro gratuito, en el lugar que allí se indique (OGUC, Art. 2.1.11).
Por lo tanto, la estrategia de participación propuesta por SEREX, si bien consideraba
procesos no indicados en la Ley, define su cobertura bajo criterio del municipio, que, según
señala, se ajusta cabalmente a lo indicado en ella.
“La distribución de las invitaciones estaba a cargo de la municipalidad… que identificaba a los
dirigentes vecinales que eran sindicados y a esos dirigentes se les mandaba una carta en que se
convocaba, no solo al dirigente, sino a los vecinos de su organización. Eran invitaciones formales,
pero nosotros no los excluimos, podría ser cualquier organización” (Subdirectora SEREX).
Es más, al revisar la opinión de las autoridades locales (salvo excepciones) se puede
comprobar un acuerdo con la concepción de participación que refleja la Ley, es decir,
complementar la discusión técnica y política sólo con la opinión de un pequeño grupo
representativo de vecinos y organizaciones tradicionales, principalmente juntas de vecinos.
“Ellos partieron haciendo un diagnóstico en el cual no era necesario que estuviera toda la gente
[…] En una primera etapa sólo se preguntaba cómo visualiza Lo Espejo a futuro, solamente esto,
una prospectiva, lo que podía ser una visión de comuna futura” (Alcalde, DP Nº 13)
“Yo creo que para un análisis prospectivo era suficiente con que consultara a las organizaciones de
las fuerzas vivas de la comunidad, porque, si bien es cierto que a lo mejor no son tan representativas
de toda la comunidad, sí son personas que tienen muchos años en esta Comuna” (Director de Obras
y Representante ante SEREMI Metropolitano de Vivienda y Urbanismo. Acta concejo municipal, 22
septiembre de 2005).
Para la Coordinadora, corresponde a una visión muy limitada de la participación, que llega
incluso a infantilizar la imagen del poblador. Sin embargo, al no avanzar en sus intentos por
revertir el proceso desde el argumento de la falta de participación representativa, comienza
a centrar su discurso en las deficiencias técnicas del Anteproyecto. En este sentido, no va a
ser la entrega del CD-ROM sin autorización del Concejo el único “error” reconocido por
SEREX en el proceso.
“En marzo (2005), para la municipalidad, esto ya constituía un problema serio del cual nos
indicaron a nosotros como los responsables. La Coordinadora también acusó a SEREX por una
histórica percepción de las entidades que desarrollan planes reguladores y de la Universidad
Católica como lugar de promoción de las dinámicas del mercado inmobiliario. Primero, en el
Consejo dimos las explicaciones del caso, asumimos las responsabilidades que nos correspondían
por haber entregado información sin autorización del Consejo Municipal, y comenzamos a intentar
armar una relación con la Coordinadora… [En ese momento] Cecilia Quintana nos dice ‘lo siento
mucho, pero ustedes son el jamón del sándwich’, o sea, ustedes son el objeto transicional de nuestro
conflicto con el municipio. Lo entendimos así y, por lo tanto, la relación va a ser confrontacional, no
amigable” (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).
En medio de un ambiente altamente conflictivo y con un municipio que busca
desentenderse constantemente de sus responsabilidades, se hace uso de un segundo “error”
cometido por la consultora en los planos del anteproyecto, identificado por los pobladores
y, más grave, difundido por un diario de circulación nacional: algunas áreas verdes

81
mencionadas en el estudio no corresponden a Lo Espejo, sino a la comuna vecina de San
Ramón.
“(A las autoridades de la SEREMI) se les plantean los problemas de participación ciudadana, la
falta de voluntad política, las descalificaciones, los amedrentamientos, la ausencia de la asesora
urbanista titular y el hecho de que las áreas verdes mencionadas en el estudio no corresponden a Lo
Espejo, sino a la comuna de San Ramón. Ante esto (Javier) Wood indica que ‘la consultora SEREX
trabaja simultáneamente en ambas comunas, de ahí el error’” (CPJMC, DP Nº 1).
“… en algún momento apareció dentro de los espacios públicos un nombre que era de un espacio
público de San Ramón, como estábamos haciendo Lo Espejo y San Ramón, ahí dijeron que ni
siquiera conocíamos el lugar, esas cosas que te enrostran siempre, como cuando los parlamentarios
se echan la culpa por algo que no tiene nada que ver, para desacreditar las capacidades técnicas de
SEREX… Mientras, en el consejo municipal flotaban los problemas, conflictos internos también
entre los consejeros y cambios de postura…” (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).
En este punto, se revela el rol crucial que cumplen los medios de comunicación en el
desarrollo de este conflicto. Por un lado, están los medios de comunicación internos que
aseguran un apoyo masivo constante de la población (volantes, perifoneo, homilías en la
iglesia San Pedro Pescador).
“La Coordinadora de Pobladores José Maria Caro se instala en la feria dominical para informar a
los vecinos sobre el Proyecto Plan Regulador generando una gran acogida. Se da inicio a la
solicitud de firmas para la Audiencia Pública recolectándose más de 200 firmas en menos de 2
horas” (CPJMC, FP Nº 1).
Por otro lado, están los medios masivos de comunicación y, más importantes, las nuevas
tecnologías de comunicación e información (NTIC), que permiten al conflicto convertirse
en hecho público de forma más rápida, directa y económica de lo que permiten los medios
tradicionales de comunicación, incluidos los diarios nacionales y televisión. Si bien, los
errores en el plan son difundidos oficialmente por un diario de circulación nacional, la
rápida cobertura de este y otros hechos es facilitada por las Web de algunas organizaciones
aliadas (como la ONG Caleta Sur), que actúan como plataforma pública donde los
periodistas detectan la noticia. En ellas se publican reportajes, entrevistas y también
comunicados elaborados por la Coordinadora, lo que justifica la existencia de una socia que
se dedica especialmente a gestionar la cuestión comunicacional.
“Hoy hay mucha gente aquí con computador en que, por último, pueden ver un CD. También hay
muchos que tienen Internet. Muchas de las presiones y luchas que se hicieron fueron a través de
Internet, y vimos que había que pasar por encima de los medios, porque Internet es un arma mucho
más poderosa que los medios de comunicación. En el caso del plan regulador fue a través de
comunicados […] Con el hecho de estar saliendo en Internet se ganaba mucho tiempo; si bien se
fotografiaban y filmaban marchas y procedimientos, lo fundamental fue Internet” (Encargada de
comunicaciones CPJMC).
Ahora, para la contraparte técnica esta estrategia responde más bien a una “política del
rumor” característica del Partido Comunista y de la izquierda durante la Unidad Popular
(“identidad de clase social dañada que busca reconstituirse”), desde la cual se construye
un discurso ad hoc para obtener beneficios políticos personales a partir del valor simbólico
del espacio y de la ignorancia técnica de los pobladores (“activistas del discurso”). Se

82
refiere, específicamente, al desconocimiento general respecto a los instrumentos de
planificación territorial y su relación con las dinámicas urbanas. Un ejemplo claro, como ya
se ha señalado, es que, aparentemente, pocos conocían –o consideraban de interés- el hecho
de que el Plan Regulador heredado ya permitía igual altura que la propuesta por el
anteproyecto, y que, a pesar de eso, los únicos departamentos construidos a la fecha con esa
altura corresponden a vivienda social.
“En ese sector hay una afiatamiento, un valor simbólico importante de mantener la trayectoria
política de los padres, cosa que no ocurre en la siguiente generación, que viene a ser los jóvenes,
para quienes ya el valor que jugó para los viejos la militancia política no tiene valor [. . .] además
tiene una matriz claramente de izquierda, entonces también se relacionan con organizaciones de
izquierda” (Subdirectora SEREX).
Por lo tanto, se refuerza la interpretación de la defensa de la José María Caro como un
conflicto político partidista, que explicaría la tergiversación de información por parte de sus
lideres (“expropiación de casas”) y la metodología de choque utilizada en instancias de
debate público o de negociación personal con la autoridad (“no dejar que decisión se
produzca”).
“Creo que es un movimiento que en los procedimientos y en la práctica tiene mucho de tradicional,
incluso diría que no ha hecho el ejercicio de replantearse los modelos de acción, en todos los
terrenos, en la concepción del conflicto y en la definición de cómo se organiza el debate, no está
actualizado, aunque está situado en un momento histórico en donde tiene un potencial enorme. Pero
eso en Chile detiene y obstaculiza la capacidad de los movimientos sociales y políticos” (Jefa de
Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).
Ahora, la calificación de “comunistas”, ya sea de forma (“extremista”) o fondo
(“instigador”), es identificada como un argumento común para deslegitimar la
participación ciudadana, no solo en poblaciones históricas, como La Victoria, sino también
en comunas de clase media alta, como Ñuñoa o Santiago Centro.
“Creo que hay un olvido tan grande de lo que significa reaccionar frente a cualquier cosa en este
país que cualquier persona, individuo, grupo o asociación siempre es tachado o de comunista o de
fundamentalista o de integrista, etc., porque eso desapareció durante un buen tiempo y no es una
práctica habitual, casi siempre es visto como que esto tiene un objetivo de generar controversia,
conflicto. Siempre está siendo castigado socialmente el oponerse, el rebelarse. No me llama la
atención en absoluto. Lo que me llama la atención es esta forma peyorativa de referirse a los que
somos capaces de tomar a cargo este tipo de cosas. Es que ese ‘tachar’ de comunista es
peyorativo… (Pero) decir comunista es hablar de ideologías añejas” (Líder Red de Ciudadanos por
Ñuñoa).
En este punto álgido la negociación adquiere otro tono, desencadenando, en último término,
la intervención de la Directora de la SEREMI Metropolitana y un drástico cambio de
estrategia en la elaboración del PRC de Lo Espejo. Específicamente, la aceptación de la
demanda de la Coordinadora de volver a diseñar el plan a partir de talleres participativos
por Unidad Vecinal, es decir, incluyendo a todos los habitantes de la comuna.
“2 de mayo: Comienza el primero de los 4 talleres participativos programados por la Consultora
SEREX… con alrededor de 200 personas. Dirigentes y vecinos critican la falta de rigurosidad
técnica por parte de la Consultora, lo que obliga a sus profesionales a reconocer públicamente el
error de las áreas verdes. Tras una compleja reunión se acuerda que los talleres deberán hacerse

83
por unidades vecinales (31)… Se informa a los vecinos que la SEREMI ha autorizado a extender los
plazos de participación ciudadana” (CPJMC, DP Nº 1).
Otro aspecto relevante de este momento, es que, en paralelo, el proceso de reconstrucción
de la memoria colectiva continúa. En un contexto de gran fragilidad del “nosotros”, fruto de
la desconfianza que genera en los vecinos un proceso dirigido por autoridades políticas
deslegitimadas, este tipo de acciones, junto al apoyo tradicional de la Iglesia, permite
mantener activa a la población durante todo el proceso.
“Se lleva a cabo una Asamblea General en la Parroquia San Pedro Pescador, sector E, de la José
María Caro. Se presenta una exposición de fotografías de los inicios de la población y se discute el
Proyecto Plan Regulador y la propuesta de densidad media para este sector. Aunque la Consultora
SEREX, a cargo del estudio, el alcalde, los concejales y el diputado Rodolfo Seguel son invitados,
sólo asisten los concejales Elizabeth Henríquez (Partido Comunista) y Miguel Bruna (Partido por la
Democracia) y el diputado Seguel, además del Consejo Pastoral, Párroco Vicente Morales y dos
Misioneras Dominicas de Santo Domingo, e integrantes de la Corporación Caleta Sur. Llegan
alrededor de 1.000 vecinos” (CPJMC, FP Nº 1).

9.2.3 Desborde y fiscalización

Este momento corresponde al proceso que va desde las primeras solicitudes de


asesoría a la Coordinadora por parte de agrupaciones en formación en otros sectores
de la comuna, hasta la aprobación del Estudio de PRC, elaborado por SEREX, de
parte de la SEREMI Metropolitana, en el cual se integran las propuestas de la
comunidad. Si bien la escala del conflicto continúa oscilando entre lo barrial y lo
nacional, al persistir la cobertura de prensa escrita, televisiva y digital, lo específico
de este momento es el acercamiento de la Coordinadora con otras agrupaciones
barriales de Lo Espejo y también de otras localidades extracomunales, fundando la
escala inter-barrial.

“Vecinos de la manzana que limita con el Parque Las Américas y la comuna de Pedro Aguirre
Cerda, sector B, población José María Caro, piden por segunda vez la presencia de los dirigentes de
la Coordinadora para explicar el Anteproyecto del Plan Regulador” (CPJMC, DP Nº 1).
Aunque la relación nunca se transforma en coordinación, se inicia el reconocimiento mutuo
con otras agrupaciones, especialmente con aquellas que comparten su mismo conflicto e
historia: Población La Bandera (San Ramón) y Población La Victoria (Pedro Aguirre
Cerda). Para la contraparte, este acercamiento también se explica por relaciones partidarias
(Partido Comunista y Alianza Juntos Podemos Más). Pero, si bien se pudo comprobar una
complicidad discursiva entre la líder de La Victoria y la líder de “la Caro”, ambas
concuerdan en que cada lucha fue desarrollada con independencia territorial e, incluso, con
diferencias metodológicas, descartando cualquier influencia partidista en sus acciones. La
importancia del reconocimiento mutuo radica, por lo tanto, en que la lucha de Lo Espejo
comienza ser percibida como “global” por su recurrencia en numerosas localidades.

84
“[. . .] se les puede dar toda la ayuda [que requieran], pero desde aquí, no tenemos nada que ir a
hacer allá, porque corremos el riesgo de que nos cataloguen. Si ya nos tienen mal catalogados
corremos el riesgo de que realmente nos politicen, y no queremos política aquí entre medio. Si hay
que apoyar a la gente lo hacemos pero desde nuestro terreno, y si quieren material de apoyo que
vengan” (Tesorera CPJMC).
“La Coordinadora sólo actúa como ente asesor y facilitador de materiales…” (CPJMC, DP Nº 1).
“Al avanzar las discusiones nuestras, nos dimos cuenta que había un elemento en común y que en Lo
Espejo estaba pasando lo mismo… A raíz de eso hicimos una coordinación con ellos, nos juntamos
para mostrarle nuestra propuesta, en qué estábamos nosotros y en qué etapa estaban ellos, sacar de
ahí las ideas centrales que nos preocupaban, siguiendo cada uno con los procesos naturales que
teníamos, porque además ellos tenían otro proceso… Independiente del tema territorial, que eran
dos comunas diferentes, nos sentíamos hermanados con la lucha que estaban dando porque nosotros
también lo estábamos viviendo. Teníamos particularidades diferentes, pero nos parecía legítimo lo
que ellos estaban haciendo, porque lo que nosotros estábamos haciendo era legítimo” (Líder
Coordinadora de Pobladores de Pedro Aguirre Cerda).
“(Esta lucha la) tienen todas las comunas, no sólo en Santiago sino también en otros lugares del
país, que es global” (Encargada comunicaciones CPJMC).
En este contexto, el informativo central de prensa de Televisión Nacional de Chile
transmite un reportaje sobre la problemática del Plan Regulador en Lo Espejo y la lucha de
la José María Caro, reforzando el argumento histórico de los pobladores al utilizar material
fotográfico de los inicios de la población, el que fue entregado por la Coordinadora.
También en esos días se publica un artículo en el periódico La Segunda, titulado “José
María Caro en pie de guerra por apetito de empresas inmobiliarias”. En él se realiza un
análisis periodístico respecto a las posibilidades de desarrollo inmobiliario en esta zona
adjunta al proyecto “Ciudad Parque Bicentenario”, adelantando la interpretación urbana
que comenzará a tener el conflicto.
Pero, por el momento, la Coordinadora concentra sus esfuerzos en asegurar una
participación masiva e informada en los talleres por Unidad Vecinal. En ello continúa
utilizando sus mecanismos tradicionales de comunicación, que ya no solo cubren los
sectores de la población, sino también sus alrededores.
“Con panfletos, entregábamos papeles casa por casa. Nos dábamos ese trabajo. A veces andábamos
con megáfonos, a pie. Así avisábamos [a la gente] de las reuniones masivas para las audiencias
públicas que pedimos… en conjunto con (el concejal) Bruna sacábamos material, lo entregábamos
en la feria, ahí mismo pedimos firmas para hacer las audiencias públicas, le avisábamos a la gente.
Incluso hubo un periodista amigo de Cecilia que grabó parte de una marcha que hicimos y de cosas
hechas en los comienzos, cuando poníamos lienzos” (Tesorera CPJMC).
“Después de la feria, uno de los integrantes... tenía un furgón, y en el furgón salíamos a perifonear,
‘vecino, vecina, tal día hay reunión en tal lugar’, cruzando para el otro lado, [porque] los límites de
la Caro son de la línea de Buenaventura hasta Límite Urbano, traspasamos todo… Acá en nuestra
comuna existe la radio Experimental… y ahí se nos dieron cerca de 6 posibilidades para que
expusiéramos lo que era un Plan Regulador, donde iban diferentes organizaciones de la comuna. La
mayoría de las veces fuimos llamados nosotros a hablar en un programa de la radio comunal de Lo
Espejo. Hablábamos de los planes reguladores en general con base en lo que pasaba en la José
María Caro. Como esa radio se escucha mucho acá, ahí comenzamos a traspasar el tema de lo que
era el Plan Regulador, para que la gente aprendiera, y cuáles eran las problemáticas que se venían
si se aprobaba el plan tal como lo tenía diseñado la consultora SEREX con la municipalidad de Lo
Espejo” (2º Director CPJMC).

85
Junto a ello, buscan fortalecer sus redes estratégicas no politizadas. Esta vez se proponen
obtener el apoyo de uno de los Decanatos de la zona sur del Arzobispado de Santiago, de
gran influencia en el territorio, el cual entienden debe ser gestionado con argumentos
profesionales. En este contexto, se logra el respaldo de los profesionales que encabezan la
gestión de la recién creada Coordinadora Pro Derechos Urbanos55.
“En la reunión del Decanato José Maria Caro —instancia que agrupa a sacerdotes, religiosas y
encargados pastorales de todas las iglesias de la comuna de Lo Espejo— se acoge la exposición
sobre el PRC de Lo Espejo por parte de los dirigentes de la Coordinadora de Pobladores José
María Caro. Asisten también… los dirigentes de Ciudad Viva y de la Coordinadora Pro Derechos
Urbanos...” (CPJMC, DP Nº 1).
“En la parte interna empezamos a relacionarnos con la Iglesia Católica, que es una de las
organizaciones acá adentro que es fuerte y creíble, en donde nos abrieron las puertas de todas las
capillas, estuvimos en el decanato de Lo Espejo y expusimos ahí lo que era un Plan Regulador, qué
significaba, qué querían, y en base a esas puertas empezamos a llegar a otro tipo de organizaciones
sociales un poco más tímidas, como adultos mayores, la gente de la Unión Comunal y Juntas de
Vecinos, también con clubes deportivos, pero de forma más alejada. La red de nosotros se
transformó más en la Iglesia Católica…” (2º Director CPJMC).
“Si bien se han producido diversas opiniones entre la comunidad… también esto ha llevado a
discutir sobre el valor de la vida de barrio, las relaciones humanas que se producen, la profunda
solidaridad que se da en un ambiente de pobreza y marginalidad y, especialmente, los 48 años de
historia que han significado para los pobladores de la José María Caro y que hoy podrían ser
afectados con futuros edificios. Creemos que aún se necesitan muchos espacios de información y
discusión, y por ello no hemos dudado en divulgar los antecedentes que nos entrega la
Coordinadora. De ahí nuestro más valioso reconocimiento al trabajo que como organización social
han desarrollado” (Decano José María Caro, DP Nº 3).
Así, la Iglesia se constituye como el socio estratégico más importante de la gestión de la
Coordinadora: actúa como intermediario con autoridades y otras organizaciones comunales
(“el decanato fue importante para bajar el nivel de tensión con la municipalidad”), otorga
espacio para reuniones masivas (parroquia), difunde los acuerdos en misas, publica
electrónicamente el conflicto (Web Vicaría, Web SEPADE), se constituye como miembro
activo (párroco y diácono son socios oficiales de la Coordinadora) y actúa como ministro
de fe en los talleres participativos de la José María Caro.
Respecto a esto último, la Coordinadora necesita reforzar el rol fiscalizador que se adjudica
durante este proceso, en tenso acuerdo con las contrapartes, anticipándose a la desconfianza
de los vecinos.
“[. . .] tuvimos reuniones con cada una de las juntas vecinales, 33 talleres participativos. Antes
deben haber sido 4, porque se reunían por cuadrante de la comuna. Ahora era [por] unidades
vecinales, absolutamente asociadas a las necesidades, problemas, amenazas e inquietudes de toda la

55
Creada por Ciudad Viva en el año 2005, la Coordinadora Pro Derechos Urbanos es una red de
organizaciones autónomas que debaten, se ayudan mutuamente, y luchan por el respeto de los derechos
urbanos en Santiago de Chile. Cada organización tiene sus propios temas, estrategias y estilo de trabajo, que
nutren el trabajo común de esta coalición (www.ciudadviva.cl).

86
población que iba a sufrir las consecuencias… (En ese contexto) la Coordinadora de Pobladores
José María Caro mandaba a su gente a todos los talleres para cautelar que no se rompiera la
confianza y que no hubiera manipulación de parte nuestra” (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo
Espejo, SEREX).
“El dirigente y socio de la Coordinadora Orlando Gálvez toma contacto con autoridades
eclesiásticas para conseguir que estén presentes, como ministros de fe, en el día de los talleres en la
mayoría de las unidades vecinales. Esta petición sólo se hace efectiva en la población José María
Caro” (CPJMC, DP Nº 1).
Sin embargo, a pesar de todos los resguardos, en el sector más vulnerable de la población
(F) la profunda desconfianza de los pobladores estuvo a punto de llevarlos a autoexcluirse
del proceso, ante lo cual debieron agregarse nuevas exigencias de garantía.
“En el sector F los talleres encuentran dificultades. Los vecinos expresan masivamente su
desconfianza por la actividad, la consultora y el municipio. Dirigentes de la Coordinadora…
intervienen y explican que los acuerdos tomados serán resguardados a través de la protocolización
(ante Notario Público) de las copias de los planos con los que trabajarán y que es fundamental la
participación. Alrededor de 20 vecinos se retiran por no confiar en el proceso. En esta ocasión los
planos son firmados por Pedro Moraga, primer diácono de la población José María Caro”
(CPJMC, DP Nº 1).
Con todo, se logra un inédito nivel de participación ciudadana en los talleres, lo que es
abiertamente reconocido por las autoridades metropolitanas. A través de una metodología
parcelada en más de 30 sectores, se identifica una serie de propuestas de mejoramiento
puntual y un acuerdo mayoritario en la mantención de la altura de construcción actual (7,5
mt. o 2 pisos). Si bien, el éxito del proceso en términos participativos estuvo a punto de
dañarse ante nuevas equivocaciones metodológicas, al concluir, la Coordinadora reconoce y
agradece formalmente el esfuerzo de SEREX a través de una carta, hecho que se destaca
con inusitada frecuencia en los discursos de todos los actores.
“Un representante de la SEREMI presente en el taller del sector D manifiesta que es la primera vez
que se da una participación tan decidida de los vecinos en la elaboración de un Plan Regulador’”
(CPJMC, DP Nº 1).
“12 de julio: En el Concejo Municipal Ordinario se informa que el Estudio de Plan Regulador será
presentado… En la presentación… SEREX exhibe únicamente los planos y no el estudio. El malestar
se masifica, puesto que no era lo esperado por parte de los vecinos. Concurren unas 250 personas
que deben permanecer de pie y en una cancha en medio del frío invernal. Se exige entrar a una sala
y la asamblea es dirigida por el alcalde de Lo Espejo, quien informa que el 2 de septiembre la
Consultora SEREX entregará el Estudio de Plan Regulador Comunal a la SEREMI… El director de
SEREX… se compromete públicamente a que los pobladores dispongan del estudio para el 25 de
agosto. En esta oportunidad asisten los concejales Elizabeth Henríquez, Carlos Soto, Miguel Bruna
y José Luis Longueira. Sólo interviene este último ante un público que opta por retirarse
masivamente cuando comienza a hablar” (CPJMC, DP Nº 1).
“Cuando la Coordinadora empezó a plantear cosas distintas SEREX cambió, y en ese sentido fue
bastante abierta para cambiar” (Encargada de Comunicaciones CPJMC).
“Los profesionales se comprometieron y finalmente los enemigos se convirtieron en nuestros amigos
porque recogieron las inquietudes de todos nosotros” (Líder CPJMC, FP Nº 3).
No obstante, para la consultora el conflicto resulta altamente desgastador y de lectura
paradojal. Por un lado, reconocen haber participado en conversaciones con las autoridades

87
metropolitanas para influenciar la decisión de reelaborar el anteproyecto de PRC,
reconociendo con ello la legitimidad de la demanda en cuanto a su fondo.
“Hubo que plantear la crítica y hubo que jugársela. Cecilia ni se imaginaba que nosotros nos la
estábamos jugando ahí (con la SEREMI), ya que éramos atacados con tomates por el otro lado.
Esas son las partes de la historia que no se cuentan en ninguna parte” (Jefa de Proyecto Plan
Regulador Lo Espejo, SEREX).
Pero, por otro lado, desacreditan firmemente la forma, es decir, las estrategias de acción de
la Coordinadora, persistiendo en la interpretación “política” del hecho. En este sentido,
consideran que el tema de la altura de construcción no tenía posibilidad de ser negociada,
aun cuando estuviese acompañada de mejores condiciones de urbanidad. En este punto, el
municipio queda como único enemigo, ya que SEREX “había cumplido”.
“… de los 30 talleres que se hicieron por unidades vecinales, 29 indicaron que querían mantener
las actuales alturas. Es decir, poder construir hasta 7,5 metros de altura en el caso de las casas y
conservar los 4 pisos en los sectores donde existen departamentos… El proceso sigue su curso, hasta
que el Plan Regulador sea aprobado por el Consejo Comunal, sólo que ahora validado por una
ciudadanía más activa y participativa” (WEB SEPADE, DP Nº 14).

9.2.4 Resolución y aprendizajes

Este momento corresponde al proceso que se inicia con el intento de invalidación


técnica del Estudio de PRC por parte del municipio, a pesar de su aprobación en la
SEREMI Metropolitana, y finaliza con la aprobación final del nuevo Plan Regulador
de Lo Espejo por el Concejo Municipal, en el cual se ratifica un máximo de altura de
2 pisos para la población José María Caro. En su desarrollo se mantiene la escala
predominante de este conflicto, que va de lo barrial a lo metropolitano, con un fuerte
protagonismo de la escala comunal, ya que por primera vez el municipio intenta
debatir sobre su proyecto de comuna.

El municipio de Lo Espejo, contradiciendo su compromiso con la comunidad, no apoya la


nueva propuesta de PRC, descalificando el proyecto de ciudad de los habitantes de la
comuna. Más bien, se genera una división interna del concejo municipal que agudiza la
metodología de choque que lo caracteriza internamente: por un lado, están los que
cuestionan la representatividad del proceso participativo y, por ende, la calidad técnica del
producto.
“Lamentablemente, aunque la autoridad dio los espacios de participación ciudadana, el alcalde y 4
concejales han dicho que la propuesta técnica no es válida porque se le ha consultado a los vecinos
y como nosotros tenemos un bajo nivel cultural y económico no sabemos que es bueno para nuestro
futuro” (Líder CPJMC, FP Nº 1).
“Se flexibilizan las condiciones para una mayor densificación, principalmente en manzanas y
predios vinculados con los ejes jerárquicos… entonces ese es el escenario moderado, o sea ni
siquiera cumplimos con el moderado, estamos en el ‘chanta’, en el ‘rasca’, qué quiere que le diga,
entonces no me pidan que yo levante una bandera, no puedo hacer eso…” (Alcalde, Acta concejo
municipal, 22 septiembre de 2005).

88
“Yo puse el ejemplo, y el ejemplo sigue siendo más válido que nunca, esto es exactamente lo mismo
que si le hubiéramos llegado a preguntar a los niños si estaba bien un programa de vacunación
masiva…” (Concejal, Acta concejo municipal, 22 septiembre de 2005).
Por otro, están los que defienden la vía participativa, a pesar de concordar en las
deficiencias técnicas del producto. Si bien es cierto que esta divergencia existía desde un
comienzo, por primera vez, aunque muy tardíamente, se inicia una discusión política en el
concejo municipal sobre los alcances de este proceso participativo para el futuro de la
comuna.
“… si la comunidad se equivoca me equivocaré yo también, pero voy a estar ahí… Pero con el
SEREX yo estoy ya curada de espanto, porque ellos han mostrado un trabajo tremendamente malo,
poco serio... Más allá que hoy día los vecinos hayan dicho que quieren una comuna con 2 pisos y
una mansarda… SEREX debiera haber entregado 2 visiones… para poder hacer un paréntesis entre
las dos y la comunidad hubiera decidido. Pero por eso, entonces con esas 2 opiniones... la
comunidad tiene que decidir, yo estoy porque la comunidad decida… yo voy a votar por lo que dice
la gente, y si es necesario, yo no sé si la ley lo permite, y esto lo voy a leer dentro de la ley, si nos
permite hacer un plebiscito, buscaremos los recursos para hacer un plebiscito comunal, lo haremos
por sector, lo haremos por población, haremos no sé unos cajones” (Concejala, Acta concejo
municipal, 22 septiembre de 2005).
Para los disidentes, la argumentación es la misma que en un comienzo: la participación es
legítima como medio de expresión, pero nunca de decisión, ya que el proyecto de comuna
debe ser definido por “los que saben”, es decir, técnicos y políticos. Para los adherentes, la
defensa del proceso participativo es una opción consecuente con su línea política, pero
vacía en términos de proyecto territorial. Por lo tanto, se demuestra que la decisión de
revertir el proceso de elaboración del PRC, al menos desde el municipio, fue un acto
populista que deriva de una concepción limitada de democracia.
“[. . .] los cambios siempre son duros y la gente inicialmente se resiste, eso lo conocemos. Y, oye, ha
estado en boga en el último tiempo, es así, los cambios son así, pero cuando se empiezan a producir,
se empiezan todos rápidamente a subir, dicen ‘ah, en realidad, oye, esta cuestión es mejor’. Vayan a
ver en San Miguel, cuando empezaron los primeros edificios, hoy día están todos orgullosos y dicen
‘¿has visto cómo se construye aquí? Ojalá que me vengan a golpear la puerta a mi’” (Concejal,
Acta concejo municipal, 22 septiembre de 2005).
Al tratar de culpar a SEREX por no generar una propuesta alternativa a la emanada del
proceso de participación, desacreditando su capacidad profesional, también dejan entrever
su falta de liderazgo, por haber delegado decisiones políticas y no sólo técnicas a la
consultora. Esta situación viene a complementar la explicación al desgaste que implicó para
SEREX el proceso participativo:
“[. . .] a los concejales les daba susto, vivían con el susto de que la comunidad se les viniera encima,
entonces la gente se irritó en contra de los representantes políticos. Además, teníamos frente a
nosotros un nivel técnico del municipio escabroso […] y además un manejo político interno no
transparente” (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).

89
“[. . .] este problema lo creó la propia Municipalidad, cómo voy a ir yo a la SEREMI a decirles que
este plano regulador es malo cuando nosotros (fuimos) los que aceptamos que la comunidad se
expresara… cómo justifico yo de que el proyecto es malo ahora cuando nosotros mismos fuimos los
que les dimos el pie a los pobladores para que hablaran en vez de a los técnicos” (Director de Obras
y Representante ante SEREMI Metropolitano de Vivienda y Urbanismo, Acta concejo municipal, 22
septiembre de 2005).
En este escenario, el concejo municipal construye un argumento de emergencia para tratar
de generar una tercera reestructuración del Plan Regulador Comunal y revertir el error de
no haber asumido a tiempo el liderazgo político que le corresponde. Se llega a proponer la
alternativa de aprobación y posterior modificación del plan a través de seccionales56, lo cual
es descartado no tanto por su alto costo, sino por constituirse como un recurso
“vergonzoso” que confirmaría la incapacidad del municipio para planificar el territorio con
visión de futuro.
“… el tema de los seccionales yo lo descartaría, o sea a mí me daría vergüenza aprobar un plan
regulador hoy día y pensando que lo vamos a resolver con seccionales… No solamente por el costo,
si el seccional es un tema que en el tiempo tú no tuviste la capacidad de visualizarlo en el plan
regulador, pero yo no puedo aprobar un plan regulador que sé que desde ahora, para poder hacer
lo que hay que hacer en la Comuna se va a plantear resolverlo con un seccional, o sea no puede
ser” (Concejal, Acta concejo municipal, 22 septiembre de 2005).
“[. . .] el municipio no jugó su rol durante todas las fases, porque ellos no estaban en las fases de
cada uno de los talleres, se escudaban. Pero luego quiso hacer la objeción y la SEREMI [no se los
permitió], porque la SEREMI estaba enterada de todo. Por lo tanto, todo quedó como letra muerta y
la SEREMI lo dio por terminado” (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).
Finalmente, la SEREMI Metropolitana desacredita la objeción y reafirma su apoyo al plan,
decisión que es finalmente ratificada en sesión especial del Concejo Municipal, con sólo 1
voto en contra. Así, el nuevo PRC de Lo Espejo mantiene el carácter mayoritariamente
residencial de la comuna, concordando 7.5 mt. de altura máxima para la José María Caro.
“Por seis votos contra uno, el Concejo Municipal de Lo Espejo aprobó finalmente el nuevo plan
regulador de la comuna. El nuevo instrumento, que reemplaza al vigente cuando esta zona
pertenecía a La Cisterna, mantiene el carácter mayoritariamente residencial de la comuna, como lo
solicitaban sus habitantes” (Diario El Mostrador, 22 de noviembre de 2007).
No obstante, a pesar de la aprobación, sobrevive la desconfianza de los vecinos, que
acceden a las actas municipales donde figura la discusión sobre un eventual plan seccional
como estrategia para corregir en el futuro los desacuerdos municipales con el nuevo PRC
(“surge el fantasma de los seccionales”).
“Pese al triunfo obtenido, los vecinos de Lo Espejo tienen claro dos hechos: las elecciones en once
meses más determinaron el cambio de postura de una mayoría del Concejo que había dicho

56
En los casos en que, para la aplicación del Plan Regulador Comunal, se requiera de estudios más detallados,
ellos se harán mediante Planos Seccionales, en que se fijarán con exactitud los trazados y anchos de calles,
zonificación detallada, las áreas de construcción obligatoria, de remodelación, conjuntos armónicos, terrenos
afectados por expropiaciones, etc. (Artículo 46, LGUC).

90
claramente que no aprobaría el estudio entregado por SEREX. En el momento de la votación esos
concejales señalaron que ‘respetaban la opinión de la ciudadanía’. Por otro lado, los dirigentes de
la comuna saben que muchos de los logros alcanzados pueden revertirse mediante seccionales y
modificaciones como ha ocurrido en Ñuñoa, Recoleta, Providencia, Las Condes o La Reina. Desde
ya en la sesión aprobatoria el alcalde y algunos concejales expresaron la posibilidad de utilizar ese
instrumento legal. Es por ello que estos directivos de la comunidad manifestaron que se mantendrán
en estado de alerta frente a un eventual cambio en el Plan Regulador no deseado por la gente”
(Boletín CPJMC).
“Es como lo que le dijimos ese día de la aprobación a los concejales, ‘ahora somos amigos, pero si
ustedes cambian ya no seremos amigos’, y sabemos que van a cambiar el plan regulador. Tenemos
claro que lo aprobaron porque vienen las elecciones, el único que no aprobó fue Longueira, porque
no le interesaba y además renunció, pero los otros sí quieren seguir siendo concejales. Y sabemos
que con modificaciones y seccionales pueden cambiarlo entero. No es un fracaso, es un hecho de la
ley, y [como] sabemos lo que se viene les advertimos que estamos preparados” (Encargada
comunicaciones CPJMC).
“[. . .] el tema de los planes reguladores es una cosa terrible, porque luchar por un plan regulador
es una perspectiva de alcance limitado, luchar para cambiar algo que te lo vuelven a cambiar en 2 o
3 años, porque el alcalde vuelve a ‘meter la cuchara’, porque aumentan las presiones de las
empresas inmobiliarias” (Secretaria General HIC).
A pesar de que la Coordinadora se siente exitosa por haber cumplido su meta principal (“se
aprobó lo que queríamos”, “poner el jaque a autoridad”, “sin edificios”), percibe el
alcance limitado de su lucha y las tareas pendientes, como “retomar el proceso de
mejoramiento colectivo del barrio, truncado en el año ’73”.
“Ese es un tema muy importante porque ahora nosotros como Coordinadora, cuando recibimos la
noticia que el Plan Regulador se había logrado como queremos o con lo que quiso la gente, ahora
tenemos que ver qué tipo de barrios queremos a medida de lo que nosotros tengamos, cuál es el tipo
de barrio que queremos, y por supuesto, cada persona debería poder elegir el tipo de barrio que
quiere y en base a los recursos que tiene” (2º Director CPJMC).
Ante lo cual, los pobladores centran su evaluación en otros aspectos que les son más
significativos: como haber obligado al municipio a hacerse parte del proceso de elaboración
de PRC; la democratización de la información; la amplia participación y su reconocimiento
por parte de las autoridades; y, sobretodo, la inclusión de visiones alternativas de bien
común en la toma de decisiones. En definitiva, todo aquello que los convirtió en un
referente exitoso de participación ciudadana.
“Finalmente se consultó a más de 1.000 personas. Las de la José María Caro eran al más puro
estilo de las protestas de los años ’80, manifestaciones masivas. 60, 80 personas. Al final (su líder)
dijo que… agradecía a la comunidad por haberse articulado después de tantos años de estar herida,
de no tener motivaciones, de estar desarticulados como movimiento social” (Jefa de Proyecto Plan
Regulador Lo Espejo, SEREX)
También identifican sus logros internos: como la generación de lazos de amistad; el
mejoramiento de la autoestima colectiva; la redefinición de la imagen de la población y sus
efectos positivos para contrarrestar el estigma territorial; y, principalmente, el
empoderamiento personal y colectivo en dos frentes: por un lado, la preparación técnica
para un debate igualitario (“sabemos más que el municipio”) y la recuperación de la
memoria. De esta manera, la percepción de éxito logra despertar en ellos valores

91
universales y particulares que se estaban debilitando (“volver a creer”, “recuperar la
confianza y la identidad”), configurando un argumento más general en el cual los
pobladores se convierten en ciudadanos de primera categoría y la preservación de valores,
identidad y forma de vida ya no puede seguir siendo interpretada como “preservación de
monumentos”.
“Fue un proceso de aprendizaje para ejercer nuestros derechos como ciudadanos a partir de la
participación… Hasta antes del cambio del plan regulador, en Lo Espejo y acá (Pedro Aguirre
Cerda) esto era un ejercicio político de los municipios, de las autoridades, de los técnicos, de los
profesionales, que sueñan y desarrollan técnicamente la comuna y presentan la mejor opción técnica
desde su lógica sin considerar, muchas veces, la visión del que vive, de la historia, de la identidad
del sector. Esta vez pesó la identidad del sector, la historia, pero además también pesó el elemento
técnico como una herramienta al servicio de este desarrollo” (Líder Coordinadora de Pobladores de
Pedro Aguirre Cerda).
“[. . .] no es de intenciones lo que había que hacer, había que entender el estilo de las relaciones y
el valor simbólico que tenían esas relaciones, que no lo entendimos en el momento, [sino] después”
(Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).
“En primer lugar, hicimos despertar a la gente. Es un gran logro que la gente se sepa valorada.
Segundo: de la capacidad de entrega que hay en cada uno de los socios y dirigentes dejamos bien
puesto el nombre de nuestra población, que está muy mimetizada en el tema de la droga,
delincuencia, etc., pero la hemos dejado bien, hemos demostrado que hay personas que son
profesionales, técnicos, personas que [deben ser] respetadas. Tercero: se logró revertir el proceso
del Plan Regulador, no como aquellas comunas emblemáticas del Gran Santiago, como Las Condes,
Providencia, Ñuñoa, que les pasaron “gato por liebre” y han perdido el proceso del Plan
Regulador, ese es un gran logro para nosotros, [habernos] dado cuenta y luchar, y que frenamos un
Plan Regulador. Y lo último, que fue el mejor regalo de fin de año: que el Plan regulador se aprobó
con lo que nosotros quisimos, no con lo que ellos querían. El Plan Regulador, con esfuerzo de
muchos de nuestros vecinos, de los que están en la Coordinadora, a pesar de todo lo que nos
insultaron, [lo logramos]. Y lo último: la amistad que ha nacido dentro de la Coordinadora.
Respeto, cariño, tenemos diferentes genios, pero eso ha sido lo mejor. Que tuvimos un logro grande,
que el Plan regulador se aprobó con todo lo que quiere la gente, [sin] los edificios que ellos querían
que [destruían] una población” (2º Director CPJMC).
Por su parte, la SEREMI Metropolitana tampoco centra su evaluación en el producto final,
el cual considera equivocado al estar construido con la suma de proyectos parciales, sino en
el proceso, especialmente en el rol del municipio, principal responsable del PRC, que en
este caso no tuvo la capacitad política de convertir las visiones de los ciudadanos en un
proyecto territorial (“no tiene una visión a futuro del desarrollo de la comuna”).
“SEREMI insistía en que nuestro plan era muy conservador, que teníamos que tener un rol y
jugárnosla en el plano técnico, porque [de no ser así] no jugábamos ningún rol sobre unas nuevas
dinámicas en la comuna, que se iba a quedar estancada si es que el Plan Regulador se mantenía
como la gente quería. Claro, ser conservadores en el plano era no generar nuevas potenciales de
inversión y nuevas dinámicas” (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).

92
Específicamente, se reconoce que el conflicto en Lo Espejo genera importantes
aprendizajes en términos de participación ciudadana para la experiencias posteriores, ya
que la defensa encabezada por la Coordinadora se reitera en numerosas localidades de la
ciudad; exigiendo una redefinición de las estrategias de elaboración de planes reguladores y
no sólo una transformación de las leyes, discusión que, además, no le compete por su
carácter esencialmente técnico.
“[. . .] esta primera propuesta borrador… ni siquiera ha sido conocida ni discutida por los
concejales, ni siquiera yo la conocía, porque yo no estaba participando en la comisión del estudio
del plano y uno como alcalde no se alcanza a enterar de todo” (Alcalde, DP Nº 13, refiriéndose al
anteproyecto filtrado al inicio del conflicto).
“[. . .] los municipios se sienten cómodos con esta figura de Consultor-SEREMI, y la participación
de la autoridad política es nula. El proceso del plan regulador tiene una fase técnica, pero es un
proceso, al final, político, de decisión política. Si el proceso técnico lo llevas sin presencia de lo
político, el fracaso puede venir fácilmente” (Jefe Unidad de Desarrollo Urbano e Infraestructura,
SEREMI Metropolitano de Vivienda y Urbanismo).
“Detectamos, producto de lo que estaba pasando, algunos problemas con los consultores, con el
municipio y con lo que planteaba la ciudadanía, y que en nuestros talleres de participación […]
teníamos que poner ciertos puntos sobre las ‘íes’. Esto después lo hicimos con los planes
reguladores que siguieron” (Jefe Unidad de Desarrollo Urbano e Infraestructura, SEREMI
Metropolitana).
Así, la SEREMI Metropolitana, específicamente, el Departamento de Desarrollo Urbano e
Infraestructura, captura en un documento las principales deficiencias del proceso de
participación ciudadana durante la elaboración de los estudios de planes reguladores
comunales que se revelan a partir de la experiencia en Lo Espejo. En él se identifican
nuevos aspectos que comenzarán a exigirse a las contrapartes a partir de ese momento: a)
incluir participación amplia desde el principio; b) resguardar los acuerdos ante fragilidad de
confianzas; c) entender que la comunidad no son los dirigentes vecinales; d) incorporar
evaluación y ajuste de responsabilidades para cada actor, especialmente rol del municipio;
e) replanteamiento de canales formales de difusión; f) establecer medidas para promover y
reemplazar metodología de choque por metodología del debate. En este sentido, aunque
subsiste la deslegitimación de la defensa espacial, se interioriza el fenómeno y se agregan
indicaciones para encauzar la fuerza opositora; g) reconocimiento de responsabilidad
municipal en desconfianza estructural de pobladores, por falta de transparencia y/o
manipulación política de la información; h) fortalecimiento de metodologías participativas
en todas las etapas del proyecto, ante dificultades en manejo de grupos grandes por parte de
la consultora; i) reconocimiento de dificultades anexas que agrega al proceso participativo
el uso del lenguaje extremadamente técnico.
Para su gestión, precisa las responsabilidades que le corresponden a cada actor:
“Municipios, como autoridades con atribuciones para la elaboración del PRC; Consultores
como responsables de la elaboración de los estudios, que en su conjunto dan cuerpo al
PRC, y que deben prestar asesoría al Municipio en la toma de decisiones; y Ciudadanía,

93
como actores participes en la elaboración de los PRC, que deben concurrir a los talleres,
aportar con el diagnóstico, la imagen de ciudad que desean y la validación de la propuesta
definitiva” (SEREMI Metropolitana, 2007). Así, al menos desde un punto de vista técnico,
la participación ciudadana adquiere carácter transversal para esta institución de gobierno.
“Ganó la visión del ciudadano. La municipalidad dijo ‘nosotros replegamos’. Nos hizo pensar que
el tema de la participación ciudadana, que antes era una parte de, ahora era un tema importante”
(Jefe Unidad de Desarrollo Urbano e Infraestructura, SEREMI Metropolitana).

9.2.5 Arena pública y proyecciones contraofensivas

Este momento corresponde al proceso que comienza con el involucramiento en el


conflicto de la Coordinadora Pro Derechos Urbanos de Ciudad Viva, pasando por el
paradigmático encuentro entre Jordi Borja57 y la líder de la Coordinadora -organizado
por el Colegio de Arquitectos de Chile y Sur Corporación de Estudios Sociales y
Educación58-, hasta la formación de una red de agrupaciones para la defensa de sus
barrios y la calidad de vida de Santiago de Chile, en octubre del 2007; en esta última
la Coordinadora no figura como participante, entendiendo que su presencia en la
arena pública ha venido disminuyendo progresivamente.
Tal proceso tiene un carácter transversal en la cartografía del conflicto en Lo Espejo,
y su importancia radica en la transformación del discurso particular de la
Coordinadora a un discurso de interés urbano, luego del reconocimiento público de la
lucha por organizaciones pares que la identifican como un caso paradigmático a nivel
metropolitano. Precisamente, es este reconocimiento el que permite a este conflicto
alcanzar su escala más alta: si se considera que la escala global no es una escala
absoluta sino relativa59, el encuentro entre la líder de la Coordinadora con el urbanista
catalán Jordi Borja constituye una conexión directa entre la escala barrial del
conflicto y el nivel internacional que Borja representa, es decir, la escala global.

Para gestionar el apoyo del Decanato José Maria Caro del Arzobispado de Santiago, la
Coordinadora necesitaba fortalecer su argumento, ya que sus miembros, además de
sacerdotes, son profesionales: en los temas técnicos los pobladores se habían autoeducado,

57
Geógrafo-Urbanista. Co-director del Programa de Postgrado “Gestión de la ciudad” en la Universitat
Oberta de Catalunya (UOC).
58
Su misión, en cuanto organismo de la sociedad civil, es participar en la formación y renovación de actores
sociales e institucionales democráticos, fortaleciendo el rol de la ciudadanía en la esfera de lo público
(www.sitiosur.cl).
59
La Teoría del Actor-Red establece que al trazar los contornos de una cartografía se debe relocalizar lo
global, en tanto logro inestable de los actores que se puede alcanzar o no; redistribuir lo local, que, al igual
que lo global, no existe como algo delimitado; y conectar localidades (Tirado, 2005).

94
pero para integrar la perspectiva urbana requerían de una nueva estrategia. Así, como ya se
ha señalado, consiguen la asesoría de la Coordinadora Pro Derechos Urbanos, de Ciudad
Viva.
“La asesoría consistió básicamente en contar al Decanato todos los problemas que se veían
alrededor de la ciudad, por qué era importante la participación, y mostrar los problemas que
nosotros veíamos centralizadamente en la Coordinadora de Derechos Urbanos… decirle a los curas
que esto se repite, por lo que es un muy buen ejemplo que aquí ocurra algo” (Director de Ciudad
Viva).
A partir de esto, la Coordinadora Pro Derechos Urbanos comienza a asesorar legalmente a
los pobladores, sin trastocar por ello su discurso o influenciar sus acciones (“eso es
paternalismo”). Complementariamente, el boletín informativo de Ciudad Viva, “La Voz”,
difunde la situación de Lo Espejo y la lucha de la Coordinadora, reproduciendo fielmente
los relatos locales.
“Había mucha tergiversación, no sé si voluntaria, porque la información era interpretada por
matrices distintas de comprensión de las cosas. Igual que lo que te estoy diciendo yo es mi matriz.
Con Ciudad Viva, ella publicó cosas respecto de Lo Espejo, lo publico como la gran lucha de
pobladores contra los intereses capitalistas y nosotros aparecíamos en la fila de los intereses
capitalistas. Ellos tienen voz, son publicados en un diario que tiene Ciudad Viva, ahí hay una
relación” (Subdirectora SEREX).
Así, se inicia el intercambio con redes externas, el cual es generado y mantenido
personalmente por la líder de la agrupación, que es considerada por sus compañeros como
la “cara visible” en el exterior, mientras la mayoría de ellos se desenvuelve a nivel local.
Por eso se ha optado por denominarla líder-puente o líder-red. Esto se comprueba
fácilmente, ya que desde afuera las líderes de organizaciones pares, autoridades y expertos
consultados desconocen el funcionamiento interno de la Coordinadora, mientras que a su
líder la describen con mucha familiaridad.
En general, existe un acuerdo respecto a la calidad profesional relativa de esta joven
dirigenta, cuyas fortalezas están en su solidez argumentativa, su capacidad de generar
debate y su apego al espacio que habita, lo cual adquiere mayor relevancia al considerar su
origen socioeconómico: esta situación no solo genera admiración en sus pares, sino que
ajusta la imagen tradicional del poblador. Ahora, más allá de las diferencias, su discurso
interpreta perfectamente a sus pares, lo cual le otorga una relevancia general a lo que ocurre
en Lo Espejo.
“Principalmente qué sucede, y aquí yo utilizo un concepto de Wacquant, ‘parias urbanos’, en donde
se ha ido configurando no sólo en las poblaciones periféricas, sino que también en Lo Hermida, La
Legua y La Victoria, una cierta marginalidad pero con ribetes cada vez más segregacionistas… Hoy
en día se están configurando áreas al servicio de los actores hegemónicos, a través de los planos
reguladores. Por primera vez el neoliberalismo comienza a afectar a los pobladores” (Líder
CPJMC, FP Nº 1).
“No conozco a otra persona de la Coordinadora, aparte de (su líder). Yo solamente la vi en el
contexto de [pares], que es diferente a la percepción de verla a ella dirigiendo. Una persona
tremendamente clara con un discurso estructurado, empática, una persona que da gusto escucharla,
me sentí muy interpretada. Con fundamentos que, para mí, son cruciales, claros y bien expresados”

95
(Líder Red de Ciudadanos por Ñuñoa).
En este contexto, la Coordinadora, a través de su líder-puente, comienza a asumir un rol
testimonial en encuentros de coordinación externa de carácter “interclasista”, instancias
que poco a poco derivan en la gestación de una red de organizaciones urbanas, cuyo primer
paso fue construir un lenguaje común respecto a la crisis de la ciudad y de sus procesos de
toma de decisiones.
“Fuimos a varias exposiciones para exponer la situación de nosotros. En el Colegio de Arquitectos
fuimos dos veces y nos reunimos con todos los que tenían que ver con planes reguladores de otras
partes, pues creo que en Recoleta tienen un problema similar con el plano regulador. Nos han
[invitado] a varias partes y nosotros hemos ido a dar nuestro testimonio” (Tesorera CPJMC).
“Yo creo que contribuyeron a generar una fuerza de [legitimidad] a nivel metropolitano, porque
encontraron eco en otros lugares que eran más interclasistas, que eran más diversos, lo que permitió
a la Coordinadora entrar en un espacio de diálogo y de mayor diversidad profesional en torno al
derecho a la ciudad. Porque una de las cosas que fue conclusión de Cecilia fue que esto les permitía
entrar en el escenario de la discusión por la ciudad, que es un escenario que requiere debate
público” (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).
Así, el conflicto en Lo Espejo ingresa a la arena pública del emergente circuito de reflexión
ciudadana con perspectiva urbana de Santiago, facilitado por la participación de su líder-
puente en la Coordinadora Pro Derechos Urbanos y el uso intensivo de NTIC que permite
el enlace y el intercambio de información sin presencia física. Entre iguales, según la
contraparte técnica, la metodología de choque se va convirtiendo en metodología del
debate.
“En 2006 – 2007, no es que hayan aparecido los planes reguladores, aparecieron los ciudadanos
preocupados por la planificación del territorio. Se ha traducido en el plan regulador comunal, que
es el instrumento, pero el tema es otro, el tema es cómo yo construyo ciudad [. . .] El boom es cómo
se construye ciudad y se traduce en el instrumento, que es el plan regulador comunal” (Jefe Unidad
de Desarrollo Urbano e Infraestructura, SEREMI Metropolitano de Vivienda y Urbanismo).
Este lenguaje común -que concuerda llamativamente con el discurso de las contrapartes
cuando se sitúan desde su perspectiva profesional y académica- se centra en tres aspectos
principales de la situación urbana santiaguina:
i. Hacer ciudad sin los ciudadanos. Existe la percepción generalizada de una dictadura
urbana, que se refleja en leyes antidemocráticas que desincentivan la participación
ciudadana por miedo a los conflictos urbanos. En este sentido, se permite que las
autoridades planifiquen los territorios sin conocerlos ya que la identidad espacial es un
elemento irrelevante; lo cual, paradójicamente, se transforma en la principal causa de
conflictos de PRC en la ciudad. Como ya se ha visto, las autoridades desconocen o
descalifican los proyectos ciudadanos de ciudad, reduciendo la interpretación de los
conflictos a un choque entre fuerzas de conservación con fuerzas de innovación. Por lo
tanto, los ciudadanos obtienen elementos para construir su propia interpretación de la
situación: los PRC no son para los habitantes sino para las empresas inmobiliarias.

96
“Nosotros nos dimos cuenta que todos teníamos los mismos problemas, habían problemas de
autopista [. . .] problemas con el plan regulador. Por lo tanto, hicimos esta convocatoria y ya hay un
tema que está instalado en términos conceptuales. Hemos ido ganando con esto un lenguaje [. . .]
con el lenguaje uno crea realidades, y cuando decimos que no estamos contra la modernidad le
estamos regalando este concepto de modernidad a estos destructores de la historia. Nosotros
tenemos que decir que queremos una modernidad de verdad y democrática que incluya a la persona
con sus aspiraciones para nuestras calles, barrios y poblaciones. En todo el mundo hay
comunidades que están en esta misma pelea [. . .] no hagamos lo del plan regulador y lo de las
autopistas como peleas diferentes, porque son lo mismo. Esta es una ciudad excluyente y
antidemocrática que nos trata de imponer. Todos tienen un precio y se venden y la idea es que
nosotros no tengamos precio y no nos vendamos y defendamos el territorio, nuestro espacio, nuestra
historia, nuestro pueblo, nuestra sociedad y que el maldito capitalismo de las grandes empresas no
nos arrase” (Presidenta Ciudad Viva, FP Nº 3).
“Las personas tienen muchas inconformidades con la ciudad y el entorno tal como es ahora. Ven
que está siendo transformada sin saberlo. Hay una sensación de que no estas controlando lo que
pasa en tu entorno. Ibas a dejar a tu hijo al colegio a pie y ahora no puedes porque hay una
autopista. En Chile no hay espacios para otras visiones de la ciudad” (Subdirectora SEREX).
ii. Ausencia de política de desarrollo urbano como política neoliberal. Entendiendo que el
MINVU no define una visión de ciudad, sino metas a cumplir –como es el caso de la
actualización de PRC a nivel nacional- y que la SEREMI Metropolitana se define como
un organismo técnico cuya principal función es “hacer cumplir la norma”, Santiago
aparece como una ciudad sin política de desarrollo urbano. Sin embargo, para estas
agrupaciones urbanas la SEREMI Metropolitana no tiene un rol neutro, ya que
establece que la función principal del PRC sea atraer inversión e ingreso al territorio, lo
cual demasiado a menudo se evalúa según su capacidad de incentivar / desincentivar la
inversión inmobiliaria (“el plan regulador de Lo Espejo es un plan plano”). En
consecuencia, la visión de ciudad del MINVU y de la SEREMI Metropolitana es la de
un desarrollo urbano en base a la actividad inmobiliaria.
“Lo que pasa es que, sobre todo en los últimos años, las inmobiliarias están muy apoyadas por los
planes urbanísticos del Ministerio de Vivienda” (Encargada comunicaciones CPJMC).
“Ellos (la Coordinadora) cuando hablan de los intereses inmobiliarios y que el Estado los avala,
están haciendo un diagnostico cierto en base a lo que ven [. . .] (porque) el Ministerio de Vivienda
completo no tiene ninguna visión de ciudad. Ellos quieren tener una región con todas las comunas
con plan regulador [. . .] (y) la visión que tiene la SEREMI del desarrollo urbano es un desarrollo
urbano que se basa en la actividad inmobiliaria” (Subdirectora SEREX).
“[. . .] es un fenómeno bastante general que va avanzando. Por suerte surgen estas formas de
expresión para resistir a la no existencia de una política de desarrollo urbano” (Secretaria General
HIC).

97
Porque, además, no existe planificación estatal que contenga la expansión de la ciudad
y, como herencia de la dictadura, la planificación urbana está atomizada por comunas
en base a un instrumento vulnerable que puede ser fácilmente transformado con planos
seccionales y enmiendas. Luego, junto a la imposibilidad de construir ciudad desde una
lógica sectorial de gobierno, y sus respectivos conflictos internos, la función técnica de
la SEREMI Metropolitana aparece como una pantalla para ocultar su función
ideológica, que es respaldar normativamente una lógica estrictamente capitalista de
producción y reproducción urbana.
“Eso fue lo que yo defendí [frente] a…la SEREMI de la época. Porque [según ellos] uno funciona
con el valor del suelo, con las dinámicas urbanas. Ella decía que cómo era posible que la gente no
se dé cuenta de la oferta que les estábamos haciendo, la oportunidad de su vida, enriquecerse a
través de las dinámicas de urbanas, el cambio del valor de suelo y las rentabilidades. Esa era la
lógica con que razonaba la SEREMI y el gobierno, que es un discurso neoliberal en que la
Concertación nos tiene apretados. Pero el valor que da la sociedad, la gente, no es ese. El meollo
(del conflicto en Lo Espejo) fue que este lugar no tiene precio, por lo tanto, lo que se haga aquí no
se juega en el valor de los intercambios y la rentabilidad urbana, sino en el valor simbólico, en la
historia con la que este lugar está cargado, en el producto material de la obra […] cuando uno hace
una obra, esa obra está ahí como testimonio de lo que uno fue capaz de hacer a lo largo de su vida”
(Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).
iii. Trasformaciones socioterritoriales. Desde esta perspectiva, se puede entender lo que
ocurre en Lo Espejo y otras comunas de la antigua periferia, la cual “ya no es patio
trasero”, sino centro. A partir de una dinámica creciente de expansión urbana generada
por demanda artificial -especulación urbana y lavado de dinero- se inicia una nueva fase
de expulsión forzada de pobladores promovida por el gobierno.
“… se reitera una forma de planificación socialmente excluyente, en que los pobladores se han ido
transformando más en ‘parias urbanas’ que en beneficiarios del ‘progreso’ de esta nueva ciudad
que se está construyendo” (Líder CPJMC, FP Nº 3).
“Este fue el orden establecido en el cual pusieron (en los ’60) a vivir a mucha gente. Lo que pasa es
que cuando el progreso llega a este lugar que ya no es periférico, se pretende liberar el plan
regulador al mercado. Este es el contexto. Así funciona, se abren las posibilidades normativas para
que el mercado resulte atractivo y pueda terminar expulsando a los habitantes” (Participante, FP Nº
1).
En este contexto, se abre el debate respecto a las posibilidades de desarrollo
inmobiliario en comunas como Lo Espejo. Por un lado, se identifican atractores de
inversión ligados a la localización y a la conectividad, apreciación compartida por los
habitantes de Pedro Aguirre Cerda, aledaña a Lo Espejo, donde se ubica la población La
Victoria. En este sentido, son capaces de leer tendencias inmobiliarias que anticipan
cambios en sus áreas de influencia, utilizando como referentes concretos la situación de
la comuna de San Miguel60 y el proyecto “Ciudad Parque Bicentenario”.

60 San Miguel es una comuna ubicada en el centro-sur de la conurbación del Gran Santiago de Chile, de

98
“El año pasado asesoramos a una importante compañía en la compra de un terreno en el sector
para un conjunto de departamentos, y fue imposible porque el precio se había duplicado en poco
tiempo’, recuerda un consultor inmobiliario. Buena parte de estas expectativas han sido alimentadas
por el Portal Bicentenario, la mayor iniciativa urbana lanzada por el gobierno y que busca
transformar las 245 hectáreas del Aeropuerto de Cerrillos en un gran desarrollo inmobiliario
residencial, con influencia en todo su entorno, incluido Maipú, Pedro Aguirre Cerda y Lo Espejo,
incluida la Población José María Caro, al frente del proyecto. Una cercanía que ha complicado a
los promotores de esta obra. De hecho, un estudio encargado por su gerencia a las firmas Novaterra
y Transsa afirmó que ‘el entorno de Cerrillos hoy día es valorado negativamente’, motivo por el cual
recomienda ‘manejar estas externalidades del entorno del proyecto, considerando la presencia de
zonas industriales y poblaciones marginales con un ordenamiento que proteja sus bordes’…”
(Diario La Segunda, 10 de junio de 2005, DP Nº 21).
“Pese a las desventajas que presenta la comuna en cuanto a equipamiento y valor del suelo, ésta se
encuentra a minutos del Mall Plaza Oeste y a 30 minutos del centro de Santiago (reduciéndose a la
mitad si se utiliza automóvil). De ahí que frente a la población José María Caro se proyecte el
conjunto inmobiliario más importante del 2010: el Portal Bicentenario, en terrenos del ex
aeropuerto Los Cerrillos” (CPJMC, DP Nº 1).

predominancia residencial multiclasial y comercio. Limita con las comunas de Santiago por el norte, San
Joaquín por el este, San Ramón y La Cisterna por el sur y Pedro Aguirre Cerda por el oeste
(www.wikipedia.org). En el año 2005, un grupo de vecinos crea la Agrupación de Defensa del Patrimonio
Urbanístico y Habitacional de San Miguel a raíz del inquietante panorama que trajo consigo la explosión
demográfica sin control, originada por la edificación desmesurada en altura
(http://defendamossanmiguel.blogspot.com).

99
Figura 25. Inversión público-privada en el entorno de la comuna de Lo Espejo

Fuente. SEREX, 2005-2006.

Por otro lado, se identifican factores que, en este contexto, desencadenarían la


expulsión de los pobladores, ya que en sí mismos se constituyen como detractores
para el desarrollo inmobiliario proyectado en la zona: el estigma socioterritorial; un
ingreso y tasa de motorización baja que disminuye la rentabilidad de las autopistas
concesionadas; el deterioro interno de los espacios públicos y la vialidad; la pérdida
relativa de población; el bajo precio de suelo; la escasez de sedes bancarias; y la

100
percepción de acciones segregadoras en su entorno inmediato, como la construcción
de autopistas y mantención de línea férrea sin pasos peatonales.
“La gran afluencia de autopistas hacia todos los puntos de la ciudad que hay en este sector
pronosticaba que iba a ser muy fácil llegar al centro [en corto tiempo]. Pero la gente de acá no tiene
auto, los autos que hay frente a las casas [suelen estar malos]. El hecho de tener estas autopistas en
este sector no garantiza su uso, la gente que va a llegar acá tendría que tener auto, y [presupuesto]
para usarlas y pagar el TAG61” (Encargada comunicaciones CPJMC).
“Otro problema que hoy enfrentamos, es que lo que había sido el Aeropuerto Los Cerrillos se ha
convertido en el gran proyecto inmobiliario, lo que es el Portal Bicentenario, que para nosotros no
es ni más ni menos que una gran ciudad cerrada. Hace 1 año la SEREMI nos argumentaba en una
audiencia pública que nosotros íbamos a ser beneficiados por esto, por los parques. El problema es
que no podemos pasar porque hay una sola pasarela por la autopista General Velásquez” (Líder
CPJMC, FP Nº 1).
Con todo, algunos expertos consideran muy improbable el desarrollo inmobiliario
en el área, ya que al estigma socioterritorial se suma un argumento aún más
relevante: las poblaciones están habitadas por una gran cantidad de propietarios,
desplegados en el territorio con una alta densidad, ante lo cual los costos de
transacción para los inmobiliarios serían altísimos en relación a otros terrenos
igualmente atractivos en la metrópolis. Por lo que el argumento de localización y
conectividad sería irrelevante para el principio de eficiencia, en tanto justificación
que guía la toma de decisiones de las empresas inmobiliarias.
“No es la densidad el punto, se identifica la densidad con la altura. Ellos temen que se construyan
edificios en altura, que pase algo como en San Miguel. Pero se desconoce el mecanismo de cómo eso
sucede. Primero tienes que comprar el predio, porque ellos son propietarios. Es razonable ese temor
en la toma de Peñalolén. En la José María Caro sí son dueños” (Subdirectora SEREX).
De cualquier forma, al instaurar en su discurso el tema de la ciudad, su argumento
trasciende la escala particular, fundando la pregunta sobre quiénes son los responsables de
responder a la pregunta ¿cómo queremos vivir en la ciudad ahora que accedimos a ella? En
este sentido, plantean que la ciudad debe permitir a todos por igual tener la libertad de
elegir cómo se quiere vivir, y dónde y cuándo irse; es decir, una ciudad con garantía de
justicia, ya no centrada en el acceso sino en la pérdida arbitraria.
“Hay problemas estructurales de ciudad que no han sido resueltos y en la medida que no sean
resueltos va ser muy difícil que podamos planificar la ciudad. Cuando yo dije que Pinochet había
dejado la ciudad con 34 comunas quise decir que tenemos 34 personas gobernado un espacio muy
pequeño. No existe la división política administrativa que nos permita gobernar a un estado mayor y
creo que esa es la mayor dificultad. Las autoridades se planifican en relación a sus comunas y no en
relación a sus ciudades y esta es una gran dificultad para seguir avanzando en esta discusión”
(Líder CPJMC, FP Nº 1).

61
Dispositivo electrónico que se instala en el parabrisas de cada vehículo y emite señales magnéticas que
permiten realizar el cobro de peaje, sin necesidad que el automóvil se detenga (www.autopistacentral.cl).

101
Ahora, este discurso general había sido expuesto y (co)construido entre iguales. Por lo
tanto, no fue hasta diciembre de 2006, en el marco de un foro publico organizado por el
Colegio de Arquitectos de Chile y Sur, Corporación de Estudios Sociales y Educación -y un
año antes de la aprobación definitiva del nuevo Plan Regulador de Lo Espejo-, que es
expuesto a debate ante un público que, si bien no es militante, es parte del circuito de
reflexión académica y profesional con perspectiva urbana crítica de nuestro país.
Este foro, denominado “Espacios de esperanza: de la Caro al Poble Nou62”, tenía como
objetivo generar una conversación sobre los procesos de expulsión de población de escasos
recursos por la acción de intereses inmobiliarios de las ciudades en Santiago y Barcelona,
respectivamente63. Para ello, son invitados como expositores la presidenta de la
Coordinadora de Pobladores José María Caro y Jordi Borja de la Universitat Oberta de
Catalunya. En el correo electrónico mediante el cual se distribuye la invitación, se señala la
siguiente cita: “Los espacios de esperanza son aquellos que poseen historia y memoria,
identidad y cohesión socio-cultural. Solamente sociedades complejas pueden ser dinámicas
e integradoras. El corazón antiguo es el más fuerte para construir el futuro” (Borja, 2004).
Con ello, más la referencia al título del conocido libro del geógrafo marxista David Harvey,
“Spaces of hope”, podía predecirse un debate basado en la cercanía argumentativa de los
expositores, que no solo representarían fenómenos urbanos similares, sino también
compartirían una misma concepción de bien común.
Sin embargo, el centro de la exposición de Borja nunca estuvo en el “renacimiento
innovador” del movimiento asociativo de base territorial barcelonés que simbolizaba el
caso del Poble Nou (Borja, 2005), sino en el cuestionamiento de la matriz valórica que
funda la lucha de la José María Caro.
“[. . .] yo estoy de acuerdo en que debería haber prioridad para la gente que vive ahí. Ahora, que se
niegue la densificación me parece de un ultra conservadurismo tremendo [. . .] hacer una propuesta
que no sea conservacionista sino solidaria es fundamental para cualquier movimiento social, para
que sea visto como una propuesta para la sociedad, no sólo para el barrio. Este planteamiento es
‘ostracismo’ urbano. Todos estamos de acuerdo que la propuesta no puede reducirse al tema del
realojamiento, sino también mantener la memoria histórica. Pero esto no es incompatible con cierto
tipo de crecimiento, donde se incluya, por qué no, un poco de diversidad social. No se deben perder
cada uno en su barrio, sino hacer una ciudad más democrática [. . .] Yo mantengo todo lo que he
dicho antes, creo que esto es un movimiento con una base bastante equivocada, conservacionista y
de autoexclusión, y creo que conduce a una derrota” (Jordi Borja, FP Nº 1).

62 Zona de industria tradicional de Barcelona, atravesada por la primera línea de ferrocarril española (ahora
hundida), en la que conviven las viejas industrias, depósitos y centros de transportes, con una importante
presencia de viviendas de sectores populares y medios.
63
www.plataformaurbana.cl.

102
Desde una perspectiva urbana, la defensa de esta agrupación es catalogada como
conservadora, provocando un debate intelectual paradigmático, pero también un
desapercibido impacto en los miembros de la Coordinadora.
“En una de las charlas que se hace en la sede del Colegio de Arquitectos nos invitaron a un proceso
más para destruir la imagen de Cecilia, por su capacidad profesional… Hubo un movimiento muy
fuerte de arquitectos, incluso vino un español que venía con un plan regulador de España que [lo
único que quieren] es construir hacia arriba, desarrollo urbano hacia arriba. Ahí nos trataron de
egoístas, que no estábamos mirando el desarrollo de la comuna de Lo Espejo, que estábamos siendo
personas que no les gustaba el desarrollo… La única persona que (nos) [comprendió] fue Claudina
(Núñez). Sí, quedamos marcados. Lo que dije anteriormente, la mafia nuevamente. Pero si nos
llegan a llamar de nuevo vamos a ir preparados” (2º Director CPJMC).
Ahora, la interpretación del impacto organizacional que genera esta situación no debe
reducirse al plano psicológico, que si bien es importante, no permite abarcar toda su
complejidad. Porque la descalificación afecta la autoestima colectiva reconstruida, pero
sobretodo debilita el argumento de la Coordinadora, pudiendo afectar el avance hacia la
legitimización de su lucha, que a esas alturas ya había conseguido la aprobación del nuevo
Estudio de PRC por la SEREMI Metropolitana: Borja con sus argumentos urbanos,
indirectamente, da la razón a la contraparte municipal.
“Respecto a lo ocurrido con Borja, lo más complejo de esa situación no fue precisamente él, sino
que la gente de Estudios Sur haya permitido que dicha situación ocurriera… nosotros nunca nos
manejamos con recursos y nuestra llegada a los medios de comunicación fue escasa y muy difícil...
por tanto, esto significaba un tremendo retroceso si el alcalde se enteraba.... Eso se lo dije a una de
las profesionales de Estudio Sur. La verdad es que lo único que nos salvó en esos momentos fue que
se destapó la corrupción en Chiledeportes cuyo principal epicentro estaba en la municipalidad de
Lo Espejo... si eso hubiese llegado a oídos del alcalde y del concejo, tenlo por seguro que perdemos
la pelea. De ahí que los ánimos al interior de la Coordinadora se exacerbaron, porque siempre
supimos el respaldo de la gente… en ese contexto no podíamos ser liquidados por una situación tan
estúpida, ya que ellos podían haberse quedado con la opinión de que un destacado académico
español les daba la razón. Gracias a Dios ello no ocurrió” (Líder CPJMC).
Por lo tanto, esta inflexión en la cartografía del conflicto, no solo revela importantes
aprendizajes académicos, sino también éticos. Sin duda, de forma inesperada, se genera una
controversia entre dos concepciones de bien común urbano y, por ende, entre argumentos
que necesitaban reconocerse mutuamente, como veremos. Pero también abre un debate
sobre las plataformas a partir de las cuales se busca generar este acercamiento, ya que, por
no visualizar la complejidad de los procesos individuales, colectivos y políticos
involucrados, pueden terminar, paradójicamente, desincentivando el interés de estas
agrupaciones por este tipo de encuentros y profundizando su desconfianza.
“[. . .] creo que hay posibilidades de ir avanzando, la única forma es la educación más una practica
de debate. Coincido con Alfredo (Rodríguez) con la apreciación de aquel encontronazo de la Cecilia
con el Jordi, independientemente del factor personal, la calidad del debate fue de lo mejorcito que
hay en Santiago en años” (Secretaria General HIC).
En este sentido, se está de acuerdo con la importancia del debate académico y profesional
inaugurado por este (des)encuentro, ya que pone en el centro la tensión entre la perspectiva
local y la perspectiva urbana –entre la parte y el todo, entre lo particular y lo general- que

103
caracteriza el problema de la construcción democrática de la ciudad hoy. Por un lado, están
los que, al igual que Borja, miden la eficacia de un movimiento social urbano por su
capacidad de levantar propuestas considerando las tendencias y el beneficio de toda la
ciudad.
“Yo no sé cuales son las propuestas de ustedes en cuanto al mejoramiento de la calidad de vida”
(Participante, FP Nº 1).
“Entonces, el tema es cuál es la oportunidad. Tenemos que pensar ahora que hay un proceso de
gentrificación muy grande en Santiago y hay que tomarlo de manera estratégica, responsable y
profesional para ver cómo podemos transformar este movimiento en algo positivo. Claro, están
viniendo los inmobiliarios, están interesados en Lo Espejo, por algo están planteando más densidad,
entonces ¿esto es malo? ¿es terrible?, yo creo que esto es una alternativa y una posibilidad de algo y
ese algo hay que darle una forma y no podemos sesgarnos a proyectos conservadores” (Participante,
FP Nº 1).
“Mi sensación es que no propone. Defender la historia de la Caro sin pensar el proceso de
densificación de la ciudad a largo plazo es muy difícil y son fenómenos de cualquier ciudad del
mundo” (Secretaria General HIC).
Por otro lado, están los que, si bien comparten el diagnóstico sobre el carácter conservador
de la defensa en la José María Caro, no llegan a descalificarla, ya que visualizan la
potencialidad transformadora de esta explosión de reacciones locales, centrando el análisis
en el proceso y su contexto –no en sus propuestas específicas.
“Yo creo que el conflicto con el plano regulador es un reporte de la realidad humana. Jordi (se
dirige a él), mira esto desde otra perspectiva: estamos hablando de dos enfoques y de dos
aproximaciones diferentes, una en la que hay planificación urbana y otra donde solo hay intención
urbana de modificar la realidad. Lo que está implícito en lo que dice Jordi Borja es que hay un
proyecto de ciudad y acá (en Santiago) no hay un proyecto de ciudad” (Participante, FP Nº 1).
“[. . .] la participación urbana ha pasado de una etapa de perplejidad a una de participación y
ahora a una etapa de participación que pretende ser vinculante [. . .] Si ustedes no se empoderan del
lugar no vamos a poder negociar porque no tendrían ninguna parte del poder” (Participante, FP Nº
1).
Esta perspectiva coincide plenamente con la evaluación que hacen los expertos y líderes
pares consultados respecto a la lucha desarrollada en Lo Espejo: aún estando en desacuerdo
con la postura a veces intransigente de “la Caro”, consideran que su descalificación sólo
responde a la visión mezquina de lo colectivo subsistente en Chile, que no lee en las
acciones puntuales la configuración de algo nuevo, ni en sus “equivocaciones” la
intervención de aspectos sistémicos, entre ellos, la ausencia de una política de desarrollo
urbano.
“[. . .] nunca hay fracasos en esto, porque el hecho mismo de haberse organizado, legitima y valida
que es posible la vía de la participación [. . .] hay una desproporción tan grande entre lo que el
ciudadano puede hacer cambiar con lo que el modelo impone, que uno muchas veces [se frustra],
pero [. . .] en realidad el paso que se dio fue grandioso. Ahora, si lo hicieron erradamente, si no
fueron bien asesorados, si ellos mismos no tuvieron la visión o la estrategia necesaria del momento,
y por las condiciones en que estaban, es [distinto], pero el hecho de que ellos se constituyeran como
tal, que ellos mismos asumieran esta condición ciudadana de tener derecho a proponer o a oponerse
ya es una ganancia” (Líder Red de Ciudadanos por Ñuñoa).

104
En este sentido, visualizan un proyecto implícito en la gestión de la Coordinadora, sin el
cual quizás nunca habría encontrado eco en la emergente red de agrupaciones con interés
urbano que ayuda a fundar: si bien, ninguna de las líderes entrevistadas conoce la existencia
de la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, de la presencia de sus principios
fundamentales en la defensa de la Coordinadora deriva el reconocimiento de su aporte: la
gestión, planificación y ocupación democrática de la ciudad (“la ciudad es de todos”); la
función social de la propiedad y de la ciudad (“la ciudad no entrega garantías para elegir
cómo y dónde vivir y cuándo me quiero ir”, “política de vivienda injusta”); la ciudad de
Santiago debe permitir el ejercicio pleno de ciudadanía.
“Están defendiendo su identidad, que no sea un tercero quien los venga a alterar, quieren ser
dueños de su destino. Que sea de una manera o de otra, quieren ser ellos quienes quieren decidirlo y
no que se los impongan. Por ahora yo creo que están resistiendo en el sentido de parar el plan que
no les parece, que no es lo que quieren por ahora, pero que sí quieren mejorar su calidad de vida.
[Es la forma] lo que tienen que ver. Sé que ellos hicieron propuestas y que no fueron consideradas
después en el consejo, que algunos concejales rechazaron la propuesta diciendo que era porque no
tenían el nivel socioeconómico y sociocultural suficiente como para [hacerlo], lo cual es una
grosería. Eso te da la pauta de la desigual situación en que estamos los ciudadanos con respecto a
la autoridad. No nos vemos ni protegidos ni amparados por ellos, la autoridad no está
representando lo que nosotros queremos. Por lo tanto, nos defendemos de ellos. Estamos siendo
tiranizados por la autoridad que supuestamente está democráticamente elegida pero que no nos
representa en ninguna medida” (Líder Red de Ciudadanos por Ñuñoa).
“La (Coordinadora de Pobladores) José María Caro hizo su trayectoria partiendo desde esta
posición defensiva hasta que se integró a otros cuestionamientos sobre la ciudad, por lo tanto se
articuló, dejó de ser exclusivamente una defensa del interés propio para convertirse en una defensa
de un modo de habitar la ciudad y, por lo tanto, de producirla, en el terreno político y en el terreno
de las formas urbanas, del modelo urbano, objetivo que no está totalmente perfilado, pero uno lo ve
y se lo imagina” (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, SEREX).
“Esto es lo que pasa en un movimiento social, hoy es disperso, cada uno de nosotros viendo su
propio territorio. El movimiento social existe pero no hay una organización ni una coordinación, no
hay un instrumento único que nos convoque a luchar todos juntos y a asumir la diversidad y
complejidad que tenemos, porque hoy no es como antes y uno de los temas que lo demuestra es el
tema de los planos reguladores, hemos logrado sentarnos a conocer otras experiencias que han sido
maravillosas, o sea hoy día de nuevo estamos peleando el derecho a vivir en la ciudad” (Líder
Coordinadora de Pobladores de Pedro Aguirre Cerda, FP Nº 3).
De esta manera, las resistencias locales levantan el problema general de inexistencia de
política de desarrollo urbano, ante lo cual el PRC queda como el único instrumento
concreto actualmente accesible que permite a la ciudadanía discutir ¿cómo queremos vivir
en la ciudad? Así, la lucha por el derecho a la ciudad en Santiago está supeditada a cambios
en el contexto político, entendiendo que la ciudad como un todo es un tema marginal de la
agenda pública y que tampoco existe un marco legislativo que favorezca la organización
local. Entre otros aspectos, esto podría explicar la desconexión entre estas luchas locales y
la lucha latinoamericana por el reconocimiento del derecho a la ciudad en el sistema
internacional de derechos humanos, pese a existir cercanías evidentes con sus principios.
“El tema de la Carta por el Derecho a la Ciudad es una novedad que tiene 15 años en América
Latina. Los primeros buenos documentos salen en 1992 en la cumbre de Río (de Janeiro). Lo que
pasa, es que evidentemente Chile está fuera del circuito de reflexión de América Latina sobre estos

105
temas de participación directa de la gente en la producción del hábitat [. . .] Chile ha quedado
rezagado. Considerando que el circuito más fuerte se mueve entre Brasil, Argentina, Colombia,
México, Chile está como pobre. Creo que lo que existe actualmente, estas coordinadoras, los
observatorios y las distintas iniciativas, creo que sí son pistas que hay que seguir” (Secretaria
General HIC)
Un avance en este sentido es un interesante proceso de reflexibilidad que desarrollan estas
agrupaciones en el marco de sus encuentros y acciones particulares, que les ha permitido
entender la trayectoria, la maduración y, desde ello, los límites y deudas de este
movimiento ciudadano en ciernes; reconociendo, como primer paso, el carácter inevitable
de la etapa defensiva, pero también el inicio de su superación. Cabe señalar que esta
apreciación también es compartida por los expertos y profesionales consultados.
“[. . .] De hecho, todo este surgimiento de organizaciones generalmente obedece a conflictos
específicos, territoriales. Entonces, lo que generalmente los absorbe durante el primer tramo de esas
organizaciones es la coyuntura, la contingencia, poner un piso, sacar un discurso, tratar de dialogar
o, de alguna manera, generar una presión sobre la autoridad local. Eso te consume muchísimo”
(Líder Red de Ciudadanos por Ñuñoa).
“Lo que pasa a todo movimiento ciudadano que nace de un conflicto es que parte como un Nimby,
pero en el proceso de aprendizaje te das cuenta que el problema es un poco mas global y adquieres
conciencia, de que los temas no son solamente limitados y que están mas extendidos y tu visión
cambia. Muchas veces los medios de comunicación te demonizan como una organización contra el
progreso, se considera a la organizaciones ciudadanas como un factor de conservadurismo antes
que un motor de cambio, siempre se cree que no está mirando el bien común sino lo particular. Y ese
es un error porque en el proceso de debate se adquiere conciencia de los temas” (Director Ciudad
Viva).
“[. . .] recién estamos con una mirada, haciendo un esfuerzo de ver más allá de nuestras narices y
ver que hay otras comunas y partes de la ciudad de Santiago con las cuales tendríamos que generar
una orgánica transversal, porque tenemos temáticas comunes” (Líder Red de Ciudadanos por
Ñuñoa).
Para estas agrupaciones, la superación de la etapa defensiva requiere, en primer lugar, el
acuerdo básico sobre la inefectividad de la lucha aislada frente a una lógica de
funcionamiento global. Así, en segundo lugar, se plantea la necesidad de pasar de la lucha
local aislada a la lucha local coordinada, pero nunca unificada.
“Otro tema importante es el desarrollo de los dirigentes, hoy hay un nivel de conocimiento instalado
en la comunidad de los vecinos, pero también de los dirigentes que tuvieron un proceso de
crecimiento y tomaron conciencia de que hoy no se pueden seguir peleando particularidades [. . .] el
proceso de aprendizaje de que todos somos necesarios en la diversidad lo aprendimos aquí” (Líder
Coordinadora de Pobladores de Pedro Aguirre Cerda).
“Con estos procesos quedan al descubierto una serie de cosas y nosotros crecemos con eso y somos
capaces de decir qué es lo que hay qué cambiar, las leyes y una serie de reivindicaciones que van de
la mano de eso. Si lográramos superar el problema urbano vamos a seguir [trabajando] porque
consideramos que hay mucho [más que hacer]. Estamos en un momento de hipersensibilidad,
tenemos el tema en todos lados, abriéndonos a una dimensión que antes no estaba abierta, y es
necesario aprender de los otros” (Líder Red de Ciudadanos por Ñuñoa).
En este sentido, los vínculos entre pares ahora deben resguardar la autonomía y respetar las
cualidades del desarrollo espacio-temporal desigual particular que moviliza a cada
agrupación. Es decir, plantean la necesidad de reconocimiento mutuo e intercambio

106
permanente de argumentos y estrategias, manteniendo la autonomía de las acciones, lo cual
solo puede ser posible desde una política de vida, que reconoce la importancia simultánea
de valores particulares y universales en el proceso de toma de decisiones en la ciudad.
“Entiendo que la primera propuesta de dedicarse a esa coordinación fue de Ciudad Viva. [Hace
poco] Ciudad Viva nos invitó a una conferencia de prensa acerca de la participación ciudadana en
estos temas, la propuesta de los plebiscitos comunales, etc. Creo que eso va a pasar por un trabajo
concreto, no por ponerle un nombre, sino para invitarnos a discutir unos temas concretos y de ahí
sacar propuestas en común. Creo que ahí vamos a ver si es posible una coordinación. Estamos
peleando con el mismo enemigo, es necesario el intercambio de experiencias, no porque vamos a
aplicar el modelo de Ciudad Viva o el modelo de Red Ciudadana por Ñuñoa, sino [hacer]
justamente un intercambio, eso es vital…” (Líder Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay).
“Digo coordinación y redes, porque la idea de la red no es que mi agenda pase a ser tu agenda,
significa que funcionamos con una conciencia de lo que están haciendo los otros de la red y que
aprovechamos los conocimientos de los otros. Nos sirve saber que la pelea que estamos dando es
parte de un movimiento mundial. Estamos ganando acá en Santiago, en la medida que estamos
organizados con la información y los conocimientos. Los grupos nuevos tienen que aprovechar estos
recursos” (Presidenta Ciudad Viva, FP Nº 2).
Ahora, no existe acuerdo respecto a la posibilidad de coordinación metropolitana de
agrupaciones urbanas, ya que para algunos dicha coordinación no solo encontraría
dificultades prácticas, sino también valóricas: las profundas diferencias urbanas de Santiago
dejarían fuera de este movimiento a las organizaciones de la nueva periferia segregada que
nace a partir de la política neoliberal de vivienda, las que no se identificarían con la lucha
de las poblaciones históricas y menos con la de los barrios de la zona centro-oriente de la
ciudad. En este sentido, incluso se identifican diferencias entre los materiales con los que
construyen su identidad espacial las agrupaciones vecinales (“el barrio patrimonial”) y las
agrupaciones poblacionales (“la población histórica”), donde el carácter integrado de la
José María Caro y La Victoria representa un “límite gris” que permite la coordinación
inter-barrial entre sectores de distinta situación socioeconómica.
“Es interesante, la Coordinadora (de Derechos Urbanos) se mueve, pero no creo que pueda
pretender tener un protagonismo a nivel de toda la ciudad de Santiago, porque su origen está
vinculado a barrios altos, temas de Providencia, Ñuñoa. No es lo mismo hablar de temas de ciudad
en Ñuñoa o en Puente Alto o La Pintana, porque las diferencias urbanas son muy profundas. El tema
de ‘la Caro’ es un limite gris, porque no es barrio alto ni periferia deteriorada, sí tiene harto sector
complicado pero tiene la cercanía de Cerrillos, tiene los ejes” (Secretaria General HIC).
“(¿Existe posibilidad de coordinación con movimientos como Ñuñoa, Vitacura?) Absolutamente, si
ellos están viviendo la misma realidad nuestra. Ellos son historia, identidad de su zona, y nosotros
también. Lo importante de esta coordinación es que nos hemos reconocido como pares, que [quizás]
tenemos lenguajes diferentes, estrategias diferentes, pero en el fondo el sentimiento de [cuidar] su
lugar y su historia, su lugar en la ciudad, es tan legítimo como [el nuestro]” (Líder Coordinadora de
Pobladores de Pedro Aguirre Cerda).
“La pregunta que nos hacemos de ‘¿podríamos cambiar las cosas?’ es la nueva dimensión que se
abre. Incluso yo, con mi formación (arquitecta urbanista, con estudios en Francia), no me daba
cuenta hasta qué punto las cosas en Chile estaban entrando en una situación de crisis tan grave. Lo
que está en crisis es el hecho de que no estamos decidiendo por nuestro ámbito directo de calidad de
vida, se nos están alterando en forma abrupta nuestro identitario urbano, [aquello] con lo cual nos
reconocemos” (Líder Red de Ciudadanos por Ñuñoa)

107
Así, sería el 2007 el año en el cual se consolida la coordinación metropolitana de luchas
urbanas ante modificaciones normativas del territorio, estrategia desarrollada por
agrupaciones vigentes, donde no figura la Coordinadora de Pobladores de la José María
Caro, siendo su primer proyecto explícito la transformación del marco legislativo urbano:
específicamente, se busca probar la imposibilidad práctica de la vía del plebiscito comunal
por sus innumerables exigencias burocráticas, mediante lo cual se haría evidente la
obsolescencia de la concepción de participación ciudadana de la Ley General de Urbanismo
y Construcción de Chile.
“Vamos a tratar de reunirnos con la gente de las organizaciones de Ñuñoa, Vitacura, etc., porque
entró al Senado la Ley de Urbanismo, y la discusión entra en sala en abril. Por lo que, entre enero y
marzo van a tener tres sesiones para discutir con organizaciones ciudadanas. Eso salió por las
noticias, nadie nos ha invitado, pero no esperamos que nos inviten, la idea es empezar a golpear”
(Líder Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay).

108
10. CONCLUSIONES
A partir de la cartografía construida, se abren las siguientes cuestiones: ¿es posible seguir
estudiando a los movimientos sociales sólo desde su tensión fundamental general? Más
bien, ¿puede seguir considerándose que la tensión fundamental específica de los
movimientos sociales emergentes es sólo una precisión de la tensión general? ¿O debe ser
considerada como una nueva dimensión de este fenómeno?
En este sentido, se propone que la emergencia de movimientos sociales en Santiago de
Chile responde más bien a una doble tensión: la superposición de la tensión fundamental
general o temporal (pasado-futuro) y la tensión fundamental específica o espacial (dentro-
afuera). Por un lado, la tensión fundamental general ahora es denominada como temporal,
ya que plantea a los MSE el desafío de la transformación, es decir, de conquistar el futuro
de la ciudad, a partir de la inclusión de la identidad espacial -construida con el presente y su
pasado- como criterio para el desarrollo urbano. Por otro lado, la tensión fundamental
específica ahora es señalada como espacial, ya que plantea a los MSE el desafío de ver más
allá de su propia forma especial de desarrollo geográfico desigual, es decir, mirar hacia
afuera y desbordar su lucha hacia otras escalas.
Así, se concluye que la Coordinadora de Pobladores José Maria Caro no se constituye
como un movimiento social al no resolver la tensión temporal, que continúa siendo el
elemento clave para su consolidación, no por rigidez teórica sino porque para las propios
sujetos continúa siendo un desafío en construcción. Por lo tanto, más importante es
entender cuáles son las circunstancias del ejercicio político en el cual se involucra, que sólo
le permiten alcanzar la legitimización de sus argumentos en la toma de decisiones a nivel
local.
En este sentido, se identifican algunos factores internos, como sus estrategias de gestión
confrontacionales y su rigidez propositiva, muy relacionados con la desconfianza profunda
de los habitantes de la población hacia las estructuras de poder político y económico.
Porque la Coordinadora no sólo debe convencer a las autoridades sobre la validez de sus
argumentos, sino que también debe convencer a sus representados sobre la validez de los
procedimientos.
Para ello, por un lado, requiere del apoyo estratégico de la Iglesia, de gran credibilidad en
el territorio, sin el cual quizás el respaldo masivo característico de este conflicto hubiese
sido mucho más vulnerable; por otro lado, debe mantener una postura incorruptible que,
argumentativamente, se expresa en la mantención de altura de edificación en “la Caro”.
Cualquier alteración, además de no ser representativa, podría ser interpretada como
cooptación, agudizando el desinterés por la acción colectiva en sus representados. Esto, sin
duda, restringía el marco de negociación con las contrapartes, pese a la reconocida
maduración de sus argumentos: en la contingencia local del ejercicio político, representaba

109
un camino irrenunciable para la mantención de la identidad espacial que otorga fuerza a la
lucha.
Ahora, dicha contingencia no puede analizarse separada de las circunstancias globales de
acción. Es por ello que se vuelve relevante identificar los factores externos que dificultaron
aun más la continuidad entre la lucha defensiva y contraofensiva de la Coordinadora. Entre
otros aspectos, se señala la ausencia de política de desarrollo urbano y de reflexión amplia
sobre la construcción democrática de la ciudad –a diferencia de otros países
latinoamericanos-; la atomización de la planificación urbana en comunas; la negligencia del
Municipio para dirigir políticamente el proceso de planificación territorial; la obsolescencia
de la concepción estatal de representatividad y participación ciudadana; el rol ideológico de
los organismos gubernamentales; y la formación incipiente de una red metropolitana de
agrupaciones urbanas para el intercambio y aprendizaje mutuo, que recién a partir del año
2007 comienza a visualizar una reivindicación contraofensiva.
Sin embargo, lo que sí resuelve es la tensión espacial, ya que supera el encierro comunitario
al observar que el conflicto que le da origen también se repite en otras localidades de la
ciudad, generando, a su vez, otras identidades espaciales defensivas. De esta manera, se
reconoce con otras agrupaciones e inaugura redes estratégicas de intercambio y aprendizaje,
desde un modelo de gestión que les permite mantener su autonomía, sustento valórico
fundamental de la acción colectiva inter-barrial. Esto, facilitado por un aprendizaje
progresivo de materias técnicas y la gestión constante de redes, con mayor poder local y
urbano, para la validación argumentativa y, por ende, valórica de su lucha; llegando a
abarcar como conflicto, en el momento de mayor fuerza, desde una escala barrial a una
global.
En síntesis, se podría decir que como acción colectiva alcanza la primera etapa de
maduración de los MSE, siendo sus agrupaciones pares vigentes las que hacen suyos los
aprendizajes de la Coordinadora, dando señales de haber iniciado la segunda etapa de
maduración, a través de la cual esperan constituirse como una nueva fuerza de
transformación en la ciudad.

110
Sin embargo, se insiste en que reducir las conclusiones a una propuesta formal para el
ajuste de la comprensión teórica de los movimientos sociales urbanos emergentes puede
resultar inútil para estos propósitos contraofensivos. En este sentido, el análisis del
conflicto protagonizado por la Coordinadora de Pobladores José María Caro también
pretendió revelar las dificultades concretas que deben seguir enfrentando estas
agrupaciones para mantener una continuidad entre la defensa espacial que las sustenta, las
estrategias de gestión que le permiten avanzar en su lucha local, y su desarrollo como
movimiento dentro de la cartografía de actores y materiales –como las leyes- con poder
decisional en la ciudad.
En este contexto, ¿no es contradictorio que una acción colectiva sea considerada como
paradigmática por sus pares, pero desde una perspectiva “experta” sea descalificada como
movimiento social al carecer de “proyecto urbano”? En el ámbito político se han delimitado
ya los intereses que guían esta descalificación, pero ¿por qué los “expertos” concuerdan en
esto? Desde otra perspectiva, ¿por qué, entonces, la Coordinadora logra su objetivo a pesar
de carecer de “propuesta”? ¿Porque es irrelevante? ¿O porque se continúa esperando el

111
formato de propuesta con el que usualmente se identificaban los movimientos sociales
tradicionales, invisibilizando la complejidad que hoy éstos adquieren en cuanto a sus
objetivos y estrategias de gestión? ¿No acerca esta situación, paradójicamente, a los
“expertos” con los “políticos”, justificando la desconfianza estructural de estas
agrupaciones hacia las instituciones y el valor central que le otorgan a la autonomía de la
acción?
En este sentido, se observa la coexistencia de matrices interpretativas de los conflictos
urbanos (interpretaciones tradicionales v/s interpretaciones complejas), producto del olvido
sistemático de que es “a través de los ojos” de los sujetos como mejor se comprende la
reconfiguración de lo colectivo; lo cual debe generar la revisión permanente del status de
“experto” en ésta y otras materias, reavivando la discusión sobre la dimensión ética de la
ciencia. Porque, a menudo, se discute sobre la reconstrucción de confianzas en la sociedad,
en tanto elemento básico para el desarrollo de acciones colectivas exitosas, perdiendo de
vista que siempre son los mismos sujetos los que se encargan de encontrar los medios para
hacerlo y reproducirlo.
Si bien esta investigación no pretende desestimar el daño profundo de las confianzas en los
sectores más excluidos de la ciudad, representados por los pobladores del sector F de la
José María Caro, es posible concluir que aún existen materiales disponibles para la
reconfiguración de lo colectivo, como el espacio de vida, que para el caso estudiado
representa aquello que los transforma en sujetos emancipados y, por lo tanto, debe ser
defendido. Defensa que no se configura aisladamente, sino de modo relacional,
específicamente, desde la comparación con otros.
Porque los pobladores se dan cuenta de su situación espacial privilegiada y la defienden:
primero una casa, pero después una historia, un estilo de vida, una rutina, un estándar de
vida, un espacio que está en extinción. Por lo tanto, no se movilizan para superar una
carencia, sino para conservar una ganancia construida colectivamente: los pobres de ayer
ahora son ricos en relación con un afuera. Un afuera que se desarrolla con patrones
excluyentes: la ciudad neoliberal, que los hace sentir privilegiados de tener algo que
defender, pero, paradójicamente, los convierte nuevamente en personas vulnerables.
Cuando se dan cuenta de eso, se comienza a construir la acción contraofensiva.
De ahí su fuerza. Porque esta investigación avanza en la identificación de principios,
argumentos, estrategias, actores, escalas y todo aquello que permite entender
complejamente el proceso político de toma de decisiones en la ciudad hoy. Pero su foco es
relevar el proceso de reconstrucción de los movimientos sociales urbanos en ese contexto,
el cual solo es posible a partir de la reconfiguración colectiva de un principio movilizador.
Por ello, no es Touraine el que define la necesidad de una contraofensiva para
transformarnos en sujetos. Son los mismos sujetos los que se encargan de argumentar su

112
relevancia e identificar las limitaciones en este sentido.
Se debe recordar que la reconstrucción de lo colectivo es un proceso socioespacial inserto
en un proceso global de urbanización capitalista, caracterizado por un desarrollo geográfico
desigual, donde los atributos del espacio que inauguran y sostienen la acción colectiva
(calidad social, funcional y simbólica) no están distribuidos equitativamente en la ciudad,
ayudando a entender por qué muchos son excluidos del ejercicio político de reapropiación
de la ciudad que anuncian las agrupaciones urbanas. De ahí la importancia de la superación
del encierro comunitario y la inclusión de la perspectiva urbana en la argumentación de
estas luchas, ya que sin ello difícilmente pueden pretender un impacto global, mejorando
las oportunidades concretas para acceder a la reconstrucción de lo colectivo y al debate
sobre cómo queremos vivir hoy desde la diversidad socioespacial de la ciudad.
Como bien resume un participante de los foros públicos analizados, en un contexto de
globalización donde se modifican las escalas de poder, si los sujetos no se empoderan del
lugar, pierden su única opción de negociación, ya que no tendrían ninguna parte del poder.
Luego, no es lo colectivo lo que está en peligro, sino las posibilidades urbanas para su
reconstrucción. Porque si bien muchos están de acuerdo en las injusticias del actual modelo
de desarrollo urbano, pocos tienen acceso a los materiales de identificación colectiva hoy.
En suma, se reafirma la urgencia de entender las consecuencias prácticas y éticas de no
avanzar en la comprensión de las mutaciones que atraviesa la sociedad, especialmente la
acción colectiva, lo que requiere ampliar la visión mezquina que se tiene de lo “político”
heredada del pasado. Aunque, los MSE se fortalecen progresivamente como un nuevo
agente de transformación, que da lecciones de reinvención política, a pesar de la mirada
deslegitimadora de los actores con poder de decisión en el desarrollo de la ciudad.

113
11 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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www.lemondediplomatique.cl
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www.memoriachilena.cl
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www.rae.es
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www.revistaurbanismo.uchile.cl
www.seremi13minvu.cl
www.sinim.cl
www.sitiosur.cl
www.terram.cl
www.youtube.com

120
12 ANEXOS

12.1 Fuentes de información

12.1.1 Documentos públicos


La Defensa de la Población José María Caro ante un Proyecto de Plan Regulador Comunal.
Cecilia Binimelis y Cecilia Quintana. Documento presentado al VI Concurso Internacional
Somos Patrimonio: Experiencias en Apropiación Social de Patrimonio Cultural y Natural
para el Desarrollo Comunitario, Convenio Andrés Bello, Bogotá, Colombia. Registro
Propiedad Intelectual Nº 156.582. Santiago, julio, 2006. Contiene:

- Documento Nº 1. La Defensa de la Población José María Caro ante un Proyecto de Plan


Regulador Comunal (documento principal).
- Documento Nº 2. Identificación general de la experiencia.
- Documento Nº 3. Carta de Apoyo a la postulación del VI Concurso Internacional
Somos Patrimonio. Decanato José María Caro.
- Documento Nº 4. Carta de Apoyo a la postulación del VI Concurso Internacional
Somos Patrimonio. Alberto Gurovich, Profesor de la Facultad de Arquitectura y
Urbanismo, Universidad de Chile.
- Documento Nº 5. Primer comunicado de prensa de la Coordinadora de Pobladores de la
José María Caro.
- Documento Nº 6. Carta de Pobladoras al ex Presidente de la República, Ricardo Lagos.
- Documento Nº 7. Reportaje Diario Las Últimas Noticias, 14 de Marzo de 2005.
- Documento Nº 8. Declaración Pública de los ex concejales Alfredo Bruna y Ricardo
Echeverría.
- Documento Nº 9. Hoja informativa publicada por la Coordinadora de Pobladores de la
José María Caro.
- Documento Nº 10. Comunicado Asociación Chilena de Organismos No
Gubernamentales, A.G. Acción.
- Documento Nº 11. Declaración Pública emitida con el Concejo Municipal frente al
conflicto del Proyecto de Plan Regulador Comunal de Lo Espejo.
- Documento Nº 12. Carta Pública emitida por la Coordinadora de Pobladores José María
Caro.
- Documento Nº 13. Diario de la sociedad civil. Entrevista a Carlos Inostroza, alcalde de
la comuna de Lo Espejo.
- Documento Nº 14. Publicación Trimestral La Bitácora, Año II, N° 7 (octubre-
diciembre), 2005, Publicación del Servicio Evangélico para el Desarrollo, SEPADE.
- Documento Nº 15-19. Reportajes Página Web de ONG Caleta Sur 64 .
- Documento Nº 20. Artículo Página Web de la Ilustre Municipalidad de Lo Espejo.
- Documento Nº 21. Reportaje Diario La Segunda, 10 de junio de 2005.
- Documento Nº 22. Reportaje Página Web de Ciudad Viva.
- Documento Nº 23. Reportaje Página Web de Foro Ciudadano.
- Documentos Nº 24-26. Reportajes La Voz de la Chimba, publicación de Cuidad Viva.
- Documento Nº 27. Reportaje Revista Acuerdos, publicación de Casa de la Paz.

64
ONG dedicado a programas de prevención de drogas y rehabilitación.

121
- Documento Nº 28. Carta de la Coordinadora de Pobladores José María Caro al
Periodista Fernando Villegas del canal de televisión Chilevisión.

12.1.2 Foros públicos


- Foro 1
Espacios de esperanza: de la Caro al Poble Nou.
Expositores: Cecilia Quintana, Presidenta Coordinadora Población José María Caro;
Jordi Borja, Universitat Oberta de Catalunya UOC
Organiza: Colegio de Arquitectos de Chile / Sur Corporación de Estudios Sociales y
Educación.
Lunes 4 de diciembre, 2006, 19:00 horas.
Colegio de Arquitectos de Chile, Alameda Bernardo O’Higgins 115.

- Foro 2
Participación ciudadana y derechos urbanos: casos y testimonios.
Segundo Foro Social Chileno. Temas urbanos en el Foro social.
Panel: Juan Guerrero, Agrupación de Ciudadanos de San Ramón; Rodrigo Cociña,
Defendamos Plaza Las Lilas; Cecilia Quintana, Coordinadora de Pobladores José María
Caro.
Organiza: Ciudad Viva.
Sábado 25 de noviembre de 2006, 10:30.
Sala G-23, Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, Marcoleta 450.

- Foro 3
¿Quién construye la ciudad? El papel de las organizaciones sociales.
Segundo Foro Social Chileno. Temas urbanos en el Foro social.
Panel: Claudina Núñez, Pedro Aguirre Cerda; Cecilia Quintana, Presidenta
Coordinadora de Pobladores José María Caro; Cecilia Castro, Presidenta Coordinadora
de Pobladores Renca; Padre Miguel Ángel Concha, Lo Espejo.
Organiza: Observatorio / Sur, Vicaría Pastoral Social.
Domingo 26 de noviembre de 2006, 12:30.
Sala E-11, Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, Marcoleta 450.

12.1.3 Entrevistas semiestructuradas


- Miembros de la Coordinadora de Pobladores José María Caro
Cecilia Quintana (Presidenta)
Jaime Sánchez (2º Director)
Carmen Aliaga (Tesorera)
Cecilia Binimelis (Comunicaciones)

- Pares o líderes de agrupaciones ciudadanas semejantes al caso de estudio


Claudina Núñez (Coordinadora de Pobladores de Pedro Aguirre Cerda)
Verónica Adrián (Red de Ciudadanos por Ñuñoa)
Rosario Carvajal (Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay)

122
- Contrapartes (Organismo público ejecutor de la Política Nacional de Vivienda y
Urbanismo en su área territorial; y Organismo privado de asesoría técnica)
Javier Wood (Jefe Unidad de Desarrollo Urbano e Infraestructura, Secretaria Regional
Ministerial de Vivienda y Urbanismo 65 )
Rosanna Forray (Jefa de Proyecto Plan Regulador Lo Espejo, Dirección de Servicios
Externos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia
Universidad Católica de Chile, SEREX)
Sonia Reyes (Subdirectora SEREX)

- Expertos en el tema de investigación

Ana Sugranyes

PhD, TU-Delft, Países Bajos (2007). Arquitecta ETS, Escuela de Ingenieros,


Fribourg, CH (1972). Secretaria General de la Coalición Internacional del Hábitat,
HIC. Su doctorado sobre políticas habitacionales en América Latina culmina más de
30 años de especialización en la formulación, ejecución, monitoreo y evaluación de
programas y políticas de vivienda social y desarrollo local, en esferas de la
cooperación internacional, con gobiernos centrales, regionales y locales, agencias
públicas y privadas, ONG, redes de ONG y a la par de organizaciones sociales.

2003- Habitat International Coalition, HIC: Secretaria General de esta red temática
de 300 miembros en 80 países, que reúne movimientos sociales, organizaciones
comunitarias, ONGs y centros académicos para apoyar procesos locales y defender
el derecho a la vivienda y a la tierra.
2001-2003 Sur, Centro de Estudios Sociales y Educación: Investigadora
asociada; coordinación de estudios sobre el impacto social y urbano del stock de
vivienda social en Chile.
1999-2003 Consultora en materia de desarrollo local, política habitacional y
ordena-miento territorial en distintos países de América Latina, con encargos de
Hábitat CNUAH, PNUD, PGU, GTZ, Cities Alliance, Novib.
1991-1998 GTZ, Sociedad Alemana de Cooperación Técnica: Responsable del
proyecto de cooperación con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo del Gobierno
de Chile.
1987-1991 Instituto para el Desarrollo Económico y Social de América Central,
IDESAC, en Guatemala: Coordinadora área urbana; enlace regional entre entidades
privadas de desarrollo; investigaciones participativas.
1982- 1986 Organización de Co-financiamiento de Programas de Desarrollo,
CEBEMO, en los Países Bajos: Encargada de programas habitacionales urbanos en
América Latina, Asia y África.

65
El discurso de esta institución fue complementado con el análisis de una presentación interna de carácter
reservado, titulada “Proceso de participación ciudadana durante la elaboración de los estudios de planes
reguladores comunales”. Departamento de Desarrollo Urbano e Infraestructura. Unidad de Planes
Reguladores Comunales. SEREMI Metropolitana de Vivienda y Urbanismo.

123
1977-1981 Instituto para el Desarrollo Económico y Social de América Central,
IDESAC, en Guatemala: planificación, ejecución y seguimiento de proyectos de
desarrollo comunitario en área rural y urbana.
1976 Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda, FUNDASAL, en El
Salvador: Asistente de planificación, seguimiento de proyectos de infraestructura
comunitaria.
1973-1975 Despatx d’Arquitectura Tarrida, en Barcelona: Diseño de viviendas
de bajo costo.

Federico Allendes

Director de Ciudad Viva, organización social de base que promueve el desarrollo


urbano sostenible, y Director de Fundación Pro Acceso, entidad que se ha destacado
por su trabajo en la agenda de acceso a la información pública.
Magíster en Derecho de la Empresa por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
(1998) y Abogado de la Universidad Diego Portales (1994).
(2006) Asesor de empresas constructoras y de compañías de seguros de vida en
Infante, Valenzuela, Molina y Cía.
(1998-2006) Abogado asociado en diversos estudios jurídicos.
(1992-1998) Servicio de Tesorerías.

12.1.4 Actas de Concejo Municipal Lo Espejo (2005-2007)


Contienen opiniones de las siguientes autoridades y funcionarios municipales:

- Sr. Alcalde Carlos Inostroza (DC). 57 años, Contador General, Universidad de Chile.
16 años en el cargo.
- Sr. José Luis Longueira (UDI), Ex-Concejal 66
- Sra. Elizabeth Henríquez (PC), Concejala
- Sr. Nibaldo Ahumada (DC), Concejal.
- Sr. Gerardo Alonso, Director de Obras y Representante ante SEREMI.

66 “José Luis Longueira dejó su cargo de concejal en la Municipalidad de Lo Espejo, asumiendo a tiempo
completo como coordinador general del Mercado Mayorista de Santiago (Mersan), que ocupa 38 hectáreas en
Lo Espejo. Los socios dicen que instalarán un outlet y una venta de vehículos y sumarán nuevas diversiones
automotrices. Una reorientación forzada ante el fallido traslado de los operadores de La Vega”. El Mercurio,
Domingo 27 de enero de 2008. Rescatado el 29 de febrero de 2008 de
www.mercurio.cl/2008/01/27/economia_y_negocios.

124
12.2 Matriz de operacionalización para construcción de entrevistas
Variable Dimensión/Subdimensión/Indicador Pregunta para miembros Pregunta para externos
Caracterización Tamaño Tamaño Nº personas ¿Alrededor de cuántas personas componen De lo que usted ha visto, ¿Alrededor de
de la actual que la la Coordinadora hoy en día? cuántas personas componen la
agrupación y componen Coordinadora hoy en día?
sus miembros actualmente
Tamaño Nº máximo ¿Cuál diría usted que ha sido el número ¿En su experiencia, cuál diría usted que ha
máximo de personas máximo de personas que han participado sido el número máximo de personas que
históric que han activamente en la Coordinadora? han participado activamente en la
o participado Coordinadora?
activamente
Composición etárea En general, ¿qué edades tienen los De lo que a usted le ha tocado ver, ¿qué
miembros de la Coordinadora? edades tienen los miembros de la
¿Existen diferencias importantes en este Coordinadora?
sentido, es toda gente de una misma edad ¿Existen diferencias importantes en este
más o menos, o más bien hay varias sentido, es toda gente de una misma edad
generaciones involucradas? más o menos, o más bien hay varias
generaciones involucradas?
Composición de género En general, ¿Cómo está compuesta la En su experiencia, ¿Cómo está compuesta
Coordinadora en términos de género, hay la Coordinadora en términos de género,
más hombres, más mujeres, es más bien hay más hombres, más mujeres, es más
parejo? bien parejo?
Situación socioeconómica En general, ¿cuál diría usted que es la En general, ¿cuál diría usted que es la
situación socioeconómica de los miembros situación socioeconómica de los miembros
de la agrupación? de la agrupación, por lo que usted ha
¿Es algo parejo o hay diferencias visto?
importantes entre los miembros en ¿Es algo parejo o hay diferencias
términos de su situación? importantes entre los miembros en
términos de su situación?
Nivel educacional En general, ¿qué nivel de estudios diría De lo que usted conoce, ¿qué nivel de
usted que tienen los miembros de la estudios diría usted que tienen los
agrupación, terminaron el colegio, no miembros de la agrupación, terminaron el
terminaron, estudiaron algo después…? colegio, no terminaron, estudiaron algo
¿Es algo parejo o hay diferencias después…?
importantes entre los miembros en ¿Es algo parejo o hay diferencias

125
términos de educación? importantes entre los miembros en
términos de educación?
Antecedentes de participación ¿En general, las personas que componen la Por lo que usted sabe, ¿En general, las
Coordinadora son gente que antes había personas que componen la Coordinadora
participado en otras organizaciones, o son gente que antes había participado en
usted diría que esta es la primera vez que otras organizaciones, o usted diría que
participan en algo? esta es la primera vez que participan en
¿En qué otras organizaciones participaba algo?
la gente? ¿En qué otras organizaciones participaba
la gente?
Antigüedad de membresía En general, ¿hace cuanto tiempo En base a lo que le ha tocado ver, ¿hace
participan en la Coordinadora sus actuales cuanto tiempo participan en la
miembros? Coordinadora sus actuales miembros?
¿Hay gente que se haya salido, o gente ¿Hay gente que se haya salido, o gente
que haya llegado después, o todos están que haya llegado después, o todos están
desde el principio? desde el principio?
Antigüedad de residencia En general, ¿hace cuanto tiempo residen En general, ¿hace cuanto tiempo residen
en la población JMC los miembros de la en la población JMC los miembros de la
Coordinadora, son gente que ha vivido ahí Coordinadora, son gente que ha vivido ahí
toda la vida, algunos si y otros no, hay de toda la vida, algunos si y otros no, hay de
todo…? todo…?
Grado de compromiso activo ¿Qué podría decir usted respecto al tiempo ¿Qué podría decir usted respecto al tiempo
que destinan los miembros de la que destinan los miembros de la
Coordinadora para desarrollar sus Coordinadora para desarrollar sus
funciones y para actividades en general? funciones y para actividades en general?
¿Son gente que está exclusivamente ¿Son gente que está exclusivamente
dedicada a esto, o al revés, es una dedicada a esto, o al revés, es una
actividad más bien marginal en sus vidas? actividad más bien marginal en sus vidas?
¿Hay diferencias en el grado de ¿Hay diferencias en el grado de
compromiso de los miembros en lo que a compromiso de los miembros en lo que a
tiempo se refiere? tiempo se refiere?
Caracterización Coordinación Lugar de reuniones ¿En que lugar se reúnen usualmente? No corresponde
de la acción ¿Siempre ha sido así o ha cambiado con el
grupal tiempo? ¿Por qué?
Frecuencia de ¿Con qué frecuencia se reúnen? ¿Siempre No corresponde
reuniones ha sido así o ha cambiado con el tiempo?
¿Por qué?

126
División Organigrama ¿Usted diría que se puede hablar de un Por lo que ha visto, ¿Usted diría que se
de organigrama de la Coordinadora, o más puede hablar de un organigrama de la
funcion bien todos hacen lo mismo? ¿Cómo sería Coordinadora, o más bien todos hacen lo
es este organigrama? mismo? ¿Cómo sería este organigrama?
Característic ¿Quién lidera las acciones de la ¿Quién lidera las acciones de la
as del Coordinadora? Coordinadora?
liderazgo ¿Cómo o por qué diría usted que surgió ese ¿Cómo o por qué diría usted que surgió ese
liderazgo? liderazgo?
¿En que consiste ese liderazgo en la ¿En que consiste ese liderazgo en la
práctica, qué acciones lleva a cabo el práctica, qué acciones lleva a cabo el
líder? líder?
Descripción de Además del liderazgo, ¿en qué consiste No corresponde
funciones básicamente cada una de las otras
funciones?
Procesos de toma de ¿Cómo diría usted que se toman las De lo que a usted le ha tocado ver, ¿Cómo
decisiones decisiones al interior de la agrupación, se diría usted que se toman las decisiones al
conversan entre todos, se vota, hay interior de la agrupación, se conversan
decisiones que las toma el líder, sin entre todos, se vota, hay decisiones que
consulta…? las toma el líder, sin consulta…?
¿Cómo definen las estrategias y las ¿Cómo definen las estrategias y las
prioridades del grupo; son fijas o han ido prioridades del grupo; son fijas o han ido
cambiando? ¿Cómo? cambiando? ¿Cómo?
Redes internas Redes internas ¿Con qué otras organizaciones de la ¿Usted sabe si la Coordinadora se relaciona
formales población JMC se relacionan la con otras organizaciones al interior de la
Coordinadora? población JMC? ¿Con cuáles?
¿En qué consiste esa relación, es apoyo, se ¿En qué consiste esa relación, es apoyo, se
dan información, se juntan ante los dan información, se juntan ante los
problemas, qué diría usted que hacen problemas, qué diría usted que hacen
juntos? juntos?
Redes internas ¿Con que otras personas o grupos de la ¿Y sabe si la Coordinadora se relaciona con
informales población JMC se relaciona la otras personas o grupos en particular en la
Coordinadora? población JMC? ¿Con cuáles?
¿En qué consiste esa relación, es apoyo, se ¿En qué consiste esa relación, es apoyo, se
dan información, se juntan ante los dan información, se juntan ante los
problemas, qué diría usted que hacen problemas, qué diría usted que hacen
juntos? juntos?

127
Mecanismos de ¿Con qué medios establecen esa relación? De lo que usted ha visto, ¿Con qué medios
información y ¿Es algo personal, se visitan, o más bien se establecen esa relación? ¿Es algo personal,
comunicación internos llaman por teléfono, se corre la voz…? ¿Se se visitan, o más bien se llaman por
ha incorporado el e-mail o el Internet teléfono, se corre la voz…? ¿Se ha
como herramienta? incorporado el e-mail o el Internet como
herramienta?
Redes Red de agrupaciones ¿La coordinadora se relaciona con otras ¿Usted sabe si la coordinadora se relaciona
externas con conflicto PRC agrupaciones que estén en la misma con otras agrupaciones que estén en la
situación que ustedes? misma situación que ellos?
¿Con quiénes? ¿Con quiénes?
¿En qué consiste esa relación, es apoyo, se ¿En qué consiste esa relación, es apoyo, se
dan información, se juntan ante los dan información, se juntan ante los
problemas, cómo definiría usted esa problemas, cómo definiría usted esa
colaboración? colaboración?
¿Hasta qué punto cree usted que estas
organizaciones han influido en el discurso
de la coordinadora?
Red de agrupaciones ¿La coordinadora participa de alguna ¿Usted sabe si la coordinadora participa de
donde ciudad es tema instancia que reúna o coordine a alguna instancia que reúna o coordine a
central agrupaciones interesadas por la situación agrupaciones interesadas por la situación
de la ciudad, como tema general? de la ciudad, como tema general?
¿Quiénes asumen la función de coordinar ¿Quiénes asumen la función de coordinar
todos estos grupos? todos estos grupos?
¿Han desarrollado acciones conjuntas? ¿En ¿Hasta qué punto cree usted que estas
que consisten dichas acciones? organizaciones han influido en el discurso
de la coordinadora?
¿Sabe si han desarrollado acciones
conjuntas? ¿En que consisten dichas
acciones?

128
Asesoría en formación y ¿Han necesitado asistir o los han invitado a De lo que usted sabe ¿Los miembros de la
capacitación alguna instancia de formación o coordinadora han necesitado asistir o los
capacitación en los temas que les han invitado a alguna instancia de
interesan como agrupación? formación o capacitación en los temas que
¿Quiénes las imparten? les interesan como agrupación?
¿Quiénes asistieron? ¿Quiénes las imparten?
¿En que consistieron? ¿Quiénes asisten?
¿Cuáles han sido los principales ¿En que consisten?
aprendizajes? ¿Cuál diría usted que es el aporte de estas
capacitaciones a este grupo? ¿Hasta qué
punto cree usted que esto ha influido en
el discurso de la coordinadora?
Mecanismos de ¿Cómo se han logrado contactar con estas ¿Usted sabe cómo es que se han logrado
información y otras agrupaciones externas? ¿Y en lo contactar con estas otras agrupaciones
comunicación externa cotidiano, cómo se relacionan, se visitan, externas? ¿Y en lo cotidiano, cómo se
se llaman, se usa el e-mail? relacionan, se visitan, se llaman, se usa el
e-mail?
Evolución Origen ¿Cómo nace la Coordinadora? ¿Sabe usted algo respecto a cómo nace la
histórica Coordinadora?
Principales hitos ¿Hay algunos hechos que usted diría que ¿Hay cosas o hechos que usted diría que
han marcado la historia de la agrupación? han marcado la historia de la agrupación?
Principales logros ¿Cuáles diría usted que han sido sus ¿Cuáles diría usted que han sido sus
principales logros? principales logros?
Principales fracasos ¿Cuáles diría usted que han sido los ¿Cuáles diría usted que han sido los
principales fracasos? principales fracasos?
Elementos Discurso - Identidad social ¿Qué significa para usted la población ¿Qué diría usted que es lo que la
discursivos de defensivo y - Identidad espacial JMC? coordinadora defiende cuando dicen “la
la agrupación valores ¿Qué es lo que ustedes defienden cuando defensa de la población José Maria Caro”?
asociados dicen “la defensa de la población José ¿Por qué cree usted que ellos lo
Maria Caro”? defienden?
¿Por qué hay que defenderlo?

129
Discurso - Diagnóstico de la ¿Qué piensa usted de la situación actual Según lo que usted ha visto, ¿Usted diría
contraofensivo situación social de la ciudad de Santiago? que la coordinadora posee un diagnóstico
y valores - Diagnóstico de la ¿Cómo se toman las decisiones respecto a general de la situación de la ciudad? ¿Cuál
asociados situación urbana los cambios en la ciudad? diría que es el diagnóstico en el que se
En este contexto, ¿cuál es la situación de basa la coordinadora respecto a la
la población JMC? situación actual de la ciudad de Santiago?
¿Estamos ante un problema que afecta ¿Cómo relacionan esto con la situación de
sólo a la población JMC o ante un la población JMC?
problema de toda la ciudad?
- Proyecto espacial ¿Cómo es la ciudad que usted sueña? De acuerdo a lo que usted ha visto, ¿Diría
- Proyecto urbano ¿De acuerdo a esto que usted sueña, cómo que entre quienes conforman la
cree que se deberían tomar las decisiones Coordinadora hay una imagen ideal sobre
respecto a sus transformaciones? lo que la ciudad debería ser?
¿Por qué? Y en este sentido, ¿Qué es lo que usted ha
¿Es posible que la ciudad se transforme sin visto en términos de cómo la Coordinadora
afectar la vida de los pobladores de la plantea el tema de las transformaciones
JMC? ¿Cómo, cuál sería su propuesta? de la ciudad? ¿Existe desde ellos alguna
propuesta para encauzar el desarrollo de
la ciudad?
¿Esta propuesta es sólo en relación a la
población JMC o es más general, respecto
a la ciudad en su conjunto?

130
Discurso valórico - Derechos universales “La ciudad es de todos”
- Derechos urbanos universales “Santiago debe ser una ciudad que
Esta dimensión es transversal y - Derechos urbanos particulares permita que cada persona, familia y grupo
observada solo en miembros y pares. pueda desarrollar libremente el estilo de
Para identificarlas se construyó un juego vida que más le acomode”
de oraciones, las cuales una a una iban “Los barrios son de las personas que los
siendo leídas a los entrevistados, ante lo construyeron”
cual se les pedía que reaccionaran “La población JMC solo puede ser
fundamentando por qué estaban o no de transformada por las personas que viven
acuerdo con ellas. en ella”
“Los habitantes de la ciudad deben
adaptarse a las cambios que están
ocurriendo actualmente en ella”
“Cualquier persona que lo desee puede
vivir en la población JMC”
“La ciudad de Santiago es una selva
peligrosa y la población JMC es mi
guarida”
“La ciudad me da trabajo y educación, la
población donde vivo me entrega
protección e identidad”
“Cada persona debería poder elegir el
barrio en que quiere vivir, mientras sus
recursos económicos así lo permitan”
“Me gusta vivir en la población JMC
porque tenemos muchas cosas en común,
más allá de las diferencias”
“Las empresas inmobiliarias pueden
construir torres de departamentos en los
lugares que deseen”

131
12.3 Pautas de entrevista

12.3.1 Pauta miembros


− Referencia a la confidencialidad
TEMA 1. Historia
− Origen e hitos históricos (¿Cómo nace la Coordinadora? ¿Qué hechos han sido los
más importantes en la historia de la agrupación?)
− ¿Cuáles diría usted que han sido sus principales logros?
− ¿Cuáles diría usted que han sido los principales fracasos?
TEMA 2. Caracterización de la agrupación y sus miembros
− Nº personas que la componen actualmente
− Nº máximo de personas que han participado activamente
− Composición etárea (¿gente de una misma edad o varias generaciones
involucradas?)
− Composición de género (¿hay más hombres o más mujeres?)
− Situación SE y nivel educacional (¿cuál es la actividad laboral? ¿a qué se dedican?)
− Antecedentes de participación (¿es primera vez que participan en una organización?
¿en que otras organizaciones participaron antes?
− Antigüedad de membresía (¿hace cuanto tiempo participan en la Coordinadora sus
actuales miembros? ¿Hay gente que se haya salido, o gente que haya llegado
después, o todos están desde el principio?)
− Antigüedad de residencia (¿Hace cuanto tiempo residen en la población JMC los
miembros de la Coordinadora)
TEMA 3. Coordinación de la acción grupal
− Lugar y frecuencia de reuniones (¿siempre ha sido así o ha cambiado con el tiempo?
¿por qué?)
− Organigrama, descripción de funciones (¿cómo se reparten el trabajo? ¿qué hace
cada uno?)
− Características del liderazgo y procesos de toma de decisiones (¿Cómo se definen
las estrategias? ¿cómo se definen las prioridades?)
− Compromiso (¿Cuánto tiempo le dedican a esto? ¿Quiénes son los que más
trabajan?)
TEMA 4. Redes internas
− ¿Con qué otras organizaciones de la población JMC se relacionan la Coordinadora?
¿En qué consiste esa relación?
− ¿Con que otras personas o grupos de la población JMC se relaciona la
Coordinadora? ¿En qué consiste esa relación?
− Cuándo deben comunicarse o intercambiar información, ¿cómo lo hacen? ¿Utilizan
el e-mail o el Internet? ¿Por qué no han desarrollado una Web, como otras
organizaciones?
TEMA 5. Redes externas
− ¿La Coordinadora se relaciona con otras organizaciones que también estén
enfrentando la modificación de su PRC? ¿Con quiénes específicamente? ¿En qué
consiste esa relación?

132
− Más allá del problema específico de la modificación de los PRC, ¿la Coordinadora
participa de alguna instancia que reúna o coordine a agrupaciones interesadas por la
situación de la ciudad en general (transporte, contaminación, crecimiento,
segregación, etc.)?
− ¿Quiénes asumen la función de coordinar todos estos grupos? ¿Han desarrollado
acciones en conjunto? ¿En que consisten dichas acciones?
− ¿Han necesitado asistir o los han invitado a alguna instancia de formación o
capacitación en los temas que les interesan como agrupación? ¿Quiénes las
imparten? ¿Quiénes asistieron? ¿En que consistieron? ¿Cuáles han sido los
principales aprendizajes?
− ¿Cómo fue que llegaron a relacionarse con estas organizaciones? Cuándo deben
comunicarse o intercambiar información, ¿cómo lo hacen? ¿Utilizan el e-mail o el
Internet?
TEMA 6. La “José Maria Caro”
− ¿Qué significa para ustedes la población JMC?
− ¿Qué es lo que ustedes defienden cuando dicen “la defensa de la población José
Maria Caro”?
− ¿Por qué hay que defenderla?
− ¿Estamos ante un problema que afecta sólo a la población JMC o ante un problema
que afecta a toda la ciudad?
TEMA 6. La ciudad de Santiago hoy y mañana
− ¿Qué piensa usted de la situación actual de la ciudad de Santiago?
− Cuando se toman decisiones respecto a cambios relevantes para la ciudad (cambios
en los PRC, construcción de autopistas, planes de transporte, etc.), ¿cómo se
procede generalmente?
− ¿Como es la ciudad que usted sueña?
− ¿Cómo se deberían tomar las decisiones respecto a sus transformaciones? ¿Por qué?
− ¿Es posible que la ciudad se transforme sin afectar la vida de los pobladores de la
JMC? ¿Cómo se logra eso?
TEMA 7. El juego de las oraciones
− Indicar si se está “de acuerdo” o “en desacuerdo”
− Indicar con toda libertad qué piensa, qué opina de cada frase

“La ciudad es de todos”


“Santiago debe ser una ciudad que permita que cada persona, familia y grupo
pueda desarrollar libremente el estilo de vida que más le acomode”
“Los barrios son de las personas que los construyeron”
“La población JMC solo puede ser transformada por las personas que viven en
ella”
“Los habitantes de la ciudad deben adaptarse a las cambios que están ocurriendo
actualmente en ella”
“Cualquier persona que lo desee puede vivir en la población JMC”
“La ciudad de Santiago es una selva peligrosa y la población JMC es mi guarida”
“La ciudad me da trabajo y educación, la población donde vivo me entrega
protección e identidad”

133
“Cada persona debería poder elegir el barrio en que quiere vivir, mientras sus
recursos económicos así lo permitan”
“Me gusta vivir en la población JMC porque tenemos muchas cosas en común, más
allá de las diferencias”
“Las empresas inmobiliarias pueden construir torres de departamentos en los
lugares que deseen”

12.3.2 Pauta externos


TEMA 1. Caracterización de la agrupación y sus miembros
− ¿Qué referencias tiene usted de la Coordinadora? ¿Por qué la conoce?
Otros datos:
− Origen
− Hitos históricos
− ¿Cuáles diría usted que han sido sus principales logros?
− ¿Cuáles diría usted que han sido los principales fracasos?
− Nº personas que la componen actualmente
− Nº máximo de personas que han participado activamente
− Composición etárea
− Composición de género
− Situación socioeconómica
− Nivel educacional
− Antecedentes de participación
− Antigüedad de membresía
− Antigüedad de residencia en la JMC
− Grado de compromiso activo
TEMA 2. Coordinación de la acción grupal
− Lugar y frecuencia de reuniones
− Organigrama y descripción de funciones
− Características del liderazgo y procesos de toma de decisiones (estrategias,
prioridades)
TEMA 3. Redes internas
− ¿Usted sabe si la Coordinadora se relaciona con otras organizaciones al interior de
la población JMC? ¿Con cuáles? ¿En qué consiste esa relación?
− ¿Y sabe si la Coordinadora se relaciona con otras personas o grupos en particular en
la población JMC? ¿Con cuáles? ¿En qué consiste esa relación?
− ¿Con qué medios establecen esa relación? ¿Se ha incorporado el e-mail o el Internet
como herramienta? ¿Por qué no han desarrollado una Web, como otras
organizaciones?
TEMA 4. Redes externas
− ¿Usted sabe si la Coordinadora se relaciona con otras agrupaciones que estén en la
misma situación que ellos (modificación PRC)? ¿Con quiénes? ¿Hasta qué punto
cree usted que estas organizaciones han influido en el discurso de la Coordinadora?
¿Sabe si han desarrollado acciones conjuntas? ¿En que consisten dichas acciones?
− ¿La Coordinadora participa de alguna instancia que reúna o coordine a agrupaciones
interesadas por la situación de la ciudad, como tema general? ¿Quiénes asumen la

134
función de coordinar todos estos grupos? ¿Hasta qué punto cree usted que estas
organizaciones han influido en el discurso de la Coordinadora? ¿Sabe si han
desarrollado acciones conjuntas? ¿En que consisten dichas acciones?
− ¿Los miembros de la Coordinadora han necesitado asistir o los han invitado a
alguna instancia de formación o capacitación en los temas que les interesan como
agrupación? ¿Quiénes las imparten? ¿Quiénes asisten? ¿En que consisten? ¿Cuál
diría usted que es el aporte de estas capacitaciones a este grupo? ¿Hasta qué punto
cree usted que esto ha influido en el discurso de la Coordinadora?
− ¿Cómo llegaron a relacionarse con estas agrupaciones externas? ¿Cómo que medios
se relacionan? ¿Se ha incorporado el e-mail o el Internet como herramienta?
TEMA 5. Discurso
− ¿Qué es lo que la Coordinadora defiende cuando dicen “la defensa de la población
José Maria Caro”? ¿Por qué cree usted que ellos la defienden?
− ¿Cuál el diagnóstico que hace la Coordinadora respecto a la situación actual de la
ciudad de Santiago? ¿Cómo relacionan esto con la situación de la población JMC?
− ¿Diría usted que entre quienes conforman la Coordinadora hay una imagen ideal
sobre lo que la ciudad debería ser? ¿Cómo la Coordinadora concibe el tema de las
transformaciones de la ciudad? ¿Existe desde ellos alguna propuesta para encauzar
el desarrollo de la ciudad? ¿Esta propuesta es sólo en relación a la población JMC o
es más general, respecto a la ciudad en su conjunto?

135
12.4 Glosario de abreviaturas

CPJMC Coordinadora de Pobladores José María Caro


DP Información contenida en un documento público (1.1.1 de los anexos)
FP Información contenida en un foro público (1.1.2 de los anexos)
HIC Habitat International Coalition
LGUC Ley General de Urbanismo y Construcción.
Es el cuerpo legal que contiene los principios, atribuciones, potestades,
facultades responsabilidades, derechos, sanciones y demás normas que
rigen a los organismos, funcionarios, profesionales y particulares en las
acciones de planificación urbana, urbanización y las construcciones, que se
desarrollen en todo el territorio de la nación (Artículo 1° y 2°).
MINVU Ministerio de Vivienda y Urbanismo
NTIC Nuevas tecnologías de información y comunicación
OGUC Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones.
Es el reglamento de la Ley General de Urbanismo y Construcciones y
contiene las disposiciones reglamentarias de la ley, regula las
procedimientos administrativos, el proceso de la planificación urbana, la
urbanización de los terrenos, la construcción y los estándares técnicos de
diseño y construcción exigibles en la urbanización y la construcción
(artículo 2°, LGUC)
PRC Plan Regulador Comunal
SEPADE Servicio Evangélico para el Desarrollo
SEREMI Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo de la Región
Metropolitana Metropolitana
SEREX Dirección de Servicios Externos y Extensión de la Facultad de
Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, de la Pontificia Universidad
Católica de Chile

136
INDICE DE CUADROS Y FIGURAS

Tema Página
Figura 1. Los conflictos urbanos del Gran Santiago (septiembre, 2007). 3
Figura 2. Volante Agrupación de Defensa del Patrimonio Urbanístico y Habitacional de San
Miguel. 4
Figura 3. Detalle portada de revista de información critica y política “Focus” (Zurich, 1973). 14
Cuadro 1. Transformación del paradigma de la acción colectiva 22
Figura 4. Afiche Primer Congreso Nacional Movimiento Pro Emancipación Mujeres (Chile, 1937). 27
Cuadro 2. Las políticas de la acción colectiva 28
Figura 5. Síntesis teórica de los MSE y su tensión fundamental general 30
Figura 6. Graffiti para protestar contra la especulación y la demolición de barrios (Viena, 1975). 36
Figura 7. Afiche de solidaridad con las movilizaciones del pueblo mapuche (Chile, 2008) 38
Figura 8. Afiche campaña internacional "Cero Desalojo" iniciada en 4º Foro Social Mundial por la
Alianza Internacional de Habitantes (Venezuela, 2007). 42
Figura 9. Volante de oposición al Proyecto Túnel San Cristóbal (Santiago, 2004-2008) 44
Figura 10. Síntesis teórica de los MSE y su tensión fundamental específica 45
Figura 11. Localización de la comuna de Lo Espejo en relación al crecimiento de Santiago de
Chile. 53
Figura 12. Escenas del cortometraje “Las callampas” de Rafael Sánchez, 1958 55
Figura 13. Erradicación de pobladores de campamentos del área metropolitana por comuna de
origen y destino (1979-1985) 56
Figura 14. Aglomeración de vivienda social en Santiago de Chile. 57
Figura 15. Construcción masiva de edificios de departamentos, comuna de Ñuñoa. 58
Figura 16. IDH comunal de Santiago de Chile y la situación de la comuna de Lo Espejo 59
Figura 17. Las poblaciones de Lo Espejo 60
Figura 18. Contexto metropolitano comuna de Lo Espejo e integración comunal a sistema de vías
estructurantes 61
Figura 19. Contexto intercomunal comuna de Lo Espejo y fragmentación interna 61
Figura 20. Croquis Población José María Caro indicando sectores 63
Figura 21. Autoconstrucción de las poblaciones en Santiago de Chile 64
Figura 22. Actores de la elaboración de un PRC 65
Figura 23. Detalle nor-poniente de la zonificación propuesta en Anteproyecto PRC Lo Espejo 73
Figura 24. Fotomontaje Anteproyecto Plan Regulador Lo Espejo 73
Figura 25. Inversión público-privada en el entorno de la comuna de Lo Espejo 100

137

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