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“Desarrollo del examen de teología”

1. _) Elige una o dos citas bíblicas y redacta una reflexión teológica sobre la
revelación de Dios en Jesucristo.

Juan 3: 16-18:
¡Así amo Dios al mundo! Le dio al Hijo único, para que quien crece en el no se pierda, sino
que tenga vida eterna.
Dios no envió al hijo al mundo para que condenar al mundo. Gracias a el. Para quien cree
en el no hay juicio. En cambio, el que no creer ya se ha condenado, por el hecho de no
creer en el Nombre del Hijo único de Dios.
Reflexión:
Se trata que habla de Dios no envió a su hijo a castigar al mundo por sus hechos sino para
que les fortaleciera.

Hechos 4: 10-12:
Sépanlo todos ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre que esta aquí sano delante
de ustedes ha sido ganado por el Hombre de Jesucristo el Nazareno, a quien de Dios ha
resucitado entre los muertos. El es la piedra de ustedes los constructores despreciaron y
que se ha convertido en una piedra angular.
Reflexión:
Acá nos habla que Jesucristo fue resucitado entre los muertos, ya que fue crucificado por
el rey de Israel.

Gálatas 4: 4-7:
Pero, cuando llego la Plenitud de los tiempos, Dios envió a su hijo, que nació de mujer y
fue sometido a la ley, con el fin de rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que si
recibiéramos nuestros derechos como hijos. Ustedes ahora son hijos, y como son hijos, Dios
ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abba!,
o sea ¡Padre!
Reflexión:
Se trata que el Hijo de Dios es Jesucristo ya que nació en mujer pero fue sometida a la Ley,
Y así recibiéramos Derechos como Hijos.
2. _) Revelación de Jesucristo:

Cuando Dios revela hay que prestarle "la obediencia de la fe", por la que el hombre se
confía libre y totalmente a Dios prestando "a Dios revelador el homenaje del
entendimiento y de la voluntad", y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por
El. Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios, que proviene y ayuda, a los auxilios
internos del Espíritu Santo, el cual mueve el corazón y lo convierte a Dios, abre los ojos de
la mente y da "a toda la suavidad en el aceptar y creer la verdad". Y para que la
inteligencia de la revelación sea más profunda, el mismo Espíritu Santo perfecciona
constantemente la fe por medio de sus dones.
Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo, da a los hombres testimonio perenne
de sí en las cosas creadas, y, queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se
manifestó, además, personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principio.
Después de su caída alentó en ellos la esperanza de la salvación, con la promesa de la
redención, y tuvo incesante cuidado del género humano, para dar la vida eterna a todos
los que buscan la salvación con la perseverancia en las buenas obras

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