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Este artículo debe ser coordinado con el tercer aparte del artículo 1137 del
Código Civil Venezolano que dice: “El autor de la oferta puede revocarla
mientras la aceptación no haya llegado a su conocimiento. La aceptación
puede ser revocada en tanto que ella no haya llegado a conocimiento del
autor de la oferta” y no con el aparte cuarto. La ley dispone que mientras el
contrato no es perfecto la propuesta y la aceptación son revocables pero
aunque la revocación impide el perfeccionamiento del contrato, si ella llega a
noticias de la otra parte, luego que ésta ha comenzado la ejecución, el
revocante debe pagar los daños que tal revocación le apareja. Esta obligación
tiene un carácter muy especial y ha sido criticada porque puede considerarse
injusta, pero debe de tenerse en cuenta que quien revoca ejerce un derecho que
la misma ley le concede. Para Goldschmidt, se trata de una norma especial de
derecho mercantil que aunque reconoce el derecho a revocar para ser
equitativo le concede a la otra parte una acción por daños y perjuicios.
V. LA SOLIDARIDAD PASIVA.
Nuestro Código Civil define lo que debe entenderse por una obligación
solidaria cuando en el Artículo 1.221 señala que: “La obligación es solidaria
cuando varios deudores están obligados a una misma cosa, de modo que cada
uno pueda ser constreñido al pago por la totalidad, y que el pago hecho por
uno solo de ellos liberte a los otros, o cuando varios acreedores tienen el
derecho de exigir cada uno de ellos el pago total de la acreencia y que el
pago hecho a uno solo de ellos liberte al deudor para con todos”. La regla
general en materia de solidaridad en las obligaciones civiles es que no hay
solidaridad entre acreedores ni deudores, sino en virtud de pacto expreso o
disposición de la Ley, a tenor de lo establecido en el artículo 1.223 de nuestro
Código Civil.
A) Presunción de Solidaridad.
Los intereses pueden ser legales, si provienen o está fijados por la Ley y
convencionales si provienen de un pacto entre las partes. También se hace
referencia al interés corriente, que es aquel que resulta usual en un mercado
en un momento determinado.
Según su función retributiva los intereses pueden ser compensatorios o
correspectivos, que es aquel que constituye la contraprestación que recibe el
acreedor del deudor por el uso de la cosa y el interés moratorio que constituye
la sanción que debe pagar el deudor por el no cumplimiento puntual de sus
obligaciones.
Esta sentencia fue dictada con motivo de una acción por intereses difusos
sobre los créditos indexados. Estos créditos son aquellos cuyas cuotas de pago
mensual son indexadas a un porcentaje del salario, siendo que el monto
destinado al pago de las cuotas mensuales es un porcentaje de ese salario y de
no cubrirse el monto de la cuota contentiva de capital e intereses, el remante
es financiado automáticamente y pasa a engrosar el capital debido,
capitalizándose de inmediato los saldos de intereses no pagados en la cuota
mensual respectiva.
Asimismo, debe tenerse en cuenta que en materia bancaria, los intereses son
establecidos por el Banco Central de Venezuela.
De la misma manera debe indicarse que según la Ley para la Defensa de las
Personas en el Acceso a Bienes y Servicios, específicamente en el artículo 77
se establece: “En las operaciones de venta a crédito de cualquier tipo de
bienes o servicios y los financiamientos para esas operaciones, no podrán
obtenerse por concepto de intereses, comisiones, o recargos, ninguna cantidad
que exceda los límites máximos fijados o permitidos por el Banco Central de
Venezuela. Los intereses de financiamiento que generen dichas operaciones
no se podrán capitalizar, debiendo en todo caso acumularse en una cuenta
separada del capital adeudado, sin devengar ninguna clase de interés o cobro
por su manejo. La violación de este artículo se considerará delito de usura”.
Según este dispositivo, en principio, los Libros de Comercio no constituyen por si solos
prueba alguna. Valeri, P. (2004) expresa que: “La prueba se concreta a los asientos bien
llevados en los Libros de Comercio obligatorios, es decir, que no se haya incurrido en
alguno de los supuestos prohibidos por el Código de Comercio” (p.88). Por tanto, dichos
asientos constituyen prueba entre comerciantes, en todo lo que les beneficie o los
perjudique.
Ahora bien, para los no comerciantes, los asientos hacen fe únicamente contra su dueño,
pero la otra parte, no podrá aceptar lo favorable que se desprenda de esos libros, si al
mismo tiempo no acepta también lo adverso que de ellos se derive. Barboza, E. (2007)
agrega: “los libros de contabilidad darán fe contra su dueño, ya que, virtualmente, estos
libros recogen una confesión extrajudicial de los negocios y obligaciones que contrae el
comerciante” (p.89).
Con respecto a los Libros Auxiliares, para que sus asientos surtan efectos jurídicos, estos
deben ser legalizados por el Registrador Mercantil y ser llevados correctamente sin incurrir
en los supuestos prohibitivos del artículo 37 del Código de Comercio.
Del mismo modo, el Código de Comercio en su artículo 40, prohíbe hacer pesquisas de
oficio por Tribunal o autoridad alguna, para inquirir si los comerciantes llevan o no libros,
o si éstos están con arreglo a las prescripciones legales. Pero si el comerciante intenta
hacer valer los asientos alterados, podrá incurrir en responsabilidad tanto civil como penal,
según sean las circunstancias del caso. Además, en el supuesto de cesación de pago por
parte de éste, tales hechos contribuyen a conformar hechos demostrativos de quiebra
culpable o quiebra fraudulenta, tipificados en el Código Penal Venezolano como delitos.
(Valeri, P. 2004, p. 88).
Por otro lado, es importante tomar en cuenta la llamada manifestación o examen general
de los libros de Comercio, los cuales podrán acordarse de oficio o a instancia de parte, sólo
en los casos taxativos del artículo 41 Código de Comercio, es decir, en materia de sucesión
universal, comunidad de bienes, liquidación de sociedades legales o convencionales, y en
los casos de atraso y quiebra”.
Requisitos
VIII. PRESCRIPCIÓN