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Queridos amigos, hoy celebramos con corazones rebosantes de emoción y

gratitud una década completa de Divercan, un proyecto que ha evolucionado como


el cumplimiento de un sueño nacido en mis años de juventud. Desde aquellos días
de aspiraciones, la visión de construir mi propia empresa se ha materializado en
esta joya, llevando consigo el peso del esfuerzo incansable, un amor profundo, la
tenacidad inquebrantable y un compromiso que va más allá de las palabras.

Divercan no es simplemente un lugar; es el hogar donde se forja el crecimiento de


una familia, un refugio de aprendizaje y amor compartido entre los estudiantes
peludos, sus dueños, la familia y nuestro dedicado equipo. En este décimo
aniversario, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a cada persona que
ha sido una parte esencial de este viaje. A los papás perrunos, que depositaron su
confianza en nosotros y se han convertido en parte fundamental de esta familia; a
los dueños de perros que han compartido su tiempo y energía; y a nuestros
colaboradores, quienes día tras día, las 24 horas del día, los 7 días de la semana,
trabajan incansablemente para hacer de Divercan una institución educativa
excepcional.

Este aniversario no solo celebra una década de logros; es una invitación a


reflexionar sobre el compromiso y la pasión que han impulsado el crecimiento de
Divercan. Les insto a todos a abrazar Divercan como su propio refugio, donde
cada momento se convierte en una melodía de amor y aprendizaje. A nuestros
colaboradores, les pido que sientan este lugar como suyo y se sumerjan en la
magia que emana de este paraíso canino.

En estos asombrosos 10 años, hemos construido más que una simple escuela
canina; hemos creado una familia, un santuario donde la devoción por los perros
se traduce en un compromiso colectivo. En este momento, dedico un
reconocimiento especial a todo el equipo Divercan, quienes no solo trabajan
jornadas extenuantes, comenzando incluso antes de las 5 de la mañana, sino que
también entregan su esfuerzo incansable hasta la noche. Su dedicación,
responsabilidad y compromiso son la columna vertebral de este trabajo arduo y
desafiante. Les invito a todos a brindarles un fuerte aplauso, un reconocimiento
merecido por la pasión y entrega que demuestran en cada momento. Son la
esencia de lo que somos y la fuerza que impulsa a Divercan hacia horizontes aún
más grandiosos. ¡Gracias por hacer de este sueño compartido una realidad
palpable!

Para concluir, deseo que estas palabras no solo sean un discurso, sino un eco
inspirador que resuene en cada rincón de nuestro ser. Aunque los desafíos que
nos aguardan sean notables, visualicemos a Divercan como una marca
colombiana reconocida, ¡una embajadora de amor y conocimiento canino!
Imaginemos llegar a nuevas ciudades, explorar diferentes latitudes, crecer con
más estudiantes, mejorar continuamente nuestro nivel académico y diversificar
servicios que nos permitan expandirnos. Divercan no solo será un orgullo para los
papás perrunos, sino también un faro resplandeciente de lo que la dedicación y el
amor pueden lograr.
En nombre de todos los que han sido parte de esta extraordinaria travesía, ¡felices
10 años, Divercan! Que la próxima década esté colmada de más alegrías,
descubrimientos y momentos inolvidables. Sigamos construyendo este sueño
juntos, con la misma pasión y dedicación que nos ha llevado hasta aquí. ¡El futuro
de Divercan nos espera, lleno de emocionantes aventuras y éxitos compartidos!
¡Sigamos dejando huellas de amor en cada pata y celebrando la magia que es
Divercan! ¡Gracias!

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