Dejar una huella gráfica en la historia, de características indelebles en la memoria
colectiva y que trascienda a muchas generaciones, no es un acto de creatividad fácil ni mucho menos algo que ocurra todos los días. Los signos y símbolos, los logos e isologos han atravesado la historia del hombre, sosteniendo conceptos a lo largo de los siglos a partir de una “marca” o “dibujo” que nos sitúa invariablemente frente a un dogma, una ideología, una institución, una logia, un producto o una marca. Algunos nacieron como un emblema de un hecho político, social, corporativo, aislado de la creatividad, pero con tan fuerte repercusión que fueron adoptados como un símbolo. La hoz y el martillo en la bandera soviética representan la entronización de las clases obreras en el poder. Una representación gráfica que hunde sus raíces en las postrimerías de la Rusia de los zares y en el principio de la revolución socialista. El triángulo en los frentes de las viviendas define la impronta de la logia masónica, y su origen es un compás geométrico que referencia la labor y la razón humanas. Como quién llena un cuenco de significados e ideas, sin advertir que la forma de ese cuenco (significante) nos llevará invariablemente a un significado que a su vez se ramifica en muchas interpretaciones. Todo símbolo actúa como una fuente de identidad que trabaja en dos direcciones. La primera identidad tiene por función indicar con su trazo el lugar (espacial y conceptual) y el significado del objeto que designa. Una iglesia a lo lejos, nos puede informar por su cúpula y el tipo de cruz, a qué religión y orden pertenece. La cruz no solo señala el lugar físico y místico, también el significado religioso de ese lugar. La segunda identidad apela a la identificación del receptor con esa marca o símbolo. En esta función, se amplía su campo de significación apelando a la adhesión, rechazo o indiferencia de quién la percibe. Es un espacio de maniobras conceptuales de mucha riqueza evocativa, que pone a producir la subjetividad de su intérprete. Para seguir con el ejemplo, esa misma cruz vista a lo lejos por un viajero decidido a cubrir la distancia del legendario Camino de Santiago que atraviesa a España de los Pirineos a Compostela, excede ampliamente su función distintiva de templo cristiano y es percibida como un símbolo de sacrificio y redención, de lucha milenaria de la fe cristiana o de factor de poder a lo largo de los siglos, o simplemente de mojón histórico. Bien mirada, la cruz cristiana, y si se nos permite la licencia que nos brinda una filosofía de la comunicación, es un isologo con más de dos mil años de antigüedad. Las condiciones de su éxito desde lo visual, desde lo gráfico, es su simpleza. Las condiciones de su vigencia es la carga de significados que representa su dibujo, y que la práctica social -la liturgia en este caso que tiene por objeto revivir el hecho fundacional: la crucifixión-, no permite su desaparición. Pero también están los signos o símbolos nacidos de una convención, de un acuerdo entre partes emisoras y receptoras para identificar una función, un lugar o un concepto. El signo arroba @ es una convención, y al lado de la cruz cristiana, su campo de interpretación es inequívoco. Designa una función y punto. Lo mismo con el signo suma + o los muñequitos de los baños que separan los espacios (y que pronto serán reemplazados por obsoletos ya que no representan las transformaciones de la dinámica social) o el cartel de prohibido estacionar. No tienen un linaje ni una tradición aportada por los rastros de la historia, pero su utilidad no es menos importante.
La creación de un signo o símbolo, y también de un isologo, o simplemente de un logo,
es la convergencia de varios factores, entre ellos, la existencia de una necesidad expresiva que logre aglutinar en una imagen un concepto fuerte, pregnante y que con el tiempo pueda posicionarse en su contexto de interpretación.
Para crear un signo, símbolo o isologo debemos considerar lo siguiente:
Uno: Síntesis. Un símbolo o signo, o isologo es una imagen plana o en volumen, que en un ejercicio de síntesis referencia uno o muchos significados. Lo importante es entender que los significados casi siempre están antes de la creación del signo. Existen como bolsones de significación dispersos. La intención del signo, es agruparlos. Dos: Su vida o vigencia está ligado a su repetición, su frecuencia y su preeminencia en el contexto. Imaginemos por un momento la tipografía de la Coca Cola. Cuando lo estemos diseñando debe tener en cuenta como facilitamos su traslado a una multiplicidad de soportes físicos que harán posible su repetición. Tres: Pregnancia. La condición para ser visualizado y recordado pareciera ser la simpleza de sus formas. El signo de Mercedes Benz, los anillos de Audi, la hache estilizada de Honda, nos da la razón. Cuatro. Gestáltico: hay una tendencia a percibir el principio del equilibrio, la simetría, la armonía y la compensación, como una percepción que nos da satisfacción visual. Cinco. Contexto: El diseño como disciplina, entabla un diálogo con la sociedad que interpreta sus imágenes y signos. La calidad de este diálogo, donde el diseñador se convierte en un hermeneuta, facilitará el éxito de su diseño. Cuanta más información tengamos del futuro espacio de interpretación o decodificación del símbolo, estaremos más cerca de lograr su aceptación. Seis. Cromática: Los colores importan tanto como las formas. En una cultura dominada por la fotografía y la imagen en movimiento donde la cromática se exacerba, los colores ya no son un mero decorado, sino que también hablan tanto como el signo. Difícil imaginar un signo ecológico que no incorpore el verde. Difícil imaginar a la marca Benetton fuera de su paleta de colores.
Bien, ya están en condiciones de crear un símbolo, imagen o isologo. Tienen absoluta
libertad creativa… pero les planteo un desafío: ¿Cómo se vería el isologo de Pascal con un liftin o intervención que la defina como una universidad ecológica, sustentable, ambientalmente responsable? Todas las marcas necesitan un proceso de actualización, empecemos por casa.
¿Cómo Diseñar Una Metodología de Análisis de La Imagen Artística Basada en El Reconocimiento Histórico, Cultural, Semántico y Estético de La Obra de Arte?