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Señor rector
Señores profesores
Señores Padres de Familia y familiares
Estudiantes
Es para mí un honor poder dirigirme con estas palabras en nombre de todos los
padres del colegio. Cuando me propusieron realizar el discurso de graduación, en
representación de los padres de familia, me quedé muy sorprendida, a la vez que
emocionada y alagada; sabía que aceptar suponía una gran responsabilidad, y al
mismo tiempo sentía la satisfacción de poder dirigirme a esta Comunidad
Educativa: padres, profesores y alumnos; el reto merecía la pena.
Hemos llegado al final de un nuevo curso. Por este motivo queremos aprovechar
la ocasión para decirles lo satisfechos y agradecidos por el trabajo hecho con
nuestros hijos por su dedicación, haciendo lo mejor por nuestros hijos y
demostrándonos una gran confianza al comprender lo difícil de nuestra tarea,
donde tratamos de que crezcan y convivan pacíficamente a pesar de sus
diferencias con el objetivo de prepararlos frente a los retos, desafíos y
adversidades de la vida adulta.
Son varios los años que llevamos conociéndonos y en todo este tiempo hemos
compartido muchos momentos importantes: celebraciones, amistades,
sentimientos, sueños, tiempo, aprendizajes, … muchos recuerdos que nos ha
proporcionado este colegio. Gracias por atendernos cuando lo hemos necesitado y
por escucharnos cuando ha hecho falta, por ser ese segundo hogar.
A cada uno de los profesores, les damos las gracias por haberse ocupado de
nuestros hijos más allá de instruirles, por regañarles y ser duros cuando no
hicieron las cosas bien, por limpiar sus lágrimas, cuidarles y aconsejarles, por
motivarles a salir adelante, por inculcarles el hábito del estudio y por enseñarles a
no solo pensar en grande, sino ¡ser grandes! Gracias por transmitirles con firmeza
y con cariño tantos buenos conocimientos y decirles que valoramos el esfuerzo
que han hecho para formarles de la mejor manera. Cada uno de ustedes ha
sembrado en nuestros hijos conocimientos y valores que permanecerán para
siempre.
Decía Pitágoras: educar no es dar carrera para vivir si no templar el alma para las
dificultades de la vida.
A Dios, por estos hijos que nos ha dado que son la alegría de nuestras vidas.
Muchas gracias