Cumbres Europeas

y acuerdo de París
Educación ambiental
y prácticas sociales
CONTENIDO
1. Objetivos

2. Cumbres europeas y acuerdo de París

Objetivos climáticos de la UE
Las cumbres europeas
El Acuerdo de París
3. Bibliografía

Objetivos
• Profundizar en la evolución histórica del reto frente
al cambio climático.
• Comprensión y aprendizaje conciso de los acuerdos
internacionales.
• Analizar los aspectos vinculantes del Acuerdo de
París para los países firmantes y su repercusión con
el cambio de modelo productivo a escala global.
Cumbres europeas y acuerdo
de París
Entre los grandes retos a los que la humanidad
debe enfrentarse en los próximos años, el cambio
climático ocupa un lugar destacado. Sus significativas
y crecientes repercusiones ambientales, sociales y
económicas lo hacen más presente en el día a día de
la ciudadanía.
Como ya se ha mencionado, el cambio climático se
origina con la liberación masiva de los denominados
gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, que
en su mayor parte son de origen antropogénico; es
decir, causadas por las actividades humanas. Al ser
emitidos a la atmósfera modifican la composición de la
mezcla gaseosa que es el aire, y originan un aumento de
la absorción de las radiaciones infrarrojas emitidas por
la superficie de la Tierra al calentarse por la radiación
solar; esto evita que el calor vuelva al espacio. De esta
forma, aumenta la temperatura media del planeta, lo
que acaba derivando en las variaciones climáticas, que
cada vez son más frecuentes.
Esta alteración de las condiciones ambientales genera
impactos sobre el recurso hídrico (sequías, deshielos,
aumento del nivel del mar, etc.), impactos sobre la
salud humana (enfermedades, muertes prematuras
por contaminación, etc.), efectos biológicos y sobre el
medio ambiente (desaparición de especies, aumento
de olas de calor, etc.) e impactos sociales (hambrunas,
aumento de la pobreza, etc.).
Dado que es un problema que afecta a todos los países en
mayor o menor medida, que crece de forma exponencial
(cada día la velocidad de acumulación de GEI es mayor)
y es duradero en el tiempo (no desaparecerá mientras
que la concentración de GEI sea superior a los niveles
preindustriales). Solo una solución consensuada a nivel
internacional podrá mitigar sus efectos.
La conciencia de este problema global se constató a
nivel internacional en la firma en 1997 del Protocolo
de Kioto (COP 3 o 3ª Conferencia de las Partes),
manifestándose la necesidad de adoptar medidas
para evitar la subida de la temperatura media de la
Tierra, cuyo punto de partida fue la creación del Grupo
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPPC)
y la puesta en marcha de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CNUNCC).
Cumbres europeas y acuerdo de París | 3
Desde ese momento, las cumbres internacionales se
han sucedido, muchas en sedes europeas, con miras
a establecer planes vinculantes y estrategias comunes
entre las partes, con el objetivo de reducir de forma
concreta y cuantificable las emisiones de GEI; aunque
no llegó un documento real con el que trabajar hasta
el Acuerdo de París en 2015 y su posterior ratificación.
Objetivos climáticos de la UE
En el camino de la UE en su lucha global contra el
cambio climático el Consejo Europeo de marzo de 2007
marcó un punto de inflexión, en el que se materializó
un avance significativo respecto a los compromisos
asumidos por la UE en el Protocolo de Kioto. Tanto es
así, que se fijó de forma unilateral el objetivo de reducir
las emisiones un 20 % para 2020 en comparación con
los valores de emisiones del año 1990.
Sin embargo, este no fue un hecho puntual y
desde entonces la UE ha actualizado y ampliado
periódicamente sus objetivos, hasta el punto de haber
establecido el objetivo de ser neutra en términos de
emisión de GEI en el año 2050; es decir, la UE tendrá
una economía con cero emisiones netas de GEI
a mitad del siglo XXI. Esta meta es la pieza central
dentro del Acuerdo Verde Europeo y está en línea con
el compromiso comunitario de aumentar la acción
climática global en línea con los compromisos del
Acuerdo de París.
Para articular esta estrategia, la UE se ha dotado de
la denominada Hoja de Ruta 2050 (Energy Roadmap
2050), que es una iniciativa consensuada por sus
miembros que define un camino rentable hacia un
entorno más limpio, respetuoso con el clima y una
economía europea competitiva a largo plazo. Este reto
plantea como objetivo de partida la reducción global
de las emisiones nacionales para 2020, 2030 y 2050
mediante las siguientes consecuciones parciales:
• Para 2020:
- Reducir un 20 % las emisiones de gases de efecto
invernadero con respecto a los niveles de 1990,
como objetivo vinculante.
- Lograr que las energías renovables representen el
20 % del consumo energético de la de UE en 2020,
como objetivo vinculante.
- Mejorar la eficiencia energética en un 20 %
con respecto a las previsiones sobre el futuro
consumo de energía, como objetivo indicativo.
• Para 2030:
- Reducir al menos en un 40 % las emisiones de
gases de efecto invernadero con respecto a los
niveles de 1990.
- Lograr que las energías renovables representen
el 27 % del consumo final de energía vinculante
en la UE.
- Revisión del objetivo de mejora de la eficiencia
energética hasta el 30 % con respecto a las
previsiones sobre el futuro consumo de energía.

• Para 2050:
- Reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero de la UE entre un 80 % y un 95 % con
respecto a los niveles de 1990 (figura 1).
Dichos valores deben ser alcanzados mediante la
aplicación de medidas de reducción dentro de la UE
y no incluye el posible uso de RCE. Las reducciones
certificadas de emisiones (RCE) son créditos
internacionales de reducción de emisiones que sirven
para compensar emisiones. Estos créditos pueden ser
adquiridos a través de proyectos de inversión pública
o privada en mecanismos de desarrollo limpio. Estos
pueden ser vendidos a aquellos países que tienen
obligaciones de reducción de emisiones.
Las cumbres europeas
Desde la COP 3 (Kioto) hasta hoy, se han celebrado
múltiples encuentros internacionales en relación al clima
y la adopción de medidas destinadas a paliar y combatir
los efectos del cambio climático. Entre las cumbres
climáticas más importantes se encuentran varias que
han tenido lugar en países integrantes de la UE.
El listado de todas las celebradas en Europa, con breves
reseñas de lo tratado, son las siguientes:
• Cumbre de Berlín, COP 1 (1995). En la primera
conferencia, los países firmantes acuerdan reunirse
anualmente para mantener el control sobre el
calentamiento global y ven la necesidad de reducir
las emisiones de gases contaminantes.
6 000
5 500
5 000 -1,0 % al año
4 500
Millones de toneladas
de equivalente de CO2
4 000
3 500
3 000
2 500
2 000
1 500
1 000
500
0 Año
1990 1995 3000 2005
Emisiones históricas de gases de efecto invernadero
Previsiones "con las medidas existentes"
Previsiones "con las medidas adicionales"
Objetivo 2020 (-20 % respecto de 1990)
Objetivo 2030 (-40 % respecto de 1990)
Figura 1. Tendencias, previsiones, metas y objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Fuente: AEMA, Trends
and projections in Europe 2016 — Tracking progress towards Europe’s climate and energy targets.
Cumbres europeas y acuerdo de París | 4
• Cumbre de Bonn, COP 5 (1999). En la COP5 se
siguen negociando los aspectos de la Agenda de
Buenos Aires acordados en la COP4 y la Unión
Europea anuncia su objetivo político de ratificar el
Protocolo de Kioto en el año 2002.
• Cumbre de La Haya, COP 6 (2000). Terminó
sin alcanzar ningún acuerdo de los principales
negociadores: Estados Unidos y la Unión Europea.
• Cumbre de Milán, COP 9 (2003). Se avanza en
aspectos técnicos de la directiva que regula el
régimen para el comercio de derechos de emisión
de GEI en la UE (2003/87/CE).
• Cumbre de Poznán, COP 14 (2008). Se consideraron
los puntos del plan de Bali (COP 13) como la
mitigación, adaptación, tecnología y financiación.
• Cumbre de Copenhague, COP 15 (2009). Se valida
el objetivo de mantener el calentamiento global
por debajo de 2º C y los países desarrollados se
comprometen a financiar a largo plazo por valor
de 30 mil millones de dólares en el periodo 2010-
12; actuaciones de adaptación y mitigación del
cambio climático en países en vías de desarrollo.
Sin embargo, la cumbre acabó decepcionando, ya
que quedó sin acuerdo legalmente vinculante; por
otro lado, países como China o India no aceptaron
medición, información y verificación de sus
emisiones por terceros.
• Cumbre de Varsovia, COP 19 (2013). La falta de
consenso por motivos económicos hizo que esta
cumbre fuera poco productiva.
-20 %
-1,5 % al año -40 %
-3,3 % al año
-4,6 % al año -80 %
-95 %
2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050
Objetivo 2050 (-80 % respecto de 1990)
Objetivo 2050 (-95 % respecto de 1990)
Esfuerzo necesarios para cumplir el objetivo de 2030
Esfuerzo necesarios para alcanzar el objetivo 2050 (-80 %)
Esfuerzo necesario para alcanzar el objetivo 2050 (-95 %)

• Cumbre de París, COP 21 (2015). En la que nace
el Acuerdo de París, adoptado por 197 países que
fija en 2º C el máximo aumento de la temperatura
media y se alcanzan acuerdos vinculantes, entre
otros aspectos destacables.
• Cumbre de Bonn, COP 23 (2017). En esta cumbre
del clima se avanza en el conjunto de reglas que
detalla cómo funcionará en la práctica el Acuerdo
de París (Paris Rulebook).
• Cumbre de Katowice, COP 24 (2018). El debate se
centró en una mayor exigencia en la reducción de
emisiones contaminantes.
• Cumbre de Madrid, COP 25 (2019). Inicialmente
la COP 25 estaba prevista en 2019 en Brasil. Tras
su nombramiento como presidente de Brasil, Jair
Bolsonaro retiró a su país de ser el anfitrión del
evento. Más tarde, se propuso que fuera Santiago
de Chile su anfitriona. Sin embargo, las revueltas y
protestas en 2019 en el país hicieron al presidente
chileno, Sebastián Piñera, retirar a Chile de ser sede
de la cumbre a fines de octubre de 2019. En ese
momento, España es ofreció como sede, y el país
fue nombrado como nuevo anfitrión.
De todas las cumbres que han tenido lugar en el viejo
continente, la más relevante es la Cumbre del Clima
de París (COP 21), ya que supuso un hito histórico en
la lucha contra el cambio climático, fruto de años de
negociación internacional. Esta cumbre finalizó con la
adopción del Acuerdo de París, que establece el marco
global de lucha contra el cambio climático a partir de
2020 promoviendo una transición hacia una economía
de bajas (o nulas) emisiones y resiliente al cambio
climático.
El Acuerdo de París
La Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre Cambio Climático (CMNUCC) de 2015 o 21ª
Conferencia Internacional sobre Cambio Climático
(COP21) se celebró en París, desde el 30 de noviembre
hasta el 11 de diciembre de 2015. El 12 diciembre de
2015, 195 países firmaron el primer acuerdo vinculante
a nivel mundial en la lucha contra el cambio climático:
el “Acuerdo de París”.
Mediante dicho acuerdo, los firmantes adquirían
el compromiso de mantener el incremento de la
temperatura media de la Tierra para el siglo XXI “muy
por debajo” de 2º C respecto a niveles preindustriales,
autoimponiéndose todos los esfuerzos necesarios para
que dicho incremento se limitase a 1, 5º C (artículo 2).
Cumbres europeas y acuerdo de París | 5
El Acuerdo de París fue formalmente adoptado a
través de la decisión 1/CP.21, en el que se recogía
expresamente el límite de incremento de temperatura
media junto con otros aspectos clave del citado
acuerdo:
• Limitación de emisiones netas (artículo 4): los
firmantes adquirieron el compromiso de que el
mayor nivel de emisiones debía ser alcanzado tan
pronto como fuera posible y que, a partir de ese
momento, se reduzcan de manera significativa
desde los valores recogidos como máximos.
Además, se reconoce que ese punto máximo
llevará más tiempo en ser alcanzado en los países
en desarrollo. En este mismo sentido se consensua
como inevitable, para la segunda mitad del siglo,
equilibrar las emisiones y las absorciones de GEI.
• Adaptación (artículo 7): los firmantes identifican
y establecen imponer medidas para aumentar la
capacidad de adaptación, fortalecer la resiliencia
y reducir la vulnerabilidad al cambio climático.
Dada la disparidad en el desarrollo de los países
firmantes se constata la indispensable mediación
del apoyo y la cooperación internacional en materia
de adaptación, especialmente, cuando se trata de
países con escaso desarrollo o en vías.
• Recursos financieros, tecnológicos y para el
fomento de la capacidad (artículos 9, 10 y 11):
100.000 millones de dólares anuales serán
liberados para combatir el cambio climático desde
2020, con posibilidades de verse incrementados al
superar 2025. Aunque, evidentemente, serán los
países desarrollados los que lideren esta liberación
de fondos, todos los países y organismos (públicos
o privados) son bien recibidos para participar.
El acuerdo define, también, que el Mecanismo
Financiero de la Convención, incluido el Fondo
Verde del Clima (GCF) se pondrá al servicio del
Acuerdo y de los países que lo ratifican.
• Transparencia (artículo 14), implementación y
cumplimiento (artículo 15): cada cinco años los
firmantes están obligados a elaborar y comunicar las
Contribuciones Nacionales (NDCs), que se incluirán
en un registro público de las Naciones Unidas
(ONU), y las partes revisarán sus compromisos
de reducción de emisiones de GEI al alza. De esta
forma, se podrá hacer una evaluación continua de
los resultados y una revisión de los compromisos
con el fin de alinear la previsión de incremento de
la temperatura media con el objetivo de 2º C. El
acuerdo exige que la información presentada por
cada parte sea sometida a un examen internacional
de expertos técnicos.

• Mitigación (artículo 4): el Acuerdo de París
establece como compromiso vinculante para
todas las partes la elaboración, comunicación y
seguimiento de las denominadas Contribuciones
Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas
en inglés y son las reducciones previstas de las
emisiones de gases de efecto invernadero en virtud
de la CMNUCC); así como la aplicación de medidas
nacionales para su consecución. Además, las
partes deben informar sus NDC cada cinco años,
añadiendo todos los datos necesarios para aportar
claridad y transparencia. Cada NDC sucesiva será
progresivamente más ambiciosa y con mayor
alcance que la anterior, estando obligados los países
de mayor desarrollo a liderar estas contribuciones
estableciendo objetivos de reducción total de
emisiones para toda la economía, mientras que se
permite un mayor margen a los países en desarrollo
mientras intensifican esfuerzos de mitigación y se
les apoya para seguir avanzando hacia objetivos
para toda la economía a lo largo del tiempo, en
función de la circunstancias de cada país.
• Sumideros y depósitos (artículo 5): se insta a
las partes ratificadoras del acuerdo a fomentar
la conservación y cuidado de los sumideros
y depósitos de GEI referidos en el artículo 4
apartado d) del párrafo 1 de la Convención,
incluidos los bosques.
• Participación voluntaria (artículo 6): las
partes involucradas en el Acuerdo de París se
autoreconocen la participación voluntaria, con esta
medida de flexibilización se pretende incorporar
a un mayor número de países, de forma que el
acuerdo sea lo más ambicioso posible.
• Pérdidas y daños (artículo 8): se establece
que deben tomarse medidas para combatir los
efectos negativos del cambio climático, incluidos
los fenómenos meteorológicos extremos y los
fenómenos de evolución lenta, en un intento de
evitar y, en los casos en los que no sea posible,
minimizar el riesgo de pérdidas y daños. Por ello, se
insta a las partes a facilitar las medidas y el apoyo
(incluso mediante el Mecanismo Internacional de
Varsovia para las pérdidas y los daños), de manera
cooperativa y accesible en los casos de pérdidas
y daños derivados de los efectos negativos del
cambio climático.
• Educación, formación y sensibilización sobre
el cambio climático (artículo 12): aspectos que
deberán ser reforzados mediante el acuerdo. Así
como la participación de la ciudadana y el acceso
público a la información sobre el cambio climático.
Cumbres europeas y acuerdo de París | 6
• Balance mundial (artículo 14): en 2023 se realizará
el análisis del estado global respecto a las
emisiones (balance mundial). A partir de dicho año
y cada lustro, se realizará la evaluación del progreso
colectivo en la consecución de los objetivos del
acuerdo de manera global y facilitadora, incluyendo
en la evaluación la mejor tecnología disponible.
El resultado será fundamental para la actualización
y mejora de sus medidas que intensifiquen su
implicación en la cooperación internacional en
la lucha contra el cambio climático. Se plantea el
fortalecimiento de esta en materia de desarrollo
y transferencia de tecnología para el clima y de
fomento de la capacidad en el mundo en desarrollo
con un mayor impulso a aquellas medidas y a
los acuerdos institucionales que favorezcan la
capacidad de los países en desarrollo.
Por otra parte, la decisión 1/CP.21 acoge positivamente
todos los esfuerzos de todos los interesados que no
son partes en el acuerdo, en la lucha conjunta contra
el cambio climático, incluyendo de manera expresa a
instituciones financieras, sector privado, sociedad civil,
ciudades y otros entes y autoridades. Todos ellos pueden
participar activamente mostrando sus esfuerzos a
través de la plataforma de la acción global sobre el clima
para actores no estatales (http://climateaction.unfccc.
int). Las partes también reconocieron la necesidad
de fortalecer los conocimientos, las tecnologías, las
prácticas y los esfuerzos de las comunidades locales y
los pueblos indígenas, así como la importante función
de ofrecer incentivos mediante instrumentos como las
políticas nacionales y la fijación de precios del carbono.
El Acuerdo de París entró en vigor el 4 de noviembre
de 2016, 30 días después de que 87 partes ratificaran
dicho acuerdo, al cumplirse la condición de que, al
menos, 55 países que representaban como mínimo el
55 % de las emisiones mundiales de las GEI lo ratificó.
Todos los países de la UE lo han ratificado al día de hoy,
siendo un total de 146 países los que lo han ratificado y
otros 48 países los que lo han firmado (figura 2).
Entre las 87 partes que ratificaron, en 2016, el Acuerdo
de París se incluía España. Entre ellas destaca China,
que se autoimpuso como objetivo la reducción de las
emisiones de CO2 por unidad de PIB entre un 60 y un
65 % en comparación con los niveles de 2005.
Por otra parte, de la Unión Europea solo 7 estados
miembro ratificaron el Acuerdo (4,57 % de las emisiones
globales), estableciéndose como objetivo reducir las
emisiones de GEI en un 40 % para 2030 en comparación
con los niveles de 1990.
Por último, cabe mencionar que, para facilitar la puesta en
funcionamiento del acuerdo, se ha estado desarrollando
un programa de trabajo para generar procedimientos y
directrices que guiarán a las partes, gracias a órganos
como el Grupo de Trabajo Especial sobre el Acuerdo de
París (GAP), el Órgano Subsidiario de Ejecución (OSE)
o el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y
Tecnológico (OSACT).
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Figura 2. Países que han firmado o ratificado el Acuerdo de París. Fuente: Energía y sociedad, disponible en: https://www.energiaysociedad.es

Bibliografía
1. Contenido de elaboración propia por el autor
Pedro Bueno.