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DIRECTOR
EDUARDO DE Nó LOUIS
SECRETARIO
l c l
La Revista
darácuentade los libros que SC envíen -dos ejemplares- a EU
Redacción.
DERECHO MILITAR
N L’ ,M E R 0
12
11 A D R 1 D
JULIO-DICIEMBRE
1 9 (> 1
S C: M A R 10
ESTI’I>IOS
NOTAS
INFORHACIOS <.. . . . . .<. .,. . ._. _.. . . . <.. ,,. _.. _<. -47
LEGISLACIOK Y JC:RISPHUDF:SCI.~
I.--1J:CISl..4CIóN:
(1) Puede verw como ejemplo de tales obras la del CONDE: CLONAHIK
Historia orgcinica de las Armas de Infnntrrío TJ Cabnllstfo. Val. I., Madrid.
1&51. Otras varlas cita PALC>MEQ~E al comienzo de un trabajo que seíia-
hemos muy pronto. Omiti6, sln embargo, en su relación de estudios so-
bre la organización militar los que desarrolló el brillante escritor y va-
kroso Auditor de guerra, don SERAFíN EST~BANEZ CALDF.R~N: concretamente,
su inacabada Historia & In Infanterin q&ioln. Como muestra fragmen-
taria de su labor aparecieron a medtados del siglo pasado en La Reutstn
Militar --IR49 y 1851, ~01s. IV y VIII- algunos trabajos de este autor,
*obre los almogáhares y los Ejércitos musulmanes, comentarios. estos úl-
timos, a su traducción del Trotado de nrtfj nL;litnr. (le Asn AL-RAHWAN IBN
HOZMI., de fines del siglo XIV. No descuidó utilizar este trabajo GONZÁ-
LEz S~~~ANCAS en su España militar a principios de la baja Edad Media
(Madrid, 1925). Tas trabajos hist6ric~militares y sus estudios arábigos
valdrlan a ESTEBANFJ su ingreso en la Real Academia de la Historia. Cabe
tambltk añadir la muy sumaria Historia dc la Admhistracidn militar. de
ANTONIO BLlzeua (Madrid, 1897). y circunscritos tambien a la baja Edad
Media -además de la obra de SIMANCAS-. el trabajo de NICOLAS TENORIO:
Los Milicias de Sevilla (“Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos”, 19073,
y. sobre todo, el de RAMÓN CARANDE: Swilla, fortaleza y mercado (“Anua-
rio de Historia del Derecho Español”. Vol. II, págs. X3%401).
BNXADOR DB MOX6
ll
SALVADOR Dg MOXO
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EL DERECHO MILITAR ES Li FSPA~.~ CRISTIANA MEDIEVAL
(11) Vid. IJXJIS WWUERS Le m.onde bizuntin. Vol. II. I,es incrtitutionP
de 1’Empire Bizantin. Paris, 1949; pág. .%O.
(12) La prioridad del derecho de Cuenca sobre el de Teruel la pu~tl
de relieve URGÍA, al considerar -en contra de una extendida opM6n an-
terlor- al Forum Turolii como una adaptaci6nlatina del Forum Conchr.
Tras prolijo estudio, trata UREA de demostrar que el Fuero de Cuenca y
no el de Teruel, constituye el Fuero tipo de esta famllia de cartas mu-
nicipales. Vld. El Fuero de Cuenco. Ed. Vreña, págs, XXXVII y LXXXITT.
Recientemente J. CARUANA a. vuelto a defender la prioridad del fuero turw
lense. LO woridnd cfonológirn del Fuero & TencPl s»&e el de Cuenca.
AHDE. XXV: págs. 791-798.
SALVAWR DE MOXÓ
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K,. DERWHO YILITAR EN LA FSPA!?,, CRISTIANA MEDIEVAL
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tU‘V&DOR DE XOXÓ
Ifi
EL DERECHO MILITAR EN LA FSPAÑA CRISTIANA MEDIEVAL
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SALVADOR DE ?¿OX6
18
EL DERECHO MILITAR EN LA ESPAÑA CRISTIANA MEDIEVAL
19
SALVAWR DE MOXó
22
EL DERECHO MILITAR EN LA ESPAh CRISTIANA MEDIEVAL
(49) ‘Jo debernos omitir como los Fueros aluden a los naturales de
sus municipios que -al margen de la organización municipal concejfl-
se allstan en la huestede determinadosedar. con las obligacionesy, en su
caso, los derechos que tal alistamiento encierra. Esto hace recavar nues-
tra atención sobre el carkter privado que no abandona totalmente al De-
recho Militar en la Edad Media.
(50) Los vasallos aspiraban a no ser retenidos indefinidamente en
la hueste del señor. Ver, entre otros, MARCBLOCH:,T,asocibtt jeodale. Les
&m de dqwnchce d’homme d homme. París, p8g. 340.
EL DERECHO MILITAR EN LA ESPACA CRISTIANA MEDIEVAL
(73)
Ed. VÁZ~UEZ DE PARGA, Madrid, 1947, pág. 20.
(‘74) El Fuero
de Brihuega. Ed. JUAN CAWLWA GmcfA, Madrid, 1887,
p@ina 122.
(7% Ed. MANUEL ALVAREDA: Revista de Ciencias Jurfdtcas y Sodales.
VIII, p¿lg. 4!lo.
(76) Ed. FRANCISCO CANTERA, Madrid, 1945, pág. 14.
(T7) M%Oz FU~~FIO: Colec. cit., págs. 322326.
(78) JULIO GONZ&.EZ: AZfonso IX. Madrid, í944, vol. II, pzlg. 583.
(79) MufToz Y Romo: Colec. clt., p&g. 37. Vid. SAN~HEZ ALBORNOZ:
En toww o los orfgenes del Feudulismo. Vol. 1, Mendoza, 1942, páginas
182-183.
EL DERECHO MILITAR EN LA iZ3'A.b CRISTIANA MEDIEVAL
(80) Ed. SANZ GAR&, Burgos, 1927, págs. 376377 y 442443. Excluyo
de este trabajo el estudio del “acostamiento”, por constituir esta lnsti-
tución materia suficiente, por sí sola de una monograffa.
(81) Muloz Y Romo: Colec. cft., págs. 287-289.
(82) Salvo especial llamada del Rey o del Maestre. Ed. y pag. citadas.
(83) MvRoz Y ROM::RO: Colec. cft., págs. 485 y w-511.
SALVADOR Jx MOXÓ
31
SNAADOR Dfì haOX
(96) El Fuero de Cuenca. Ed. cit., pág. 635. El Fuero de Jaca. Ed. FU-
NOS hSCERTN.B, p&g. 2. El Fuero de Alcalá, en GALO SkNCHEZ: FtMTO.9
castellnnos de Soria y AlcalA de Henares. Madrid, 1919, pág. 287.
(97) Ed. Lacarra. pág. 387.
(98) El Fuero de Alcalá nos dice que nlngún hombre envie su CC+
Ilazo al fonsado. Ed. cit., pág. 288. “No lleve por 61 ningtln soldadero”,
dice el Fuero de Plasencia.Ed. cit. págs. 118-119.
(99) Fragmentos del Fuero latino de Albamcfn. Ed. ANGEL e INOCEN-
CIA thNdLE2 PALKNCIA. ARDE. 1931, Mg. 485.
(100) Ed. clt., Mg. 637.
(101) ERNESTQ MAYEs alude a los excusados como exentos del servi-
cio militar. Vid. Hfstorio de hs instituciones sociales y politices & Es-
pu?% y Po??u@l.Trad. GALO SÁNCHEZ.Vol. 1, Madrid, 1925,pág. 176.
EL DERECHO MILITAR EN LA FSPAfiA CRISTIANA IUIEDIEVAL
(102) Asl. el Fuero de Coria nos dice que cuando los Alcaldes o el
Juez fueren en almohalla, lleven tres excusados, “10s que fueren en la
almofalla”. (Ed. SÁEZ-MALOONADO, p&g. 56.) En el mlsmo sentido los Fue-
ros de Cáceres y Usagre. (Ed. URE%A-BONILLA,pág. 65.) La atención hacía
los excusados de los Fueros de la Extremadura leonesa no constituye
una novedad en el reino de León. Fueros como lca.de Zamora y Ledesma
la habian fijado ya. EII primero de &toe noa dice que quien lleve
a la hueste tienda o lóriga saque cuatro excusados, “que non sean
en cuneta de cavaleros”; si ~610 lleva tienda saque solamente dos. Wid.
Fueros konmes de Zamora, Salmnunca, Ledesma y Alba de Tor~~8. Edí-
c16n CASTRO y ONIS, Madrid, 1916, pág. 50.) El segundo de tales C6dlgm
preceptúa que todo caballero de Ledesma tiene derecho a ocho excu-
sados, siempre que tenga vallosos elementos, como caballo, 16r@ y
“tienda redonda”.(Ibfd., pag. 279.)
(103) Vld.:Ob. cit., p¿Ig.459.
(104) JOSIIMANUXL pfarz PRRZDES:
El origen & tor Caballerosde Cuatl
tfa y 20.9thmtfosos de Ja& en el sfgkl XV. REVISTA ESP&OLA DE DERECE
Mnrr~ nti. 9, @ge. 126y sfge.
(loa) Se eae de !r a la hueete al caballero o escudero“el afl0 que
casare”. Los Fueros ds Smlveda. ed. clt., pág. 147. Tambibn PAU~PUE:
Ob. cit., pág. 233.
wl6) Ibid., pasgs. 28o-281.
MLVADOR DE ~0x6
(110) En Fueros Leoneses. Ed. CASTRO Y ONfs. Madrid, 1916, pag. 325.
Falta precisamente el comienzo del texto, aunque creo haber interpre
tado correctamente su sentido.
(111) Según reflejan textos del siglo XIII, como el Fuero de AZcabf del
.r\nobispo don Rodrigo, donde se consigna la obligaclOn general de acu-
dir al apellido -como acción defensiva la mas extendida- (ob. cit., pá-
gina 285), y las propias Partidas.
(112) Vid. A. GARCÍA CATI-0: El servicio militar en Indias. AHDE. 1056,
páginas 447-515.
(113) F. LOT y R. FAWTIER: Ob. cft.. pág. 517.
(114) Ob. cft.. p&. 72.
SALVADOR DE MOXó
37
8ALVADOR DE MOX6
C) ESPIOXAJ~
(134) Sobre este interesante personaje, vid. J. GONZÁLEZ, ob. cit., pá-
ginas 52-54 y 1.028.
(135) Crhica Adefonsi Imperatrn-is. Ed. SILNCHEZ BELDA. Madrid, 1950,
página 115.
(136) Fueros y textos citados al recoger el delito del envlo de mensa-
jes a tierras de moros.
(137) Ed. URERA, pág. 68.
(138) Partida 2.‘, tft. 28, Ley 1..
(139) Partida í’:, tft. 2, Ley 51.
SALVADOR DE MOXó
A) 8EDICI6h’
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EL DERECHO MILITAR EN LA K3’AÑA CRISTIANA MEDIEVAL
B) ISSUBORIHNAO~N
(143) El Fuero de Cuenca, ed. cit., *g. 661. El Fuero de Teruel, edi-
clón citada, pág. 338. El Fuero de Béjar, ed. citada, p&p. 2387.
(144) Ob. cit., p¿Ig. 76.
(145) Ver sobre esto los comentarios, todavfa jugosos, de FERNANIX)
AIAXC~N ROLDA.N: Cbdigo d.e Justicia Militar anotado, concordado, con ju-
d8prudencia y formulario. Madrid, 1940, págs. 271-72.
(146) Partida 2.‘, tft. 28, Ley 1:
41
SALVAJJOR DE MO-K6
C) DPBOBBMIBNCIA
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EI. DERECHO MILITM EN LA ESPAÑA CRISTIAF~A MEDIEVAL
44
EL DERECHO MILITAR EN LA ESPAftA CRISTIANA MEDKVAL
PI. DESERCIOII!J
47
SALVAWR DE MOXO
40 4
SALVADOR
DE yox
61
SALVADOR DE MOXÓ
52
EL DERECllO MIILlTAR EN LA ESPA!!A CRISTIAK.4 MEDIEVAL
“que podía aciwswr que un sólo ~al~sllero u seíior 11ag:i~ alarde por
cliez” (SO). También podía ocurrir que figurara COII un número)
tle caballos supwior al que poseía. En las Cortes tl~ Palencia de
1431 3 Zamora dth 1132 se insiste en la necesidad cle reprimir lac:
~~ncubitwas vn los alardes, pvro reduciendo las penas antwiores
--diez aííos de atarazanas para los hidalgos y 100 azotes para las
I~ersonas de menor condicií,u - a wr\.ir un año en 1;;s atarazanas
1130 azotes (201). En este sentido, 1’1::~~ ~Rk:.Vl~k:S señala comu)
1recuente -con anterioridad a los Trastamaras- las burlas en
los alardes, práctica viciosa que tratarán de desarraigar las refor-
mas de Blfonso XI sobre los caballeros cuantiosos (202).
Por otra pai*tC, uo delbían faltar (III (11siglo sIv, ciertos wtx-
Iieros qw después de percibir su wtipeendio, se mostraran rcmo-
lonrs cn el cumplimiento de sus deberes militares. Nos lo seña-
1:sel Aircipreste tlt: IIita en su imponderal~le Libro de Buen Amor,
cuando 110sdice :
Al tomar las soldadas ellos vienen primeros.
para yr en frontera muchos son costumeros (202 bis).
53
SALVADOR DF: MOXh
Valgorrs (%7).
LO expuesto no O\)Sf lb;Ll% (llle, dent.ro dth los l~lVc~c~plos dcdi-
il
55
SALVADOR DE MOYO
(212) Fwro cfe Cwnro. 4. cit., págs. 660-661; Fwro de Zorita. ecli.
cibn cit., ~X\K. 2%: Fuero de BCjar, ed. cit., pág. 232.
(213) FM. cit.. p@. 334. Este precepto se recoge tatnbih en el Fuero
<ir Crtetwa. Vid. ed. ch., pCig.673.
(2141 Partida II, tit. 28. Ley 1:
EL DERECHO YILITAR IX LA ES1’Ah.A CRISTIANA MEDIEVAL
c) PJWAS ISFAMANTES
(215) Como ejemplo, vid. El Fuem de Twuel. ed. cit.. pág. 3.77.
(216) Iòi<f.. pág. 393.
(217) E:I Derecho pmol rspa,iol de 10 haja Edad Media. en .4HDE.
1056. pAg 3.51.
57
Representadas en sentido :~mplio. por el extrañamiento del
reino o destirrro del termino munic*ipal. fueron estas penas PC+
trictivas de libertatl dc frecuente aplicación, siendo castigados
con ellas quienes, a ~~IUS;I tle delitos graves, incurrían en IR ira
del Rey (!2L!O)0. cn su caso. en la ini?xicitia del Co~l~~jo (i>z!l ).
l **
59
LA SUBORDINACION MILITAR
EN EL MARCO DE UNA COOPERACION
INTERNACIONAL: REPRESION
DE LA INSUBORDINACION('1
por Francisco IIMENEZ Y IIMENEZ
Teniente Coronel Auditor
1
1s’l’I:oI lUCCIós
62
REPRFSION DE LA INSL’RORDlN.ACIOS
64
REPRESION DE LA ISSLTIORDlh’bCION
ltaisw ii1’tvd ados 1wr líllw O~Y~~II:IIIZ;~~ 110 G~l(wiI - --11(& II;, tIII.;IlpZ:I
Ilnim:ll ~H'llill~s wntenitliis ei1 Ios RIIII~OS. sil10 (~ljp tBll ~11 (leqyyo]l(~
1)) (::Ir:IIItiils pl’OWs:Iles m~llinlas pura toaos 10s reos, siu dis-
66
REPRESIO?; DE IA ISSUBORDINACION
II
69
FRANCISCO JIMENE% Y .IIMESI:Z
1:s twis tlifíc*il que esto el Ilcqr ;ti un:1 tr:ll\smnt nc*iíbti de la
mcnt:ilid:ld del sujeto ;i(at i\o del delito -nnc~ion:ll de ii11 ~mís. aun-
qtw profesionnl di un I*~jCwito--. a la hora (1~ acatar sin reserw~
( iet*t:ts ótd~t~es dadas 1wr .lvftks :~jmos al l:jCw4to 11~ sn Sarih.
Sin dttd:t PS Inhor de largo
ztliento clesarrolI;Ir Ix sensibilidad y
cwnciettci:t comunitaria de los militares cle diversos países unidos
por ttna miwnil rrlaci(>n jerflrqttica. la Cuit] c*orrct*ía nwnos l+sr,rrt
alc c~onculcarsc si i11 prittc-ipio sOI0 ~(1 tr:lt;lS(~ tlv Ofiviil!c3. \ertl;l-
c-ltVos profesionnlw dr la .\I ilic*ia qttiz;ll form;ttlos cli dich;t Iíncq
iic coopwt~~iím intcrnncionnl. y si I;I illtcgr;lc~iíJn sa> desarrn\lase
cialex que. sin duda. surgirán del mismo, han de permitir como
hemos dic.110. no sólo decantar y centrar la idea-núcleo de los ti-
lw h;ísic~c~~tlth 1;1 insubordinación. sino ir fijando cn el grado 7
t~sftlnsiím que s(iit posil)lta alcnnz;lr, sus difercntw mal iws, y en cs-
lw~*i;~l los tipos :tgrav;iclos y los privilegiados. \- al mismo tiempo,
podrft h;lcwsc t4 tlcslintlc respwto dc los casos límite o dtllitos
mnt ignns. qut’ I;IS lt~~[isliit~iont~s 0 1:i tlwtrin:i irivolut*I-:iti frtwwu-
lt*nwnl~~ Imjo Ia misma rúbrica. como pasa con la ley penal de la
Marina Mercnntt~ espafínla: Título JI, (‘iipítulo Il: l)t~lifoa con-
Ira la disciplina: Sedición. Insulto :1 supwior. Tkaobedicncia. Abu-
so de autoridad. .\l)nndono de Imque y .th;i~itlono de servicio ; 0
cwmo sucede co11 el Código de dusticia Militar de Xarruecos de
21 de noviembre de 19X. wando incluy dclitns dtb: Scdicibn, Tn-
subordinación, Malos tratos de obras e injurias hacia superiora.
Injurias contra 111Ejército y la Handera, y Hcbelión. Otras vew:.
en cambio, se dejan fuera de ella en tal rúbrica o capitulado, ata-
ques a la disciplina. cu;íl los abusos de autoridad, 1~1sinsubordi-
naciones colectivas (reales -art. 295 del Chdigo castrense espa-
íí01--, n sospechadas -art. S9 del mismo---), la apología de la
insubordinación (art. 301), o algunas formas! gravea o leves, de
la inobediencia.
Mas en tanto que con mayores y mejores ctlementos de juicio
sea posible llegar a precisar las figuras delictivas de la insubor-
rlinación. nos es neccsnrio para ulteriores desarrollos, hacer algu-
nas delimitaciones v caracterizaciones provisionales del campo pe-
nal en que ha de moverse esta parte dr nwstrn ens;l.w. Y así es-
t:ibltwríamos PI si~uklitt~ twlut’rna 11th t ilw df~lit~fivos snhrc que
Irabajar:
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FRANCISCO JIMENEZ Y JIMESE%
72
REP1~E:SIO.V DE LA ISSCBORDISACION
‘l’ipos privilegiados :
al Jl;~ltrato a superior:
ít.‘) Carkler leve dr las violenrias 0 iltjuriw.
II’ I Haber prewdido innwii:tto delito tlth ahuso de
autoridad u otro delito de CIUP t’n~se victima el
inferior.
b) Desobediencia :
a’) Escasa trascendencia del intwml~limiento.
1,‘) Ohjthciones tlc conciencia.
ej Abuso de autoridad:
;I’) Carúctw leve dt.1 perjuicio c*;~usatlo.
II’) Exceso en t.1 t~jt~rcicio de I:I facultad tlc corrcgi1*.
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REPRESION DE LA INSUBORDINACION
79
FRANCISCO JIHENEZ Y JIYENEZ
81
mando no pueden tener una rígida determinación a $Wkwi, por 10
que hay que entenderlos con fluidez susceptible de acoger las va-
riables y críticas circunstancias que legitiman conductas de or-
dinario reprochables. Tocamos con ello la exención de responsa-
bilidad que, derivada del cumplimiento de deberes militarea ant-
jos a la funcibn de mando, exculparían supuestos especiales de
represión que luego veremos, y que pueden generar responsabilidad
criminal para el superior que no actúa adecuadamente, aunque
cause con tal actuación un perjuicio al inferior. ï en el otro ex-
tremo, tocamos el problema de los limites normales del poder de
corrección, materia singularmente delicada cuando se trate de re-
laciones disciplinarias entre militares de distintos países, de un
lado por la especial susceptibilidad que puede imperar, agudizan-
do las reacciones subjetivas, F de otro por la diferente idioaincrn-
sia que puedan tener aqu6llos F que obliga n matizar de distinta
manera al trato jerárquico, que rn unos casos puede admitir con
holgura ligeras vías de hecho o expresiones duras para forzar In
obediencia del inferior, y en otro puede estimarlas lesivas n la dig-
l!idad de Cste J situarnos ante ahunowde mando. Descartando, en
todo caso, los castigos corporales y procurando, prudentemente,
evitar en los predichos planos internacionales que la,~ relaciones
jer8squicas se den entre quienes ofrecen i)wdoS contrastes de
formación o temperamento, sí puede decirse aqui que la violencia
correctiva del superior no ,ha de tener origenes personales, sino oh-
jetivos del servicio, y que, en función de éste J de la actitud del
inferior, han de graduarse las potestades correccionales del man-
do, de modo proporcional a la necesidad s urgencia de restable-
wr el pl*incipio de disciplina sin eaperar cauces formales. Si hay
exceso en el ejercicio de aquBlla, puede tratarse de un tipo ate-
nuado drl abuso de autoridad.
Parejamente a lo que indicamos respecto de las otras formas
de Ia insubordinación, muchos supuestos de este comportamiento
arbitriwio del superior pueden perder el rango relictivo y san&-
liarse por la vía disciplinaria, como, por ejemplo, en los casos
de obligar al inferior a ejecutar actos ajenos al servicio, coartarle
cn el ejercicio de derechos, maltrato leve de palabra u obra, aiem-
pre que en ningún supuesto ae produzca perjuicio grave a dicho
inferior o concurran circunstancias que dafien considerablemente
al servicio.
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REPRESION DE LA INGUBORDINACION
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REPRESIOK DE LA INSUBORDINACION
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FRANCISCO JIYENU Y JMENEZ
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FRANCISCO JIHENEZ Y JIhfENEZ
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FRANCISCCB JXYENEZ Y JIYENEZ
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REPRãGION DE LA INSUBORDINACION
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FRANCISCO JIMENEZ T JIIENEZ
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REPRFSION DE LA INSUBORDINACION
tos, a resolver con posible criterio unificado para todos los sn-
puestos de concurrencia de varias infracciones, quizá sobre la
base de incrementar, dentro de ciertos límites, la pena asoriah!e
al tis grave.
6) Bi el maltrato, tanto al superior como el que, a trav& de
un abuso de autoridad, recae sobre el inferior, no produce per-
juicio grave a una u otra de las víctimas, también w estará en el
caso de pena única para delito único, el de insubordinación, de
una u otra clase.
111
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REPRãGION DE LA MSUBORDINACION
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PRMCISCO JIHEHEZ Y JIMENEZ
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FRANCISCO JIMENEZ Y JIYENE7,
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BSPRlXiION DE LA INSUBORDINACION
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REPRESION DE LA INSUBORDINACION
l l l
109
CONSIDERACION GENERAL
DE LA OBEDIENCIA DEBIDA
COMO EXIMENTE"'
por Enrique pORR.ES JUAN 0 SENABRE
Capit&n Auditor
1. CONSID&RACIOSES GKLNERALES
La existencia organizada
de una comunidad, exije su sumisión
a una serie de normas que le impongan su propia
v directrices
estructura. Sólo así cahe hablar de sociedad, J 5610 a través de
esa sumisión pueden los diferentes miembros que la integran des:-
envolver adecuadamente sus distintas actividades. Ya 10s anti-
guos atribuyen a Salomón, la observacibn de que “donde no hay
gobernador, se disipará el pueblo”, y este principio se ha conser-
vado a lo largo del tiempo en todo tipo de sociedades.
Pero una ley, NI RU rrdacción general no podría abarcar to-
dos los cambiantes supuestos : de ahí que se dote a ciertos indivi-
111
ENRIQUE PORRES JUAN-SEN-ORE
11%
LA OBEDIENCIA DEBIDA COMO EXIMENTE,
ll3
ENRIQUE PORRES JfAN-SMABRE
cra jato” (6). Tan ~610 podía exculpar xi la apariencia (1~ :Itro.
tidad fuera “sutwecuen8” a la cominión del delito. Pero ya plau-
tea el problema de la relevancia de la dudo. antp la iIí~g:~litlad de
la orden.
IA exencibn de responsabilidatl :~lalrciih t:\mbiíw :\ los Sier-
10~. Se dech: “Ekrvuw non in omnibus rehns sine poerut flomini
dicto andiens essr Rolet . . . si tlominw hominen occidrre wrvnm
iusinset” (7). y “ad et fuae non habent atrocitatem facinoris ve1
sederis iguoscitur .servis.. . si dominis obtemperaverint” (8).
En el Derecho germano, el mandato del Rey o del Duque libe-
r;~ de toda resyonsahilidad al wíbdito. En I~R c*élebrea leyes de
Rotario. flaflas para los longohardnx cn el aiio 64X ~1’ absolvía
concretamente (9) a quien mataba a otro por indicac~ion del Prín-
cipe.
E8 curioso observar como la “I-lUg~¿lWit” o coleccibn legielati-
va de Ger@s Kan, del kglo SII. insiste repetidamentc~ (‘II la riguros;l
obediencia cn los cjéwitos, ~fhrr todo n sus fSci;hlf~s: **el que mau-
de bien uua decena de hombres. merfw mandar mil. Pero al qw
cn el mando no cumpla las ímlfwf~s recibidas. le castigo fwn 12
muerte, la de SUS hijo8 y HU mujer, p elijo otro para su man-
do” (10). S610 con ente rigor c>n la obediencia puede compren-
fkrse que mantuviera agrupatlax tan fliwrsifs fuerxi~s en su mano.
En el Derecho Caní)nico se inntaura la ittea de que el infwior
no puede excuRarse, ya que anten que a los hombres EU?debe obe-
diencia a Dios. Pero reconoció dismiuucion de la responsahili-
dad. 8i como consecuencia de la orden cumplida, hubo derrama-
miento de S9Jlgre. II0 w pwlía ~JI lo sucesivo ejercer miniatrriox
tlirinon. al reconwerw su “falta de mansedumbre PVilllgbliCii"
(*‘irregularitateR et defectuö perfectae lenitatis”).
En nurutrn Ikecho medieval, tiene una importancia funda-
mental el texto de larc Rif-+ PnrtitlaR. obra masima legislativa de
(6) Evangelio San Lucas, 23. 47: San Marcos, 15, 3d San Mateo, 27, 51.
Los tres evangelistas recogen esta expresión del centurión.
(7) L. 20 D. de Oblig. et oct XIV.
(8) L. 175 D. de ref. iur.
(0) Edlctum Rotaríi 1. 129136.
(10) Jmrrnnl Arrfatfgw. Enero 1842, pág. 103.
114
LA OBEDIENCIA DEBIDA COMO EXIMENTE
Gel que fuew menor de veynte c cinco años que hobiew guardador :
0 frayle 0 monje 0 otro religioso que extoviessf2 RO otwdirncia de
su mayorat : cada uno de estos que ficiew dafio en U):~IS dtA otro
por mandato de aquel en cuyo poder estoviwse non wría renudo
de obedecer PII tales cosas como wtas. (1si los obedesciere e mat;l-
1’~.o firiew alguno dp los ywros sobredichos dwcn nwr Iwna,
t:lmbiCn romo el otro que lo mandó facer”. En estos ‘filtimos pir-
rrafos demuestra palpablemente nuestro gran rey su fino sentido
jurídico. y se hace eco de la versión romana de la “atrncitatem
tacinoris”.
TamhiCn WI Ia Partida VTT. la ley 13 título %?, alude a la obe-
diencia drhida a las órdenes del *Juez. el cual (‘s solamente el res-
ponsahle inrlwso en el caso de homicidio.
Otros ejemplos son c>nla propia Partida YII. las leurs 9, 20
J’ 2’1 11~1título !U. y en 1iI Partida II la le? 16 del título 15.
Por regla general, sin embargo! no se excusa en 1:~ Partidas
nl inferior cuando son delitos c>nlos que su ausencia de sentido
moral, era incompatible con nnn preaunci6n de licitud de ta
orden.
En el Fuero Real (d(l 1’355)se contienen algunos preceptos con
rimilares caracteres en el Título “de las fuerzas y los dafioa”.
En el Fuero Viexo de Castiella {de 1333, una curiosa dispo-
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ll6
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2.” Es compatible:
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IA OBEDIENCIA DEBIDA COMO EXIYENTB
VII. RltQnIsITos
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ENHIQUE PORRES JUAN-SENABRE
(37) Istituziani <IP Diritfo Pemlv Jfilitnw, 1, 1950. (Citado por Ro-
DRfCUEZ DEVIEJA.)
(33) Diritto Pende Militare, pag. 58.
LA OBEDIENCIA DKBIDA COMO ZXIHRJTE
134
IA OBEDIENCIA DEBIDA COMO EXIMENTE
Hay que tener en cuenta que los limites del inferior para des-
obedecer son muy restringidos, pues la mera resistencia (activa
o ,pssivla) a una orden. ya integra un delito de desobediencia, ta!
amo prevee el arf. 237 del Código Penal (R. de 5 de enero de
1939).
Para una total exoneración, no debe el inferior salirse de los
términos de la orden, es ‘decir, no debe haber un exceso en el cum-
plimiento de lo ordenado ,(EI.de 9 de mayo de 1957).
Nuestro Consejo 8upremo de Justicia Militar estima proce-
dente la obediencia, no $610 respecto a brdenes ilícitas dolosas,
sino también imprudentes o negligentes (S. de 7 de junio de 1957~.
En los casos en que la obediencia no excluya la responxabili-
dad del subordinado ien que concepto responder& éste? Algunos
pródigos (como el de Justicia Militar de Chile, art. 214), lo con-
sideran como cómplice del superior. Xos parece qw ello depender5
de las circunstancias del caso concreto, pero que, en general, esta
mas prbxima de la autoría! puesto que al hacer posible la ejecu-
ci6n material de la infracción, viene a tomar parte directa en ella
En algunos casos! IR exención de responsabilidad exigirá que
w WW3Ulte previamentc1al sttpriw ;twrca ae Iil otvkn, si ello eya
posible y no urgente el cumplimiento.
PACHDCO, al comentar el Código Penal de 1850, distinguió ya
entre la obediencia ciega y la obediencia “debida” queriendo in-
dicar que bata debia tener un carkcter reflexivo (“debida” en seu-
tido propio). Ta MONTWUIPIUhabía destacado lo absurdo que su-
ponía la ciega obediencia, y c6mo kta no puede rxigirse de ese mo-
do en t&minos generales.
La exención de responsabilidad, 9610 alcanza R los destinata-
rios de la orden (los verdaderos “inferiores”), no n terceros.
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LA OBEDIENCIA DEBIDA COMO MIbfENTE
1.37
ENRIQUE PORRES JUAN-SENABRE
138
LA OBEDIENCIA DEBIDA COMO EXIMENTE
1. Pakcs latinos.
- ISn Italia se di&6 el L? de febrero de 1941 el Código
Penal Militar para tiempo de paz. En él se admite en el ar-
tlculo 40 como causa excluyente de pena, el cumplir un de-
ber impuesto por orden de un superior. El superior es res-
ponsable de los delitos ordenados, y tan ~610se harA exten-
siva la responsabilidad al inferior cuando el delito sea ma-
nifiesto.
- En Portugal, el Codigo de Justicia Militar de 26 de
noviembre de 1925, no contiene un precepto específico en su
parte general. Pero en el art. í w remite en lo no previsto pa-
ra las disposiciones generales. al Código Penal común. El HI=
titulo 91 establece que para que pueda existir delito de dtbs-
obediencia debe de estar la orden del superior dentro de sus
atribuciones legitimas.
- En Bélgica, el Código Penal Militar de 27 de mayo de
lS70 (reformado en 24 de julio de 1923), no contiene un pre-
cepto gtweral sobre la obediencia. El art. 23 se refiere al dc-
lito de desobediencia, al aludir al militar que rehuse obede-
cer (irdenes de eus superiores o se abstenga intencionada-
mente de ejecutarlas cuando es mandado para un servicio.
Con ocasión de los crímenes de guerra, se dictó en este pafs
la IA??de 20 de junio de lti7, que rechaza en su art. 3 la obe-
diencia debida como eximente, cuando “la acción reprocha-
da constituís una violación flagrante de leyes y costumbres
de guerra o de leres de la humanidad”. 8610 eventualmente
podd ser considerada como atenuante. Entiende la doctri-
na aplicables, sin embargo, el error, el estado de necesidad -y
la violencia moral.
LA OBEDIENCIA DEBIDA COXO EXIMF.NTE
i41
ENRIQCE PORRFS JUAS-SENABRE
142
un error vencible). En estos arts. 19 a 21 se castiga la des-
obediencia, denegación de obediencia e incumplimiento de
órdenes por imprudencia.
Si el error del inferior deriva de otras razones. cabe ate-
nuacibn. El art. 32 prevee la responsabilidad del snperior
por el abuso de facultades cometido y por los delitos que
mediatamente cometiera.
- En el Derecho inglés tan sólo en el Uerecho Militar
caben mandatos antijurídicos obligatorios (no en el Ikrecho
común), rigiendo el Rrit,kh Mamml of MiCitary La& de 1914.
En él se establecía que no se pueden castigar pnr el enornigo
violaciones de leyes de guerra, cometidas por miembros (~(1
las Fuerzas Armadas, siguiendo órdenes de sns gobiernos o
de NIR comandantes. Solo los jefes serán responsables por
las íwdenes dadas. Es de señalar que algunos autores critica-
ron duramente estos preceptos, siendo un tanto curioso e
ilógico que trate el legislador de dar normas sobre lo que
ba de hawr un Tribunal enemigo.
En la actual redacción del precepto, se establece que el
hecho de violar una ley de guerra. por ser cumplimiento de
una orden de gobierno beligerante o de jefe perteneciente :L
esa potencia no exime de pena. Reconoce, siu embargo, que el
Tribunal debe tener en cuenta la obediencia debida. no sien-
do órdenes manifiestamente ilegales, aunque no para decla-
rar la irresponsabilidad. En el art. ,36de la Army 12ct. se cas-
tiga a toda persona sujeta a lev militar que infrinja 0 deje
de cumplir una orden o una preacripciím que conoce o qn’f
razonablemente Ne supone conocida.
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ENRIQUE PORRES JCAN-RENABRL:
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ENRIQCE PORRES JUAN-SENABRE
1. INTRODUCCIÓN
157
JESCS LOPEZ YEDEL
:I dar el verdadero sentido, ese que está por encima de las leyes o dr:
los hombres, porque ae basa en la naturaleza de las cosas, porque
responde a los móviles constantes del vivir humano en sociedad;
algo así como una luz proyectiva que nos haga ver u otear la
plenitud panoramiea del Ministerio Fiscal bajo aquella wru lee,
rectu ratio, tuztwae oompwem, difuma i.m omnes. cmatms, w)n-
pitena. (CICER~X: IIT libro de Lo Rcpúblka.)
169
JESL’S LOPE2 YEDEL
(6) CARLE (cit. por DEL VECCHIO, El concepto del Derecho, p&g. 75) se
refiere a la noción de lo justo como “idea arquitectónica de la sociedad”,
pero a nosotros nos interesa aqul, la realizaci6nestructural dinámicay vi-
va de lo justo.
i0a
EL MXNISTERIO FISCAL
163
JZSS LOPEZ YEDEL
H. Esquenbas jurídico-penale
164
versado o quebrado es el que es asumido en su defensa pública
por el Ministerio Fiscal. En la justicia hab& otros momentos más
o menos sublimes: la ejecución suprema, el cumplimiento. Pero
la repreNentación ético-social de ese mínimo ético es la que el
Nnisterio Fiscal ostenta en la esfera penal.
2 La naturaleza íI.41 delato.-Lo anteriormente expuesto y¿i
1108puede aclarar algo de la naturaleza del delito. Cfr. DORADO
MONTBRO: “-~ES posible una definición del delito?“, en su Dew-
cho protector de los artnc+uzles, 1916.FRANK: Philoeophie du
Dmit penal, 1%X) Por lo menos en la complejidad de los diver-
sos aspectos (9) que 8e ponen en juego. Porque efectivamente el
minimo Btico indispensable para la existencia del grupo social
110sda la sinosis del delito natural, pero es una materia penal en
la que se ponen en juego nn sin fin de factores de orden natural,
c(ne hay que mantener, que fortalecer y? a vetea, presumir o sobre-
entender. Ron, por ejemplo, la naturaleza caída del hombre; su
predisposición connatural a la sociedad por encima de su bondad
o malicia intrínsecas; la irrupción de la vida de Gracia, del Per-
(Mn y de la Misericordia: la privación posible, como consecuen-
cia del delito, de la libertad que es, al decir de KANT (Introduc-
ci&n al concepto del Derecho), el zlnim derecho natuml; la con-
vulsión íntima que el delincuente como persona sufre y Ia lesión
que el afectado recibe,, junto a la trayectoria social y BU impacto
del delito.
Eeto hace que toda teoria del delito tienda a asirse en formu-
laciones legales positivas, y esto no implica un positivismo jurí-
dico ni nn formalismo, sino que es la INZMna>turaZmínima sobre
la que la sociedad, el delincuente y la justicia quebrantada dis-
cnta.Il.
Es de&, que esta remisión a la garantia de la formalización
de los delitos en textos legales viene exigida por la naturaleza de
uu Derecho penal, que sea, no precisamente POSitiViSta, Eh0 no-
toriamente progresivo. El Ministerio Fiscal, en cuanto inetitu-
&ju positiva de recctiza&n de ju&cia, tambien ofrece eaa doble
dimensión iusnaturalista y positiva, de manera Oow&lraZ.
166
EL MINISTERIO FISCAL
167
JESUS LOPE2 YEDEL
168
ZL MINISTERIO FISCAL
rra en las que tanto insistieron nuestros juritìtas del siglo XVI-,
representa una “instancia jurídica” en la que la humanidad ha
jugado y ha puesto a prueba en expresión máxima su misma ten-
si6n colectiva, como expresión de esa otra más íntima del hombre
consigo mismo en el conjunto social (14).
El llamado “estado de guerra”, como hecho social, político y
militar, no hace sino traducir en su misma elemental terminolo-
gía un hecho que no es per awidens ni per tnczdens, sino un sta-
tu.9, cuya permanencia 0 cuya persistencia, si no radican en la
cotidianidad, sí se afincan en su catalogación socia1 indeclinable.
Es importante, sin caer en subjetivismos falsos ni en pesimis-
mos vacios, partir del hecho social de la guerra en su status, por-
que ello dar8 la clave de muchae cosas: primero, la justificación
del EjCrcito como institución permanente adscrita a ese statua
en una finalidad b8sica de “preparaci6n para la guerra”, que, en
definitiva, no es sino, según frase bien conocida, prepararse para
la paz ; y segundo, explica la existencia de esa Jurisdicción mili-
tar que no representa una excepción forzada a la ordinaria, sino
que implica a su vez el reconocimiento de una “especialidad” o
de una categoría óntica en orden a la <‘decisi6n del litigio”, pues-
to ya ‘de manifiesto de manera perentoria, crucial y urgente.
El Ministerio Fiscal representa y ostenta la justicia en esa
Jnrisdicción de guerra. Diríamos que una sociedad o una colecti-
vidad “preparAndose para la guerra” tiene que comenzar por
autodisciplinarse y por ser “justa” en sl misma. Los fines de la
Jurisdicción castrense, y su ámbito -por las materias delictivas
0 delitos, por el tigar delictivo 0 por las per8ona8 re8ponsabkx
(cfr. los arts. 6.“, 9.” y 13 del Código de Justicia Militar especial-
mente)- discmre sobre bases organizadas, técnicas o cientificas ;
pero la institución Ministerio Fiscal est8 justificada por algo m8s
que por razones de competencia. Precisamente hay un ámbito
normal de la Jurisdicción castrense en tiempo de paz ; pero tam-
bi& precisamente se ensancha connaturalmente cuando se provo-
ca una tensión social importante, y entonces la Jurisdicción cas-
trense se er@ en compromisaria de la paz pública en 108 esta-
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JESUS LOPE2 YEDEL
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EL MlNISTERIO FISCAL
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JESGS LOPE2 MEDEL
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XI., YMISTERIO FISCAL
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JESUS LOFEZ MEDEL
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5 lu?nmzRIO FISCAL
ci6n de las leyes durante el ,plenario de las causas que deba in-
tervenir y ejercitar la accibn pública ante los Consejos de Cfue-
rra”. El art. 145 precisa que “cuando el delito que se persiga ae;)
militar y los procesados pertenecientes a cualquiera de los Ejér-
CitOS,ejercer8 las funciones fiscales desde la elevación de la cau-
sa al plenario, un General, Jefe u Oficial de categoría igual o
superior a la del mBs caracterizado de los presuntos culpables”.
El nombramiento se hara por la Autoridad judicial para cada
causa y, en el ejercicio de sus funciones, depender& del Fiscal
militar del Consejo Supremo de Justicia militar.
Por el contrario, segfin preceptúa el art. 146, cuando en las
causas se persigan delitos comunes o de los comprendidos en el
articulo 194? o se halle procesado algún paisano? intervendrá el
Ministerio Fiscal jurídico militar. i Son dos instituciones escn-
cialmente distintas? i,Es únicamente Ministerio Fiscal el jurídi-
co militar?
Desde luego, en la terminología a lo largo del Código parece
que se reserva la palabra Ministerio al Fiscal jurídico militar, li-
mit&ndose a hablar de Fiscal militar en los casos correspondien-
tes. Pero aun dentro de las limitaciones que el Fiscal militar tie-
ne en el Código de Justicia Militar nos permitimos hacer las si-
guientes consideraciones :
1.’ Que el capítulo II del titulo VI -“De los Jueces inn-
iructores, Fiscales, Becretarios de causas p Defensores”- se rn-
brica con el de “Fiscal” y, por consiguiente, se da asi una nni-
cidad a] menos en cuanto a lo que llamariamos “Tnst.itucibn fis-
(:a]“; y en el mismo art. 148, al hablar de la independencia fun-
cional, se refiere primero a la del Ministerio Fiscal jurfdico mi-
litar; pero luego distingue -y unifica- a IOS Fiscales jurfdico-
militar y militar, respecto a la prohibición. las autoridades ju-
di&les de dar o recibir instrucciones.
2.’ Que las razones que cualifican el “Fiscal militar” son
esencialmente idénticas en principio a las del “Ministerio Fis-
cal jurídico militar”, y hasta por la puntualización de “jurfdi-
CO" se presume que también el Fiscal militar lo es, puesto que si
no, la terminología diferencial podría ser Fiscal militar y Mini+
terio Fiscal.
Dada la naturaleza especial de la jurisdicción caaftwme, in-
176
duso por la presencia en el Consejo de Guerra de personas
no t&cnicaa en Derecho, el Fiscal militar no hace sino asumir la
representación de eHaJusticia militar que garantiza la integridad
institucional del Ejkito, y el .hecho de que en los supuestos de
procesados paisanos por delitos militares, se d6 entrada a la
intervención del “Ministerio Fiscal juridico militar”, no ee sino
garantía para el propio procesado, cuya acasación pública ae
verá a su vez revestida de una mayor precisión técnica Pero en
los dem&s cajos, el Fkcal militar, dentro de una Jurisdicción
que recuerda el sistema inglée del Jurado, ea netamente carac-
terística y peculiar (aunque no es del caso aqul apuntar posibles
ïef ormas) (19).
3.’ Que efectivamente el Ministerio Fiscal jurfdico militar
est8 configurado con una mayor amplitud de facultades, y aeí
aparece, por ejemplo, en el titulo III del Código castrense, “Atri-
buciones judiciales de las autoridades que ejercen jurisdicción“,
en cuyo capitulo “,De los Auditores de los Ejércitos y dem8s fun-
cionarios de los Cuerpos Jurídico-Militares”, el art. 61 viene a
establecer que “Independientemente de las Auditorías y donde
éstas residan, actuar8 el Ministerio Fiscal desempeñado por fnn-
cionarios del Cuerpo Jurídico Militar respectivo, que en repre-
sentación del Gobierno promoverá la acción de la justicia y pe-
dirA la aplicación de las leyes en las causaa en que 8e persigan
delitos comunes, militares y comunes o ee hallen procesados pai-
sanos.. . y ejercer8 las dem8s funciones que en el mismo se le
atribuyen” (cfr. loe arts. 10 del Reglamento orgbnico del Cuerpo
Jurídico Militar, loe 14 y 15 de la Armada y el 15 del are).
4.’ Que esa mayor amplitud de funciones queda ademas
advertida en otros extremos concretos a lo largo del pro-
ceso: notificaciones incluso en los delitos militares cometi-
dos por militares, de las elevaciones a causa, autos de proce-
(19) No obstante, hay una idea que, acaso,podla ser digna de medi-
tarae: la notificación al Ministerio Fiscal jur%dicrxnIlitar, de las senten-
cías dictadas con intervención del Fiscal militar. para que en determina-
dos supuestosde infracción legal pudiera ejercitarse, independientemen-
te de las alegaciones de aquél, al amparo del art. 797 del Código de Jus-
tlcia Militar, una acción de revisión o alegaciones especiales basadas en
error de hecho.
176
p. MINISTERIO FISCAL
177 12
JEXJS LOPEZ YEDEL
IV. CoxcLnsIoNl!Js
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JFSUS LOPEZ MEDEL
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MARIO TIBVRCIO COMES CARNEIRO
182
LOS RLRMENTOSFUNDAMENTALES DEL DERECHO MILITAR
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NARIO TIBURCIO GOHES CARNEIRO
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L.OS ELKMENTOS FUNDAMENTALES Dp. DERECHO MILITAR
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MARIO TIBURCIO COMES CARNEIRO
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LOS ELEMENTOS FL’NDAMRNTALES DEL DERECHO MILITAR
189
MARIO TIBURCIO COMES CARNEIRO
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MARIO TIBURCIO COYES CARNEIRO
104
LOS ELEMENTOS FCNDAMENTALES DEL DERECHO MILITAR
(8) Otroe autores brasileños han publicado en sus libros 10s Cursos
que dieron en las Escuelas Militares. Así, por ejemplo, ANTONIO DE A~uJD,~
(Curso. Escuela de Infanterfa y Caballería de Rlo Grande del Sur, 1878) ;
J. J. DA ROCHA (Compendio G?PDireito Militar), y TARQUINO DE SOUXA
(0 ensino do LHreito na Escoln Naval).
196
LOS SLEMENTOS FUXDAMENTALES DEL DERECHO MILITAR
196
LOS ELEXENTQS FUNDAMENTALEB DEL DERECHO MILITAR
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MARIO TIBURCIO COMFS CARNEIRO
201
MARIOTIBCRCIO
MMESCARNEIRO
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L~s’ELEIM~~~T~~ FUNDAMENTALES DEL DERECHO MILITAR
207
MARIO TIBCRCIO CO.MES CARNEIRO
209 14
LEY SOBRERESPONSABILIDAD PENAL
PORDELJTOS MILITARESENLA U.R.S.S.
DE 25 DE DICIEMBREDE 1958”)
Traducción de Matino BARBERO SANTOS
Profesor adjunto de Derecho Penal
de la I!niversidad de Salamanca
211
RESPONSABILIDAD PENAL POR DELITOS MILITARES ES LA L‘. R. S. S.
ART~CTJLO 3.”
Awrfcur,o 4.”
212
IU~U’ONSABILIDAD PENAL POR DRLIIDS YlLlTARPB EN W U. R. S. 8.
Amfwnxtr.9 al supwhr
AHTí(‘l?Lo 6.”
.1tentado a mrperior
ARTICULO 7.’
213
RESPONSABILIDAD PENAL POR DELITOS MILITARES EN LA U. R. S. S.
AHT~CLTLO8."
214
RESPONSNULJDAD PENAL POR DELITOS MILITARES RN LA U. R. 9. 8.
ART~CXILO11
Desercibn
215
RFSPONSABILIDAD PENAL POR DELITOS MILITARES EN LA U. R. S. S.
.iRTÍCUI.0 12
ARTÍCULO 14
216
RRSPONSARIUDAIJ PENAL POR DELITOS MILITAR5 SN LA U. R. 8. 8.
ARTfCLLO 16
217
RESPONSABILIDAD PENAL POR DELITOS MILITARES EN LA U. R. S. 6.
ART~CIXO 19
218
RESPONSABILIDAD PENAL POR DELI’IWS MILITARES EN LA U. R. S. S.
ART~CCLO 20
ARTfCrm 21
AwríCUIX) 07
ARTÍCULO 28
Arwicr-r.o 31
El robo. li1 tlestruct%n ilegal 11e valores, 1;) violviivi:i así como
la suxtract4hn ilthgal de hienw bajo 4111~rrtrsto tlv una necesid:ltl
militar, qut’ se twmt*t;cn twntra In pobl;wiím C>II t4 ámbito de las
operaciones de guerra. serA castigado con la 1wn:l 11thlwivaciím cle
libertad tlr tres il cliez años n con la pena tle mwr+.
Al<Tf<!ïI.O :i.?
223
9l ecenstomes 91
226
RECENSIONES Y NOTICIAS DE LIBROS
!227
BF,CENSlONBB T NOTICIAB DE LIliBOfJ
229
llElXNf31OFiEfl Y NOROlAS DE LIEROB
!Bo
RBfXN81ONEi3P NOTICUf3 M LIBROS
!a base del efecto óntico del delito declara lo que en este caso corresponde
a la justicia y hace, por consiguiente, moralmente lfcita la pena de muer-
te” (p&g. 34)) a saber, que el delincuente al cometer un delito capital (ase-
sinato o un ataque directo a la comunidad) se excluye a sf mismo ipso fado
de la comunidad (pág. 32), niega a la comunidad y pierde su derecho a se-
guir perteneciendo a ella (pág. 33).
La fundamentación de Ermecke me parece poco sólida, puesto que el
hombre es, por naturaleza, social y no puede tener ninguna eficacia cuales-
quiera declaración suya por la que renuncie a esta naturaleza, inseparable
de su existencia y esencia. Aparte de que en todo caso la exclusión volun-
taria de la comunidad estatal no explica en modo alguno el derecho del Es-
tado a disponer de la vida del que asl se separa, ni menos lo justifica mo-
ralmente.-JosÉ: MARGA RODR~GL’FZ DEVESA.
Los incidentes del proceso contra Adolf Eichmann han tenido una enor-
me resonancia periodlstica y literaria. No abundan, en cambio, los docu-
mentos autenticos, aunque es de esperar que en su día se publicarán integra-
mente las actas. De ahí el elevado valor del presente volumen, donde SU au-
tor, embajador de Israel en París, ha vertido del hebreo al inglés el escrito
de acusación (27 febrero 1’361) ; el debate sobre la competencia del Tribunal,
compuesto por Moshe Landau, presidente; Benjamín Halevi y Yitzhak, voca-
les, y Joseph Bodenheimer, secretario (11 abril 1961), resuelto a favor de
!a jurisdicción israelí en la mañana del día 17 de abril de 1961 (sexta sesi6n
del Tribunal) ; el discurso de apertura del Procurador general, Gideon Haus-
ner (dias 17 y 18 de abril), y la contestación del acusado a los cargos
(FL: “En el sentido de la acusaci6n. no culpable”). Se añaden dos apén-
dices: (1) Ley 5.710-1950 (1 agosto 1950) sobre (el castigo de) los nazis y
colaboradores de los nazis; (II) Nota relativa a la admisión de determi-
nadas pruebas por decisiones núms. 7 y ll del Tribunal.
La acusación abarca quince cargos comprendidos en las secciones 1 (a)
y 3 (a) de la Ley de 1950 y en la sección 23 del Código penal israell de
1936. La sección 1 (a) de la Ley de 1950 dispone que será castigado con
la pena de muerte el que durante el rbgimen nazi haya cometido en un
Pals enemigo un crimen contra el pueblo judío o contra la humanidad,
o que durante la segunda guerra mundial haya cometido en pals enemigo
un acto constitutivo de crimen de guerra. La misma sección en su aparta-
do b) define 10s conceptos expresados: Por “crimen contra el pueblo judfo”
se entienden los hechos que siguen ‘*cometidos con la intenci6n de des-
truir el pueblo judío en todo o en parte”: matanzas de judlos: acusación de
Bsmm81O~Es Y AOTICIAB w LIBBOS
234
RKdXNflIONEfl Y NOTICIA8 DE LIUBOB
237
RECENSIOSES Y SOTICIAS DE LIBROS
Este pequeño trabajo del Director de Asuntos Generales del Comit6 In-
ternacional de la Cruz Roja corresponde a exposiciones por él realizada6
en junio de 1960, en los Cursos de la Universidad radiofónica internacional.
Un breve esquema, destacando el significado e importancia del espf-
ritu de Ginebra en el Derecho actual, y una frase final: “1,a desaparici6n
del hombre o la desaparición de la guerra, es el dilema implacable con
el que hoy nos hallamos enfrentados.“-E. DE N. L.
RECENSIONES Y NOTICIAS DE LIBROS
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RECENSlOI(ES T NOTICIAS DE LIBROS
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RECENSIONES P NOTICIAS DE LIBROS
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RECENSIONKS Y NOTICIAS DE LIBROS
nes que complementan los artículos, y situadas al pie de IOS mismos, con
Ia jurisprudencia necesaria para facilitar su claridad, estudio y aplicación
en la practica conforme a la doctrina tradicionalmente adm&fda por e!
Tribunal Supremo y concordancias entre los preceptos y otras dispo&fo
nes a su vez contenidas en el volumen; además, en la Ley procesal eze
contienen cuadros-resumen de artículos que tratan de materias determj.
nadas como recurso de apelación, de súplica, de reforma, etc., y, a conti-
nuación del Cãdigo Penal, las tablas para la aplicación de las penas.
En 10 que pudiéramos llamar segunda parte, se comprenden las dis-
posiciones penales que se consideran más importantes para que la ma-
teria penal esté completa y para que pueda tenerse a la mano todo lo regu.
?ado hasta la actualidad, insertado por riguroso orden de fechas, bajo
el título general de “Disposiciones penales más imperantes” y en las que
se integran, junto a leyes de naturaleza genuinamente penal, otras que
sin serlo expresamente, tienen afinidad con la materia; todas ellas debida-
mente anotadas y comentadas.
En un loable deseo de facilitar la labor, se contiene, ademb. una tabla
en la que se expresan los plazos que son exigidos en el ámbito penal no
sólo dentro del procedimíento propiamente dicho, slno incluso fuera de él,
por orden de su extensión comenzando por los que pueden ser libremente
setialados por el Juez haciendo uso de libre arbitrio judicial que en casos
concretos la Ley le concede, y concluyendo por los de mas longftud: cual
es el de treinta afíos para la prescripción de la pena de muerte y la de
reclusión mayor; aríadiéndose, junto al plazo referido, el precepto le-
gal que lo determina.
Por último, para facilitar el manejo de estos textos legales, se contie-
nen una serfe de Indices detalladlsimos: de la leglslaclón citada, por or-
den de fechas, y de la materia contenida en la obra, por orden alfab6tlco.
J. R M.
245
Organizadas por la Facultad de De- Rodrfguez Devesa, Teniente Coronel
recho de la Universidad de Vallado- del Cuerpo Jurídico Militar y Pro
lid, se celebrarán, en la ciudad de fesor de la Escuela de Estudios Juri-
Burgos, perteneciente a dicho distri- dices del Ejercito.
to universitario, y en días aún no de- Otro de los cursos especiales tiene
terminados del mes de mayo de 1962, por enunciado el de Problemas bd.+
las II Jornudas de Derecho Penal bii- cos de Derecho akreo y astrondutico y
litar y Derecho de la Guerra, siendo estará a cargo del Doctor De Tapia
los temas objeto de estudio los si- Salinas, miembro del Cuerpo Jnridico
guientes: “Insulto a superior”; “Ocu- Militar del Aire.
paciún”; “La aeronave militar y la
ley de navegación aérea de 21 de ju- l **
!247
ISPOBYACION
249
nación de residencia; la decisión de Superiores. Ln cierto número de su-
27 de abril de 1961 relativa a deter- plentes de cada una de las categorías
minados escritos o impresos, y la de- autes mencionadas será fljado por de-
cisión de 4 de mayo de 1961 sobre Pm creto, asistiendo tales suplentes a lar
cedimiento penal por la que se amplia- debates y sustituyendo en su caso a
han los poderes del magistrado inS- los Jueces titulares.
tnlctor.
Igualmente se determina que hasta
Italia
una fecha que será fijada por la ley,
podrAn ser sometidos, en virtud de
Por sentencia del Tribunal de Ca-
decreto, sea al Alto Tribunal Militar
ación de fecha 28 de noviembre de
creado por la decisión de 27 de abril
lS59. se declara que, como consecuen-
de 1961, sea al Tribunal MilItar creado
cia del Convenio de Londres de 19 ds
por decisión de 3 de mayo de 1961,
junio de 1951, hecho ejecutivo por
los autores y cómplices de delitos con-
Ley de 30 de noviembre de 1955, la
tra la seguridad del IZstado y contra
Jurisdicción penal con motivo de he-
la disciplina de los Ejkcitos y todas
chos cometidos por los miembros de
las infracciones conexas cometidas en
las Fuenas Aliadas estacionados en
relación con los sucesos de Argella.
territorio %liano, =-Po--! =g\í
Se modifica igualmente la comp larla a la Autoridad Judicial italiana,
eici6n del Alto Tribunal Militar, que salvo aquelloa casos en que se trate de
seti la siguiente: un Presidente de dellto o infracciones cometidos con-
Sala de la Corte de Casaclõn, o un tra la seguridad o los bienea del Esta-
Consejero de la Corte de C!at3aci6n do de origen o contra parsona~ J
como Presidente, p como Vocales, un bienes de dicho Estado, supuestos en
miembro del Consejo de la Orden Na- los que la prioridad corresponde a
cional de la Legión de Honor, un Ia Juriedicci6n del Estado de origen.
miembro del Consejo de la Orden de Sin embargo, tal derecho de prioridad
la Uberaclón, un Consejero de Estado, puede ser renunclado en virtud de
dos primeros Presidentes del Tribu- consideraciones de importancia par-
nal de Apelación o Presidentes de ticular, como por otra parte puede
Sala del Tribunal de Apelación de Pa- verificarlo el Estado italiano respec-
rSf3y tres Oficiales Generales. Del mif5 to a aquellos hechos cuyo conoclmiexk
mo modo se establece.’ respecto al Tri- tc, corresponde a su Jurisdicción. En
bunal Militar, que su sede será fijada este último supuesto, la potestad para
por decreto y que su composición serA la renuncia corresponded no a la
la siguiente: un Presidente, conseje- autoridad judicial itallana. sino al
ro del Tribunal de Casación y las Sa- Mlnisterio de Justlcla.
las que se determinen por decreto,
cada una de las cuales se compondrá,
a su vez, de cinco mlembros, un Pre- Inglaterra
sldente Consejero del Tribunal de Ca-
sación o Presidente o Consejero de Ha publicado su primer número en
un Tribunal de Apelación; dos magis- julio de NM30 The Brftish Jo~rnul of
trados pertenecientes a Cortes o Tri- Criminology, dirigido por Qlover, Man-
bunales, y dos Oficiales Generales o nheim y Miller.
260
“Métodos nuevos de trabajo social en
Surzo materia de patronato” (Widler).
“51
1. LEGISLACION
253
LEClBLACIOA Y JUBI8PRUD&WIA
para dar salida a asuntos del despacho sin pensar en que volverá el ex-
pediente o también para no estudiar aspectos que pueden ser perfec-
tamente meditados por el órgano resolutorio o sección que propone a la
autoridad.
Tambibn la Ley se ocupa de dar una pauta al informe en el artículo
86, ordena sean sucintos y que no se incopore a su texto el extracto
de las actuaciones anteriores, ni cualquier otro dato que ya figure en el
expediente.
No dejaremos de manifestar nuestras dudas sobre la inteligencia de
este precepto, no en cuanto a lo de sucintos, que si bien no hay regla
para definirlos como tales, debe ser prktica constante, porque aligera
su lectura y con ello facilita una mayor rapidez de resolución, pero no
así pensamos en cuanto que no se incorpore a su texto el extracto de
anteriores actuaciones, ni cualquier dato. A veces la przíctica lo eviden-
cia, en expedientes voluminosos, la autoridad que debe resolver busca
un dictamen que claramente le haga historia, le centre el problema y
le oriente, objetivos no fáciles de lograr sin ese extracto, que además
junto con esos datos son elementos fácticos precisos para el informe.
La Ley prescribe que se emitirán los informes en el plazo de diez días,
salvo existencia de disposición que permita otro mayor, que nunca ex-
ceder& de dos meses. Muy acertado nos parece aquf el legislador.
Tambien se establece en el artículo 86 la responsabilidad del fun-
cionario culpable de la demora, entendemos que el precepto es obvio
aún sin él al prescribir una conducta y no ajustarse a ella se incurre en
una responsabilidad de distintos posibles caracteres.
F) Ine&tenciu ~21 informe preceptivo en un expediente administra-
tivo.-Si bien como ya hemos dicho es conveniente, en muchos casos
ilustrar al órgano resolutorio del expediente, no hay que olvidar que a
veces no es preciso por lo sencillo del fondo o lo corriente del asunto.
Aparte de esta consideración, hemos de distinguir el informe pre-
ceptivo que al no solicitarse, aparecerá un vicio procedimental que hati
anulable la resolución.
Este vicio ser% de anulabilidad a tenor de lo dispuesto en el artfcu-
lo 41 de la Ley de Procedimiento, que dlce: “Los actos administrativos
se producirán por el órgano competente medlante el procedimiento que
en su caso estuviere establecido”, y el articulo 47 de igual texto legal,
párrafo 1 .O, letra c, dice: “Los dictados prescindiendo total y abeoluta-
mente del procedimiento legalmente establecido para ello o de las normas
que contienen las reglas esenciales para la formación de la voluntad de
los ãrganos colegiados”, en este caso los actos de la Administración
son nulos de pleno derecho.
Entendemos que el precepto que nos es aplicable a nuestro supuesto
es el número 1 del articulo 48 que dice: “Son anulables utilizando los
medios de fiscalización que so regulan en el tftulo 5.O de esta Ley, los ac-
tos de la Administración que incurran en cualquier infracci6n del or-
denamiento jurfdico incluso la desviación de poder.”
256
LEUIBLACION Y JUBI8PBUDäACU
258
I.P.ixaLa010n T JW18PSUDERUXA
1. Ambito de aplicación
A) Desertores:
a) Que pertenezcan a los Ejércitos de Tierra o Aire: Serviz%n
en Cuerpos o Servicios de Africa (excepto en desertores indulta-
259
LcoIBLAClON Y JURIBPBUDQWlA
Lo Reincidentes y reiterantes.
2.O Los reos de los delitos mencionados si hubieren tomado parte en
actos de crueldad, muerte, violaciones, profanaciones, latrocinios LI otros
hechos que por su fndole repugnen a todo hombre honrarlo cualquiera
que fuera su ideologfa.
IpBIBIAOIOl’d Y JUBIBPBUDUWU
1.0 A los reincidentes y reiterantes y a los que, aun sin serlo. ten-
gan antecedentes penales derivados de más de una condena.
2.0 A los reclusos que tengan en su expediente correccional alguna
nota desfavorable por actos realizados en la prisión y conceptuados como
faltas muy graves, o dos o más notas por faltas de menor entidad.
3.0 A los rebeldes que no se presentaren ante el Tribunal o Juzgado
que los hubiere reclamado, por medio de requisitorias, dentro del tkmino
de treinta dias, a partir de la publicación de este Decreto.
4: A los condenados o los que se les condene por delitos perseguibles
exclusivamente a instancia de parte, si esta. en el tkmino de treinta días
manifiesta su oposición por escrito a la concesión de la gracia de indulto
ante el Tribunal o Juzgado que entienda de la causa.
261
IZQIBLACIOR Y JUBIBPBlJDEXCll
LP Reincidentes y reiterantes.
2.O A los que en sus expedientes correccionales como reclusos tu-
vieren alguna nota desfavorable por actos realizados en la prisión con-
ceptuados como faltas muy graves o dos o más notas por faltas graves.
<Yo
. A los rebeldes que no se presenten ante el Tribunal o Juzgado que
los hubiere reclamado por medio de requisitorias. dentro del t&mfno de
treinta dfas a partir de la publicación de este Decreto.
4: A los delitos persegutbles, exclusivamente a instancia de parte,
si esta, en el referldo tkmino de treinta días, manifiesta por escrito,
ante el Tribunal o Juzgado competente, su oposición a la concesión de
la gracia de indulto.
DECRETO DE 1.0 DE MAYO DE 1952 (“R. 0. E.” NÚM. 131) CONCEDIDO CON
OCASIÓN DEL CONGRESO Enc~~fs~~co.
1) Reincidentes o reiterantes.
2) Los que en sus expedientes correccionales como reclusos tengan
nota desfavorable por falta muy grave o dos o más notas por faltas gra-
ves, por actos realizados en prisión.
3) Rebeldes reclamados por medio de requisitorias si no se pre-
sentan en los treinta dlas siguientes a la publicidad del Decreto.
4) Condenados por delitos persegulbles exclusivamente a instancia de
parte si 6st.a se opone ante el Tribunal o Juzgado componente a la con-
cesión de la gracia de indulto en los treinta dlas siguientes a la publlca-
ci6n del Decreto, o del auto que declare firme la sentencia condenatoria
si la causa estuvlera pendiente.
1. Ambito de aplicacidn
204
LEGISLACION Y JCRIBPRUDENCIA
26!!
LàOISLACION Y JUBI~PBUDCRCIA
4. Particukwiddes
1. Ambito de apltcadn
Por Orden de 13 de marzo de 1959 (“B. 0. E.” núm. ü?~; “D. 0.” nú-
mero W), se extiende el indulto concedido por Decreto de 5 de febrero de
1959, a prófugos y a quienes no hayan pasado la revista anual.
267
chados de crímenes y delitos de los que repugnan a toda conciencia hon-
rada.
En su virtud, a propuesta de los Ministros de Justicia, del Ejército, de
Marina y del Aire, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su
reunión del dfa seis de octubre de mil novecientos sesenta y uno.
DISPONGO:
368
Lu3IsLACIoN Y JUBIBPRCDERCIA
ORDEN DE 28 DE OCTUBRE DE 1961 (“D. 0.” NC'M. 247), POR LA QUE DICTA NOR-
MAS ~OIIIPLEMENTARIAS DEL DECRETO DE INDULTO DE ll DEL MISMO MES POR
EL MINISTERIO DEL EJÉRCITO.
270
LEQISLACIOIV Y JURISPRUDENCIA
271
LEcIBLACIOI\‘ Y JURIBPRù‘DENCIA
CONSIDERACIONES GENERALES
274
LEOI6LACION Y Jl~RIEPRUDEXCIA
La Orden de 8 de febrero dc 1951 (“D. 0.” núm. 32) aclara que la an-
teriormente citada no excluye la fiscalizacibn previa ni la aplicaci& de
loa preceptos del Reglamento de Contratación Administrativa en e) F&mo
de Guerra de 10 de enero de 1931. La necesidad de la publicación de esta
Orden es prueba de la confusión a la que antes se hizo referencia en
cuanto a lo que verdaderamente debe entenderse por “aprobación del
gasto”.
Una excepción al principio general establecido por la Orden citada de
29 de noviembre de 1950. la constituía el art. 20 de la de 27 de noviem-
bre de 1954 (“D. 0.” núm. 271) por la que se dictan normas para el ré
gimen económico - administrativo de los Establecimientos fabriles de
pendientes de la Dirección General de Industria v Matrrial del Ministerio
del Ejercito. Sin duda la conveniencia de proporcionar a dichos estable-
cimientos una mayor agilidad funcional en el aspecto económico, dado
w caticter industrial, inspiró esta elevación en la cuantía de los gastos
que podían aprobar las Juntas Económicas de las Fábricas Militares con
respecto a las de los demás Centros, Organismos y Servicios del Ejercito.
El referido artfculo, si bien no alteraba las facultades del Subsecreta-
rio y de los Directores Generales hacfa ascender hasta 100.009 ptas. el lf-
mite establecido para la aprobación de gastos por las Juntas Económi-
ras y concedía a los Directores de dichos Establecimientos la autori-
zaci6n para acordarlos, en casos de extremada urgencia. hasta 2.000 pe-
setas, dando cuenta a dicha Junta.
f,a Orden de 22 de diciembre de 1954 (“D. 0.” núm. 294). hizo exten-
siva la anteriormente aludida al Parque Central de Ingenieros y Concede‘
determinadas facultades al General Jefe de Ingenieros del Ejémito.
En lo que se refiere a los Cuerpos Armados, ha de tenerse en CUentit
LEOIEIACION Y JURlBPRUDY.NClA
18 Orden de 5 di marzo de 193 (“1). 0.” núm. 54) p,r I;I clue se serialan
las cuantías de los gastos que pueden acordarse ron raro al Fondo de
Atenciones Generales, en la siguiente forma:
Reseñadas tan sOlo las principales disposiciones que tiencu relacitjn con
la aprobación del gasto, hemos de hacer ahora referencia más detallada a
!a nueva regulación establecida por la Orden de 3 de febrero de 1961
.(“D. 0.” núm. 311. Ksta Ortlen contiene tres partes rli;tint:c:
Analizaremos por ahora tan sólo las dos primeras partes citadas, de-
ia,ndo la última para el momento en que tratemos especialmente del trá-
mite a que la misma se refiere.
En el primer aspecto, esta Orden de 28 de febrero dc 1961, eleva a
:?O.OOOpesetas el límite de 10.000 que la de 29 de noviemhre de 1950
<“D. 0.” núm. 272) establecía para los pagos al pie de caja, bien enten-
Qido, que dentro de cada mes y por un mismo capítulo y articulo del Pre-
supuesto, no podrá satisfacerse mayor cantidad a una misma persona o
c-ntidad.
En el segundo, establece las siguientes cuantías:
277
IJmIBIACION Y JURI0PHUDENCIA
a) La existencia de credlto.
b) La legalidad de la imputación presupuestarla.
cl La procedencia del sistema o forma de celebración de la
contrataciOn proyectada.
Aei. la tercera parte de dicha Orden, en BU art. 2.0, establece con carácter
permanente mientras no se disponga otra cosa y sin perjuicio del cum-
primiento de los requisitos que exija la legklación vigente. las siguien-
tes delegaciones concedidas por el señor Ministro en aquellos casos en que
R esta AutorJdad compele la aprobación del procedimiento de contrats-
ción:
Hasta Hasta
En los expedientes de su-
basta y concurso que
comprendan adquisiciones
de cuantía ._. . . . 1.000.000 Jws~I;I~. .-m.rw ~,t~s~~t;l.~
En los expedientes de con-
cierto directo que com-
prenda adquisiciones de
cuantía . . . . . . . . . . . . 5nn.Mw .’ 2.x).000 ..
JCn los expedientes de eje-
cución directa por la Ad-
ministraciún que com-
prenda adquisiciones de
cuantla . . . . . . .. . 2T>O.O00 ” l~IO.MKl ..
281
contrataciones que no excedan de aquella cuantia, puedan tambi6n ser
aprobadas por dicho Jefe. No ha de olvidarse que según la circular de
la Intervención General de la Administraciõn del Estado de 19 de junio
de 1953, por la que se da conocimiento de la Orden del Mlnisterlo de
Hacienda de 28 de mayo del citado aAo, deben usarse con criterio res-
trictivo las excepciones al principio general de la subasta. Cabe, pues,
que se celebren licitaciones de esta clase para importes inferiores a
5OQ.QQO pesetas y. por consecuenda. a lOQ.OOQ,pues la diferencia s6la estri-
ba en la Autoridad -Ministro o Jefe de la Dependencia- que acuerda
cl procedimiento.
No obstante, es tan infrecuente la posibilidad de que este problema
se presente en la practica, que 6610 como disquisición teórica lo apuntamos.
Lo cierto es que, de no ser por la aclaración contenida en la Orden
del Ministerio de Hacienda a que acaba de hacerse referencia, podriamos
interpretar al pie de la letra el articulo 57 de la Ley de Administración
y Contabilidad, cuando establece: “quedan exceptuados de las solem-
nidades de subasta y concurso y podrán ser concertados directamente
por la Administración los contratos siguientes”.
En efecto, la primera parte de este precepto es terminante e induce
a pensar que la palabra “podrán” contiene ya una afirmación permanente,
más bien que una posibilidad dudosa que haya de utilizarse con criterio
de limitación en los casos en que se pueda justlflcar.
COMENTARIOS Y CONCLPSIONFS
CUADRO NUM. 2
Orden del Ministerio de Hacienda de 147431. (“B. 0. del E.“, núm. 189.)
consejo
detstodo Consejo de Ministroa Orden Mlnistcrial (1) JefedeIr Dtpcndcadr
l _. -- - ., ._ ..--
Subasta.. . . . . . . . , .. . . . . . . . . . . . . . . Articulo 49 del ca-1
pftulo v. : Todas.
-..--,..-
casos
:
1Articulo 54 del Ca-: Casus:
Concurso...........‘................... 1 pftulo. v. 5.” - 7.”
I . ..- -. - l
Casos: Casos: j
I 3.0 - 4.0 Caso:
Concierto directo, . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . :; Art’cu’o 57 “’ Ca- 5.O - 8.’ &J : fi 13.O hasta 1OO.ooO
*.* . pitulo v.
10.0 - 13:o pesetas.
14.Oal 18.” ’
4 kan05 oficialmen- I
te idóneos.
hitenos de 250.000
Ejtcuci6n directa (2).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . i A$~~~8 de’ C,a- pesetas.
r(orma general. E‘xtremada urgencia.,
dando despues,!
cuenta al Consejo!
-- --. de Ministros
^_/.
usceptiblcs de di,
vidwse en tramo ;i
Destajos {de las obras que pueden ckcer- Artículo 59 del Ca- 0 trozos.
tarse dlrectamentc).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . pftulo v. latones de interC# 0
----_ publico, social (3
celeridad.
l I I
(1) Vánse delegaciones del Ministro en el cuadro d6m. 3 bis.
(2) La adquirIci6n de tos materiales necesarios se harA por el procedimiento aplicable del Capftulo V de la Ley de Administraci6n y Con-
tabilidad (Artkulo 58 bis).
LJml8IACICW Y JUHIt3PHUDEP(CM
EjecuciQn directa . .... .... Hasta 250.000 ptas. Hasta 100.OOU ptas.
CUADRO NUM. 4
._-.
tos superiores al 20 O/@del Importe pri-
mitivo. (Artículo 60, párrafo 2.O)
I
número 150) . . . . . . . . . . . . .
Anulación de contratos o modificación de
rquéllos en que previamente hubiera in-
formado aquel Alto Centro Consultivo..
(Articulo 60, pkrraft) 3.O)
I
CUADRO NUM. 5
14. Insulto de obra II superior. Art. 321, 3.‘,. CdM. Acto realizado con
ocasión del servicio. Reservistas. Acto del servicio. Ioducción. .Irt.
196, 2.A, CJM. Actos que infieren perjuicio al hueo régimen de los
Ejércitos. Art. 443 CJM.
Sc?il. I julio 1!11;1/(tkgi<in .Itirtw tIc. ~~httw~tlo) _--En Iwvieml~w 1!3:* ~liti
parte el cabo wtwcialista mecánico IIV radio dta aviación Francisco T. H.,
de haber encontrado dormicto al sc~ldaclo tiel tleskwanwnto de.. Manuel
(‘. G.. cuando éste se hallalja cte sct~vicio en et radio faro para recoger
cualquier llamada que pudiera piwlwirse en la emisora. Con motivo 4~
wta falta fué arrestado Manuel C. (;. y traslatlatlo después. haciendo tna-
nifestacionex. tanto él como su hermano I,aurt~ano, que fué tamtJ¡én sot-
dado (iel Arma tk Aviación. licenciado agosto IX%. de que >e vengarían
del cabo (RKwI.T.~ 1) .-Postel,iolmente. et 2 felwcarfl l!k%. sobre las 4 de
ta tarde. cuando el c+tado cal)o se dirigía al destacarnenio por la carrete-
ra llamada de \‘altlelatilla )’ circulaba a tal efecto montando una bici-
cleta, saliti 11’as 61 en motocicleta I.auwano c’. (;.. ctuien dantI rienda
welta a su resentimiento por habw originado et arresto y traslado de
Manuel C. G.. atletant(í al referido ratk. le hizo bajar de la hicirteta .v, se-
292
IaIBIAOIOA Y J UBIBPBUDMWU
293
LDBIBX&lIOIf Y J’U~EPliUDQVClA
1.5. Hesponsabilidad civil subsidiaria del M.” EjCrcito. Art. 206 CJM.
.î r& 8 julio 1960 (II Región Militar) .-Un CG., Algeciras 14 novlemhrb
1959. dictó sentencia declarando probados los siguientes hechos: “Que
el 2 jullo 1959, sobre las 22 horas, la ambulancia E. T. 653.8630, afecta al
Grupo de Tropa de Sanidad Militar de esta plaza (Algeciras,. v conduci-
da por el procesado Benito B. L., debidamente habilitado para ello, circu-
laha en acto de servicio de evacuación de enfermos. reglamentariamente
ordenado. por la carretera general de Cádiz-Málaga desde el Campamento
de Reclutas de.. . hacia el Hospital Militar de Algeciras, cuando al llegar a
las proximidades del kilómetro 104,20 de dicha vía v en raz6n a no mar-
char el citado vehículo lo suficientemente próximo al lateral derecho de
la calzada de 6.50 m. de anchura en ese punto, entrú en colisi6n con el
ramion CE. 2899 propiedad de don Pedro P. M. en orasión en que aqu&.
legalmente conducido por Antonio F. C., avanzaba en dirección contraria.
sensiblemente por su derecha y a velocidad normal, causando desperfectos
materiales en la propia ambulancia y en el cami6n. pericialmente valora-
<taa en 25.50 ptas., v 6.750 ptas. respectivamente. Los hechos fueron ca-
lificados de simple imprudencia con Infraccibn de reglamentos originaria
de daños. 1.009 ptas. multa, privadón del permiso de condurir por rln año.
así como abonar en concepto de responsabilidad civil 25.900 y lì.750 pese-
tas w favor Hacienda Militar y Pedro P. M. como propietarios. respectiva-
men. ambulancia v camión. Caso insolvencia, exigible subsidiariamente
al Estado el importe de la responsabilidad civil declarada a favor del
particular perjudicado. El responsable directo fue declarado insolvente.
Awsoría Jurfdica: Procede la declaraci6n responsabilidad civil suhstr
Aiaria. Ramo de Guerra, por 6.750 ptas., que Aeberan ser abonadas al pro-
pletario del camión civil.Subsectetario : Conforme.-Ffscnl Togado : POI’
cumplirse los requisitos que exige el 306 C.JM. para esta clase de respon-
.qabilidad y hallarse el expediente completo procede la declaración de la
responsabilidad clvll subsidiaria del Ministerio del EJ6rcito en cuantía dd
ti.750 ptas. a favor de D. Pedro P. M.-CSJM.: Por lo.? propios fundnmrnr
IPOIBLACIOIP T JUBIIPBUDKNCIA
tos rn 911~ se apoya el informe del Ezcmo. Sr. Fiscal Togado dr vstr
CSJM., que ùr Sala hace suyo en todas sus partes y acreditado 9ue el cabo
Benito B. L. carece de bienes de fortuna para responder de la respomabi-
lidod civil declarada en la sentencia, de acuerdo con lo dispueto en el ar-
título 206 CJM.. es procedente declarar lo responsabilidad civil suhsidio-
tia del Ej&cito de Tierra en ln cuantfa de 6.750 ptas. y a favor de don
Pedro P. M., propir~tario del camitin CE. 2X.99 (CONSID.~ eh-~-o).
lti dr ellos oI hacer caso otniso tk 1a.s cuatro bo!y«s <‘»II 111cf.s qu,’ por,,
J~alizar dichos palangre s ~(,ttín r:sie instnlrrfills. rrsí como fk los avisos 9uc
‘1 gritos y con luces ticac/c cl puente Ir hacia (,/ patrcin df, Irr (,mbnrcación
pQrjudicati, postcriorttc~ntt? y eil la mismu sc Mertci<l s( clrgamenta en
fOrT?lU confrfltlictoria que no existe pr~bo con Qntid& suficienfe que
demuestrc~ fuera dicho procesado el q?~.<’realizó los hechos rlr autos:
p»r 10 que. el :I uditor ?j el Capitán General del DeportameNo Maritimo (1<.
C’dti.?, u In ri&ttJ ti( c’sta >rotablc itccongsuem-in a que /lega dicho Tribunal
seutr,nciador, desplks tl,, habrr admitido unos hechos que comparten-
plenamente por drsyrenderse así con todo claridad de los distintas piezas
del sumario qu.Q analizan por separado. disintieron de lo refen’da sen-
tcncia K!ONSIO.~ 1). Y tras lln minwioso p detenido o.rame?i de la causa
ac acseditn suficiehtementc qu<’ los ~FCIIOS orîcwiero?r tal y como se re-
cogen etc los c‘ufJir« Rrsultnn(1o.s rk (strr .sr*nfc)zcia. courortlnnit~s con In de!
CG., por rlesprenderse nsí de todas las declaraciones de la tripitlacidn del
barco pQrjudicado y dul propio denunciado. rQconoci&.dose por ti?nÓn
P. M. su presencia en las aguas y o ìn h.ora y jecha de autos, las setiles
que IQ hizo rl patrón riel “Vicente Mary” así camv el incidente ncaecido
con el mismo, corroborkdose dichos extremos por el patrón de una
tercera embarcación de prscu. la “dovetr Jos? ql~e encotrtrti posterior-
mente los palangres con sekles de haber sido cogidos por una embar-
cación dr! nwastre como era h del procesado cuando estaban fondeados,
completándose todos estos elementos de prueba con QI dictamen emitido
por los pen’tos a tal efecto designados en los que se reconoce uno actitud
uegligentr por parte del patrón del “Isabel Llinares”: por lo que, en
consecuencia y no obstante el criterio sostenido por reiterado furfupru-
dencia de este Alta Trihu~l &T respetar las declaraciones que se for-
nwlan por los CG.. denlro del arbitrio que la Ley les confiere, en el pre
sente caso resulta obligada su revocmión (CONSID.~ Il). En consecuencia,
bs hechos reoüurdos por el procesado son constitutivos de un delito
consumada de negligencia del art. 565 pdwafo 2.O CP.. originario de da-
ii tipifiCados en el art. 69, 4.O de La vigente Ley Penal y Disciptinaria de
Ia MariM Mercante. toda vez qrJe se dan la.0 dos circunstancias de in-
INJEIACJOR Y JL’HIBPRUDF~ClA
17. Hrsponsahilidad civil subsidiaria del !bí.‘* EjCrcito. Art. 206 CJM. PC
q uria ecooámica. Razones de eqnidsd.
19. Recurso de revisión. Dualidad de seateaclas. Art. 954, 5.O, CJM. Tes-
tigos de Jehovk Objetores de conciencia. Desobedlencia. Sedición.
Delito continuado.
tlicii>n, t>n scntcncia firme tk l!l julio 1!J,?i. I’()r, \iltinjo. CI imputado tIe
mención. desde la última decena del mes de agosto pasacto. viene perci-
biendo las sobras que devenga, retiró el dinero pendiente de cobro y asi+
Le también al proflama de instrucción vigente en el Fuerte.-Rccítrso ~cl~i-
+jn: Entablado el 27 mayo 1960 por los pntl~~s clel penado por entender
~!ue los hech~~s declarados probados en ambas sentencias son constitutivo;
de un solo delito continuado de <lesobediencIa y. en consecuencia. solici-
!aron la acumulaci<in de ambas (‘ausas. dictándose una nl,e\‘:l senterlci;r
por el indicadr, delito de desohe<iicnria.-~Irloridntl Judicinl: AI elevar cs1
rCCUI’s0. SC prOUUncici (?n sclltido desfavorable a su admisi6n. fund&ndo-
se en que. si t)ien exisw en r:atla uno (le los hloquel; tlelictivos a que fc>
vliewn l’f.spectiv;íment~ xmhos procedimientos una relación de continlri-
rlad cararteristica del delito continuado. no ea posible apreciar ~1 tract(,
Gucesivo c>ntre iimboh grupos (Ic infraccione.. toda vez que la instrrr(.-
ción tk 1111IllieL’fi) I)rocedlmiento interrumpe la unidad de ocasitin neces;,.
via para la configuración del delito continuado, citando al efecto la Juriq-
prudencia cicl Trihurxll Supremo. según la Cual. cuando las actividadpu
~klictivw estL)n perfectamente individualizadas en el tiempo y la cuantía.
no es posible sumarlas para caatigarlaì; como un solo delito.-Fiscal Mili-
/nt: Que los hechos cometidos por el procesado Jesús M. N., integran una
terca conducta desobediente y rebelde. que mantuvo durante varios mr-
ses seguidos. v constituyen un delito rontlnuado. por concurrir en ellos 13
unidad de persona. de acción ! tlc infraccicín punitiva precisas y. en con-
secuencia. propuso la admisiiin a trãmite del recurso al amparo del 954.
.X0 CJM.. por haber recaído dos sentencias firmes y dispares sobre los
mismos hechos.--CSJM. : Acordó no haber lugar a admitirlo a trámite.
puesto que nunque los hechos realizados por ~1 procesado. y que han dado
lugar a las sentencias que sc impugnan, reúnen algunas de las caracte-
-ísticas de ejectibn del (irrito continuado. como SOR las de unidad dfj
propósito. dc bien jurídico lesionado. de Zey violadn y de sujeto pasivo. cs
widente qw lo instrurciriti tlc ~tn. nueun procedimiento interrumpid h
posible co/flrtnicaci6tc ~nlr<, Ir1.9 dos !/rupos de infrawine.9 de lu misma
indole, y *LO existe. por 10 tonto. c,ntre ellas. rl vfnculo de unidad que per-
mita suhswmirlns en IOUI sola figura delictiva, puesto que las diferentes
wdones del profesado &ti,qidas contra &J prestacfdn del servicio militar
queda. por el motivo dicho. claramente separadas en el tiempo y rompen
el principio de continuidad qur se requiere para que puedo apreciarse la
jorma dr ejecucibn del delito di &sobediencia cn que 8e basa el ~VCWUO
interpuesto. y al recogerse. por lo tanto. en ambas sentenrias. hechos di-
ferentes. aunque de la misma fndole. 1~) ha lugar a admitir a trdmíte el
recurso por cuanto el precepto legal en que se apoya, el 9.54. 5.O CJM.. ezi-
ge concretamente que sobre los mismos hecho8 SC hayon dictado do8 den-
rrnrim firmes ~1 dispaws (CONSIIX~ÚNIcoI.
20. Pesca con explosivos. Art. 1-O Ley 31 diciembre 1946. Art. 2.O. 4.”
y 6.O, 1,. 31 dtciembre 1946. Reiacideacta. Art. 10, 15.* CP. Art. 9.“,
IO... CP. Menor edad de 18 ados. Art. 9-O. 3.’ CP.
Antonio S. C., Angel S. C., Ramiro P. V., José S. R., JO& Antonio P. V.,
Francisco S. M., Agustín C. G. y Joaquín M. C.; y el procesado José >la-
ría A. .% también autor, de conformidad con art. 2.0 núm. 6.O de la mencio-
nada Ley 31 diciembre 1946; agravante de reincidencia para Agustfn C. C..
y en Francisco S. M. atenuante 9, 3.0 CP.; Jose Maria A. M., Jos.6 Antonio
P. V.. Antonio S. C. Joaquín M., Angel S., Jo& S. y Ramiro P. dos años
presidio menor, Agustín C., cuatro años y dos meses presidio menor. y
Francisco S. M., un mes y un dfa arresto mayor, accesorias legales CWWS-
pondientes a las referidas penas, sin que haya lugar a responsablliclades
civiles; absolviendo a Juan Ramón R. B., Aurelio V. R., Ramón F. N. y
Jose M. M.. cuya participación no estimó suficientemente probada.-
voto Particular: Del Presidente, por considerar hay prueba suficiente de.
que intervinieron en los hechos los cuatro procesados absueltos, por lo
que deben ser Igualmente responsables del calificado delito: Juan R. B.,
Aurelio V. R., Ramón F. h’.. .JOSI?María A. M., Jose M. M., Ramiro P. V.,
.José Antonio P. V. Antonio S. C., Joaquín M. C., Angel S. C. y José S. R.,
tres años presidio menor, Agustín C. G., seis años de la misma pena
por la agravante del 10, 15* CP. y. finalmente, Francisco S. M., un mes y
un día arresto mayor, por la atenuante del art. 9, 3.0 CP.-Autorirfad Ju-
dicial: Disiente por notorio error en apreciación prueba respecto a .luan.
R. B. y Aurelio V. R., ya que se acredita en autos que el primero tenía
conocimiento del uso de explosivos por la tripulación de su buque, y
una vez ocurridos los hechos no solamente no los denunció, sino que,
ademas, de manera manifiesta trató de ocultarlos, induciendo en tal sen-
tido a los tripulantes para lograr la impunidad del hecho delictivo; y el
segundo se desprende claramente de las actuaciones que vendió los ex-
plosivos destinados a la embarcaclán “Arrltokleta” sin que el lnterme-
diario Jose María A. M. exhibiese la guía de circulación correspon-
diente. siéndole incautados por la Guardla Clvll los detonadores que
asimismo y posteriormente había adquirido del citado Aurelio V. R.: por
lo que, en consecuencia son responsables del delito previsto en art. 1.O Ley
31 diciembre 1946. y comprendidos en art. 2.O, casos 4P y 6.’ respectlva-
mente; dos años presidio menor; aceptando en relación con los restantes
procesados los pronunciamientos del fallo.-Fiscal Togado: Conforme en
todas sus partes con el disentimiento.-Defensa de Juun R. R.: Después
de alegar su buena conducta, ser persona dedicada por completo a su
comercio, y que no ejercía fiscalización o control alguno sobre su em-
barcación, ya que se explotaba en régimen de a la parte, así como enten-
der que de las diligencias sumariales se desprenden que no tuvo jamãs.
conocimiento de que se utilizaran explosivos. ni beneficiado de la pesca
obtenida por este procedimiento. careciendo. por Otra parte, a SU juicio,
de todo valor probatorio la declaración de uno de los tripulantes en que
se funda el disentimiento, solicitó la absolucl6n.-Defensa de lo8 res-
tantes procesados: Por entender que en Antonio y Angel S. C., concurre
la atenuante del art. 9.O 10: CP.. dada la edad de ambos, que estaban IW-
metidos a la potestad paterna y que obraban por indicación de su pa-
LDUIBIACION Y JURIBPEUDENCIA
<ire; en relación con José Antonio P., Joaquín bl., José S. s Ramiro P.. ale-
gó sus buenos antecedentes, así como que no se acredita conocieran pre-
viamente que se habla de emplear explosivos en aquella ocasicin. por lo
que entiende procede se les rebaje la pena dentro del margen qué la IR.V
establece: sobre Xmstín C. G., que no debe apreciarse la reincidencia,
por no ser suficiente el impreso obrante en autos, y no ser de apllca-
ción, dado lo dispuesto en art. 4.O Lev 31 diciembre 1946. así como los
requisitos que determina para que exista tal reincidencia el art. 10. 15:
CP.; por lo que se refiere LI Aurelio V. R.. absolución. ya que. a SLI juicio.
no existe el manifiesto error mantenido en el disentimiento, el que ñcílo
se basa en una declaracitjn de persona digna de poco crédito. mostran-
dose finalmente conforme con las condenas impuestas a José María A. v
Francisco S. M.: Angel S. C.. dos meses v un (lía arresto mayor. a .José
Antonio P.. Joacluín 31.. José S., Ramiro P. v Agustín C.. seis meses y
.305 za
LpIreuaroN T JVRlsPRUDIUfCIA
21. Penas accesorias. Omisión en el fallo. Art. 890 CJM. Naturakta de Irr
privacih del permiso de conducir. Ley 34 abril 1958.
22. Estafa. Art. 529, l.O, CP. Percibo indebido de subsldlo famfftar. Des
litos contra el honor militar. Informes falsos en asunto del servicio.
Art. 355 CJM. Ocaltacióa de estado civil. Art. 437, l6:, CJM.
Arrepentimiento espontáneo. .Art. 186, 7.a, CJM. Responsabilidad’
civfl. Art. 264. Caasas personales de agravacibn. Art. 194. 2.O.
CJM. Vicios procesales. Apreciach de la prueba. Art. 787 CJM.
307
ñor .M. V. (ya Brigada a la sazón). y por la que éste pasaha. sienctcb tlv
notar que el mismo, en 1948 se había separado de la cioiia Dolores. ron mo-
tivo de desavenencias surgidas entre ambos. no obstante lo cual continuti
la menor Maria Teresa viviendo con el acusado don Feliriano X1. V.. quien
también acogió en su domicilio -en el que al parecer sigue conviviendo
con la Maria Teresa- a una hija que tuvo en septiembre de 1928 ron
cierta prima soltera en el pueblo (le ambos. Sel~ratlillo (Salanranca) y a
(‘uya hija puso el nombre de María Rosa v la reronoci6 el propio don
k’eliciano M. V. como natural. cuando la inscribió en el Registro Civil (RR-
SL’LT,WDO III). 12s cantidades indebidamente percibidas por el procesado
(lesde junio de 1943. si bien ron efectos de enero del mismo aRo, a junio in-
clusive de 1957, han sido: Siendo Sargento: en junio 1943. por los meses
de enero a junio a razón de 40 ptas. por una hija, 240 ptas. En cada uno
(le los seis meses restantes del año 1943. cobr6 intiehidamcantr 40 pt.w. por
cada mes. En el empleo de Brigada: En cada uno de IOS meses corre+
Jjondientes a los años desde 1944 hasü junio inclusive 1948. R r;izón de 40
J>esetas cada mes y desde julio a diciemhrp de ese año y de enero a junio.
incluído. de 1949. a razón de 60 ptas. por cada mes, csn razón de haher
cumplido la niña diez años. En el empleo de Alférez: tlesde julio a di-
ciembre 1949 y desde enero a junin inclusive 19.50. cada me3 7.; ptas. I:n
el empleo de Teniente: desde julio a diciembre l!XSo, a razón de 75 pese-
tas mensuales. En enero 1951. empieza a cobrar la indemnización faml-
liar. ademas de por la hija, por la presunta esposa y así percibe en cada
mes de dicho año y en cada uno de los correspondientes a 1952 y 1953.
a razón de 300 ptas. Y. por fin, los mismos conceptos en rada uno de
los meses correspondientes y comprendidos desde enero 1954 a junio 1957,
ambos Inclufdos. a razón de 600 ptas. cada mes. En definitiva. el proce-
sado efectuó cobms lndebtdos en perjuicto de los intereses del Estado,
en un total de 169 veces, apropiándose en cada una de ellas las siguien-
tes cantidades : la primera vez, 240 ptas.: las 60 siguientes a razón de
40 ptas. cada una; las doce siguientes. a razón de f30 ptas. cada una; en
cada uno de los dieciocho meses sigulentes. a razón de 75 ptas.: los trein-
ta y seis que le siguen. a razón de 300 cada mes y, finalmente, los cua-
renta y dos meses últimos. a 600 ptas. cada mes. En total se lucrõ indebi-
damente por 40.710 ptas. (RFSULT .O IV). En dIa que no se determina de
junio 1957. el procesado, don Feliciano M. V.. esponttineamente confes6
su anormal situación familiar. manlfestando que era de estado soltero p
que no tenfa ninguna hija legítima: esta confesión hecha al General Ins-
pector de la Policla Armada y de Tráfico. motivó la Instrucción de una
Informacibn que sírvló de cabeza a la presente causa (RESUI.T.O V). El
dla IP marzo 1954. el procesado, Teniente Feliclano M. V.. a los solos efec-
tos de aportación de datos para ia formación de la nueva Hoja de Ser-
vidos. formuló la declaración jurada unida a los autos, en la que jura
Por Dios y por su honor haber contrafdo matrimonio el 16 de abril de
1034 con dofia Dolores R. .J. y de cuyo matrimonio hahfa nacido, en .70
WI0 1938 una hija a la que pusíernn el nomhre de Marla Teresa. Nn
I.LOl81 ACION Y JI;BU,PHCDCXCIA
wnsta que esta declaración jurada fuera utilizada por el encartado para
poder seguir percibiendo la indemnización familiar correspondiente (RE-
SULTANDO VI). Durante la pasada guerra de liberación nacional. el pro-
cesado tuvo en zona roja una actuación extraordinariamente meritoria
y favorable a la causa nacional, hasta el punto de haberle sido abonado en
FU Roja de Servicios la totalidad del tiempo que estuvo en zona enemiga.
como comprendido en la 0. reservada de fecha 27 septlemhre 1938 (RF-
SOLTANDO VII).-CG. Oficiales Generales: Delitos y faltas de estafa con la
concurrencia de la agravante del 194. 2.O CJM. .v la atenuante del art. 9.O.
9 CP., por cada uno de los 42 delitos de estafa apredados. otras tantas
penas de cuatro meses y un día arresto mayor, que con la regla limitativa
del 70. 2.O CP.. a los efectos de cumplimiento. quedarian reduddas a tres
penas de dicha rwntía cada una. con las accesorias le~alcs correspon-
dientes y la especial militar de separación del servicio, conforme a lo
dispuesto en el 221 CJM.: y por un delito contra el honor militar, a la pena
de separación del servicio con los efectos señalados en el 224 CJM. E:n
concepto de responsabilidad civil, indemnizar al Estado (Ramo de Guerra)
en 40.710 ptas. Por último, el CG. no señal6 los correctivos a imponer por
la comfslõn de faltas leves apreciadas por haberse extinguido la ac-
cl6n penal.-Autoridad Judicial: AprobacKm.-Fiscal Togado: Aprobación.
Defensor: Tras poner de manifiesto determinados vicios en la lnstruccl6n
de la causa que pudieran afectar a su validez, y que motlvarfan la Imptxi-
bilidad de aprobar la sentencia, significó la omisión en los hechos pro-
bados de determinados actos de indudable trascendencia a los efectos de
aplicación de la regla punitiva, terminando por manifestar la imprmeden-
cla de que a los mismos conviniera la calificación de estafa v la imprme-
dencia de estimar la causa de agravación del 194. 2.O CJM.. suplicando
la nulidad de las actuaciones, reposición de las mismas al momento procesal
correspondiente o en otro caso una sentencia absolutoria. En la vista am-
plio muy brevemente de palabra el defensor, para presentar a su patro
clnado como un militar consciente de sus deberes castrenses y su eje-
cutoria como tal al servicio del Ej&cito.--CSJM.: Revoca con la siguiente
argumentación: Atriùuí&i por el 787 CJM. al Consejo de Guerra lo vnlo-
ración en conciencia de las pruebns practicntlns en In causa. el que falló Irr
presente ha usado del arbitrio conferido de modo ponderado. ya que el
ronjunto de dichas pruebas ofrece fundamento racional poro llegar a la
r!rclarncidn (le hecho que fcmnulan los juzgodores. sin que In omisión
de ciertos extremos relativos a la actuucidn del procesado 9ue nrgumentn
el defensor debieron tnmhiEn expresnrse en la sentencia constituya error
notorio para disentir d.42 aquelln apreciación, 0 la que tambitn muestran
,*onformidad la Autor+dad Judicial con su Auditor y el Fiscal Togado.
!r« que al Consejo de Guerra ILO le ero obligado recoger toda versf6n rn
su función scleetivn de aportaciones. y por otrn parte. pudo prescindir dc
/ns que no estimara necesnrias a fin de llegar n la calificacicin de los he-
chos perseguidos. Por tanto. la Sala respetn en esencia. los que sienta et
‘I’rlht<nnl. punl?tniiznrulo titricnmente ntgunos pnrticu/nres en logro dc mn-
IxGIEIAcIos T l ~lTRIBPRL’DE??CIA
yo7 cmurrción sobre ellos (CONSID. 0 1). Calificados como delito y faltas de
estafa en la modalidad del 529, 1.O CP. los cobros por don Feliciano Jf. v.
durante varios anos de las cantidades que pm subsidio familiar de esposa
e hijo Ir satisfizo la habilitación de su Unidad en la que figuraba el pro-
cesado como casado, cuando en realidad era soltero, surge ln necesidad
de examinar a fondo los requisitos originarios de rficho tipo punible para
veT si incide o no en el mismo lo conducta &l Teniente Feliciano M. V.
Siendo elementos esenciales para que se dé la estafa. en doctrina y @-
risp+wLencia, un dolo específico de engaño con ánimo de lucro y que con
su empleo se huya producido, o intentado al menos. un &splazamiento pa-
~rinwnial del sujeto pasivo al activo del aklito, por lo que C~tftUyC
condición básica de semejante culpabilidad que el individuo responsable
acttie directamentr con nlgunu nraqninación insidiosa y artificio de enti-
dad suficiente a producir el error sobre la voluntad de la victima. con la
jinalidad precisa de moverla a la entrega de lo defraudado en un obrar
medio mwmal (CONSID.~ II). La expresada relación de causalidad etigentt
rù! una condwta activa en el dejraudador no se descubre en el obrar de1
procesado: primero. porque este no presentd declaraci6n jurada’ ni ‘actuii
de otra manera sobTe el habilitodo de la Unidad de Policía Arma& a quk
estaba adscrito a fin de que le incluyera inicialmente en la ndmina del
subsidio familiar por hijos. sino que, lejos de ello, el mismo funcionario
aficiosumente y al parecer en la creencia de que al entonces Sargento Fe-
liciono M. V. le asistfa el derecho por tener la ni?ia a su cargo, hizo su
inclusidn para reclamar el subsidio y andlogamente la habilitación por su
iniciativa, fueru de toda induccidn personal activa de don Feliciano M. V., le
reclwad indemnización por la esposa, cuando se concedió el año 1951, a
òasc ~610 de la opinibn general de casa& rn que aquel estaba. y si es cier-
to que percibi6 los subsidios a conciencia de que no Teunín la cualidad
requertda para el disfrute, especialmente el de la esposa, ello exterioriza
en verdad un comportamiento TepTObabk, más tambien pasivo. de orden
general y de engendro anterior a surgir la ocasión del cobro, comporta-
miento que, por tanto, representa cosa distinta que el engaño puesto en
ejercicio y encaminado cn &TechrlTa --que esto es el dolo espe-
cid Según anteS se Ta%On6- a d&diT el aCt0 dejTat&dOT con lo que
podr6 responsabilizarse el encartado en otro aspecto. pero no en el
de la estafa que:se insiste, ha de arrancar rle la intencionalidad especf-
fiea de realizarla y que aquí no hay, ciertamente. motivos bastantes de
flpreciar: y segundo, porque el perjuicio econdmico estimable tanto di-
mano del cobro indebido. como del pago sin atenerse. en absoluto, a las
fomnalidades señaladas. lo que muestra que no jué la ockltación por el
señor M. V. de estado, la causa única de daci6n de cantidades. pues de
haberse exigido las relaciones jurados y 821 corroboracibn por certifi
cada del Registro Civil, confarme a la oTden de 12 abril 1943’. no se hu-
bka llegado a lo sucedido, o si por acaso el procesado hubiese quertdo
mantener su situación falseando justificantes, ya se Manifestada el ,acto
fab: de propfkito o persuasivo que ahora se nos ofrece (CONSID: III).
310
fPBIBLAOION T JURUJPBUlElWU
311
I.mlsIAclo~ s JUBlGPBUDWCIA
312
vicio. En concepto de responsabilidad civil a que indemnice al Estado
.en 40.710 ptas. De haber sufrido el procesado detención o prisíón preven-
tiva a resultas de esta causa, le será de abono para cumplir ei correcti-
vo de arresto militar. Absuelve a don Feliciano M. V. de los delitos ?
de las faltas de estafa por que fue sentenciado v de los que SC le acusa.
23. LcsiOflCS CdpOSaS. Art. 420, 4.“/565, párrafo primero CP. fmprwten=
ch temeraria. Caro fortuito, Art. 8.“. 8.8, CP. Apreciación de la
prueba.
24. Incompatibilidades. Defensor. Art. 158 CJM. Art. 159, 12.O Art. 164, 9.’
-25. Hurto. Art. 514, 1.“. CP. Embriaguez. Art. Y.O, Za, CP. Arrep&ti:
miento espontheo. Art. 9.O, Y.‘, CP. Art. 186, 7.“, CJM. Faltas le.
ves. Art. 443 CJM. Causas personales de agravación de la pena.
Art. 1Y4. Lo, CJ,M. Ley penal aplicable. Art. 257 CJM. Concurso
~ de leyes.
‘815
LLIcl8IACIOS Y Jl~Hl8I’RL’m,NClA
316
02 este CSJM. mtrr las que SC encuentra la sentencia de ,,.$to sal,, ,tr3
fecha 6 febrero 1957. cuando. como en el presente easo. se dan las ctrcuns-
ta& de ser militar la persona responsable. por perlc,necer o cualquiera
de 10.9 Ejercitos. así como realizarse los hechos en un buque de guerra o
establecimiento fnilitar, no ohstonte IQ natztra/ezn com,í,l dpt delito califiS
Wdo, es preceptivo s?ijetnrsc n las reglns 9ur rntnhlcc,, el CJ.if. (11 juzgar
In Conducto del procesado. a tenor tIe lo preceptuarlo en cl 194, púvafo 1.0
C’JM.. disposicirín Fsta que confirma el art. 2.5’7 c./.II.. pero hay que tener
sobre todo cn cuenta que rl repetido nrt. 1.94 fiisphne. en concreto. sean
castigados los delitos n q,w Se refiwc ron lo pf31a que t rtvif9-en sena.
lada en el CP.. itnpw’sta. al uLe1ws. vn su grafio minimr). y el CG. seas%
aiarbr ha confundido rsta pc’no ~~serinlnda”. C{nc (‘s lo hfísicn nsignndn 01
delito en cada unn tlu sus morlnlitiedcs ?/ que. por tanto. comprendf, todo
rl perfodo Ic.gal dc duraciórt cn quf’ crrbc imponcrlfl con Ifl pena aptica-
blr o ya graduada. rrsultantc de nctvnr las circunstnncirrs ntcznuantps «
agravantes sobre ta pena .srrinloda clta 9ttr SV porte: distincirín c:sta qur
claramente surge del propio nrt. fil CP. invoc~ntlo pfccsto que 01 enj(n-
mar su pdrrafo 1.O que “en los rasos que In prnn .sriiflladn por la Ley con.
!mgo tres grados... etc.” evidel(Ma que la lorucicí?t (k potra wrinlada s<
circunscribe. como rozonomos, n la om~ginarin que figtirfl ol lado de los
diversos tipos delictivos en el libro L‘.O del CtXirfo y antrs de la posible dea-
composiciún. en grados del total tiempo que la misma nl>arca. cuyo sentido
diferencial se corrobora en otros diversos preceptos drl rnentrlrio Código.
según puede verse, n guisa de ejemplo. en las reglas del art. 61. 1.” y 4.O.
en los 46. 52. 54. 6.~ y 78. demostrativos .dt, que cuando el legislador habla
allt oTe pena seiialada al drlito, quiere significar la uparejada a fiste cn
principio y en la que despuCs podrdn operar las circunstancias modificn-
tivas o2 la responsabilidad. Rin codelincuencia o del “iter crimnfis”. o fin
de llegar a lo determinacicin dfl grado 0 extensibn ~orrrspondiente R es-
tos factores. pero siempre de ulterior voloraridn y ajustado u In modolf-
dad peculiar de dicho Cuerpo lego1 (CONSID.~ II). Partiendo de lo exprtrn-
to y visto que lo mandado cn ei 194 CJdf. cs rnstigar PI hecho punible
-de los que enumera- con ln pena serTalada n fiste en el CP. hácese inex-
cusable si no quiere incumplirse prfcepln tan Categhhx tomar la pre-
vista pOrO et delito de qzle se trata en su totntidod y conforme se halle
defini& y luego siguie& la estricta observancia del CitfldO Otl. 194 fm-
ponerlo en et grado máximo. salvo que hubiere de subirse discrecíonal-
mente al grado mínimo o medio de la inmediata superior, sin que I>eni-
IU por tan ta to nsf estatuido bajar. por obra de fl’rcu?Wan&w de atenua-
cidn. previamente, a grados inferiores In pena senalflda para coger una de
ellos y construir sobre el mismo despítr’s el juego de agravacion, Yn Ve
cntoncra no resultnrk impuesta la pena seiialati clue se presm’he Y si
,,na por&n de elta que formadn atbitrarkmente con el subgrado mfnimo
del grado mfnimo de lo referida pena señalado 01 delito por et Código.
vtllneran‘a &T mo& notorio la letra y el espír+tu tl~~l 194. siendo PO7 10
&vnds improefdente invocar al efecto las reglas del art. 61 CP. COn el fn-
317
LEQISIACION Y JI‘HIBPRCPENCIA
320
LUi18IACION Y JI-HIIWRUDESCIA
hre rrit(,rw tlf. apn,ciacif;n sif~n~l>rf~ ,,,,f’ no s< c,c’rt dltl crro,‘. ~rrhtrrarw-
dad o noto& injusticia al enjuiciarla. En este caso las nlctoridades disin-
tientes se limiton a expresar no ha sido bien apreciado. sin aportar fm-
dam.ento dc w jwirio. ya que sólo formulan SU diaco7L,formifiari. sin ele.
mentas poro demostrar cl error (‘n que ptldiern rr sv jtricir) halar inw-
wirio el CG. ?J sin que de otro parte SC acredite en este trtímite vicio olgw
IMI sustancial en 8u estimacidn. El servicio que ori.ginó el suwsa de a«to.$
tuvo q7~@ serlo a conductor opto para PI. pese n su brrw tiempo de pre-
.wnciu en filas -des&- 2 niayn 1.95% OTI qtre presto juramento y comien-
ta el servicio propio rlp su claw- sin rt,,v vsta circvnsta~~cia de su mayar
(J menor competencia paro condrrcciOn tlr coches peanrlos ha,~~rr sido ma-
‘f.ria de rlwdo )I, ~n el Juzgarlo instrrlctor. ni en los ju~gclrl0re.s. ni cv
!ns autoridades que disienten. y no ptLe&. conforme (12 arl. 799, fundn-
mrntorw distwtimiento cn una mera clprc’ciución de ~)r~<~lm. que no apa-
rrw viciosa. errc;?tPn a arbitraria (CONSID.~ ÚNICO).
X.UNIILAOIOB Y JUUBIBPBUDUWIA
C~U,VC el de IllaltratO tk Uha a fuerza ¿U’lmith -de. :<()fi tki c. .1. fil.-
ya no a aquellas Autoridades del nnsmo a que alude el párrafo Lo del
artículo 6.O, cuando ellos actúan por razón de su servicio propio o con oc&
sión de él, aparecerá claramente perfilada la pertiwncia c!rl falln impug-
nado, siquiera en sus fundamentos se adujera ese otro apartado del mis-
mo artículo, por cuanto el recurrente agredió de obra a miemhros del
Cuerpo de Policía Armada v de Tráfico. que según el art. lh c1c su ley
c?onstltutlva de 9 de marzo de 1!441 tiene t,aracter militar, y cuando taleh
individuos del Ejército ejercían la específica mision que el Estado les
encomienda, por lo que debe ser rechazado el recurso por infracción de
ley interpuesto, ya que el art. 6.” del C. .l. hl. ha sido acertadamente a1)li.
cado en su relacion con 1~ restantes de que +c>ha herho Illpnpi6n.”
J. HERNÁSDEZ ,O~qzco
C) JURISPRUDENCIA DE LA SALA SEGUNDA
DEL TRIBUNAL SUPREMO (*)
‘*Que la llnea, a veces sutil, que separa los grandes imperfectos del de-
Jito, fustración y tentativa, adquiere mayor relevancia proyectando sobre el
hecho contemplado el concepto que de una y otra figura se contiene en el
art. X0 del Código Penal, donde se matiza como fustraci6n, la consumación
objetiva del delito, o sea el “lter criminis” recorrido íntegramente por el
:*gente sin resultado positivo; y como tentativa la iniciación de ese camino
delictivo con actos externos de eJecucl6n, pero interrumpido por causas 0
accidentes ajenos al autor de la infracción; concluyendose de ello que fren-
te a un mismo resultado de delito no consumado, la actividad del’culpa-
hle habla que encuadrarla en la frÜ&clón cuando practicó todos los actos
de ejecucl6n que deberlan producir por resultado el delito, y como..ten’
tatlva cuando al agente le quedó todavfa algo por hacer para el logro de’
su propósito” (.%%fenciO a?e31 di octubre de 1960).
-
J. Articulo 9.O. ntim. 8.“: Arrebato II obcecaci9n.
“La circunstancia atenuante novena del art. 9.” del Codigo Penal cuy¡1
no aplicación se denuncia, no es de obligada estimativa en un plano obje-
tivo de restitución. sino que requiere un previo estado ético-psicológico
tlc arrepentimiento” ISmtenrin CE%5 rlc octtrbre rl~ 1.960).
3a8
la defensa que pudiera hacer el ofendido, el elemento caracterlstico de
esta circunstancia descansa, no en la preparación de esos medios o formas
de ejecutar, sino en au utilización en el momento mismo de cometer e!
Ilelito: por eso tiene declarado esta Sala. que esta circunstancia no es in-
compatible con la de arrebato u obcecación. ni va embehitl;t en lo preme-
ditado, teniendo sustantividad propia en cuanto el delito rApitlamentc2
concebido y ejecutatlo puede realizarse de una manera alevosa: y el pre-
meditado, a su vez, puede o no ser alevoso según las formas que SC uti-
licen en su ejecución, que a veces son distintas de las concebidas por cl
culpable al preparar el delito” fSrn?wwin rle 4 di oct?lbrf dp 1.960).
*LA doctrfna de esta Sala viene reiteradamente ‘declarando que ‘es ne’
.cesarla la dependencia clara p preclsa entre el responsable direcio’ y eI
subuidiarfo y que el primero contraiga su cul$a con ocasión de &npl!r
las obligaclones del cavo u órdenes que recibiera” 1Sentmcfa & “28 dr’
~(HlZUbïP ta? ImI).
“En todos estos casos de concurso ideal de delitos la norma m6s se-
gura de decisi6n la dan los hechos probadoe, ya que ellos por encima
de cualquier fórmula generalizadora, dlfWlmente comprensiva de las.
variantes de la realiàad, son loa que suelen imponer la solución de estoa:
probkmas de conflictoa de delItos y de normas penales” /Sentencio d&
5 do dkiembre de 19tM).
16. Artículo 239: Desobediencia a la autoridad.
“Que dados los tkmlnos en que está redactado el are. 254 del Código
Penal para que surja el peligro que el mismo trata de prevenir y proce-
da la imposición de la pena establecida, es suflclente que el inculpado haya
posefdo un arma de fuego por determinado lapso de tiempo, III& o menaa
largo, dentro o fuera de su domlclllo, careciendo de las correapondlen-
tes gula o licencia, sin que sea preciso que estuvieran el arma 0 armas en
su poder cuando fueran ocupadas, bastando que hubiera estado en p
sesión de ellas con anteríotldad, en tal estado de ilicitud para que se haga
ncreedor a la condigna sanción” (Sentencia & 23 dp noviembre de Is(
“Que son elementos constitutivos del delito de estafa el engafio por cual-
quiera de los medios enumerados en el art. 529 del Código Penal, auficien-
tes a mover la voluntad del perjudlcado, que inducido a error ha crefdo
cosa distinta a la verdad. y la defraudación intentada o conseguida, comer
fin. traducida en un perjuicio materlal causado o posible para el patrl-
monlo ajeno” fSrntencia de R a? octubre de 1.960).
“Para tipificar rl delito (1~ apropiación haw falta clue ~1 ~~1p;1blt~ re.
ciba la cosa tnetliante un titulo jurídico generalmente contractual. que
le otorgue un;) pwesi6n temporal sometida iì tlr\~ol~wi~in clue la <,ancela
y al no reintegrar es cuando se produce el tielit(8. y en PI hurto w sufí-
ciente con que aparezca el apoderamientca de cosa ajena. no por reten-
c16n de posicitin, sino simplemente por despojo al dueño, que ostente con-
juntamenk pose.iión y propiedad” ISenfrn.n’r~ $11 17 clc nol:irnlbrc rrr
1.960).
“La más moderna doctrina sentada por esta Sala, en el sentido de es-
timar la agravación específica de la profesionalidad. no en virtud de la
condición del sujeto, sino en la naturaleza de la imprudencia misma,.
LmIRLAClO?4 T JUBIEPRUDCW.XA
.‘El art. -¿.” tlr la mencionatla Ley tlc !3 de ~nayo de 1950 no admite I;I
-xistencia de coautw , sancionando exclusivamente al que condujere el ve-
hiculo, que es realmente el que infringe la Ley, responsabilldidad que no
puede hacerse extensiva a los que ocupen el mismo, aun a sabiendas de
que se lleva matrícula falsa fuera de las prescripciones r@amrntarias”
ISentencin dp 1-I tiv octubre rf~ 1.9fiO).
SC lMPIXNACl6N
III. COMPETESCIA
V. PROCED1.M IESTO
344
IJUlIBLACION Y JLlRISFRtlDLhCIA
clrigen que, en opinión técnica, pudo ser la antigüedad del coche, de ma-.
trícula del aíio 1934 y que, por el natural desgaste de su elementos no.
resitieron la persecución producida por baches que otros vehículo6 SO-
i)ortan sin detrimento de su estructura, o el posible exceso de velocidad,
que puede inferirse de la gran distancia a que fué arrastrado el cárter del
motor desde el sitio en que se ubica el accidente.”
“Aparece probado el empleo en la conservación de la carretera de las
cantidades presupuestadas para ello y el bacheo continuo con aglomerado
asfáltico de las desigualdades del firme y, precisamente, en dfas inmedia-
tos a la fecha en que el vehlculo se supone averiado, por todo lo cual hay
que estimar que no concurrió la circunstancia de anormal funcionamiento
de sewicio público que, por el precepto anteriormente citado, es requisito
indispensable para la indemnización estatal que quiere exigirse.”
“Tambikn resulta haber habido lluvias en perfodo anterior o inmediato
al día de autos, que bien pudieron causar deterioro en la pavimentaci6n,
constituyendo ello caso de fuerza mayor liberatorio de responsabilidad, se-
I!ún se admite en el art 40 de la Ley aludida, estando acreditado que,
cesadas las lluvias, se recorrió con la brigada de trabajo todo el tramo
para reparar los posibles efectos de aqu6llas.”
1. ASCEKSOS
.348
mente, ejercitan su facultad de volver a la situación de actividad, que
es lo acaecldo en el caso concreto del señor A ., porque unas vacantes
(le las ocurridas en el lapsus precitado. han sido amortizadas por modi-
ficaciõn de plantilla y otras cubiertas por Coroneles y Tenientes Coroneles
Supernumerarios que pidleron volver a la Escala Activa cuando a ello
tenlan derecho.”
cle 1941. a cu>-os preceptos hay que someterse en materia de retiro o baja
I n el servicio. con independencia de que la detenuinación & la edad le
~,u¿ para dichos vfectos es función pnvatizw de Lu Administración. nn
;>udiendo co!rfrcndirstJ los d?rechos adquin~dos por cl funcionaRo con 14”
vo,~dic-iones reglnvccntarias para el ejercicio & Ins jrctcciones p?íblicas.
susceptibles sietnpre de modijicacitin, atendiendo los características y IU’-
cesioMes del sevicio, ya que. de otra suerte, el itierés público quedurla
1:irtualmentc slcpcditndo a los supuestos derechos tlv los que integrasen
en los Cuerpos rlrl Bstndo. .sit, posihilitnr modificaciones orgónicas acomo-
dadas a la realidad y a la mayor eficacia y ccmveniewia de tal interés,
que debe prQvalvcer en todo momento.”
854
LECIBl,AcION Y JCIIIBPBUDäNCIA
VIII. MORA
355
LEOIRlACIOI’4 Y JIJRISPRUDLNCIA
s. PESSIONES AI~I.\lENTICIAS
por Iu k,Y, quedando siempre a salvo a las personas impcadidas, para ad-
ministrar SUS hiencs, el derecho a reclamar contra sus representantes
legítimos. cuya negligencia hubiese sido cau.sa de la prescripcic;n.”
“De conformidad con lo preceptuado en el artículo 93 del Estatuto de
(‘lases Pasivas;. tlespués de halwr si<10 motlifica~lo ~wr la I.,c~>.dtt !I (IC ju.
lia tle 1!1:1?.las solicitudes tle transmisión de pensiones habrán de for-
mularsc dentro de los cinco arios siguiente5 a la fecha tlel acto que las
motive, .I como quiera que la recurrente ejercitó su pretendido dere-
(*ho el II de septiembre de 3959, ni que decir tiene que había transcurrido
con exceso el plazo kgül prescriptivo, sin que sea viable alegar que no
pudo ejcrcitalw la accitin para reclamos su clerccho la ro(~ul~rente hasta
c!ue ésta c:umpIiú los 21 años. puesto que cl hecho ck no constituirse el
Consejo de Familia de la menor, al amparo de lo prevenido en el ar-
tículo 293 del CGdigo civil, dado que en el lapso de tiempo comprendido
r-ntre el 17 de noviembre tlt 1951 y el 17 (le noviembre tle 1956. regía
el Código civil sin ia modificación sufrida por la Ley de 34 de abril del
año l!ES y entopccs. con el hecho de pasar la madre a segundas nupcias,
como sucedió en cl caso de autos, perdía la patria potestad sobre sus
hijos salvo expresa autorizaci6n testamentaria del causante, no alegada,
ni conocida. puesto que en caso afirmativo sería la madre de la recu-
rrente la que pudiera formalizar el pedimento en nombre de su hija.”
“Estando demostrado, como queda dicho, que la madre de la rccu-
rrente perdií, la patria potestad sobre su hija y que no se constituyó el
organismo tutelar necesario para completar su personalidad, hay que
concluir clue, con independencia de la reclamación de la menor contra
loi clue negiigentrmente tliwon nintivo a la prescripción de la acción, pu-
do ejercitarse dentro dr los cinco alios siguientes al matrimonio de la
n);ltlre de In menor, adoptando las medidas legales procedentes por quie-
nes estaban a ello obligados. sin esperar a la mayoría (le edad, ya que
pnrl)nces había prescrito la acción que hahrla II(~ ejrwitarse en el MO-
rwnto oportuno.”
959
LU3lf4lAOIOR Y JURI6PBUDKNCIA
DE LA
REVISTAESPAÑOLADE DERECHO
MILITAR
Indispensable instrumento de trabajo destinado a
facilitar la búsqueda y aprovechamiento de cuan-
tos datos, jurisprudencia e información se contic-
nen en los seis primeros números de la Revista.
’ GENERAL
DE MATERIAS
i
INDICES: DE LEGISLACION
DE JURISPRUDENCIA
DE AUTORES
l
PEDIDOS A
;i
/j SECCION DE DERECHO MILITAR 1
l
il de Mulinîccli, - Madrid- I
llw-Y_--...- -..___
Dope ___-.;--~ ----.-.-
4, 4: --- -- 14 --.-, 1:
HAN COLABORADO
DURANTE EL PRESENTE AflO:
La
REVISTA ESPAflOLA DE DERECHO MILITAR
se publica con la cooperación de los siguientes corresponsales: