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(!

)Nuestros bailes son, en nuestro idioma, «movi- Nuestro sol se ha escondido,


mientos para honrar a los cuatro hermanos puntos nuestro sol ya no se ve,
cardinales». Los hacemos para vivir en armonia los y nos ha dejado en total oscuridad.
unos con los otros. Pero sabemos que volvera,
que volvera a mostrarse ante nosotros
y nos dara su brillo una vez mas.
(!)En los viejos tiempos, nuestro pueblo no conocia ·~: Mt:nsaje de Uei Tlatoa m
robos ni ladrones. Nuestras chozas no tenian puer-
tas ni cerrojos. Cuando necesitamos algo que nues-
tro hermano tiene, le ofrecemos algoa cambio. Hasta (!)Los hermanos blancos son distintos. No pueden
el dia de hoy celebramos fiestas en las que regala- entender que para un indio una planta es tan impor-
mos algo a nuestros hermanos y hermanas, a cam- tante como el mismo. Por eso hablamos con las plan-
bia de lo cual nuestros hermanos y hermanas nos tas, y cuando las plantas est<in enfermas pedimos
dan otra cosa. lntercambiamos pieles y colchas teji- ayuda a los espiritus con nuestros cantos y bailes
das, pendientes y cadenas. Damos algo y recibimos para que las asistan.
algoa cambio. Cada uno de nosotros conoce esa tra- Nunca olvidare como en una gran ciudad de los
dicion, iniciada por los antepasados de nuestros an- IlCrmanos blancos hable con un arbol que estaba
tepasados. Llamamos a esas fiestas lchqualichtli lach- muy enfermo. Le hable, le pregunte por que es-
maoha. 1nba tan triste, que le habian hecho y por que ya no
' li tt•rta vivir. Solo entonces llamo mi atencion que
dgunos hermanos blancos que pasaban movian la
1 .tlwza como simi cerebra estuviera apolillado.

Por desgracia han olvidado por entero, por des-


' t1 In jamas han aprendido, por desgracia jamas han
1llldo hablar con aquello que les rodea .

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