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¿Qué son las Bienaventuranzas?

Jesucristo enseñó Su evangelio y describió cómo ser un discípulo justo en un poderoso sermón
llamado el Sermón del Monte, en el que también impartió ocho enseñanzas importantes llamadas
las Bienaventuranzas. La palabra bienaventuranza significa “bendición suprema” o “felicidad
exaltada”. Las Bienaventuranzas resaltan las asombrosas bendiciones prometidas que se reciben
cuando desarrollamos ciertos rasgos relacionados con la rectitud.

1.Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos


Ser pobre en espíritu es ser humilde y enseñable. Jesús desea que siempre reconozcamos humildemente que lo
necesitamos a Él.

2.Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación


Afrontaremos desafíos y problemas que nos pondrán a prueba. Cuando nos lamentamos por nuestras pérdidas o
pruebas, recibimos la promesa de que seremos bendecidos a medida que perseveremos. Dios enviará Su Santo
Espíritu para consolarnos en los momentos de necesidad.

3.Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra como heredad


Ser manso es ser cordial, amable, paciente y tolerante; no orgulloso, jactancioso ni presuntuoso. El Salvador mostró
Su mansedumbre al estar dispuesto a someterse a la voluntad de Dios. Incluso en un momento de extrema agonía,
le dijo a Dios: “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42).

4.Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados
Podemos acercarnos más a Dios al tratar de seguir Sus enseñanzas y aprender más acerca de Él. Cuanto más
conocimiento busquemos, con más conocimiento nos bendecirá Él.

5.Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia


Jesucristo fue un ejemplo perfecto de cómo mostrar perdón y misericordia. Aun cuando estaba sufriendo en la
cruz, Él dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Dado que todos necesitamos
misericordia, todos debemos mostrar misericordia.

6.Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios


Dios se nos dará a conocer si somos limpios de corazón. Si nos esforzamos fervientemente por ser como Él, nuestros
motivos y hechos serán honorables y nuestro corazón será limpio.

7.Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios


Otro nombre que tiene Jesús es “Príncipe de paz”. Él nos alienta a seguir Su ejemplo, que amemos a todos para que
podamos convivir en armonía.

8.Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Es posible que la sociedad, u otros grupos, nos critiquen por cómo vivimos, lo que creemos y lo que hacemos.
Defiende con valentía los principios de Dios y Su Iglesia. Él te bendecirá por ello tanto en esta vida como en la
venidera.
¿Cómo eran las primeras comunidades cristianas?
El Papa Francisco destacó cuatro aspectos que podemos imitar de los
primeros cristianos: “perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en
la comunión, hacían memoria del Señor a través de la fracción del pan,
es decir, de la Eucaristía, y dialogaban con Dios en la oración”.
Queridos hermanos y hermanas:

COMPARTIENDO LA PALABRA DE DIOS Y TAMBIÉN EL PAN, LA IGLESIA SE CONVIERTE


EN FERMENTO DE UN MUNDO NUEVO
En los Hechos de los Apóstoles, san Lucas nos muestra a la Iglesia de Jerusalén como el paradigma de toda
comunidad cristiana. Los cristianos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, hacían
memoria del Señor a través de la fracción del pan, es decir, de la Eucaristía, y dialogaban con Dios en la
oración. Los creyentes vivían todos unidos, conscientes del vínculo que los une entre sí como hermanos
en Cristo, sintiéndose especialmente llamados a compartir con todos los bienes espirituales y materiales,
según la necesidad de cada uno. Así, compartiendo la Palabra de Dios y también el pan, la Iglesia se
convierte en fermento de un mundo nuevo, en el que florece la justicia, la solidaridad y la compasión.

El libro de los Hechos añade que los discípulos acudían a diario al templo, partían el pan en las casas y
alababan a Dios. En efecto, la liturgia no es un aspecto más de la Iglesia, sino la expresión de su esencia, el
lugar donde nos encontramos con el Resucitado y experimentamos su amor.

LA LITURGIA NO ES UN ASPECTO MÁS DE LA IGLESIA, SINO LA EXPRESIÓN DE SU


ESENCIA
Por último, san Lucas nos señala que día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando: la
perseverancia de los creyentes en la alianza con Dios y con los hermanos se convierte en una fuente de
atracción que fascina y conquista a los demás.

© Copyright - Libreria Editrice Vaticana

Algunos recursos relacionados con esta catequesis del Papa sobre los Hechos de los Apóstoles

• Catequesis previas sobre los Hechos de los Apóstoles.

• Versión digital gratuita de los Evangelios.

• La Biblia de la Universidad de Navarra se hace digital.

• Nueve preguntas para entender qué es la Iglesia.

• El fuego de los primeros cristianos (Editorial Vida cristiana).

• Los primeros cristianos: consideraciones de San Josemaría.

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