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SEGUNDO PARCIAL DE DERECHO MERCANTIL II AÑO 2019.

TEMA 1. LAS OBLIGACIONES Y CONTRATOS MERCANTILES

I. OBLIGACIONES MERCANTILES. SUS CARACTERÍSTICAS Y


MODALIDADES

La obligación mercantil es aquella que proviene de un acto objetivo o


subjetivo de comercio. Recuérdese que la obligación es un vinculo jurídico
por el cual el deudor està obligado con el acreedor para cumplir una
determinada prestación con la responsabilidad patrimonial en caso de
incumplimiento. Cuando ese vínculo jurídico tiene como fuente un acto
subjetivo y objetivo de comercio, esa obligación es mercantil.

Lo primero que debe determinarse entonces es si una obligación es o no


mercantil para poder determinar si le es aplicable o no el régimen establecido
para las obligaciones mercantiles. Es importante recordar que entre el siglo
IXX y el siglo XX existió una tendencia a la unificación del régimen de los
contratos y obligaciones civiles y mercantiles, esa pretensión fue abandonada
por la proliferación en el siglo XX de una serie de leyes especiales que
vinieron a establecer regímenes especiales para determinados tipos de
contratos, con lo cual la discusión sobre la especialidad del derecho mercantil
y su separación del derecho civil y las iniciativas de unificarlos dejaron de
tener la importancia de otros tiempos.

Para enfrentar el problema de las obligaciones mercantiles, lo primero que


debe determinarse es cuándo la obligación es mercantil. Para resumir este
aspecto podemos señalar lo siguiente:
a) La obligación será mercantil cuando se trate de alguno de los actos
objetivos de comercio establecidos por nuestro legislador. En este
sentido, primero se analizará si se encuentra en la enumeración del
artículo 2, o en cualquiera otro de los artículos del Código de Comercio,
que regula contratos mercantiles, como por ejemplo, el préstamo o la
prenda o en alguna ley especial mercantil, como por ejemplo el
fideicomiso, la venta con reserva de dominio o contratos bancarios.
b) En caso de que no se trate de un acto objetivo, se determinará si el acto
es realizado por un comerciante, en cuyo caso, en primer lugar se
presumirá que es acto de comercio y, en consecuencia, la obligación es
mercantil, pero antes de llegar a una conclusión definitiva debe
verificarse que no se encuentre dentro de algunas de las excepciones,
como serían que el acto por su naturaleza sea de contenido
extracomercial o que se determine que por el fin, o la situación de hecho
que rodea la actividad, se pueda probar que el comerciante la realizó
para algo totalmente ajeno a su actividad comercial. Son los que la
doctrina ha denominado las excepciones de hecho y de derecho.

En cualquiera de las circunstancias anteriores, bien sea que el acto sea de


comercio por ser un acto objetivo o que sea un acto subjetivo de comercio,
debe analizarse si se trata de un acto mixto.

La Ley y la jurisdicción mercantil se aplican aun a la parte para la cual el


acto no es mercantil en los casos de actos mixtos. (Acto mixto es aquel en el
cual el acto es mercantil para una de las partes y no es mercantil para la otra
parte). Si un contrato es mercantil para una sola de las partes, todos los
contratantes quedan en cuanto a él, sometidos a la Ley y jurisdicción
mercantiles, excepto las disposiciones concernientes a la cualidad de
comerciante y salvo disposición contraria a la Ley. (Artículo Nº 109 Código
de Comercio.)
Excepciones:
La parte para quien el acto no es mercantil no adquiere la cualidad de
comerciante por el solo hecho de estar sometida a la Ley y jurisdicción
mercantiles.
En los casos en que la parte para quien el acto no es de comercio, fuere la
demandada, los lapsos judiciales no podrán acortarse sino cuando lo permita el
Código de Procedimiento Civil.

En los actos mixtos, si la parte para quien el acto no es de comercio no es


comerciante, sino que se trata de varias personas no comerciantes, no se aplica
a esas personas la presunción de solidaridad.
En el préstamo mercantil se exige que la cantidad prestada se destinen a
actos de comercio. (Artículo Nº 527 C. de C.)

La Ley y la jurisdicción mercantil se aplican aun a la parte para la cual el


acto no es mercantil en los casos de actos mixtos.
(Actos Mixtos es aquel en el cual el acto es mercantil para una de las partes y
no es mercantil para la otra parte). Si un contrato es mercantil para una sola
de las partes, todos los contratantes quedan en cuanto a él, sometidos a la Ley
y jurisdicción mercantiles, excepto las disposiciones concernientes a la
cualidad de comerciante y salvo disposición contraria a la Ley. (Artículo Nº
109 Código de Comercio.)
Excepciones:
La parte para quien el acto no es mercantil no adquiere la cualidad de
comerciante por el solo hecho de estar sometida a la Ley y jurisdicción
mercantiles.
En los casos en que la parte para quien el acto no es de comercio, fuere la
demandada, los lapsos judiciales no podrán acortarse sino cuando lo permita el
Código de Procedimiento Civil.
La excepción que se refiere a la imposibilidad de acortar los lapsos es una
reminiscencia del criterio antes expuesto.
Los lapsos judiciales en derecho procesal no pueden reducirse si no es:
● Por la voluntad de ambas partes.

● Por la voluntad de la parte a quien favorece el lapso con la notificación


a la otra parte.

Es importante precisar que por Sentencia del 31.7.1997 se declaró la


Nulidad del artículo 1099 del Código de Comercio, el cual establecía la
posibilidad de acordar la citación del demandado de un día para otro y
aun de una hora para otra. En dicho texto nuestro máximo tribunal
estableció: “En consecuencia, según toda la argumentación desarrollada,
es patente el vicio de inconstitucionalidad que inconcusamente padece el
régimen de contradicción del proceso cautelar previsto en el último
aparte del artículo 1.099 del Código de Comercio, en cuanto que ese
especial régimen, se reitera, se encuentra en flagrante violación al
contenido esencial del derecho fundamental a la defensa a cuya
consagración se contrae el único aparte del artículo 68 de la Constitución
de la República de Venezuela actualmente vigente”.

Características de las Obligaciones Mercantiles.

1) Las obligaciones provenientes de los actos de comercio tienen en


general la misma normativa y se rigen por los mismos principios que
las obligaciones que no provienen lo actos de comercio.
2) Pero tienen ciertas peculiaridades que responden a las características
del tráfico mercantil y en consecuencia tienen que atenerse a la
celeridad, seguridad y crédito propio de ese tráfico.
3) Las principales característica de las obligaciones mercantiles son:
1. Arrastre de la Ley y jurisdicción mercantiles aún de aquellos
para quien el acto no es comercial, cuando se realiza un acto
mixto.
2. Normas sobre el perfeccionamiento del contrato.
3. Posibilidad de exigir un recibo.
4. Precio justo o precio corriente.
5. No novación
6. Presunción de solidaridad y extensión de la solidaridad a la
fianza
7. Régimen de Intereses.
8. Derecho de retención sobre bienes muebles del comerciante.
9. Sistema probatorio especial.
10. Efectos especiales de la recepción de títulos negociables.
11. Lapsos especiales de prescripción.

I. PERFECCIONAMIENTO DEL CONTRATO.

El Código de Comercio comprende una serie de disposiciones en materia de


contratos mercantiles que en su mayoría coinciden con las normas del Código
Civil aplicable subsidiariamente en todo lo no previsto por el Código de
Comercio y que sólo en partes muy específicas contienen reglas especiales.

1) Arts. 110 y 111 del Código de Comercio. Propuesta verbal y escrita


o fuerza vinculatoria de la propuesta.
Se encuentra regulado en el artículo 110 y siguiente de nuestro Código
de Comercio
Artículo 110. Para que la propuesta verbal de un negocio obligue al
proponente debe necesariamente ser aceptada inmediatamente por la
persona a quien se dirige; y en defecto de esta aceptación el
proponente queda libre.
Artículo 111. La propuesta hecha por escrito debe ser aceptada o
desechada dentro de 24 horas si las partes residieren en la misma
plaza. Vencido este plazo la proposición se tendrá como no hecha.

Estos plazos no contrarían el artículo 1137 del Código Civil Venezolano


que establece:
Artículo 1137 Código Civil Venezolano. El contrato se forma tan
pronto como el autor de la oferta tiene conocimiento de la aceptación
de la otra parte. La aceptación de la oferta debe ser recibida por el
autor de la oferta en el plazo fijado por ésta o en el plazo normal
exigido por la naturaleza del negocio. El autor de la oferta puede tener
por válida la aceptación tardía y considerar el contrato como perfecto
siempre que él lo haga saber inmediatamente a la otra parte. El autor
de la oferta puede revocarla mientras la aceptación no haya llegado a
su conocimiento. La aceptación puede ser revocada en tanto que ella
no haya llegado a conocimiento del autor de la oferta. Si el autor de la
oferta se ha obligado a mantenerla durante cierto plazo o si esta
obligación resulta de la naturaleza del negocio, la revocación antes de
la expiración del plazo no es obstáculo para la formación del contrato.
La oferta, aceptación o la revocación por una cualquiera de las partes,
se presumen conocidas desde el instante en que ella haya llegado a la
dirección del destinatario, amenos que éste pruebe haberse hallado, sin
su culpa, en la imposibilidad de conocerla.

Como se observa, la norma del Código de Comercio lo que hace es


fijar lo que el Código Civil Venezolano deja libremente al plazo
normal según la naturaleza del negocio.

2) Artículo 112. Perfeccionamiento de los contratos unilaterales o


bilaterales.
Artículo 112. El contrato bilateral entre personas que residen en
distintas plazas no es perfecto si la aceptación no llega al proponente en el
plazo por él fijado o en el término necesario al cambio de la propuesta o de la
aceptación, según la naturaleza del contrato y los usos del comercio. El
proponente puede dar eficacia a una aceptación extemporánea, dando aviso
inmediatamente al aceptante. Cuando el proponente requiera la ejecución
inmediata del contrato sin exigir respuesta previa de la aceptación y ésta no
sea necesaria por la naturaleza del contrato y según los usos generales del
comercio, el contrato es perfecto al comenzar la otra parte su ejecución. En
los contratos unilaterales las promesas son obligatorias al llegar al
conocimiento de la parte a quien van dirigidas.

Esta norma coincide con el Código Civil Venezolano en lo referente


a la presunción iuris tantum del conocimiento desde el instante en que la
aceptación llega a la dirección del destinatario. De la misma manera, la
posibilidad de ejecutar una aceptación extemporánea dando aviso al
aceptante repite la regla del segundo aparte del 1137 del Código Civil
Venezolano.
Sobre los contratos unilaterales, como por ejemplo, la garantía de la
deuda de un tercero o el crédito confirmado bancario, la promesa es
obligatoria, para algunos se trata de que el contrato queda perfeccionado y
para otros, entre ellos Bolaffio, se trata de que la promesa debe ser aceptada.

3) Artículo 113. Revocación de la propuesta y la aceptación


Mientras el contrato no es perfecto, la propuesta y la aceptación son
revocables; pero aunque la revocación impide el perfeccionamiento del
contrato, si ella llega a noticia de la otra parte después de que ésta ha
comenzado la ejecución, el revocante debe indemnizarle los daños que la
revocatoria le apareja.

Este artículo debe ser coordinado con el tercer aparte del artículo 1137 del
Código Civil Venezolano que dice: “El autor de la oferta puede revocarla
mientras la aceptación no haya llegado a su conocimiento. La aceptación
puede ser revocada en tanto que ella no haya llegado a conocimiento del
autor de la oferta” y no con el aparte cuarto. La ley dispone que mientras el
contrato no es perfecto la propuesta y la aceptación son revocables pero
aunque la revocación impide el perfeccionamiento del contrato, si ella llega a
noticias de la otra parte, luego que ésta ha comenzado la ejecución, el
revocante debe pagar los daños que tal revocación le apareja. Esta obligación
tiene un carácter muy especial y ha sido criticada porque puede considerarse
injusta, pero debe de tenerse en cuenta que quien revoca ejerce un derecho que
la misma ley le concede. Para Goldschmidt, se trata de una norma especial de
derecho mercantil que aunque reconoce el derecho a revocar para ser
equitativo le concede a la otra parte una acción por daños y perjuicios.

4) Artículo 114. Aceptación condicional. La aceptación condicional o


las modificaciones a la propuesta se tendrán como nuevas propuestas.
Se trata de una regla análoga al último aparte del 1.137 que establece
que una aceptación que modifica la oferta tendrá el valor de una
nueva oferta.

II. POSIBILIDAD DE EXIGIR UN RECIBO.

El Artículo 117 del Código de Comercio establece la posibilidad de exigir


un recibo. “El deudor que paga tiene derecho a exigir un recibo y no está
obligado a contentarse con la simple devolución del título de deuda sin la
nota de pago”. Para algunos constituye una excepción al Artículo 1326 del
Código Civil Venezolano que establece: “La entrega voluntaria del título
original bajo documento privado, hecha por el acreedor al deudor es una
prueba de liberación”. Criterio que no compartimos porque consideramos que
ambas normas en realidad no se contraponen sino que se complementan en el
caso de obligaciones mercantiles al agregar, a la obligación de devolución del
título contenida en el Código Civil, la posibilidad de exigir un recibo.

III. PRECIO JUSTO O PRECIO CORRIENTE.

De conformidad con el Artículo 118 del Código de Comercio siempre que se


deba determinar el curso del cambio, el justo precio o el precio corriente de
las mercancías, de los seguros, fletes y transportes por tierra y por agua, de
las primas de seguro, de los efectos públicos y de los títulos industriales, se
recurrirá para hacer la determinación a la lista de cotización de la bolsa de
la localidad, y en su defecto, se recurrirá a todos los medios de prueba. Este
artículo se concatena con el artículo 58 del Código de Comercio que establece
que el resultado de las negociaciones y operaciones verificadas en la bolsa
determina el curso del cambio, el precio de las mercaderías, de los seguros,
fletes y transportes por tierra o por agua, de los efectos públicos y en general
de todas las especies cotizadas en la bolsa.
En la práctica es usual la existencia de precios variables en distintos tipos de
contratos. Lo recomendable es siempre la especificación en el contrato de la
forma en la cual se verificará el precio, pero de lo contrario, el derecho
mercantil abre un amplio campo de prueba para poder realizar la verificación
en el momento del cumplimiento.

IV. NO NOVACIÓN POR EMISIÓN DE TITULOS VALORES.

De acuerdo al Artículo 121 la regla general en materia de obligaciones


mercantiles es la no novación por emisión de títulos valores, es decir, que al
emitir un título valor no se extingue la obligación originaria, sino que ambas
coexisten simultáneamente. Este artículo establece que cuando el acreedor
recibe documentos negociables en ejecución del contrato o en cumplimiento
de un pacto accesorio al contrato de que proceda la deuda no se produce
novación. Tampoco la producen, salvo convención expresa, el otorgamiento
de otra obligación, ni el otorgamiento o endosos de documentos a la orden
verificado por virtud de un nuevo contrato si pueden coexistir la obligación
primitiva y la que el deudor contrajo últimamente o por los documentos
entregados; pero si los documentos recibidos fueren al portador se producirá
novación, si el acreedor al recibirlos no hiciere formal reserva de sus
derechos para el caso de no ser pagados.

V. LA SOLIDARIDAD PASIVA.

Nuestro Código Civil define lo que debe entenderse por una obligación
solidaria cuando en el Artículo 1.221 señala que: “La obligación es solidaria
cuando varios deudores están obligados a una misma cosa, de modo que cada
uno pueda ser constreñido al pago por la totalidad, y que el pago hecho por
uno solo de ellos liberte a los otros, o cuando varios acreedores tienen el
derecho de exigir cada uno de ellos el pago total de la acreencia y que el
pago hecho a uno solo de ellos liberte al deudor para con todos”. La regla
general en materia de solidaridad en las obligaciones civiles es que no hay
solidaridad entre acreedores ni deudores, sino en virtud de pacto expreso o
disposición de la Ley, a tenor de lo establecido en el artículo 1.223 de nuestro
Código Civil.

A) Presunción de Solidaridad.

La regla del Código Civil es inversa en materia de obligaciones


mercantiles. Los codeudores de las obligaciones mercantiles se presume que
se obligan solidariamente al no haber convención en contrario. (Artículo 107
del Código de Comercio).
Como señalamos, en materia civil la presunción aplicada es la de la no
solidaridad codeudores. No hay solidaridad entre acreedores y deudores sino
en virtud de expreso, o disposición de la Ley. (Artículo 1223 del Código
Civil).
En Italia al establecerse la unificación del Código Civil con el Código de
Comercio se ha establecido la presunción de la solidaridad como la regla de
las obligaciones.

B) Extensión de la Solidaridad a la Fianza.

La fianza constituida en garantía de una obligación mercantil se presume


igualmente solidariamente constituida. La misma presunción de aplica a la
fianza constituida en garantía de una obligación mercantil, aunque el fiador no
sea comerciante. En materia civil la presunción que aplica es la de no
solidaridad del fiador.
La razón que justifica la solidaridad de los codeudores de una obligación
mercantil es facilitar el desarrollo del comercio. Esta misma razón existe para
obligación proveniente de la fianza.

C) No aplica cuando los codeudores no son comerciantes.


Sin embargo esta presunción de solidaridad no aplica cuando estando en
presencia de un acto mixto de comercio la parte de la relación que no es
comerciante es la que resulta obligada.

VI: REGIMEN DE INTERESES.

Los intereses se definen como aquélla cantidad de cosas fungibles que


el deudor debe a su acreedor como retribución por la cesión del uso de una
cantidad menor de las mismas cosas debidas por el deudor a su acreedor.

Los intereses pueden ser legales, si provienen o está fijados por la Ley y
convencionales si provienen de un pacto entre las partes. También se hace
referencia al interés corriente, que es aquel que resulta usual en un mercado
en un momento determinado.
Según su función retributiva los intereses pueden ser compensatorios o
correspectivos, que es aquel que constituye la contraprestación que recibe el
acreedor del deudor por el uso de la cosa y el interés moratorio que constituye
la sanción que debe pagar el deudor por el no cumplimiento puntual de sus
obligaciones.

Nuestro Código de Comercio en materia de intereses contiene las siguientes


normas.

1) Artículo 108. Las deudas mercantiles devengan de pleno derecho


intereses. Cuando hay una deuda mercantil que es liquida y exigible
devengará intereses de pleno derecho. Este interés será el corriente en el
mercado con la limitación de que no debe exceder del 12% anual. Las deudas
mercantiles de sumas de dinero líquidas y exigibles devengarán de pleno
derecho el interés corriente en el mercado siempre que este exceda del 12%
anual. (Artículo 108 del Código de Comercio). Debe recordarse que una
deuda líquida es la que no necesita una operación matemática para determinar
su cuantía, mientras que una deuda exigible es la que no está sujeta a término
ni condición).
En materia civil los intereses en deudas no sujetas a plazo fijo no corren hasta
después del requerimiento al deudor y en ese caso el interés que rige es el
legal (3% anual).
El legislador civil presume que los daños y perjuicios provenientes del riesgo
en los casos de obligaciones por suma de dinero son los intereses legales. En
esencia es le mismo criterio mercantil, pero en el derecho mercantil los
intereses son debido de pleno derecho (no se necesita poner al deudor en
mora) y rata de intereses es la correspondiente en el mercado.
Algunas normas especiales del Código de Comercio en materia de intereses
son:

2) Artículo 392.Obligación del comisionista de pagar intereses sobre


las sumas que retenga indebidamente.
3) Artículo 414. Intereses que generan las letras de cambio. Derecho
de reclamar intereses por quien ejercita la acción cambiaria,
Artículo 456 y 457.
4) Artículo 518. Posibilidad de capitalizar intereses semestralmente en
la cuenta corriente recíproca.
5) Artículo 524. Posibilidad de capitalizar intereses en la cuenta
corriente bancaria y de fijarlos en el artículo 525.
6) Artículo 529. El préstamo mercantil devenga intereses, salvo
convención en contrario.
7) Artículo 530. Intereses sobre intereses.
8) Artículo 531. Recibo de intereses pagados hace presumir pago de
los intereses anteriores.
9) Artículo 944. Desde el día que se declare la quiebra dejan de correr
intereses.

El régimen de intereses del Código de Comercio ha sido analizado con


relación al Código Civil Venezolano y a las normas que protegen al
consumidor y al usuario.
Varias sentencias del máximo tribunal de la República son importantes en este
sentido. En primer lugar la sentencia de 1981, por medio de la cual se fijaron
los siguientes criterios.
1) Los intereses son legales o convencionales
2) Los intereses son civiles o mercantiles
3) El interés legal civil es del 3%
4) El interés legal mercantil es el corriente en el mercado siempre que éste
no exceda del 12%.
5) El interés convencional en materia civil tiene por límite lo que
establezcan las leyes especiales, si la ley no los limita pueden
exceder en una mitad a los que probare ser el interés corriente al
tiempo de la convención, y en caso de dinero prestado con garantía
hipotecaria no puede exceder del 12% anual.
6) El interés convencional en materia mercantil tiene una sola limitación,
contemplada en el 1746 del Código Civil Venezolano, es decir, no
puede exceder en una mitad al interés corriente en el mercado.
7) Aunque la limitación del 1746 se extiende solamente a los intereses de
préstamos debe extenderse por analogía a cualquier convención que
estipule el pago de intereses.
8) El Decreto sobre represión de la usura sólo es aplicable en materia civil.
9) A la materia bancaria no se le aplican las normas de derecho mercantil
sino solo lo que indique el Banco Central de Venezuela en virtud de que
actúa en ejercicio de sus facultades legales.

En segundo lugar tenemos la sentencia del 24 de enero de 2002.

Esta sentencia fue dictada con motivo de una acción por intereses difusos
sobre los créditos indexados. Estos créditos son aquellos cuyas cuotas de pago
mensual son indexadas a un porcentaje del salario, siendo que el monto
destinado al pago de las cuotas mensuales es un porcentaje de ese salario y de
no cubrirse el monto de la cuota contentiva de capital e intereses, el remante
es financiado automáticamente y pasa a engrosar el capital debido,
capitalizándose de inmediato los saldos de intereses no pagados en la cuota
mensual respectiva.

El Tribunal Supremo de Justicia en esta sentencia ha indicado.

1) La Ley de Política Habitacional consagró el anatocismo pero en este


caso puede considerarse legal toda vez que está establecido en una Ley
y los recursos pagados están dirigidos a fines específicos que benefician
a la colectividad.
2) El Banco Central de Venezuela está en la obligación y no en la potestad
de fijar los intereses para las instituciones financieras.
3) El artículo 530 del Código de Comercio permite cobrar intereses sobre
intereses cuando estos fueran capitalizados, pero esta norma exige que
los intereses se liquiden y que luego de tal determinación, que implica
aceptación del deudor, se incluyan en un nuevo contrato, donde se
capitalizan o se arreglan cuentas. Para la Sala, capitalizar intereses sin
hacer la liquidación contraria las buenas costumbres.
4) Se plantea si la capitalización de intereses puede ser pactada antes de su
liquidación, y aunque la Sala considera que podría ser posible como
parte de la autonomía de la voluntad la realidad es que quien pide un
préstamo pocas veces tiene capacidad de negociar el contrato.

Es importante indicar que aplica al préstamo mercantil el artículo 1746 del


Código Civil que establece: El interés convencional no tiene más límites que
los que fueren designados por Ley especial; salvo que, no limitándolo la Ley,
exceda en una mitad al que se probare haber sido interés corriente al tiempo
de la convención, caso en el cual será reducido por el Juez a dicho interés
corriente, si lo solicita el deudor.

Asimismo, debe tenerse en cuenta que en materia bancaria, los intereses son
establecidos por el Banco Central de Venezuela.

De la misma manera debe indicarse que según la Ley para la Defensa de las
Personas en el Acceso a Bienes y Servicios, específicamente en el artículo 77
se establece: “En las operaciones de venta a crédito de cualquier tipo de
bienes o servicios y los financiamientos para esas operaciones, no podrán
obtenerse por concepto de intereses, comisiones, o recargos, ninguna cantidad
que exceda los límites máximos fijados o permitidos por el Banco Central de
Venezuela. Los intereses de financiamiento que generen dichas operaciones
no se podrán capitalizar, debiendo en todo caso acumularse en una cuenta
separada del capital adeudado, sin devengar ninguna clase de interés o cobro
por su manejo. La violación de este artículo se considerará delito de usura”.

VII) Sistema Probatorio Especial.

Se emplea más que en el Derecho Civil, el sistema del libre


convencimiento, en el cual el Juez determina el valor jurídico de la prueba. En
el proceso mercantil hay mayor libertad, el Juez puede llamar a testigos que
han declarado ya. Puede acordar la comparecencia personal de las partes para
su conciliación o para interrogarlas.
Las pruebas mercantiles específicas a las que hace referencia nuestro Código
de Comercio son:
a. Documentos Públicos.
b. Documentos Privados.
c. Libros de Corredores.
d. Facturas Aceptadas.
e. Libros Mercantiles.
f. Telegramas.
g. Declaraciones de Testigos.

Las obligaciones mercantiles y su liberación se prueban con documentos


privados, con documentos públicos, con los extractos de los libros de
corredores firmados por las partes, con los libros de los corredores facturas
aceptadas, con los libros mercantiles de las partes contrarias, con
telegramas, con declaraciones de testigos, con cualquier otra prueba
admitido por la Ley Civil. (Artículo 124 C.C.).
En especial es importante señalar que la Ley establece la obligación del
corredor de llevar libros y expedir copias de los asientos a los interesados, las
que deben ser firmadas por los interesados. La Ley les da fuerza probatoria
pues equivale a oponer a alguien el escrito que lleva la firma, lo cual revela la
aceptación del texto. “Extracto de los libros de los corredores firmados por las
partes en la forma prescrita en el Artículo 73”. (Artículo 124 del Código de
Comercio).
Igualmente, debemos resaltar las Facturas Aceptadas, las cuales son una
especie de nota de venta emitida por el vendedor en la que se hace
especificación de la mercancía, precio, fecha y lugar de expedición. Hace
prueba contra la persona contra quien se emite siempre que sea aceptada por
ella.

Por otra parte, la prueba de testigos es admisible en los negocios mercantiles


cualquiera que sea el importe de la obligación o liberación que se trata de
acreditar, y aunque no haya principio de prueba por escrito, salvo los casos de
disposición contraria a la Ley. (Artículo 128 del Código de Comercio).
Tampoco se admitía en materia mercantil, para la liberación de la
obligación, la prueba de testigos cuando existe un principio de prueba por
escrito, a no ser que se deduzca la acción de simulación o falsedad para
impugnar el documento.
Sin embargo cuando la escritura es requerida como necesidad de forma o
cuando la Ley Mercantil prohíbe expresamente la prueba de testigos, ésta no
es procedente.
Con respecto a la prueba que puede hacerse sobre los libros de comercio,
deben recordarse los conocimientos impartidos en Derecho Mercantil I, sobre
la prueba y en especial:
“El artículo 38 del Código de Comercio establece:
Los libros llevados con arreglo a los artículos anteriores podrán hacer prueba entre
comerciantes por hechos de comercio. Respecto a otra persona que no fuere comerciante,
los asientos de los libros solo harán fe contra su dueño; Pero la otra parte, no podrá aceptar
lo favorable, sin admitir también lo adverso que ellos contengan.

Según este dispositivo, en principio, los Libros de Comercio no constituyen por si solos
prueba alguna. Valeri, P. (2004) expresa que: “La prueba se concreta a los asientos bien
llevados en los Libros de Comercio obligatorios, es decir, que no se haya incurrido en
alguno de los supuestos prohibidos por el Código de Comercio” (p.88). Por tanto, dichos
asientos constituyen prueba entre comerciantes, en todo lo que les beneficie o los
perjudique.

Ahora bien, para los no comerciantes, los asientos hacen fe únicamente contra su dueño,
pero la otra parte, no podrá aceptar lo favorable que se desprenda de esos libros, si al
mismo tiempo no acepta también lo adverso que de ellos se derive. Barboza, E. (2007)
agrega: “los libros de contabilidad darán fe contra su dueño, ya que, virtualmente, estos
libros recogen una confesión extrajudicial de los negocios y obligaciones que contrae el
comerciante” (p.89).

Asimismo, el artículo 124 ejusdem, establece que: “Las obligaciones mercantiles y su


liberación se prueban: …Con los libros mercantiles de las partes contratantes…”. Es decir,
los Libros de Comercio sólo serán objeto de prueba entre comerciantes por hechos de
comercio, y la fuerza y eficacia probatoria de estos quedará sometida al prudente arbitrio
del juez.

En este sentido, Morles, A. (2004) señala:


El grado probatorio de los libros es cuestión que la ley deja a la apreciación del juez y, en
consecuencia, éste puede considerarlos desde prueba plena de la obligación hasta simple
presunción hominis dependiendo de la extensión y claridad de los asientos y de los
restantes elementos que el magistrado considere. (p. 416)

Con respecto a los Libros Auxiliares, para que sus asientos surtan efectos jurídicos, estos
deben ser legalizados por el Registrador Mercantil y ser llevados correctamente sin incurrir
en los supuestos prohibitivos del artículo 37 del Código de Comercio.

Del mismo modo, el Código de Comercio en su artículo 40, prohíbe hacer pesquisas de
oficio por Tribunal o autoridad alguna, para inquirir si los comerciantes llevan o no libros,
o si éstos están con arreglo a las prescripciones legales. Pero si el comerciante intenta
hacer valer los asientos alterados, podrá incurrir en responsabilidad tanto civil como penal,
según sean las circunstancias del caso. Además, en el supuesto de cesación de pago por
parte de éste, tales hechos contribuyen a conformar hechos demostrativos de quiebra
culpable o quiebra fraudulenta, tipificados en el Código Penal Venezolano como delitos.
(Valeri, P. 2004, p. 88).

Por otro lado, es importante tomar en cuenta la llamada manifestación o examen general
de los libros de Comercio, los cuales podrán acordarse de oficio o a instancia de parte, sólo
en los casos taxativos del artículo 41 Código de Comercio, es decir, en materia de sucesión
universal, comunidad de bienes, liquidación de sociedades legales o convencionales, y en
los casos de atraso y quiebra”.

Se admiten igualmente, cualesquiera otros medios de prueba admitido


por la Ley Civil, tales como:
Presunciones
Confesión
Juramento
Experticia
Inspección Ocular

VII. Derecho de Retención

Es una facultad de naturaleza especial que la Ley Mercantil concede al


acreedor, sometida a especiales condiciones. Nuestro Código de Comercio
señala: “En garantía de acreencias vencidas de un comerciante contra otro
comerciante, originadas de actos de comercio para ambas partes, el acreedor
puede ejercer el derecho de retención sobre las cosas muebles o valores
pertenecientes a su deudor, que estén en posesión de aquel con el
consentimiento de éste, por causa de operación mercantil y mientras subsista
tal posesión”. (Artículo 122 del Código de Comercio).

Requisitos

1. Que ambas partes sean comerciantes.


2. Que la acreencia esté vencida. (con excepción de caso de quiebra
en los que no requiere esta condición).
3. Que el acto sea mercantil para ambas partes (lo cual es una
excepción a la norma general de que basta que para una de las
partes el acto sea mercantil para que ambas se rijan por la ley
mercantil).
4. Que el acreedor esté en posesión de la cosa o que ésta esté en sus
almacenes.
5. Que la posesión haya sido obtenida por causas mercantiles.
6. Que la posesión exista con consentimiento del deudor.
7. El derecho de retención no puede ejercerse cuando la posesión la
tiene el acreedor en virtud de un mandato o cuando su deudor le
ha ordenado darle un determinado destino.
8. El derecho de retención se ejerce sobre cosas muebles o valores.

VIII. PRESCRIPCIÓN

La prescripción es el medio de adquirir un derecho o de liberarse de una


obligación por el transcurso del tiempo. El Código de Comercio establece que
las acciones provenientes de actos de actos que son mercantiles para una sola
de las partes se prescriben por la ley mercantil y no establece excepciones. La
prescripción ordinaria en materia mercantil se verifica por el transcurso de
diez años, salvo en los casos en que se establece una prescripción más breve
por el Código de Comercio u otra ley (Artículo 132 C.Com). Esto quiere decir
que, cuando la ley no establece el término de prescripción de la acción para el
cumplimiento de una obligación mercantil, debe aplicarse el de la prescripción
ordinaria. Las prescripciones breves son las excepciones.
Entre las prescripciones breves establecidas en el Código de Comercio, están
las acciones por operaciones de corretaje que se prescriben por dos años
contados desde la fecha en que se concluyó la operación (Artículo 81 C.Com).
Y entre las prescripciones breves previstas en el Código Civil, se cita la
establecida en el ordinal 9º del artículo 1982, según la cual, se prescribe por
dos años la obligación de pagar a los comerciantes el precio de las mercancías
que vendan a personas que no sean comerciantes. También deben recordarse
las prescripciones especiales establecidas para la letra de cambio, pagaré y
cheque.

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