Sabores y Saberes de mi Pueblo

Sebastian Orozco Forero

Programa Nacional de estímulos

BECA PARA PROYECTOS DE FORTALECIMIENTO DE LOS SERVICIOS Y
PROGRAMAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS Y BIBLIOTECAS RURALES ITINERAN-
TES – BRI
 El sabor de la cultura tenjana

Sabores y saberes de mi pueblo

Autor
© Sebastian Orozco

Fotografías
Kelly Rodríguez
Mario Pedraza (Portada)

Ilustraciones
Freepik

Diseño y Diagramación
Natalia Mosquera R

Editorial

Impresión

ISBN

Tenjo, Colombia. 2022

Programa Nacional de estímulos

BECA PARA PROYECTOS DE FORTALECIMIENTO DE LOS SERVICIOS Y PROGRAMAS
BIBLIOTECAS PÚBLICAS Y BIBLIOTECAS RURALES ITINERANTES – BRI
 Contenido
Agradecimientos......................................................................................................... 8
Introducción.................................................................................................................. 10
Tenjo................................................................................................................................. 12

Sabores de mi pueblo. El alimento cultivado en suelo tenjano... 14

Algunas salvedades.................................................................................................. 15
¿Gastronomía o culinaria?
La vida en Tenjo y sus alrededores.................................................................. 17
Del fogón de laja a la estufa de leña
El Desayuno....................................................................................................... 18
La chucula, turras o tucas, el chocolate de harina......................... 19
El Almuerzo
La Comida
Las Nueves y las Onces
Puntalito o puntal
El maíz, un alimento esencial.......................................................................... 20
El Maná, el hijo de la chicha....................................................................... 21
Dato curioso
Un poco de historia..................................................................................... 22
La harina de maíz, un alimento nutritivo
La cocina tenjana en las manos creativas de las mujeres...................... 23
Cuchuco de maíz................................................................................................... 24
Mazamorra de piste............................................................................................. 25
Sopa de pintón....................................................................................................... 26
Mazamorra dulce................................................................................................... 27
Ajiaco......................................................................................................................... 28
Morcilla..................................................................................................................... 29
Chicharrón................................................................................................................ 30
Arepas de maíz porva.......................................................................................... 31
Algunas recetas que se dejaron de hacer....................................................... 32
La sopa seca............................................................................................................ 33
La sopa de pichón................................................................................................. 34
La sopa de indios.................................................................................................. 35
Arepas a la laja...................................................................................................... 36
Matas que Sanan. Comprensiones del cuerpo y la salud ........... 36.
Algunas Salvedades.................................................................................................. 37.
¿Qué es la medicina ancestral?............................................................................
Un poco de historia.............................................................................................. 38.
Tenjo, un territorio de plantas medicinales
Preparaciones más comunes............................................................................. 41.
Zumo
Cataplasmas
Infusiones
Bebida
Compresas
Tónico
Las Madres y los bebés. Lo místico de la cultura tenjana....................... 42.
El pujo......................................................................................................................... 43.
Frío de difunto
Tucutucu.................................................................................................................... 44.
Cólicos
Mal de ojo
Descuajarse.............................................................................................................. 45.
Pechuguera
Otras creencias
Algunas creencias en los adultos. El cuerpo se puede llegar a leer... 46.
Dato Curioso............................................................................................................ 47.
Soy Experiencias. Sensaciones y valores heredados............ 48
Algunas salvedades................................................................................................. 49
¿Cómo podríamos entender la identidad?..................................................
Usos sociales y rituales............................................................................... 50
Rito y ritual.................................................................................................... 51
Algunas expresiones, dichos y saberes.......................................................... 52
Diccionario léxico de saberes.............................................................................. 55
Prácticas en torno al juego y la bebida........................................................... 58
Historia del tejo
Reglas del tejo...................................................................................................... 60
Historia de la rana............................................................................................... 61
Cultura y sociedad. Historias de un pueblo.................................................. 62
Educación y oportunidades.............................................................................. 63
La educación en Tenjo- vestigios de la memoria.............................. 66
Dato Curioso sobre la educación, la niñez y las relaciones de familia 67
Un poco de historia.................................................................................... 68
Relaciones entre hombre y mujeres- creencias y vivencias................ 69
Infancia
Adolescencia
El noviazgo, el matrimonio y las explicaciones no recibidas
Memorias de un pueblo y sus familias........................................................ 70
Semana Santa.................................................................................................. 71
Navidad y fin de año
El agua y la gente
Memorias del pueblo.......................................................................................... 72
Bibliografía................................................................................................................... 74
8
 9

Agradecimientos
Los pueblos y su gente tienen mucho por contar... Sabores y saberes
de mi pueblo es una muestra de las experiencias y el conocimiento que
algunos de sus habitantes tienen con su territorio. Agradezco a cada una
de las maravillosas personas que conocí a lo largo de este proceso de
descubrimiento y apropiación de Tenjo, pues sin ellos no hubieran sido
posibles las comprensiones que como lector encontrarás más adelante.

Al Ministerio de Cultura y al Programa Nacional de estímulos 2021 en

su estímulo beca para proyectos de fortalecimiento de los servicios y
programas bibliotecas públicas y bibliotecas rurales itinerantes BRI,
por permitirle a las Bibliotecas Públicas del país construir y explorar dis-
cursos que contribuyan a la comprensión de las dinámicas culturales de
los territorios, y a consolidar visiones más justas de la identidad de los
pueblos. Asimismo, al Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Tenjo
y a la Biblioteca Pública Municipal de Tenjo, por permitirme llevar a cabo
este proyecto.

Finalmente, a cada uno de los colaboradores que, como cómplices,

pusieron su granito de arena en la realización de este libro.
 10

Personas que participaron

La experiencia de haber compartido con los adultos mayores de las
veredas de La Punta y Chitasugá es incomparable. Agradezco a cada uno
de los participantes como: Carmen Valbuena, Doña Irene Munar, Doña
Mercedes Pulido, Doña Elcemira Sánchez, Doña María Aurora Forero de
Santana, Doña María Mercedes Casas, Don Miguel Guapo, Doña Blanca
Nieves Martínez, Doña Alcira Martínez, Doña Rosa Martínez, Doña Lula
Bejarano, Doña María del Carmen Ramírez. Como también a quienes nos
acompañaron de formas esporádicas, aportando sus conocimientos y
buena energía como, Doña Ana María Díaz, o Don Numael González. Y,
por supuesto, a cada uno de los realizadores y cómplices de esta expe-
riencia: Don Crisanto, el dueño de las canchas de tejo, Kelly Rodríguez,
Mario Pedraza, Natalia Mosquera, Mónica Mejía, Lilia Forero, y a todos
aquellos con quien Sabores y Saberes de mi Pueblo se encontró.

1. Doña Mercedes Pulido

2. Doña Carmen Valbuena
3. Don Miguel Guapo
4. Carmenza
5. Doña Carmen Valbuena
6. Erika Sanabria
7. Doña Lula Bejarano
8. Don Miguel Guapo
9. Doña Mercedes Pulido
 11

1 2 3

Foto1 Pie de foto

4 5 6

7 8 9
 12

Introducción
Este libro se realizó con la colaboración del Programa Nacional de
Estímulos, por medio de la beca para proyectos de fortalecimiento de
los servicios y programas bibliotecas públicas y bibliotecas rurales
itinerantes BRI, cuyo principio es el fortalecimiento de los servicios bi-
bliotecarios desde la promoción del Sitio de Interés Local (SIL) de la
Biblioteca Pública Municipal de Tenjo, un espacio dedicado a exaltar y
construir la memoria local de los territorios. Así, Sabores y saberes de
mi pueblo es una apuesta que busca reconocer y poner en diálogo la
cultura y la identidad del territorio a partir de un espacio de reflexión y
construcción temporal. Sabores y saberes de mi pueblo es también, por
supuesto, una iniciativa que busca propiciar actividades de encuentro
entre la Biblioteca como preservadora del conocimiento y la comunidad,
productora del mismo. De esta forma, a través de la beca otorgada se
llevó a cabo un proceso de rescate de saberes culturales con el cual se
espera fortalecer el SIL de la Biblioteca y contribuir a la construcción de
sentidos de la comunidad, sentidos que, a mi modo de ver, no deben se-
guirse gestado desde lo institucional sino desde las comunidades mis-
mas, pues son ellas quienes con sus acciones se definen día a día, por lo
que aquí encontrarás sus sentires y vivencias.

El libro que tienes en tus manos es el producto de un proyecto de

investigación titulado Sabores y saberes de mi pueblo, el cual se llevó
a cabo durante tres meses con adultos mayores del municipio de Tenjo
pertenecientes al programa de Adulto mayor de la Secretaría de Protec-
ción Social, residentes de las veredas de La Punta y Chitasugá. Por lo
tanto, este libro corresponde a la divulgación de resultados o los hallaz-
gos del proceso realizado a través de una investigación de carácter cua-
litativo bajo la premisa de estudio exploratorio. Así, este libro contiene
tres grandes apartados:

Sabores de mi Pueblo, correspondiente a la cultura culinaria de los

adultos mayores, una sección destinada al reconocimiento de la cultu-
ra tenjana en relación con el alimento, sus tradiciones y actualizacio-
 13

nes. Matas que sanan, un espacio dedicado a las comprensiones de la

medicina tradicional, la botánica y lo místico que encierra la ruralidad
del territorio: comprensiones que son esenciales entre el ser humano
y el espacio que habita. Y finalmente, Soy experiencia, un tributo a
la memoria oral de los adultos mayores, a sus historias y expresiones:
una reconstrucción anecdótica y memorística del Tenjo vivido a través
de los relatos. Por lo tanto, parte del sentir y del vivir están reflejados
aquí a modo de narrativa a través de un proceso que buscó reconstruir
sus visiones y sentires sobre un territorio ampliamente diverso y sus-
ceptible al cambio. Es también una apuesta a develar, desde los ojos de
los adultos mayores, las trasformaciones culturales del territorio como
paralelo entre el presente y el pasado, entre la Biblioteca Pública y la
comunidad, pues estos lazos de unión dotan de valor el quehacer de las
bibliotecas públicas del país.

Los tenjanos conocidos en esta experiencia son personas amables,

agradables y carismáticas que irradian campo y conocimiento. Son ami-
gos y son experiencia, son historias, son risas y son llantos, son excelen-
tes seres humanos, semillas regadas en el territorio que han crecido, y
parte de lo que encontrarás a continuación son el fruto de esos años de
maduración, del vivir y del sentir un territorio que ha cambiado y que,
desde sus ojos, podemos comprender lo basto de la cultura tenjana. En
los relatos de las personas de La Punta y la vereda Chitasugá dejó una
semilla, una que necesita ser regada para comprender la diversidad de
lo que somos sin caer en el pecaminoso todos.
Sabores y saberes de mi pueblo. ¿A qué sabe mi infancia? Dic. 02 de 2021
 14

Tenjo
El municipio de Tenjo se encuentra ubicado en la provincia de sa-
bana centro a unos 37km de Bogotá; limita con los municipios de Chía,
Cota, Funza y Madrid, y se estima que en Tenjo viven cerca de 20.000
habitantes distribuidos en 108 km² a lo largo de las veredas que lo com-
ponen: Poveda I, Poveda II, Chincé, Guangatá, Martín y Espino, Chucua,
El Chacal, Jacalito, Carrasquilla, La Punta, El Estanco, Chitasugá, Churu-
guaco, Juaica y Santa Cruz. En Tenjo viven cerca de 521 adultos mayores
adscritos al programa de protección social del municipio y de ellos, se
 15

tuvo en cuenta a la población de Chitasugá y La Punta, en la última se

cuenta con una Biblioteca Rural Itinerante (BRI), La Biblioteca Rural Iti-
nerante de La Punta. A los adultos mayores de estas dos veredas se les
extendió la invitación a participar de Sabores y Saberes de mi Pueblo y
cada una de las personas y testimonios que encontrarás en este libro
surgieron de un trabajo voluntario que buscó rescatar los saberes cultu-
rales de este municipio.

Tenjo, el valle entre dos montañas. Fotografía de Mario Pedraza

 16

Sabores de mi pueblo
El alimento cultivado en suelo tenjano
El sabor de la gastronomía tenjana
 17
Algunas salvedades
La comida reúne a las perso-
nas y restaura el alma. El alimento
es sinónimo de la creatividad y ex-
presión fehaciente de la relación
de las familias con la tierra y los
frutos que esta puede proveer. El
clima del municipio de Tenjo es
fresco y suave, los veranos son cor-
tos al igual que los periodos de llu-
via, su temperatura varía entre los
7 °C y 19 °C lo que hace del munici-
pio una tierra ideal para el cultivo
de vegetales, hortalizas y tubércu-
los, que son y han sido el sustento
de las familias.
¿Gastronomía o culinaria?
Antes de empezar este recorri-
do por la comida y los platos pre-
parados por las familias tenjanas
Ilustración 1 ¿a qué sabe mi infancia? dibujo
de doña Irene Munar. 29 de noviembre de 2021
1.
Gastros (estómago) nomos (conocimiento)
de la época de los 60s (época que
los participantes describen ma-
yormente) es necesario entender
la diferencia entre gastronomía y
culinaria, pues pareciera que estos
dos términos son utilizados indis-
criminadamente. Lo cierto es que
estas dos palabras tienen signifi-
cados diferentes, los cuales, a mi
modo de ver, son necesarios para
entender la forma en que el ali-
mento criaba y unía.
El Instituto Paul Bocuse1 distin-
gue la gastronomía de la culina-
ria como la ciencia que estudia la
alimentación y su relación con el
hombre, su evolución y los diver-
sos contextos en los que se desa-
rrolla, ya que su principal interés
Ilustración 2 ¿a qué sabe mi infancia? dibujo de
doña Elcemira Sánchez. 29 de noviembre de 2021
 18
es garantizar la supervivencia a
través del balance adecuado de la
comida. Por su parte, el arte culi-
nario, como su nombre lo indica,
hace alusión a una dimensión ar-
tística y creativa de los alimentos,
y tiene una relación estrecha con
los pueblos y su cultura por lo que
la culinaria es dinámica.
Resulta complejo comprender
la dimensión de las recetas que se
preparaban en el territorio, ya que
las familias tenjanas cocinaban lo
que se cultivaba en sus huertas:
mayormente maíz, papa, frijol ver-
de, entre otros. Según los adultos
Tradicional estufa de carbón
mayores, para esa época no exis-
tían más que tres tiendas: La de
don Roberto Giral, la de don Luis
Giral, en el actual Kangaroo, y la
de doña Trina, una cuadra arriba
frente al icónico café Eureka. Es-
tas tiendas proveían a las familias
tenjanas de lo que el suelo de sus
huertas no podía: panela, arroz,
utensilios de aseo como el jabón
mío, e inclusive cerveza.
Dejo a los lectores la posibilidad
de establecer en cuál de estas dos
categorías se puede definir lo que
se cocinaba en la época, aunque el
placer de comprender estas recetas
radica en la capacidad de adapta-
ción y la creatividad de las mujeres
para alimentar familias numerosas
en un época en la que no existía ni
la luz ni el gas sino la leña.
El arte de encender el fogón
 19
La vida en Tenjo y sus alrededores
La vida en Tenjo no era fácil: el
dinero era escaso y el jornal arduo:
Los hombres en el campo y las mu-
jeres en la cocina. En los 50s y 60s,
Tenjo era un municipio agrario en
el que las actividades del campo
como el cultivo y la crianza de los
animales demandaban la mayor
parte del día. El pueblo era peque-
ño, “apenas un par de cuadras” y lo
que se conoce como el sector del
polideportivo, eran grandes exten-
siones de cultivos de cebolla. Las
calles eran de piedra o caminos
destapados y, por lo tanto, coci-
nar requería mantener el fogón ar-
diendo todo el día para garantizar
las tres comidas básicas y uno que
otro bocadillo para agarrar fuerzas.
El día empezaba temprano, se
trabajaba duro hasta el almuerzo y
se seguía trabajando hasta la hora
de la comida. Se acostaban tem-
prano para reponer energías y ma-
drugar nuevamente. La comida re-
unía y el trabajo en su preparación
era distribuido, los hombres y los
niños ayudaban a cultivar la tie-
rra y criar el ganado, mientras que
las mujeres y las niñas arrancaban
de la huerta, preparaban y conser-
vaban el alimento, pues, aunque
las niñas también ayudaban en la
crianza de los animales y el cuida-
do de la huerta, aprender a cocinar
era un imperante. En una época en
la que casi no existían los produc-
tos procesados, todo se preparaba
en la casa, desde las arepas para el
desayuno hasta las papas para la
comida, lo cual requería esfuerzo,
pues los dispositivos para moler y
cocer aún eran manuales.
Del fogón de laja a la estu-
fa de leña
La memoria de los adultos re-
corre un tramo largo de cambios e
innovaciones que van desde la rus-
ticidad hasta las maravillas tecno-
lógicas. Cocinar era una actividad
demandante que requería que los
niños e inclusive las mujeres, re-
colectaran la leña para prender el
fogón en donde se cocerían los ali-
mentos. En principio este fogón no
era más que tres piedras o lajas que
se ponían de tal forma que sobre
ellas se pudiera poner una olla, y
por debajo se ponía madera y viru-
ta para prender el fuego. Las lajas
tenían no solo la responsabilidad
de sostener la olla sino también de
proteger el fuego del viento. Con el
tiempo aparecieron en los hogares
 20
La chucula, turra o tuca
El chocolate de harina
Las autóctonas arepas de queso en hoja de Chisgua
tenjanos las tradicionales estufas
de carbón, unas estufas grandes de
hierro que tienen un compartimen-
to para la leña, otro para mantener
el agua caliente, un horno, unos
anillos para regular la temperatu-
ra de los fogones y un buitrón por
donde sale el humo gris de la leña
crepitante. La estufa de leña fue
una de las grandes innovaciones
que contribuyó a la preparación de
la comida de las familias tenjanas.
El Desayuno
Quizás la comida más importan-
te del día y una de las que más re-
quería esfuerzo para prepararse. El
desayuno se tomaba temprano en la
mañana, entre las 6 a.m. y las 8 a.m.
o a veces más temprano en las fincas
donde se tenían obreros. Constaba
generalmente de caldo de papa con
costilla o morroca de vaca, changua
con maíz tostado, mute, mazamorra
dulce, chocolate de harina o coladas
y envuelto o arepa, que se hacían
en grandes cantidades y se guarda-
ban en un canasto cubierto que se
colgaba en lo alto de la cocina para
que los niños Buena muela no se los
comieran. Los huevos y el queso no
hacían parte del desayuno, ya que
estos se vendían, el pan tampoco,
pues no había panaderías y en raras
ocasiones se hacía en el horno de la
estufa de leña.
 21
La chucula, turras o tucas, el cho-
colate de harina
Como las familias eran gran-
des, el chocolate se preparaba en
leche de vaca o agua y se rendía
con la chucula, que es una bola he-
cha de la harina de diferentes gra-
nos molidos y algunos tostados:
maíz, habas, fríjoles, cebada, arve-
ja, trigo y garbanzo, mezclados con
panela derretida (melao), canela y
granos de cacao.
El Almuerzo
A la mesa se sentaban todos
a descansar del trabajo de la ma-
ñana y a reponer las energías gas-
tadas. El almuerzo se servía entre
las 12 m y la 1 pm y se comían di-
ferentes sopas cuya base era el
maíz; sopa de pintado2 [pĩn’tao],
mazamorra de piste, cuchuco de
maíz; yuca, guatila, plátano verde
o asado, trigo (en vez de arroz) y se
tomaba guarapo o agua de panela.
También se comía en algunas oca-
siones carne.
La Comida
El último alimento del día y
con el que se prepara el cuerpo
para ir a dormir: en ocasiones era
algo pequeño y en otras se comía
2.
Maíz tostado ligeramente en el que su corteza adquiere colores marrones no homogéneos.
3.
Arepa de gran tamaño, cuya medida va desde el inicio del cuello hasta el ombligo.
4.
Arepa hecha de masa de harina de trigo, cuya consistencia de la masa es líquida.
casi un almuerzo para reponerse
del trajín del jornal. Se tomaba en-
tre las 5 p.m. y las 7 p.m. En Chi-
tasugá se comía arepas de maíz o
quisbones3, o envueltos con guara-
po, mientras que las personas de
Chitasugá acostumbraban a comer
pasta, arroz, papa, lentejas o fríjo-
les y agua de panela.
Las Nueves y las Onces
Las nueves son una especie de
tentempié o refrigerio que se toma
entre las 9 a.m. y las 11 a.m. mien-
tras que las onces se toman en la
tarde, a eso de las 4:30 p.m. o 5 p.m.
En La Punta, algunos dijeron que
en las nueves no se comía nada y
otros afirmaron que se comía un
pedazo grande de queso con gua-
rapo, y en las onces se comían
los abagoes, que eran unas papas
grandes, preparadas con queso,
cebolla y tomate. Para el grupo de
La Punta, solo se tomaban onces y
estas eran generalmente, pan con
chocolate, arepa o arepuela4.
Puntalito o puntal
Este es un refrigerio que se
acostumbraba a tomar en el campo,
consistía en papas y aguapanela.
 22
Las comidas eran diversas y
representaban un desafío para las
mujeres, pues ellas eran quienes
tenían que preparar los alimentos.
Las huertas eran espacios que la
gran mayoría de las casas tenían,
pues como se explicó previamen-
te, no existían sino tres tiendas,
no había panaderías ni supermer-
cados a los que acudir, por lo que
la preparación de las comidas em-
pezaba en los cultivos y terminaba
en las ollas 40 y estufas de carbón.
Quizás uno de los cultivos más
importantes para los tenjanos de
la época retratada era el maíz, un
cereal que era transformado en
El sabor de la chicha de Doña “Carmencita”
diversos alimentos como la base
para la preparación de amasijos,
sopas y bebidas.
El maíz, un alimento esencial
El maíz era uno de los cultivos
más representativos e importantes
para el sustento de los tenjanos, ya
que de este se derivaban la mayo-
ría de los alimentos preparados por
las familias. Sus granos se pueden
usar crudos, tostar o pintar al fuego
para hacer, desde harinas molidas
en mortero o molino de mano para
la elaboración de amasijos y sopas,
hasta bebidas fermentadas como la
chicha y el guarapo: el maíz era un
alimento versátil que no podía fal-
tar en la cocina.
Don Numael y Doña Lula, anfitriones excepcionales
 23
Reunirse en torno al fogón de
leña y preparar un chocolate de ha-
rina con unas arepas de maíz con
queso fue una de las experiencias
compartidas con los adultos. El
maíz se permite moldear de diver-
sas formas y se acopla con facilidad
a la alacena de la familias, tal vez
por esto las arepas eran tan icóni-
cas en el desayuno de los tenjanos.
Para la preparación
de las arepas se necesita
harina de maíz, mante-
quilla o margarina y que-
so doble crema. Para el
chocolate, tucas o chucu-
la, leche y chocolate en
pastilla… y paciencia…
porque mientras están
las arepas se disfruta de
una buena conversación
o de un chico de rana.
El Maná, el hijo de la chicha5
De la versatilidad del maíz para
la preparación de bebidas fermen-
tadas, surge el maná que es el ba-
gazo resultante de la elaboración
de la chicha, una bebida hecha con
maíz porva, panela y miel de caña.
A esta semilla se le añade agua,
panela y miel para que el azúcar
ayude a fermentar el maíz, dando
como resultado una bebida ligera
5.
Expresión utilizada por doña Rosita Martínez.
de color café: el guarapo es una
bebida utilizada por los obreros y
las familias del campo para pasar
la sed del trabajo al rayo del sol.
Existen varios tipos de guarapo,
que pueden definirse por su nivel
de fermentación: desde el señori-
tero o suavecito hasta el bien fer-
mentado.
La chicha, al ser una bebida
fermentada tiene el poder de re-
unir a lo amigos, de aflorar histo-
rias divertidas y de sonsacar una
sonrisa. En Tenjo, las personas se
reunían en las chicherías a hablar
y tomar o, mejor dicho, a pegársela
y seguirla.
Dato curioso
La tradicional bebida indígena
utilizada en la conmemoración de
ceremonias y rituales, rápidamen-
te se instauró a lo largo del país
en la época de la colonia. Cuenta
la leyenda muisca que la chicha
fue descubierta por una mujer que
desesperada por el castigo que re-
cibiría al serle infiel a su compa-
ñero, decidió huir a la laguna de
Guatavita en donde solo encontró
el fermento del maíz a la ladera de
la laguna. Se dice que está bebida,
gracias a su sabor dulce y fermen-
tado se popularizó entre los indí-
genas para escapar de la rutina.
 24
Un poco de historia
Durante6 la colonia se hicieron
populares las famosas chicherías,
una especie de tienda en donde se
vendía esta bebida, ya que, debido
al bajo costo de su producción, la
chicha se preparaba en pequeñas
fabricas o en casas en condiciones
poco salubres, por lo que era nor-
mal encontrar insectos en ella, o
incluso, algunos en vez de moler
los granos, los mascaban como los
indígenas, ya que se creía que esto
aceleraba el proceso de fermen-
tación y le daba mejor sabor. Se
cuenta que en Bogotá para el siglo
XIX existían cerca de 800 chiche-
rías y se llegaban a tomar cerca de
50 millones de litros por año, so-
brepasando las reservas de agua.
En algún momento se pensó que la
chicha era mala para la sociedad,
pues las personas se embriagaban
y terminaban hablando más de la
cuenta u ocasionado problemas.
Aun con todo el alboroto alrededor
Sagú
6
. Tomado de: https://bogota.gov.co/mi-ciudad/la-chicha-la-bebida-de-los-dioses-se-traslado-la-cultu-
ra-bogotana
de la chicha y las singulares con-
ductas que afloraba en los borra-
chos, esta se instauró en la cultura
colombiana y hace parte del acervo
cultural tenjano.
La harina de maíz, un ali-
mento nutritivo
Es fascinante ver como el maíz
puede proveer tantos alimentos; su
preparación es sencilla y las com-
binaciones son varias: En Tenjo se
solía preparar el tradicional Sagú,
una especie de papilla hecha con
harina de maíz pintado, leche y ca-
nela. El Sagú es popular en la dieta
de los niños pequeños, y aunque
parece una colada, se caracteriza
por las yotas o grumos que quedan
al arrojar la harina sobre la leche
caliente sin revolver. La experien-
cia al probarlo es única, pues deja
en el paladar una sensación a maíz
con un toque dulce, producto del
azúcar. Sin duda alguna, ¡lo más
singular de este platillo es masti-
car las yotas de harina!
Harina de maíz pintao’
 25

La cocina tenjana en las manos creativas

de las mujeres

La cocina tenjana, como ya se

ha dicho en varias ocasiones, es un
asunto de la creatividad y la recur-
sividad de las mujeres, ya que las
recetas que describieron no tienen
la condición de “seguirse al pie de
la letra” sino que cumplen la ca-
racterística de ser levemente alte-
radas con lo que se encontrara en
la huerta o en la despensa, lo que
pone en evidencia el carisma de
las mujeres y su astucia para ali-
mentar a sus familias, valiéndose
de lo que tenían sin complicarse
por la carencia de algo, sin afectar
(en exceso) lo tradicional de las re-
cetas. A continuación, encontraras
algunas de las preparaciones más
emblemáticas consumidas por las
familias tenjanas consignadas en
una pequeña bitácora titulada El
libro de las recetas.

Amasar para asar

El arte de hacer arepas
Sabores y saberes de mi pueblo. Lo
que dejamos de hacer, ¿cómo era y
cómo se hacía? Dic. 16 de 2021
 26

El libro de
las recetas
Cuchuco de maíz
El Cuchuco de maíz es una de
las sopas más conmemorativas de
la gastronomía tenjana e inclusi-
ve del departamento. Para su pre-
paración se requiere moler el maíz
blando amarillo para convertirlo en
trozos más pequeños que luego son
lavados para sacar las impurezas
o mugre que pueda tener el gra-
no. Una vez se tiene listo el maíz
troceado, se pone a hervir hasta
que esté blando y luego se le aña-
den diferentes cereales y verduras
como habas, tallos, cebolla, ajo, ci-
lantro, sal al gusto, papas criollas y
un hueso o espinazo de vaca o de
cerdo. A continuación, encontrarás
la receta para 5 personas.

Ingredientes
Abundante agua
1 taza de cuchuco de maíz.
5 trozos de costilla de res o de cerdo
1 rama de cilantro
1 gajo de cebolla
1 taza de arveja verde
1 taza de habas frescas
1 taza de fríjoles verdes
papa criolla picada
1 diente de ajo machacado
Sal al gusto
 27

Mazamorra de piste

La mazamorra de piste es una el maíz y se muele, y se pasa por

sopa de preparación similar al cu-
chuco. Don Alfonso Zapata en su
libro Tenjo en Palabras, cuenta que
la sopa de piste se hace con maíz
porva partido dejado fermentar en-
tre 12 a 15 días en un olla de ties-
to. Tras su fermentación se lava
un cedazo. La masa obtenida se
mezcla con un caldo que lleva la
sustancia de un hueso con carne,
ajos, cebolla, habas, cilantro y sal
al gusto. A continuación, encontra-
rás la receta para 5 personas.

Ingredientes

1/2 zanahoria
1 taza de maíz de piste
1 taza de arvejas verdes
1 taza de habas frescas
1 taza de fríjoles verdes
Papa sabanera al gusto
5 trozos de hueso carnudo
Tallos picados
Sal
1 diente de ajo
Cebolla al gusto
 28

Sopa de pintón

Como su nombre lo indica, la pintón es sencilla: se debe pin-

sopa de pintón se prepara con
maíz que ha adquirido unas pin-
tas marrón con el calor del fuego.
Hay que aclarar que no es un maíz
tostado sino tocado por el fuego,
lo que le da su color característi-
co. La preparación de la sopa de
tar el maíz y molerlo, y una vez
se tenga los demás ingredientes
bullendo en la olla como arvejas,
habas, fríjoles, papas, se disuel-
ve la harina en la preparación. A
continuación, encontrarás la re-
ceta para 5 personas.

Ingredientes

Maíz blando amarillo

1 taza de arvejas verdes
1 taza de fríjoles verdes
1 taza de habas frescas
Papa sabanera o pastusa (2 libras aprox.)
Papa criolla (1 libra aprox.)
Cebolla al gusto
Ajo al gusto
Sal al gusto
 29

Mazamorra dulce

será esclarada para ser integra-

Un manjar delicioso preparado
da poco a poco en la aguapanela
con maíz. Su preparación consiste
hasta obtener la textura deseada
en preparar una aguapanela con
sin grumos. La mazamorra dulce
canela y en caso de que se quiera,
puede acompañarse con pan o con
clavos. Para el maíz se debe mo-
arepa. A continuación, encontrarás
ler y preparar una maza que luego
la receta para 5 personas.

Ingredientes

1/2 libra de maíz porva

2 astillas de canela
1/4 de panela
5 tazas de agua
Clavos (opcional)
Queso campesino o doble crema al gusto
 30
Ajiaco
El ajiaco es una sopa típica
del altiplano cundiboyacen-
se que se hace con varios
almidones como la papa y
la arracacha. La preparación
del ajiaco consiste en alis-
tar y lavar bien los cereales
y verduras que va a llevar,
poniéndolos luego a hervir a
fuego lento para que se co-
Ingredientes
cinen todos los ingredien-
tes. El ajiaco que se prepara
en Tenjo tiene lo siguiente:
papa criolla, pastusa o de
año, arveja, zanahoria, yuca,
guascas, mazorca y pollo, se
puede servir acompañado de
alcaparras o crema de leche.
A continuación, encontrarás
la receta para 5 personas.
Papa criolla
Papa pastusa
1/2 Arracacha
1 taza de Arvejas
1/2 Yuca
Guascas al gusto
5 trozos de mazorca
Cilantro al gusto
Ajo al gusto
Sal al gusto
5 presas o pechuga de pollo
 31
Morcilla
Es uno de los embutidos más
populares de la región cundina-
marqués y en Tenjo no es la excep-
ción. En Tenjo aún hay restauran-
tes que preparan este platillo de
forma rústica o artesanal: Yendo
hacia El Estanco, en la puente, en
la tienda de doña Lilia, cerca al ce-
menterio, en la vereda Santa Cruz,
cerca al colegio departamental,
etc. E inclusive en La Punta. Doña
Carmen Valbuena, quien hace al-
gunos años tuvo un negocio de
“pelanga” y dedicó gran parte de
su vida a preparar morcilla cuenta
como hace unos años su casa fue
una cocina, de las tradicionales de
leña en la que se embutían hasta
300 tripas por tarde. La prepara-
ción de la morcilla consiste en la-
var bien las tripas, luego cocinar
Ingredientes
Tripas de cerdo
Sangre fresca de cerdo
Arroz blanco
Mucha cebolla larga
Mucho poleo
Arveja verde fresca
Sal al gusto
el arroz con todos los ingredien-
tes, cuando se tenga el arroz con
la cebolla y la arveja, se le pone
a esta preparación (fría) la sangre
y se comienza a rellenar las tripas
del cerdo, amarrando con fique los
extremos de la morcilla, una vez se
tienen las tripas rellenas, se pone
a hervir agua y se dejan cocinar a
fuego lento por más o menos unos
45 minutos. En algunos casos se
suele hervir el agua con un caldo
hecho de las menudencias del cer-
do. Doña Carmen explica que no
se le debe poner ajos a la morcilla
porque se revientan. Las morcillas
se pueden hacer con tripas delga-
das o con tripas gruesas, e inclu-
sive con el estómago del cerdo,
llamado Obispo. A Continuación
encontrarás la receta.
 32
Chicharrón
Otra de las preparaciones tra-
dicionales de la gastronomía ten-
jana es el chicharrón. Doña Car-
men, experta en la preparación de
estos productos derivados del cer-
do explica que existen dos tipos de
chicharrón: el chicharrón corcho y
el chicharrón duro. El chicharrón
corcho es crujiente y se obtiene al
dejar poca grasa y queda con unos
cuadros peculiares al reventar en
la manteca. Se le llama corcho por-
que no es duro sino más bien sua-
ve. Para la segunda preparación,
se debe dejar delgadita la piel y
sofreír hasta que quede tieso, tras
esto se debe dejar secar al sol por
unos ocho días. Su sabor puede
gustar o desagradar. Y para bajar
la grasa, se recomienda ¡un buen
trago de aguardiente!
 33

Arepas de maíz porva

Son arepas amarillas hechas
con el grano seco de la mazorca,
del mismo con el que se hacen las
arepas boyacenses. Para preparar
arepas de maíz porva se aconseja
pelar el maíz con la famosa lejía,
una preparación hecha con agua y
ceniza de madera, o agua y cal que
se pone a hervir y esta ablanda la
cáscara del maíz. La lejía también
es popular como abono. Cuando se
tiene el maíz pelado, se lava bien,
se muele y se hace la masa con
mantequilla y sal al gusto, al asar-
se la arepa, se abre y se le pone un
pedazo de queso y se deja cocinar
otro rato. A continuación, encon-
trarás la receta para 5 personas.

Ingredientes

Maíz porva (suficiente para obtener una libra de harina

Lejía de carbón de leña o cal
1/4 de mantequilla
1 libra de queso campesino
Sal al gusto

Estas fueron algunas de las recetas más emblemáticas de la gastro-

nomía tenjana. A continuación, encontrarás algunas recetas inusuales
que han desaparecido o están a punto de hacerlo.
 Algunas recetas que
se dejaron de hacer

La culinaria tenjana es diversa y estaba compuesta de una variedad

de sopas y de platillos que debido al tiempo requerido para su prepara-
ción dejaron de cocinarse. A continuación, encontrarás algunas de esas
recetas que existen en la memoria y el paladar de los adultos mayores.

La sopa seca
La sopa seca sirve como desa-
yuno, aunque también como co-
mida. Su preparación consiste en
poner en una sartén un pocillo de
leche y cuando ya esté caliente se
le agregan tres huevos enteros,
trozos de almojábana, queso ralla-
do y sobre el queso una capa de
calados partidos, y sobre estos,
otra capa de queso. Luego se tapa
hasta que seque y se sirve calien-
te. Receta de don Gamaliel Zapata.

Ingredientes
1 pocillo de leche
3 huevos frescos
3 almojábanas
3 calados
1/2 libra de queso campesino
 35

La sopa de pichón
Esta sopa se prepara con la san- gajo de cebolla larga y sal al gusto.
gre coagulada de la res. Para hacer Se debe dejar secar a fuego lento y
esta sopa, se debe cortar los coá- se sirve con arroz. Receta de doña
gulos en trozos pequeños (cubos) María Aurora Santana.
se les saca el líquido o suero que
sueltan y se ponen a hervir con un

Ingredientes
2 litros de sangre de res
1 gajo de cebolla larga
1 pizca de sal
 36

La sopa de indios
Esta sopa tiene unas figuritas
hechas con los dedos conocidos
como indios. Su preparación con-
siste en dejar remojando el maíz
con un día de anterioridad y mo-
lerlo. Con la harina de maíz debe
hacerse una masa con agua, man-
teca, cebolla y sal. Con esta masa
se hacen con los dedos los ‘indios’
y se envuelven en hojas de repo-
llo y se amarran. Aparte, en una
olla se hace un caldo con coles
picadas, papa pepina, zanahoria,
hueso de res o de cerdo, fríjol y
garbanzo verde, y cuando la olla
ya esté hirviendo, se echan los in-
dios a cocinar en el caldo por unos
10 minutos y se sirve con una pu-
ñada de cilantro. Receta de doña
Rosa Sánchez.

Ingredientes
1/2 libra de harina o maíz suficiente
para obtener la porción requerida
Manteca
1 ramita de poleo
1 gajo de cebolla
8 hojas de repollo
Hueso de res o de cerdo
5 papas pepinas
Fríjol verde al gusto
Garbanzo verde al gusto
Sal y pimienta al gusto
Cilantro fresco
 37
Arepas a la laja
Las arepas a la laja son la tra-
dicional forma de preparar las are-
pas que comúnmente conocemos
solo que estas tienen el sabor ca-
racterístico del humo que se les va
pegando por el calor que el fuego
de leña reparte por debajo de la
laja o piedra en la que son coci-
nadas. Para hacer estas arepas se
debe hacer el fogón de laja, poner
Los olores y las texturas nos
hicieron recorrer un mundo de
sensaciones culinarias en las que
la nariz y el paladar pudieron ser
reconquistados por los sabores del
Tenjo campesino. La memoria nos
una piedra de río sobre el fogón
(en vez de la olla) y poner las are-
pas que se pueden hacer como las
descritas en la experiencia, harina,
mantequilla, queso doble crema,
agua, sal y hojas de chisgua, en las
que se cocerán las arepas.
llevó por rutas laberínticas en las
que los recuerdos del olor a humo
impregnándose en la ropa, la masa
adhiriéndose en los dedos y el ca-
lor de las personas nos acercó a
las costumbres de la época.
 38

Matas que sanan

Comprensiones del cuerpo y la salud
El arte del cuidado del cuerpo y la salud
 39

La discordia, hija del pecado, fue la primera que introdujo la

muerte entre los irracionales por medio de una feroz anti-
patía, y se encendió la guerra entre bruto y bruto, entre ave
y ave, entre pescado y pescado, devorándose unos a otros,
olvidados de su pasto, y perdido el temor al Hombre, de
quien huían, o a quien con gesto amenazador veían pasar,
clavando en él aviesas miradas. (Milton, 1667, pág. 247)

Algunas salvedades ¿Qué es la medicina

Como ya se ha dicho, el mu-
nicipio de Tenjo para los 50s y 60s
era un municipio rural en el que
la vida era dedicada al trabajo del
campo y obtener el alimento para
las familias. En aquella época no
existían hospitales, ni centros
de salud, aunque si había médi-
cos, pero debido al alto costo, la
mayoría de las familias no podía
permitírselo por lo que los niños
desde pequeños aprendían de sus
madres o de sus hermanos mayo-
res a reconocer las plantas que
había en el territorio y a aplicar
remedios que les ayudarán a ali-
viar el malestar.
ancestral?
La medicina ancestral es un
conjunto de técnicas y conoci-
mientos aplicados en la búsqueda
del bienestar físico y mental. En
Colombia la medicina ancestral,
también conocida como medicina
campesina juega un papel funda-
mental debido a las condiciones
sociales y culturales del país. De
acuerdo con la Radio Nacional, la
ruralidad y las dificultades para
acceder a la medicina han hecho
que las comunidades que viven en
el campo se apropien de “hierbas y
productos de fácil acceso para cu-
rar los males.” Además, la medicina
tradicional tiene un vínculo cerca-
no con la tierra, por lo que sus por-
tadores poseen una conexión con
la naturaleza y deben entenderse
como sujetos de conocimiento. Así,
la medicina ancestral es un refle-
 40
jo de las condicionas geográficas y
de la capacidad de adaptación que
posee el ser humano.
Un poco de historia
Apolo, también conocido como
Alexikako (males), era el dios grie-
go que curaba las heridas de los
dioses del Olimpo con una raíz de
peonia. Apolo transmitió sus cono-
cimientos medicinales al centauro
Quirón (hijo de saturno) encargado
de criar a los grandes héroes, en-
tre ellos Asclepio (Esculapio) hijo
de Apolo y del amor prohibido con
Coronis, razón por la que fue aban-
donado y criado por una cabra y
un perro en una montaña. Escula-
pio desde niño mostró habilidades
para curar a los campesinos, e in-
clusive a las sombras que se me-
cían en el Hades, causando así la
furia del dios Zeus, quien lo des-
truyó con un rayo. Asclepio se re-
presenta sentado empuñando una
vara por la que trepa enrollada una
serpiente, símbolo de la salud.
Al igual que su padre Asclepio,
Hygieia y Panacea también cura-
ban las personas: Hygieia es una
mujer fuerte, joven y bella que sos-
tiene una copa y por cuyo brazo se
enrosca una serpiente dirigiéndo-
se a esta como símbolo de la vida.
7
El paraíso perdido. Obra del poeta inglés John Milton (1667)
Su nombre es sinónimo de higiene,
mientras que Panacea es la diosa
de la medicina y la restauración. A
partir de estas comprensiones, la
salud y la medicina están vincula-
das estrechamente la una a la otra.
Tenjo, un territorio de
plantas medicinales
La medicina tradicional tenja-
na podría remontarse a la época
del brillante Apolo, quien curaba
los males del Olimpo con la raíz de
una planta. Pues bien, la medicina
ancestral que aún se practica en el
municipio es producto del entendi-
miento de las plantas que crecen en
el territorio y de años de transmitir
estos conocimientos de generación
en generación para aliviar los males
y los dolores que aquejan el cuerpo,
quizás, como afirma Milton7, desde
el momento en que Eva probó el
fruto prohibido y dejamos de ser
seres inmortales. A continuación,
encontrarás algunas de las plantas
medicinales más representativas
del suelo y el monte tenjano junto
con sus beneficios.
 41

Nombre Preparación Uso Modo de uso

Agua de panela Infusión Cólicos Beber la
con limón infusión
Ajos Dientes de ajo Parásitos Comer un par
de dientes
Arrayán Infusión en Diarrea Beber la
agua infusión
Cabello de Infusión en Cistitis Beber la
mazorca y cola agua infusión
de caballo
Caléndula Infusión en Heridas e Compresas
agua infecciones con un paño o
cataplasma
Cascabelillo Infusión en Descontrol Beber la
agua hormonal infusión
ocasionado
por la
menopausia
Cidrón Infusión en Nervios Beber la
agua infusión
Diente de león Infusión en Dolor de Beber la
agua riñones infusión
Guayaba Infusión en Diarrea Beber la
agua infusión
Hierbabuena Infusión en Dolor de Beber la
agua estómago infusión
Hierbabuena Hojas Cólicos- mal Masticar la
aliento hoja
Hinojo Infusión en Ojos lavar el área
agua
Lengua de vaca Infusión en Caída del Lavar el cabello
agua cabello (tónico)
 42

Nombre Preparación Uso Modo de uso

Mazorcas del Infusión en Intoxicación Beber la
yanten con hoja agua infusión
Paico Zumo Parásitos Beber el zumo
Palitaria Infusión en Fiebre Compresas con
agua un paño
Papas Rodajas de Dolor de Poner sobre la
papa cabeza frente
Perejil Infusión en Adelgazar- Beber la
agua dolor de infusión
estómago
Perejil liso Infusión en Problemas Beber la
agua del corazón infusión
Romero Infusion en Dolor de Hacer buches
agua garganta-
sensibilidad
en las encías
Sábila Cristales Dolor de Poner sobre la
cabeza frente
Sábila con Cristales Beber la
panela Bronquitis preparación
Sauco Infusión en Tos Beber la
agua infusión
Suelda Infusión en Fortalecer los Compresas con
consuelda agua huesos un paño
Toronjil Infusión en Problemas Beber la
agua del corazón infusión
Yanten Infusión en Dolor en los Beber la
agua riñones infusión
 43

Los conocimientos sobre medi- se pueden hacer infusiones con al-

cina ancestral, tradicional o cam-
pesina son amplios y sus portado-
res son libros vivientes, boticarios
expertos en curar el dolor de estó-
mago y aliviar el dolor de muela,
aunque (a veces) para el dolor de
muela había que ir a donde el doc-
tor Rene.
Preparaciones más comunes
Zumo
Procedimiento que consiste en
extraer la savia de la planta sin utili-
zar ningún tipo de líquido adicional.
Cataplasmas
Es el proceso de macerar la
parte de la planta (mayormente la
hoja) para utilizarlo como ungüen-
to y ponerse de forma directa so-
bre la zona afectada.
cohol o aceite.
Bebida
Tal vez el uso más común de las
infusiones: tomarse como un agua
aromática.
Compresa
Aunque no es propiamente una
preparación, si es una aplicación de
las infusiones. Para su uso, se utiliza
un paño limpio y se pone sobre el
área afectada.
Tónico
Consiste en aplicar la infusión
sobre una parte del cuerpo que se
ha visto afectada para mejorar su
vitalidad como la piel o el cabello.

Infusiones
Consiste en aprovechar los com-
El arte de recetar. Doña Mercedes Pulido
ponentes químicos de un planta y Doña Irene Munar
que puede o no ser medicinal. Para
este proceso, se le agrega agua ca-
liente a las hojas, flores, raíces o
cortezas, o semillas de la planta, o
poniéndolas en agua caliente sin
que esta llegue a hervir. También
 44
Las madres y los bebés. Lo místico de la
cultura tenjana
En la época descrita por los
adultos mayores, la mujer gestan-
te y el bebé eran criaturas frágiles
que debían cuidarse y protegerse
de la intemperie del clima y de las
energías de las otras personas. El
tiempo ha cambiado algunas de
estas prácticas y rituales; no obs-
tante, es valioso hacer una recons-
trucción de las creencias que se
tejían en torno al embarazo y la
maternidad, ya que antes los par-
tos eran atendidos por parteras
como doña Evangelina Castañeda,
doña Anarrita, o doña Isaura.
La experiencia boticaria, plantas
medicinales del territorio
Varios son los remedios y cui-
dados que debían tener las muje-
res durante y después del embara-
zo, ya que de no cuidarse podían
poner en riesgo su propia integri-
dad y la del bebé. Algunos de los
remedios más comunes fueron el
Agua de Manzanilla para acelerar
el parto; Huevos tibios con Ruda
para fortalecer la matriz después
del parto; Aguapanela con Hinojo o
Agua de garbanzo con Hinojo para
producir leche materna. Además,
las mujeres debían guardar reposo
por cuarenta días, tiempo conoci-
do como Dieta, ya que de lo con-
trario podía darles Recaída, una
enfermedad que afectaba la visión
de las madres y ponía en alto ries-
go su vida, por lo que las mujeres
no debían salir de sus casas, ni ha-
cer ningún tipo de actividad física,
como tampoco podían ir a misa, ni
poner a secar el sostén al sol por-
que se secaba la leche.
 45
En esa época las mujeres
debían guardar reposo duran-
te un mes, no tenían que salir
a nada ni recibir frío porque
se enfermaban […] los niños
eran envueltos en cobijas
hasta que ya estaban gran-
des. (Fragmento de la graba-
ción del 15 de diciembre de
2021- Lo místico en la cultura
tenjana, remedios y curas)
Los recién nacidos son un enig-
ma en la cultura tenjana y gran
parte del territorio colombiano;
las enfermedades que los achacan
siguen siendo un misterio para la
medicina convencional. A conti-
Sabores y saberes de mi pueblo. Lo místico en la cultura tenjana. Dic. 15 de 2021
8
Etapa del desarrollo físico y cognitivo del ser humano que va desde los cero a los dos años
nuación, encontrarás algunas de
las enfermedades más comunes
en los recién nacidos y/o bebés8.
El pujo
Es una enfermedad que afecta el
sistema digestivo. Se presenta cuan-
do el niño hace fuerza, tiene cólicos,
llora y se queja por el dolor. El pujo
se origina cuando “una muchacha los
alza con el periodo […] empiezan a pu-
jar y es […] la misma persona que
los alzó quien les quita el pujo.”
Frío de difunto
El frío de difunto es una afec-
tación que se da cuando una ma-
dre lactante acude a un velorio y el
niño tras amamantar adquiere el
“hielo del muerto.” Los síntomas
son diversos, aunque los más re-
 46
presentativos son la inapetencia y
las bajas temperaturas. Para quitar
este mal, se debe meter al niño en
el canal de una vaca recién sacri-
ficada, o hacer pasar varias veces
al menor por debajo de una vaca
negra, aunque ésta se secará.
Tucutucu
El tucutucu es una de las en-
fermedades más extrañas que
aquejan a los niños, pues la me-
moria de los adultos logró apenas
describir un fuerte dolor que se
presentaba en la boca del estó-
mago y cuyo remedio consiste en
tomar ruda con leche.
Sabores y saberes de mi pueblo. ¿Qué me daban
para el dolor? Dic. 20 de 2021
Cólicos
Los cólicos en los niños pe-
queños son muy comunes debido
a que su sistema digestivo se está
adaptando a los cambios en la die-
ta y a los microrganismos que con-
sumimos que ayudan a fortalecer
la flora intestinal. Para los cólicos,
los adultos recomiendan bañar la
barriga del bebé con agua de poleo
o darle aceite de ricino.
Mal de ojo
La mirada de las personas al
igual que el color de sus ojos pue-
de afectar los ojos del bebé, pro-
vocándole molestias estomacales
como diarrea, vómito, sarpullido
en la cabeza y lagañas en los ojos.
Para este mal se recomienda utili-
zar un azabache, una manilla reza-
da por una comunidad indígena que
advierte su presencia al reventarse
en la muñeca del niño. Y para cu-
rar el malestar se recomienda po-
ner sobre el ojo(s) afectados, ya sea
agua de pimpinela dejada al sere-
no, o usar botones de rosa blanca,
de las pequeñas.
 47
Descuajarse
La medicina convencional aún
no ha logrado descifrar en dónde
se ubica este mal, porque anató-
micamente no es posible ubicarlo.
Los médicos afirman que se debe a
una infección gastrointestinal que
con el paso de los días desaparece,
aunque en las creencias populares
se afirma que habiendo acudido al
médico y seguido sus indicaciones
el malestar no desaparece, por lo
que se debe acudir a un sobande-
ro, quien voltea al niño y nota que
una de sus piernas es ligeramen-
te más larga que la otra y hay una
“bola a un costado del estómago.”
Tras esto, el sobandero soba y faja
la barriga del bebé, quitando el
malestar que siente el niño.to d
Se les cae el buche[…] Vó-
mito, fiebre, soltura. Los po-
nen boca abajo y tiene una
pierna más larga de la otra
[…] Sobar y se les sube el
buchecito. (Fragmento de la
grabación del 22 de diciem-
bre de 2021.)
Pechuguera
La pechuguera es una tos fuer-
te que debe cuidarse poniendo un
pedazo de papel periódico calenta-
do con una plancha en el pecho o
en la espalda del niño para aflojar
las flemas, aunque nunca se debe
poner en ambas partes del cuerpo
al tiempo. También se les puede
amarrar una bayetilla roja, lo cual
ayudará a aflojar las flemas.
Otras creencias
Sobre los bebés se creían va-
rias cosas…como que respiran por
la fontanela; que si se les corta el
cabello antes de que aprendan a
hablar serán tartamudos; o que, si
se les prepara un baño con leche
tibia e hinojo, o cilantro y algo de
alcohol los bebés dormirán mejor;
o que si lloran mucho se les sale
el ombligo y hay que ponerles un
botón con el fajero para que este
vuelva a meterse.
Comprensiones sobre las plantas y el territorio
 48

Algunas creencias en los adultos. El cuerpo

se puede llegar a leer

Al igual que con las mujeres lo está generando, para muchas de

y los niños, el cuerpo de cualquier
persona encierra misterios que la
medicina ancestral ha buscado re-
solver, ya que cuando nos senti-
mos enfermos, buscamos la forma
de entender lo que nos pasa y qué
estas inquietudes la medicina mo-
derna tampoco ha encontrado una
explicación, por lo que a continua-
ción, encontrarás un paralelo sobre
algunas creencias sobre el cuerpo.

Síntoma o
Descripción Creencia popular Afirmación médica
Ardor en la boca del No comer ají o picante El ají protege la mucosa gástrica
estómago
Comidas irritantes para El pescado produce No hay evidencia científica
las heridas irritación en las heridas
El frío produce resfrío Existe predisposición al No hay evidencia científica
resfriado con la gripa
Fiebre con la salida de La salida de los dientes No está probado
los dientes de los bebés produce fiebre y dolor científicamente, se atribuye a
malos hábitos de manipulación
de la boca del bebé, lo que
produce infección.
La vitamina C ayuda a Consumir alimentos ricos Se ha probado que la vitamina
curar la gripa en vitamina C como la C no tiene ningún efecto en el
naranja tratamiento de los síntomas
del resfriado
Manchas en la cara Uso de anticonceptivos, Enfermedad hepática
enfermedad del hígado
Manos peladas Enfermedad del hígado Enfermedad de la piel
Piquiña en la nariz Bichos o parásitos No hay evidencia científica
Llagas en los labios Ser orinado por una araña Herpes labial
 49
Dato Curioso
La medicina campesina encie-
rra una serie de misterios que ni
siquiera la medicina moderna ha
logrado dilucidar por completo. En
Colombia, las personas han recurri-
do a la medicina tradicional porque
confían en ella y porque el acceso a
la salud como derecho constitucio-
nal es una novedad de finales del
siglo XX, ya que es hasta la consti-
tución política del 91 que se esta-
blece este derecho, pero solo hasta
1993 se hace realidad con la ley 100
en la que se busca garantizar el ac-
ceso a la salud a través del Sistema
General de Seguridad Social en Sa-
lud. La medicina tradicional ha pre-
servado la salud de las personas y
es por esta razón que la medicina
tradicional sigue latente en el te-
rritorio como parte de la cultura de
los tenjanos.
Las comprensiones sobre el
cuerpo y la salud, las creencias so-
bre la vida en el campo, los recién
nacidos y las mujeres embarazadas,
como también los discursos tradi-
cionales y científicos sobre la me-
dicina son los grandes deleites que
este capítulo abordó. Los adultos
mayores son portadores genuinos
de conocimientos ancestrales; su
relación con la tierra y con las plan-
tas son el reflejo de la capacidad
del ser humano para comprender y
adaptarse a las adversidades. Así,
movidos por el aroma de las plan-
tas aromáticas, embelesados por el
sabor y cautivados por un universo
de sentidos, de discursos y expe-
riencias, comprendimos que Tenjo
sigue siendo un territorio diverso y
rural en el que la medicina tradicio-
nal ocupa un lugar importante en la
cotidianidad de los tenjanos.
Comprensiones sobre las plantas y el territorio II
 Soy experiencias
50

Sensaciones y valores heredados

Experiencias y prácticas heredadas. Doña Blanca Nieves Martínez

 51

En realidad las identidades tienen que ver con las cues-

tiones referidas al uso de los recursos de la historia, la len-
gua y la cultura en el proceso de venir y no serlo, no “quié-
nes somos” o de “dónde venimos” sino en que podríamos
convertirnos, cómo nos han representado y como atañe ello
al modo como podría representarnos. (Hall, 1996, pág. 17)

¿Cómo podríamos enten-

Algunas salvedades
La cultura tenjana al igual que
cualquier otra cultura ha sido tras-
tocada por el tiempo, las costum-
bres y hábitos que en algún mo-
mento fueron consideradas únicas
y autóctonas de los habitantes del
municipio, ahora hacen parte de
los recuerdos, que, sacudidos por
la experiencia, develaron cambios
a los rituales y prácticas cultura-
les del territorio. La importancia
de comprender los cambios cultu-
rales de los tenjanos no radica en
el exotismo de ver con extraña-
miento las dinámicas de la época,
sino en apropiarse de discursos
que configuran lo que somos y nos
acercan a construir una visión más
rica y compleja de conceptos tan
abstractos como el de la Identidad.
Así, espero este capítulo logre in-
dagar en quiénes somos.
der la identidad?
El sociólogo Stuart Hall junto
con Paul du Gay (1996) en su libro,
Cuestiones de identidad cultural,
ponen en consideración el asunto
de la identidad como una amal-
gama entre lo que hacen los pue-
blos, lo que se dice de ellos, o lo
que ellos dicen de sí mismos. De
esta forma, se hace necesario ha-
blar de identidades en vez de una
sola identidad, ya que el término
recorre varias aristas a través del
proceso de Identificación, proceso
que puede entenderse como la re-
lación entre el sujeto y las prácti-
cas discursivas que construyen la
identidad: un proceso que solo es
posible desde el reconocimiento y
la diferencia con el otro, pues es
un modelado desde la compara-
ción y la diferencia, lo cual conlle-
va a un ejercicio de disparidad y de
dominio. Un claro ejemplo de esto
puede ser la dicotomía entre ser
hombre o mujer, o entre ser negro
o blanco.
 52
Por otra parte, la Identidad(es)
puede entenderse como uno o va-
rios relatos que funcionan como
una costura cohesiva que une los
discursos o las narrativas de los
pueblos con sus prácticas, este
proceso de la construcción de la
identidad nunca está completo por
lo que los sujetos pueden “ganar
o perder” preservar o abandonar
prácticas que constituyan su iden-
tidad. Ahora sí, habiendo abonado
el terreno de la identidad cultural,
espero que este capítulo siembre
dudas de manera fructífera, pues
hablar de nosotros es una activi-
dad inagotable, no solo como suje-
to sino como sociedad.
Usos sociales y rituales
Si hay algo que destaca al ser
humano es la capacidad de crear
signos, símbolos e iconos que le
permiten expresar sus pensamien-
tos, pues son producto de la razón,
y comunicarse con otros como as-
pecto esencial del ser humano. Va-
riadas son estas manifestaciones:
como la lengua y la escritura. Pero
existen producciones que pueden
recorrer el universo simbólico de
lo verbal y de lo no verbal: Carna-
vales, fiestas, días institucionaliza-
dos, prácticas cotidianas, en fin…,
un ramillete de posibilidades que
van desde la simpleza de suplir las
necesidades básicas, hasta com-
plejas manifestaciones ceremonia-
les que contribuyen al tan ya lla-
mado constructo de la identidad.
La experiencia de recetar
 53
Rito y ritual
Estas dos acepciones suelen
usarse de forma indiscriminada
como sinónimos, pero resulta que,
a pesar de sonar tan cercanas tie-
nen significados diferentes: El rito,
que proviene del latín Ritus hace
alusión a aquellas prácticas o cere-
monias que se repiten con el tiem-
po, generalmente son perpetua-
das por acciones enmarcadas en
un ámbito institucional. Son ritos
las fechas importantes como navi-
dad o año nuevo, e incluso, para el
caso de Tenjo, el festival de teatro
o el encuentro de poesía, aunque
con alteraciones en su ejecución,
que es lo que le compete al ritual.
La experiencia de recetar
Por lo tanto, el ritual son aquellas
acciones que se realizan en la eje-
cución del rito (de carácter simbó-
lico); lo que implica alteraciones o
preservaciones, dependiendo de las
prácticas culturales de los sujetos.
A continuación, encontrarás una se-
rie de ritos en los que se puede evi-
denciar cambios en los rituales, lo
cual no debe entenderse como alte-
ración, aunque si como una adapta-
ción. Vale la pena aclarar que esta
sección no se enfocará en festivales
o festividades sino en cuestiones
tangibles muy propias de la cultura
de los adultos mayores como lo son
su habla y sus prácticas sociales.
La experiencia de recetar
 54
Algunas expresiones, dichos y saberes
Los adultos mayores son un
testimonio fiel de que las lenguas
son seres vivos que evolucionan
con el paso de los años y que son
los usuarios (las personas) en so-
ciedad, quienes determinan cómo
usarse, añadiendo y suprimiendo
palabras, dichos y refranes. Por
supuesto, hay que considerar que
las lenguas manejan registros for-
Acabó hasta con la cama de la perra.
Hizo desorden por no tener cuidado.
Ahí sí, como la cuenta del gato.
A la moda de Santa Marta, cada quien
sirve y se jarta. Sírvase usted mismo.
Al que llega se le atiende. Usado para
que las visitas sean acomedidas.
Bien pandiados de chicha. Estar lleno
de chicha.
Como las arracachas. Usado para ha-
blar de personas con muchos hijos.
(Dios) Dar licencia para… Poder cumplir
lo propuesto (Relacionado con lo reli-
gioso)
De buena muela. Que tiene buen apeti-
to, que come harto.
males e informales, y es por lo
tanto en la informalidad en donde
más se ve su variación, pues en la
formalidad se procura preservar
su forma.
Aquí encontrarás algunas de
las palabras-expresiones utiliza-
das por los adultos mayores.
Deje la pena en el bolsillo. Deje la pena
a un lado.
Delicada como que se compran hue-
vos. Usada para hablar de alimentos
que se dañan fácil, para este caso, la
preparación de las morcillas.
Donde cabe la chicha cabe el cacao.
Comer (última comida del día)
El que la viste y la calza, viene’ otro y
se’ la alza. Para relaciones de pareja.
El que se afana se muere, y el que no,
también. Deje la prisa.
El que se emborrachaba con chicha o
guarapo, amanecía con el marrano. Se
usaba a modo de juego cuando se bebía.
Encantada de la pelota. Feliz y dichosa.
 55
Era la rabadilla. El hijo consentido.
Esto pa’ con esto. Saber para qué es…
tener relaciones sexuales.
Eso es subiendo a Monserrate. Utiliza-
do para referirse a un camino empinado.
Le causaba cuidado. Le causaba curio-
sidad, le llamaba la atención.
Le dieron toque hasta que amaneció.
Bailó toda la noche.
Levantar la nagua y ya. En la época
retratada por los adultos mayores, las
mujeres no usaban pantalón, e inclusi-
ve, algunas no usaban ropa interior, por
lo que esta expresión es usada para te-
ner relaciones sexuales con facilidad.
Llegar ligerítico. Llegar rápido, rinde el
camino.
Llevar del bulto. Verse afectado por
algo o llevar la peor parte de una situa-
ción.
Lloré como gallina culeca y pollos. Llo-
rar amargamente.
Más vale pájaro en mano que cinco vo-
lando. Es mejor tener algo seguro que
todo incierto.
Meterse a completarla. Entrar a una
tienda o chichería a seguir tomando.
Quedó como un mico. Ser mentiroso.
9
Cuenta la historia que un señor al vender su hacha convidó a tomar chicha al comprador con la
misma plata que el señor había pagado por el hacha.
¿Qué otra cosita? ¿Quiere algo más?
Se pone de oreja a oreja. Ponerse o me-
dirse de igual con otro.
Tome chicha que es de Soacha9. Invita-
da por quien la pagó.
Una caja de dientes en una vitrina. Per-
sona sonriente.
Un sorbo y mano a la presa. Se refiere
al acto de tener relaciones sexuales rá-
pidamente.
Ya estaban contando cuánto valía el
cajón. Parecía que se iba a morir.
¡Ya sé dónde poza la garza! Saber en
dónde están las cosas.
Yo si me he comido las habas que el
burro no se tragó. Haber tenido una
vida difícil.
Estos dichos y refranes, más
allá de constituirse en el conoci-
miento de los adultos mayores del
municipio, representan un mode-
lo de pensamiento, pues en ellos
se reflejan creencias y prácticas
como la devoción religiosa, la vida
en el campo, las fiestas y el com-
bite en las tiendas o chicherías,
entre otros.
 56
Estos dichos son brillantes y
están, además, cargados de imáge-
nes y de figuras retóricas como la
metáfora, figura en la que se esta-
blece de forma sutil una analogía
entre dos ideas o imágenes como
en el caso de Subiendo a Monse-
rrate, o Ya estaban contando cuán-
to valía el cajón. También tienen
símiles, cuya diferencia radica en
la comparación directa a través del
adverbio relativo como. Algunos
ejemplos de esta figura son Como
gallina culeca y pollos, o Como las
arracachas. También se hace uso
de anáforas, uso rítmico y repeti-
do de una o varias palabras, como
en esto pa’ con esto. La alegoría,
figura compleja que construye un
significado más profundo a partir
de asociaciones metafóricas, tal
es el caso de Tome chicha que es
de Soacha. El uso de hipérbaton,
como figura que altera el orden de
la oración con intenciones meló-
dicas o estéticas como en el caso
de El que la viste y la calza, viene’
otro y se’ la alza, en lugar de, el
que la viste y la calza, otro viene y
se la alza. Entre otras…
La jerga de los adultos mayores
es amplia así que a continuación
encontrarás algunas de las pala-
bras recogidas a lo largo de esta ex-
periencia, denominado el dicciona-
rio léxico de saberes, una sección
riquísima en palabras que están en
riesgo de desaparecer por desuso.
La experiencia de recetar
 57

Dicionario léxico
de saberes

Palabra Significado
m. Abagoe Papa gruesa
m. Amero Hoja que envuelve la mazorca
m. Apoyo Crema de leche hecha a mano con el último
chorro de leche de la ubre
f. Arteza Platón de madera sobre el que se amasaba la
harina de las arepas
v. tran. Avejigar Ponerse inflamado y con ampoyas
Adj. Aventado Tener gases o flatulencias
m. Azadonzadito La capacidad de carga de un azadón
m. Canoz Bizcocho de papa y maiz
v. intran. Cosianfirar Peinarse
f. Cuba Arepa pequeñita hecha con el último cuncho de
la masa
v. tran. Cegar trigo Cortar trigo
v. tran Charruscar Dejar quemar algun alimento.
m. Chiros Ropa
Adj. Chocho Persona amargada, aburrida o de mal humor
v. tran Dalear el gajo Doblar la rama
v. tran. Desagüar Lavar la cuajada
f. Enjalma Especie de silla utilizada principalmente
en burros
 58

Palabra Significado
v. tran. Escarmenar Sacar los pelitos del fique para utilizarlo como colador
v. tran. Esclarar Sacar el agua de la masa hasta dejarla clara. Lavar
la masa
f. Gordana Grasa sacada de las vísceras del ganado,
utilizada en la preparación de alimentos para
sofreír y sazonar
f. Guaca Entierro de dinero
m. Hunche Residuos o recado del maíz y otros cereales
que queda en el fondo de la olla, aludiendo a
la preparación de bebidas fermentadas como la
chicha o el masato
f. Jinchera Borrachera
v. intran. Joropiar Molestar
m. Leñazo Recibir o dar una golpiza con un palo
m. Llorones Fruto de la montaña con abundante agua
m. Maná La semilla de la chicha
v. tran. Manear Amarrar las patas traseras de la vaca antes del
proceso del ordeño
f. Melcocha o Dulce elaborado con panela y miel
m. batinillo
v. tran. Menester Necesitar algo
f. Miel gorda Miel espesa
f. Morroca Cabeza de la vaca
m. Obispo o buchacho El estómago del marrano utilizado como rellena
v. tran. Patiar Dejarse emborrachar por la chicha o el guarapo
Adj. Patitotiao Expresión utilizada para referirse a las ampollas que
dejaba el utilizar zapatos de caucho o andar descalzos
f. Pega El recado que queda adherido al fondo de la olla
 59

Palabra Significado
v. cop. Pegarse una perra Meterse una borrachera
m. Puntalito Hace alusión a un refrigerio compuesto de papas
y agua de panela
m. Recado Ingredientes que forman lo sólido de la sopa:
habas, arveja, papa, etc.
f. Rejera Recibir o dar una golpiza con un rejo
m. Rejo Pedazo de cuero sin curtir utilizado para amarrar
animales
m. Riche Papa pequeña
m. Ropaje Carpetas con las que se cubrían los canastos
donde se dejaban las arepas y los envueltos
f. Ruyas Forma dada con los dedos a la masa de la sopa de
indios
m. Saque Último chorro de leche de la ubre
f. Supía Grasa que suelta el chicharrón al ser freído. Este
queda en el fondo de la olla y es utilizado para
hacer los envueltos de rebanca
m. Tallos Hojas de col
m. Tego Filial al partido liberal
m. Trapiadito En vez de tomar un baño, utilizar un chiro o una
toalla para limpiarse (la cara y el cuello)
f. Turras o tucas10 Bolas hechas de granos de maíz, habas y harina
para hacer el chocolate de harina
m. Zurriago Rejo

10
Bola de cereales hecha de harina de maíz tostado, panela derretida, habas, fríjoles, cebada, arve-
ja, trigo, garbanzo, canela y granos de cacao.
 60
Prácticas en torno al juego y la bebida
En Tenjo es aún común en-
contrar espacios de esparcimiento
y diversión en torno a la bebida y
a los juegos tradicionales como la
rana y el tejo. En esta experiencia
acudimos a la tienda de don Cri-
santo, en la vereda de Churugua-
co alto para aprender a jugar tejo,
un espacio tranquilo y agradable
que nos recuerda lo autóctono de
estos juegos, al son de una bue-
na carranga y unos buenos tragos.
También estuvimos en la tienda de
doña Lula, en donde aprendimos a
hacer arepas y jugamos rana.
Historia del tejo
El tejo es el único deporte au-
tóctono colombiano, ya que, de
acuerdo con la secretaría de Cultu-
ra, Recreación y Deporte de Bogotá,
Doña Mercedes Casas
y el tejo
cerca de un 90% de los colombia-
nos ha jugado tejo alguna vez en su
vida. El tejo o turmequé se remonta
a más de 500 años atrás cuando los
Muiscas, habitantes de los departa-
mentos de Boyacá y Cundinamarca
popularizaron este juego.
Turmequé es un pueblo de Bo-
yacá que, en época de conquista
fue un importante centro de in-
tercambio o trueques entre indí-
genas, es aquí también donde se
propiciaban encuentros en torno a
este deporte, razón por la cual el
tejo también es conocido con el
nombre de este pueblo.
En la actualidad el tejo se juega
con un disco de metal, pero en la
colonia, el turmequé se jugaba con
La cancha de minitejo
 61

un disco de oro llamado Zepgua-

goscua, conseguido en el trueque
con otros pueblos indígenas. Como
el tejo es un deporte de competen-
cia, este se juega generalmente
en equipos, aunque en ocasiones
en pareja. Hay variedades y adap-
taciones de este ancestral depor-
te. Se suele jugar en una cancha
de 18m de largo en el que en cada
extremo de esta hay una cancha
de arcilla, y en ella, una “mecha” o
papeleta de pólvora que al ser gol-
peada por el tejo explota.

El minitejo es una adaptación

del tejo convencional, solo que su
tamaño es más reducido, en este
juegan generalmente las mujeres
o las personas que no tienen la
práctica o la fuerza suficiente para
jugar en la convencional cancha de
18m. Otra adaptación es el famoso
tejín o bocín, un círculo metálico
en la mitad de la cancha de arcilla
y cuyo propósito es el de meter el
tejo en medio de este círculo para
ganar seis puntos, en ocasiones se
ponen cuatro mechas en cruz alre-
dedor del bocín o solo una en la
parte de arriba, quien explote la
mayor cantidad de mechas gana.

Camenza y el tejo

Doña Aurora Forero y el tejo

 62
Reglas del tejo
El tejo es un deporte que se dis-
fruta al son de una buena música y
un buen trago de chicha o cerveza.
Para empezar a jugar se hacen dos
equipos, se decide cómo sortear
el inicio (quien arranca), se puede
designar un capitán y se interca-
lan los lanzamientos uno por cada
miembro de cada equipo hasta ter-
minar y así determinar quién inicia
(lanzando hacia el punto de parti-
da anterior), ya sea por la mano o
cualquiera de los sistemas de pun-
tuación que verás a continuación.
Para entender mejor el tejo,
esta es la forma en que se define
su puntuación.
Sabores y saberes de mi pueblo. Soy
experiencias. Ene. 03 de 2022
Mano. La obtiene el equipo cuyo
tejo este más cerca al bocín. 1 punto
Mecha. Se logra al estallar una pa-
peleta de pólvora. 3 puntos
Embocinada o bocín. se hace un bo-
cín cuando el tejo queda enterrado
dentro del círculo metálico. 6 puntos
Moñona. Quizás la hazaña más di-
fícil de lograr. Se hace una moñona
cuando el tejo revienta una mecha
y al mismo tiempo queda dentro
del bocín. 9 puntos.
El tradicional juego de la rana
Doña Rosa Martínez y el jue-
go de la rana
 63
Historia de la rana
La rana es otro juego tradicional
de la cultura campesina tenjana. Se
dice que la rana es un juego mile-
nario que se originó, al igual que
el tejo, como práctica indígena en
territorios mexicanos, argentinos y
bolivianos. Aunque se estima que
el juego fue creado por los Incas del
Perú.
Cuenta la leyenda que este jue-
go se originó cuando un cacique
Inca empezó a lanzar trocitos de
oro a una laguna, esperando que
una de las ranas, al abrir la boca
se tragara un bocado de oro y así
le cumpliera un deseo. Desde este
momento, la rana se constituyó en
un juego exclusivo para las altas
esferas de la sociedad indígena.
En todo Colombia se juega a la
rana, un juego particular que cons-
ta de una cancha de madera (gene-
ralmente con tres ranas que tienen
la boca abierta) y varios agujeros -
entre 8-10 - que otorgan un puntaje
diferente. Se juega con unos discos
pequeños que curiosamente son
dorados y nos recuerdan la historia
inca del indígena arrojando peda-
zos de oro a la boca de las ranas.
Se juega por equipos de cuatro o
seis jugadores, y cada uno de ellos
(en orden intercalado) lanzará las
argollas o discos - en algunos ca-
sos siete u ocho - Quien tenga ma-
yor puntaje empezará la siguiente
partida, aunque esto es opcional.
Cada juego tiene una duración de
diez lanzamientos y el equipo que
tenga más puntaje ganará. En Ten-
jo, el equipo que meta la argolla en
la boca de la rana ganará. Hay que
decir que hay canchas que tienen
bocín, unas armellas, en el tablero
o en el borde de la cancha, las cua-
les atribuyen mayor puntaje.
 64
Cultura y sociedad. Historias de un pueblo
El Tenjo que se ha descrito
a lo largo de este libro conservó
unas características marcadas por
las creencias religiosas y la cultura
patriarcal: una en la que la mujer
debía responder por la crianza de
los hijos y servir el alimento que
era proveído por el hombre en el
campo. Por supuesto, la vida ru-
ral tenjana no puede simplificarse
a estas tareas, por lo que se hace
necesario hacer un recorrido por
la memoria de los asistentes, por
sus recuerdos y sus anécdotas que
están ahí, vivos como testimonios
a través de relatos de lo que la in-
fancia, la juventud y la adultez po-
dían ser en aquellos años. Pido a
los lectores disfrutar de estos tes-
timonios con el placer que desde
lo literario pueden recrease como
nosotros (en grupo) lo hicimos.
Don Miguel en la tienda de Don Crisanto
Las culturas del mundo, al pa-
recer todas, han profesado valo-
res como la piedra angular de la
construcción de sus civilizacio-
nes. No es posible recordar una
cultura que haya premiado o pro-
movido antivalores como el odio
o la traición como cualidades idó-
neas de un sujeto en sociedad, por
lo que para el caso de Tenjo exis-
tieron una serie de valores y de
sensaciones con las cuales perci-
bir el mundo que fueron heredadas
por sus padres, a quienes ellos han
llamado junto con sus abuelos “la
gente de la época antigua”. Estos
valores y creencias transitan por la
espiritualidad, la libertad, la edu-
cación y las relaciones con otros. A
continuación, encontrarás algunas
de esas comprensiones.
 65
Educación y oportunidades
La educación es uno de los pi-
lares más importantes que toda
sociedad debe cultivar, ya que esta
permite a las personas comprender
mejor su realidad y transformar su
territorio. No obstante, el valor de
la educación no reside en las opor-
tunidades laborales que esta pue-
da generar, sino en las capacidades
que esta puede desarrollar en el ser
humano no solo como transmisora
de los saberes sino como agencia-
dora del cambio social. En la época
descrita por los participantes, la
educación tenía unas concepcio-
nes diferentes, arraigadas al dine-
ro y prácticamente destinada a las
élites, razón por la cual la mayoría
de las personas no accedían a la
educación medía ni mucho menos
a la técnica o a la superior. En Ten-
jo imperaba la educación religiosa
y la vida giraba en torno al trabajo
y el sustento diario.
“A las mujeres no se les daba es-
tudio, porque las mujeres eran para
tener niños”. Los adultos mayores
manifestaron a lo largo del pro-
ceso que la educación no era una
prioridad sino un lujo. Y, aun así,
pareciera que los hombres tenían
menor posibilidad de educarse que
las mujeres, pues la creencia radi-
caba en que las mujeres eran para
tener hijos y los hombres al campo
a trabajar. Sabores y saberes de mi
pueblo se llevó a cabo mayormente
con mujeres, quienes manifestaron
haber encontrado en sus mamás la
resistencia y la motivación para po-
der estudiar, “Por suerte mi mamita
si nos puso a la escuela”, ya que los
hombres, no creían que fuera im-
portante: porque ellos habían sido
criados de forma similar y el mundo
seguía su curso sin afectación bajo
la pregunta de que si las mujeres
eran para tener hijos ¿para qué que-
rían estudiar?
Doña María Antonia Novoa de Rodríguez, precur-
sora de la alfabetización inicial en Tenjo. Corte-
sía de las hermanas Martínez
 66
Radio Sutatenza - El programa que
educó a las familias del campo.
Varios son los recuerdos que nos
llevan a mencionar este progra-
ma icónico y quizás, el más fruc-
tífero de los intentos por educar
a los colombianos, una estrategia
del campo para el campo. El pro-
yecto radio Sutatenza surge en el
corazón del valle de Tenza en Bo-
yacá en 1947. Radio Sutatenza fue
un programa de escuelas radiofó-
nicas gestada por medio de la or-
ganización Acción Cultural Popular
(ACPO), la cual le permitió a más
de 8 millones de personas, apren-
der a leer y a escribir, como tam-
bién aprender del campo y la na-
turaleza. Este proyecto vio la luz
gracias a la gestión del sacerdote
Radio Sutatenza, el programa radial educativo
popular del campo
José Joaquín Salcedo.
La primer emisión del programa
radial vio la luz el 16 de octubre de
1947 y en principio fue un espacio
para la interpretación de músicas
campesinas, cuya primer locuto-
ra fue la profesora retirada, María
del Rosario Lezaca. Posteriormen-
te, entre 1968 a 1994 la asociación
ACPO trabajó de la mano del depar-
tamento de planeación nacional, el
ministerio de agricultura, el ICA, la
caja agraria, el SENA, el ministerio
de comunicaciones y el ministerio
de educación para ampliar la difu-
sión de su innovadora y revolucio-
naria propuesta: diversificando su
programación con espacios de edu-
cación sobre, salud, escritura, nú-
meros, espiritualidad, trabajo y pro-
ducción agropecuaria. Según Luis
Sala Lezaca, ex director de la ACPO,
la intención de Radio Sutatenza iba
más allá de la alfabetización, ya
que era una propuesta cultural que
comprendía aspectos profundos
como la mejora de la vivienda y la
reproducción responsable.
El programa era práctico para
la época, ya que las personas de-
bían encender su radio y trabajar
con las cartillas enviadas por el
ministerio de educación. Aunque
los recuerdos son nebulosos, se
 67

cuenta que, en Tenjo, las personas

se inscribían al programa en la an-
tigua oficina de Telecom y allí mis-
mo llegaba el material que debían
desarrollar. Radio Sutatenza fue
un ejemplo que inspiró a ministe-
rios y secretarías de otros países
de América Latina como Chile, Ar-
gentina, Ecuador, Bolivia, Perú y
Venezuela. Navegando por la memoria

De acuerdo con La Radio Nacio-

nal (2017), a lo largo de la ejecución
del proyecto educativo se entrega-
ron 6.453.937 cartillas de educa-
ción integral en 955 municipios. El
periódico el campesino, un periódi-
co dedicado a la difusión de sabe-
res campesinos, propiciado por la
ACPO desde el 29 de junio de 1958
y en la actualidad continua su pu-
blicación, aunque en formato digi-
tal. Este diario editó 1.635 números Los recuerdos de las hermanas Martínez

consecutivos y entregó un total de

75.749.539 ejemplares. Se respon-
dieron 1.229.552 cartas escritas por
estudiantes y radioescuchas. Se
formaron 20.039 dirigentes cam-
pesinos. Se formaron 4.365 cursos
de extensión en 687 municipios
del país. El programa se transmi-
tió por un total de 1.489.935 horas,
junto con 690.000 disco estudios
y 170.000 cartillas, las cuales lle-
garon a 687 localidades. En 1994 el Doña María Antonia Novoa de Martínez y
la alfabetización en casa. Cortesía de las
hermanas Martínez
 68
programa cerró debido a dificulta-
des e inconvenientes económicos
y políticos. En 2012 surgió el pro-
grama Escuelas Digitales Campesi-
nas, inspiradas en el legado de Ra-
dio Sutatenza, un espacio que ha
buscado reducir la brecha digital
en el campo, respondiendo a las
dinámicas actuales de la informa-
ción y la tecnología.
En la actualidad la ACPO cuen-
ta con 68 Escuelas Digitales Cam-
pesinas que benefician a más de
18.000 campesinos (60% mujeres y
40% hombres) en los departamen-
tos de Antioquia, Boyacá, Caquetá,
Cauca, Chocó, Cundinamarca, La
Guajira, y el Valle del Cauca. Radio
Sutatenza es el recuerdo más só-
lido que pervive en la memoria de
los tenjanos por su capacidad de
Doña Irene Munar
transformación social.
La educación en Tenjo- vesti-
gios de la memoria
En Tenjo, al igual que en el
país, la presencia de Radio Suta-
tenza marcó una época de grandes
cambios y de agenciamientos para
el desarrollo local de las familias.
En Chitasugá y en La Punta, las fa-
milias aprendían a leer y a escri-
bir y en algunos casos, los hijos(a)
aprendían y replicaban sus conoci-
mientos a sus padres, o las esposas
a sus esposos, lo cual representó
una revolución en el territorio. En
Tenjo existen varios recuerdos de
maestras como La profesora Isabel
Murillo, o la primera profesora de
la vereda del estanco, quien tuvo
su escuela en el sector del horni-
llo, doña Rosa Tulia Forero. En la
Sabores y saberes de mi pueblo ¿Cómo era Tenjo
hace unos buenos años? (reconstrucción históri-
ca-anecdótica) Ene. 06 de 2022
 69
vereda de Chitasugá, sus hijas,
Blanca, Alcira y Rosa recuerdan a
su mamá, doña, María Antonia No-
voa de Martínez como una abande-
rada y defensora del derecho a la
alfabetización, enseñando a leer y
a escribir, a su familia, a su esposo
y a su comunidad como lo mues-
tran las fotos. Doña María Antonia
fue pionera del programa radio Su-
tatenza en el municipio, junto con
don Alberto Salas Salas y el padre
José ramón Sabogal. Doña María
Antonia también fue pionera de la
creación de Cooptenjo y defensora
del derecho al agua.
Su familia y residentes de la
vereda cuentan que hace más de
cuarenta años no existía el acue-
ducto en la vereda, por lo que las
familias debían recoger el agua
en una fuente, única del sector, la
cual fue un día cercada por don He-
nao, quien según los residentes no
dejaba que las personas se abas-
tecieran de agua, “echándoles los
perros”. Doña María Antonia se or-
ganizó con la comunidad y reven-
taron las cuerdas de la cerca, pero
fueron apresados, conducidos a la
actual alcaldía que cumplía funcio-
nes de cárcel, y liberados hasta el
31 de diciembre por manifestacio-
nes y reclamos de la comunidad.
Dato Curioso sobre la educa-
ción, la niñez y las relaciones
de familia
En Tenjo, para aquella época
de los 40s a 60s, la prioridad era
el trabajo y el sustento diario; hay
relatos de los participantes como
don Miguel Guapo, quien cuenta
que en los 40s las dificultades para
conseguir alimento eran enormes,
por lo que las familias cambiaban
terrenos por bultos de harina o de
trigo. La educación de las familias
era sustentada en la fe católica y
los valores profesados por esta en
la estrecha confidencia entre las
familias y el cura. Los participan-
tes recuerdan que su etapa escolar
fue corta y que recibieron castigos
Doña María Antonia Novoa de Martínez, pionera
de la educación en Tenjo. Cortesía de las
hermanas Martínez
 70
y abusos como golpes con ramas
y reglas, o tener que realizar tra-
bajos de campo como desyerbar
la huerta o regar el jardín por no
llevar el uniforme, en un época de
dificultades económicas.
Un poco de historia
Chica & Rosero (2012) explican
que anteriormente no existía una
conciencia sobre la niñez, razón
por la cual los niños eran vistos
como personas pequeñas para el
trabajo, experiencia a la que res-
ponden cada uno de los adultos
mayores. En el siglo XVI y XVII, en
el renacimiento, se les da un reco-
nocimiento a las capacidades de
los infantes, y es a partir de este
fenómeno que surge un proceso de
escolarización en el que la escuela
aparece como un espacio de edu-
cación formal, desplazando la ins-
trucción informal recibida en casa
(entendida como el aprendizaje
de saberes prácticos para la vida:
Doña María Antonia Novoa de Martínez y la
educación. Cortesía de las hermanas Martínez
cultivar, cocinar, tejer, etc.) conci-
biendo una triada entre la Iglesia,
el Estado y la Familia como las tres
grandes instituciones educadoras.
Este cambio cultural es el que
permite ver a los niños con ternu-
ra, pues anteriormente preponde-
raba una crianza en casa fuerte-
mente influenciada por los valores
religiosos que no contemplaba ni
el desarrollo físico ni cognitivo de
los niños. Es hasta el siglo XVIII
que los niños son acogidos por
modelos pedagógicos de infancia
siendo “sujetos dignos de protec-
ción, amor y educación” dejando
de ser vistos como una obligación,
y trayendo alegría y esperanza a
las familias. Es, sin embargo, has-
ta el siglo XX que las familias em-
piezan a comprender la importan-
cia de la socialización de sus hijos
al igual que la comprensión de
las etapas de la niñez, lo cual no
quiere decir que se haya desarro-
llado de forma paulatina en todos
los territorios del mundo y, razón
por la cual se comprende la forma
en que los niños y las niñas de la
época fueron criados.
 71
Relaciones entre hombre y visada por un adulto. Los adultos
mujeres- creencias y vivencias de Chitasugá recuerdan la jocosa
Infancia
Los recuerdos de los adultos
desembocan en historias que re-
flejan una sociedad diferente a la
que conocemos en la actualidad.
Por evidente que suene, se hace
necesario hacer esta aclaración,
ya que de allí parto para ilustrar
diferencias culturales que a partir
de los testimonios reconstruyen
un panorama diverso. Los adultos
describen la época como “sana”
por lo que no existían temores ni
prejuicios sobre los niños, se creía
en la inocencia y esta era una de
las razones por la que los niños y
las niñas (hermanos) dormían to-
dos en una misma cama, o en una
cama para niños y otra para niñas
en un mismo cuarto con los papás,
abrigados por las cobijas de lana
que tejían las mamás.
Adolescencia
Lo que podríamos llamar “rela-
ciones de cortejo” y posterior no-
viazgo, era un asunto de respeto:
los novios no tenían manifestacio-
nes de afecto en público, ni relacio-
nes sexuales hasta el matrimonio,
y por supuesto, el cortejo de la pa-
reja se hacía en la casa de la mujer,
específicamente en la sala, super-
11
Tienda popular del municipio de Tabio
historia del cine de Tabio, - “hasta
la República11” - una salita de cine
en la que al parecer había “un pul-
guero”. A esta sala iban hombres
y mujeres, y en la noche, debían
robarse los burros amarrados por
el camino para devolverse a Tenjo.
O Aquellas épocas de fiesta en las
que el que se emborrachaba ama-
necía con el marrano, todo era muy
“sano”; los hombres no se propa-
saban con las mujeres ni existía la
inseguridad por las carreteras de
la cual ahora se prescinde.
El noviazgo, el matrimonio y
las explicaciones no recibidas
Casarse era todo un descubri-
miento personal, pues, aunque las
relaciones entre jóvenes eran muy
sanas, las mujeres no recibían nin-
gún tipo de educación sexual. En
cambio, se les decía cosas como
El noviazgo de don Miguel y doña Mercedes.
Cortesía de don Miguel Guapo y su esposa,
doña Mercedes Casas
 72
“que las mujeres salían embaraza-
das por hablar con los hombres” o
que “los niños eran traídos por la
cigüeña”, historia que era creída,
pues hay manifestaciones en las
que las mujeres afirman solo haber
comprendido la reproducción al
momento de haber parido. Parece
ser que la reproducción sexual en-
cerraba una mística que los adul-
tos de la época no podían aprender
por sus padres, sino que debían
develar por sí mismos. En el ma-
trimonio era recurrente, como ma-
El encuentro con el tejo en la tienda de Don Crisanto
nifiestan las mujeres, el maltrato
físico y el abuso, aunque no debe
entenderse como una general.
Memorias de un pueblo y
sus familias
Los cambios de los que han
sido testigos las personas que
participaron de esta experiencia
son enormes: la masificación del
servicio de la luz eléctrica, la ins-
talación del servicio de acueduc-
to, grandes cambios tecnológicos
como la televisión, escasa en los
 73
hogares tenjanos y un lujo que era
compartido, (en ocasiones), con
la comunidad por quienes podían
comprarla. Posteriormente, los ce-
lulares e internet, cambios a los
que han tenido que adaptarse poco
a poco. Al igual que estos, algunos
rituales han cambiado, como la se-
mana santa, navidad y año nuevo.
Semana Santa
Era la semana más importante
de todo el año, debido a la influen-
cia religiosa en los hogares. En esta
semana se cocinaba y se comía
en abundancia, se comía pesca-
do, pescado seco porque el fresco
era escaso y costoso. El miércoles
se desayunaba tamal y el jueves
se comía gallina, pero no se podía
guardar la comida, sino que debía
botarse por considerarse pecado; ni
se podía sacrificar ningún animal.
El viernes era de pescado y dulces
de fruta como la papayuela y el du-
razno. La semana santa requería
una preparación rigurosa de leña;
en esta semana no se podía correr,
gritar, pelear ni bañarse:
“En semana santa no
se podían bañar desde el
miércoles hasta el sábado
porque de hacerlo se con-
vertirían en sirenas”.
Navidad y fin de año
Estas dos festividades tenían
un valor excepcional, ya que todo
se hacía con la familia y los veci-
nos. Las festividades empezaban
el 7, día de velitas, los vecinos se
reunían en las casas, tomaban y
compartían. La novena empezaba
el 16 y cada familia del sector se
encargaba de un día y se compar-
tían dulces y postres como natillas
y buñuelos. El 24 se preparaba una
olla de ajiaco en fogón de leña, no
podía faltar el vino y las galletas,
como tampoco la fiesta con los ve-
cinos; a medianoche se celebraba
la misa. Y el 31 se preparaba arroz,
papa sudada, pasta, caldo de galli-
na o asado y también se hacía fies-
ta, pero “todo se acaba… menos la
voluntad de Dios y los lambones”.
El agua y la gente
En Tenjo era común que las
personas se bañaran una vez cada
ocho días, en el figuraba el jabón
REY, el jabón Reuter, o el jabón de
tierra. Las letrinas eran los baños
de los 60s, pues, al menos en Chi-
tasugá se recuerda que el acue-
ducto se instaló en los 80s o 90s,
en el primer mandato del exalcal-
de, Sofanor Salas Salas. Chitasugá,
por el kilómetro 8 hacía La Punta
no existía, era más bien “un ca-
mino real” en el que las casas no
 74
quedaban cerca la una de la otra y
en el que flujo de vehículos no era
común. La vestimenta de los hom-
bres y las mujeres era sencilla: co-
tizas y sombrero para los hombres
y falda (naguas) para los mujeres.
Memorias del pueblo
En el caso del casco urbano,
solo existían cuatro manzanas y
el parque era escenario de múlti-
ples actividades, ya que hace tiem-
po sirvió de patio de juegos de los
niños que estudiaban en el actual
palacio municipal, de plaza de mer-
cado y de escenario de las ferias
y fiestas, pues en Tenjo eran co-
munes las corridas de novillos, no
de toros. Don Miguel Guapo cuen-
ta que era común ver a los toros
correr dentro del edificio o saltar
sobre las carpas en donde se ven-
día cerveza. Todo lo que se conoce
como el sector del hospital eran
potreros o sembradíos de cebolla.
Había una plaza de ganado en el
antiguo paradero de los colecti-
vos de Cootrastenjo, que luego fue
movido a la actual ludoteca, lugar
al que iban los niños a comprar la
sangre para preparar los claros. Y
como se ha explicado antes, solo
existían tres tiendas y tres servi-
cios diarios del conductor de flo-
ta Águila, quien manejaba con sus
buenos tragos en la cabeza. Así era
la vida en Tenjo, así de diversa, así
de tranquila y festiva
Las onces, escenario de risas e historias
 75

Este ha sido Sabores y saberes de mi pueblo, un libro que recoge

parte de la diversidad cultural del tenjano, partiendo de las experien-
cias de los adultos mayores de las veredas de La Punta y Chitasugá. Es
para mí, una semilla que surge del interés de valorar, rescatar y cons-
truir lo que somos, desde un discurso más justo y menos excluyente.
Espero que Sabores y Saberes de mi pueblo haya despertado la cu-
riosidad de indagar sobre nuestras vidas y nuestras historias, desde el
placer de los relatos que solo el tiempo puede otorgar. En Tenjo habi-
tan personas excepcionales que van cargando por los caminos baúles
del tiempo que esperan ser abiertos, pues el peligro de que perezcan
con sus portadores es alto y el placer de escucharlas es genuino. Ter-
mino esta “semillita” orgulloso y agradecido de haber tenido la posibi-
lidad de encontrarme con personas tan gratas, su amabilidad y amis-
tad permanece en mí, como uno de los mejores recuerdos: prendarme
de su compañía, de sus historias y de su sabiduría, son el mejor regalo
que un investigador se puede llevar.
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4 5 6

7 8 9
Mi mamá, cómplice del amor por el conocimiento

1. Preparando el chocolate
2. Las autóctonas arepas de queso en hoja
de Chisgua
3. El fuego, dador del alimento cocido
4. La experiencia de aprender sobre medicina tradicional
5. Hoja de malba
6. La experiencia de recetar
7. Doña Lula y el juego de la rana
8. Doña Rosita y el juego de la rana
9. Doña Aurorita y el tejo